Desde el 1 de abril se ha convocado una huelga de vivienda que ha traspasado las fronteras a pesar del cierre de éstas y del confinamiento impuesto. Una huelga más que necesaria en un momento en el que, la imposibilidad de pagar sumada a las precariedades anteriores al Coronavirus, hace que se ponga encima de la mesa la cuestión de la vivienda como algo urgente.