Entrevista a Rodrigo Mora
Entrevista a Rodrigo Mora
Félix Rodrigo Mora, autor de “El giro Estatolátrico”
“Bismarck y los nazis son los antecedentes más notables, junto con el franquismo, de la actual izquierda obsesionada con el Estado de Bienestar “
Frank G. Rubio: Felipe González teme que estén en peligro en Europa las “conquistas sociales” del Estado del Bienestar… ¿Cómo y cuando comenzó esta fantasmagoría, ante la cual masas y élites se inclinan urbi et orbe?
Félix Rodrigo Mora: Felipe González ha sido el más importante agente político-partidista del capitalismo español desde el 20-11-1975, día del fallecimiento del Caudillo. Él y la izquierda, en particular el PSOE pero también el PCE-IU, han constituido la tristísima e hiper-envilecida sociedad actual, al haber sido la alternativa de recambio al Movimiento Nacional franquista tras 1975. Por tanto su apología de las supuestas “conquistas sociales” del Estado de Bienestar, impuesto por el franquismo en lo sustancial, ha de comprenderse como una manifestación de su afán de dar continuidad al régimen político anterior en algunos aspectos. El Estado de Bienestar comienza en Alemania en el último tercio del siglo XIX, con el canciller Bismarck. Éste lo instaura (en una versión inicial, que luego desarrollarían los nazis y tras ellos la democracia cristiana en el gobierno después de 1945) con cuatro propósitos: crear el mayor conformismo social posible, destruir las expresiones auto-organizadas del movimiento obrero, laminar al ser humano en tanto que humano y preparar a las masas para la guerra imperialista. Lejos de ser una “conquista”, como dice el izquierdismo, siempre reaccionario, es una imposición al pueblo, una camisa de fuerza que se le obliga a llevar. En nuestro país comienza con el gobierno de Dato, a principios del siglo XX, y es Franco quien le da el impulso decisivo con la Ley de 1963, aún en vigor. Por tanto, la izquierda en todas sus manifestaciones, también el anarco-estatismo, hace apología de una legislación y un sistema instaurados por Franco. Esto, para un veterano antifranquista como yo, es inaceptable. Dice mucho de cómo están las cosas que todo el espectro político, desde el PP hasta la radicalidad más exaltada respalden al Estado de Bienestar.
FGR: Demuestras en tu libro que el movimiento obrero ha sido en gran medida laminado por estas aportaciones asistenciales de corte estatal…
FRM: Así es. A esa cuestión dedico el capítulo XXIV. El Estado de Bienestar ha arrasado las formas auto-construidas de mutua asistencia y mutua ayuda propias del movimiento obrero de antaño, que funcionaban bien en sus aspectos prácticos, al ofrecer una asistencia de calidad, y sobre todo permitían al sujeto ser él mismo y por sí mismo en compañía de sus iguales, con participación, responsabilidad, esfuerzo, uso del propio entendimiento, sociabilidad, generosidad y espíritu magnánimo. Es decir, permitían el despliegue de los valores y cualidades del individuo, como “yo” y como “nosotros”, que ahora hemos perdido, al hacernos seres-nada de la sociedad-granja que estatuye por la fuerza de las leyes positivas el Estado de Bienestar. En efecto, la integración en éste no es libre sino exigida: nos obligan y además nos dicen que es para nuestro bien, cómo no. De ello ha venido la destrucción del movimiento obrero, hoy una caricatura patética, al ser una masa de pedigüeños sin dignidad ni vigor ni auto-respeto, que viven para el bienestar zoológico, dejando a un lado unas muy reducidas minorías.
FGR: ¿A quien sirve realmente esta estatificación de la sociedad?
FRM: La estatificación de la sociedad sirve al Estado, en primer lugar a los todopoderosos cuerpos de altos funcionarios que nos manejan como marionetas desde los Ministerios de Sanidad, Educación, Hacienda, Defensa, Cultura, Interior, Medio Rural y así sucesivamente. En segundo lugar sirve a los partidos y sindicatos, convertidos en un enjambre de neo-explotadores sin pudor, los cuales exigen la prevalencia de “lo público”, esto es, de lo estatal, porque sus carreras profesionales dependen de ello. Con horarios de trabajo de 10 a 12,30 cuatro días por semana y sueldos nada menguados han constituído su paraíso particular. Véase, por ejemplo, el gran tinglado de las Cajas de Ahorro, que ponen en sus consejos de administración a los partidos y sindicatos de izquierda, lo que otorga a éstos un poder inmenso. También sirve a los otrora movimientos reivindicativos, que hoy viven del presupuesto estatal deliciosamente, el feminismo (con un Ministerio, ahora secretaria de Estado), el ecologismo, las ONGs, la “ayuda” al Tercer Mundo, la casta pedantocrática y estetocrática, y algunas buenas gentes más: todos se lucran con lo que el Estado arrebata a la gente común a través de los impuestos. Por eso sacan pancartas a la calle exigiendo más impuestos, para llenarse aún más los bolsillos. Para ellos el Estado y “lo público” son la misma cosa, cuando en realidad resultan ser antagónicos. Eso es exactamente el giro estatolátrico que denuncio.
FGR: Es obvio que sin un proceso de aculturación inducido este paternalismo homogeneizador y destructor de estructuras antropológicas básicas no sería posible…
FRM: Cierto. Se ha creado previamente un tipo de ser… ¿humano? que odia su condición, que quiere renunciar a lo específicamente humano, delegando sus obligaciones y deberes en los funcionarios del Estado, para él dedicarse a gozar y disfrutar, ya se sabe, el esquí en invierno y la playa en verano. No quiere ni oír hablar de deberes, responsabilidades, esfuerzo, entrega, riesgo y devoción. Pero lo que aborrece por encima de todo es la libertad: no desea en absoluto ser libre sino sólo un tipo específico de ganado de labor al que las instituciones han de garantizar la máxima pitanza diaria. Yo apoyo el 15-M pero me pregunto ¿dónde estaba una parte de los hoy “indignados” en, por ejemplo, 2006, cuando el furor consumista lo dominaba todo y las personas ya eran sólo un mero vientre hipertrofiado?, ¿salen ahora a las plazas porque ven los pesebres vacíos?, ¿su meta es retornar al consumo delirante de antes de la crisis económica?. Si es así, son una horda de miserables que se merecen lo que les pasa. No hay regeneración social, no hay avance hacia una nueva sociedad y un nuevo ser humano sin una ideología del desinterés, la frugalidad y la magnanimidad, sin idealismo y valentía, sin entrega y dedicación, sin poner por delante los bienes y metas espirituales, en primer lugar la libertad, sin romper con la ideología de la izquierda que hace del ser humano una criatura condenada a la economía, al dinero y al interés particular, a lo provechoso y sórdido en suma. Sin amor por la libertad no hay nada que hacer y eso es lo que nos ha destruido en todos los sentidos. En realidad, la ideología de la izquierda ha sido y es la forma más virulenta de ideario capitalista. Por eso suspira y se despepita en pro del Estado de Bienestar.
FGR: La izquierda mas convencional y más instalada en los aparatos de poder no se cansa de demonizar un supuesto “neoliberalismo” al que se hace responsable de todos los males ¿Hay algo de verdad en esto? ¿O nos encontramos más bien con una operación de desviación de la atención de la opinión pública de los auténticos responsables?
FRM: Es de risa que la histriónica progresía institucional y, sobre todo, sus entes subvencionados de la izquierda radical y los movimientos, no dejen de perorar contra el “neoliberalismo”, cuando lo cierto es que con Obama estamos en uno de los momentos de mayor crecimiento del ente estatal, lo que pruebo con abundancia de datos en mi libro. El término “neoliberalismo” es un latiguillo vacío, una tabarra más usada por gentes que no se paran a reflexionar, que no estudian la realidad, que sólo desean vivir para el disfrute más chabacano, esto es, para la irresponsabilidad, la ignorancia y la mentira, sin esforzarse intelectualmente. Dado que la izquierda engorda con los ingresos del Estado es vital para ella que éste sea lo más fuerte posible, a costa del pueblo. Por eso se desencadena contra “la dictadura de los mercados” sin decir nada contra la muy real, y mucho más decisiva, dictadura de los Estados. Parece fácil, en lo intelectual y lingüístico, declararse en contra del Estado y del mercado, pero que jamás lo haga la pone en evidencia. Por mi parte está claro: ni ente estatal ni tinglado mercantil sino auto-organización de la gente común para gobernar todas sus condiciones de existencia, único modo de hacerse mejores, por la única vía posible, el esfuerzo, el servicio, el compromiso, la reflexión desde la experiencia, el entusiasmo por la libertad y el cumplimiento de los propios deberes. Creer que retornamos a un tipo manchesteriano de capitalismo es un gran error pues éste fue desmontando desde arriba para dejar sitio a su nueva expresión, el que se sirve del Estado de Bienestar para realizar con más eficacia sus fines. Quienes aterrorizan a las gentes con tales cantinelas ignoran, u ocultan, lo evidente, que la gestión óptima de la mano de obra como masa despojada de sus cualidades humanas la realiza el Estado de Bienestar, no el capitalismo liberal que existió hasta la segunda mitad del siglo XIX. Eso es ahora una verdad más cierta por cuanto la confrontación con la potencia enemiga (hoy China) no puede realizarse sin Estado de Bienestar, asunto que comprendían muy bien Bismarck y los nazis, que son los antecedentes más notables, junto con el franquismo, de la actual izquierda obsesiva del Estado de Bienestar.
