El texto ya lo había leído cuando lo publicaron en La Haine y me pareció excelente. Lo acabo de releer y me sigue pareciendo excelente por la rigurosidad con que argumenta y por la alternativa que propone.
Todas las respuestas contrarias al documento no han salido de la típica crítica de "radicalismo estudiantil" que el mismo documento ya ha anticipado o de respuestas puramente sentimentales como "lo que aprendí de anarquismo lo aprendí en la CNT".
Este párrafo del texto sirve como respuesta a gran parte de las respuestas que aparecieron:
En pleno siglo XXI, la CNT es una especie de semi-dios en el entorno “alternativo”. Cualquier crítica que se le haga de manera radical (es decir, que se plantee su destrucción como sindicato legal y perfectamente reconocido por el Estado), implica que te tachen de “insurreccionalista” (invento anarcosindicalista que se profiere contra todo aquél que, dentro del antiautoritarismo, promueva formas de lucha alejadas de sus medias tintas permitidas; olvidan los cenetistas, además, que este término es sólo una etiqueta, que no define absolutamente nada y que, sobre todo, si el anarquismo o cualquier movimiento revolucionario no es insurreccional… ¿qué es?), “niño de papá” (si no fuera porque hay algún imbécil suelto por ahí no habría que comentar esto, pero es realmente delirante comprobar cómo, según algún que otro fiel de las tres siglas sagradas que hacen temblar a la burguesía, los que criticamos a la CNT no trabajamos, no estamos explotados o dirigidos y, por tanto, somos algo así como pequeñoburgueses intelectualoides), “infiltrado” (como si alguien que optase por los sabotajes y la lucha armada tuviese que ser automáticamente un policía), etc. De todas formas, no estamos diciendo que esto sea así en toda la militancia anarcosindical; no decimos que todos sean acríticos. Lo que estamos diciendo y sosteniendo es que la CNT, como organización, como estructura, es hoy un problema para el conjunto de los explotados del Estado español. El problema no son los militantes, sino lo que es la organización en definitiva. Entendemos que con los ejemplos de su actuación cotidiana quedará demostrado lo que sostenemos.
Y lo que esto demuestra es que muchos de (si no todos) los que han hablado del artículo no lo han leído.
El documento no es un panfleto hecho por personas sin conocimiento de la lucha de clases pasada y actual y el desempeño de los sindicatos (incluyendo la CNT) en la misma. Ninguna respuesta ha intentado siquiera desmentir las partes del documento donde se habla de la traición de la cúpula de la CNT en la revolución española, ni su actitud policial ante grupos revolucionarios durante la transición y en los 70, ni el episodio de la CSA, ni el lenguaje socialdemócrata en el periódico y en las proclamas, ni el reconocimiento de las instituciones estatales como la Audiencia Nacional.