[Moscú] Notas de un Co-Conspirador
Enviado por anonerror (no verificado) en Jue, 17/11/2011 - 19:16
Hoy, han pasado dos años desde que nuestro compañero Ivan Khutorskoy fuera asesinado en Moscú. Para la ocasión publicamos un artículo que fue escrito para la revista Avtonom en Ruso, y traducido al inglés por Abolishing the Borders from Below."Tú estás hecho de otra pasta diferente. Estás mucho más preparado que yo para esta clase de mierda. Me lo imaginaba, cuando me dijiste por teléfono, que Vanya ya no está".
escribía un joven compañero una vez, en el contexto de un debate. Estábamos de pie en el andén del metro, los vagones de acero chirriaban encima de los raíles metálicos. Sus frenos metálicos resonaban por mi interior. Sí, mi joven amigo, definitivamente yo estoy preparado para esta mierda.
Respecto a la muerte de Vanya, en espíritu yo ya estoy en mi cuarta década, aunque a mi edad física le corresponda llegar a ella mucho más tarde. Mis veintes los pasé en un frenesí skinhead-casual, mezclados con un bagaje de ideas anarco-comunistas. Para mí, todos aquellos años pasaron al lado de dos tipos. Uno de ellos lo dejamos atrás hace bastante tiempo, ahora está más en el tema de mujer/señoritas/niños/coche. El otro era Vanya. Si estuviera vivo, sano, y fuera de la cárcel mi cuarta década tampoco sería aburrida, pero no será la misma.
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Nos conocimos alrededor del año 2004. Yo estaba buscando nuevos compañeros, para pasar el rato con algunos de los viejos ultra-violencia. Ya hacía cerca de un año del final de la peña alrededor del FC Mosenergo, y no estaba ocurriendo mucho más. En la práctica, en torno a mí no estaba la gente adecuada. Volviendo a entonces, se consideraba que necesitabas un grupo de unos 10, 20 o 30 para darle una paliza decente al enemigo.
¿Y quién andaba por ahí? La mayoría eran tipos estúpidos del foro de la web http://antifa.ru, incluso idiotas totales de la organización juvenil del partido liberal Yabloko. La única persona de antifa.ru, que tenía cabeza era Dzhey, a quien el primer album de "Proverochnaya Lineyka" se le dedicó más tarde. Pero no había obstáculos sobre los que no pudieras pasar con algo de persistencia. Los idiotas se fueron largando, la gente normal aparecía. Y paso a paso, juntamos una peña, quizás de veinte, que era capaz de algo de acción. Alguna gente, que más tarde se la conoció bastante, y que estaba por allí, eran: DJ Stalingrad, Fedyay, Vanya. Más tarde apareció Shkobar (yo ya lo conocía de los tiempos del Mosenergo, pero por una temporada se salió del antifascismo, intentando hacer carrera como hooligan del Spartak). Más tarde, apareció Tigran, a cuya casa le pusieron una bomba, así como Ilya Dzhaparidze. Y por supuesto, muchas otras personalidades impresionantes aparecieron también. Pero Loshak tiene razón cuando dice que "es mejor escribir solo de los antifas muertos, y aquellos que ya son famosos, y no descubrir a los que aún no lo son."
Antes de que Vanya nos conociera, estaba peleando con los boneheads en los conciertos punk. Igual que Dzhey estaba combatiendo a los nazis con sus amigos hip-hoperos; no relacionados con la infame banda del White Smoke Clan, famosos por su batalla callejera con los boneheads a finales de los 1990s y primeros 2000s. Volviendo a entonces, a mediados de los 2000s, los antifa en Moscú eran una clara minoría. No había lugares obvios para reunirse en ninguna parte. Pero si empezabas a machacar a los boneheads, siempre habría afinidades que te conectarían con otros colegas. Y es así como Vanya se unió al grupo.
Hacíamos dos o tres ataques cada mes. A mediados de los 2000s había muchos sitios en Moscú (bancos conocidos en parques, entradas de metro), en los que podías ir y encontrar nazis. También había bastantes conciertos más o menos ultraderechistas. En algunos de ellos era fácil. Podías atacar a cualquiera del hall. Con otros tenías que tener más cuidado ya que los ultraderechistas eran solo el 20-30% de la gente. Volviendo a entonces, casi no había "travmats" (pistolas de balas de goma) y el hábito de llevar cuchillos estaba solo empezando; las peleas tenían lugar casi siempre si armas, a veces con sprays de gas pimienta, a veces con botellas y barras de hierro.
