Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Habláis de que los “precios” fluctuaran en función de la “demanda” de los consumidores, pero la competencia tuckeriana aboga y conduce inexorablemente a que esta competencia solo pueda concluir cuando se alcance el “precio de costo” y se anule todo intento de usura”, ¿Podrá haber competencia cuando se alcance el precio de costo?, pues ¿Acaso si se compite por debajo del precio de costo no empezaran los “ofertantes”, los propios productores, a tener perdidas en vez de ganancias?, las mentes estrechas de procuradores no pueden analizar estos términos. Si todo se vende al “precio de costo” ¿No estaría proponiendo Tucker que todos fuéramos pobres, que en vez de “igualar” la riqueza hay que “igualar” la pobreza? Este es el “razonamiento” de los que solo le atribuyen valor a la transacción y sus engranajes y no al trabajo, pues cuando solo se pueda vender a precio de costo lo único que determinara la ganancia es el “valor trabajo”… es decir, pongamos por ejemplo que un carpintero compra los materiales para hacer una silla según el planteamiento proto-capitalista este hombre se arruinaría si tuviera que vender la silla elaborada al mismo precio que compro los materiales, pero es que el “precio de costo” incluye el precio de los materiales, que se han de vender al mismo precio que se compraron, y el trabajo que ha servido para transformar dichos materiales, he ahí la ganancia. Esta no se basa en “inflar” lucrativa y usureramente el precio de lo que monetariamente nos ha costado la silla, sino de tasar una medida justa para determinar el “valor trabajo” y es este “valor trabajo” el que sumamos a los costes “monetarios” incluidos en el precio, una vez recuperados el dinero invertido en comprar los materiales, el beneficio se obtiene de la única forma que reconocer Tucker, cuando se nos paga el “valor de nuestro trabajo”… he ahí la “Ganancia”.
La competencia por tanto quedaría reducida en los productos, a la mera afinidad, a las preferencias y elecciones personales, al bien que haya obtenido un mejor acabado, a los estilos de fabricación y demás, pues el “precio de coste” habría igualado el precio de los productos de una misma categoría, y en los “servicios” se circunscribiría a la mejor praxis, además de a las ya reseñadas preferencias individuales, que son las que harían decidirse al consumidor-productor entre uno y otro producto, entre uno y otro servicio. Así planteaba Tucker, bajo el Precio de Costo, el fin de la usura. La derogación del abusivo lucro sobre el producto, y de la renta y el interés en las demás categorías económicas, trataran sobre medios de producción, alojamiento, capital, banca, o cualquier otra. Y vosotros no habéis planteado nada parecido, ni siquiera por asomo, de vuestras bocas no ha salido la liquidación del lucro, el interés o la renta, no habéis impugnado ni una sola vez la Santa Trinidad de la Usura según Tucker, lo cual me reafirma en que, descartando a Proudhon, descartando al propio Tucker, y a todos los grandes individualistas y mutualistas Anarquistas americanos como Warren, Greene, y Andrews, vuestro “mutualismo” no es Anarquista, y entendiendo que el Mutualismo es una opción económica que nace, surge y se mantiene dentro del propio corpus Anarquista, tendré que dar por sentado que tampoco seáis mutualistas… pero bueno daros el nombre que queráis, también el Federalismo nació dentro del Anarquismo por medio de la pluma de Proudhon, y hoy hasta los Estados se consideran articulados “Federativamente”.
Pero ¿Os parece esto demasiado radical?, ¿Demasiado alejado a vuestras teorías, prácticas y preceptos inflexibles? Pues aún hay más… acabo de hacer una exposición de lo que ocurriría con la competencia, tan solo en el caso de que las premisas de Warren y Tucker No se cumplieran completamente, si las cosas cursaran por los derroteros que ambos esperaban y ambicionaban este sería el resultado (otra vez vuelve a hablar Tucker por boca de Warren):
“Que, si hiciésemos del costo el límite de los precios, se generalizaría la cooperación y haríamos todas las economías que anhelan los amigos más inteligentes y leales de la humanidad; y al reducir el fardo del trabajo a un mero pasatiempo o ejercicio necesario, se eliminaría probablemente su costo; que como ocurre con el agua o con la música de los aficionados, no se le pondría ningún precio; y que las más elevadas aspiraciones de la mejor parte de nuestra especie se realizarían de modo natural”.
Es decir, y según sus propias conclusiones, que aún esa “ganancia” de la que antes os hablaba, solo fruto del propio trabajo, acabaría de desaparecer, y no habría más ganancia en papel moneda para retribuir el trabajo, quedando solo “el intercambio directo” de los productos elaborados, pero ¿Y eso que significa? Sencillamente la Abolición del dinero que ya bosquejaba Proudhon, la destrucción del lucro, la renta, el interés, la usura, y todo lo que excediera del marco del libre intercambio al Precio de Costo, resultando, por lo cual, una sociedad que solo distaría de la Comunista Libertario en la conservación de la Propiedad Privada, propiedad que según las propias palabras de ambos: “No serviría para producir rentabilidad por si misma, pues todos sus antiguos privilegios y judicaturas habrían prescrito siendo eliminados, la propiedad privado solo quedaría como garantía de que nadie, autoridad o persona alguna, tendría derecho de inferir a arrebatar las posesiones personales ajenas”
He ahí el Anarquismo de Warren y Tucker, del que tan infinitamente apartados estáis.
La competencia por tanto quedaría reducida en los productos, a la mera afinidad, a las preferencias y elecciones personales, al bien que haya obtenido un mejor acabado, a los estilos de fabricación y demás, pues el “precio de coste” habría igualado el precio de los productos de una misma categoría, y en los “servicios” se circunscribiría a la mejor praxis, además de a las ya reseñadas preferencias individuales, que son las que harían decidirse al consumidor-productor entre uno y otro producto, entre uno y otro servicio. Así planteaba Tucker, bajo el Precio de Costo, el fin de la usura. La derogación del abusivo lucro sobre el producto, y de la renta y el interés en las demás categorías económicas, trataran sobre medios de producción, alojamiento, capital, banca, o cualquier otra. Y vosotros no habéis planteado nada parecido, ni siquiera por asomo, de vuestras bocas no ha salido la liquidación del lucro, el interés o la renta, no habéis impugnado ni una sola vez la Santa Trinidad de la Usura según Tucker, lo cual me reafirma en que, descartando a Proudhon, descartando al propio Tucker, y a todos los grandes individualistas y mutualistas Anarquistas americanos como Warren, Greene, y Andrews, vuestro “mutualismo” no es Anarquista, y entendiendo que el Mutualismo es una opción económica que nace, surge y se mantiene dentro del propio corpus Anarquista, tendré que dar por sentado que tampoco seáis mutualistas… pero bueno daros el nombre que queráis, también el Federalismo nació dentro del Anarquismo por medio de la pluma de Proudhon, y hoy hasta los Estados se consideran articulados “Federativamente”.
Pero ¿Os parece esto demasiado radical?, ¿Demasiado alejado a vuestras teorías, prácticas y preceptos inflexibles? Pues aún hay más… acabo de hacer una exposición de lo que ocurriría con la competencia, tan solo en el caso de que las premisas de Warren y Tucker No se cumplieran completamente, si las cosas cursaran por los derroteros que ambos esperaban y ambicionaban este sería el resultado (otra vez vuelve a hablar Tucker por boca de Warren):
“Que, si hiciésemos del costo el límite de los precios, se generalizaría la cooperación y haríamos todas las economías que anhelan los amigos más inteligentes y leales de la humanidad; y al reducir el fardo del trabajo a un mero pasatiempo o ejercicio necesario, se eliminaría probablemente su costo; que como ocurre con el agua o con la música de los aficionados, no se le pondría ningún precio; y que las más elevadas aspiraciones de la mejor parte de nuestra especie se realizarían de modo natural”.
Es decir, y según sus propias conclusiones, que aún esa “ganancia” de la que antes os hablaba, solo fruto del propio trabajo, acabaría de desaparecer, y no habría más ganancia en papel moneda para retribuir el trabajo, quedando solo “el intercambio directo” de los productos elaborados, pero ¿Y eso que significa? Sencillamente la Abolición del dinero que ya bosquejaba Proudhon, la destrucción del lucro, la renta, el interés, la usura, y todo lo que excediera del marco del libre intercambio al Precio de Costo, resultando, por lo cual, una sociedad que solo distaría de la Comunista Libertario en la conservación de la Propiedad Privada, propiedad que según las propias palabras de ambos: “No serviría para producir rentabilidad por si misma, pues todos sus antiguos privilegios y judicaturas habrían prescrito siendo eliminados, la propiedad privado solo quedaría como garantía de que nadie, autoridad o persona alguna, tendría derecho de inferir a arrebatar las posesiones personales ajenas”
He ahí el Anarquismo de Warren y Tucker, del que tan infinitamente apartados estáis.
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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
AaA Dijo: "Por supuesto, lo producido será para el que trabaja, pero como la decisión acerca de quien y en que condiciones trabaja el medio de producción es del propietario, no se podrá ir y trabajar sin su permiso, por que se estaría vulnerando el derecho a decidir sobre su propiedad".
¿Conocéis forma más fragrante de Autoridad que aquella por la que un empresario se apropia de la Voluntad de un obrero dictándole lo que tiene que hacer, como tiene que producir y en que condiciones debe hacerlo? Habéis refundado la Autoridad del Dios-Estado en la del Dios-Patrón, no habéis hecho más que cambiar los mandamientos de la ley gubernamental por las de las leyes económico-capitalistas
Sobre el vuestro presunto “Libre Mercado” ¿Apoyáis esto? Y por favor te recomendarías que contestaras por tu propia boca y no con trasnochados panfletos, sean tuyos o no, que solo se han elaborado como ejemplo de latiguillo, de fórmula prefabricada, no ideada para este preciso debate, ni circunstancias, sino todos podemos tirar de los debates antiguos que sobre economía se habrán hecho en privado en este mismo foro, Innova, Crea y olvídate del papanatismo prefrito.
En cuanto a vuestro pretendido “mercado libre”:
Creía que lo que se discutía aquí, tal y como hacía Tucker, era la manera de llegar a alcanzar una Sociedad sin desigualdades y en sus propias palabras: “igualitaria pero no uniforme”, me he dedicado a discutir los medios para llegar a ese objetivo, sin tener en cuanta que lo que vosotros “defendéis” no es un medio sino un fin. Como Tucker comprendió bien (aunque yo no coincida en absoluto) la Competencia es solo un medio para derribar la hegemonía de los distintos monopolios, hacer caer con ellos al Estado, y acabar por igualar salario-consumo-producción, una vez se haya conseguido que los salarios no sean más bajos que los bienes de consumo y que los bienes de consumo no tengan un precio mayor que lo que cuesta producirlos, la competencia desaparecerá, la usura y el lucro ya habrían desaparecido hace tiempo, y solo habría lugar, según nos indica: “[Para] innovar y crear, en un sistema justo y económicamente paritario”.
El sistema que plateáis no pretende destruir la mecánica de la “subasta”, “tanto tienes a tanto accedes”, sino reforzarlo. Hemos hablado de los medios que proponía Tucker para destruir este sistema, la competencia, la banca mutual y libre, las cooperativas autónomas, pero creía que cuando hablabais de ellas sabías que “praxis” proponía usar para poder constituir y tener acceso a dichos elementos, el principal, para debilitar al Estado y al Capitalismo, era la “resistencia pasiva”, el “abstencionismo económico”, no solo negarse a pagar impuestos, sino negarse a consumir en aquellos establecimientos (prácticamente todos) donde hubiera que pagar implícitamente el arancel cuya cuantía iba destinada a sumarse a los dividendos del correspondiente Primer Monopolio, que a su vez reforzaba los engranajes del Capitalismo que consecuentemente estaba “subvencionado”, por la concesión monopolística, del Estado. El aceptaba la dinámica de la compra-venta en la medida de que pudieran suponer una retribución justa al “honesto trabajo” realizado, o en la medida de que fuera contribuyendo, puestas ya en marcha las mutualidades y asociaciones voluntarias y autónomas, para ir compitiendo con los elementos aún capitalizados por manos no “obreras”; pero en modo alguno cuando esto supusiera una dinámica al alza, o simplemente no condicionada a establecerse al precio de costo. Dicha máxima también es extensible al que él, como Warren, llamaba Comercio Justo. No se basa como Proudhon en la intervención de la sociedad, sino, como Warren, en: “Un principio que pondrá fin a todas las actuales fluctuaciones de precios y, por consiguiente, a la inseguridad y la ruina que estas fluctuaciones acarrean, y ayudará a levantarse a aquellos que están ahora arruinados.
Tiende a poner fin a todos los tipos de especulación.
Tiene un sonoro y racional medio de cambio, una real y definida representación de la riqueza.
Está basada exclusivamente en el trabajo como el único capital legítimo. Este medio de cambio posee una tendencia natural a disminuir gradualmente el valor y el uso del dinero, hasta finalmente liquidarlo y, por consiguiente, para barrer toda la masa aplastante de fraude, iniquidad, crueldad, corrupción e imposición que se construyen sobre él.
Al ser el medio de cambio emitido sólo por aquellos que trabajan, estos tendrían en sus manos el poder y la riqueza, mientras que aquellos que no trabajan, aunque ahora sean ricos, se tornarían pobres y sin poder…
Demostrando así que los negocios de la comunidad pueden ser así resueltos por un natural e irresistible proceso, sin combinación, sin organización, sin leyes, sin gobierno, sin la renuncia de cualquier porción de la libertad natural del individuo.
La necesidad de cada uno de pagar en su propia labor por lo que consume permite el único y legítimo control sobre el lujo excesivo, que ha arruinado individuos, estados e imperios y que está a punto de traernos la ruina casi universal a todos.
