La herramienta para igualar y para evitar abusos no está en una mayor competencia entre los de arriba, sino en la organización de los de abajo para que no nos coman los de arriba, en una mayor cooperación frente a quienes nos explotan, en tender a eliminar la competencia entre trabajadores y favorecer nuestro entendimiento y organización autónoma.
A eso van encaminados los esfuerzos anarquistas.
Llevamos toda la historia de la humanidad con
solo ese método, es hora de añadir otros que lo hagan más efectivo o lo reemplacen.
De cualquier forma, cabe aclarar que la competencia no es solo entre "los de arriba" (como si fuera un sistema de castas o algo así) y, lo que es más importante, a quien más beneficia es a "los de abajo".
Curioso que digais que el MST defiende lo mismo que vosotros
Nosotros nunca hemos dicho que defienda lo mismo que nosotros. Solo hemos dicho que es curioso que se ponga el ejemplo de un movimiento de campesinos sin tierra, cuando de lo que podría acusársenos es, precisamente, de "agraristas".
En cuanto a la liberalización de los horarios, los comerciantes de mi ciudad están pidiendo precisamente que se limiten los horarios comerciales y los festivos que se puede abrir. No me lo explico, o los comerciantes de mi ciudad son un atajo de comunistas (cosa que dudo a horrores) o va a resultar que la liberación de horarios y la libre competencia sólo beneficia a los dueños de las grandes superficies o, al menos, así lo ven los interesados.
Tampoco hemos dicho eso. Nuestro argumento a favor de la libertad de horarios es sencillo: cada uno puede hacer con su propiedad lo que le apetezca, mientras no dañe a terceros. Y nuestro argumento contra la propuesta de la Sra. Aguirre también es muy sencillo: es la clásica estratagema de muchos políticos "liberales" de liberalizar los campos en que la liberalización suponga mayor tiranía corporativa, y cartelizar, dificultar y monopolizar aquellos en que la liberalización suponga libertad y prosperidad de todos. Verás al PP de Madrid liberar los horarios, pero no liberar las sociedades de su privilegio de resposabilidad limitada, ni lo verás liberar las subvenciones a las corporaciones o los transportes estatales.
A un pequeño empresario, que carezca de empleados y que lleve su negocio por su cuenta, la liberalización de horarios implica su ruina ya que no puede competir, a no ser que se quede a vivir en la tienda. Y si tiene empleados los estrujará hasta la extenuación. La competencia no beneficia al consumidor, ni al comerciante, ni al trabajador, sino al explotador más competitivo.
Tardaba en salir la generalización sobre la competencia y el mercado: como la libertad de horarios perjudica a los pequeños propietarios HOY, los perjudicará en un contexto de libertad total, en el que los grandes no tendrán oportunidad de ser grandes.
Pero lo cierto es que la competencia sin condiciones -universal, como decía Tucker- beneficia al consumidor porque le ofrece los productos más baratos y mejores, al trabajador porque aumenta su salario, su nivel de vida y su capacidad de autoempleo y perjudica al explotador porque aumenta sus costos de transporte y de mano de obra, encareciendo su producto final y haciéndolo menos competitivo frente al pequeño comerciante-propietario.