Esta impunidad relativa dio lugar a una vida descuidada; había muchas más peleas que hoy, a menudo tenían lugar en espacios públicos, incluso bajo cámaras de videovigilancia. Por ejemplo, hoy no atacaría a un nazi en un vagón de metro en marcha. Si saca un cuchillo, es bastante probable que lo maten, tu cara saldrá grabada, y si no te detienen en la siguiente estación de todas formas estás en una gran mierda. Pero volviendo a aquellos días era la cosa más común del mundo patear nazis en un tren en marcha: la duración del trayecto entre dos estaciones en el metro de Moscú es casi la de una ronda de boxeo, y en la siguiente estación desaparecías del mapa, con un poco de sudor bajo la camiseta.
Algunos nazis resultaron seriamente heridos tras encontrarse con nosotros. Aunque un par de veces la policía pillara a uno o a varios de nosotros tras ver este tipo de peleas, nunca hubo ninguna denuncia. Tuvimos mucha suerte, ya que cada vez que alguien resultaba detenido, no había nazis heridos graves. Por otro lado, la palabra "Antifa" era familiar solamente al FSB (la ex-KGB), y para una pequeña minoría de polis más jóvenes y más listos. Entonces los polis no tenían que cojer una cuota de extremistas, y pensaban como la gente normal: quizás estos chicos tenían razones para no gustarse unos a otros, y si nadie ha resultado permanentemente herido o muerto, no hay razones aparentes para escarbar más allá.
No estábamos creando un círculo vicioso con estas peleas, pero nos ganamos notoriedad entre los nazis y entre las subculturas juveniles en general. Los nazis intentaban cazarnos, sin éxito, pillando a chavales alternativos al azar. Unos pocos años más tarde, conocí a un RASH-Skinhead que me contó una historia de cómo se había hecho skinhead anarquista. Un día, estaba caminando por la calle, con una camiseta de Yegor Letov, y los nazis le dieron una paliza, diciendo que era un redskin. Se interesó en buscar de qué iba el tema, leyó un poco en internet y llegó a la conclusión de que los redskins molaban. Un historia muy típica.
Un par de palabras sobre "United Brigade 46" (OB46), un proyecto antifa falso de los nazis. Tuvieron éxito en atrapar y darles una paliza a los, hoy muertos, Vanya y Fedyay, así como a Shkobar y a una cuarta persona, y hacer un vídeo con ellos. Este montaje todavía sale en TV, normalmente en un contexto erróneo, como parte de los programas sobre nazis y antifas en los mass media. OB46 comenzó a hacerse nombre cerca de medio año antes de este famoso día. Hicieron una web, escribieron unas tonterías, pero en un estilo antifa. La gente se empezó a comunicar con ellos, tiempo durante el cual su estupidez se hizo más obvia.
No sospechaba de que fueran nazis, sino policías de Petrovka 38, y traté de convencer a la gente de que no tuviera nada que ver con ellos. La cuarta persona del video decidió que eran tipos normales, que solamente escribían estupideces por su falta de luces. Una vez, casi nos descubre, lo que hubiera tenido unas consecuencias horribles. Fue durante el festival de música nazi-pagana "Koloyar". Después de tales festivales, alguien resultaba herido. A los organizadores les quedó claro que alguien iba detrás de sus visitantes y decidieron tomar medidas para defenderse.
Antes de otra edición del festival, que fue organizada no lejos de la estación de metro de "Oktyabrskoye pole", hicieron un trato con policías locales, que les prometieron desplegar patrullas extra en la zona. Decidimos que no merecía la pena, y cambiamos de táctica. Temnozor estaba a punto de tocar, y encontramos una cita excelente de sus letras "Veo que la hora está llegando, cuando las cruces ardan, cuando no haya piedad para los curas en las iglesias, cuando una vez más los dioses de Rusia sean orados, y la gente esté renegando de los ojos decepcionados del judío crucificado". Empezamos a difundir por todo internet que este grupo iba a tocar. Nuestros esfuerzos dieron resultados y incluso algunos diputados quisieron intervenir.