FGR: ¿Qué opinas de la medicalización de la sociedad y de los gañidos elogiosos ante la supuesta reforma sanitaria de Obama que en Europa ha sido sacralizada?
FRM: La medicalización de la sociedad equivale a instaurar una tiranía peligrosa para la salud, nihilista, contraproducente y muy cara. Hace del adulto un ser infantilizado, que el estamento médico estatal maneja a su antojo, además de un ente biológico que debe preocuparse maniáticamente de su cuerpo para despreocuparse de su espíritu, padeciendo asimismo una mala forma física proverbial, que va agravándose con el paso del tiempo. Es curioso, por ejemplo, que quienes, desde el ecologismo, claman contra el consumismo admitan la sanidad “pública”, que es hiper-consumo impuesto de productos muy tóxicos, que contaminan muchísimo, pues los elabora la industria química y farmacéutica, de capital privado por lo general. Lo que ha hecho Obama al extender el Estado de Bienestar en sus aspectos médicos a todo la sociedad es cumplir los cuatro postulados de Bismarck, antes expuestas, sobre todo el de la militarización, en este caso de las minorías, de los negros en particular, hoy convertidos en puntales sustantivos del ejército USA. En efecto, ahora la gente negra, en especial las mujeres negras, comienza a ser la principal cantera de reclutamiento de tropas, el primordial reservorio de militarismo popular en ese país: por eso Obama, el primer presidente negro, la está integrando en las instituciones. La probable confrontación militar con China lo exige.
FGR: Soy pesimista y veo a corto y mediano plazo en las sociedades no sólo occidentales un rebaño creciente de esclavos que buscan la servidumbre total a cambio de un plato, cada vez más exiguo, de lentejas. Eso sí, ya no serán esclavos felices. ¿No va de esto la crisis? ¿De obligarnos aceptar condiciones inhumanas a cambio de permitírsenos sobrevivir a secas?
FRM: Occidente ha creado, en efecto, un colosal rebaño de esclavos autosatisfechos, llenos de ansias de ser dirigidos, mandados y humillados, además de construidos desde fuera de sí mismos, con la izquierda como fuerza impulsora principal de tan aflictiva realidad. “Felices” o infelices lo cierto es que detestan la libertad y aman sus cadenas, por decirlo a la manera clásica. La crisis tiene causas objetivas obvias, la principal de ellas en última instancia es que la economía de EEUU y Europa está siendo derrotada en toda regla por las potencias emergentes, China en primer lugar. De manera que estamos ante la crisis de dicha economía, no de la mundial, pues a las mencionadas potencias les va magníficamente. En sólo un decenio, el mundo occidental será un lugar secundario a escala planetaria, salvo si Occidente, con la ayuda del aliado islámico, derrota a las nuevas potencias, quiero decir que las vence en el campo de batalla, sea cual sea la forma concreta que adopte éste. Esto es duro de admitir pero es cierto. Como expongo en uno de los capítulos del libro, avanzamos hacia la IV Guerra Mundial. Los “buenos tiempos de antaño”, hechos de irresponsabilidad, bobería progre, extravagancias y consumismo, no volverán.
FGR: Hoy, en el límite de la demencia, tenemos anarco estatistas…
FRM: Sí. Hay un tipo de anarquismo que olvida la libertad (por no hablar de la revolución) y únicamente existe para loar el bienestar, esto es, a quien lo otorga, el Estado de Bienestar, vale decir, el Estado. El caso más significativo es Chomsky, ignaro gurú intelectual persuadido de que los seres humanos son entes inespirituales, todo pulsiones fisiológicas y apetitos somáticos, el cual cuenta con seguidores por todo el planeta. Son gentes que aman apasionadamente el capitalismo en su fase actual, que anhelan vivir bien bajo él, con acceso al mayor número de bienes y servicios, sin introducir cambios sustantivos ni en el modo de estar organizada la sociedad ni en la condición concreta del ser humano ni mucho menos en su propio mundo interior. Los libros de ese autor son repulsivos precisamente porque preconizan una concepción de la persona que no es humana sino infrahumana, por perversa y encanallada, cumpliendo con ello uno de los grandes objetivos del capitalismo, convertir a las y los asalariados en animales de trabajo. A esa gente les pesa demasiado lo humano, no lo soportan, quieren dejar de ser personas, renunciando a las responsabilidades y deberes que ello lleva aparejado para meramente gozar y disfrutar. Su economicismo les delata como agentes intelectuales del capital, al que tanto denuestan con la boca pequeña. Es a destacar que este sector está desencadenado contra mi libro, por el que se sienten insultado. Pero sería mejor que dejasen de lado tales chiquilladas y pasasen a refutarlo, entonces veríamos cuales son sus argumentos. Por el momento, callan, insinúan coacciones y conspiran, según su estilo.
Para terminar deseo decir que se acerca un tiempo en que lo sustantivo ha de ser pensar, proyectar y hacer un cambio radical en el orden de la sociedad y en la calidad auto-construida del sujeto, no añorar el ciego despilfarro y lunático consumo de antaño.
Fuente: http://www.elpulso.es/item/1097-felix-r ... trico.html
“Bismarck y los nazis son los antecedentes más notables, junto con el franquismo, de la actual izquierda obsesionada con el Estado de Bienestar “
Frank G. Rubio: Felipe González teme que estén en peligro en Europa las “conquistas sociales” del Estado del Bienestar… ¿Cómo y cuando comenzó esta fantasmagoría, ante la cual masas y élites se inclinan urbi et orbe?
Félix Rodrigo Mora: Felipe González ha sido el más importante agente político-partidista del capitalismo español desde el 20-11-1975, día del fallecimiento del Caudillo. Él y la izquierda, en particular el PSOE pero también el PCE-IU, han constituido la tristísima e hiper-envilecida sociedad actual, al haber sido la alternativa de recambio al Movimiento Nacional franquista tras 1975. Por tanto su apología de las supuestas “conquistas sociales” del Estado de Bienestar, impuesto por el franquismo en lo sustancial, ha de comprenderse como una manifestación de su afán de dar continuidad al régimen político anterior en algunos aspectos. El Estado de Bienestar comienza en Alemania en el último tercio del siglo XIX, con el canciller Bismarck. Éste lo instaura (en una versión inicial, que luego desarrollarían los nazis y tras ellos la democracia cristiana en el gobierno después de 1945) con cuatro propósitos: crear el mayor conformismo social posible, destruir las expresiones auto-organizadas del movimiento obrero, laminar al ser humano en tanto que humano y preparar a las masas para la guerra imperialista. Lejos de ser una “conquista”, como dice el izquierdismo, siempre reaccionario, es una imposición al pueblo, una camisa de fuerza que se le obliga a llevar. En nuestro país comienza con el gobierno de Dato, a principios del siglo XX, y es Franco quien le da el impulso decisivo con la Ley de 1963, aún en vigor. Por tanto, la izquierda en todas sus manifestaciones, también el anarco-estatismo, hace apología de una legislación y un sistema instaurados por Franco. Esto, para un veterano antifranquista como yo, es inaceptable. Dice mucho de cómo están las cosas que todo el espectro político, desde el PP hasta la radicalidad más exaltada respalden al Estado de Bienestar.
FGR: Demuestras en tu libro que el movimiento obrero ha sido en gran medida laminado por estas aportaciones asistenciales de corte estatal…
FRM: Así es. A esa cuestión dedico el capítulo XXIV. El Estado de Bienestar ha arrasado las formas auto-construidas de mutua asistencia y mutua ayuda propias del movimiento obrero de antaño, que funcionaban bien en sus aspectos prácticos, al ofrecer una asistencia de calidad, y sobre todo permitían al sujeto ser él mismo y por sí mismo en compañía de sus iguales, con participación, responsabilidad, esfuerzo, uso del propio entendimiento, sociabilidad, generosidad y espíritu magnánimo. Es decir, permitían el despliegue de los valores y cualidades del individuo, como “yo” y como “nosotros”, que ahora hemos perdido, al hacernos seres-nada de la sociedad-granja que estatuye por la fuerza de las leyes positivas el Estado de Bienestar. En efecto, la integración en éste no es libre sino exigida: nos obligan y además nos dicen que es para nuestro bien, cómo no. De ello ha venido la destrucción del movimiento obrero, hoy una caricatura patética, al ser una masa de pedigüeños sin dignidad ni vigor ni auto-respeto, que viven para el bienestar zoológico, dejando a un lado unas muy reducidas minorías.
FGR: ¿A quien sirve realmente esta estatificación de la sociedad?
