«Pero, ¿cómo íbamos a financiar a ETA si nuestra empresa teníapérdidas?». Andoni Díaz y Juan Pablo Diéguez llevan ocho añosdándole vueltas a esta pregunta. En la Audiencia Nacional, en eso quealgunos han llamado «el Nuremberg de ETA», se habló ayer realmente de bacalao, de coros sospechosos de afinidad a KAS, de intrigantesexcursiones montañeras... Cosas que sólo pueden tomarse a broma, aunque mil años de cárcel no den risa. Como dijo Inma Berriozabal:«Ni había dinero para mandar a ETA ni teníamos su dirección».
Andoni Díaz debe pasar por peligroso miembro de ETA para Baltasar Garzón, la Fiscalía y la AVT, que quieren que pase doce años en prisión. El sostiene, y su currículum así lo atestigua, que sólo ha sido un empleado de banca con una afición añadida:la cocina. Así fue como entró a formar parte de la empresa Gadusmar, invitado por otras tres personas a las que sitúa políticamente «una en IU y otras dos quizás en el PP». Gadusmar traía bacalao de Islandia, y Díaz se encargaba de vender el producto con cenas promocionales que se intuyen exquisitas. O así lo debieron entender en un pueblecito de Burgos gobernado por el PP al que citaron a Díaz para que condimentara las fiestas con una gran paellada popular. Según confirmó, tras el ágape hasta querían ponerle su nombre a una calle:«Me negué, claro».
El rótulo en honor de un procesado en el sumario 18/98 en un pueblo castellano con alcalde del PPhabría sido la guinda para el esperpento que supone este proceso, quizás más evidente todavía en la parte abordada ayer. Porque, para el fiscal y la AVT, Gadusmar estaba destinada en realidad a financiar a ETA. Juan Pablo Diéguez, que fue su administrador, respondió con cajas destempladas:«Decir eso es una tontería. Ya se lo indiqué a la Policía:‘Ustedes tienen nuestros ordenadores, miren en nuestras cuentas, ¿creen que podíamos financiar a alguien?’ Y uno de ellos me dijo:‘Está a la vista que no’».
Los absurdos se encadenaron uno tras otro. Y las defensas se encargaron de remarcarlos con sus preguntas. Una de las supuestas «pruebas», presentada casi como definitiva, es que Gadusmar pagó sueldos como «corresponsales» en Cuba (adonde exportaba el bacalao) a dos, sólo dos, refugiados vascos: Carlos Ibarguren y Agustín Azkarate. Poco importa, al parecer, que ambos estén allí con conocimiento del Gobierno español («creo que eran deportados», dijo Diéguez) o que los poderes correspondientes fueran públicos, o que, simplemente, «ambos hicieran el trabajo, así que había que pagarles».
Ladillo kronika
Cuatro meses sin cobrar
Si ni las finanzas de KAS ni la venta de bacalao daban aparentemente para gran cosa, Inma Berriozabal explicó que tampoco la agencia de viajes Untzorri iba a conseguir grandes fortunas para ETA. «Pero ¡si hemos estado cuatro meses sin cobrar!», detalló. Y no hubo más opción que reírse ante el posterior ataque de sinceridad de la acusada:«No mandamos dinero a ETA porque no había dinero que mandar. Y tampoco tenemos la dirección...». La expresión se le escapó en otra lengua, el castellano, distinta a la que estaba empleando.
En Untzorri participó también José Luis García Mijangos, mendizale en cuya casa encontró la Policía mapas de Guatemala y Perú tras los que los acusadores advierten no se sabe qué aviesas intenciones. «No creo que sea ningún delito. Estoy casi seguro de que los compré en la feria Fitur, aquí en Madrid», explicó al tribunal. Y, además, hallaron en su domicilio las tarjetas de presentación que le facilitó un guía local en un viaje a la India, al parecer también indicio de culpa y más aún cuando «están en una lengua que no es español», como detalló la secretaria. «¿Acaso son miembros de ETA las personas que se citan en estas tarjetas?», preguntó a García su abogado, Kepa Landa, empeñado en exponer a la luz pública el despropósito.
Antes había acabado de declarar Txente Askasibar. Y como estaba metido en un buen número de salsas, tuvo que dar explicaciones de todo. Si el día anterior había hablado de KAS y LAB, ayer tuvo que detallar qué es Gurasoak, y la comparsa Kaskagorri, y la revista ‘‘Ezpala’’, y el coro Euskeria, y la ikastola en cuya junta directiva colaboraba, y el instituto al que fueron sus hijos...
Pero éstas no eran explicaciones baladíes: en el informe policial se cita que en el coro Euskeria «la cultura y el folklore se juntan con una ideología próxima a KAS». Así las cosas, quizás no haya otra opción que tomárselo a cachondeo, aunque la petición fiscal puede helar la sonrisa a cualquiera.
«...de lo que ETA denomina‘Euskal Herria’»
Con la venia... A. IRAGORRI
Tengo para mí, y lo digo con todo respeto, que la presidenta del Tribunal, Angela Murillo, en sus ratos libres practica el rugbi o quién sabe si el fútbol americano. Así se entiende la rapidez de reflejos y la contundencia con la que salta a placar al acusado –o al intérprete si se tercia– en cuanto pronuncia la primera sílaba de su explicación de los motivos que le llevan a no responder a las preguntas de la Fiscalía o la acusación particular. Creo que no pretende evitar que se escuche que éste es un juicio político, sino ahorrarse el sofoco de que en una de ésas de su cara se escape un gesto de asentimiento ante tan grave acusación. Porque la presidenta y sus compañeros de tribunal hace tiempo que debieron llegar a la misma conclusión. Basta para ello, por ejemplo, leer lo que el fiscal, Enrique Molina, ha hecho constar en su informe sobre la línea editorial de “Egin”. Dice –cabe suponer que como acusación, si no a qué vendría citarlo– que el clausurado diario defendía «el derecho de autodeterminación de lo que ETA denomina ‘Euskal Herria’». Mal está considerar delito la defensa de un derecho, pero peor aún retorcer la historia y la realidad hasta el punto de hablar de la existencia de una «Euskal Herria» de ETA. A Enrique Molina y al tribunal les invitaría a que soliciten un ejemplar del número 1.454 de la revista “Argia” (24-10-1993) y la traducción de una entrevista en la que podrán leer la subversiva afirmación de que «los vascos pensamos que Euskal Herria esta formada por Bizkaia, Araba, Gipuzkoa, Iparralde y Nafarroa». Pero antes de que nadie dicte un auto de detención, observen que son palabras de Carlos Iturgaiz. ¡Un europarlamentario del PP hablando «de lo que ETA denomina ‘Euskal Herria’»... y Baltasar Garzón en Nueva York! •