La única cosa que tuvimos que hacer fue convocarlos, pero entonces Shkobar se imaginaba que con esta campaña de relaciones públicas tan grande el festival se podía desconvocar y en este caso no habría oportunidad para patearle el culo a ningún nazi. Estuvimos de acuerdo, y no implicamos a ningún diputado. A parte de la poli, aparecieron unos cien nazis de sus grupos importantes, ansiosos por encontrarnos. Éramos unos veinte, pero nos las arreglamos para esquivarles y machacar un grupo de gente que iba al concierto, marcando un tanto. Sin embargo, sin perguntarle a nadie la opinión, en encima citado "cuarto héroe del video" se reunió con representantes del OB46 más o menos una hora antes de nuestra acción, y les dijo "vamos a saltar encima de ellos ahora, traed vuestro grupo y uniros a nosotros". Sin embargo, los infiltrados nazis eran demasiado cobardes y por eso nunca supieron nuestro punto de reunión. Así, al final el proyecto OB46 tuvo menos éxito del que podría haber tenido.
Organizábamos conciertos también. Ahora la mayoría del hip-hop, punk, ska y hardcore es más o menos antifascista, pero entonces la escena antifa era totalmente underground, secreta y marginal. Los conciertos normalmente los organizaba DJ Stalingrad. Alquilábamos pequeños clubs en los barrios (la mayor entrada de pasta era la venta de discos mugrientos los fines de semana), los fines de semana y los domingos. El equipo de sonido era horrible, nuestros puntos de encuentro eran un secreto muy bien guardado. El primer concierto de este tipo fue legendario, por encima de cualquier alabanza. No iban a tocar ni Heads ni Klowns. Unas 60 personas abarrotaban un pequeño sótano. El propietario del lugar se imaginó lo que estaba ocurriendo, y vino diciendo "qué es esta mierda, no soy tonto, 'Korroziya Metalla' ensaya aquí y vosotros me estáis montando un concierto sin preguntarme nada". Esto no descolocó a DJ Stalingrad, hizo unas llamadas y nos trasladamos a la estación de metro de "Vodny Stadion" en donde después de hora y media, el concierto pudo empezar, con un equipo de sonido directo desde la URSS en un espacio de ensayo de ballet en un oscuro edificio.
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Yo he estado implicado en muchos proyectos anarquistas en los que he puesto mucho tiempo y esfuerzo, y intentaba ser creativo, pero a pesar de todo sin resultados de ningún tipo. En lo que respecta al antifascismo, lo que es diferente de muchos países occidentales aquí es que en Rusia el fenómeno apareció en torno a un pequeño tema de auto-organización de la juventud subcultural para contrarrestar la violencia bonehead en los conciertos. No todo este esfuerzo se puso en el antifascismo, pero en un punto comenzó a crecer como una avalancha.
En un momento nos dimos cuenta de que nuestra base humana ya no era de 20 combatientes, sino de en torno a cien. Tuvimos que decidir qué hacer en estas nuevas circunstancias. Era mi opinión, que deberíamos dividirnos en grupos de 10-20 personas y hacernos más y más profesionales, aterrorizar a los nazis de tal manera que ya no molestaran ni a la policía. Shkobar, Fedyay, DJ Stalingrad al contrario, consideraban que molaría organizar combates de alto perfil. Tuvimos conflictos, tensiones y la disensión entró en escena; durante varios años no le di la mano a Fedyay; la primera vez fue, después de una larga temporada, cerca de un año y medio antes de que fuera asesinado.
Vanya dudaba, no tenía claro cual de las dos vías sería la más adecuada, pero tendía a escoger la mía. Entonces fue asaltado en la puerta de su casa, golpearon su cara con un bate de beisbol, la cara y el cuello lo acribillaron con un destornillador afilado. Tuvo que pasarse cinco meses en el hospital, y obviamente, le llevó mucho más tiempo estar listo para la lucha otra vez.
Y así, que la estrategia de la ostentación prevaleció. Las pandillas iban de entre 30 y 110, el número más grande al que se llegó en una acción fue contra el concierto ultraderechista en Tochka-Club. Fueron atacados varios conciertos y actos nacionalistas con botellas, barras de hierro y bengalas. Esto duró un año o año y medio, y quizás hubo 10 o 15 de estos ataques. Los medios se hicieron eco y en cada vez más foros se hablaba del tema. Yo me oponía a estas acciones, el riesgo era demasiado alto y no merecía la pena, y mis relaciones con los organizadores de estas acciones eran algo frías.
