Urkijo escribió:Entiendo que el sentimiento de frustración es grande cuando haces el esfuerzo de tener que explicar siempre hasta lo más básico, midiendo cuidadosamente las palabras, para que después te venga alguien diciendo que el anarcoindependentismo es algo así como poder ir a los conciertos de Inadaptats. Ahí comprendo el cabreo y la mala leche. Sin embargo creo que tratar de definir conceptos omo "nacion", "pueblo", "cultura", etc. puede ser el primer paso para limar asperezas y hacer que brote esa sensibilidad o respeto hacia las cuestiones "nacionales" de las que hablas -por otra parte esto no se puede imponer. Si alguien no lo siente hay que reconocer que está en su perfecto derecho-. Sólo a partir de ese momento en que tengamos las cuestiones teóricas claras, podremos definirnos ante la opresión cultural y colonial. Primero la teoría, después la práctica. Me imagino, C. I., que en esto no podrás estar más de acuerdo.
En realidad, no podría estár más en desacuerdo. Lo que viene primero para mí es la práctica, porque la teoría (el pensamiento) es el pasado, es la práctica pasada "coagulada" y traspuesta a nuestro cerebro.
No creo que sea tan polémico lo que estoy diciendo. Si no hay sensibilidad respecto al tema de la opresión nacional y la opresión hacia culturas distintas, ¿qué sentido tiene discutir sobre "nación", "pueblo", "cultura", etc.? Si no hay sensibilidad con ese problema, esa discusión no servirá más que para pasar el rato o confrontar políticamente. ¿Qué me importa a mí si coincidimos en el significado de "cultura" pero no coincidimos en que hay que enfrentar la opresión cultural?
Para establecer una relación de cooperación tiene que haber sensibilidad común hacia un cierto problema. Si yo no sufro el problema que sufre el otro lo compenso con empatía. Pero si para mí el problema que el otro dice que tiene no existe, o existe pero no despierta empatía en mí, ¿qué cooperación es posible?
Los hombres anarquistas que están dispuestos a considerar una relación teórica entre anarquismo y feminismo es porque son sensibles al problema de la opresión de género, es porque sienten empatía hacia las mujeres oprimidas por el patriarcado. Esta sensibilidad y empatía es la premisa práctica para cualquier tipo de colaboración (inclusive teórica). En cambio, con un anarquista machista o que no percibe el problema de género, ¿qué sentido tiene discutir con él los términos "patriarcado", "género", etc.?
Esto no es una cuestión de venganza hacia la frustración sentida por la incomunicación. Para mí estoy llegando a la raíz del problema. Yo antes pensaba que era una cuestión de sectarismo, de una identificación tan alta con cierta versión de la doctrina anarquista que impedía el darse cuenta de otras realidades. Ahora, si bien no descarto del todo eso, pienso que el problema está antes. En la falta de sensibilidad hacia el tema nacional en la vida práctica. Las diferencias teóricas se construyen sobre esas diferencias de sensibilidad.
Cuando yo mencionaba el egocentrismo como una de las causas ("yo no lo veo, por lo tanto no existe", "para mí no es importante, por lo tanto no es importante") tenía más razón de la que yo pensaba. Sólo que entonces yo lo situaba como algo complementario, algo que impedía superar el sectarismo. Y ahora veo que no, que es algo fundamental. Porque lo que el egocentrismo impide no sólo es la capacidad de entender lo que el otro piensa y por qué piensa así; lo que el egocentrismo impide es la empatía, el ponerse en los pies del otro, el sensibilizarse ante su situación. Si no hay sensibilidad no hay cooperación.
Urkijo escribió:Yendo a otras cuestiones de tu intervención la división entre el independentismo libertario y corrientes "no-independentistas" puede ser una más dentro del anarquismo, pero dudo que la primera corriente tenga tanta fuerza como para expresarla de esa manera rotunda.
Para mí sí la tiene, porque la mido en términos cualitativos, no cuantitativos. Considero a la posición anti-nacionalista o a-nacionalista como una de las grandes debilidades de la doctrina anarquista, que resulta en una mistificación bastante engorrosa de lo que es y lo que significa el internacionalismo, y esto tiene consecuencias prácticas que tienen bastante responsabilidad del estado de derrota permanente en que se encuentran nuestras luchas.
El independentismo libertario es una tendencia a la superación de la postura tradicional del anarquismo en cuanto a la cuestión nacional, y a la vez es el fundamento teórico de una actividad proletaria-internacionalista superior, por eso me parece muy importante cualitativamente, lo suficiente como para ser divisoria de aguas dentro del discurso libertario.
Urkijo escribió:En cuanto a lo que señalas tras el primer asterisco sobre los anarquistas de mercado, no estoy de acuerdo. No se trataba de una cuestión de sensibilidades, sino de algo mucho más grave. Resulta fastidioso volver a tener que recordar que los tales anarquistas de mercado no eran sino ultraliberales que, con buena o mala voluntad, querían pasar por compañeros. Se trataba por tanto de un asunto ideológico. No me parece acertado, C. I., que se saque este tema a la hora de hablar del anarcoindependentismo, ni para bien ni para mal, porque no tiene nada que ver.
Pero antes de un asunto ideológico era un asunto de sensibilidad. Quien adopta una ideología de corte liberal es porque no es sensible hacia la explotación originada por el capital y la mercancía ni siente empatía hacia las luchas contra la explotación. Pensamos como vivimos, no al revés.
Esa gente, por ejemplo, tenía más sensibilidad ante las dificultades del pequeño propietario/empresario/comerciante de desarrollar su actividad ante el obstáculo de los monopolios y la intervención estatal favorable a ellos que ante las luchas obreras. Esa era la razón primordial de su anticomunismo.
Urkijo escribió:Por último señalar que creo que en tu intervención tienes siempre presente el caso canario. Los grupos anarcoindependentistas canarios tienen gran proyección teórica, eso no se puede negar. Pero Canarias constituye un caso peculiar dentro del Estado. A la hora de hablar de Catalunya, Euskal Herriak, etc., no se puede usar el adjetivo "colonial". Quizás esto ya lo sepas, pero no está de más el recalcarlo.
Sí, soy consciente de eso, pero hay otros pueblos que, si bien no viven bajo una opresión colonial, sí han sufrido y sufren una opresión cultural (como los que mencionas y el gallego).
Pero esto es como decir que hay mujeres que son salvajemente golpeadas por sus maridos y otras que "solamente" sufren agresión verbal o psíquica. El anarquismo debe pronunciarse contra toda forma de opresión, no sólo las más brutales.