Mensaje
por AXIONDIREKTA » 21 Oct 2013, 10:54
Entender, se entiene. Y, por mi lado, no se comparte.
Vamos a ver: el empoderamiento progresivo de los sectores populares en base a la conquista de demandas (acumulación de fuerzas), que permita un mayor control (y en lo posible, gestión) de parte de la economía, junto al desarrollo de una nueva institucionalidad basada en la democracia de base, que dispute terreno a la hegemonía política de la burguesía. ¿Algo así?
Y en el fondo, no se necesita tanta "clave libertaria" para entender el término, que si se utiliza es porque en lo fundamental se considera acertado. Las críticas, por lo menos para mí, no nacen en rechazo a la intrusión de términos "marxistas" en el anarquismo (parto de la base de que no me interesa defender la pureza del anarquismo, sino que, por el contrario, me parece necesaria su superación como ideología, desarrollando sus elementos teóricos y prácticos más lúcidos), ni a que los mismos sean "marxistas" (sí es cierto que algunos anarquistas fundamentan en este anti-"marxismo" sus ataques al "poder popular"). La utilización del concepto poder tampoco me es de gran conflictividad, si se entiende el contexto. Y "popular", que de claro no tiene nada, luego de varias vueltas retóricas, podría comprenderse su utilización. Pero lo importante es el contexto y el contenido general que se entiende por tal idea. Y ahí está el problema. El contexto es la búsqueda de una unidad dentro de la llamada "izquierda revolucionaria" por ciertas tendencias libertarias. Es decir, el agrupamiento en torno a ejes programáticos que unan a las pretendidas vanguardias políticas (inluida la izquierda libertaria). De partida, su contexto está en la tradición social-demócrata respecto a la organización partidaria y la necesidad de estructuras de vanguardias. Por otro lado, su idea de los procesos que dan forma a la lucha de clases también entronca en lo fundamental con lo sostenido históricamente por la social-democracia: acumulación de fuerzas en base a la acumulación de reformas (conquistas sociales, se les prefiere llamar). Y finalmente, no se propone otra cosa que la regulación más democrática de la sociedad capitalista (por eso se simpatiza bastante con el modelo de la UP de los 70 y el "bolivariano" actual). Y de hecho, se ve con buenos ojos ser parte de una candidatura presidencial de izquierda (se debe reconocer que esto último no es compartido por todos los "libertarios"). Podrán darse mil piruetas discursivas, y de hecho uno puede simpatizar con algunas versiones más radicales de esta propuesta, basadas en un protagonismo mayor de los espacios de lucha autónomos del proletariado, pero en general, es innegable que su pretensión de utilización actual obedece a fines de corte más bien proselitista que a la adopción "anti-dogmática" de conceptos que cotribuyen a comprener mejor la realidad actual y a proponer caminos de lucha fructíferos. Y hoy por hoy, la interpretación libertaria (plataformista/especifista) del "poder popular" no viene a ser precisamente la más radical.
Ahora, yo no entiendo tanto victimismo. Se quejan que se les dice "tú no eres", "tú no puedes", etc.. Nadie puede prohibirles (ni creo que sea ese el deseo) de emplear los términos y hacer las cosas que les dé la gana. Pero la crítica no tiene porqué ser silenciada. Si piden que se les entienda para discutir, entonces también vendría a ser bueno que dejaran de clalificar a sus críticos, a la primera, como puristas, dogmáticos, ghettofílicos, sectarios, etc.
"Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar. " (Mark Twain)