El comercio justo no amuebla ninguna oficina para el ambicioso, ni ofrece oportunidades a quienes deseen elevarse por encima de las personas o las propiedades de otros. Por consiguiente, no ofrece ninguna tentación para tal clase de gente y estos no se hallarán entre los primeros en adoptar el COMERCIO JUSTO. Éste apela, primero que nada, a la mayoría oprimida, a los humildes, a los de abajo, y será adoptado primero por ellos y por aquellos que no tienen ningún deseo de vivir a expensas de los demás, así como por todos aquellos, ricos o pobres, cuyas superiores cualidades morales o intelectuales les permitan apreciar algunas de las inefables bendiciones que serían el resultado de tal estado de la existencia humana.”
El Individuo podía hacer cuanto quisiera con sus medios de producción, alquilarlos, venderlos, o enajenarlos, en cuanto a la compra esta era perfectamente propicia, mientras no se lesionara el derecho del “comprador”, llevando la máxima al “comercio cotidiano” a quedado bien expuesto que la idea era establecer el medio de cambio en función del “valor trabajo”, complementado según Proudhon con el “ valor de tiempo, de gasto, y de uso-utilidad” y el “valor cooperativo” (para los productos que requieren más de la labor de una persona) coincidiendo (paralela pero inconexamente ) con el mismo concepto del “valor tiempo” de Warren, sin que ninguna injerencia pudiera coadyuvar al “valor trabajo” ni al precio de coste, tal y como ya he expuesto anteriormente.
Haciendo espacial hincapié en que este sistema de intercambio esta bosquejado, principalmente para “LOS POBRES Y HUMILDES”, “PARA LOS DE ABAJO”, pues era una propuesta que “NO OFRECE OPORTUNIDADES A LOS QUE DESEEN ELEVARSE POR ENCIMA DE LAS PERSONAS O DE LAS PROPIEDADES DE LAS DEMÁS PERSONAS”… por lo que los defensores del Lucro, quedáis fueras del Mutualismo, sea cual sea su vertiente.
¿Conocéis forma más fragrante de Autoridad que aquella por la que un empresario se apropia de la Voluntad de un obrero dictándole lo que tiene que hacer, como tiene que producir y en que condiciones debe hacerlo? Habéis refundado la Autoridad del Dios-Estado en la del Dios-Patrón, no habéis hecho más que cambiar los mandamientos de la ley gubernamental por las de las leyes económico-capitalistas
Sobre el vuestro presunto “Libre Mercado” ¿Apoyáis esto? Y por favor te recomendarías que contestaras por tu propia boca y no con trasnochados panfletos, sean tuyos o no, que solo se han elaborado como ejemplo de latiguillo, de fórmula prefabricada, no ideada para este preciso debate, ni circunstancias, sino todos podemos tirar de los debates antiguos que sobre economía se habrán hecho en privado en este mismo foro, Innova, Crea y olvídate del papanatismo prefrito.
En cuanto a vuestro pretendido “mercado libre”:
Creía que lo que se discutía aquí, tal y como hacía Tucker, era la manera de llegar a alcanzar una Sociedad sin desigualdades y en sus propias palabras: “igualitaria pero no uniforme”, me he dedicado a discutir los medios para llegar a ese objetivo, sin tener en cuanta que lo que vosotros “defendéis” no es un medio sino un fin. Como Tucker comprendió bien (aunque yo no coincida en absoluto) la Competencia es solo un medio para derribar la hegemonía de los distintos monopolios, hacer caer con ellos al Estado, y acabar por igualar salario-consumo-producción, una vez se haya conseguido que los salarios no sean más bajos que los bienes de consumo y que los bienes de consumo no tengan un precio mayor que lo que cuesta producirlos, la competencia desaparecerá, la usura y el lucro ya habrían desaparecido hace tiempo, y solo habría lugar, según nos indica: “[Para] innovar y crear, en un sistema justo y económicamente paritario”.
El sistema que plateáis no pretende destruir la mecánica de la “subasta”, “tanto tienes a tanto accedes”, sino reforzarlo. Hemos hablado de los medios que proponía Tucker para destruir este sistema, la competencia, la banca mutual y libre, las cooperativas autónomas, pero creía que cuando hablabais de ellas sabías que “praxis” proponía usar para poder constituir y tener acceso a dichos elementos, el principal, para debilitar al Estado y al Capitalismo, era la “resistencia pasiva”, el “abstencionismo económico”, no solo negarse a pagar impuestos, sino negarse a consumir en aquellos establecimientos (prácticamente todos) donde hubiera que pagar implícitamente el arancel cuya cuantía iba destinada a sumarse a los dividendos del correspondiente Primer Monopolio, que a su vez reforzaba los engranajes del Capitalismo que consecuentemente estaba “subvencionado”, por la concesión monopolística, del Estado. El aceptaba la dinámica de la compra-venta en la medida de que pudieran suponer una retribución justa al “honesto trabajo” realizado, o en la medida de que fuera contribuyendo, puestas ya en marcha las mutualidades y asociaciones voluntarias y autónomas, para ir compitiendo con los elementos aún capitalizados por manos no “obreras”; pero en modo alguno cuando esto supusiera una dinámica al alza, o simplemente no condicionada a establecerse al precio de costo. Dicha máxima también es extensible al que él, como Warren, llamaba Comercio Justo. No se basa como Proudhon en la intervención de la sociedad, sino, como Warren, en: “Un principio que pondrá fin a todas las actuales fluctuaciones de precios y, por consiguiente, a la inseguridad y la ruina que estas fluctuaciones acarrean, y ayudará a levantarse a aquellos que están ahora arruinados.
Tiende a poner fin a todos los tipos de especulación.
Tiene un sonoro y racional medio de cambio, una real y definida representación de la riqueza.
Está basada exclusivamente en el trabajo como el único capital legítimo. Este medio de cambio posee una tendencia natural a disminuir gradualmente el valor y el uso del dinero, hasta finalmente liquidarlo y, por consiguiente, para barrer toda la masa aplastante de fraude, iniquidad, crueldad, corrupción e imposición que se construyen sobre él.
Al ser el medio de cambio emitido sólo por aquellos que trabajan, estos tendrían en sus manos el poder y la riqueza, mientras que aquellos que no trabajan, aunque ahora sean ricos, se tornarían pobres y sin poder…
Demostrando así que los negocios de la comunidad pueden ser así resueltos por un natural e irresistible proceso, sin combinación, sin organización, sin leyes, sin gobierno, sin la renuncia de cualquier porción de la libertad natural del individuo.
La necesidad de cada uno de pagar en su propia labor por lo que consume permite el único y legítimo control sobre el lujo excesivo, que ha arruinado individuos, estados e imperios y que está a punto de traernos la ruina casi universal a todos.
El comercio justo no amuebla ninguna oficina para el ambicioso, ni ofrece oportunidades a quienes deseen elevarse por encima de las personas o las propiedades de otros. Por consiguiente, no ofrece ninguna tentación para tal clase de gente y estos no se hallarán entre los primeros en adoptar el COMERCIO JUSTO. Éste apela, primero que nada, a la mayoría oprimida, a los humildes, a los de abajo, y será adoptado primero por ellos y por aquellos que no tienen ningún deseo de vivir a expensas de los demás, así como por todos aquellos, ricos o pobres, cuyas superiores cualidades morales o intelectuales les permitan apreciar algunas de las inefables bendiciones que serían el resultado de tal estado de la existencia humana.”
El Individuo podía hacer cuanto quisiera con sus medios de producción, alquilarlos, venderlos, o enajenarlos, en cuanto a la compra esta era perfectamente propicia, mientras no se lesionara el derecho del “comprador”, llevando la máxima al “comercio cotidiano” a quedado bien expuesto que la idea era establecer el medio de cambio en función del “valor trabajo”, complementado según Proudhon con el “ valor de tiempo, de gasto, y de uso-utilidad” y el “valor cooperativo” (para los productos que requieren más de la labor de una persona) coincidiendo (paralela pero inconexamente ) con el mismo concepto del “valor tiempo” de Warren, sin que ninguna injerencia pudiera coadyuvar al “valor trabajo” ni al precio de coste, tal y como ya he expuesto anteriormente.
Haciendo espacial hincapié en que este sistema de intercambio esta bosquejado, principalmente para “LOS POBRES Y HUMILDES”, “PARA LOS DE ABAJO”, pues era una propuesta que “NO OFRECE OPORTUNIDADES A LOS QUE DESEEN ELEVARSE POR ENCIMA DE LAS PERSONAS O DE LAS PROPIEDADES DE LAS DEMÁS PERSONAS”… por lo que los defensores del Lucro, quedáis fueras del Mutualismo, sea cual sea su vertiente.
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
No te entiendo. A que te refieres con eso, a que yo no defiendo todo eso que estás contando? Ese valor trabajo se medirá como resultado de el choque de fuerzas entre lo que los que quieren comprar una silla están dispuestos a pagar y lo que el que la fabrica cree que tiene que sacar de su trabajo, es decir, el precio de la silla menos los costos de producirla. Eso será lo que saque.El Hombre Guillotina escribió:Habláis de que los “precios” fluctuaran en función de la “demanda” de los consumidores, pero la competencia tuckeriana aboga y conduce inexorablemente a que esta competencia solo pueda concluir cuando se alcance el “precio de costo” y se anule todo intento de usura”, ¿Podrá haber competencia cuando se alcance el precio de costo?, pues ¿Acaso si se compite por debajo del precio de costo no empezaran los “ofertantes”, los propios productores, a tener perdidas en vez de ganancias?, las mentes estrechas de procuradores no pueden analizar estos términos. Si todo se vende al “precio de costo” ¿No estaría proponiendo Tucker que todos fuéramos pobres, que en vez de “igualar” la riqueza hay que “igualar” la pobreza? Este es el “razonamiento” de los que solo le atribuyen valor a la transacción y sus engranajes y no al trabajo, pues cuando solo se pueda vender a precio de costo lo único que determinara la ganancia es el “valor trabajo”… es decir, pongamos por ejemplo que un carpintero compra los materiales para hacer una silla según el planteamiento proto-capitalista este hombre se arruinaría si tuviera que vender la silla elaborada al mismo precio que compro los materiales, pero es que el “precio de costo” incluye el precio de los materiales, que se han de vender al mismo precio que se compraron, y el trabajo que ha servido para transformar dichos materiales, he ahí la ganancia. Esta no se basa en “inflar” lucrativa y usureramente el precio de lo que monetariamente nos ha costado la silla, sino de tasar una medida justa para determinar el “valor trabajo” y es este “valor trabajo” el que sumamos a los costes “monetarios” incluidos en el precio, una vez recuperados el dinero invertido en comprar los materiales, el beneficio se obtiene de la única forma que reconocer Tucker, cuando se nos paga el “valor de nuestro trabajo”… he ahí la “Ganancia”.
Por supuesto que estamos venga a mencionar los monopolios que denunciaba Tucker. Más que nada, es a eso cuando nos referimos a que el Estado pervierte el libre mercado. Y, por supuesto, yo creo que en un libre mercado el precio del producto sería muy parejo al coste de producirlo.La competencia por tanto quedaría reducida en los productos, a la mera afinidad, a las preferencias y elecciones personales, al bien que haya obtenido un mejor acabado, a los estilos de fabricación y demás, pues el “precio de coste” habría igualado el precio de los productos de una misma categoría, y en los “servicios” se circunscribiría a la mejor praxis, además de a las ya reseñadas preferencias individuales, que son las que harían decidirse al consumidor-productor entre uno y otro producto, entre uno y otro servicio. Así planteaba Tucker, bajo el Precio de Costo, el fin de la usura. La derogación del abusivo lucro sobre el producto, y de la renta y el interés en las demás categorías económicas, trataran sobre medios de producción, alojamiento, capital, banca, o cualquier otra. Y vosotros no habéis planteado nada parecido, ni siquiera por asomo, de vuestras bocas no ha salido la liquidación del lucro, el interés o la renta, no habéis impugnado ni una sola vez la Santa Trinidad de la Usura según Tucker, lo cual me reafirma en que, descartando a Proudhon, descartando al propio Tucker, y a todos los grandes individualistas y mutualistas Anarquistas americanos como Warren, Greene, y Andrews, vuestro “mutualismo” no es Anarquista, y entendiendo que el Mutualismo es una opción económica que nace, surge y se mantiene dentro del propio corpus Anarquista, tendré que dar por sentado que tampoco seáis mutualistas… pero bueno daros el nombre que queráis, también el Federalismo nació dentro del Anarquismo por medio de la pluma de Proudhon, y hoy hasta los Estados se consideran articulados “Federativamente”.
Pues no, hasta donde sé (la verdad es que me resulta difícil entenderte) es precisamente lo que defiendo.Pero ¿Os parece esto demasiado radical?, ¿Demasiado alejado a vuestras teorías, prácticas y preceptos inflexibles?
Pues llegados a este punto, no puedo estar de acuerdo. Pero eso no hace que la denuncia y el modelo propuesto por Tucker sean los míos.Pues aún hay más… acabo de hacer una exposición de lo que ocurriría con la competencia, tan solo en el caso de que las premisas de Warren y Tucker No se cumplieran completamente, si las cosas cursaran por los derroteros que ambos esperaban y ambicionaban este sería el resultado (otra vez vuelve a hablar Tucker por boca de Warren):
“Que, si hiciésemos del costo el límite de los precios, se generalizaría la cooperación y haríamos todas las economías que anhelan los amigos más inteligentes y leales de la humanidad; y al reducir el fardo del trabajo a un mero pasatiempo o ejercicio necesario, se eliminaría probablemente su costo; que como ocurre con el agua o con la música de los aficionados, no se le pondría ningún precio; y que las más elevadas aspiraciones de la mejor parte de nuestra especie se realizarían de modo natural”.
