SentiPensar. Considero que lo que dices es una argumentación que se sustenta a la inversa. Pasaré a explicarme.
Tú reconocerás la utilidad, por ejemplo, de la rueda. Sabrás el supino avance que su invención proporcionó a la humanidad, pero, ahora bien ¿Hace eso que la rueda haya antecedido al hombre?
Según esto que tú afirmas:
el nacimiento social del individuo precede inevitablemente no sólo a su nacimiento psicológico, sino a su nacimiento físico
Si, la rueda antecedió al hombre, Dios a la superstición e ignorancia que lo creo, la Patria a los individuos que la forman y al fetichismo que la sustenta, y la Sociedad al mismo conglomerado de sujetos que posibilitan que se le de ese nombre... Esa es la conclusión lógica de lo que has afirmado.
SentiPensar, todas las cosas existentes de forma artificial, habidas y por haber, todas las creaciones, son producto inevitable del Individuo. La Ciencia, la Historia, la Economía, El Estado, la Sociedad, todos son inventos humanos. Creer en ellos como entes autónomos que crean y recrean a las personas, como superestructuras dotadas de vida propia, es contribuir a la ceguera colectiva..., detrás de esos gigantescos Molochs, manejando sus riendas, están tristes sacerdotes, funcionarios, propagandistas, apologistas, solos o en conjunto, pero en definitiva “carne y hueso”.
Lo contrario es creer que la obra antecede al creador, que el invento es anterior al inventor, que el hombre, creador de Dios y de la Patria, es un mero producto de ambos.
La mayoría de clásicos Anarquistas, especialmente Bakunin, insistían en que el hombre era un producto de la sociedad (cosa con la que no concuerdo), no obstante, ninguno negaba que: “Más allá del individuo aún las abstracciones más reales carecen de existencia” (Bakunin, Dios y el Estado). Reforzando esta opinión está José Peirats que, parafraseando a Pitágoras, nos dice: “Si hay alguna verdad, ésta es el hombre. El hombre es la medida de todas las cosas. Todo lo que sabemos y conocemos: la materia, el Universo, las leyes científicas y naturales, las teorías y doctrinas, los principios y las filosofías, todo, repito, toma forma real a través de la realidad hombre. Todas las realidades se hallan subordinadas a la realidad hombre. La realidad hombre, con todos sus atributos y facultades, es previa a todas las realidades” (Determinismo y Voluntarismo, polémica espistolar entre él y Cano Ruiz, que te recomiendo leer).
SentiPensar, todo elemento impositivo, incluso el más benefactor y bien intencionado, como la moral, una ideología humanitaria, lo que sea, se convierte necesariamente en un mal cuando prescinde del libre juicio de los afectados y se establece sobre ellos como una fatalidad. Busca la Ley más justa y filantropica, retrotraete al “no mataras”, y será la más cruel de las condenas si se establece como un principio congenitamente aceptado y no como un valor creado por individuos y susceptible de ser modificado e invalidado por estos. Es decir, el problema de la Ley no está sólo en su letra, sino en su carácter compulsivo. De igual modo el problema de una abstracción no está en que sea individual o voluntariamente aceptada de forma colectiva, sino en que se considere de obligada observancia y endemicamente ligada a un sujeto o grupo... es esto lo que supone siempre una mutilación.
Te recomendaría releer el texto. El problema no está en decir “Yo creo en Dios”, ni en que un grupo de personas se ponga de acuerdo en afirmar su coincidencia y digan “Nosotros creemos en Dios”, el problema, la intromisión, la cadena, la anulación del Individuo se produce cuando se afirma: “Todos los que han nacido en este suelo, todos los que han venido o están por llegar, todos nosotros, los mentalmente vírgenes o los fogueados, los que quieren o los que no se lo han planteado, todos creemos en Dios”, y como se dice en el texto, no existe una patria unipersonal, ni que se abstenga de legislar sobre los que han nacido o nacerán en el suelo sobre el que esta ha elegido asentarse.