FRM: La estatificación de la sociedad sirve al Estado, en primer lugar a los todopoderosos cuerpos de altos funcionarios que nos manejan como marionetas desde los Ministerios de Sanidad, Educación, Hacienda, Defensa, Cultura, Interior, Medio Rural y así sucesivamente. En segundo lugar sirve a los partidos y sindicatos, convertidos en un enjambre de neo-explotadores sin pudor, los cuales exigen la prevalencia de “lo público”, esto es, de lo estatal, porque sus carreras profesionales dependen de ello. Con horarios de trabajo de 10 a 12,30 cuatro días por semana y sueldos nada menguados han constituído su paraíso particular. Véase, por ejemplo, el gran tinglado de las Cajas de Ahorro, que ponen en sus consejos de administración a los partidos y sindicatos de izquierda, lo que otorga a éstos un poder inmenso. También sirve a los otrora movimientos reivindicativos, que hoy viven del presupuesto estatal deliciosamente, el feminismo (con un Ministerio, ahora secretaria de Estado), el ecologismo, las ONGs, la “ayuda” al Tercer Mundo, la casta pedantocrática y estetocrática, y algunas buenas gentes más: todos se lucran con lo que el Estado arrebata a la gente común a través de los impuestos. Por eso sacan pancartas a la calle exigiendo más impuestos, para llenarse aún más los bolsillos. Para ellos el Estado y “lo público” son la misma cosa, cuando en realidad resultan ser antagónicos. Eso es exactamente el giro estatolátrico que denuncio.
FGR: Es obvio que sin un proceso de aculturación inducido este paternalismo homogeneizador y destructor de estructuras antropológicas básicas no sería posible…
FRM: Cierto. Se ha creado previamente un tipo de ser… ¿humano? que odia su condición, que quiere renunciar a lo específicamente humano, delegando sus obligaciones y deberes en los funcionarios del Estado, para él dedicarse a gozar y disfrutar, ya se sabe, el esquí en invierno y la playa en verano. No quiere ni oír hablar de deberes, responsabilidades, esfuerzo, entrega, riesgo y devoción. Pero lo que aborrece por encima de todo es la libertad: no desea en absoluto ser libre sino sólo un tipo específico de ganado de labor al que las instituciones han de garantizar la máxima pitanza diaria. Yo apoyo el 15-M pero me pregunto ¿dónde estaba una parte de los hoy “indignados” en, por ejemplo, 2006, cuando el furor consumista lo dominaba todo y las personas ya eran sólo un mero vientre hipertrofiado?, ¿salen ahora a las plazas porque ven los pesebres vacíos?, ¿su meta es retornar al consumo delirante de antes de la crisis económica?. Si es así, son una horda de miserables que se merecen lo que les pasa. No hay regeneración social, no hay avance hacia una nueva sociedad y un nuevo ser humano sin una ideología del desinterés, la frugalidad y la magnanimidad, sin idealismo y valentía, sin entrega y dedicación, sin poner por delante los bienes y metas espirituales, en primer lugar la libertad, sin romper con la ideología de la izquierda que hace del ser humano una criatura condenada a la economía, al dinero y al interés particular, a lo provechoso y sórdido en suma. Sin amor por la libertad no hay nada que hacer y eso es lo que nos ha destruido en todos los sentidos. En realidad, la ideología de la izquierda ha sido y es la forma más virulenta de ideario capitalista. Por eso suspira y se despepita en pro del Estado de Bienestar.
FGR: La izquierda mas convencional y más instalada en los aparatos de poder no se cansa de demonizar un supuesto “neoliberalismo” al que se hace responsable de todos los males ¿Hay algo de verdad en esto? ¿O nos encontramos más bien con una operación de desviación de la atención de la opinión pública de los auténticos responsables?
FRM: Es de risa que la histriónica progresía institucional y, sobre todo, sus entes subvencionados de la izquierda radical y los movimientos, no dejen de perorar contra el “neoliberalismo”, cuando lo cierto es que con Obama estamos en uno de los momentos de mayor crecimiento del ente estatal, lo que pruebo con abundancia de datos en mi libro. El término “neoliberalismo” es un latiguillo vacío, una tabarra más usada por gentes que no se paran a reflexionar, que no estudian la realidad, que sólo desean vivir para el disfrute más chabacano, esto es, para la irresponsabilidad, la ignorancia y la mentira, sin esforzarse intelectualmente. Dado que la izquierda engorda con los ingresos del Estado es vital para ella que éste sea lo más fuerte posible, a costa del pueblo. Por eso se desencadena contra “la dictadura de los mercados” sin decir nada contra la muy real, y mucho más decisiva, dictadura de los Estados. Parece fácil, en lo intelectual y lingüístico, declararse en contra del Estado y del mercado, pero que jamás lo haga la pone en evidencia. Por mi parte está claro: ni ente estatal ni tinglado mercantil sino auto-organización de la gente común para gobernar todas sus condiciones de existencia, único modo de hacerse mejores, por la única vía posible, el esfuerzo, el servicio, el compromiso, la reflexión desde la experiencia, el entusiasmo por la libertad y el cumplimiento de los propios deberes. Creer que retornamos a un tipo manchesteriano de capitalismo es un gran error pues éste fue desmontando desde arriba para dejar sitio a su nueva expresión, el que se sirve del Estado de Bienestar para realizar con más eficacia sus fines. Quienes aterrorizan a las gentes con tales cantinelas ignoran, u ocultan, lo evidente, que la gestión óptima de la mano de obra como masa despojada de sus cualidades humanas la realiza el Estado de Bienestar, no el capitalismo liberal que existió hasta la segunda mitad del siglo XIX. Eso es ahora una verdad más cierta por cuanto la confrontación con la potencia enemiga (hoy China) no puede realizarse sin Estado de Bienestar, asunto que comprendían muy bien Bismarck y los nazis, que son los antecedentes más notables, junto con el franquismo, de la actual izquierda obsesiva del Estado de Bienestar.
FGR: ¿Qué opinas de la medicalización de la sociedad y de los gañidos elogiosos ante la supuesta reforma sanitaria de Obama que en Europa ha sido sacralizada?
FRM: La medicalización de la sociedad equivale a instaurar una tiranía peligrosa para la salud, nihilista, contraproducente y muy cara. Hace del adulto un ser infantilizado, que el estamento médico estatal maneja a su antojo, además de un ente biológico que debe preocuparse maniáticamente de su cuerpo para despreocuparse de su espíritu, padeciendo asimismo una mala forma física proverbial, que va agravándose con el paso del tiempo. Es curioso, por ejemplo, que quienes, desde el ecologismo, claman contra el consumismo admitan la sanidad “pública”, que es hiper-consumo impuesto de productos muy tóxicos, que contaminan muchísimo, pues los elabora la industria química y farmacéutica, de capital privado por lo general. Lo que ha hecho Obama al extender el Estado de Bienestar en sus aspectos médicos a todo la sociedad es cumplir los cuatro postulados de Bismarck, antes expuestas, sobre todo el de la militarización, en este caso de las minorías, de los negros en particular, hoy convertidos en puntales sustantivos del ejército USA. En efecto, ahora la gente negra, en especial las mujeres negras, comienza a ser la principal cantera de reclutamiento de tropas, el primordial reservorio de militarismo popular en ese país: por eso Obama, el primer presidente negro, la está integrando en las instituciones. La probable confrontación militar con China lo exige.
FGR: Soy pesimista y veo a corto y mediano plazo en las sociedades no sólo occidentales un rebaño creciente de esclavos que buscan la servidumbre total a cambio de un plato, cada vez más exiguo, de lentejas. Eso sí, ya no serán esclavos felices. ¿No va de esto la crisis? ¿De obligarnos aceptar condiciones inhumanas a cambio de permitírsenos sobrevivir a secas?
FRM: Occidente ha creado, en efecto, un colosal rebaño de esclavos autosatisfechos, llenos de ansias de ser dirigidos, mandados y humillados, además de construidos desde fuera de sí mismos, con la izquierda como fuerza impulsora principal de tan aflictiva realidad. “Felices” o infelices lo cierto es que detestan la libertad y aman sus cadenas, por decirlo a la manera clásica. La crisis tiene causas objetivas obvias, la principal de ellas en última instancia es que la economía de EEUU y Europa está siendo derrotada en toda regla por las potencias emergentes, China en primer lugar. De manera que estamos ante la crisis de dicha economía, no de la mundial, pues a las mencionadas potencias les va magníficamente. En sólo un decenio, el mundo occidental será un lugar secundario a escala planetaria, salvo si Occidente, con la ayuda del aliado islámico, derrota a las nuevas potencias, quiero decir que las vence en el campo de batalla, sea cual sea la forma concreta que adopte éste. Esto es duro de admitir pero es cierto. Como expongo en uno de los capítulos del libro, avanzamos hacia la IV Guerra Mundial. Los “buenos tiempos de antaño”, hechos de irresponsabilidad, bobería progre, extravagancias y consumismo, no volverán.
