Sigo por donde nos habíamos quedado, Osvaldo.
Aquiles, si tú quieres tener un martillo, también dependes de la voluntad de otros, de la voluntad del fabricante de martillos, o de la voluntad de los productores de acero y madera (si tú mismo te vas a fabricar tu martillo), o de la voluntad del amigo tuyo que sí tiene martillo. Si a ésos no les da su gana venderte el martillo o los materiales, pues te quedas sin martillo, a menos que lo robes, te lo presten o te lo regalen. El hecho de que tú dependas de su voluntad no convierte en "monopolistas" a los productores de martillos, acero y madera, ni a tu amigo. Sucede, simplemente, que por el momento no quieren o no pueden venderte nada. Pero algún día lo harán y tendrás tu martillo y producirás, competirás, etc. Igual con la tierra. Si por el momento ningún terrateniente te vende tierra, te quedas sin tierra. Pero un día alguno te venderá. Y ese día podrás acceder a la tierra y producirás, competirás, etc. No veo la diferencia entre tierra y martillos.
Si yo quiero tener un martillo no dependo de la voluntad de nadie: lo tendré. Quien fabrica martillos lo hace para venderlos, ahora bien, quien posee una tierra -terrateniente- no la posee para venderla, sino para sacar un rendimiento de ella. Luego en el primer caso tengo garantizado el acceso al martillo por el egoísmo del herrero, y en el segundo caso no tengo garantizada la tierra, precisamente por el egoísmo del terrateniente.
Es evidente, vuelvo a repetir, que donde cuatro poseen las tierras en base a un título de propiedad y no las transforman con su propio trabajo -o con un capital nacido o cedido a través de su propio trabajo- mientras los individuos restantes deben trabajar para ellos a causa de dicho título de propiedad, esa propiedad constituye un monopolio. Y lo constituye sencillamente porque consiste en la apropiación por parte de un grupo de personas de un trozo de tierra que, cedido gratuitamente a la humanidad, no lo han trabajado con sus manos y en cambio
limitan el trabajo de esa tierra por los demás solo a quienes puedan proporcionarles unos intereses elevados -los más elevados-. En este punto está el monopolio; en acaparar un bien gratuito, que no es de nadie mientras se mantiene en su estado de naturaleza, y cederlo solo a cambio de un tributo, el interés.
Por otra parte, tú mismo reconociste antes que sí existía diferencia entre el martillo y la tierra: uno es reproducible y el otro no.
Lo que la ley (del lugar o país) diga, esa es la verdad. Quiero decir, la verdad para efectos prácticos. Si la ley dice que yo soy el propietario de esta tierra y de este martillo, lo soy. Y no importa si trabajé o no, no importa si ocupé o no, si usufructué o no. Si la ley dice que soy el dueño "porque" tengo un título de propiedad y "porque" el título no es falsificado ni robado, entonces soy el dueño. Y puedo hacer con la cosa (y el título) lo que quiera. ¿Qué pasa si no hay ley, o si la ley no dice nada? En tal caso entran al quite los usos y costumbres (del lugar o país). Lo que digan ellos, ésa es la verdad. La verdad práctica. Y como ya imaginarás, es la misma regla y la misma verdad para tierras, martillos, lanzas, tractores, tubería para riego por goteo o lo que se te ocurra.
Pero realmente no estás argumentando nada ni en favor de la propiedad ni en contra, ni por su abolición ni contra ella, tan solo te limitas a "dar fe" de lo dado, sin cuestionar su legitimidad, que es de lo que estamos tratando.
De todas formas, la negrita ya abre la puerta a las interpretaciones, puesto que si yo considero la propiedad de la tierra en su forma actual un monopolio, es, a efectos, un robo.
Pero no soy un positivista que cree que toda ley, con tal que esté vigente, es necesariamente o por definición justa y legítima. No puedo evitar tener creencias morales y religiosas, y no puedo dejar de creer que algunas leyes debieran ser abolidas o modificadas. Pero no tengo idea de cuál sea la verdad verdadera (valga el dicho), la verdad teórica o filosófica, no la práctica.
¿Entonces?
Esto se sigue de tus premisas. Pero, como dije, no las comparto.
Entonces deberías enunciar tú unas (y no me refiero a constatar lo existente).
No entiendo porqué la tierra no es un bien de capital. Pero no importa. Como ya te expliqué, para mí es lo mismo comprar tierras, martillos, tractores, tubería..... En todos los casos el terrateniente, que para mí es un capitalista como cualquier otro, se abstiene de consumir sus recursos, los destina a la compra de esas cosas, y luego las alquila y cobra algo para pagarse a sí mismo su abstención.
La tierra es un bien de capital cuando está trabajada y lista para producir, cuando no lo está es sencillamente igual de útil para la producción que una piedra.
Te repito que el hecho de abstenerse de algo no legitima la ganancia posterior, debe haber algo más. Además, esa abstención no tiene por qué existir; la renta de la tierra es un tributo cobrado al trabajador sobre su uso, y, como dice Adam Smith, es un tributo de monopolio.
Me vienen a la cabeza ejemplos que ponen Adam Smith o Henry George al hablar del factor trabajo en que el trabajador tan solo cuenta con sus brazos, sin ayuda alguna del capital del terrateniente, y aun así sigue extrayéndosele interés (Adam Smith decía que las herramientas rudimentarias de los campesinos, muchas veces, estaban hechas por ellos mismos, y Henry George pone como ejemplos la recolección de moluscos o de frutas en territorios propiedad de algún terrateniente, los medieros, etc.).
En todos estos casos, al trabajador se le roba:
1. Cuando el capitalista no aporta capital, se le roba el fruto de su trabajo en base al monopolio sobre la tierra.
2. Cuando el capitalista aporta capital, su monopolio sobre la tierra impide al trabajador acceder a otro capital en condiciones más ventajosas.
Nada de esto tiene lugar, además, en los restantes medios de producción.