ETA marxista????
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Invitado
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may day
Los de "Iraultza" creo q eran gente cercana a EMK (el MCE vasco)
Dice Koulnikov. Ya. Y el PP es de centro.
A "subversivo":
Euskadi es un pueblo oprimido. Su lengua y su cultura son atacadas permanentemente.
Los obreros vascos están tan explotados como sus vecinos de España o Francia, Marruecos o Portugal. Pero mientras que un obrero de Soria no sufre opresion nacional uno de Baiona sí.
Falange Auténtica no es racista aunque suene muy raro.
Dice Koulnikov. Ya. Y el PP es de centro.
A "subversivo":
Euskadi es un pueblo oprimido. Su lengua y su cultura son atacadas permanentemente.
Los obreros vascos están tan explotados como sus vecinos de España o Francia, Marruecos o Portugal. Pero mientras que un obrero de Soria no sufre opresion nacional uno de Baiona sí.
- subversivo
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A may day: bueno may day, acabas de darme la razón en que, desde el punto de vista económico, un obrero vasco no está ni más ni menos explotado, al menos por REGLA GENERAL, que ningún otro obrero español, por ejemplo. Si ya no les queda el argumento económico, ¿cuál les queda? ¿Sus costumbres, lengua, etc.? Entonces no estamos ante un marxista, sino ante un patriota. Para un verdadero revolucionario no creo que sea importante la lengua ni la cultura del país en el que viva ni siquiera resaltar éstas ante la de los demás países, sino el acercamiento entre culturas, el mestizaje y el cosmopolitismo, LA LIBERTAD. La revolución NO ENTIENDE DE FRONTERAS. Yo hablo de personas, y tú me hablas de folclore nacional... Pues yo me meo en el castellano, en la paella, en el flamenco, en el jamón de jabugo y en los toros... ¿O es que es un requisito imprescindible de todo revolucionario defender a la madre patria y las costumbres propias de ésta?A "subversivo":
Euskadi es un pueblo oprimido. Su lengua y su cultura son atacadas permanentemente.
Los obreros vascos están tan explotados como sus vecinos de España o Francia, Marruecos o Portugal. Pero mientras que un obrero de Soria no sufre opresion nacional uno de Baiona sí.
Desde mi punto de vista, ignoro si alguna vez no fue así, pero E.T.A. hace mucho más hincapié en la independencia de Euskadi que en el socialismo...
Y ése que dice que E.T.A. es marxista será el mismo que piensa que el PSOE es socialista y obrero, ¿o no? jaja... en fin, en fin...
Salud
ORGANÍZATE Y LUCHA.
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Habló Subversivo por la emancipación de los desposeídos.
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Invitado
confundicísimos. los GRAPO son marxistas-leninistas-maoístas y se consideran como tal. Su lucha, en teoría, es por el bien de la clase obrera (no de ninguna nación en especial). En su mente son la vanguardia del proletariado revolucionario organizado. No sé cuantos más grupos armados marxistas hubo en los 70. De iraultxa me acabo de enterar ahora.Anonymous escribió:Si ETA no es marxista entonces los GRAPO tampoco? jsuajsuaj que confundica está la gente
ETA por el contrario fue marxista de liberación nacional en su época. Bueno, creo que había 3 ETAs o más. Una de ellas era trotskista (ETA IV Asamblea - Zutik) otra medio maoista (ETA - politico-militar) y otra, la oficial, más nacionalista que marxista, que fue la que triunfó sobre las demás etas.
Resumiendo, como las ETAs marxistas se han disuelto, sólo queda la que es más nacionalista que ha ido abandonando con el tiempo su marxismo. Por contra, a los GRAPO nunca se ha visto que hayan dejado de lado su ideología. Siguen llamándose comunistas revolucionarios y todo eso.
- subversivo
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Vale, tú crees que lo que hubo en rusia fue comunismo, que lo que hay en cuba es comunismo, que el marxismo es nacionalista... mmm ¿alguna burrada más?comunismo y patriotismo van de la mano, lee un poco mas a marx, lennin, sobre suba (patria o muerte), sobre CCCP (la grtan madre rusia), el comunismo marxista es estatalista y necesita el patriotismo como forma de religión de sus estados, sin el patriotismo sus estados no se sostienen
Karl Marx: "Los obreros no tienen patria"
Sin nada más que añadir, nos vemos en la victoria.
Salud
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Pongo un documento que os puede resultar interesante pare el tema.