No quiero parecer el bueno en público, sólo quiero decir que alrededor del grupo que organizaba estas cosas, los que más lejos llegaron, fueron los que más tonterías sin sentido hicieron. La gente empezaba a aparecer, querían machacar nazis pero no con el "grupo principal". En general, había cada vez más gente en ese tiempo sin oportunidad de ser organizada toda a la vez en un grupo grande. Estaba también la historia de la investigación del diputado de la Duma Alksnis, sobre el caso criminal que insistió en que se abriera contra "un grupo que organizaba disturbios". Esto limitó las actividades del "grupo principal" mucho, aunque todavía no sé cómo no acabaron todos en la cárcel entonces. O los polis eran demasiado vagos, o desde el punto de vista de la propaganda del estado no era beneficios tener un proceso judicial contra antifascistas en el "país que derrotó al fascismo". Especialmente, entonces, la opinión oficial de la policía era que no había fascistas en Rusia, sólo hooliganismo ocasional y juventud sin nada que hacer.
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Finalmente, Vanya volvió a estar en forma y se organizó un grupo entorno a él. Más tarde, o los nazis, o investigadores de Petrovka lo llamaron "la banda de Kostolom". El "grupo principal" no estaba contento con esta nueva iniciativa, durante el primer año y medio sus relaciones con nosotros fueron bastante frías. Podíamos movilizar entre 15 y 30 luchadores de variada calidad, de entre 16 y 25 años. A veces hacíamos acciones con otros grupos. Teníamos un destacamento de escolta, chicas de entre 16-19 años. Casi todas encontraron novio entre los que reconocían su labor. Un par de estas chicas, sin embargo, encontraron chico en el bando contrario, lo que por supuesto era un epic fail (gran cagada); obviamente fueron excluídas de todo, pero ya sabían demasiado.
Vanya organizaba entrenamientos. Al principio, era todo en un gimnasio mugriento en el mismo borde de Moscú: con hierros oxidados, guantes de boxeo y sin duchas. Parecía sacado de Romper Stomper o de Rusia 88. Luego lo perdimos, y durante un tiempo tuvimos un gimnasio mucho mejor sin hierros pero con ducha y suelo acolchado, Vanya nos enseñaba Sambo. También íbamos al bosque a pelear entre nosotros con guantes, lo llamábamos "Boycovski klub", "Fight Club", que luego acortamos a Beka. Desde entonces Beka es una palabra muy usada en la jerga antifa en Rusia.
Había muchas peleas. Me gustaba mucho cuando estábamos montando en el metro alrededor de otra "marcha rusa". Algunos chavales entraron en el vagón, todos llenos de banderas imperiales rusas (negro-dorado-blanco). Uno de ellos estaba especialmente distinguido con sus pisamierdas negras (botas de combate), un pasamontañas negro, y un brazalete con la bandera imperial. Los nuevos pasajeros miraron el vagón, y uno de ellos dijo "hagamos un "vagón blanco" (un término nazi para referirse a un progrom en el metro). "Está nuestra gente aquí?" Nos estábamos riendo tanto que casi nos caemos. "Y si son antifa?" - otro patriota jovenzuelo estaba preguntando. Apenas había dicho estas palabras, cuando las puertas se cerraron, y entonces las banderas imperiales volaron por el vagón. Casi nos pilla la policía, pero nos retiramos con éxito. Creo que realmente salvaron a esos idiotas, si hubieran saltado encima de alguien con estas intenciones, lo más probable es que los hubieran enviado directamente a Kolyma [una prisión de Siberia] directamente desde el metro. Pero con nosotros sólo perdieron unos cuantos dientes y recibieron unos pocos golpes, pero se pudieron ir.
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La violencia escalaba constantemente. El asesinato de Timur Kacharava fue noticia política a nivel nacional, así como el asesinato de Aleksandr Ryukhin. Incluso el ataque de los nazis contra músicos que volvían de un concierto en la región de Moscú (el bajista del grupo "Shlyuz" resultó seriamente herido) fue considerado un acto sin sentido. Pero realmente, no es tan sorprendente esta escalada. Nadie tenía costillas o riñones de sobra. Un cuchillo en tu bolsillo es una mínima garantía de que te salvarás. Y si sabes que la persona que va a saltarte encima tiene un cuchillo en su bolsillo, lo más probable es que también quieras tener tú uno también.
