Mateo Morral

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Mateo Morral Roca (Sabadell, (Barcelona) 1880 - Torrejón de Ardoz (Madrid), 1906) fue un anarquista español. Es conocido como responsable del atentado contra Alfonso XIII y Victoria Eugenia el 31 de mayo de 1906, el día de su boda.

Primeros Años

Mateo Morral nació en Sabadell provincia de Barcelona en el 1880. Era hijo de un empresario textil. Fue un estudiante muy brillante, dotado para el aprendizaje de idiomas: conocía perfectamente el francés y el inglés a los dieciséis años. Al finalizar sus estudios secundarios, y como mucho de los estudiantes burgueses de un cierto nivel económico en la época, se fue a Alemania, donde aprendió rápidamente el alemán y se licenció en ingeniería mecánica, aunque también se impregnó del pensamiento de Nietzsche y del ideario anarquista, especialmente de la corriente neomalthusiana. A su vuelta en 1902, reactivó primero el maltrecho negocio familiar y luego viajó como representante comercial por toda España, pero las ideas libertarias ya habían calado hondo en él y se enfrentó con la familia, al mismo tiempo que enseñaba los obreros de la fábrica de su propio padre, quien lo apartó de la empresa y de la familia al poco tiempo. Como consecuencia de las riñas con su padre, este le dio diez mil pesetas para que se estableciera por su cuenta, pero Mateo, fiel a sus ideales, marchó a Barcelona, donde desempeñó el cargo de secretario de la Cooperativa anarquista barcelonesa, y al poco tiempo entró a trabajar como traductor y encargado de la biblioteca de la Escuela Moderna de Francisco Ferrer Guardia.

Mateo Morral Roca era un anarquista de acción, partidario de la denominada propaganda por el hecho, es decir, el uso de la violencia terrorista como medio propagador de las ideas libertarias e instrumento de lucha contra el sistema capitalista.

Atentado

En 1906 viajó a Madrid a preparar el atentado contra el rey, consistente en una bomba de fabricación casera oculta en un ramo de flores que arrojó desde el balcón de la pensión en la que se hospedaba contra la comitiva al paso de ésta. La bomba, según Pío Baroja, le habría sido entregada diez días antes, prodecente de Francia y envuelta en una bandera francesa, por su ideólogo favorito, el militar y ex ministro de la Guerra durante la Primera República, Nicolás Estévanez. La pensión estaba ubicada en el tercer piso del número 88 de la calle Mayor. El ramo con la bomba fue dirigido hacia la carroza real, pero tropezó en su caída con el tendido del tranvía y se desvió hacia la multitud que estaba observando la comitiva. Los reyes salieron ilesos, pero casi treinta personas murieron.

Huida y Muerte

Mateo Morral, consiguió huir de la pensión desde donde lanzó la bomba y donde dio sus verdaderos datos. Se dirigió a la redacción del Diario El Motín, donde preguntó por el director quien con ayuda de unos amigos consiguió sacarlo de Madrid.

Durante el proceso no pudo demostrarse relación alguna anterior entre ellos, solo que el periodista escribió en su periódico “que llegaba a considerar de más baja condición moral al delator que al asesino.”

Así llegó Mateo hasta Torrejón de Ardoz el 2 de junio, donde se detuvo hambriento en una posada. Los venteros asombrados por el aspecto que presentaba y por su mano vendada, datos que los periódicos facilitaban, avisaron a la Guardia Civil. No tardaron en presentarse tres agentes. Al pedirle uno de ellos que le acompañara, no opuso resistencia, pero al alejarse de la venta sacó un arma disparando contra el guardia y a continuación a sí mismo en el pecho.

Su cuerpo como el del guarda fueron mostrados en el ayuntamiento del pueblo hasta que se los llevaron a Madrid a las pocas horas.

No se consiguió vincular ningún sindicato ni organización anarquista con Morral, a pesar del gran número de detenidos y del grosor del sumario. La fiscalía intentó, por todos los medios, involucrar al pedagogo catalán Francisco Ferrer Guardia, creador de la Escuela Moderna en la que Morral había sido bibliotecario. Este, libertario emblemático de fama internacional (Man Ray exportó a EE.UU. su proyecto pedagógico), sería cabeza de turco y, si en esta ocasión consiguió desligarse, fue fusilado tres años después, acusado de incitación a la Semana Trágica, cosa que nunca se probó, provocando protestas en toda Europa, lo que hizo caer el gobierno de Maura.

En el posterior juicio José Nakens, Francisco Ferrer Guardia y otros anarquistas fueron condenados por conspiración. Un año después fueron indultados.

Calle Mateo Morral

Como curiosidad cabe señalar que en plena Guerra Civil el ayuntamiento de Madrid gobernado por ediles republicanos renombró la calle Mayor, donde cometió el atentado el terrorista, como calle de Mateo Morral según el estudio Toponimia madrileña: proceso evolutivo de Luis Miguel Aparisi Laporta. Terminada la guerra, ya con la dictadura del ejército, la calle volvió a su denominación original.

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