Autobiografía política de José Miguel Beñaran Ordeñana ("Argala") incluye un relato de los avatares de ETA en los años sesenta y primeros setenta y su decisiva aportación teórica sobre la integración en una sola de las luchas por la independencia de Euskal Herria y por la revolución socialista.
http://www.marxists.org/espanol/argala/argala1.htm
Autobiografía política de José Miguel Beñaran Ordeñana ("Argala") incluye un relato de los avatares de ETA en los años sesenta y primeros setenta y su decisiva aportación teórica sobre la integración en una sola de las luchas por la independencia de Euskal Herria y por la revolución socialista.
http://www.marxists.org/espanol/argala/argala1.htm
"El motor de la historia no es ni nunca fue la lucha de clases, como la contrarevolucion marxista difunde erroneamente, si no las patatas fritas." Bakunin, "Cartas desde Baviera"
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Invitado
MARXISMO = PATRIOTISMO
¿QUÉ DICEN LOS AUTORES MARXISTAS SOBRE LA CUESTION NACIONAL?
A) Marx y Engels
Marx y Engels son los primeros en unir la liberación de las clases y sectores oprimidos por la explotación económica y la liberación de las naciones sojuzgadas. Muchos anticomunistas interpretan torcidamente la frase del Manifiesto Comunista ?los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen? (El Manifiesto del Partido Comunista. Hay muchas ediciones disponibles. Nosotros hemos empleado la de las Obras Escogidas de Progreso, Moscú, 1973, p. 127).
Bajo el capitalismo l@s obrer@s no tienen ni patria ni poder ni medios de producción ni nada; son la clase oprimida y para liberarse deben ?en primer lugar conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, elevarse a la condición de clase nacional?. Marx y Engels aspiran a sociedades donde la Nación no se identifique con las castas gobernantes o con oligarquías poderosas, sino con la clase trabajadora. Vuelve a repetir esta idea central en otra de sus obras: ?El desarrollo del proletariado industrial está condicionado, en general, por el desarrollo de la burguesía industrial. Bajo la dominación de ésta, adquiere aquél una existencia a escala nacional QUE PUEDE ELEVAR SU REVOLUCION A REVOLUCION NACIONAL? (Las luchas de clases en Francia de 1840 a 1850, Progreso, Moscú, 1979, p. 38).
Aboliendo el capitalismo explotador se abole la opresión nacional: ?En la misma medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra. Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí?. Estas frases geniales sitúan a sus autores entre los pensadores más destacados de la libertad nacional. Pero no se limitaron a escribirlas. Lucharon activamente durante toda su vida en contra de la opresión de las naciones sojuzgadas de su época a manos de los grandes imperios. En un congreso de la Iª Internacional Obrera en 1866 Marx defiende una Polonia independiente de Rusia. Engels en 1882 escribe que Polonia debe dejar de estar sometida y dividida para que su clase obrera pueda desarrollarse.
El escritor comunista inglés Ralph Fox, que murió combatiendo heroicamente contra los franquistas españoles en las Brigadas Internacionales, escribió que ?ningún historiador burgués ha ofrecido jamás una visión tan real y terrible de este proceso de despoblamiento de todo un país (Irlanda), la tentativa de exterminio completo de una gran nacionalidad, como lo ha hecho Marx... ¿Qué ocurría en Irlanda? Marx lo explica muy claramente. Un nuevo y gigantesco proceso de saqueo. En el siglo XVII, el pueblo irlandés estaba sufriendo el saqueo por los colonialistas ingleses de sus propiedades en su propia tierra. A mediados del siglo XIX continuaban siendo saqueados, y además, a fines de siglo, más de la mitad obligados a abandonar para siempre su país...
En los años 50, Marx hizo que se conociera ampliamente la postura de Irlanda a través de sus artículos en la prensa alemana y norteamericana. Especial atención prestó a la atención en pro de los derechos de los arrendatarios, denunciando todo el sistema terrateniente inglés?. (Marx, Engels y Lenin sobre Irlanda, VOSA, Madrid, 1985, pp 22, 25, 29).
Marx y Engels distinguen en sus planteamientos dos nacionalismos diferentes: el de la burguesía explotadora que busca perpetuar su dominación sobre otra nación o que busca impedir la lucha revolucionaria de la clase obrera; y el del pueblo trabajador oprimido y explotado. El sociólogo marxista francés Henri Lefebre (que visitó Bilbo hace años invitado por IPES) estudia en una obra suya la distinción irreconciliable entre el nacionalismo burgués y/o fascista y el patriotismo revolucionario (Le nationalisme contre les nations, primera edición en 1939, la última conocida en 1988).
