Tal vez la solución a todo, sea una guerra

La guerra no es más que un atajo para conseguir objetivos políticos. ¿Para qué pasar años y años discutiendo, cuando podemos resolverlo a hostias? Unas semanas repartiendo estopa, y conseguimos esto, lo otro y lo de más allá…

¿Cuáles son los objetivos políticos de la invasión de Ucrania? Pues no lo sé. No creo que los conozcan siquiera los que han iniciado y/o desarrollado la guerra, ni los que la explican desde uno y otro bando. Simplemente comento. He estado contemplando gracias a eso de la viralidad, un debate en un canal ruso (¿NTB?) donde unos tertulianos rusos similares a los expertos de p’aquí, comentaban la contraofensiva ucraniana. Ahí uno de los ¿expertos? mencionaba que con los recursos de una guerra colonial (mercenarios, soldados contratados y milicias del Donbás)… No se podía vencer a Ucrania. Venían a decir unos y otros, que había que meter más carne en el asador, movilizar a la población, y poner toda la economía del país al servicio de la guerra. Dejarse de hostias de «operación militar especial», y hablar de guerra total hasta la victoria, por los años y años que fuera necesario. 

Por supuesto, faltaría más, personajes que no irían a primera línea ni arrastrados por un T-90, obvio, proponen como solución entrenar a muchachos de 18 años, sacarlos de Tartaristán y Mordovia, y meterles en una trinchera para que los frían, pulvericen, degüellen, trituren, quemen, perforen, radien, envenenen… Con resultado de mutilación, invalidez, problemas mentales y cosas peores que la misma muerte. Todo para conseguir objetivos políticos que no los entiende ni el que los ha escrito.

Vuelvo a señalar que cuando algo les interesa a los políticos y a sus voceros, resulta que tienen dinero para todo. Ahí se acaba la crisis y el sacrificio se valora como patriotismo. Movilización general, todo para la guerra y la destrucción mutua garantizada, bien lejos –claro que sí– de nuestros pisos y zonas residenciales. ¿Se equivocaron quienes dijeron que la invasión sería un paseo? Se equivocaron, pero hay que seguir hasta la muerte de los demás.

No hay que ir lejos. Si en España estallase un contencioso de ese tipo con Marruecos, veríamos similares escenas de patriotismo en la tele, y el Gobierno de turno pondría el «todo para la guerra» en lo alto de la mesa, sin que les temblase ni un pelo del culo. Sacarían de los barrios más pobres del país a cientos de miles de jóvenes, y les pondrían el «ardor guerrero» a todo meter y a cascarla.

¿Para cuando nos convenceremos que podemos salir de la crisis que nos asola, (energética, climática, financiera, económica, política, poblacional, moral y de todo tipo), simplemente declarando la guerra total a la pobreza, y poniendo toda la economía al servicio de las personas? ¿No sería mucho mejor en lugar de esperar a las próximas elecciones, proclamar la guerra de cuidarnos y mimarnos los unos a los otros? Porque si la guerra es la solución al problema político, habrá que declarar la guerra. Pero, por favor, sin tiros ni banderas.

 

Comentarios

La única guerra que podría solucionar lo que ningún gobierno tiene intención de solucionar, es la guerra social. Imaginemos por un momento que el estallido social se produce y no solo lo hace a escala mundial..., sino que además las poblaciones tomamos conciencia de la situación y derrocamos a la reacción.

Lamentablemente no hemos tenido tiempo de debatir sobre nuestras necesidades fundamentales, cuales son prioritarias y cuales prescindibles.

¿Cómo abordamos las crisis? ¿Cuál es nuestra propuesta acerca de las grandes ciudades? ¿Qué modelos productivos vamos a adoptar o promover y cuales rechazamos? ¿De qué fuentes energéticas nos vamos a dotar para conseguir autonomía energética? ¿Cómo afrontamos la crisis climática o el agotamiento de las reservas acuíferas? ¿Qué acciones llevamos a cabo para el reparto de las riquezas? ¿Y la propiedad, la abolimos o la reinterpretamos y redistribuimos comunitariamente según nuestras necesidades y posibilidades? ¿Qué modelos económicos asumimos? ¿Cómo establecemos las bases de convivencia? ¿Adoptamos una sanidad pública universal con visión holística y preventiva? ¿Y la enseñanza? ¿Qué formas de resolver conflictos adoptamos que no recurran a la penalidad, a la privación de libertad y que sirvan para reparar los agravios?...

Son muchas las cuestiones que ni tan siquiera hemos imaginado y debatido. Entiendo que seremos los grupos de poblaciones conscientes quienes iniciemos los debates y llegado el momento tomaremos las decisiones oportunas. Pero cuesta un poco aceptar que todo vaya a ser improvisado o que entre las personas conscientes, no haya quienes sí tengan sus propias propuestas que pretendan introducir e, intencionada o involuntariamente, influir. 

Sin imaginarnos construyendo nuestras diversas formas ideales de vida, y de guerra social, difícilmente podremos iniciarlas, sino dejarnos llevar por quienes sí que imaginaron sus iniciativas.

Eso es lo que ha sucedido con la pandemia. Por un lado las versiones oficiales. Por el otro las no oficiales y luego las desinformaciones, bulos y contrabulos. Así nos han tenido bailando de un lado a otro, desorientadxs y orientadxs para seguir la corriente del miedo y la apocalípsis, sin dejarnos imaginar la hermosa revuelta.

En Chile la iniciaron y el poder y sus corporaciones, tomaron buena nota para prevenir lo que no podía suceder en la "nueva normalidad" de los países del capitalismo avanzado.

¿Cuándo se ha visto tanta "generosidad" en la Comunidad Europea y sus bancos centrales, con las poblaciones? Los anuncios de millonarias ayudas para las clases más empobrecidas y golpeadas por la crisis, y que muy pocas personas verán, reproducen esa reiterada fantasía pandémica de "vamos a salir de esta". Y sí, saldremos, pero como siempre seremos nosotrxs quienes la paguemos con más dolor y mayor esfuerzo, si no nos preparemos a conciencia para esa guerra social.

Debemos romper la dinámica de las palabras que no van más allá. Como decía García Calvo, hablar es la primera acción, el primer paso. "Caminante se hace camino al andar...", y esos pasos son los que nos deben llevar hacia una revolución social. El destino, es solo la excusa para caminar.

Imagen de Acratosaurio rex

Efectivamente

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