Tras la escalada represiva de los últimos meses en los que se han contado por decenas las detenciones de activistas políticos en sus propias casas, los allanamientos en ateneos o centros sociales y las entradas en prisión preventiva de varios de los detenidos, se vuelve una necesidad dar una respuesta, visibilizando el conflicto y arropando a los compañeros represaliados por luchar.
Estas operaciones represivas, calificadas por el Estado como "antiterroristas", han tratado de crear un nuevo enemigo [1]: el "anarcoterrorismo", una invención más de los aparatos policiales que a través de la prensa pretende generar una corriente de opinión contraria a las ideas libertarias, para así aislar al movimiento libertario y generar fracturas en los movimientos populares.
Por ello respondemos: ¡Nos quieren aislados, pero nos tendrán en común!