Por cierto, tienes alguna referencia de ésto?
Quitando lo de la abolición del dinero (pensar en una economía de mercado medianamente compleja sin dinero es irreal), es precisamente lo que defiendo.Es decir, y según sus propias conclusiones, que aún esa “ganancia” de la que antes os hablaba, solo fruto del propio trabajo, acabaría de desaparecer, y no habría más ganancia en papel moneda para retribuir el trabajo, quedando solo “el intercambio directo” de los productos elaborados, pero ¿Y eso que significa? Sencillamente la Abolición del dinero que ya bosquejaba Proudhon, la destrucción del lucro, la renta, el interés, la usura, y todo lo que excediera del marco del libre intercambio al Precio de Costo, resultando, por lo cual, una sociedad que solo distaría de la Comunista Libertario en la conservación de la Propiedad Privada, propiedad que según las propias palabras de ambos: “No serviría para producir rentabilidad por si misma, pues todos sus antiguos privilegios y judicaturas habrían prescrito siendo eliminados, la propiedad privado solo quedaría como garantía de que nadie, autoridad o persona alguna, tendría derecho de inferir a arrebatar las posesiones personales ajenas”
He ahí el Anarquismo de Warren y Tucker, del que tan infinitamente apartados estáis.
La negrita es justo lo que sucedería en un libre mercado. Pero eso no se puede conseguir por medio de arrebatar algunas propiedades.

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
El empresario no se apropia de la voluntad del obrero si este dispone de alternativas para acceder a los medios de producción. Por que no resaltas también lo siguiente? O no te interesa tanto?El Hombre Guillotina escribió:AaA Dijo: "Por supuesto, lo producido será para el que trabaja, pero como la decisión acerca de quien y en que condiciones trabaja el medio de producción es del propietario, no se podrá ir y trabajar sin su permiso, por que se estaría vulnerando el derecho a decidir sobre su propiedad".
¿Conocéis forma más fragrante de Autoridad que aquella por la que un empresario se apropia de la Voluntad de un obrero dictándole lo que tiene que hacer, como tiene que producir y en que condiciones debe hacerlo? Habéis refundado la Autoridad del Dios-Estado en la del Dios-Patrón, no habéis hecho más que cambiar los mandamientos de la ley gubernamental por las de las leyes económico-capitalistas
Queda patente, eso sí, que lo ideal para que haya justicia es que aquel que vaya a trabajar se lleve el fruto completo de su trabajo. Para ello, lo más apropiado es que dicho trabajador sea el dueño del medio de producción. Así, podrá decidir en que condiciones trabaja en él y podrá extraer todo el fruto de su trabajo, evitando que un dueño ocioso se lleve parte de lo producido.
etc. etc.
Te lo explico otra vez? Por que creo que estaba bastante claro. La idea es que los medios de producción artificiales son como cualquier otro bien, propiedad de alguien en cuanto a que son fruto de su trabajo. La única traba que se le puede poner a esto es que acaba generando una situación de explotación, y como ya he explicado, lo ideal es que los medios de producción sean propiedad de quienes los trabajan. A partir de ahí, la cuestión es como conseguir esto. En ese mismo texto explico por que no me parecen bien que sean de una asamblea, y digo que la mejor opción para que esto se de es el libre mercado. Ya digo en el texto que queda pendiente de análisis.Sobre el vuestro presunto “Libre Mercado” ¿Apoyáis esto? Y por favor te recomendarías que contestaras por tu propia boca y no con trasnochados panfletos, sean tuyos o no, que solo se han elaborado como ejemplo de latiguillo, de fórmula prefabricada, no ideada para este preciso debate, ni circunstancias, sino todos podemos tirar de los debates antiguos que sobre economía se habrán hecho en privado en este mismo foro, Innova, Crea y olvídate del papanatismo prefrito.
El resto del mensaje, para otro día.
Edit: O sea, que lo mío son trasnochados panfletos y lo tuyo mensajes cargados de verdad. En fin.

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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
AaA, te lo digo con toda cordialidad ¿Sabes lo que defiendes o siquiera de lo que estas hablando?, dices que: “Ese valor trabajo se medirá como resultado de el choque de fuerzas entre lo que los que quieren comprar una silla están dispuestos a pagar y lo que el que la fabrica cree que tiene que sacar de su trabajo”.
Si el precio de la silla se determina por el número de demandantes, por ese “grafico” y a la vez horrible termino de choque, ¿Se estará comprando la silla al precio de coste?, si el precio de la silla es estipulado por lo que el fabricante “cree” que debe retribuirse ¿Se estará vendiendo al precio de coste?. Estas defendiendo, simple y llanamente, LA USURA, que el precio de un producto pueda inflarse en función de los demandantes, o en función del “lucro” que se haya propuesto conseguir el “ofertante”.
No estableces la competencia como un medio para desarticular el lucro y establecer el “precio de costo”, la estableces como un fin en si mismo que imposibilita igualar costo y retribución.
En el Mercado Justo el precio no será “muy parejo” al costo de producción, será igual, es eso lo que pretendía Tucker, es eso lo que vosotros esquiváis.
En cuanto a la referencia que me pides: es el artículo de Warren, citado y comentado por Tucker: “Civilización Autentica y Libertad personal”, recogido por Irving L. Horowitz en su compilación Los Anarquistas.
La denuncia y el modelo expuesto por Godwin fue cogido por Engels, la denuncia y el modelo expuesto por Tucker fue cogido por unos de sus más encarnizados enemigos, Clay Frick, el magnate del acero, la denuncia y el modelo propuesto por Tucker también es cogido en muchos aspectos por mi, sin embargo, no por ello me adscribo a su escuela económica, pues lo que me une a él es su Anarquismo, precisamente lo que vosotros arrinconáis y no revindicáis, sus conceptos sociales, sus premisas equitativas, su acento anti autoritario, os servís de él, de forma chabacana, para apuntalar vuestro preceptos “liberales”, pero de igual forma que los anteriormente citados usaban y manipulaban a esos pioneros Anarquistas, de igual modo podríais usar a Smith y a Say, y nadie os lo tendría en cuenta.
La propiedades, se expropien o se establezcan socialistamente por otros medios, no requieren del dinero, el Primer Proudhon no lo vio así, y ni Warren, ni Tucker tenían necesidad, a diferencia de vosotros, de convertirlo en un dogma de fe, aún podían contemplarlo, en base al “mutualismo directo”, al cambio, sin “bono papel”, de los productos, pues entendían en la cuestión monetaria era relegable si en base a ello podía fundamentarse aún más la autonomía Individual.
Si el precio de la silla se determina por el número de demandantes, por ese “grafico” y a la vez horrible termino de choque, ¿Se estará comprando la silla al precio de coste?, si el precio de la silla es estipulado por lo que el fabricante “cree” que debe retribuirse ¿Se estará vendiendo al precio de coste?. Estas defendiendo, simple y llanamente, LA USURA, que el precio de un producto pueda inflarse en función de los demandantes, o en función del “lucro” que se haya propuesto conseguir el “ofertante”.
No estableces la competencia como un medio para desarticular el lucro y establecer el “precio de costo”, la estableces como un fin en si mismo que imposibilita igualar costo y retribución.
En el Mercado Justo el precio no será “muy parejo” al costo de producción, será igual, es eso lo que pretendía Tucker, es eso lo que vosotros esquiváis.
En cuanto a la referencia que me pides: es el artículo de Warren, citado y comentado por Tucker: “Civilización Autentica y Libertad personal”, recogido por Irving L. Horowitz en su compilación Los Anarquistas.
La denuncia y el modelo expuesto por Godwin fue cogido por Engels, la denuncia y el modelo expuesto por Tucker fue cogido por unos de sus más encarnizados enemigos, Clay Frick, el magnate del acero, la denuncia y el modelo propuesto por Tucker también es cogido en muchos aspectos por mi, sin embargo, no por ello me adscribo a su escuela económica, pues lo que me une a él es su Anarquismo, precisamente lo que vosotros arrinconáis y no revindicáis, sus conceptos sociales, sus premisas equitativas, su acento anti autoritario, os servís de él, de forma chabacana, para apuntalar vuestro preceptos “liberales”, pero de igual forma que los anteriormente citados usaban y manipulaban a esos pioneros Anarquistas, de igual modo podríais usar a Smith y a Say, y nadie os lo tendría en cuenta.
La propiedades, se expropien o se establezcan socialistamente por otros medios, no requieren del dinero, el Primer Proudhon no lo vio así, y ni Warren, ni Tucker tenían necesidad, a diferencia de vosotros, de convertirlo en un dogma de fe, aún podían contemplarlo, en base al “mutualismo directo”, al cambio, sin “bono papel”, de los productos, pues entendían en la cuestión monetaria era relegable si en base a ello podía fundamentarse aún más la autonomía Individual.
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
“Ese valor trabajo se medirá como resultado de el choque de fuerzas entre lo que los que quieren comprar una silla están dispuestos a pagar y lo que el que la fabrica cree que tiene que sacar de su trabajo”.
Pensaba que sería evidente que quedaría claro que el resultado de este choque de fuerzas en un libre mercado sería, tal y como defendió Tucker, que los productos se pagaran a su precio de coste.
Pensaba que sería evidente que quedaría claro que el resultado de este choque de fuerzas en un libre mercado sería, tal y como defendió Tucker, que los productos se pagaran a su precio de coste.
A ver, o la competencia lo iguala o imposiblilita que se iguale, en que quedamos? Yo la he defendido por la misma razón que Tucker. Estás señalando cosas que yo defiendo!la estableces como un fin en si mismo que imposibilita igualar costo y retribución.
Eso es lo que yo DEFIENDO, no digas que no. Dije muy parejo al por que nada funciona a la perfección, pero sí, mi ideal es el mismo al que aspiraba Tucker.En el Mercado Justo el precio no será “muy parejo” al costo de producción, será igual, es eso lo que pretendía Tucker, es eso lo que vosotros esquiváis.

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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
¿Por qué no añado el resto? Es que acaso hay prerrogativa, premio final, atenuante, circunstancia, condición o conjuntara por la que un Individuo deba ceder un segundo de su autonomía en beneficio de “jefe” alguno? Decidme que me concederéis el mundo entero, la integridad de lo trabajado por mi, las estrellas y el infinito en mi mano, y no aceptare cederos mi Potestad sobre mi Mismo, mi Libertad, Voluntad he Individualidad, a cambio de beneficio alguno… defendéis la “marisma marciana”, un periodo “transitorio” de Dictadura para llegar a la “Anarquía”, ni un segundo de autoridad sobre mi pescuezo, ni una micra de capitalismo sobre mi alma para alcanzar el Socialismo o la anarquía.
Solo defiendes la más vulgar “filosofía autoritaria”.
¿Qué tendrías que explicarme otra vez? Que pretendéis instalar un sistema en el que “posiblemente habrá igualdad”, “posiblemente el precio de las cosas no excedan mucho de su coste”, impugnas la asamblea por autoritaria, pero solo para establecer el sacro santo respeto al Capital, Yo no reconozco ni asambleas que decidan cuanto he de producir ni cuanto he de consumir, consumiré lo que necesite, y trabajare lo que pueda, ni tampoco un sistema sea de mercado, de competencia, de Capitalismo furibundo, que me anquilose a las mismas premisas, ordenándome producir, e impidiéndome consumir, obligándome a trabajar, aniquilando mi Espíritu desobediente… “posiblemente solo queráis reproducir el sistema que ya hoy esta bastante bien fundamentado”, prestadle vuestra ayuda si queréis, yo como anarquista seguiré negandome.
Solo defiendes la más vulgar “filosofía autoritaria”.
¿Qué tendrías que explicarme otra vez? Que pretendéis instalar un sistema en el que “posiblemente habrá igualdad”, “posiblemente el precio de las cosas no excedan mucho de su coste”, impugnas la asamblea por autoritaria, pero solo para establecer el sacro santo respeto al Capital, Yo no reconozco ni asambleas que decidan cuanto he de producir ni cuanto he de consumir, consumiré lo que necesite, y trabajare lo que pueda, ni tampoco un sistema sea de mercado, de competencia, de Capitalismo furibundo, que me anquilose a las mismas premisas, ordenándome producir, e impidiéndome consumir, obligándome a trabajar, aniquilando mi Espíritu desobediente… “posiblemente solo queráis reproducir el sistema que ya hoy esta bastante bien fundamentado”, prestadle vuestra ayuda si queréis, yo como anarquista seguiré negandome.
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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Si solo haces referencia al “Precio de Costo” ¿Dónde queda el lucro, la usura que tú no has negado en ningún momento?
Si la competencia es un medio, Tucker defiende que se iguala, pues una vez se alcanza el “Precio de Costo” esta DESAPARECE, si la competencia es un fin en si mismo, esta no se iguala, pues no tenderá a buscar el precio de costo pues una vez obtenido este no podrá seguir estableciéndose la “dinámica competitiva”, para lo cual se recurre a la Carestía de los productos, otra forma de lucro y usura. Es esta la forma de “competencia salvaje” a la que hoy nos vemos sometidos, la inflación ficticia de los precios o la retención de los productos a fin de que suba la demanda, la “crisis de subsistencia” en insultante abundancia, o la “carestía con los almacenes llenos”.
La Competencia como fin en si, y por si misma, solo recibe, según Warren, el nombre de: “Inicua injusticia especulativa”.
