Los griegos tienen una masa importante,
ahora. Cuánto tiempo me he tirado escuchando que no había anarquistas griegos de más de 25 años, que era todo
locura de juventud, que sólo sabían liarla y no incidían para nada en la sociedad, que ya les gustaría tener la presencia que se tiene en España... Los tíos han seguido en su línea, trabajando duro y ahora parece que son el país con el movimiento anarquista más vivo del mundo.
¿Que las condiciones de España no son las de Grecia? Claro, los que han pasado una temporada allí dicen que aquello es como debía ser España en los años 70, me refiero a que se hace bastante vida de calle, los vecinos se conocen y hablan, la percepción de los cuerpos represivos es en general bastante negativa,... aparte de estar bastante familiarizado con la violencia (ver ambiente en partidos de baloncesto).
A mí me parece que el insurreccionalismo ibérico ha evolucionado y mucho desde que surgiera a finales de los 90. Eligieron su camino y como no es posible
aprender del error ajeno, lo hicieron a base de tortas. Gordas porque en algunos casos su apuesta era fuerte. Se puede decir que se ha orientado hacia una opción de anarquismo autónomo que sí busca entrar en luchas parciales (más allá de las de los presos, que fue en las que se centró en un inicio), aunque no es partidario del anarcosindicalismo (ya no tanto su enemigo declarado como en un principio, sino una opción errónea). (
Insus mirando atrás)
La mayor parte de esta gente es consciente de que la radicalidad de una lucha no se mide (únicamente) con el nivel de violencia que llega a tener, sino también con el nivel de auto-organización y conciencia que alcanzan sus protagonistas.
Parece que el debate se centra más en aquellos anarquistas que les da por liarla. Veamos algunos razonamientos que hace algunos años justificaban su conducta:
- En una sociedad que controla nuestra vida, sólo se pueden vivir momentos de libertad enfrentándose directamente al sistema y saltándose sus leyes.
- Para acabar con el Estado y el Capital habrá que realizar acciones violentas. Nunca se puede prever cuándo se dan las condiciones objetivas para una revolución. La teoría del caos demuestra que el comienzo de un gran cambio que saque a un sistema de un estado estacionario puede ser una pequeña fuerza aplicada en el momento y lugar oportunos (imposibles de precisar en nuestro caso). Pero además, para que algo sea una pequeña fuerza desencadenante, importa más lo cualitativo que lo cuantitativo, que la acción vaya en la dirección deseada, que el hecho de que agrupe o pueda hacer simpatizar con ella en un principio a mucha gente. Los ataques directos son simbólicos, serían la chispa desencadenante de un incendio, la gasolina está en todos nosotros, es la frustración de vivir en este sistema.
- Cuando se cuestiona radicalmente al sistema, este devuelve el golpe mostrando su verdadera cara lo que puede hacer despertar al personal.