¿Habéis estado alguna vez en un funeral? Suele decirse que el muerto vive en los pensamientos y en los corazones de los que le recuerdan. Pero todos sabemos que en el primer instante de muerte, ya es demasiado tarde. Las palabras designan y dan por verdadero cosas que son verdaderas mentiras. La capacidad de mentir, de engañar, forma parte de la especie humana.
Ha quedado bien claro, que el creer en algo no implica que ese algo exista. Dios puede tener mucha fuerza simbólica, en torno a Él se pueden organizar ejércitos, guerras, dominaciones, cultos... Detrás de Él hay grupos de personas que defienden intereses concretos y que procuran que se identifiquen con esa idea para servir a otras causas más materiales. Pero todos sabemos que Dios no existe.
A lo que quiero llegar, es a que aquello que crea el ser humano, el ser humano le puede dar fin. Lo que hoy imaginamos y vemos como natural (la inferioridad de la mujer, la esclavitud, el capitalismo), mañana podemos darle fin si nos conviene y si nos atrevemos a negarlo.
Fijaos bien en el miedo que tienen los racistas a la hora de definir la Raza. No tienen ni idea de cómo hacerlo. Y si la definen, lo hacen con tantas excepciones que el concepto pierde validez. Se limitan a afirmar su existencia. Los grandes racistas, los nazis, intentaron determinar de manera objetiva los caracteres físicos de arios y judíos. Sus intentos taxonómicos fueron un fiasco. Confundían a judíos con arios de pura cepa de manera continua. La única manera de saber que alguien es judío cuando pasea, es colocándole una estrella de seis puntas. Véase lo que explica el siguiente estudio realizado en Brasil, un país bastante multicultural.
A través del sistema de identificación racial (brasileño), padres y hijos y incluso hermanos y hermanas estuvieron frecuentemente aceptadas como representantes de tipos raciales opuestos. En un pueblo pescador en el estado de Bahia, un investigador mostró a 100 personas imágenes de tres hermanas y se les preguntó identificar las razas de cada una. En sólo seis respuestas las hermanas fueron identificadas con el mismo término racial. Catorce respuestas usaron un término diferente para cada hermana. En otro experimento nueve retratos fueron mostrados a cien personas. Cuarenta tipos raciales diferentes fueron obtenidos. Se encontró, además, que dado un brasileño, éste puede llamarse por hasta trece términos diferentes por otros miembros de la comunidad. Estos términos están dispersados a través prácticamente del espectro entero de los tipos raciales teóricos. Una consecuencia adicional de la ausencia de una regla de descendencia fue que los brasileños aparentemente no sólo no estaban de acuerdo con la identidad racial de individuos específicos, sino que también parecieron estar en desacuerdo sobre el significado abstracto de los términos raciales definidos por palabras y frases. Por ejemplo, el 40% de una muestra lo clasificó como moreno claro (persona "clara" de ascendencia primariamente europea con pelo oscuro) como un tipo más claro que mulato claro (persona "clara" de ascendencia mezclada europea y africana), mientras el 60% invirtió este orden. Un nota adicional de confusión es que una persona puede emplear diferentes términos raciales para describir la misma persona durante un corto lapso de tiempo. La elección de cuál descripción racial usar puede variar según la relaciones personales y el carácter de los individuos involucrados. El censo brasileño lista la raza de uno según la preferencia de la persona entrevistada. Como consecuencia, cientos de razas aparecieron en los resultados del censo, oscilando entre azul (que es más negro que el negro típico) a verde (que es más blanco que el blanco típico).
Un auténtico galimatías. ¿Cientos de razas a simple vista? ¿Y sin ponerse de acuerdo dos personas sobre la raza de otra? ¿No resulta evidente que el concepto carece de validez?
Pensad ahora en las implicaciones sociales del concepto Raza. ¿Sabéis de dónde viene esa palabra?
Los primeros intentos científicos de categorizar las razas fechan del siglo XVII, junto con el desarrollo del imperialismo europeo y la colonización alrededor del mundo. La palabra inglesa "race", junto con muchas de las ideas ahora asociadas con el término, fueron producto de la era europea de la exploración. A medida que los europeos encontraron gente de diferentes partes del mundo, éstos especularon sobre las diferencias físicas, sociales y culturales entre los grupos humanos. Con el aumento del comercio de esclavos africanos, que gradualmente sustituyó un comercio de esclavos anterior a través del mundo, se creó un incentivo más para categorizar los grupos humanos y justificar el trato bárbaro de los esclavos africanos.
A medida que la ciencia de la antropología tomó forma en el siglo XIX, los científicos europeos y americanos buscaron cada vez más explicaciones para las diferencias culturales y de comportamiento que ellos atribuían a los grupos. Estos científicos hicieron tres afirmaciones sobre la raza: primero, que las razas son divisiones objetivas y naturales de la humanidad; segundo, que hay una fuerte relación entre las razas biológicas y otros fenómenos humanos ; tercero, que la raza es por tanto una categoría científicamente válida que se puede usar para explicar y predecir comportamientos individuales y de grupo.
Las razas se distinguieron por el color de piel, tipo de rostro, perfil y tamaño craneal, textura y color del pelo. Además, las razas fueron casi consideradas universalmente reflejo de las diferencias del grupo en el carácter moral e inteligencia.
El concepto Raza proviene del intento de legitimar la trata de esclavos. Qué bonito. Implica un Nosotros frente a un Ellos. Implica una desigualdad, una escala, una gradación, una valoración. Ese es el concepto que defienden por ahí alguna gente, y qué ha servido para las últimas limpiezas étnicas. Antes pregunté que qué ha dado de bueno a la Humanidad la división de los humanos en razas. ¿Y bien?