He aquí el resultado social: Vuestro sistema económico dista diametralmente del especulado por Tucker, pero en lo “social” estáis en las antípodas. Vosotros no usáis lo social como un “carro de batalla” a favor de la “igualación económica y la desaparición de la pobreza”, lo usáis para refrendar el privilegio de las “elites”. Habláis de “recompensar de forma distinta los distintos esfuerzos realizados” y no en función de la necesidad, sino en función del aparente “propio esfuerzo”. Pero 1º ¿Quién puede determinar si A se ha esforzado más que B? o mejor aún, establezcas dicha premisa y el tiro os saldrá contra vuestra propia cara, pues A con 20 años y sin cargas familiares ha podido hacer 2 sillas en 1 hora mientras que B, con 40, y cargado de hijos a los que atender, solo ha podido hacer esas mismas dos sillas en 5…. si contabilizáis por horas, B tendría derecho a más que A, y si contabilizáis por esfuerzo ¿Acaso B no ha agotado casi todas sus energías en lo que a A no le ha supuesto ningún esfuerzo? B seguiría teniendo que recibir más… quizás reculáis, y os veis obligados a reconocer que no se valorará más el “esfuerzo” sino lo “producido” y la “demanda de lo producido”, que es, para vosotros, la que determina el precio independientemente del “costo” y por tanto abocándonos a la “especulación salvaje” que hoy padecemos. Ante una sequía continuada y la escasez de arroz, vuestra propuesta es que suba el precio de un articulo de primera necesidad pues al haber menos existencias “sube la demanda”, demanda que como sobre todo alimento de primera necesidad es continua, es decir, planteáis reproducir y redundar el sistema ya existente, en el que la carencia aumenta la carestía y así los productos más básicos, necesarios y apremiantes solo estarán a disposición de aquellos que puedan permitirse pagar su alto e inflamado nuevo precio, mientras que los que no puedan permitírselo no podrán acceder a aquello que les suministra su propia vida, sea arroz, pan o agua, y solo les quedará morir… sigamos, ¿Qué determinaría que lo producido por B no vale más que lo producido por A? el resultado puede ser el mismo, pero no estáis valorando el trabajo realizado, ni mucho menos las necesidades del trabajador ni su personal coyuntura, pues son las circunstancias de B, agotado y con hijos, las que determinan sus necesidades con independencia de los producido. Si A esta físicamente más capacitado para producir que B ¿Con que razón le estaríais dando más a quien menos necesita?, ¿Es eso justicia?, él puede ser capaz de producir más, pero también ha gastado menos sus energías, también ha producido menos domésticamente, también lleva menos años produciendo… esto es extrapolable a esa “aristocracia de facultades productivas” que pretendéis sancionar, apuntalar y de la que hacéis apología, habláis de Proudhon sin conocerlo siquiera, os remito a sus palabras: “La igualdad, tan odiosa al economista, todo lo debe a la economía política… determinar en especie el valor de un talento cualquiera es cosa imposible, porque el talento y los méritos son inconmensurables. ¿Por qué motivo razonable puede justificarse que un médico debe ganar doble, triple o céntuple que un campesino? Dificultad inextricable que nunca ha sido resuelta sino por la avaricia, la necesidad y la opresión. No es así, ciertamente, como debe determinarse el derecho de talento. ¿Pero qué criterio seguir para señalarlo?
He afirmado antes que el médico no puede ser peor retribuido que cualquier otro productor, que no debe quedar por bajo de la igualdad, y no me detendré a demostrarlo.
Pero ahora añado que tampoco puede elevarse por cima de esa misma igualdad, porque su talento es una propiedad colectiva que no ha pagado y de la que siempre será deudor. Así como la creación de todo instrumento de producción es el resultado de un esfuerzo colectivo, el talento y la ciencia de un hombre son producto de la inteligencia universal y de una ciencia general lentamente acumulada por multitud de sabios, mediante el concurso de un sinnúmero de industrias inferiores. Aun cuando el médico haya pagado sus profesores, sus libros, sus títulos y satisfecho todos sus gastos, no por eso puede decirse que ha pagado su talento, como el capitalista tampoco ha pagado su finca y su palacio con el salario de sus obreros. A un mismo tiempo existen en él un trabajador libre y un capital social acumulado.
Quizá hubiera más motivos para disminuir la retribución del talento que para aumentarla sobre la condición común, si no correspondiese su mérito a los sacrificios que exige. Todo productor recibe una instrucción, todo trabajador es una inteligencia, una capacidad, es decir, una propiedad colectiva cuya creación no es igualmente costosa. Para formar un cultivador y un artesano son necesarios pocos maestros, pocos años y pocos elementos tradicionales. El esfuerzo generador y (si se me permite la frase) la duración de la gestación social, están en razón directa de la superioridad de las capacidades. Pero mientras el médico, el poeta, el artista, el sabio, producen poco y tarde, la producción del labrador es más constante y sólo requiere el transcurso de los años.
La sociedad puede, en rigor, pasarse sin prosa, ni versos, ni música, ni pintura; pero no puede estar un solo día sin comida ni alojamiento […]
La palabra superioridad carece de sentido. Si Homero me recita sus versos, apreciaré su genio sublime, en comparación del cual yo, sencillo pastor, humilde labriego, no soy nada. Si se compara obra con obra, ¿qué son los quesos que produzco y las habas que cosecho para el mérito de una Ilíada? Pero si, como precio de su inimitable poema, Homero quiere apoderarse de cuanto tengo y hacerme su esclavo, renuncio al placer de sus versos y le doy además las gracias. Yo puedo pasarme sin la Ilíada, mientras Homero no puede estar veinticuatro horas sin mis productos.”
Así nos hablaba Proudhon, no establezcáis, y menos en su nombre, un innoble agravio comparativo, un caso de despiadada injusticia, considerando superior la fuerza de A, incluso la ciencia de un tal C, con la labor igual de invalorable, como productor laboral y domestico, de B.
Si la competencia es un medio, Tucker defiende que se iguala, pues una vez se alcanza el “Precio de Costo” esta DESAPARECE, si la competencia es un fin en si mismo, esta no se iguala, pues no tenderá a buscar el precio de costo pues una vez obtenido este no podrá seguir estableciéndose la “dinámica competitiva”, para lo cual se recurre a la Carestía de los productos, otra forma de lucro y usura. Es esta la forma de “competencia salvaje” a la que hoy nos vemos sometidos, la inflación ficticia de los precios o la retención de los productos a fin de que suba la demanda, la “crisis de subsistencia” en insultante abundancia, o la “carestía con los almacenes llenos”.
La Competencia como fin en si, y por si misma, solo recibe, según Warren, el nombre de: “Inicua injusticia especulativa”.
He aquí el resultado social: Vuestro sistema económico dista diametralmente del especulado por Tucker, pero en lo “social” estáis en las antípodas. Vosotros no usáis lo social como un “carro de batalla” a favor de la “igualación económica y la desaparición de la pobreza”, lo usáis para refrendar el privilegio de las “elites”. Habláis de “recompensar de forma distinta los distintos esfuerzos realizados” y no en función de la necesidad, sino en función del aparente “propio esfuerzo”. Pero 1º ¿Quién puede determinar si A se ha esforzado más que B? o mejor aún, establezcas dicha premisa y el tiro os saldrá contra vuestra propia cara, pues A con 20 años y sin cargas familiares ha podido hacer 2 sillas en 1 hora mientras que B, con 40, y cargado de hijos a los que atender, solo ha podido hacer esas mismas dos sillas en 5…. si contabilizáis por horas, B tendría derecho a más que A, y si contabilizáis por esfuerzo ¿Acaso B no ha agotado casi todas sus energías en lo que a A no le ha supuesto ningún esfuerzo? B seguiría teniendo que recibir más… quizás reculáis, y os veis obligados a reconocer que no se valorará más el “esfuerzo” sino lo “producido” y la “demanda de lo producido”, que es, para vosotros, la que determina el precio independientemente del “costo” y por tanto abocándonos a la “especulación salvaje” que hoy padecemos. Ante una sequía continuada y la escasez de arroz, vuestra propuesta es que suba el precio de un articulo de primera necesidad pues al haber menos existencias “sube la demanda”, demanda que como sobre todo alimento de primera necesidad es continua, es decir, planteáis reproducir y redundar el sistema ya existente, en el que la carencia aumenta la carestía y así los productos más básicos, necesarios y apremiantes solo estarán a disposición de aquellos que puedan permitirse pagar su alto e inflamado nuevo precio, mientras que los que no puedan permitírselo no podrán acceder a aquello que les suministra su propia vida, sea arroz, pan o agua, y solo les quedará morir… sigamos, ¿Qué determinaría que lo producido por B no vale más que lo producido por A? el resultado puede ser el mismo, pero no estáis valorando el trabajo realizado, ni mucho menos las necesidades del trabajador ni su personal coyuntura, pues son las circunstancias de B, agotado y con hijos, las que determinan sus necesidades con independencia de los producido. Si A esta físicamente más capacitado para producir que B ¿Con que razón le estaríais dando más a quien menos necesita?, ¿Es eso justicia?, él puede ser capaz de producir más, pero también ha gastado menos sus energías, también ha producido menos domésticamente, también lleva menos años produciendo… esto es extrapolable a esa “aristocracia de facultades productivas” que pretendéis sancionar, apuntalar y de la que hacéis apología, habláis de Proudhon sin conocerlo siquiera, os remito a sus palabras: “La igualdad, tan odiosa al economista, todo lo debe a la economía política… determinar en especie el valor de un talento cualquiera es cosa imposible, porque el talento y los méritos son inconmensurables. ¿Por qué motivo razonable puede justificarse que un médico debe ganar doble, triple o céntuple que un campesino? Dificultad inextricable que nunca ha sido resuelta sino por la avaricia, la necesidad y la opresión. No es así, ciertamente, como debe determinarse el derecho de talento. ¿Pero qué criterio seguir para señalarlo?
He afirmado antes que el médico no puede ser peor retribuido que cualquier otro productor, que no debe quedar por bajo de la igualdad, y no me detendré a demostrarlo.
Pero ahora añado que tampoco puede elevarse por cima de esa misma igualdad, porque su talento es una propiedad colectiva que no ha pagado y de la que siempre será deudor. Así como la creación de todo instrumento de producción es el resultado de un esfuerzo colectivo, el talento y la ciencia de un hombre son producto de la inteligencia universal y de una ciencia general lentamente acumulada por multitud de sabios, mediante el concurso de un sinnúmero de industrias inferiores. Aun cuando el médico haya pagado sus profesores, sus libros, sus títulos y satisfecho todos sus gastos, no por eso puede decirse que ha pagado su talento, como el capitalista tampoco ha pagado su finca y su palacio con el salario de sus obreros. A un mismo tiempo existen en él un trabajador libre y un capital social acumulado.
Quizá hubiera más motivos para disminuir la retribución del talento que para aumentarla sobre la condición común, si no correspondiese su mérito a los sacrificios que exige. Todo productor recibe una instrucción, todo trabajador es una inteligencia, una capacidad, es decir, una propiedad colectiva cuya creación no es igualmente costosa. Para formar un cultivador y un artesano son necesarios pocos maestros, pocos años y pocos elementos tradicionales. El esfuerzo generador y (si se me permite la frase) la duración de la gestación social, están en razón directa de la superioridad de las capacidades. Pero mientras el médico, el poeta, el artista, el sabio, producen poco y tarde, la producción del labrador es más constante y sólo requiere el transcurso de los años.
La sociedad puede, en rigor, pasarse sin prosa, ni versos, ni música, ni pintura; pero no puede estar un solo día sin comida ni alojamiento […]
La palabra superioridad carece de sentido. Si Homero me recita sus versos, apreciaré su genio sublime, en comparación del cual yo, sencillo pastor, humilde labriego, no soy nada. Si se compara obra con obra, ¿qué son los quesos que produzco y las habas que cosecho para el mérito de una Ilíada? Pero si, como precio de su inimitable poema, Homero quiere apoderarse de cuanto tengo y hacerme su esclavo, renuncio al placer de sus versos y le doy además las gracias. Yo puedo pasarme sin la Ilíada, mientras Homero no puede estar veinticuatro horas sin mis productos.”
Así nos hablaba Proudhon, no establezcáis, y menos en su nombre, un innoble agravio comparativo, un caso de despiadada injusticia, considerando superior la fuerza de A, incluso la ciencia de un tal C, con la labor igual de invalorable, como productor laboral y domestico, de B.
Última edición por El Hombre Guillotina el 12 May 2008, 15:21, editado 1 vez en total.
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Te equivocas, lo único que digo ahí es que no entraré a coartar la libertad de la gente que vaya a realizar los acuerdos que considere beneficiosos, pero que mi ideal establece que el trabajador pueda trabajar su propio medio de producción. Y que esto no es que la asamblea regente la propiedad de la fábricaEl Hombre Guillotina escribió:¿Por qué no añado el resto? Es que acaso hay prerrogativa, premio final, atenuante, circunstancia, condición o conjuntara por la que un Individuo deba ceder un segundo de su autonomía en beneficio de “jefe” alguno? Decidme que me concederéis el mundo entero, la integridad de lo trabajado por mi, las estrellas y el infinito en mi mano, y no aceptare cederos mi Potestad sobre mi Mismo, mi Libertad, Voluntad he Individualidad, a cambio de beneficio alguno… defendéis la “marisma marciana”, un periodo “transitorio” de Dictadura para llegar a la “Anarquía”, ni un segundo de autoridad sobre mi pescuezo, ni una micra de capitalismo sobre mi alma para alcanzar el Socialismo o la anarquía.
El que lo dice lo es, con el culo al revésSolo defiendes la más vulgar “filosofía autoritaria”.
