Los Servicios Públicos como inicio del proceso de socialización de la economía

Els Serveis Públics com a inici del procés de socialització de l’economia

Procés Embat

Una de las cuestiones clave del ciclo que se abre en las próximas citas electorales es la de los Servicios Públicos. Durante las últimas décadas los servicios públicos se han ido derivando paulatinamente hacia manos privadas, con lo que la gestión de los aspectos que afectan a toda la población (transporte, vivienda, agua, energía, limpieza urbana, gestión medioambiental, educación, sanidad, etc.) han ido quedando fuera de nuestro alcance para engrosar las cuentas de unas pocas empresas, erosionando con ello la calidad del servicio y las condiciones laborales. Los numerosos casos de corrupción que se detectan en las privatizaciones y externalizaciones y su gestión meramente especulativa y con una clara búsqueda de lucro dejan claro qué implica aplicar el sistema neoliberal a las administraciones públicas.

Las consecuencias del modelo impuesto han contribuido a dilapidar grandes cantidades de recursos comunes para enriquecer a una patronal atrasada que no es capaz de desarrollarse sin echar mano a lo acumulado socialmente durante décadas. Igualmente este modelo ha contribuido a debilitar los diques de contención frente a la precariedad, encareciendo y obstruyendo los servicios, y al mismo tiempo destruyendo decenas de miles de puestos de trabajo que podían contar con un cierto poder sindical y que finalmente han pasado a la bolsa de empleos temporales y salarios de miseria.

Desde el Procés Embat pensamos que el escenario político que se abre en muchos ayuntamientos posibilita que se ponga en cuestión este modelo depredador. Algunos partidos y candidaturas son proclives a esta línea y de hecho en más de una localidad existe algún partido que lo lleva en su programa. El movimiento popular, los distintos movimientos sociales y los sindicatos debemos apretar en el sentido de recuperar lo privatizado, esto es, remunicipalizar. Volver a colocar los bienes y servicios básicos a disposición de toda la población y no sólo de quien pueda pagarlos. Tanto si la remunicipalización es llevada a cabo por una administración concreta como si se trata del producto de una lucha reivindicativa del movimiento popular, se tratará de un avance que beneficia a toda la población.

Los servicios públicos externalizados deben volver a ser controlados por las administraciones, pero además tenemos que exigir que se abran a una gestión democrática. Es en este aspecto donde es posible que se dé un conflicto durante el próximo ciclo político con aquellas candidaturas de la izquierda que se conformen con engrosar el sector público sin otros planteamientos. No queremos que los servicios estén en manos de burocracias opacas, que también son un foco potencial de la corrupción. Debemos apostar por una gestión donde tenga cabida la plantilla de trabajadores y trabajadoras de este servicio. Y por consiguiente debemos capacitar y orientar a los colectivos de trabajadores y sindicatos del sector público hacia este objetivo.

Además deben existir mecanismos de auditoría y control de los servicios por parte de las personas usuarias del mismo. Estos mecanismos han de ser simples y prácticos para fomentar la participación e implicación de la persona usuaria. Imponer unos mecanismos de participación complejos, burocratizados o que se tenga que invertir mucho tiempo hace imposible la participación a la mayoría de la población.

·  Defendemos un modelo socioeconómico verdaderamente democrático en el que todas las personas decidan su funcionamiento. Esta es la manera en la que las clases populares se pueden reapropiar de aspectos que un día fueron suyos. Es un paso para la transformación social en el que podemos reapropiarnos de nuestro entorno material y avanzar a una sociedad donde toda persona pueda realizar sus proyectos vitales.

·  Defendemos un sistema social que garantice el acceso universal a los medios de vida para todas las personas que vivan en nuestro territorio, independientemente de su origen geográfico. Este sistema de protección social, o de seguridad social, también debe estar gestionado por la ciudadanía a través de mecanismos participativos, de manera que el sistema público no pueda ser parasitado por minorías políticas o económicas.

Todo esto conformará un sistema verdaderamente público y participativo, en manos de las personas trabajadoras y usuarias en una cogestión de servicios y sistema social equilibrada. Se desprende de este planteamiento que para lograr unos servicios realmente públicos es necesario un cambio profundo de la organización social existente.

Los pasos a dar tanto desde el movimiento libertario como desde el movimiento popular son:

1.     Oposición frontal a nuevas privatizaciones y externalizaciones. Como primera medida, meramente defensiva, pero necesaria para tomar conciencia, elaborar discurso e iniciar un replanteamiento del servicio a largo plazo.

2.     Reabsorción de lo privatizado, como se ha expuesto antes, y además una progresiva democratización de la administración de lo público. Es decir, pasar de una postura defensiva a una de ofensiva social. Para ello se necesita implicar tanto al movimiento sindical, como a los colectivos de usuarios de lo público, en particular, y a toda la población, en general.

3.     Ampliación de los servicios públicos. No podemos contentarnos con tener varias ramas aisladas de servicios públicos sin contacto entre sí, sino que los servicios deben ser parte de un todo, parte de nuestra vida en común. La ampliación de los servicios debe ir en línea con la construcción de una economía socializada que satisfaga las necesidades básicas de las personas. Además deberán conectar paulatinamente con los proyectos autogestionarios actuales y futuros que intentan cubrir las necesidades básicas sin pasar por los cauces del Estado.

Consideramos que más allá del ambito muncipal la sociedad debe disponer de nuevos servicios públicos como un parque público de vivienda social, un modelo agropecuario, de distribución alimentaria y de bienes, una Investigación y Desarrollo (I+D) al servicio de los intereses de la sociedad, y otros elementos básicos como podrían ser, por ejemplo, los electrodomésticos y el confort de la vivienda, cuestiones elementales para nuestra clase, la trabajadora. Es por ello que se necesita también un tejido industrial básico de titularidad pública que desarrolle bajo principios de universalidad, eficiencia energética y cero obsolescencia los productos de primera necesidad. Del mismo modo, los sectores eléctrico, las comunicaciones, los recursos minerales y energéticos y el transporte deben estar en manos de la sociedad organizada.

Para concluir, decir que nuestro posicionamiento en defensa de los servicios públicos se basa en una perspectiva de cambio general de la sociedad y de sus relaciones internas. Es básico cambiar el paradigma de derrota actual en el imaginario colectivo para poner en la agenda popular la gestión de lo público. Es una pieza clave en la transformación social por un mundo nuevo donde podamos construir nuestro propio destino.

Quienes apostamos por una trasformación revolucionaria de la realidad tenemos por delante enormes retos. Pensar y diseñar nuevos modelos de relaciones económicas y de apoyo mutuo socializadas, y contribuir a la organización de ofensivas sindicales, vecinales y populares que planteen cambios sustanciales que trasciendan los cambios cosméticos y supongan avances hacia una sociedad libre.

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http://embat.info/els-serveis-publics-com-a-inici-del-proces-de-socialitzacio-de-leconomia/
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