Hemos de crear las condiciones necesarias para que el Individuo no tenga que someterse ni plegarse al ambiente, considerar que el sujeto debe convertirse en objeto del mundo que le rodea, y amoldarse a los requerimientos de este, es la dinámica de los Estados y los Imperios, toda determinación, todo elemento que trate de moldear al individuo para adaptarlo al medio y pretenda que este se subordine a las condiciones materiales y no estas a él -a todos los sujetos vivientes- es esencialmente dañina, todo condicionante también.
Planteas después:
El individuo autónomo tiene su origen no cuando no ha sido educado (el viejo y querido "buen salvaje" de Rosseau), sino cuando ha podido desidentificarse de su educación y ser capaz de tomarla como objeto de su pensamiento, y por lo tanto someterla a cuestionamiento.
Es decir, lo mismo que plantea el lenguaje marxiano para cambiar la dinámica social y económica. “Es necesario que el capitalismo eduque y someta y humille al individuo mediante la alienación, para que pueda albergar el deseo de librarse de él”. No convirtamos al individuo en un burro tras la zanahoria, no es necesario constreñirlo a una educación castrante, a unos hábitos gregarios, a una educación borreguil y mimetica, para que después pueda liberarse de ella. Dejemos de usar al individuo como un objeto experimental, no es un títere, ni una cobaya conductivista, que necesite ver el palo para avanzar... El Individuo autónomo ha de ser tanto el que se libre de esta apercollante educación actual, como el que nazca en una tierra libre y si nombre otorgado por ninguna patente de corso.
Hablar de “idealismo rancio”, es la misma táctica que se usó contra el nominalismo y el solipsismo de Stirner, pero realmente representaba un materialismo tan radical que ni los partidarios de Feurbach ni, sobre todo, el por entonces, lampiño Marx, pudieron soportarlo. La idea es simple: cuando se habla de “individuo concreto” como aquel que se ve adornado, determinado y envuelto, por las más ridículas abstracciones (Dios, Patria, Nación, Raza, Genero, Capitalismo, Estado), lo que realmente hacemos es coger a un ser real y supeditarlo a lo que este mismo a elucubrado y estructurado. El “individuo abstracto” es precisamente aquel que se observa y contempla como un mero residuo, un detritos de sus propias ideas, nomenclaturas y organigramas, el ser “real”, es el que quiere y puede mantenerse al margen de los “espíritus”, el que fricciona contra ellos y no se deja poseer por lo que en el fondo no son más que ideas creadas por él (también te recomiendo leer el Único y su Propiedad).
Retomando el tema, considera si quieres al individuo como un ser social por naturaleza (Aristóteles) o por interés (Hobbes), como una criatura indefensa y desvalida sin la sociedad, planteatelo como quieras, pero la realidad de la que no podrás escapar es que la sociedad, conglomerado de individuos, no puede existir sin la célula individuo, mientras que lo contrario, sea una existencia limitada e incierta, dista mucho de ser cierto.
Pero bueno, esto excede del tema a tratar, más bien sería propio de un tema aparte sobre el Individuo y la Sociedad. Sea como fuere, creas tú que el individuo es un sustrato de la sociedad, o piense yo que es el núcleo que le da vida a esta última, la base que debería despertar nuestro interés es ¿Qué queremos que sea? ¿Un sujeto sometido a los designios de otros individuos -pues son estos los creadores de esas “abstracciones colectivas”-, súbdito de su propia obra trasmutada en ídolo; o un dueño absoluto de si mismo, igual -en su diversidad- a los demás y libre para ser sólo cuanto quiera ser?
He ahí la cuestión.
"Me asombraba la estupidez de mi especie que no se alzaba como un solo hombre y se sacudía unas cadenas tan ignominiosas y una miseria tan insoportable. En cuanto a mí, decidí, –y jamás he desviado el pensamiento de esta decisión– zafarme de esa odiosa situación, y no asumir jamás ni el papel de opresor ni el de oprimido".
William Godwin