Posiblemente no, seguro. Lo mismo que decía Tucker.¿Qué tendrías que explicarme otra vez? Que pretendéis instalar un sistema en el que “posiblemente habrá igualdad”, “posiblemente el precio de las cosas no excedan mucho de su coste”,
Que es el capital? Que cada quien adore a quien le plazca, yo solamente me aseguro de buscar una anarquía en la que haya auténtica libertad, incluso para elegir sistema económico o para trabajar en las condiciones que uno estime. Lo del respeto al Capital no es más que verborrea demagógica.impugnas la asamblea por autoritaria, pero solo para establecer el sacro santo respeto al Capital,
Dices que comprendes a Tucker pero luego igualas el mercado y la competencia al capitalismo. Si el viejo Ben te oyera...Yo no reconozco ni asambleas que decidan cuanto he de producir ni cuanto he de consumir, consumiré lo que necesite, y trabajare lo que pueda, ni tampoco un sistema sea de mercado, de competencia, de Capitalismo furibundo, que me anquilose a las mismas premisas, ordenándome producir, e impidiéndome consumir, obligándome a trabajar, aniquilando mi Espíritu desobediente… “posiblemente solo queráis reproducir el sistema que ya hoy esta bastante bien fundamentado”, prestadle vuestra ayuda si queréis, yo como anarquista seguiré negandome.

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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
No conoces ni una sola palabra de lo expuesto por Tucker, podría acusarte de basarte en simplificaciones, pero ni siguieras has demostrado estar dotado de dicha capacidad, el mercado y la competencia que él defiende no la igualo al Capitalismo, igualo, identifico y afirmo que son lo mismo el que defiendes Tú.
Defiendes la más rancia Autoridad, pues donde prevalece la presión del dinero, del hambre, y de la propia subsistencia se establece la misma obligación autoritaria que se establece con la fuerza Bruta. Ordenar hacer esto o aquello, en base a “mi propiedad” o a la “tuya”, en base al “credo capitalista” que defiendes, o al “comunista autoritario” que defienden otros supone la misma clase de Autoridad, ni siquiera hay una diferencia de grado, no puede calibrarse cuantificación diferencial alguna pues en ambos casos es un poder el que ahoga la Libertad.
Nada de lo que has dicho ha salido por Boca de Tucker, incapaz de citar, menos aún de comprender o analizar por ti mismo, achacas a los demás tus propias deficiencias, Tucker no creían en un mundo “con vagas aspiraciones de ser un poco mejor” creía en un mundo igualitario, en el que el precio no excediera el coste, el mercado fuera justo, y se aboliera el lucro, el interés y la renta, y en el que los medios de producción le pertenecieran a todos los trabajadores… para ti la primera premisa solo es valida en función de que “los débiles no le falten el respeto a mi Propiedad” (Autoridad mediante) ni intenten igualarse a “Mi” (bello concepto de equidad), de que el precio de costo sea una lejana meta siempre y cuando no repercuta en las ganancias que yo decido como fabricante y que los demás, “guerra social” mediante, demandan mientras se abren la cabeza para llenarse el estomago, de un mercado hipotéticamente libre, pero imposiblemente Justo, pues la desaparición, aún paulatina del dinero como factor de cambio, te ocasiona: Autentico “horror vacui” de Burgués, y que el lucro, y la demás trinidad usurera se mantenga, pues ni siquiera debes saber lo que son, tu precario conocimiento económico se basa en “bolsillo lleno”, “bolsillo vacío”, solo que quieres lo primero para ti, y lo otro para el resto.
Quieres Ley que haga valer tu Propiedad, Autoridad que impida las bifurcaciones de tu Mercado abusivo, Poder que impida desobedecer al Patrón, QUIERES ESTADO, pero te asusta el nombre.
Rectifico, ni siquiera llegas a los fangos de la “filosofía autoritaria”, eres autoritario, pero de “charanga”.
Sobre la Voluntariedad: Desconocéis diametralmente lo que significa el concepto de “Voluntariedad”… voluntario, queridos, es aquello que se hace sin que medie coacción, obligación, premio o castigo de ninguna especie, voluntario es todo aquello que, si no tuvieras ninguna presión externa para realizarla, harías igualmente.
Habláis de la prostitución y demás con una legua tan insensible como vuestra capacidad para deducir los efectos de las causas, ¿Queréis saber si una mujer u hombre pueden “prostituirse voluntariamente”? entonces abolid el “salario”, desterrar la coacción a la que se es sometido por el hambre, la sed, el abrigo y el refugio, dotad a todos los individuos de todo aquello que necesiten para realizar sus propias vidas, barred un sistema patriarcal y decadente, destruid hasta sus cimientos una educación putrefacta y cargada de roles y clichés, y abolid definitivamente el dinero… y aún así, teóricamente, vuestra mente seguiría sumergida en los lodos que conciben que una forma de “esclavitud” que responde únicamente a la obtención de una renumeración que permite saciar las “necesidades básicas” podrá ser alguna vez una “practica voluntaria” cuando a cambio, “tan solo”, obtenemos Prolongar Nuestra Vida.
Eliminad el dinero y el sistema de salarios, y entonces los hombres y mujeres que se acuesten con otros lo harán por gusto, por deseo, por placer, por amor, y no por comida, por dinero, por medicarse, o por no recibir una certera cuchillada. Permitid que todo el mundo tenga acceso a los productos que calmaran su hambre, que saciaran sus maltrechas tripas, que llenaran los vientres famélicos e insanamente hinchados de sus hijos, y estos esos hombres y mujeres que se acuestan con los demás, aún sin necesitarlo y sin que medie nada “a cambio”, serán seres libres, llamadlos “promiscuos” si queréis, cargad vuestra moralina pretendidamente “inmoral” contra las pulsiones ajenas, pero no os atreváis a decir que lo que alguien no haría en una circunstancia libre de coacciones es Voluntad.
¿Queréis comprobarlo?, acudid a cualquier persona sobre la que se ejerza la prostitución y preguntadle: “¿Si no te pagaran, querrías martirizar tus carnes de la misma forma?”, Si la respuesta es negativa no es fruto de su Voluntad, es Violada, Asesinada y Destruida en pos de una Voluntad ajena, y gracias al auspicio de vuestra hipocresía… si la respuesta es positiva, entonces que sea libre de practicarla como una mera emanación de su “Yo”, que no se vea obligada a convertirlo en una férrea “categoría económica”, que deje de formar parte de los regulado, administrado y evaluable por Sociedad o Poder alguno, y solo le pertenezca, en absoluta propiedad, al Reino de sus Ocios y Pulsiones.
Repetid la misma operación con cualquier otra persona que prostituya su cuerpo, que alquile o venda sus fuerzas de trabajo o el volumen de su cuerpo, esos a los que llamamos “trabajadores”, reformula la pregunta, y descubriréis que nadie acudiría a los “tajos”, a la fabricas, empresas y calles, si encontraran otra forma mejor de vivir, de producir lo que necesitan, de obtener mejores condiciones existenciales, de consumir cuanto requieren, de trabajar para ellos y no para la “Aristocracia del Capital”… abolid este sistema injusto y el mundo podrá ser de todos, cada uno “Gobernante” de su propio mundo, cada quién “Propietario” de su propia vida, sin tener porque limitar, lesionar o ingerir en los mundos y vidas ajenas.
Defiendes la más rancia Autoridad, pues donde prevalece la presión del dinero, del hambre, y de la propia subsistencia se establece la misma obligación autoritaria que se establece con la fuerza Bruta. Ordenar hacer esto o aquello, en base a “mi propiedad” o a la “tuya”, en base al “credo capitalista” que defiendes, o al “comunista autoritario” que defienden otros supone la misma clase de Autoridad, ni siquiera hay una diferencia de grado, no puede calibrarse cuantificación diferencial alguna pues en ambos casos es un poder el que ahoga la Libertad.
Nada de lo que has dicho ha salido por Boca de Tucker, incapaz de citar, menos aún de comprender o analizar por ti mismo, achacas a los demás tus propias deficiencias, Tucker no creían en un mundo “con vagas aspiraciones de ser un poco mejor” creía en un mundo igualitario, en el que el precio no excediera el coste, el mercado fuera justo, y se aboliera el lucro, el interés y la renta, y en el que los medios de producción le pertenecieran a todos los trabajadores… para ti la primera premisa solo es valida en función de que “los débiles no le falten el respeto a mi Propiedad” (Autoridad mediante) ni intenten igualarse a “Mi” (bello concepto de equidad), de que el precio de costo sea una lejana meta siempre y cuando no repercuta en las ganancias que yo decido como fabricante y que los demás, “guerra social” mediante, demandan mientras se abren la cabeza para llenarse el estomago, de un mercado hipotéticamente libre, pero imposiblemente Justo, pues la desaparición, aún paulatina del dinero como factor de cambio, te ocasiona: Autentico “horror vacui” de Burgués, y que el lucro, y la demás trinidad usurera se mantenga, pues ni siquiera debes saber lo que son, tu precario conocimiento económico se basa en “bolsillo lleno”, “bolsillo vacío”, solo que quieres lo primero para ti, y lo otro para el resto.
Quieres Ley que haga valer tu Propiedad, Autoridad que impida las bifurcaciones de tu Mercado abusivo, Poder que impida desobedecer al Patrón, QUIERES ESTADO, pero te asusta el nombre.
Rectifico, ni siquiera llegas a los fangos de la “filosofía autoritaria”, eres autoritario, pero de “charanga”.
Sobre la Voluntariedad: Desconocéis diametralmente lo que significa el concepto de “Voluntariedad”… voluntario, queridos, es aquello que se hace sin que medie coacción, obligación, premio o castigo de ninguna especie, voluntario es todo aquello que, si no tuvieras ninguna presión externa para realizarla, harías igualmente.
Habláis de la prostitución y demás con una legua tan insensible como vuestra capacidad para deducir los efectos de las causas, ¿Queréis saber si una mujer u hombre pueden “prostituirse voluntariamente”? entonces abolid el “salario”, desterrar la coacción a la que se es sometido por el hambre, la sed, el abrigo y el refugio, dotad a todos los individuos de todo aquello que necesiten para realizar sus propias vidas, barred un sistema patriarcal y decadente, destruid hasta sus cimientos una educación putrefacta y cargada de roles y clichés, y abolid definitivamente el dinero… y aún así, teóricamente, vuestra mente seguiría sumergida en los lodos que conciben que una forma de “esclavitud” que responde únicamente a la obtención de una renumeración que permite saciar las “necesidades básicas” podrá ser alguna vez una “practica voluntaria” cuando a cambio, “tan solo”, obtenemos Prolongar Nuestra Vida.
Eliminad el dinero y el sistema de salarios, y entonces los hombres y mujeres que se acuesten con otros lo harán por gusto, por deseo, por placer, por amor, y no por comida, por dinero, por medicarse, o por no recibir una certera cuchillada. Permitid que todo el mundo tenga acceso a los productos que calmaran su hambre, que saciaran sus maltrechas tripas, que llenaran los vientres famélicos e insanamente hinchados de sus hijos, y estos esos hombres y mujeres que se acuestan con los demás, aún sin necesitarlo y sin que medie nada “a cambio”, serán seres libres, llamadlos “promiscuos” si queréis, cargad vuestra moralina pretendidamente “inmoral” contra las pulsiones ajenas, pero no os atreváis a decir que lo que alguien no haría en una circunstancia libre de coacciones es Voluntad.
¿Queréis comprobarlo?, acudid a cualquier persona sobre la que se ejerza la prostitución y preguntadle: “¿Si no te pagaran, querrías martirizar tus carnes de la misma forma?”, Si la respuesta es negativa no es fruto de su Voluntad, es Violada, Asesinada y Destruida en pos de una Voluntad ajena, y gracias al auspicio de vuestra hipocresía… si la respuesta es positiva, entonces que sea libre de practicarla como una mera emanación de su “Yo”, que no se vea obligada a convertirlo en una férrea “categoría económica”, que deje de formar parte de los regulado, administrado y evaluable por Sociedad o Poder alguno, y solo le pertenezca, en absoluta propiedad, al Reino de sus Ocios y Pulsiones.
Repetid la misma operación con cualquier otra persona que prostituya su cuerpo, que alquile o venda sus fuerzas de trabajo o el volumen de su cuerpo, esos a los que llamamos “trabajadores”, reformula la pregunta, y descubriréis que nadie acudiría a los “tajos”, a la fabricas, empresas y calles, si encontraran otra forma mejor de vivir, de producir lo que necesitan, de obtener mejores condiciones existenciales, de consumir cuanto requieren, de trabajar para ellos y no para la “Aristocracia del Capital”… abolid este sistema injusto y el mundo podrá ser de todos, cada uno “Gobernante” de su propio mundo, cada quién “Propietario” de su propia vida, sin tener porque limitar, lesionar o ingerir en los mundos y vidas ajenas.
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El Hombre Guillotina
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Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
¿No te atreves a contestar a lo expuesto por Proudhon? Posiblemente ahora resulta que también coincidirá con lo que tu defiendes, igual que tu autoritarismo capitalista corresponde, por arte de birlibirloque a lo propugnado por Tucker… búscate un discurso propio o deja de vomitar sobre nombres convertidos ya en polvo.
He aquí una última reflexión, y te conminaría a que, si crees que puedes contestarla, lo intentaras antes con las dos que has dejado pendientes, un esfuerzo más y demostraras a todos tu desconocimiento supino sobre lo que “crees” patrocinar y sobre lo que en realidad “propagas”Ahora he de trabajar, si, ese “extraño verbo” que a base de que lo hagan otros te hará rico. Maña seguiremos si no estas muy “cansado”.
