Me limito a certificar lo que me parece evidente: los medios de incomunicación del sistema no dejan ningún hueco, ninguno, para la denuncia de la responsabilidad, central, que las potencias occidentales, con sus gendarmes regionales y sus guerras de rapiña, tienen en la gestación de hechos de terror como los de anoche en París. Tampoco parecen ocupados, en suma, en otra denuncia: la de lo que nuestros gobernantes preparan para, de la mano de otro terror, el de Estado, acallar la oposición ante la barbarie -la que se manifiesta en tantos lugares en el oriente próximo y la que se revela cotidianamente,
Carlos Taibo [1]