FGR: Hoy, en el límite de la demencia, tenemos anarco estatistas…
FRM: Sí. Hay un tipo de anarquismo que olvida la libertad (por no hablar de la revolución) y únicamente existe para loar el bienestar, esto es, a quien lo otorga, el Estado de Bienestar, vale decir, el Estado. El caso más significativo es Chomsky, ignaro gurú intelectual persuadido de que los seres humanos son entes inespirituales, todo pulsiones fisiológicas y apetitos somáticos, el cual cuenta con seguidores por todo el planeta. Son gentes que aman apasionadamente el capitalismo en su fase actual, que anhelan vivir bien bajo él, con acceso al mayor número de bienes y servicios, sin introducir cambios sustantivos ni en el modo de estar organizada la sociedad ni en la condición concreta del ser humano ni mucho menos en su propio mundo interior. Los libros de ese autor son repulsivos precisamente porque preconizan una concepción de la persona que no es humana sino infrahumana, por perversa y encanallada, cumpliendo con ello uno de los grandes objetivos del capitalismo, convertir a las y los asalariados en animales de trabajo. A esa gente les pesa demasiado lo humano, no lo soportan, quieren dejar de ser personas, renunciando a las responsabilidades y deberes que ello lleva aparejado para meramente gozar y disfrutar. Su economicismo les delata como agentes intelectuales del capital, al que tanto denuestan con la boca pequeña. Es a destacar que este sector está desencadenado contra mi libro, por el que se sienten insultado. Pero sería mejor que dejasen de lado tales chiquilladas y pasasen a refutarlo, entonces veríamos cuales son sus argumentos. Por el momento, callan, insinúan coacciones y conspiran, según su estilo.
Para terminar deseo decir que se acerca un tiempo en que lo sustantivo ha de ser pensar, proyectar y hacer un cambio radical en el orden de la sociedad y en la calidad auto-construida del sujeto, no añorar el ciego despilfarro y lunático consumo de antaño.
Fuente: http://www.elpulso.es/item/1097-felix-r ... trico.html
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Me reservo mi opinión por el momento, pero me gustaría saber qué opinais los demás sobre la entrevista y las respuestas de Félix.
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Todo lo que escribe y dice este hombre me gusta.
salut
salut
- Anarcomisántropo
- Mensajes: 520
- Registrado: 28 May 2009, 17:05
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Félix usa un lenguaje durísimo que a muchos les parecerá incluso insultante, pero me parece que dice verdades como puños. A veces se pasa de rosca, como cuando dice que Chomsky cree que las personas "son todo pulsiones fisiológicas y apetitos somáticos". Sus textos siempre me interesan y de hecho es uno de los intelectuales que más me ha influenciado, pero hay que leerle entre líneas, e ignorar cuando se pone en plan "todo el mundo es un cerdo menos yo". Pero eso también me gusta, me gusta que me zarandeen y me griten "eres un imbécil y un hedonista de mierda, cambia tú primero o el mundo nunca cambiará".
Tiene una cultura bestial; la charla sobre asamblearismo en la Historia de España que dio en la Acampada Sol fue para quitarse el sombrero mil veces.
Tiene una cultura bestial; la charla sobre asamblearismo en la Historia de España que dio en la Acampada Sol fue para quitarse el sombrero mil veces.
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Normalmente Félix Rodrigo habla sin tapujos, pero pocas entrevistas recuerdo tan incisivas, cada vez es menos diplomático. A mi me parece necesario decir lo que dice y me parece que edulcorarlo es complicar su comprensión, pero tal vez debería andarse con cuidado siendo un defensor de la difusión y de los movimientos revolucionarios de masas. En fin, estoy mayormente de acuerdo en todo excepto tal vez, en el pesadísimo tema del feminismo, que por suerte esta vez toca solo de pasada.
A destacar, el término "anarco-estatista". La verdad es que lo había pensado muchas veces pero no había querido usarlo porque estoy convencido de que no iba a poderse debatir al respecto y a lo mejor hasta me habría costado la expulsión del foro. Bueno, ahora que alguien con el estatus de Felix Rodrigo lo dice sin tapujos no me voy a cortar tanto en decirlo: Muchos anarquistas son proestado, muchísimos. Hasta tal punto que yo muchas veces dudo en autodenominarme anarquista, porque pienso que a lo mejor soy yo el raro, y que el anarquismo en sí es una filosofía proestatista con un nombre engañoso. Pero bueno, términos a parte, a mi me parece que muchos autodenominados anarquistas o han perdido el norte, o nunca lo han tenido (por ignorancia o malicia, que se yo), porqué el colaboracionismo estatal, la defensa a ultranza del intervencionismo "público", la voluntad de crear macroestados hipertecnológicos... todo esto son ataques a la libertad, y a mi eso es lo que en esencia me importa.
Otro punto que ha hecho que sintiera una gran afinidad es la crítica al fantasma del "neoliberalismo". Que demonios es el neoliberalismo? Me parece una cuestión fantasiosa que no se corresponde ni por asomo con lo que sucede a la práctica, donde el Estado cada vez es más fuerte, y donde el sistema económico capitalista es una cuestión bien secundaria, una herramienta útil que llegado el momento podría substituirse por cualquier otro, como por ejemplo el comunismo.
Yo directamente no estoy a favor del movimiento 15M, peró lo importante es que coincido totalmente con esta frase:
A destacar, el término "anarco-estatista". La verdad es que lo había pensado muchas veces pero no había querido usarlo porque estoy convencido de que no iba a poderse debatir al respecto y a lo mejor hasta me habría costado la expulsión del foro. Bueno, ahora que alguien con el estatus de Felix Rodrigo lo dice sin tapujos no me voy a cortar tanto en decirlo: Muchos anarquistas son proestado, muchísimos. Hasta tal punto que yo muchas veces dudo en autodenominarme anarquista, porque pienso que a lo mejor soy yo el raro, y que el anarquismo en sí es una filosofía proestatista con un nombre engañoso. Pero bueno, términos a parte, a mi me parece que muchos autodenominados anarquistas o han perdido el norte, o nunca lo han tenido (por ignorancia o malicia, que se yo), porqué el colaboracionismo estatal, la defensa a ultranza del intervencionismo "público", la voluntad de crear macroestados hipertecnológicos... todo esto son ataques a la libertad, y a mi eso es lo que en esencia me importa.
Otro punto que ha hecho que sintiera una gran afinidad es la crítica al fantasma del "neoliberalismo". Que demonios es el neoliberalismo? Me parece una cuestión fantasiosa que no se corresponde ni por asomo con lo que sucede a la práctica, donde el Estado cada vez es más fuerte, y donde el sistema económico capitalista es una cuestión bien secundaria, una herramienta útil que llegado el momento podría substituirse por cualquier otro, como por ejemplo el comunismo.
Yo directamente no estoy a favor del movimiento 15M, peró lo importante es que coincido totalmente con esta frase:
¿su meta es retornar al consumo delirante de antes de la crisis económica?. Si es así, son una horda de miserables que se merecen lo que les pasa.
- Anarcomisántropo
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- Registrado: 28 May 2009, 17:05
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
El caso es que sólo se expresa así cuando escribe. En las charlas es la persona más cordial del mundo.bow escribió:Normalmente Félix Rodrigo habla sin tapujos, pero pocas entrevistas recuerdo tan incisivas, cada vez es menos diplomático.
¡Para nada! Ha dicho muchas veces que para él la revolución es cosa de una minoría súper concienciada a la que sigue una mayoría por inercia.A mi me parece necesario decir lo que dice y me parece que edulcorarlo es complicar su comprensión, pero tal vez debería andarse con cuidado siendo un defensor de la difusión y de los movimientos revolucionarios de masas.
La verdad es que hablar del machismo/feminismo, como hablar de la Iglesia, me aburre muchísimo porque me parece un tema muy menor; hay mujeres maltratadas, y hay curas pedófilos, pero el grueso de los problemas de la gente creo que son otros.En fin, estoy mayormente de acuerdo en todo excepto tal vez, en el pesadísimo tema del feminismo, que por suerte esta vez toca solo de pasada.
Digamos que si tenemos que elegir entre servicios estatales o servicios privados, nos quedamos con los estatales, como mal menor. En mi asamblea se está planteando organizar servicios públicos autogestionados, pero ¿tú sabes lo complejísimo que es eso en una sociedad como la actual? Si montamos una guardería autogestionada, como se debatió, y a algún crío le pasa algo accidentalmente, vamos todos a la cárcel.Muchos anarquistas son proestado, muchísimos.
La de la mayoría sí, pero no la de todos.¿su meta es retornar al consumo delirante de antes de la crisis económica?
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Estoy pensando pero no doy con ninguna pega que ponerle.
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Suelo estar de acuerdo con la mayor parte de sus postulados aunque prefiero administrármelo en pequeñas dosis. Su fatalismo es desmoralizador.