He aquí la reflexión: “Y esto nos lleva a la última parte del mensaje, aquel que desvela vuestro verdadero rostro y que, aunque intentáis resistiros a ello, os incrusta en las filas del DARWINISMO SOCIAL. No gastare más saliva en este aspecto, habéis intentado quitaros de encima esa etiqueta por los más variados causes, y aún alejándola de vosotros con una mano, os la acercáis con la otra, cada motivo que dais para demostrar que no “sois”, acaba demostrando que, infaliblemente, lo “sois”. Lo explicaré de forma muy escueta y concisa, ¿Qué es el darwinismo social? Es la extrapolación de las máximas que estableció Darwin sobre la rivalidad en los animales “irracionales”, a los animales “racionales”. Es decir, Darwin estableció los conceptos de la “selección natural” en base a “la lucha por la vida” y “la supervivencia de los más aptos”, llevada exclusivamente al campo de los animales que él había analizado en las Galápagos, y ahí se acaba su responsabilidad sobre dicha materia (bien es verdad que cuando Huxley y los maltusianos expresaron a abusar de dicha teoría, aplicándola a los humanos, él no ejerció gran oposición al respecto), después toda una cohorte de economistas liberales, empresarios de toda ralea, pioneros eugenistas, imperialistas, y demás usaron dicha teoría como justificación científica de la existencia de “ricos” y “pobres” de la preeminencia de los que se creen “fuertes” sobre lo que son anatemizados como “débiles”. En el campo de las “ciencias naturales” Kropotkin no negó que existiera la competencia, lo que negó, en base las innumerables muestras de simbiótica colaboración, es que la rivalidad fuera “el motor del progreso”, pues era en el “apoyo mutuo” donde él encontraba la fuente del “avance histórico” y de la “evolución de las especies”, humanas o no. Sobre el origen del Darwinismo Social él nos dice: “Se sabe hasta qué punto la fórmula de Darwin, llamada lucha por la existencia, ha sido interpretada por sus partidarios en general, aun por los más inteligentes, tales como Huxley. No hay infamia alguna en la sociedad civilizada o en las relaciones de los blancos con las llamadas “razas inferiores”, o en las del fuerte con el débil, que no pueda encontrar su excusa en ella… hallé que la interpretación de lucha por la existencia en el sentido del grito de guerra: ¡Ay de los vencidos! elevado a la altura de un mandato de la naturaleza revelado por la ciencia, estaba tan profundamente arraigado en este país, que se había convertido poco menos que en dogma”. Cuando Kropotkin anunció su idea de impugnar la influencia del Darwinismo Social por medio de su Apoyo Mutuo, muchos Beates y demás saludaron y aplaudieron la iniciativa pues según ellos “ese era el verdadero Darwinismo”.
El Darwinismo Social es por tanto una interesada interpretación de las ideas de Darwin que lleva a sus partidarios a excusar todas las desigualdades, privilegios y brutalidades “civilizadoras”, en pos de dicha tesis. La idea de que los pobres lo son “porque quieren, porque son inferiores, porque lo merecen”, la idea de que el poderoso debe vigilar su alcancía para impedir que los débiles pongan sus “tiñosas” manos en ella, la idea de que el más desfavorecido no tiene motivo alguno para reclamar o quejarse, es la piedra angular de dicho Darwinismo Social, y Aquiles lo ha plasmado perfectamente con estas palabras: “Además, el hecho de que unos tuvieran menor capacidad no les daría derecho a apoderarse de lo que producen los de mayor capacidad”, es decir: “Mutilados, viejos, niños, y todos los que seáis incapaces de producir ¡PERECED!”… he ahí vuestro beatifico credo. Sois Darwinistas Sociales, partidarios del Liberalismo Salvaje, de las mismas consignas que el Capitalismo más voraz, desde los “cuernos” hasta el “rabo”.
Esto nos decía Tucker (Citado por Rudolf Rocker en su estudio sobre “Los Libertarios Americanos”): “Quiero propiciar esa reciprocidad entre gentes honestas frente al monopolio que, al regimentar a todo el pueblo en su servicio, destruye la independencia personal, la primera base de la reciprocidad. Otra base de ésta es el sentimiento social, el deseo, el placer de obrar socialmente por tanto honestamente, con desinterés… lo que me impide establecer la “comunidad de bienes” es mi negativa a pasar por el comunismo autoritario, pero mi sentir sincero es que los pobres y desvalidos tengan por primera vez sus necesidades saciadas íntegramente, pues confió en que el individuo, una vez librado del peso del monopolio y la ciega productividad capitalista, tienda su mano a su vecino y colaboren en armonía”.
En una de sus conferencias dijo: “Mi vecino no es mi enemigo sino mi amigo, y yo también lo seré de él si ambos reconocemos mutuamente este hecho. Nosotros nos ayudamos para lograr una mejor, más llena y más feliz vida y este servicio aumentaría grandemente si nosotros cesáramos de restringir, estorbar u oprimir a otros. ¿Por qué no podemos estar de acuerdo en que cada cual viva su propia vida, sin transgredir ninguno de nosotros el límite que separa nuestras individualidades?” Mediante este razonamiento la humanidad se encamina al verdadero contrato social, que no se encuentra, tal como Rousseau lo imaginara, en el origen de la sociedad, sino que es el resultado de una larga experiencia social, el fruto de sus tonterías y desastres”.
Tucker no es por tanto el “monstruo insensible” que sus detractores creen, y que sus “falsos defensores” nos muestran, él era un Anarquista cuyo miedo a caer en el absorbente “comunismo de Estado” le llevo a diseñar una alternativa mediante la cual el Individuo no se viera obligado a cederle nada al Gobierno, ni siquiera su propiedad (tal y como defendemos el resto de Anarquistas) el problema surge cuando sus propuestas tocan “cómo” repartirle los “medios de producción” a los trabajadores, “cómo” conquistarlos, y “cómo” interactuar con ellos, es en eso en lo que la mayoría de los Anarquistas lo pensamos equivocado, pero igual que creemos que lo estuvo Bakunin, y tantos otros (para Malatesta lo estaba Kropotkin, y para Bakunin lo estaba Proudhon, la idea es que sean los propios individuos los que escojan, o mejor, creen, su propio sistema económico).
Armand nos decía, con mucha razón, que: “La solidaridad forzada no merece tal nombre”, este planteamiento que tanto os gusta os parece la “piedra de toque” de vuestro “fagocitador sistema caníbal”, decís: “Los anarquistas no creen que se pueda obligar a nadie a hacer lo que no quiera, ni siquiera a actuar “bien”, así que nadie puede obligarme a echarle una cuerda a esos niños que se están ahogando”, cierto, pero en base al mismo planteamiento ¡Vosotros tampoco podéis impedir que los demás deseen ayudar a sus congéneres!, y he ahí el deleznable error de vuestros planteamientos, vuestro sistema impide, imposibilita, anula y coarta cualquier intento de ejercer la solidaridad desinteresada, pues basándose en una “competencia perpetua” cuyo fin en si mismo es garantizar el lucro, y cuyo infundido “factor equilibrador” consiste en “perpetuar la propia competencia” impide que nadie pueda desviar porción alguna de sus “beneficios” para ayudar a nadie, en pos de ninguna clase de altruismo para sus semejantes, pues según las leyes de esa “competencia centrifuga”, dedicar cualquier porción alícuota de lo retribuido a cualquier otra función lejos de la propia manutención, o del propio enriquecimiento, mediante al porcentaje que debe ponerse en circulación para poder seguir siendo competitivo por medio de la compra y venta de materias primas (o elaboradas si ya no hablamos de producir, sino de especular), supone el suicidio de cualquiera que intente ejercitar cualquier actividad filantrópica, pues el productor deja de ser competitivo, y obtiene así su propia miseria y la de su familia, siendo entonces él el que se hace merecedor de ayuda.
“¡Si quiere ser “solidario” que aumente la producción, y si le es imposible trabajar más de lo que lo hace que muera junto con los “pobres” a los que tanto cariño les tiene!” es este vuestro grito de guerra, la imposibilidad real y material de ayudar a nadie. Habláis de “Voluntad”, de “Individualidad”, y de “Libertad”, pero estas palabras se vuelven huecas en vuestras fariseas bocas, en base a esos tres conceptos no queréis ayudar a los demás, pero ¿Por qué vuestro sistema me impide que Yo, también en base a esos tres conceptos, pueda ayudar a los demás? Vuestro sistema supone una carga extra y lesiva para todos aquellos que pretendan ayudar a los demás, retirando un dividendo del “mercado competitivo” para ayudar a otros, busco y obtengo mi propia ruina, así que si no quiero sumirme en la más acuciante pobreza, tendré que dejar que los demás, enfermos mentales o imposibilitados físicos, ancianos sin familia, niños abandonados, mueran deshidratados y de inanición ante mis propios ojos, independientemente de lo que me dicte mi propia sensibilidad.
En el sistema Comunista Libertario, como se demostró en el 36, nadie esta obligado a ayudar a los demás, quién quiera trabajar individualmente, y consumir individualmente, está en su perfecto derecho, intercambiara si le place con el resto de la comunidad para poder obtener productos más diversos de los que él mismo produce, y se convivirá en perfecta armonía, así lo afirmaba Montseny: “Los derechos del individuo a la soledad, si así lo desea, al trabajo solitario, si sus inclinaciones a ello le llevan, son siempre reconocidos”, pero ¿Se reconoce en vuestro sistema el derecho al trabajo común y a la puesta en común de lo producido, a que se establezca la propiedad colectiva sobre los medios de producción y sobre los bienes de consumo, a ceder una parte de lo producido por dicha colectividad a quienes no pueden producir y que por el mero hecho de existir ya tienen derecho a consumir todo cuanto prolongue su propia vida? En vuestro sistema se hace imposible la solidaridad, el apoyo mutuo, la manutención de las personas imposibilitadas para producir, en vuestro sistema se coarta la Voluntad de ayudar, se aniquila la Individualidad de quién quiera ser solidario, se escarnece la Libertad de quién se proponga hacer justicia mediante la socialización de los bienes de consumo.
En nuestro sistema sois libres de no ser solidarios, en el vuestro se nos impide serlo. He ahí la diferencia de quienes promueven y defienden la Libertad, la Voluntad y la Individualidad.
En otros orden de cosas las diferencias siguen siendo primordiales, aún en los errores más estúpidos e injustificables de Tucker, el sabía encontrar una “válvula de escape” proporcionada por su sensibilidad, aún defendiendo el “comercio de la seguridad” (una forma de autoridad no contemplada por él), pues confiaba en que esta “seguridaD2 fuera cada vez menos necesaria. Él mostraba una profunda confianza en el Individuo, y una profundad sensibilidad hacía los sufrientes, la cuestión social tenía un gran peso en él, cosa que vosotros no tocáis, si atacaba la “caridad”, era porque según sus palabras quería: “Solidaridad y Justicia”, porque tal y como nos contaba: “Yo he leído u oído en alguna parte acerca de una inscripción colocada en cierta institución caritativa:
"Este hospicio fue construido por una persona pía,
aunque primero fabricó los pobres que lo habitan."
Y me parece a mí que eso es lo que pasa con nuestras prisiones. Ellas están llenas de delincuentes que nuestro virtuoso estado ha creado con sus leyes inicuas, sus monopolios destructivos y las horribles condiciones sociales que son su resultado. Nosotros creamos leyes que fabrican criminales y después las utilizamos para castigarlos”.
En sus discursos solo se oyen referencias a los “pobres” y a la “pobreza”, a la “miseria” y los “desposeídos”, a los “desvalidos”, a la “clase más pobre y numerosa”, utilizando siempre este recurrente término de Proudhon, en vuestros mensajes tales cosas “brillan por su ausencia”, no defendéis vuestro sistema económico en pos de una sensibilidad Anarquista que pretenda erradicar la “miseria”, solo usáis la Anarquía como una herramienta que, tal y como pensaban los “liberales radicales” y determinados “utilitaristas”, os permitan culminar vuestras ambiciones económicas, os habéis planteado: “¿En que sistema se nos daría rienda suelta para todos nuestros manejos capitalistas?... ah, la Anarquía”, sin daros cuenta de que un Anarquista nunca consentirá doblar el espinazo ante otra encarnación Autoritaria, y es eso lo que vosotros pretendéis, no esperéis por tanto ningún acto de genuflexión por nuestra parte, sino queremos someternos a Nadie, es porque esperamos que tampoco Nadie se someta a nosotros, es ante tal planteamiento ante el que os reveláis como auténticos Capitalistas.
He aquí una última reflexión, y te conminaría a que, si crees que puedes contestarla, lo intentaras antes con las dos que has dejado pendientes, un esfuerzo más y demostraras a todos tu desconocimiento supino sobre lo que “crees” patrocinar y sobre lo que en realidad “propagas”Ahora he de trabajar, si, ese “extraño verbo” que a base de que lo hagan otros te hará rico. Maña seguiremos si no estas muy “cansado”.
He aquí la reflexión: “Y esto nos lleva a la última parte del mensaje, aquel que desvela vuestro verdadero rostro y que, aunque intentáis resistiros a ello, os incrusta en las filas del DARWINISMO SOCIAL. No gastare más saliva en este aspecto, habéis intentado quitaros de encima esa etiqueta por los más variados causes, y aún alejándola de vosotros con una mano, os la acercáis con la otra, cada motivo que dais para demostrar que no “sois”, acaba demostrando que, infaliblemente, lo “sois”. Lo explicaré de forma muy escueta y concisa, ¿Qué es el darwinismo social? Es la extrapolación de las máximas que estableció Darwin sobre la rivalidad en los animales “irracionales”, a los animales “racionales”. Es decir, Darwin estableció los conceptos de la “selección natural” en base a “la lucha por la vida” y “la supervivencia de los más aptos”, llevada exclusivamente al campo de los animales que él había analizado en las Galápagos, y ahí se acaba su responsabilidad sobre dicha materia (bien es verdad que cuando Huxley y los maltusianos expresaron a abusar de dicha teoría, aplicándola a los humanos, él no ejerció gran oposición al respecto), después toda una cohorte de economistas liberales, empresarios de toda ralea, pioneros eugenistas, imperialistas, y demás usaron dicha teoría como justificación científica de la existencia de “ricos” y “pobres” de la preeminencia de los que se creen “fuertes” sobre lo que son anatemizados como “débiles”. En el campo de las “ciencias naturales” Kropotkin no negó que existiera la competencia, lo que negó, en base las innumerables muestras de simbiótica colaboración, es que la rivalidad fuera “el motor del progreso”, pues era en el “apoyo mutuo” donde él encontraba la fuente del “avance histórico” y de la “evolución de las especies”, humanas o no. Sobre el origen del Darwinismo Social él nos dice: “Se sabe hasta qué punto la fórmula de Darwin, llamada lucha por la existencia, ha sido interpretada por sus partidarios en general, aun por los más inteligentes, tales como Huxley. No hay infamia alguna en la sociedad civilizada o en las relaciones de los blancos con las llamadas “razas inferiores”, o en las del fuerte con el débil, que no pueda encontrar su excusa en ella… hallé que la interpretación de lucha por la existencia en el sentido del grito de guerra: ¡Ay de los vencidos! elevado a la altura de un mandato de la naturaleza revelado por la ciencia, estaba tan profundamente arraigado en este país, que se había convertido poco menos que en dogma”. Cuando Kropotkin anunció su idea de impugnar la influencia del Darwinismo Social por medio de su Apoyo Mutuo, muchos Beates y demás saludaron y aplaudieron la iniciativa pues según ellos “ese era el verdadero Darwinismo”.
