He revisado el texto de “Golpea dónde duele” que hay en la página del canabis, en mi opinión había algunos fallos grandes y otros no tan grandes.
tengo una duda a ver si alguien me echa una mano:
Cuando habla de “in terms of its own values” y cosas por el estilo estaba traducido como “en términos de sus propios valores” que suena muy bien pero no se entiende, he mirado el merriam webster y pone (entre muchas otras cosas): in terms of
: with respect to or in relation to <thinks of everything in terms of money>
Así que lo dejo como “en relación a sus propios valores”, que tampoco me acaba de funcionar, estaba entre “en relación a” o “de acuerdo con”, ideas?
GOLPEA DONDE DUELE (revisión de la traducción hecha en cannabis...).
1. EL PROPÓSITO DE ESTE ARTÍCULO
El propósito de este artículo es discernir un principio muy simple del conflicto humano, un principio que los oponentes del sistema tecno industrial parecen pasar por alto. El principio es que en cualquier tipo de conflicto, si quieres ganar, tienes que golpear a tu adversario donde le duela.
Tengo que aclarar que cuando hablo de “golpear donde duele” no me estoy refiriendo necesariamente a golpes físicos o a cualquier otra forma de violencia física. Por ejemplo, en un debate, “golpear donde duele” significaría argumentar en terrenos en los que tu adversario es más vulnerable. En las elecciones presidenciales, “golpear donde duele” significaría ganar a tu oponente los estados que más votos electorales tengan. Aún así, en la discusión sobre este principio utilizaré la analogía del combate físico, porque es más gráfico y claro.
Si un hombre te golpea, no puedes defenderte golpeando su puño, porque de esta manera no puedes dañarle. Si lo que quieres es ganar la pelea, tú tienes que golpearle donde le duela. Esto quiere decir que tienes que ir más allá del puño y golpear las partes sensibles y vulnerables del cuerpo de ese hombre.
Supón que una excavadora propiedad de una empresa maderera ha estado destrozando los bosques cercanos a tu casa y tú quieres detenerlo. Es la pala de la excavadora la que desgarra la tierra y tumba los árboles, pero sería una pérdida de tiempo dar mazazos a la pala. Si dedicases un largo y duro día a golpear la pala con la maza puede que consiguieses romperla lo suficiente como para hacerla inservible. Pero en comparación con el resto de la excavadora la pala es relativamente barata y fácil de reemplazar. La pala es solamente el “puño” con el que la excavadora golpea la tierra. Para vencer a la máquina debes ir más allá del “puño” y golpear a las partes vitales de la excavadora. El motor, por ejemplo, puede ser destruido utilizando muy poco tiempo y esfuerzo por métodos bien conocidos por muchos radicales.
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Llegados a este punto debo aclarar que no estoy recomendando que nadie dañe una excavadora (a no ser que sea de su propiedad). Nada en este artículo debe ser interpretado como una recomendación de actividades ilegales de cualquier tipo. Soy un prisionero, y si alentase a cualquier actividad ilegal no se habría permitido que este artículo ni siquiera saliese de la prisión. Uso la analogía de la excavadora sólo porque es gráfica y clara y porque será apreciada por radicales.
2. LA TECNOLOGÍA ES EL OBJETIVO
Es sobradamente reconocido que “la variable básica que determina el proceso histórico contemporáneo la proporciona el desarrollo tecnológico” (Celso Furtado 1). La tecnología, por encima de todo lo demás, es la responsable de la situación actual del mundo y controlará su futuro desarrollo. Por lo tanto, la “excavadora” que tenemos que destruir es la propia tecnología moderna. Muchos radicales son conscientes de esto, y por lo tanto se dan cuenta que su tarea debe ser la de eliminar el sistema tecno-industrial enteramente. Pero desafortunadamente han prestado poca atención a la necesidad de golpear al sistema donde le duele.
Destrozar McDonald´s o Starbuck´s no tiene ningún sentido. No es que me importe un bledo McDonald´s o Starbuck´s. No me importa que alguien los destroce o no. Pero no es una actividad revolucionaria. Aún en el caso en que todas las cadenas de comida rápida del mundo fuesen eliminadas el sistema tecno-industrial sólo sufriría un daño mínimo como resultado, pues podría sobrevivir fácilmente sin las cadenas de comida rápida. Cuando atacas McDonald´s o Starbuck´s, no estás golpeando donde le duele.
Hace algunos meses recibí una carta de un joven de Dinamarca que creía que el sistema tecno-industrial debía ser eliminado porque, como el decía, “¿Qué ocurriría si seguimos por este camino?” No obstante, su forma de actividad “revolucionaria” era asaltar granjas de animales criados para hacer abrigos de pieles. Como forma de debilitar al sistema tecno-industrial, esta actividad es completamente inútil. Aun si de la liberación animal tuviesen éxito en eliminar la industria peletera completamente, no estarían dañando al sistema en absoluto, ya que puede funcionar perfectamente sin las pieles.
