A.5.7 La revuelta de mayo-junio de 1968 en Francia
Los acontecimientos de mayo-junio en Francia pusieron de nuevo al anarquismo en el candelero después de un periodo durante el cual mucha gente había considerado el movimiento muerto. Esta rebelión de diez millones de personas empezó humildemente. Expulsados por las autoridades de la universidad de Nanterre en Paris por actividades contra la guerra en Vietnam, un grupo de anarquistas (incluyendo Daniel Cohn-Bendit) invocaron en seguida una manifestación. La llegada de 80 policías enfadó a muchxs estudiantes, que dejaron sus estudios para juntarse a la batalla y expulsar a los policías de la universidad.
Inspiradxs por este apoyo, lxs anarquistas tomaron el edificio de la administración e invocaron un debate de masas. La ocupación se extendió, Nanterre fue rodeado por la policía, y las autoridades cerraron la universidad. Al día siguiente los estudiantes de Nanterre se concentraron en la universidad de La Sorbonne en el centro de Paris. La presión de la policía continuó y la detención de mas de 500 personas causó el descontento que dio comienzo a cinco horas de lucha callejera. La policía también atacó a los transeúntes con porras y gas lacrimógeno.
Una prohibición total de manifestaciones y el cierre de La Sorbonne hizo salir a miles de estudiantes a la calle. La creciente violencia policial provocó la construcción de las primeras barricadas. El periodista Jean Jacques Lebel escribió que a la una de la madrugada, "Literalmente miles de personas ayudaron a construir barricadas (...) mujeres, obreros, transeúntes, gente en pijama formaron cadenas humanas para llevar las piedras, madera, hierro." Durante una noche entera de batalla 350 guardias fueron heridos. El 7 de mayo una manifestación de 50,000 contra la policía se transformó en una batalla que duró todo el día en los callejones del Quartier Latin (Barrio Latino). El gas lacrimógeno de la policía fué contestado con cocteles molotov y el canto: "¡Viva la Comuna de Paris!"
Al llegar el 10 de mayo, manifestaciones masivas y continuadas forzaron al ministro de enseñanza a entrar en negociaciones. Pero en las calles habían aparecido 60 barricadas y lxs jóvenes obrerxs se unían a lxs estudiantes. Los sindicatos condenaron la violencia policial. Manifestaciones masivas por todo el país culminaron el 13 de mayo con un millón en las calles de París.
Enfrentada con esta protesta masiva, la policía salió del Barrio Latino. Lxs estudiantes tomaron La Sorbonne y formaron una asamblea de masas para difundir la lucha. De pronto las ocupaciones se difundieron a cada universidad en Francia. Desde La Sorbonne llegaba un torrente de propaganda, folletos, proclamaciones, telegramas y posters. Esloganes como "Todo es posible," "Sé realista, Pide lo imposible," "La vida sin tiempos muertos," y "Está Prohibido Prohibir" cubrieron las paredes. "Todo el Poder a la Imaginación" estaba en labios de todo el mundo. Como indicó Murray Bookchin, "las fuerzas motivadoras de la revolución hoy... no son simplemente la escasez y la carencia económica sino también la calidad de la vida diaria... la tentación de controlar su proprio destino" (Post-Scarcity Anarchism, pp. 249-250).
El 14 de mayo lxs obrerxs de Sud-Aviation cerraron con llave a la dirección en sus oficinas. Al día siguiente ocurrió lo mismo en las fabricas de Cleon-Renault, Lockhead-Beauvais y Mucel-Orleans. Esa noche fué ocupado Teatro Nacional en París como asamblea permanente para el debate de masas. Después, la fábrica más grande de Francia, Renault-Billancourt, fue ocupada. A menudo se tomó la decisión de continuar la huelga sin fin sin consultar a los gerentes del sindicato. Al llegar el 17 de mayo, cien fábricas en Paris estuvieron en manos de lxs obrerxs. El fin de semana del 19 de mayo 122 fabricas fueron ocupadas. El día siguiente, la huelga y las ocupaciones se generalizaron con unas seis millones de personas comprometidas. Los impresores dijeron que no querían que hubiese un monopolio de reportaje informativo en la tele y en la radio, y decidieron publicar periódicos mientras que la prensa "desarrolla con objectivitud el papel de proveer información como es su deber." En algunos casos los impresores insistieron en cambiar los títulos o artículos antes de publicar el periódico. Este fue el caso con la mayoría de la prensa de derechas como "Le Figaró" o "La Nation".
Con la ocupación de Renault, lxs ocupantes en La Sorbonne se prepararon para juntarse en seguida a lxs huelgistas de Renault, y encabezadxs por banderas anarquistas rojas y negras, 4,000 estudiantes se dirijeron hasta la fábrica ocupada. El estado, los patrones, los sindicatos y el Partido Comunista contemplaron su peor pesadilla - una alianza entre lxs obrerxs y lxs estudiantes. Se mandó diez mil policias de reserva y gerentes sindicalistas cerraron con llave las puertas de la fábrica. El Partido Comunista mandó a sus adherentes de destruir la rebelión. Se unieron con el gobierno y los patrones para diseñar una serie de reformas, pero una vez en las fábricas lxs obrerxs se burlaron de ellxs.
