A través de esta adaptación ontológica de un texto gramciano sobre esta fecha, yo deseo para todos/as "nosotros/as" que cada mañana sea un nuevo año sin ninguna relación con la cronología de la historia cristiana u otra; pues cada mañana, al despertarme aún bajo la misma bóveda celeste, tengo la impresión día tras día de ser el comienzo de un nuevo año.