Estoy de acuerdo que encerrar animales en jaulas es intolerable, y que poner fin a tal práctica es una noble causa. Pero hay muchas otras nobles causas, como la prevención de accidentes de tráfico, proveer de refugio a los sin techo, el reciclaje, o ayudar a la gente mayor a cruzar la calle. No obstante nadie es tan tonto como
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para confundir esto con lo que son actividades revolucionarias, o para imaginarse que pueden hacer algo para debilitar al sistema.
3. LA INDUSTRIA MADERERA ES UN ASUNTO A PARTE
Para poner otro ejemplo, nadie en su sano juicio cree algo como la auténtica naturaleza salvaje puede sobrevivir por mucho tiempo si el sistema tecno-industrial continúa existiendo. Muchos ecologistas radicales están de acuerdo con esto y tienen la esperanza de que el sistema se colapse. Pero en la práctica todo lo que están haciendo es atacar la industria maderera.
Ciertamente, no tengo ninguna objeción a su ataque a la industria maderera. De hecho, es un asunto que siento cercano a mi corazón y me alegra mucho cada exito que de los radicales puedan lograr al oponerse a la industria maderera. Además, por razones que no necesito explicar aquí, creo que la oposición a la industria maderera debería ser una parte del esfuerzo de derrocar al sistema.
Pero, por sí mismo, atacar a la industria maderera no es una manera efectiva de trabajar contra el sistema, ya que en el supuesto, poco probable, que los radicales tuviesen éxito en detener todas las talas en todas partes del mundo, esto no haría que el sistema se derrumbase. Y no salvaría a la naturaleza salvaje para siempre. Tarde o temprano el clima político cambiaría y la tala se reanudaría. Incluso si la tala nunca se reanudase, habría otros caminos a través de los cuales la naturaleza salvaje sería destruida, o si fuese destruida entonces sería amansada y domesticada. La minería y la explotación de minerales, la lluvia ácida, el cambio climático y la extinción de especies destruyen la naturaleza salvaje; la naturaleza salvaje también es amansada y domesticada a través del ocio turístico, el estudio científico y la gestión de recursos, y entre otras cosas con el rastreo electrónico de animales, el llenado de ríos con peces criados en piscifactorías, y el plantado árboles genéticamente modificados.
La naturaleza salvaje sólo puede ser salvada permanentemente solo mediante la eliminación del sistema tecno-industrial, y no puedes eliminar el sistema atacando la industria maderera. El sistema sobreviviría fácilmente a la muerte de la industria maderera porque los productos de madera, aunque son muy útiles para el sistema, pueden ser remplazados por otros materiales si fuese necesario.
Consecuentemente, cuando atacas a la industria maderera no estás golpeando al sistema dónde le duele. La industria maderera es sólo el “puño” (o uno de los puños) con el cual el sistema destruye la naturaleza salvaje, y, como en una pelea a puñetazos, no puedes ganar golpeando al puño, tienes que ir más allá del puño y golpear a los órganos más sensibles y vitales del sistema. Mediante acciones legales, por supuesto, como protestas pacíficas.
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4. POR QUÉ EL SISTEMA ES RESISTENTE
El sistema tecno-industrial es excepcionalmente resistente debido a su llamada estructura “democrática” y su resultante flexibilidad. Como los sistemas dictatoriales tienden a ser rígidos, las tensiones sociales y la resistencia pueden crecer en ellos hasta el punto de dañar y debilitar el sistema y de poder llevar a una revolución. Pero en un sistema “democrático”, cuando las tensiones sociales y la resistencia crecen peligrosamente el sistema retrocede lo suficiente, negocia lo suficiente, como para reducir las tensiones hasta un nivel seguro.
Durante los años 1960 la gente empezó a ser consciente de que la polución medioambiental era un serio problema, más que nada porque la porquería que se podía ver y oler en el aire sobre nuestras principales ciudades principales estaba empezando a hacer que la gente estuviese físicamente incómoda. Surgieron suficientes protestas como para que se estableciese la Agencia de Protección Medioambiental y se tomaron otras medidas para aliviar el problema. Por supuesto, todos sabemos que nuestros problemas medioambientales están muy, muy lejos de ser resueltos. Pero se hizo lo suficiente para que las protestas públicas amainaran y la presión sobre el sistema se redujo por una serie de años.
Por lo tanto, atacar al sistema de es como golpear un trozo de goma. Un golpe con un martillo puede hacer añicos el hierro fundido, porque el hierro fundido es rígido y quebradizo. Pero puedes golpear con fuerza una goma sin dañarla porque es flexible. Cede terreno al martillo y vuelve a su posición en cuanto la fuerza del martillo ha sido gastada. Así es como funciona el sistema industrial “democrático”: cede ante la protesta, solo lo suficiente para que la protesta pierda su fuerza e ímpetu. Entonces el sistema recupera su posición.