Una vez cogimos a unos nazis cerca de un acto del NSO ""Sociedad Nacional Socialista" (más tarde sus miembros fueron condenados en varios juicios por asesinatos en serie raciales bastante chungos). Éramos unos quince en el centro de Moscú, caminábamos por la calle a una distancia creciente entre unos y otros. Vi dos boneheads, a unos quince metros de mí, saltamos a por los que estaban más cerca. Uno de nosotros le lanzó gas, otro le apuntó a la cabeza y le tiró unas balas de goma. Luego un grito -"tiene un cuchillo!". Me moví hacia él e inconscientemente abrí mi navaja. Un nazi estaba en el suelo, otro capullo, también gaseado corría muy rápido, aunque la calle estaba llena de coches. Se fue. Creíamos que dos de nosotros habían sido acuchillados. Pero las balas de goma habían entrado por la puerta de un banco abierta, y los de seguridad salieron con ametralladoras, con chalecos antibala. Empezaron a ayudar a los heridos, y nos dijeron que nos largáramos de allí antes de que la policía llegara. Le dimos unos adioses al nazi tendido en el suelo y nos esfumamos.
Debido a la escalada de la violencia mucha gente abandonó el antifascismo para siempre. Creo que esto era porque entendían el conflicto en el marco de la subcultura, y obviamente no hay tanta gente dispuesta a arriesgar su vida por una música bonita. No me considero una persona especialmente valiente, pero para mí el conflicto con el fascismo siempre fue ideológico. Si miras el tema fascismo/antifascismo en un contexto político en vez de subcultural, estarás mucho más preparado para estas acciones.
Se hizo claro que entonces la peña no estaba preparada para la dureza de todo esto. Invitamos quizás a medio centenar de personas a cada pelea, una vez que nos habíamos reunido las 15 personas más activas. Revisábamos la lista de la gente que habíamos invitado, y nos dábamos cuenta de que nadie de los presentes conocía a más de cinco. Y esto era así a pesar de las provocaciones policiales, la infiltración fascista, el peligro de estar con gente que nunca comprobamos, y de los chivatos también...
A parte de esto, entre nosotros y entre los skinheads de nuestra peña, no sólo había amigos de la botella, sino también gente que cuando bebía pegaba a cualquiera que aparecía. Una vez, uno de estos casos acabó en un tiroteo con unos paletos locales en una de las ciudades de la región de Moscú. Por suerte, los paletos decidieron no seguir el conflicto más allá, porque hubo en aquellos momentos 50 de los nuestros esperando entre los arbustos durante tres horas con barras de hierro. Y en caso de que hubiera habido una pelea, alguien podría haber resultado muerto. Todo porque alguien se había emborrachado y le habían partido la nariz.
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Debido a todo esto, nuestro grupo se reorganizó. Cómo, lo sabréis si llego a mi quinta década.
Seguí en contacto con Vanya, teníamos varios proyectos. La última vez que lo vi vivo fue en nuestro torneo de artes marciales mixtas "No surrender!". Luego le llamé un par de veces más, quería hablar... entonces lo mataron. Yo quería haber hablado sobre su papel de persona pública, en una situación en la que todo el mundo entendía que era la persona clave. Tenía miedo de que después de cualquier tontería, si la policía se enfadaba, Vanya podría ser la primera persona que fuera a la cárcel. Nos habían endosado un caso contra Shkobar y solo pasó un año en prisión, había algunas historias que se pensaba que podrían encerrar a Vanya... Quería explicar esto a Vanya, sentarnos y pensar qué hacer con su imagen, pero una bala nazi en su nuca canceló todo esto.
Vanya fue una de aquellas personas, en la que ni los tranvías quieren interponerse en su camino. Era un anarquista, metido en temas editoriales de la revista Avtonom, incluso escribió cosas para nosotros. Pero para él, la primera prioridad fue siempre la guerra entre los nazis y el RASH. No diría que fuera uno de mis mejores amigos, pero estuvo muchas veces en mi cumpleaños, y yo en el suyo, un par de veces celebramos juntos el año nuevo. Es difícil decir, pero creo que durante los últimos años de su vida, no tuvo mucha implicación en las actividades recreativas ni en la resistencia con nosotros, los co-conspiradores.
zjudez
Originally written for Avtononom #32

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