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[Acerca de lo ocurrido el jueves 15 de marzo en el barrio de Lavapiés en Madrid]

La discriminación racial y la ideología que la sustenta hace tiempo que está caducada. Está demostrado científicamente desde el siglo XX que el ser humano no está dividido en razas, sino que todo, independientemente de nuestra procedencia y nuestra etnia, somos la misma especie de homínido.

Desde el Grupo de Trabajo Antirrepresivo de la Asamblea de Lavapiés queremos informaros de que nuestro compañero Javier, detenido el 17 de marzo de 2012 mientras participaba en una manifestación contra una redada racista en Lavapiés, ya tiene fecha de juicio. Será el próximo 26 de mayo en el Juzgado de lo Penal Número nº 20 de Madrid. Se terminan así para él cuatro largos años de incertidumbre, la primera fase de la represión política que desde el poder intenta desactivar la lucha contra los desmanes de quienes nos gobiernan y nos condenan a la miseria y la precariedad.

Desde la Asamblea Popular de Lavapiés, hemos sentido como algo muy importante mostrar un apoyo claro a todas las personas trabajadoras de limpieza y jardinería que están en HUELGA INDEFINIDA en Madrid.  Son ellos y ellas quienes cuidan de nuestras calles, plazas y parques, y por tanto también de nosotras. Tenemos que estar juntas. Su lucha es también la nuestra.

M D (no quiere dar su nombre completo por miedo a las represalias de la policía), en trámites de regularización de su permiso de residencia en España, fue agredido por cuatro agentes de la Policía Nacional que pretendían embarcarlo en un vuelo regular en la mañana del pasado jueves 20 de junio. Finalmente, ante la imposibilidad de deportarlo, lo dejaron malherido en las inmediaciones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid Barajas.

Esto es una tarde cualquiera en Lavapiés. Nueve furgones de Policía Nacional. Dos de Policía Municipal, diez coches patrulla, unos cincuenta agentes, aterrizan hacia las ocho de la tarde en la plaza. Mientras unos uniformados ponen un cordón con cinta en el perímetro de la plaza, otros (mitad de uniforme y mitad de paisano) empiezan a entrar a los locales de la plaza donde saben que suele haber personas migrantes. Invaden las casas de apuestas, las fruterías, las tiendas de menaje y electrodomésticos, los kebabs.