Como colofón a una intensa campaña anti-especulación que lleva más de un mes en marcha alrededor de 150 personas, conformando un humorístico cortejo que incluía alcalde, obispo, un grupo de expropiadores in black y el grupo Ritmos de Resistencia con su batucada, han recorrido la Madalena para denunciar una de las tristes y patentes realidades de este barrio del Casco Histórico zaragozano, la de los edificios vacíos, que no abandonados.
Edificios que no están abandonados porque, como ha explicado el improvisado "alcalde" tienen dueños con nombres y apellidos, que han mantenido espacios muertos hasta 20 años, mientras el precio de la vivienda se multiplicaba hasta por 10. El cortejo, salido de la convocatoria conjunta de Stop Desahucios, la AV Madalena Calle y LIbertad y la Asamblea 15-Madalena, ha empezado su recorrido en la Iglesia de la Magdalena, denunciando el papel de la Iglesia y las instituciones, que tienen terminada esta reforma, que ha costado un dineral y la iglesia, que podría ser un excelente centro cultural, cerrada a cal y canto.
Luego ha transitado por diferentes edificios entre gritos de expropiación recordando que si alguien mantiene durante décadas vacío un edificio no debería esperar otra cosa que la expropiación para alquiler barato o la okupación del mismo. También se han colgado carteles en edificios reformados pero cerrados sin destino claro, recordando que el alquiler social, la llamada VPA, sigue siendo poco asequible. Casas es lo que sobra y especuladores, también. Y por supuesto se ha parado en uno de las decenas de solares que esperan un destino en todo el Casco Histórico. Solo en la Madalena son 50 estos espacios muertos. Aunque algunos se han recuperado, aún quedan muchos por utilizar. Se ha concluido el pasacalles en la Pza Asso, donde se halla el Caserón Labalsa, un edificio del siglo XVII de gran valor arquitectónico y que lleva años cubierto de andamios. Junto a las obras del caserón se ha realizado un vermú popular y los asistentes han pegado ideas y deseos en banderolas pidiendo rehabilitación de espacios, el fin del acoso policial en el barrio o en favor de la okupación.
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