Así pues, para golpear a sistema donde le duele, necesitas seleccionar asuntos en los que el sistema no pueda retroceder, en los que luche hasta el final. Pues lo que necesitas no es negociar con el con el sistema sino una lucha a vida o muerte.
5. ES INÚTIL ATACAR AL SISTEMA EN RELACIÓN A SUS PROPIOS VALORES
Es absolutamente esencial atacar al sistema no en relación a sus propios valores tecnológicamente orientados, sino en relación a valores que son contradictorios con los valores del sistema. Mientras atacas el sistema en relación a sus propios valores, no estás golpeándole donde le duele, y permites al sistema que desinfle la protesta cediendo, retrocediendo.
Por ejemplo, si fundamentalmente atacas a la industria maderera primordialmente sobre las bases de que los bosques son necesarios para preservar los recursos de
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agua y las oportunidades de ocio, entonces el sistema puede ceder terreno para rechazar la protesta sin comprometer sus propios valores. Los recursos hidrográficos y el ocio son completamente consistentes con los valores del sistema, y si el sistema retrocede, si restringe la tala en nombre de los recursos hidrográficos y el ocio, entonces sólo hace una retirada táctica y no sufre una derrota estratégica para su código de valores.
Si tú promueves asuntos de victimización (tales como el racismo, sexismo, homofobia, o la pobreza) no estás retando a los valores del sistema y ni siquiera estás forzando al sistema a retroceder o negociar. Estás ayudando directamente al sistema. Todos los más sabios proponentes del sistema reconocen que el racismo, la homofobia y la pobreza son dañinos para el sistema, y es por esto que el sistema combate estas y formas similares de victimización.
Las “maquiladoras”, con sus bajos salarios y sus miserables condiciones de trabajo, pueden traer beneficios a ciertas corporaciones, pero los sabios proponentes del sistema saben muy bien que el sistema en su totalidad funciona mejor cuando los trabajadores son tratados decentemente. Convirtiendo las maquiladoras en una causa, estás ayudando al sistema, no debilitándolo.
Muchos radicales caen en la tentación de centrarse en cuestiones no-esenciales como el racismo el sexismo, o las “maquilas” porque es fácil. Toman una causa en la que el sistema puede permitirse negociar y con la que pueden conseguir apoyo de gente como Ralph Nader, Winona La Duke, los sindicatos, y todos los otros reformadores rosas. Tal vez el sistema, bajo presión, retroceda un poco, los activistas verán resultados tangibles de sus esfuerzos, y tendrán la ilusoria satisfacción de que han conseguido algo. Pero en realidad no habrán logrado absolutamente nada en pos de eliminar el sistema tecno-industrial.
La causa de la globalización no es completamente ajena al problema tecnológico. El paquete de medidas económicas y políticas llamadas “globalización” promueve el crecimiento económico y, consecuentemente, el progreso tecnológico. Aún así, la globalización es un asunto de importancia marginal y no un objetivo bien elegido por los revolucionarios. El sistema puede permitirse ceder terreno en el tema de la globalización. Sin renunciar a la globalización como tal, el sistema puede tomar pasos para mitigar las consecuencias económicas y medioambientales negativas de la globalización para desactivar la protesta. En caso de apuro, el sistema incluso se podría permitir renunciar por completo a la globalización. El crecimiento y el progreso continuarían incluso así, tan solo a un ritmo más lento. Y cuando luchas contra la globalización no estás atacando los valores fundamentales del sistema. La
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oposición a la globalización es motivada en términos de conseguir salarios decentes para los trabajadores y defender en medioambiente, ambas cosas son completamente compatibles con los valores del sistema. (El sistema, para su propia supervivencia, no puede permitirse dejar que la degradación medioambiental vaya demasiado lejos). Consecuentemente, luchando contra la globalización no golpeas al sistema donde realmente le duele. Tus esfuerzos pueden promover reformas, pero son inútiles para el propósito de derrocar al sistema tecnoindustrial.
6. LOS RADICALES DEBEN ATACAR AL SISTEMA EN LOS PUNTOS DECISIVOS
Para trabajar efectivamente hacia la eliminación del sistema tecno-industrial, los revolucionarios deben atacar al sistema en puntos en los que no puede permitirse ceder terreno. Deben atacar los órganos vitales del sistema. Por supuesto, cuando uso la palabra “atacar”, no me estoy refiriendo al ataque físico, sino solamente a las formas legales de protesta y resistencia.
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El resto de Golpea Donde Duele está omitido porque se considera que no es adecuado para ser incluido en este libro.
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