Todos los animales somos iguales
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
protorm escribió:El caso más significativo es Chomsky, ignaro gurú intelectual persuadido de que los seres humanos son entes inespirituales, todo pulsiones fisiológicas y apetitos somáticos, el cual cuenta con seguidores por todo el planeta. Son gentes que aman apasionadamente el capitalismo en su fase actual, que anhelan vivir bien bajo él, con acceso al mayor número de bienes y servicios, sin introducir cambios sustantivos ni en el modo de estar organizada la sociedad ni en la condición concreta del ser humano ni mucho menos en su propio mundo interior. Los libros de ese autor son repulsivos precisamente porque preconizan una concepción de la persona que no es humana sino infrahumana, por perversa y encanallada, cumpliendo con ello uno de los grandes objetivos del capitalismo, convertir a las y los asalariados en animales de trabajo. A esa gente les pesa demasiado lo humano, no lo soportan, quieren dejar de ser personas, renunciando a las responsabilidades y deberes que ello lleva aparejado para meramente gozar y disfrutar. Su economicismo les delata como agentes intelectuales del capital, al que tanto denuestan con la boca pequeña. Es a destacar que este sector está desencadenado contra mi libro, por el que se sienten insultado. Pero sería mejor que dejasen de lado tales chiquilladas y pasasen a refutarlo, entonces veríamos cuales son sus argumentos. Por el momento, callan, insinúan coacciones y conspiran, según su estilo.
Entrevista a Chomsky
Pues yo sinceramente ese estilo duro de Rodrigo Mora me parece que falsea la realidad, como bien se ve, con toda la oposición o pegas que le podamos poner a la ideología de Chosmky no es un siervo inmundo e inhumano del capital, al menos en lo referente a sus escritos.En uno de sus libros, usted comentaba la frase de Milton Friedman: "Producir ganancias es la esencia misma de la democracia"…
A decir verdad, las dos cosas son de tal modo contrarias que ni siquiera hay comentario posible… La finalidad de la democracia es que la gente pueda decidir su propia vida y hacer las elecciones políticas que le atañen. La realización de ganancias es una patología de nuestras sociedades, adosada a estructuras particulares. En una sociedad decente, ética, esta preocupación por la ganancia sería marginal. Tomemos mi departamento universitario (en el Instituto Técnico de Massachussets MIT): algunos científicos trabajan duro para ganar mucho dinero, pero se les considera un poco como marginales, gente perturbada, casi casos patológicos. El espíritu que anima a la comunidad académica es más bien el de tratar de hacer descubrimientos por interés intelectual pero también para el bienestar de todos.
Creo que Rodrigo Mora debería abandonar su impulso de todologo, reflexionar antes de hablar y empezar a pensar que, quién no comparte sus opiniones, quizás no sea porque es un vil aliado del estado y del poder, sino que simplemente discrepa de su "verdad".
Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Vaya D-503, parece que acabes de leer el Anti-Félix!
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Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Si te ha gustado esta entrevista te gustará La Maternidad del Week-end de Michael Seidman.
Sobre neoliberalismo, no coincide con lo que pone en wikipedia, pero yo creía que:
En el liberalismo clásico lo estatal y lo económico son ámbitos separados.
El neoliberalismo entiende que:
1. Las leyes de mercado deben ser un principio para regir todo ámbito de la vida. Los individuos deben desenvolverse como si fueran empresas compitiendo. Esto es más una ideología que conviene a los poderosos que otra cosa.
2. El estado tiene como función ponerse al servicio de la economía (organizar la educación, las infraestructuras,...).
Cómo se conserva el tío.Esto, para un veterano antifranquista como yo, es inaceptable
Sobre neoliberalismo, no coincide con lo que pone en wikipedia, pero yo creía que:
En el liberalismo clásico lo estatal y lo económico son ámbitos separados.
El neoliberalismo entiende que:
1. Las leyes de mercado deben ser un principio para regir todo ámbito de la vida. Los individuos deben desenvolverse como si fueran empresas compitiendo. Esto es más una ideología que conviene a los poderosos que otra cosa.
2. El estado tiene como función ponerse al servicio de la economía (organizar la educación, las infraestructuras,...).
- Aitor Mena
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Re: Entrevista a Rodrigo Mora
¿Podemos hablar hoy de "estado de bienestar"? ¿existe solamente un tipo de "regimen de bienestar" en europa? ¿solamente actúa un agente en la dinámica social para "imponer" (el Estado)? ¿El papel del Estado ha sido siempre el mismo en la historia reciente del capitalismo? ¿Es igual el papel del Estado en Suecia que en España en el ultimo año y medio? ¿Actúa de igual forma el gobierno y la estructura del Estado ahora que hace dos años en España?
Se me ha borrado todo lo que habia escrito respondiendo a algunos puntos que me parecen demenciales, por lo que solamente sintetizo un par de lecturas que le recomendaria, puesto que me parece que se puede aplicar lo de la vagueza intelectual
Reestructuración del Estado de bienestar
De la introducción del libro de Antonio Antón (http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/aanton/)
La mayoría de ellas no me parecen ni dignas de ser respondidas. Quizás si prueba de contrastar sus opiniones prepotentes con los dos autores arriba citados pueda estar entretenido un tiempo y abrir nuevos frentes para alimentar su ego, esta vez con los académicos que estudian a fondo lo que él trata desde una perspectiva de tertuliano de intereconomia.
PD: el neoliberalismo es a partir de los 80, en el ámbito de la política social, lo que plantea más o menos Jessop (workfare). Todo esto está muy relacionado con las "politicas de activación" en el mercado de trabajo, con el paso del objetivo de pleno empleo (keynesiano) a la plena empleabilidad (neoliberal): para muestra la doctrina de la Unión Europea.
En el ámbito de la política económica está más que trillado:
* Ajuste fiscal: de manera general se amplió la base imponible al tiempo que se reducían los tipos impositivos, favoreciéndose especialmente a las rentas del capital y a la población de altos ingresos.
* Liberalización comercial: bajo los auspicios de la OMC, y con el impulso de cada vez más proyectos de integración regional, se redujeron las barreras comerciales (especialmente las arancelarias) en detrimento de los sectores más sensibles a la competencia internacional.
* Reforma del sector financiero: esta categoría agrupa a una amplia variedad de medidas tendentes a desregular los flujos de capitales (especialmente los internacionales). Prácticamente todos los gobiernos abolieron las reglamentaciones sobre el crédito, liberalizaron los movimientos internacionales de capitales y desreglamentaron los mercados de acciones. Además, se impulsaron los mercados de deuda pública, divisas, obligaciones y derivados.
* Privatizaciones: consistió en la transferencia, primero de empresas y luego de otras funciones y servicios públicos, a manos privadas, insertándolas, por tanto, en la misma lógica de la rentabilidad.
* Desregulación laboral: supuso una progresiva pero profunda reforma del mercado de trabajo a fin de flexibilizar las formas de contratación, reduciendo las garantías legales y la capacidad negociadora de los trabajadores, así como los costes de contratación y despido.
Empíricamente en europa, el gasto en protección social se está reduciendo respecto al crecimiento del PIB (el gasto crece mucho menos que el PIB), en algunos paises incluso se está reduciendo de forma nominal (como España). En cambio, se bajan impuestos e incrementan otros gastos (deuda, estructura, represión, etc). En definitiva, el Estado mantiene o incrementa su peso, si, pero ¿con qué componentes?
Yo creo que todo esto es neoliberalismo porqué es un modelo de gestión en política economica y social diferente a la keynesiana tradicional.
Se me ha borrado todo lo que habia escrito respondiendo a algunos puntos que me parecen demenciales, por lo que solamente sintetizo un par de lecturas que le recomendaria, puesto que me parece que se puede aplicar lo de la vagueza intelectual
:"El término “neoliberalismo” es un latiguillo vacío, una tabarra más usada por gentes que no se paran a reflexionar, que no estudian la realidad, que sólo desean vivir para el disfrute más chabacano, esto es, para la irresponsabilidad, la ignorancia y la mentira, sin esforzarse intelectualmente."
Reestructuración del Estado de bienestar
De la introducción del libro de Antonio Antón (http://www.uam.es/personal_pdi/economicas/aanton/)
El estado del capitalismo. Entrevista con Robert Jessop. (http://www.lancs.ac.uk/fass/sociology/p ... bob-jessop)El Estado de bienestar, la ciudadanía social y laboral, ha sido fruto de un largo proceso de conflicto y reforma social, particularmente en las sociedades europeas. Comenzó a finales del siglo XIX, en el contexto de la segunda revolución industrial y el ascenso del movimiento obrero y la izquierda política, y se consolidó en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Junto con los derechos civiles y políticos, los derechos sociales y laborales constituían la tercera pata de la conformación de la plena ciudadanía democrática y social. Este proceso expresaba una doble tendencia: era funcional con el tipo de desarrollo económico y de integración social y orden político, y era compatible con las demandas de las clases trabajadoras representadas por el sindicalismo, a través del neocorporatismo, y la izquierda política –además de ser una respuesta a los desafíos estratégicos del socialismo soviético–. Esos modelos y equilibrios se empiezan a romper con la crisis socioeconómica de mitad de los años setenta del pasado siglo, y los cambios se aceleran en los noventa.
http://www.pensamientocritico.org/antant0210.html
Sinceramente la opiniones de Rodrigo Mora me parecen bastante lamentables y de un falso radicalismo vacío. Digo opiniones, por la poca contrastación histórica y empírica de lo que afirma.Propone cuatro líneas de análisis de las transformaciones del estado en los últimos treinta años. La primera de ellas es la aparición del estado competitivo schumpeteriano. ¿Qué caracteriza este tipo de políticas públicas?
