Mensaje
por Peterpan » 17 Ago 2012, 20:53
Joder, llego tarde al debate ... Hoy me va a tocar ser la voz discordante, yo reconozco que tengo bastante influencia de Negri y Foucault en mi discurso, aunque mi influencia se centra más en el análisis del poder y de la sociedad. Sin embargo, en referencia a Negri yo considero que en la práctica que el concepto de "multitud" ha sido un auténtico fracaso y que realmente ha sido una propuesta inocua y muy criticable. ¿Cómo la multitud puede derrotar al capital? La verdad que desde el Imperio y el concepto de multitud que de alguna manera se pone en práctica en el movimiento antiglobalización se comprobó sus límites y que realmente es estéril para golpear al sistema capitalista. Podríamos analizar el movimiento 15M al principio desde el concepto de multitud y ver que el 15M arrastra las mismas contradicciones. El error que comete Negri es de separar la multitud de los medios de producción (el obrerismo) esperando que esta solucionara las contradicciones históricas. Pudo haber sido una propuesta seductora en su momento –reconozco que yo fui de los seducidos– sin embargo, en la lucha he comprobando que realmente que son formas de lucha inocuas.
Yo ya hace tiempo estoy volviendo a las concepciones más clásicas de "Clase Obrera" más próximas al Anarcosindicalismo. Es decir, que actualmente me cuesta utilizar términos como multitud, proletariado, clase obrera, etc. llego la conclusión que el cambio solo es posible por el control y la toma de los medios de producción por la clase trabajadora mediante la acción directa, la autogestión y construyendo un cambios social y cultural al sistema. Es decir, cada vez me hago más pragmático y parto de lo que ha funcionado de alguna manera e intentar pensar cómo se puede traducir a la sociedad contemporánea defragmentada y totalmente adoctrinada. Lo que sí acepto de las teorías de Foucault, Negri o Holloway es que el poder no emana del Estado, sino de la «sublimación» del poder de los individuos. Por lo tanto, mi acento parte de que el cambio solo puede ser por una revolución cultural, no tanto insistir en la toma del poder aunque sea para destruirlo, sino que la destrucción del estado es consecuencia de una sociedad que funcionase sin necesidad de un estado. Para ello, solo es posible con la toma de los medios de producción y una lucha cultural… Es paradójico, porque de alguna manera en lo personal le doy la razón a la estrategia de los anarquistas y los anarcosindicalistas históricos, aunque pueda tener alguna discrepancia en las ideas de análisis, pero las conclusiones en lo personal son las mismas que los clásicos.
Para mi los pensadores posmodernos, no solo Negri, no han aportado soluciones a las concepciones clásicas, sino han abierto nuevas contradicciones, nuevas preguntas, otras formas de entender el poder, que antiguamente ya se intuían. Por ejemplo, para mi es interesante recuperar a «mujeres libres» que según mi opinión de alguna manera se anticipan a lo que dirán los posmodernos. En mi caso conocí a «mujeres libres» posteriormente que a los posmodernos, y me sorprendió bastante que tenían argumentos muy cercanos, pero entendiéndolo en otro contexto en que el obrerismo era el puntal del movimiento revolucionario. Pero, ellas supieron anticiparse a las contradicciones del mismo.
Los problemas que tiene Negri es propio de todos los posmodernos, que muchas veces pecan de fragmenarios y caóticos con una dialéctica elitista que hace dudosa su eficiencia en cuestiones prácticas. Pero, si se entiende que el pensamiento posmoderno a diferencia del clásico no se plantea como formas cerradas de análisis, sino como formas de enfrentarse a la realidad, deconstruirlo (es decir, desmontar todos sus elementos incluso los que damos por válidos a priori) y de buscar otras respuestas posibles, lo que viene a demostrar que la sociedad es mucha más compleja de lo que se pensaba antiguamente. Mis conclusiones personales y he tenido la suerte de conocer gente que ha adoptado la misma postura, es de que no hay que dejarse seducir por las teorías posmodernas. Son útiles para algunas cosas, pero si lo conviertes en formas de análisis y lucha absolutos, generalmente son neutralizadores. Sin embargo, sustentado por un análisis más clásico, puede aportar más puntos de vista que refuercen las teorías clásicas. Yo estoy en este punto, para mi no son más que herramientas alternativos de análisis.
«Come, join in the only battle wherein no man can fail,
where whoso fadeth and dieth, yet his deed shall still prevail»
by William Morris,
The day is coming (Chants for socialists)