El Referèndum de Catalunya como oportunidad de avanzar

Por @BlackSpartak

En estos días, con la aprobación de la convocatoria del Referendum de Autodeterminación y de las leyes de transición hacia la República Catalana - y su consiguiente impugnación automática por parte del Estado que ha utilizado todas sus palancas (Gobierno, Tribunal Constitucional, Fiscalía, Delegación de Gobierno, Guardia Civil) - se ha iniciado la precampaña del 1 de Octubre. Todos los medios de comunicación hablan de ello. Los cruces de acusaciones son continuos, igual que las maniobras de cada lado.

La militancia social y obrera (sea ésta libertaria, autónoma o comunista) llega a esta cita con pocas energías dado el vaciamiento de las calles en los últimos años. Por fortuna las luchas laborales (TMB, estibadores, aeropuerto, kellys, manteros, etc.) y las campañas vivienda/turismo están sirviendo para agitarlas, y esperemos que sea ésta una via creciente en los meses que vienen. Las necesidades materiales deben ser el centro de la actuación de la militancia.

Pero sería absurdo negar la realidad y dar la espalda al choque de trenes que está teniendo lugar en estos momentos en torno a la cuestión catalana. Las Instituciones catalanas están cortando sus vínculos con el estado español. Y éste se defiende de la manera más desastrosa posible, apagando el fuego con gasolina, a base de declaraciones desafortunadas y amenazas... y utilizando el fantasma de la represión. En Catalunya se corre el peligro real de una ocupación policial (militar me parecería un calificativo exagerado) que podría alcanzar un nivel similar al que padece Euskal Herria (doy por hecho que el estado meterá en vereda a los Mossos d’Esquadra; me sorprendería que no lo consiguieran) en unas pocas semanas, de seguir así las cosas.

Bien, y no solo ocurren estas cosas por arriba. A nivel de base la población, al menos la de las comarcas, ya hace tiempo que ha roto todo vinculo emocional con España. Para ellas, ésta ejemplifica todo lo malo: monarquia, autoritarismo, facherío, caspa... y la idea de la República Catalana viene a significar el progreso y la democracia. No hablo en absoluto de revoluciones, que conste, pero la población está en una fase de desafección que podrá llevar a la desobediencia civil. Ya lo podemos ver hoy mismo con la concentración espontánea en Valls contra los registros de la Guardia Civil en una imprenta y su repercusión en Tarragona haciendo ya una concentración delante del cuartel de los civilones. 

La realidad social es que la clase media y la juventud catalanas están rompiendo (si no lo han hecho ya) con España. Solamente queda por definirse la clase trabajadora de los barrios obreros. En los barrios la independencia no nos quita el sueño. Nos quita el sueño no poder pagar el alquiler, no encontrar trabajo, la incertidumbre de nuestra pensión o tener unos servicios (sanidad, educación) cada día en peores condiciones. Por si fuera poco quien más ha hecho por machacar a la clase trabajadora ha sido la burguesía catalana, parte de la cual nos pide hoy su ayuda para lograr la independencia. Por otro lado sería ingenuo equiparar toda persona movilizada por el tema soberanista a burguesía. Habría dos millones de burgueses, entonces, cosa imposible. Hay un buen porcentaje obrero en las movilizaciones independentistas y sería lo suyo reconocer su participación en las movidas sociales (en la defensa del territorio, en las mareas, en las remunicipalizaciones o incluso en las huelgas generales) de muchos de sus militantes.

La desafección al régimen del 78 en Catalunya comenzó a finales de la década pasada. Tuvo una incidencia directa la crisis económica, que arruinó a parte de la clase media (en realidad una parte de la clase obrera que había ido “a más”). Es decir, que existen unas causas materiales latentes. Y sin embargo, la crisis está estallando por lo político y lo simbólico: la cuestión nacional. Posiblemente porque todo estallido en el eje social ha sido evitado por la aparición de la Nueva Izquierda y por la negativa de UGT y CCOO a convocar nuevas huelgas generales.

Bien, quizá tenemos que reconocer nuestra incapacidad de lograr un conflicto construido en torno a las causas materiales. Y en esto hay una razón que veo una y otra vez: la falta de organizaciones de masas que aglutinen las luchas materiales. No existe una gran organización popular o (movimiento de movimientos) que junte unas cuantas decenas de miles de personas en base a algunos puntos comunes. Es una debilidad estructural de la izquierda que provoca que llegado este momento histórico no tengamos fuerza propia y no podamos influir en los acontecimientos. El lugar de la izquierda revolucionaria es dentro de estas grandes organizaciones de masas. En vez de esto tenemos una atomización enorme de las luchas sociales y una segmentarización o especialización. Esto genera indirectamente un espíritu de competencia y no de unidad o solidaridad, que nos mantiene en la marginalidad.

