Una semblanza de Lucio Urtubia

Hoy le estaba dando en el desayuno una serie de consejos a Lucio Urtubia, “Lucio, tienes que hacer esto”, “Lucio, tienes que hacer lo otro”, “Lucio no comas tantos churros que en serio que te va a dar algo”… Lucio es que no sabe dar ni un paso sin mí, me llama a todas horas, a las tres de la mañana golpea mi puerta…, “¡Qué hago ahora Acratosaurio!”. Así que por eso, por conocerlo bien, he decidido explicaros algunas de las características más interesantes de este raro espécimen.

Su primera característica, es la de ser un ignorante oceánico. El tío no sabe más que de ladrillos, de alicatar cocinas. Una cosa horrorosa. Cada vez que entra en un centro social, lo primero que le dice a los chavales es que tienen que hacer un buen cuarto de baño, para chicos y para chicas, ya que ser anarquista no está reñido con los baños de diseño. Es que Lucio las únicas herramientas que ha sabido usar bien, han sido las de albañil. Aquí, en secreto, os cuento que cuando el Quico le dio a guardar sus armas mientras estaba en la cárcel, el Lucio se fue con ellas al banco y salió millonario, sin tener ni idea de por qué había sido incapaz de meterse un tiro sin querer. Lo cual demuestra que se puede uno hacer rico en quince minutos, sin tener ni idea de cómo hacer dinero. ¿Tiene algún mérito esto? Ninguno, porque Lucio, como tuvo suerte y nació pobre (su primera comida la hizo con veintisiete años), no tenía respeto por ningún tipo de propiedad, ni privada, ni pública, ni colectiva ni personal.
 
Su segunda característica, es la de ser tonto. Una vez que tuvo millones de francos, los metió en un colchón y siguió yendo a trabajar de albañil. Es terrible este condicionamiento proletario, como el de los bisontes que se tiran por los barrancos en Islandia. Por eso no debemos ser duros con él, que en lugar de comprarse coches y abrigos antibalas, siguió vistiéndose con el traje que heredó de su abuelo. ¿El dinero? Naaa, para cosas de esas de trastadas, travesuras y trapisondas. Y como empresario, un desastre. Ya os lo digo: tonto de diploma.
 
Las dos características anteriores, la de ser tonto e ignorante, hacen de él un filósofo de baratillo. Por ejemplo, él dice que uno es aquello que hace. En cambio los filósofos profundos aseguran que uno es lo que piensa. Os lo aclaro: cuando “uno es lo que hace”, se convierte en una persona contradictoria, sorprendente, impredecible (si tiene suerte). Cuando “uno es lo que piensa”, se convierte en un gilipollas, porque en general lo que piensa uno de sí mismo, suele ser una gilipollez, ya que mientras más cercano está uno a lo que se observa, peor se ve.
 
Ignorantes, tontos y serenos, somos lo que hacemos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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El artículo tiene una segunda parte en: http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/15938

Comentarios

¿Cómo se llama la figura literaria, o recurso, que el autor está empleando palabras a las que da el significado opuesto del que tienen?

 Cuando “uno es lo que hace”, se convierte en una persona contradictoria, sorprendente, impredecible...

 

O en un cabrón. Si uno hace cabronadas.

cuando se lo diga al lucio le va a encantar

Imagen de Acratosaurio rex

En respuesta a la pregunta sobre "Figuras literarias", y tras hacer una consulta a mi asesor en estos temas, te respondo que la figura literaria (y solo figura literaria sin más honduras) en cuestión puede ser:

1.- La Parresia

Según el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia, significa lo siguiente

Parresia.

(Del lat. parrhesĭa).

1. f. Ret. Figura que consiste en aparentar que se habla audaz y libremente al decir cosas, ofensivas al parecer, y en realidad gratas o halagüeñas para aquel a quien se le dicen.

Según el Diccionario ideológico de la lengua española, de Julio Casares, significa: Figura que consiste en decir a uno cosas ofensivas, al parecer, y en realidad gratas o halagüeñas.

En el de María Moliner: Figura retórica que consiste en decir cosas aparentemente ofensivas, pero que, en realidad, encierran una lisonja para la persona a quien se dicen.

2.- La Antífrasis

Según la Real Academia: Antífrasis.(Del lat. antiphrăsis, y este del gr. ἀντίφρασις): f. Ret. Figura que consiste en designar personas o cosas con voces que signifiquen lo contrario de lo que se debiera decir.

En el Julio Casares define Antífrasis como: figura que consiste en designar personas o cosas con palabras que significan lo contrario.

Por parte de María Moliner, Antífrasis es: nombre dado a la aplicación irónica a alguien o algo de una expresión que significa precisamente la cualidad contraria de la que tiene: ‘Le llamaban por antífrasis «Alegrías».

La parresia en retórica puede tener otros significados.

Larga vida al comunismo circular. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

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