Con este concepto intento destacar dos cosas. En primer lugar, que las políticas económicas han pasado del esfuerzo ?asociado con Keynes? por asegurar las condiciones de pleno empleo en economías cerradas a través de una intervención económica sobre la demanda, a un nuevo interés ?que tiene a Schumpeter como referente? por promover la innovación competitiva ligada a una nueva ola de crecimiento económico, que interviene sobre la oferta en una economía abierta. Como mucho, al estado schumpeteriano le preocupan las condiciones para una plena empleabilidad y transfiere la responsabilidad para lograrl a los trabajadores, que deben volverse más flexibles y emprendedores. El segundo aspecto que intento subrayar es que, aunque en este nuevo régimen hay un mayor interés por promover la competitividad a nivel urbano, regional e internacional, esto no justifica que se pueda describir ahistóricamente en términos de "estado de competitividad", como si antes de 1970 al estado no le preocupase la competencia. Así que prefiero hablar de la competitividad schumpeteriana antes que del estado competitivo sin más.
También habla de cambios muy profundos en la forma en la que se articulan los mercados de trabajo con las políticas sociales, esto es, la aparición del estado "trabajista" ¿Qué consecuencias sociales y económicas tiene esta dinámica?
La idea de "trabajismo" (workfare) hace referencia al paso de un modelo en el que la provisión del bienestar colectivo se basa en la ciudadanía social, el consumo colectivo y la cobertura universal, a otro mucho más selectivo basado en el consumo individual, las privatizaciones y los derechos limitados ligados a la responsabilidad individual. Este cambio está asociado con el retroceso de las conquistas conseguidas mediante la movilización colectiva en las economías capitalistas avanzadas durante los años de la posguerra, con una creencia naif en el poder del mercado y con el modo en que la gente ha empezado a verse como consumidores individuales en vez de como ciudadanos con derechos sociales. Esto no sólo destruye la solidaridad social y promueve el individualismo posesivo, sino que además induce una polarización social y económica creciente, incrementa la exclusión social, y expone el bienestar personal y familiar a los caprichos de una economía global fuertemente tendente a las crisis.
http://www.ladinamo.org/ldnm/articulo.p ... =30&id=787
La mayoría de ellas no me parecen ni dignas de ser respondidas. Quizás si prueba de contrastar sus opiniones prepotentes con los dos autores arriba citados pueda estar entretenido un tiempo y abrir nuevos frentes para alimentar su ego, esta vez con los académicos que estudian a fondo lo que él trata desde una perspectiva de tertuliano de intereconomia.
PD: el neoliberalismo es a partir de los 80, en el ámbito de la política social, lo que plantea más o menos Jessop (workfare). Todo esto está muy relacionado con las "politicas de activación" en el mercado de trabajo, con el paso del objetivo de pleno empleo (keynesiano) a la plena empleabilidad (neoliberal): para muestra la doctrina de la Unión Europea.
En el ámbito de la política económica está más que trillado:
* Ajuste fiscal: de manera general se amplió la base imponible al tiempo que se reducían los tipos impositivos, favoreciéndose especialmente a las rentas del capital y a la población de altos ingresos.
* Liberalización comercial: bajo los auspicios de la OMC, y con el impulso de cada vez más proyectos de integración regional, se redujeron las barreras comerciales (especialmente las arancelarias) en detrimento de los sectores más sensibles a la competencia internacional.
* Reforma del sector financiero: esta categoría agrupa a una amplia variedad de medidas tendentes a desregular los flujos de capitales (especialmente los internacionales). Prácticamente todos los gobiernos abolieron las reglamentaciones sobre el crédito, liberalizaron los movimientos internacionales de capitales y desreglamentaron los mercados de acciones. Además, se impulsaron los mercados de deuda pública, divisas, obligaciones y derivados.
* Privatizaciones: consistió en la transferencia, primero de empresas y luego de otras funciones y servicios públicos, a manos privadas, insertándolas, por tanto, en la misma lógica de la rentabilidad.
* Desregulación laboral: supuso una progresiva pero profunda reforma del mercado de trabajo a fin de flexibilizar las formas de contratación, reduciendo las garantías legales y la capacidad negociadora de los trabajadores, así como los costes de contratación y despido.
Empíricamente en europa, el gasto en protección social se está reduciendo respecto al crecimiento del PIB (el gasto crece mucho menos que el PIB), en algunos paises incluso se está reduciendo de forma nominal (como España). En cambio, se bajan impuestos e incrementan otros gastos (deuda, estructura, represión, etc). En definitiva, el Estado mantiene o incrementa su peso, si, pero ¿con qué componentes?
Yo creo que todo esto es neoliberalismo porqué es un modelo de gestión en política economica y social diferente a la keynesiana tradicional.
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Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Aitor Mena, filosofía académica a parte, el "neoliberalismo" es a la práctica una quimera, una idea generalizada en los movimientos radicales según la cual la economía se rige por un capitalismo sin control, donde las grandes multinacionales manejan el cotarro y mantienen a los Estados a ralla con su gran poder económico. Esto no solo es una idea descabellada, sino que es una idea muy interesada, pues ha servido para crear una dicotomía público = bueno, privado = malo, a entender la intervención estatal como una correa que limita la malicia de las grandes corporaciones, e incluso desde una perspectiva presuntamente anarquista, se ha visto la intervención estatal como un mal menor que al menos garantiza el "bien social".
Muy al contrario, el Estado es el gran enemigo, puesto que es este órgano el que interviene en todos los aspectos de la vida (también en la economía) y el que a través de su acumulación de poder permite que una minoría domine a la mayoría, y por extensión a todo el planeta. Se habla de Estado en singular porqué en lo esencial, todos los estados funcionan a una, y del mismo modo. Lo esencial es, por supuesto, el modo en el que no permiten un mundo libre, y en ese aspecto el govierno sueco y español han realizado la misma labor igual de bien.
Muy al contrario, el Estado es el gran enemigo, puesto que es este órgano el que interviene en todos los aspectos de la vida (también en la economía) y el que a través de su acumulación de poder permite que una minoría domine a la mayoría, y por extensión a todo el planeta. Se habla de Estado en singular porqué en lo esencial, todos los estados funcionan a una, y del mismo modo. Lo esencial es, por supuesto, el modo en el que no permiten un mundo libre, y en ese aspecto el govierno sueco y español han realizado la misma labor igual de bien.
- Aitor Mena
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Re: Entrevista a Rodrigo Mora
Con análisis empírico en la mano, pajas mentales a parte, "neoliberalismo" es un cambio efectivo en la gestión de la política económica, social y laboral desde los 80. Más allá van autores que plantean como los nuevos ciclos de acumulación de capital y beneficios se adecuan a una nueva estructura social de acumulación neoliberal cuyos resultados estamos viendo en la actualidad (que incluye no solo el modelo de política economica o el papel del Estado en otras facetaqs, sino también el papel que tienen otras instituciones como los cambios en la organización productiva y el tipo de empresa, las estructuras economicas y los sectores predominantes, el papel de las finanzas, la situación de la lucha de clases, los cambios en las estructuras familiares, etc).bow escribió:Aitor Mena, filosofía académica a parte, el "neoliberalismo" es a la práctica una quimera, una idea generalizada en los movimientos radicales según la cual la economía se rige por un capitalismo sin control, donde las grandes multinacionales manejan el cotarro y mantienen a los Estados a ralla con su gran poder económico. Esto no solo es una idea descabellada, sino que es una idea muy interesada, pues ha servido para crear una dicotomía público = bueno, privado = malo, a entender la intervención estatal como una correa que limita la malicia de las grandes corporaciones, e incluso desde una perspectiva presuntamente anarquista, se ha visto la intervención estatal como un mal menor que al menos garantiza el "bien social".
Asimilar neoliberalismo a capitalismo sin control lo dices tu. Actualmente existe una regulación del capitalismo DIFERENTE, que favorece a unos segmentos de la clase capitalista más que a otros y por supuesto mucho más que a la clase trabajadora. Yo creo que las cosas són más complejas, cómo te pongo más arriba, y que en todo caso neoliberalismo es una forma de gestión de la economia y la política social DIFERENTE a la que caracterizaba la era keynesiana.
Que es un enemigo a batir para crear alternativas politicas y sociales estoy de acuerdo. Que hay otros frentes como la explotación por género y la de clase en las empresas y el mercado de trabajo capitalistas donde por cierto también se expresa el dominio sobre la persona, pues también. Yo ya estoy con ello, empieza tu y dime cómo hacerlo puesto que no lo veo tan sencillo, ni el modelo de sociedad final anarquista ni el como luchar para mejorar las condiciones de vida y trabajo a corto plazo. Por otra parte no sé si me fiaria mucho de quienes se cagan en todo, abogan por lo comunitario y no són capaces de mantenerse en un trabajo "intelectual" colectivo sin pelearse y romper la baraja. Desde luego que no les confiaria la gestión de un sistema de salud y por supuesto de mi enfermedad, pero ni de coña.bow escribió:Muy al contrario, el Estado es el gran enemigo, puesto que es este órgano el que interviene en todos los aspectos de la vida (también en la economía) y el que a través de su acumulación de poder permite que una minoría domine a la mayoría, y por extensión a todo el planeta. Se habla de Estado en singular porqué en lo esencial, todos los estados funcionan a una, y del mismo modo. Lo esencial es, por supuesto, el modo en el que no permiten un mundo libre, y en ese aspecto el govierno sueco y español han realizado la misma labor igual de bien.