Por otro lado, veo con vergüenza ajena el papel de la izquierda institucional (los Comunes, Iniciativa per Catalunya) jugando el rol de apagafuegos e intentando desactivar el conflicto (no lo olvidemos: el único conflicto con posibilidades que hay planteado contra el Régimen del 78). Y la izquierda revolucionaria va más o menos en este mismo sentido, salvo los grupos marxistas de liberación nacional, que lógicamente apoyan la ruptura de España. En tanto al papel de la CUP, éste ha sido el de radicalizar el Procés Soberanista, arrastrándolo hacia posturas más ambiciosas utilizando su fuerza parlamentaria y su presencia institucional. Durante un tiempo parecía que todo era un bluff, y que los dirigentes del Procés nunca se atreverían a llevar a cabo lo que afirmaban en los mítines.

Seamos claros, el Referendum del 1 de Octubre, no significa la independencia. Eso tardará años en darse, si se da. De celebrarse es posible que se pongan sobre la mesa nuevos debates como el del modelo de estado, el rol de las autonomías, el autoritarismo identitario español, etc. Entrar en estos debates significa una oportunidad para la izquierda revolucionaria. No por que vayan a concedernos minutos de televisión, si no porque por primera vez desde el 15M la población tendrá orejas atentas a su discurso. Y allí sí, podremos plantear las cuestiones materiales como eje central del conflicto.

En cuanto a qué ocurrirá si no se puede celebrar el referendum, yo veo dos posiblidades: o una escalada hacia enfrentamientos más serios (y violentos) que traería una semi-ocupación policial de Catalunya con controles de carreteres y un acoso constante, multas, destitución de ayuntamientos, algunas detenciones, etc. y el otro escenario sería el de la derrota. No nos autoengañemos, una derrota en Catalunya significa la desactivación de la militancia de una de las partes más dinámicas del estado. Y esto afectará de lleno a la lucha social en otros ámbitos (porque una derrota importante te envía a casa y no al colectivo de al lado). Igualmente tendrá repercusiones en otros territorios, de la misma forma que una contestación más amplia en Catalunya tendrá inevitable repercusión en el País Valencià, Baleares y Euskal Herria. Por ello necesitamos la multiplicación de conflictos y movilizaciones en este mes en todas partes.

Estamos aún lejos de cualquier revolución socialista y libertaria, pero estamos relativamente cerca de vivir una revolución democrática en un territorio europeo. Nuestra tarea de revolucionarias es contribuir a que se dé, o, al menos, a arrastrarla hasta el máximo, explotando todas las contradicciones. No me produce especial gracia el hecho de que la clase media sea quien esté liderando este proceso de liberación y eso habla de nuestra debilidad estructural. Por supuesto, para seguir explotando todas las contradicciones y avanzar nuestra prioridad número 1 debe ser la creación de un bloque popular de masas que recoja las reivindicaciones de las de abajo. Sólo esto podrá arrastrar todo el Procés hacia nuevas confrontaciones en el futuro en una dirección socialista.

Comentarios

Imagen de dianacord

Sorprendida. Es un análisis libertario muy amplio. Y provocador.

Salud

 

Los anarquistas, estamos en contra del Estado. Ya existe un Estado que nos oprime, la creación de otro más, no es una buena noticia. Lo que está haciendo el gobierno de Cataluña, es una política de hechos consumados. Pretende forzar la creación de un Estado, gracias al apoyo popular, que necesariamente, debe darle la masa trabajadora. Pero es un gran engaño. No vivirían mejor, sino peor. Las condiciones de vida, en un Estado no reconocido internacionalmente, serán calamitosas.

 

Imagen de Octavio Alberola

El 11 de septiembre, el día de la Diada, la Izquierda independentista reune (12 000) y la Derecha independentista ( casi un millón), gracias al apoyo de esa Izquierda al “proceso por la Independencia” liderada por la burguesía catalana.

Veamos lo que pasó en 1977 en España: La Izquierda hizo una alianza con la Derecha “organizando, posicionando, radicalizando” a las clases populares para que aceptaran la Transición liderada por la burguesía española y ya veis en lo que acabó esa alianza.

En 2017 en Cataluña: La Izquierda independentista propicia una alianza con la burguesía catalana, “organizando, posicionando, radicalizando” a las clases populares para que acepten la Independencia liderada por los partidos de esa burguesía.

¿Será el resultado diferente? ¿No es legítimo temer que suceda lo mismo y que la burguesía siga gobernando e imponiendo políticas antisociales? ¿Por qué sería diferente ahora si entonces el PCE era muchísimo más fuerte que lo que es ahora la CUP?

Alianzas con la burguesia de los representantes de la proletariado las ha habido muchas, inclusive algunas “victoriosas”… ¿Por qué la burguesia ha logrado ser hegemónica por todas partes, y el proletariado se ha quedado en su condición de explotado?
¿Será porque a las “clases populares” se las ha “organizado, posicionado, radicalizado” mal?

Por lo menos reconoced que es legítimo temer que suceda lo mismo ahora que entonces: que se canalice el descontento de las clases populares para salvar al Sistema (el capitalismo) como sucedió en España y ha sucedido en todo el mundo.

