No hay una sola Barcelona y mucho menos la oficial. No hay una sola historia de Barcelona. Junto a la ciudad del ocio, del turismo, y de la arquitectura persiste otra comprometida en profundidad con dar respuestas a los problemas de su época y de la sociedad en que le ha tocado vivir.
Es la Barcelona rebelde, solidaria, mestiza, que fue y que ha dejado vivo su trazo, y a partir de la cual podemos tomar impulso para construir otra que puede ser, no en la utopía, fuera de tiempo y lugar, sino aquí en este estrecho margen entre dos ríos, y entre mar y montaña.