Jorge. escribió:Bueno, son interpretaciones, opiniones. Vale. Muestro mi respetuoso desacuerdo.
No me parece ni que el amor sea necesario a todas horas (tengo entendido que hay solteros y solteras, y misántropos, y eremitas, y marineros de largo recorrido, y huérfanos de hospicio... Y parece que el amor no es lo mismo en todas partes), ni me parece que Federica Montseny quemando dinero del Banco de España quisiera ser rica. Porque donde no hay propiedad y todos son iguales, no hay ni ricos ni pobres. Es como decir: "El ser humano necesita mandar". Buf.
Además, si el ateo militante lo que hace es decir que necesita a Dios, ¿Qué es lo que hace el creyente militante? ¿Decir que no lo necesita?
¿Es dios complementario o antagonista de la revolución? ¿Y los duendes?
No sé Stalker. Son explicaciones pilladas por los pelos. Ese misticismo no me convence.
¿Soy un místico? ¿Por qué?
¿Por decir que toda persona necesita amar algo o alguien para vivir? No creo haber dicho nada sobrenatural ni extraordinario con ello. Más bien me parecía una frase de sentido común, una perogrullada.
Eso de que "el ateo militante lo que hace es decir que necesita a Dios" no sé de dónde lo habrás sacado, pero al menos yo no lo he dicho, como pareces dar a entender con tu mensaje.
Repito lo que dije en relación al tema:
También:Yo no diría exactamente que "el ateo necesita amor divino" pero sí que el ateo (toda persona) necesita amor, y quizá en algún momento de su vida se lo ofertaron por esa vía, pero cuando intentó cogerlo con sus manos se le escurrió entre los dedos, se sintió estafado. Y de ahí su rabia contra el espejismo que secuestró con engaños una parte de su ser. Como unx menor secuestradx por un pederasta, nunca más voy a abandonar a esa parte de mí mismo para que abusen de ella.
Con ello no estoy afirmando la existencia de Dios, ni la necesidad de su amor. Intento dar una posible explicación psicológica de las consecuencias de la fustración del deseo de amar y ser amado en los humanos, en relación con las religiones.El ateo iconoclasta según esa teoría sería alguien especialmente sediento y fustrado del Amor Divino, que al no poder alcanzar o encontrar el objeto de su deseo se revuelve donde no ha podido hallarlo, contra las imágenes religiosas o contra los que se dicen representantes suyos. No elogio la violencia, pero sí la pasión. Esa sed de hacer justicia presente en muchos ateos cuando embisten a la religión me parecen hermosos.