La lucha en sí misma y la actividad se extendió y fue organizada por asambleas de masa autogestionadas y coordinada por comités de acción. Las huelgas fueron organizadas a menudo por las asambleas también. Como dice Murray Bookchin la "esperanza (de la rebelión se halló el la extensión de la autogestión en todas sus formas - las asambleas generales y sus formas administrativas, los comités de acción - a todos los sectores de la economía, en efecto a todos los aspectos de la vida misma" (Ibid., pp. 251-252). Dentro de las asambleas, "un hambre de vivir tocó a millones de personas, un renacimiento de los sentidos que el pueblo no sabía era suyo" (Ibid., p. 251). No fue una huelga de estudiantes o de obrerxs. Fue una huelga del pueblo que no se percató de casi ninguna división de clase.
El 24 de mayo, lxs anarquistas organizaron una manifestación. Treinta mil personas se dirijeron hasta la Place de la Bastille. La policía protegió los edificios del gobierno, utilizando las herramientas de siempre - gas y porra - pero La Bourse no estaba protegida y fue quemada por un número de manifestantes.
En este momento unos grupos de la izquierda perdieron sus nervios. El grupo troskista JCR mandó a la gente a volver al Barrio Latino. Otros grupos como UNEF y el Parti Socialiste Unifié (Partido Socialista Unificado) detuvieron la ocupación de los edificios de Financias y Justicia. Cohn-Bendit dijo de este acontecimiento "En cuanto a nosotros, no nos dimos cuenta cuan fácil hubiera sido contra toda esa gente (...) Ahora sabemos que si el 25 de mayo, en Paris, al despertar, hubieramos sido informados que los edificios más importantes estaban ocupados hubieramos derrocado al Gaullismo" Cohn-Bendit fue expulsado más tarde esa noche.
Con el crecimiento de las manifestaciones y ocupaciones el estado se preparó a utilizar todo su poder para controlar la rebelión. Clandestinamente, los militares más importantes prepararon a 20,000 soldados leales para desplegarlos en París. La policia ocupó centros de comunicaciones como las estaciones de televisión y correos. El lunes, 27 de mayo, el gobierno garantizó un aumento de 35% del sueldo mínimo y un aumento medio de 10%. Los líderes de la CGT organizaron una manifestació de unos 50,000 obreros por las calles de París dos días más tarde. Se cubrió Paris con anuncios pidiendo un "Gobierno del pueblo". Desafortunadamente la mayoría pensaba siempre en querer cambiar el gobierno en lugar de tomar el poder por sí mismos.
Al llegar el 5 de junio la mayoría de las huelgas se habían terminado y una atmósfera de lo que el capitalismo llama normalidad había reaparecido en Francia. Las huelgas que continuaron después de esta fecha fueron sofocadas con operaciones militares. El 7 de junio, atacaron la siderúrgica de Flins lo cual dió comienzo a una battalla de cuatro dias que se saldó con un obrero muerto. Tres días mas tarde, los huelgistas de Renault fueron fusilados por la policia con dos muertos. Aisladxs, estos puñados de militantes no podían tener éxito. El 12 de junio, las manifestaciones fueron prohibidas, grupos radicales fueron declarados fuera de la ley y sus miembros fueron detenidxs. Atacadas por todos lados, con violencia estatal en aumento y traicionadas por los sindicatos, la huelga general y las ocupaciones terminaron.
Entonces ¿por qué fracasó la rebelión?. Ciertamente, no a causa de la ausencia de una vanguardia bolchevique. Estaba infectada por ellxs. Afortunadamente los grupos tradicionales y autoritarios de la izquierda fueron aislados. Los interesados en la rebelión no necesitaban una vanguardia para decirles qué hacer y la "vanguardia de lxs obrerxs" corrió desesperamente detrás del movimiento tratando de controlarlo.
No, fue precisamente la carencia de organizaciones independientes autogestionadas para coordinar la lucha lo que hizo en que las ocupaciones fuesen aisladas. Así, divididas, fallecieron. También, Murray Bookchin afirma que "faltaba una conciencia entre lxs obrerxs de que era necesario trabajar, y no simplemente ocupar o hacer la huelga," (p. 269).
Este conciencia hubiera sido alentada por la existencia de un movimiento anarquista fuerte antes de la rebelión. La izquierda autogestionaria, aunque muy activa, fue demasiado débil entre los huelguistas, y por eso la idea de organizaciones autogestionarias no era muy conocida. Sin embargo, la rebelión demuestra que los acontecimientos pueden cambiar muy pronto. La clase obrera, con la energía y bravura de lxs estudiantes, pidió cosas que no eran posibles dentro del sistema existente. La huelga general demuestra con hermosa claridad la potencia que hay en manos de lxs obrerxs. Las asambleas de masa y las ocupaciones nos dan un excelente, aunque breve, ejemplo de anarquía en acción y de cómo las ideas anarquistas pueden difundirse y ser aplicadas en la práctica.