El Darwinismo Social es por tanto una interesada interpretación de las ideas de Darwin que lleva a sus partidarios a excusar todas las desigualdades, privilegios y brutalidades “civilizadoras”, en pos de dicha tesis. La idea de que los pobres lo son “porque quieren, porque son inferiores, porque lo merecen”, la idea de que el poderoso debe vigilar su alcancía para impedir que los débiles pongan sus “tiñosas” manos en ella, la idea de que el más desfavorecido no tiene motivo alguno para reclamar o quejarse, es la piedra angular de dicho Darwinismo Social, y Aquiles lo ha plasmado perfectamente con estas palabras: “Además, el hecho de que unos tuvieran menor capacidad no les daría derecho a apoderarse de lo que producen los de mayor capacidad”, es decir: “Mutilados, viejos, niños, y todos los que seáis incapaces de producir ¡PERECED!”… he ahí vuestro beatifico credo. Sois Darwinistas Sociales, partidarios del Liberalismo Salvaje, de las mismas consignas que el Capitalismo más voraz, desde los “cuernos” hasta el “rabo”.
Esto nos decía Tucker (Citado por Rudolf Rocker en su estudio sobre “Los Libertarios Americanos”): “Quiero propiciar esa reciprocidad entre gentes honestas frente al monopolio que, al regimentar a todo el pueblo en su servicio, destruye la independencia personal, la primera base de la reciprocidad. Otra base de ésta es el sentimiento social, el deseo, el placer de obrar socialmente por tanto honestamente, con desinterés… lo que me impide establecer la “comunidad de bienes” es mi negativa a pasar por el comunismo autoritario, pero mi sentir sincero es que los pobres y desvalidos tengan por primera vez sus necesidades saciadas íntegramente, pues confió en que el individuo, una vez librado del peso del monopolio y la ciega productividad capitalista, tienda su mano a su vecino y colaboren en armonía”.
En una de sus conferencias dijo: “Mi vecino no es mi enemigo sino mi amigo, y yo también lo seré de él si ambos reconocemos mutuamente este hecho. Nosotros nos ayudamos para lograr una mejor, más llena y más feliz vida y este servicio aumentaría grandemente si nosotros cesáramos de restringir, estorbar u oprimir a otros. ¿Por qué no podemos estar de acuerdo en que cada cual viva su propia vida, sin transgredir ninguno de nosotros el límite que separa nuestras individualidades?” Mediante este razonamiento la humanidad se encamina al verdadero contrato social, que no se encuentra, tal como Rousseau lo imaginara, en el origen de la sociedad, sino que es el resultado de una larga experiencia social, el fruto de sus tonterías y desastres”.
Tucker no es por tanto el “monstruo insensible” que sus detractores creen, y que sus “falsos defensores” nos muestran, él era un Anarquista cuyo miedo a caer en el absorbente “comunismo de Estado” le llevo a diseñar una alternativa mediante la cual el Individuo no se viera obligado a cederle nada al Gobierno, ni siquiera su propiedad (tal y como defendemos el resto de Anarquistas) el problema surge cuando sus propuestas tocan “cómo” repartirle los “medios de producción” a los trabajadores, “cómo” conquistarlos, y “cómo” interactuar con ellos, es en eso en lo que la mayoría de los Anarquistas lo pensamos equivocado, pero igual que creemos que lo estuvo Bakunin, y tantos otros (para Malatesta lo estaba Kropotkin, y para Bakunin lo estaba Proudhon, la idea es que sean los propios individuos los que escojan, o mejor, creen, su propio sistema económico).
Armand nos decía, con mucha razón, que: “La solidaridad forzada no merece tal nombre”, este planteamiento que tanto os gusta os parece la “piedra de toque” de vuestro “fagocitador sistema caníbal”, decís: “Los anarquistas no creen que se pueda obligar a nadie a hacer lo que no quiera, ni siquiera a actuar “bien”, así que nadie puede obligarme a echarle una cuerda a esos niños que se están ahogando”, cierto, pero en base al mismo planteamiento ¡Vosotros tampoco podéis impedir que los demás deseen ayudar a sus congéneres!, y he ahí el deleznable error de vuestros planteamientos, vuestro sistema impide, imposibilita, anula y coarta cualquier intento de ejercer la solidaridad desinteresada, pues basándose en una “competencia perpetua” cuyo fin en si mismo es garantizar el lucro, y cuyo infundido “factor equilibrador” consiste en “perpetuar la propia competencia” impide que nadie pueda desviar porción alguna de sus “beneficios” para ayudar a nadie, en pos de ninguna clase de altruismo para sus semejantes, pues según las leyes de esa “competencia centrifuga”, dedicar cualquier porción alícuota de lo retribuido a cualquier otra función lejos de la propia manutención, o del propio enriquecimiento, mediante al porcentaje que debe ponerse en circulación para poder seguir siendo competitivo por medio de la compra y venta de materias primas (o elaboradas si ya no hablamos de producir, sino de especular), supone el suicidio de cualquiera que intente ejercitar cualquier actividad filantrópica, pues el productor deja de ser competitivo, y obtiene así su propia miseria y la de su familia, siendo entonces él el que se hace merecedor de ayuda.
“¡Si quiere ser “solidario” que aumente la producción, y si le es imposible trabajar más de lo que lo hace que muera junto con los “pobres” a los que tanto cariño les tiene!” es este vuestro grito de guerra, la imposibilidad real y material de ayudar a nadie. Habláis de “Voluntad”, de “Individualidad”, y de “Libertad”, pero estas palabras se vuelven huecas en vuestras fariseas bocas, en base a esos tres conceptos no queréis ayudar a los demás, pero ¿Por qué vuestro sistema me impide que Yo, también en base a esos tres conceptos, pueda ayudar a los demás? Vuestro sistema supone una carga extra y lesiva para todos aquellos que pretendan ayudar a los demás, retirando un dividendo del “mercado competitivo” para ayudar a otros, busco y obtengo mi propia ruina, así que si no quiero sumirme en la más acuciante pobreza, tendré que dejar que los demás, enfermos mentales o imposibilitados físicos, ancianos sin familia, niños abandonados, mueran deshidratados y de inanición ante mis propios ojos, independientemente de lo que me dicte mi propia sensibilidad.
En el sistema Comunista Libertario, como se demostró en el 36, nadie esta obligado a ayudar a los demás, quién quiera trabajar individualmente, y consumir individualmente, está en su perfecto derecho, intercambiara si le place con el resto de la comunidad para poder obtener productos más diversos de los que él mismo produce, y se convivirá en perfecta armonía, así lo afirmaba Montseny: “Los derechos del individuo a la soledad, si así lo desea, al trabajo solitario, si sus inclinaciones a ello le llevan, son siempre reconocidos”, pero ¿Se reconoce en vuestro sistema el derecho al trabajo común y a la puesta en común de lo producido, a que se establezca la propiedad colectiva sobre los medios de producción y sobre los bienes de consumo, a ceder una parte de lo producido por dicha colectividad a quienes no pueden producir y que por el mero hecho de existir ya tienen derecho a consumir todo cuanto prolongue su propia vida? En vuestro sistema se hace imposible la solidaridad, el apoyo mutuo, la manutención de las personas imposibilitadas para producir, en vuestro sistema se coarta la Voluntad de ayudar, se aniquila la Individualidad de quién quiera ser solidario, se escarnece la Libertad de quién se proponga hacer justicia mediante la socialización de los bienes de consumo.
En nuestro sistema sois libres de no ser solidarios, en el vuestro se nos impide serlo. He ahí la diferencia de quienes promueven y defienden la Libertad, la Voluntad y la Individualidad.
En otros orden de cosas las diferencias siguen siendo primordiales, aún en los errores más estúpidos e injustificables de Tucker, el sabía encontrar una “válvula de escape” proporcionada por su sensibilidad, aún defendiendo el “comercio de la seguridad” (una forma de autoridad no contemplada por él), pues confiaba en que esta “seguridaD2 fuera cada vez menos necesaria. Él mostraba una profunda confianza en el Individuo, y una profundad sensibilidad hacía los sufrientes, la cuestión social tenía un gran peso en él, cosa que vosotros no tocáis, si atacaba la “caridad”, era porque según sus palabras quería: “Solidaridad y Justicia”, porque tal y como nos contaba: “Yo he leído u oído en alguna parte acerca de una inscripción colocada en cierta institución caritativa:
"Este hospicio fue construido por una persona pía,
aunque primero fabricó los pobres que lo habitan."
Y me parece a mí que eso es lo que pasa con nuestras prisiones. Ellas están llenas de delincuentes que nuestro virtuoso estado ha creado con sus leyes inicuas, sus monopolios destructivos y las horribles condiciones sociales que son su resultado. Nosotros creamos leyes que fabrican criminales y después las utilizamos para castigarlos”.
En sus discursos solo se oyen referencias a los “pobres” y a la “pobreza”, a la “miseria” y los “desposeídos”, a los “desvalidos”, a la “clase más pobre y numerosa”, utilizando siempre este recurrente término de Proudhon, en vuestros mensajes tales cosas “brillan por su ausencia”, no defendéis vuestro sistema económico en pos de una sensibilidad Anarquista que pretenda erradicar la “miseria”, solo usáis la Anarquía como una herramienta que, tal y como pensaban los “liberales radicales” y determinados “utilitaristas”, os permitan culminar vuestras ambiciones económicas, os habéis planteado: “¿En que sistema se nos daría rienda suelta para todos nuestros manejos capitalistas?... ah, la Anarquía”, sin daros cuenta de que un Anarquista nunca consentirá doblar el espinazo ante otra encarnación Autoritaria, y es eso lo que vosotros pretendéis, no esperéis por tanto ningún acto de genuflexión por nuestra parte, sino queremos someternos a Nadie, es porque esperamos que tampoco Nadie se someta a nosotros, es ante tal planteamiento ante el que os reveláis como auténticos Capitalistas.
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Ad hominem.El Hombre Guillotina escribió:pero ni siguieras has demostrado estar dotado de dicha capacidad
Defiendes la más rancia Autoridad, pues donde prevalece la presión del dinero, del hambre, y de la propia subsistencia se establece la misma obligación autoritaria que se establece con la fuerza Bruta. Ordenar hacer esto o aquello, en base a “mi propiedad” o a la “tuya”, en base al “credo capitalista” que defiendes, o al “comunista autoritario” que defienden otros supone la misma clase de Autoridad, ni siquiera hay una diferencia de grado, no puede calibrarse cuantificación diferencial alguna pues en ambos casos es un poder el que ahoga la Libertad.
AaA escribió:mi ideal establece que el trabajador pueda trabajar su propio medio de producción.
Ad hominem.Nada de lo que has dicho ha salido por Boca de Tucker, incapaz de citar, menos aún de comprender o analizar por ti mismo, achacas a los demás tus propias deficiencias,
Y yo.Tucker no creían en un mundo “con vagas aspiraciones de ser un poco mejor” creía en un mundo igualitario, en el que el precio no excediera el coste, el mercado fuera justo, y se aboliera el lucro, el interés y la renta,
Falso, Tucker creía en un mundo en el que los medios de producción pertenecieran a quienes los trabajaran.y en el que los medios de producción le pertenecieran a todos los trabajadores…
Que débiles? Por cierto, de tus citas de Tucker y Warren:para ti la primera premisa solo es valida en función de que “los débiles no le falten el respeto a mi Propiedad” (Autoridad mediante)
Incluso en la parte esa de la abolición del dinero.la propiedad privado solo quedaría como garantía de que nadie, autoridad o persona alguna, tendría derecho de inferir a arrebatar las posesiones personales ajenas
Que? Que intenten igualarse a lo que les plazca. Lo que no toleraré es que un ente (llámese Estado, llámese asamblea) nos iguale a todos a la fuerza.ni intenten igualarse a “Mi” (bello concepto de equidad),
La igualdad del precio al costo en un libre mecado se dará por mucho que yo pretenda enriquecerme. Por eso defiendo el libre mercado.de que el precio de costo sea una lejana meta siempre y cuando no repercuta en las ganancias que yo decido como fabricante
Y luego me bañaré en lágrimas de niños.y que los demás, “guerra social” mediante, demandan mientras se abren la cabeza para llenarse el estomago,
Por que mi mercado es hipotéticamente libre pero imposiblemente justo?de un mercado hipotéticamente libre, pero imposiblemente Justo,
Yo lo que propongo es que la gente use dinero si quiere, que elija el dinero que quiere usar o no lo use. Lo que parece producirte "horror vacui" (que suena muy bien, pero no tengo ni idea de lo que significa) a ti es que la gente pueda elegir más allá de lo que tu consideras libertad.pues la desaparición, aún paulatina del dinero como factor de cambio, te ocasiona: Autentico “horror vacui” de Burgués,
Ad hominem, como todo el párrafo.y que el lucro, y la demás trinidad usurera se mantenga, pues ni siquiera debes saber lo que son, tu precario conocimiento económico se basa en “bolsillo lleno”, “bolsillo vacío”, solo que quieres lo primero para ti, y lo otro para el resto.
