Joreg escribió:A ver a quién se le ocurre como retribuir a las personas que producen intangibles, como salud, conocimiento, ideas y pensamiento y esas cosas. Y de qué manera se intercambia ese producto en HT.
Mi opinión es que no hay que pensar sistemas de retribución distintos para estos intangibles. Después de todo, ellos también aportan productos que requieren un gasto de tiempo físico para su producción, sólo que el producto no se lo lleva el cliente debajo del brazo, sino en la mente -enseñanza- o en el cuerpo -sanidad- o se lo encuentra reflejado en el entorno.
Que más o menos personas disfruten de estas cosas intangibles es también una cuestión de tiempo de trabajo y de productividad.
Los médicos, los enseñantes y los artistas también producen mercancías y las pueden producir mejor o peor, en mayor o menor cantidad, con más o menos calidad, según el tiempo y medios que dispongan para ello: por algo los enseñantes suelen pedir una reducción del número de alumnos por aula -para atender mejor a los alumnos en un mismo tiempo- y los médicos de familia un tiempo mínimo límite para la consulta por paciente.
Estas reivindicaciones son tan materiales o inmateriales como las de mi amigo Félix, que trabaja en mantenimiento de maquinaria y se queja de que como tiene que atender muchas máquinas en una jornada no hace más que chapuzas y apaños, en vez de cuidar las máquinas en condiciones. Tanto se puede hablar de horas - trabajo en este caso como en los otros.
Admito que el tema de los artistas es un poco más complejo, pero creo que hay que tener en cuenta dos cosas:
1) la creatividad tendrá otro sentido en la sociedad libertaria, no irá encaminada a productos de ocio o de lujo sino a humanizar el ambiente social, y en este sentido se llevará a cabo codo con codo con oficios materiales y al compás de estos (
1, nota al pie),
2) los creadores no tendrán que entenderse tanto con patrones o empresarios sino con sindicatos de rama y federaciones de industria, de ramas e industrias en las que se incluyen y a las que fortalecen -no sé si telecomunicaciones, si imprentas, si instrucción pública, si todas a la vez-.
Por ahí arriba se comenta que no hay que temer hablar de mercado en una sociedad libertaria, y es verdad: una vez la fuerza de trabajo deje de ser una mercancía, no sólo no habrá menos del resto de cosas sometidas al mercado, sino que habrá más - pero no de un mercado que busca la eficiencia en la producción de capitales, sino de un mercado que se basa en la eficiencia social y que hace aparecer y desaparecer industrias y profesiones en función de esa eficiencia.
A mí me parece que estará bien que la enseñanza y la medicina pasen, al menos en parte, a formar parte de ese mercado y desaparezca el status de funcionarios que en la actualidad tienen o tenemos sus profesionales. En cierto modo puede que hasta el excedente encuentre su salida dentro de ese mercado.
Más que encuadrar a médicos, artistas y enseñantes, lo que veo que se le tendrá que ocurrir a alguien es que hacer con tareas que todo el mundo querríamos rehuir:
- los trabajos insalubres
- la emigración a zonas despobladas pero de interés económico -tipo Siberia-
- la salida de zonas superpobladas y socialmente onerosas pero cómodas, como la mayor parte de las grandes ciudades occidentales.
Hay si que creo que no habrá mercado que valga y habrá que acudir a decisiones sociales con criterios no económicos (
nota 2) y a incentivos no materiales sino morales o estéticos. Pero lo que haya que hacer en esos campos creo que lo veremos en el momento.
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(1) Pienso que en la sociedad libertaria las escuelas artísticas serán del tipo de
la Bauhaus o
el Isotype, escuelas alemanas de entre la primera y la segunda guerra mundial que buscaban romper las barreras entre artes puras y aplicadas y/o entre individuo e industria.
(2) Hay un profesor marxista, Diego Guerrero, que ha escrito unos artículos sobre la transición a una sociedad comunista con puntos de contacto, si he entendido bien, con la propuesta de Joreg -es un marxista consejista que habla de planificación descentralizada-. Me parecen interesantes para estos temas, aunque hay que tener en cuenta que están escritos para iniciados en la jerga marxista y sus debates, y se hacen un poco cuesta arriba: "Valores, precios y mercados en el postcapitalismo",
primera entrega y
segunda entrega.