Que estructuralmente el papel del Estado es el mismo, vale. Que todos los estados actúan igual o que su evolución y papel en todo el mundo es la misma pues no. Hoy no es lo mismo vivir en Cataluña que en el País Vasco si estás sin trabajo ni subsidio de desempleo. En Cataluña están recortando las Rentas Minimas de Inserción y avisando que no van a dar ya mas, con lo que si no tienes ni empleo ni subsidio te jodes y te jodes de verdad. En cambio en el País Vasco estos subsidios són generalizados para quienes lo necesitan (con condiciones de acceso restrictivas pero que no es imposible acceder). Estos subsidios provienen por cierto de impuestos que paga fundamentalmente la clase trabajadora y que gestiona el Estado autonómico, en el caso de Cataluña un partido que ya no le preocupa desarrollar su faceta de legitimación ante la población. Otra parte de la estructura del Estado autonomico, en este caso los y las trabajadoras de servicios sociales, están tratando de actuar en contra de estos recortes que mañana nos pueden afectar a mi o a ti (digo yo). Mira si hay diferencias para la gente que no tiene nada, dentro del propio Estado español. Está claro que Rodrigo Mora y quienes crean que el Estado es uno y que solo tiene una faceta y es lo mismo, pueden ir a explicarlo a los RMI que en julio cobraron y ahora estan en Cataluña sin cobrar o mejor aun, demostrar con su apoyo y solidaridad y mantener financieramente a esta gente mientras los gobiernos se gastan los impuestos en otras cosas como rescatar a los bancos.
Última edición por Aitor Mena el 12 Ago 2011, 09:45, editado 4 veces en total.
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- marius jacob
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Re: Entrevista a Rodrigo Mora
CONFESIONES DE UN ESTATÓLATRA.
Es curioso. Un día me levanté estatólatra. Me tomé un café, me di una ducha, abrí el libro que había comprado el día anterior en la librería La Malatesta, y me descubrí: había un capítulo entero dedicado a mi librito “El bienestar malherido” (accesible en http://www.solidaridadobrera.org, en el apartado de “Campañas”), concretamente un capítulo titulado “Nuevos errores” (el título ya lo dice todo). El libro era “El giro estatolátrico”, de Félix Rodrigo Mora.
No voy a discutir aquí todo lo que se dice en ese capítulo. Quizás lo haga en otra ocasión. Tampoco voy a contar historias personales que no vienen al caso. Sólo voy, como buen “estatólatra”, pero “con tronío”, a divagar entorno a un par de cosas que me llamaron la atención.
En primer lugar, Félix mantiene (y se lo he oído en otros sitios) que el Estado del Bienestar es producto del fascismo y que las luchas sociales no tienen nada que ver con su instauración. Es como decir que las vacaciones pagadas o los aumentos salariales son un producto de la patronal, y que las huelgas y el sindicalismo no tienen nada que ver con su génesis. Admitámoslo, a los puros efectos dialécticos, aunque sea mucho admitir. Lo que no me queda claro, entonces, es ¿para qué diablos luchó toda esa gente?, ¿qué obtuvo? Miles de personas asesinadas, torturadas, exiliadas, millones de toneladas de sangre derramada…no consiguieron ningún tipo de mejora. Llegó el fascismo y ¡zas!, los engañó a todos. La historia del movimiento obrero, así, parece simple y llanamente un gigantesco error, una mascarada, casi una conspiración de toda esa hidra “liberal” tan increíblemente lista, que lleva siglos mandando sin oposición. Hasta ahora, por supuesto, que ya contamos con los libros de Félix.
Luego, sinceramente, me parece que Félix, en lo práctico, no se termina de aclarar: nos dice que si “se suprimiera el Sistema Nacional de Salud (…) existiría una alta probabilidad de que se creasen servicios autogestionados de salud”, pero en otra parte del libro anima a luchar contra el copago y las privatizaciones, lo que es ampliamente contradictorio con el espíritu del conjunto del texto ¿En qué quedamos? Más bien parece que, ante lo endeble de la tesis principal, se incluye alguna que otra frase puntual que permita defender que no se está diciendo aquello que es corolario lógico de todo lo que se dice.
Porque, claro, si derribando el SNS la autogestión campará a sus anchas, se extenderá y cubrirá a toda la población proletaria (¡uy, perdón por el palabro “proletaria”, debe de ser un deje del pútrido “obrerismo”, casi tan malo como la “estatolatría”!), así, sin esfuerzo ninguno, y sin que millones de personas sufran en sus carnes el quedarse ayunos de toda asistencia sanitaria, y se vean abocados a la enfermedad, el dolor y la muerte;deberíamos apoyar las privatizaciones, ¿no? ¡Que se queden los viejecitos sin pensión ni centro de salud público, que seguro que se autogestionan ellos solos, así, tal cual! No es por ser borde (ni estatólatra), pero lo cierto es que la realidad actual (y no la literatura etnográfica, que siempre es muy sufrida) de lugares sin asistencia sanitaria pública suficiente como Somalia o Haití, no invita a pensar que una cosa lleva a la otra necesariamente…salvo en la preclara mente de Félix y sus aherrojados seguidores.
Yo el caso es que pienso que si se quiere luchar por la autogestión de la salud habrá que extender los conocimientos médicos y sanitarios entre la población, y procurar mecanismos autogestionarios y de control popular de los centros de salud de los barrios. Y, para ello, lo primero que habría que hacer es defenderlos con uñas y dientes de la privatización y la especulación neoliberal (¡uaargg, otro palabro, este usado para “acallar las conciencias” y no sé cuantas cosas más).
Así que, si de lo que se me acusa, en definitiva, es de defender que los viejos tengan pensión y puedan dejar de trabajar (para algo lo han hecho toda su vida); que haya centros de salud donde no tengas que pagar (más); que todos los niños y niñas aprendan a leer y escribir, y alguna que otra cosa más que les alcancemos a enseñar los “educadores-mercenarios”, que esa es otra (y no sólo los hijos de los ricos); pues la verdad es que sí. Que soy estatólatra. ¡Mira que pasarme la vida entera sin saberlo!
Pienso que Capital y Estado están íntimamente relacionados, es cierto, pero precisamente por ello, creo que sólo la democratización y autogestión de los centros de producción y de vida colectiva puede constituir otro tipo de sociedad. Que no es retirándose a una cueva o a un convento como se puede levantar el armazón de un mundo nuevo. Que el barrio o el municipio tome los centros educativos o los ambulatorios. No abolamos nuestro propio poder de clase (¡jó, otro palabro!) escondiéndonos en un rincón apartado, pero muy “puro”.
Y eso nos lleva a una diferencia esencial con respecto a lo que afirma Félix. Hay quienes (seremos por ello estatólatras, o quizás cosas peores) no soportamos ni la metafísica ni la mística espiritualista. Intentamos ser profundamente materialistas, en el sentido filosófico del término, con todo lo que ello implica: hedonismo, nominalismo, epicureísmo cuando no defensa de los cirenaicos, ateísmo, etc. El idealismo filosófico de Félix es casi proverbial. Ahí está el odio al cuerpo y a la carne, al mundo material (“impuro”, “pancista”, “garbancero”) y la afirmación de la superioridad del espíritu y lo inasible (“el servicio desinteresado”). Una narrativa profundamente religiosa. Que, entre otras cosas, le lleva a considerar el capitalismo como un asunto “de ideas” o de textos, y no de intereses reales de seres humanos concretos. Así, los “liberales” defienden determinados conceptos (“el Estado”, “el trabajo”, etc.) que pasan a estar contaminados por ellos más allá de cualquier análisis táctico de la situación concreta (quien, en el paro, reivindica un trabajo, no sería más que un colaborador del Mal, como quien reivindica un centro de salud público, ante la inexistencia de alternativas). Claro, lo bueno es que “el mundo de las Ideas” necesita de buenos intérpretes que sepan jugar con ellas y combinarlas en bonitas conjunciones, y no de intervenciones prácticas en lo real (que siempre son, de una manera u otra, “impuras”). Ahí aparece Félix.
Ahora bien, lo mejor del capítulo que me dedica es, sin duda, la nota al pié número 58, en la que manifiesta su perplejidad porque en otro libro mío (“Entender la descentralización productiva”, ¡hay que ver que propaganda me hace este chico!) celebro las luchas de los trabajadores del Metro de Madrid contra su empresa (estatal y pública). No sé si dichos trabajadores estarán tan perplejos como él, dado que tengo el honor de conocer a los más combativos desde hace algunos años y no me han dicho nada al respecto; pero lo que sí me parece contradictorio es su planteamiento, ¿para qué debían, según él, luchar estos trabajadores? ¿Para exigir la privatización de la empresa? ¿Para pedir “servir desinteresadamente” a todos los madrileños? Si les dan algo, ¿no será que la patronal quiere y le interesa, y les está engañando? ¿No debían rechazarlo?