Desde luego. Quieres que a ti te sean robados los frutos de tu trabajo?Quieres Ley que haga valer tu Propiedad,
Que? No quiero ninguna autoridad!Autoridad que impida las bifurcaciones de tu Mercado abusivo,
No quiero tal cosa. Quiero que la gente que ha accedido voluntariamente (es decir, pudiendo haber no elegido esos contratos sin morirse de hambre) a unos contratos los cumpla.Poder que impida desobedecer al Patrón,
No quiero Estado. Tendrás que demostrar lo contrario.QUIERES ESTADO, pero te asusta el nombre.
Ad hominem, ofensivo además, como todo tu mensaje.Rectifico, ni siquiera llegas a los fangos de la “filosofía autoritaria”, eres autoritario, pero de “charanga”.
Luego, no hay nada voluntario en el mundo.Sobre la Voluntariedad: Desconocéis diametralmente lo que significa el concepto de “Voluntariedad”… voluntario, queridos, es aquello que se hace sin que medie coacción, obligación, premio o castigo de ninguna especie, voluntario es todo aquello que, si no tuvieras ninguna presión externa para realizarla, harías igualmente.
El resto de tu mensaje se asemeja más al discurso de un profeta que a una discusión, y creo que queda contestado con lo que te he dicho anteriormente.
Ah, y cuida tus formas, que en ningún momento he atacado a tu persona.
Edit: tu otro mensaje, para otro rato. Aunque desde ya espero que no se me siga llamando autoritario, estatista, corto o a atacar a mi persona de cualquier forma.

Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
AaA, que eres un autoritario de mercado, un estatista de charanga, y tan corto como para ser incapaz de asimilar lo que significa el anarquismo, está claro. Lo que no eres, desde luego, es anarquista. Eres incapaz, tú y tu panda, de asimilar integralmente al anarquismo, y por eso ese burdo intento de fraccionarlo e intrumentalizarlo para que sirva a intereses capitalistas. Se confunden los medios con fines, lo circunstancial con lo intencional. Leguleyos que leen literalmente los textos que sacralizan de forma interesada y sin respetar el espíritu de la letra.
Otra cuestión son todos esos ejemplos preindustriales con los que se nos pretende vender la moto del productivismo. Antes de seguir, ya que voy a entrar en terrenos que son especialidad de los primitivistas, aclararle a Aquitania y Pablo (A) que los primitivistas defenderían el regreso a un comunismo primitivo, luego serían socialistas... a su manera. Otra cosa es que consideren inevitable el colapso de la civilización actual, y que no pueden hacer nada por evitar el genocidio consecuente. Desde luego, no defienden la propiedad privada. Tras las aclaraciones del Hombre Guillotina, el individualismo parece que también queda englobado como socialismo, así que finalmente tengo que coincidir con Pablo (A).
Como decía, los ultraliberales nos suelen poner ejemplos preindustriales y ahistóricos para vendernos su mercancía. Pueden ser dos náufragos en una isla desierta, o el trabajo de un herrero. Estos casos se caracterizan por ser trabajos de carácter artesanal, y hace uso de herramientas, no máquinas. El producto del trabajo realizado con posesiones personales, como pueda ser una herramienta, sería una posesión personal. Todos esos ejemplos quedan anulados para ser extrapolados a la generalidad de la productividad de la sociedad industrial en su conjunto, como defensa de la propiedad privada de los medios de producción. Si no hay acumulación en el trabajo artesano individual, no puede haber capitalismo.
He aquí la gran estupidez de estos diletantes.
¿Qué es lo que diferencia a la sociedad capitalista? La Máquina. Ése es el medio de producción. No sólo consiste en unas cuantas tuercas y tornillos. Es el reloj que rige nuestra vida. Es la forma deshumanizada de relacionarnos con los demás. Son los atascos que sufrimos para llegar al puesto de explotación. La máquina es el Capital, el Estado, el Sistema.
Esas tuercas y tornillos, esos medios de producción, ya están en manos privadas. Y actualmente son el resultado de un proceso de perfeccionamiento y competencia que ha arrasado países y esquilmado recursos. Pretender repetir ese proceso requeriría otro Planeta, otra Humanidad y otra Historia. Desde luego, quienes no pueden llegar a fin de mes, difícilmente podrán adquirir la personalidad, los recursos, y la organización requeridas para semejante labor. Ya Tucker lo dice, es demasiado tarde.
La expropiación de los medios de producción, no puede ser para el lucro personal, porque siendo las máquinas productos sociales, sus productos deben quedar en manos de la colectividad.
Resumidamente: el producto del trabajo personal con herramientas, dado que cada persona sólo puede producir de forma limitada sin poder acumular capital, entrará generalmente en el terreno de las posesiones personales. El producto del trabajo colectivo, porque no puede ser de otra manera, con máquinas, esto es, medios de producción, es colectivo. Los medios de producción no pueden ser una propiedad privada, porque de lo contrario se estaría robando a la sociedad en su conjunto. Su único destino en una sociedad anarquista es su colectivización.
A partir de aquí, lo que se quiera hacer con las posesiones y las colectivizaciones dependerá del criterio anarquista que se adopte.
En ningún caso se pueden hacer extrapolaciones de los mercadillos de posesiones como pueda haber defendido el mutualismo en su día, a los intercambios de productos entre colectivizaciones. El trabajo industrial es colectivo, en ningún caso individual.
Con esto espero haber liquidado una de las falacias de los ultraliberales.
Otra cuestión son todos esos ejemplos preindustriales con los que se nos pretende vender la moto del productivismo. Antes de seguir, ya que voy a entrar en terrenos que son especialidad de los primitivistas, aclararle a Aquitania y Pablo (A) que los primitivistas defenderían el regreso a un comunismo primitivo, luego serían socialistas... a su manera. Otra cosa es que consideren inevitable el colapso de la civilización actual, y que no pueden hacer nada por evitar el genocidio consecuente. Desde luego, no defienden la propiedad privada. Tras las aclaraciones del Hombre Guillotina, el individualismo parece que también queda englobado como socialismo, así que finalmente tengo que coincidir con Pablo (A).
Como decía, los ultraliberales nos suelen poner ejemplos preindustriales y ahistóricos para vendernos su mercancía. Pueden ser dos náufragos en una isla desierta, o el trabajo de un herrero. Estos casos se caracterizan por ser trabajos de carácter artesanal, y hace uso de herramientas, no máquinas. El producto del trabajo realizado con posesiones personales, como pueda ser una herramienta, sería una posesión personal. Todos esos ejemplos quedan anulados para ser extrapolados a la generalidad de la productividad de la sociedad industrial en su conjunto, como defensa de la propiedad privada de los medios de producción. Si no hay acumulación en el trabajo artesano individual, no puede haber capitalismo.
He aquí la gran estupidez de estos diletantes.
¿Qué es lo que diferencia a la sociedad capitalista? La Máquina. Ése es el medio de producción. No sólo consiste en unas cuantas tuercas y tornillos. Es el reloj que rige nuestra vida. Es la forma deshumanizada de relacionarnos con los demás. Son los atascos que sufrimos para llegar al puesto de explotación. La máquina es el Capital, el Estado, el Sistema.
Esas tuercas y tornillos, esos medios de producción, ya están en manos privadas. Y actualmente son el resultado de un proceso de perfeccionamiento y competencia que ha arrasado países y esquilmado recursos. Pretender repetir ese proceso requeriría otro Planeta, otra Humanidad y otra Historia. Desde luego, quienes no pueden llegar a fin de mes, difícilmente podrán adquirir la personalidad, los recursos, y la organización requeridas para semejante labor. Ya Tucker lo dice, es demasiado tarde.
La expropiación de los medios de producción, no puede ser para el lucro personal, porque siendo las máquinas productos sociales, sus productos deben quedar en manos de la colectividad.
Resumidamente: el producto del trabajo personal con herramientas, dado que cada persona sólo puede producir de forma limitada sin poder acumular capital, entrará generalmente en el terreno de las posesiones personales. El producto del trabajo colectivo, porque no puede ser de otra manera, con máquinas, esto es, medios de producción, es colectivo. Los medios de producción no pueden ser una propiedad privada, porque de lo contrario se estaría robando a la sociedad en su conjunto. Su único destino en una sociedad anarquista es su colectivización.
A partir de aquí, lo que se quiera hacer con las posesiones y las colectivizaciones dependerá del criterio anarquista que se adopte.
En ningún caso se pueden hacer extrapolaciones de los mercadillos de posesiones como pueda haber defendido el mutualismo en su día, a los intercambios de productos entre colectivizaciones. El trabajo industrial es colectivo, en ningún caso individual.
Con esto espero haber liquidado una de las falacias de los ultraliberales.
- Si quieres tener una visión del futuro, imagina una bota pisoteando un rostro humano... para siempre.
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Esto es increíble. Le hace varias pedazo de intervenciones, y ni se las lee pero se permite comentar "tienen mucha paja". Cuando se ha molestado en desmenuzar para tí todo lo que parece que no has leído sobre Tucker. A ver si te aclaras: ¿justo precio sí o permites la especulación, la usura, el mercado negro? No puedes sostener una cosa y su contraria y quedarte tan pancho...
Y débiles, los mismos débiles a los que tú no estás obligado a dar limosna. Y tu comercio no puede ser libre y a la vez justo porque ya te has pasado por el forro las recomendaciones de Tucker sobre la usura, el costo y el justo-precio
"horror vacui" se decía cuando una pared estaba vacía y se intentaba rellenar con decoración, como en los portales de las Catedrales, que tienen todo el espacio labrado. En este caso, como es horror ante lo vacío de tus fundamentos, parece adecuado aunque ni siquiera sepas lo que es.
Por cierto, creo que tampoco entiendes lo que es un ad-hominem: si yo digo que tus pensamientos son una gilipollez, no es un ad-hominem. Lo sería si dijese "Pedrito no dice más que gilipolleces", pues te estaría descartando tan sólo por ser quien eres. Y no, lo hago en base a lo que estás expresando.
y ya volver a explicarte la voluntareidad de un contrato de mierda con un patrono explotador me parecería demasiado. Ya mucha paciencia me paez que tiene El Hombre Guillotina pa volver a copiarte los posts que ni te has molestado en leer atnes de criticar.
Y si, hay trabajo voluntario. Fíjate que incluso hay voluntariado
Deja tú de insultar a la inteligencia, y búscate en un diccionario los latinajos antes de aplicarlos tan gratuitamente, anda.
de ad-hominem, nada. Creo que careces de comprensión lectora. Te saltas interesadamente las explicaciones detalladas que te dan, sigues exigiendo respuestas a cosas que te han sido respondidas y no respetas en absoluto el curro que se meten los demás pa contestarte, hecho aparte de que defiendes una cosa y su contraria sin despeinarte. Y esto no lo decimos "porque seas tú", sino por loq ue estás demostrando aquí en el foro.pero ni siguieras has demostrado estar dotado de dicha capacidad
Ad hominem.
Y débiles, los mismos débiles a los que tú no estás obligado a dar limosna. Y tu comercio no puede ser libre y a la vez justo porque ya te has pasado por el forro las recomendaciones de Tucker sobre la usura, el costo y el justo-precio
"horror vacui" se decía cuando una pared estaba vacía y se intentaba rellenar con decoración, como en los portales de las Catedrales, que tienen todo el espacio labrado. En este caso, como es horror ante lo vacío de tus fundamentos, parece adecuado aunque ni siquiera sepas lo que es.
Por cierto, creo que tampoco entiendes lo que es un ad-hominem: si yo digo que tus pensamientos son una gilipollez, no es un ad-hominem. Lo sería si dijese "Pedrito no dice más que gilipolleces", pues te estaría descartando tan sólo por ser quien eres. Y no, lo hago en base a lo que estás expresando.
y ya volver a explicarte la voluntareidad de un contrato de mierda con un patrono explotador me parecería demasiado. Ya mucha paciencia me paez que tiene El Hombre Guillotina pa volver a copiarte los posts que ni te has molestado en leer atnes de criticar.
Y si, hay trabajo voluntario. Fíjate que incluso hay voluntariado
Deja tú de insultar a la inteligencia, y búscate en un diccionario los latinajos antes de aplicarlos tan gratuitamente, anda.
kuando los ke mandan pierden la vergüenza, los ke obedecen pierden el respeto
Re: Expulsión de todos los ultraliberales o anarcocapitalistas
Para Xell:
El trabajo industrial puede ser colectivo, de acuerdo, pero confinado al colectivo que lo trabajó y no a toda una zona geográfica, asamblea o lo que sea. Por lo tanto, el medio de producción debe ser propiedad privada de aquellos que lo trabajen y el producto de su trabajo, también de ellos.
Una cosa es que sea colectivo de los que lo trabajan, y otra que sea colectivo de todo el que pasa por ahí.
A Kolokada la contesto luego.
El trabajo industrial puede ser colectivo, de acuerdo, pero confinado al colectivo que lo trabajó y no a toda una zona geográfica, asamblea o lo que sea. Por lo tanto, el medio de producción debe ser propiedad privada de aquellos que lo trabajen y el producto de su trabajo, también de ellos.
Una cosa es que sea colectivo de los que lo trabajan, y otra que sea colectivo de todo el que pasa por ahí.
A Kolokada la contesto luego.