¿Es así o no? Juzgad por vosotros mismos el resultado de poner las clases populares al servicio de la burguesía en las crisis políticas y sociales.

Imagen de Mercier Vega

El nuevo invento. Leninismo libertario: apoyemos nuevos estados, que será una etapa transitoria. ¡Libertarios, sumémonos a los creadores de nuevos Estados!. ¡Vota!.

Creo que no es un acierto movilizar desde las organizaciones ni colectivos o individualidades anarquistas, para dar cobertura; al procés. Tampoco es un acierto hacerlo supuestamente por el derecho de autodeterminación, porque entraña una falta de significación y de contexto por lo que se diluye el mensaje con el de las organizaciones soberanistas, ya sean burguesas o pequeñoburguesas como las cup.
Primeramente tendríamos que dar claridad al significado de AUTODETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS, porque crea confusión y se dán por buenos, los argumentos que sobre ella planean desde algunas organizaciones, negando su significado de clase. La autodeterminación de los pueblos hace referencia al concepto pueblo como una clase; la trabajadora y su definición sería la de su capacidad y derecho de ser ella misma la que decida sobre todos los aspectos que le conciernen i repercuten. Dicho de otro modo, vendría a ser la idea de emancipación de esa clase y cual será su destino. También serviría para aquellos pueblos o territorios que realmente son y permanecen sometidos a otra nación o metrópoli y en donde se pisotean o se niegan los mismos derechos y libertades con los que podrian disfrutar el resto de ciudadanos de esa nación o metrópoli. Caso que no sucede en Catalunya, donde hasta la fecha no se ha producido respecto al resto de comunidades españolas.
Aquí es donde se produce la primera contradicción, ya que defender esta autodeterminación comporta por un lado, crear conflicto diferencial con aquellas que no sientan estos sentimientos nacionales y que pertenezcan a la misma clase social; por lo que dividimos de un plumazo todo lazo de solidaridad que pudiera haber entre lxs miembros de una misma clase social. La segunda contradicción es que al asumir el concepto de autodeterminación que se impone desde las organizaciones soberanistas y la burguesía ( y no olvidemos el caracter y la falta de escrúpulos de la burguesia catalana), chocamos de pleno con la transversalidad ya que se entiende que lo que se está defendiendo es el derecho de un grupo de personas que unen sentimientos de arraigo además de otras singularidades como el idioma y las costumbres; por lo que aquí se dá el caso de que se obvian las diferencias de clase y de preferencias ideológicas asi como los intereses que unen a esas clases y que se tornan antagónicos respecto a las diferencias y privilegios de una respecto a la otra. No hablemos ya de aquellas personas que por no tener no tienen ni derecho a pedir pan ni techo por su condición de migrantes y de excluidos sociales.
Otro error gravísimo que están cometiendo algunas organizaciones que se definen anarquistas es su total desconocimiento sobre los fundamentos y principios del anarquismo así como su posibilismo a la hora de buscar compañerxs de viaje, además del entrismo que está sufriendo la CGT por parte de un sector del independentismo y que esta organización ( que desconozco sus estatutos ) pero que supongo no deben de diferir mucho de los de la CNT, y ante los cuales no saben hacerlos respetar. Porque doy por supuesto y pido perdón y se me rectifique si me equivoco, que al igual que en CNT, solamente podrán afiliarse aquellas que sean asalariadas o que al menos si trabajan por cuenta propia no tengan asalariadxs, sin importar sus creencias siempre y cuando no utilizen la organización para fines partidistas ni sectarios, cosa que está ocurriendo en CGT catalunya, o al menos en parte de sus sindicatos.
Todo esto nos lleva a asumir posicionamientos en los que no encajan comodamente nuestros planteamientos y mucho menos nuestras finalidades, teniendo que asumir muchas veces las tácticas y los medios que no nos son propios, obligándonos a dejar de lado en muchas ocasiones las que tanto nos definen así como las luchas por las que tendríamos que apostar. Esto plantea muchas dudas en el resto de trabajadoras que aún sin pertenecer a ninguna organización,existían aquellas que tenían mucho respeto y admiración hacia organizaciones como CNT, al menos aquí en catalunya por lo que su historia a significado para la clase obrera de catalunya y barcelona. Y que ese sería un tema aparte.

Aún así, allá cada cual con sus decisiones y actitudes las cuales respeto profundamente aunque no llegue a compartirlas del todo, pero creo que hemos errado el camino y la realidad. Como dice una compañera: - Desde que desenterraron a Salvador Dalí, se a tornado todo muy surrealista.
Yo por mi parte ni me voy a subir al carro de la burguesia ni mucho menos voy a tirar de él.
Salut y anarquia.

Aviso Legal  |  Política de Privacidad  |  Contacto  |  Licencias de Programas  |  Ayuda  |  Soporte Económico  |  Nodo50.org