En fin, que no termino de entender toda esta maraña. Será que soy un “estatólatra” irrecuperable, un “hedonista” incorregible, un “obrerista” pútrido.
Vamos, que defiendo una sociedad de bienestar para todos, de autogestión generalizada, sin explotadores ni explotados, con pleno derecho al placer y la alegría para hombres y mujeres.
José Luis Carretero Miramar.
PD: Por cierto, lo que sí llega al mal gusto, son ciertas afirmaciones del libro sobre el feminismo y la represión estatal, en las que prácticamente se acusa de colaborar con la tortura y la violencia patriarcal a sus propias víctimas. Ahí de verdad se pasa tres pueblos. Quiero imaginar que no lo releería.
http://www.kaosenlared.net/noticia/conf ... statolatra
Es curioso. Un día me levanté estatólatra. Me tomé un café, me di una ducha, abrí el libro que había comprado el día anterior en la librería La Malatesta, y me descubrí: había un capítulo entero dedicado a mi librito “El bienestar malherido” (accesible en http://www.solidaridadobrera.org, en el apartado de “Campañas”), concretamente un capítulo titulado “Nuevos errores” (el título ya lo dice todo). El libro era “El giro estatolátrico”, de Félix Rodrigo Mora.
No voy a discutir aquí todo lo que se dice en ese capítulo. Quizás lo haga en otra ocasión. Tampoco voy a contar historias personales que no vienen al caso. Sólo voy, como buen “estatólatra”, pero “con tronío”, a divagar entorno a un par de cosas que me llamaron la atención.
En primer lugar, Félix mantiene (y se lo he oído en otros sitios) que el Estado del Bienestar es producto del fascismo y que las luchas sociales no tienen nada que ver con su instauración. Es como decir que las vacaciones pagadas o los aumentos salariales son un producto de la patronal, y que las huelgas y el sindicalismo no tienen nada que ver con su génesis. Admitámoslo, a los puros efectos dialécticos, aunque sea mucho admitir. Lo que no me queda claro, entonces, es ¿para qué diablos luchó toda esa gente?, ¿qué obtuvo? Miles de personas asesinadas, torturadas, exiliadas, millones de toneladas de sangre derramada…no consiguieron ningún tipo de mejora. Llegó el fascismo y ¡zas!, los engañó a todos. La historia del movimiento obrero, así, parece simple y llanamente un gigantesco error, una mascarada, casi una conspiración de toda esa hidra “liberal” tan increíblemente lista, que lleva siglos mandando sin oposición. Hasta ahora, por supuesto, que ya contamos con los libros de Félix.
Luego, sinceramente, me parece que Félix, en lo práctico, no se termina de aclarar: nos dice que si “se suprimiera el Sistema Nacional de Salud (…) existiría una alta probabilidad de que se creasen servicios autogestionados de salud”, pero en otra parte del libro anima a luchar contra el copago y las privatizaciones, lo que es ampliamente contradictorio con el espíritu del conjunto del texto ¿En qué quedamos? Más bien parece que, ante lo endeble de la tesis principal, se incluye alguna que otra frase puntual que permita defender que no se está diciendo aquello que es corolario lógico de todo lo que se dice.
Porque, claro, si derribando el SNS la autogestión campará a sus anchas, se extenderá y cubrirá a toda la población proletaria (¡uy, perdón por el palabro “proletaria”, debe de ser un deje del pútrido “obrerismo”, casi tan malo como la “estatolatría”!), así, sin esfuerzo ninguno, y sin que millones de personas sufran en sus carnes el quedarse ayunos de toda asistencia sanitaria, y se vean abocados a la enfermedad, el dolor y la muerte;deberíamos apoyar las privatizaciones, ¿no? ¡Que se queden los viejecitos sin pensión ni centro de salud público, que seguro que se autogestionan ellos solos, así, tal cual! No es por ser borde (ni estatólatra), pero lo cierto es que la realidad actual (y no la literatura etnográfica, que siempre es muy sufrida) de lugares sin asistencia sanitaria pública suficiente como Somalia o Haití, no invita a pensar que una cosa lleva a la otra necesariamente…salvo en la preclara mente de Félix y sus aherrojados seguidores.
Yo el caso es que pienso que si se quiere luchar por la autogestión de la salud habrá que extender los conocimientos médicos y sanitarios entre la población, y procurar mecanismos autogestionarios y de control popular de los centros de salud de los barrios. Y, para ello, lo primero que habría que hacer es defenderlos con uñas y dientes de la privatización y la especulación neoliberal (¡uaargg, otro palabro, este usado para “acallar las conciencias” y no sé cuantas cosas más).
Así que, si de lo que se me acusa, en definitiva, es de defender que los viejos tengan pensión y puedan dejar de trabajar (para algo lo han hecho toda su vida); que haya centros de salud donde no tengas que pagar (más); que todos los niños y niñas aprendan a leer y escribir, y alguna que otra cosa más que les alcancemos a enseñar los “educadores-mercenarios”, que esa es otra (y no sólo los hijos de los ricos); pues la verdad es que sí. Que soy estatólatra. ¡Mira que pasarme la vida entera sin saberlo!
Pienso que Capital y Estado están íntimamente relacionados, es cierto, pero precisamente por ello, creo que sólo la democratización y autogestión de los centros de producción y de vida colectiva puede constituir otro tipo de sociedad. Que no es retirándose a una cueva o a un convento como se puede levantar el armazón de un mundo nuevo. Que el barrio o el municipio tome los centros educativos o los ambulatorios. No abolamos nuestro propio poder de clase (¡jó, otro palabro!) escondiéndonos en un rincón apartado, pero muy “puro”.
Y eso nos lleva a una diferencia esencial con respecto a lo que afirma Félix. Hay quienes (seremos por ello estatólatras, o quizás cosas peores) no soportamos ni la metafísica ni la mística espiritualista. Intentamos ser profundamente materialistas, en el sentido filosófico del término, con todo lo que ello implica: hedonismo, nominalismo, epicureísmo cuando no defensa de los cirenaicos, ateísmo, etc. El idealismo filosófico de Félix es casi proverbial. Ahí está el odio al cuerpo y a la carne, al mundo material (“impuro”, “pancista”, “garbancero”) y la afirmación de la superioridad del espíritu y lo inasible (“el servicio desinteresado”). Una narrativa profundamente religiosa. Que, entre otras cosas, le lleva a considerar el capitalismo como un asunto “de ideas” o de textos, y no de intereses reales de seres humanos concretos. Así, los “liberales” defienden determinados conceptos (“el Estado”, “el trabajo”, etc.) que pasan a estar contaminados por ellos más allá de cualquier análisis táctico de la situación concreta (quien, en el paro, reivindica un trabajo, no sería más que un colaborador del Mal, como quien reivindica un centro de salud público, ante la inexistencia de alternativas). Claro, lo bueno es que “el mundo de las Ideas” necesita de buenos intérpretes que sepan jugar con ellas y combinarlas en bonitas conjunciones, y no de intervenciones prácticas en lo real (que siempre son, de una manera u otra, “impuras”). Ahí aparece Félix.
Ahora bien, lo mejor del capítulo que me dedica es, sin duda, la nota al pié número 58, en la que manifiesta su perplejidad porque en otro libro mío (“Entender la descentralización productiva”, ¡hay que ver que propaganda me hace este chico!) celebro las luchas de los trabajadores del Metro de Madrid contra su empresa (estatal y pública). No sé si dichos trabajadores estarán tan perplejos como él, dado que tengo el honor de conocer a los más combativos desde hace algunos años y no me han dicho nada al respecto; pero lo que sí me parece contradictorio es su planteamiento, ¿para qué debían, según él, luchar estos trabajadores? ¿Para exigir la privatización de la empresa? ¿Para pedir “servir desinteresadamente” a todos los madrileños? Si les dan algo, ¿no será que la patronal quiere y le interesa, y les está engañando? ¿No debían rechazarlo?
En fin, que no termino de entender toda esta maraña. Será que soy un “estatólatra” irrecuperable, un “hedonista” incorregible, un “obrerista” pútrido.
Vamos, que defiendo una sociedad de bienestar para todos, de autogestión generalizada, sin explotadores ni explotados, con pleno derecho al placer y la alegría para hombres y mujeres.
José Luis Carretero Miramar.
PD: Por cierto, lo que sí llega al mal gusto, son ciertas afirmaciones del libro sobre el feminismo y la represión estatal, en las que prácticamente se acusa de colaborar con la tortura y la violencia patriarcal a sus propias víctimas. Ahí de verdad se pasa tres pueblos. Quiero imaginar que no lo releería.
http://www.kaosenlared.net/noticia/conf ... statolatra