El sentimiento nacional es ambivalente: tiene una interpretación revolucionaria y otra reaccionaria. Lefebre, siguiendo a Marx, interpreta la reaccionaria: ?la deificación de la nación permite evitar el análisis preciso, objetivo de la realidad nacional y de los intereses nacionales en el marco europeo y mundial, y confundir el interés de la reacción política con el del país?. Estudiando el caso francés, constata que la propaganda fascista sobre la nación se ha impuesto en ocasiones a la solidaridad de clase porque la conciencia de clase ha sido a menudo presentada por los marxistas de manera idealista, como una conciencia espontánea cuando en realidad debe ser construida mediante una lucha incesante contra el individualismo y el nacionalismo.
Los comunistas de EHK tomamos nota y, como dicen nuestros camaradas de Iruña, reforzaremos el ?Orgullo Proletario?, el orgullo de pertenecer a la clase que todo lo produce y que todo lo tiene que cambiar porque ?sólo tiene que perder sus cadenas?.
La necesidad de comunidad es más amplia y más difusa que la solidaridad de clase por el hecho de supervivencias biológicas, místicas y patriarcales. Su tesis central es que la lucha de clases se identifica con la construcción de la comunidad nacional popular. Pero que es el destino de las clases medias, que han sido empobrecidas sin por ello llegar a proletarizarse, el que confiere a la nación una indudable realidad sustancial. Reflexión útil para el caso vasco.
Henri Lefebre simpatizaba con la solución dada por la Revolución Bolchevique a la cuestión nacional. Pero insistiendo en Marx, éste ya denunció el uso demagogógico que en su época (también en ésta) hacen las grandes potencias imperialistas del derecho de autodeterminación, de los derechos nacionales o de lo que en su época se conocía como ?principio de las nacionalidades? para asegurar su dominio.
El jesuita vasco Gotzon Garate escribe en un tratado al respecto: ?Con ironía hace notar Marx que el principio de las nacionalidades sirve de excusa a Rusia para que ninguna otra nación se inmiscuya en los asuntos de las nacionalidades eslavas, y finalmente éstas hagan valer su condición de hermanos de raza para formar un gran imperio paneslavo a las órdenes de Moscú?. (Marx y los nacionalismos separatistas, San Miguel, Bilbao, 1974, p. 126).
Hoy el ?principio de las nacionalidades? es utilizado arbitrariamente por el imperialismo yanki y alemán para doblegar las independencias de los Pueblos e imponer estados satélites.
El secretario de la Internacional Comunista y primer presidente de la Bulgaria socialista, Jorge Dimitrov, ya recordaba en 1935 el verdadero sentido que daba Marx a la cuestión nacional: ?Los intereses de la lucha de clases del proletariado contra los explotadores y opresores patrios no están en pugna con los intereses de un porvenir libre y feliz de la nación. Al contrario: la revolución socialista será la salvación de la nación. Y le abrirá el camino para un auge más esplendoroso... los comunistas de la nación opresora tampoco podrán hacer lo que es necesario para educar a las masas trabajadoras de su nación en el espíritu del internacionalismo si no libran su lucha decidida contra la política de opresión de su 'propia' burguesía, por el derecho de la completa autodeterminación de las naciones esclavizadas por ellas... pues como enseñaba Marx, el pueblo que oprime a otros pueblos jamás puede ser libre?. (?Informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista?, Realitat, num. 3 i 4, Barcelona, 1987, pp 97 y 98).
Es cierto que la única referencia que hace Engels a los vascos no es muy elogiosa. Al citar a lo que él considera ?restos de nación pisoteados despiadadamente por la marcha de la historia? nos incluye a ?los vascos en España, seguidores de Don Carlos? (Citado por Gotzon Garate, p. 167).
Pensamos que es necesario un análisis materialista correcto de las insurrecciones populares vascas dirigidas por los carlistas del siglo pasado. Análisis que ya fue correctamente realizado por ETA hace muchos años: ?Las masas campesinas, pequeño burguesas y preproletarias veían los Fueros de la clase dominante como cosa suya y podían sentir el liberalismo español como una efectiva invasión extranjera y a los liberales bilbainos y donostiarras como traidores, como beltzak... El contenido real de aquella lucha, lejos de ser la conservación de la independencia nacional vasca, estaba condenada a ser el de un fuerismo pro-feudal, inseparablemente unido al destino del representante mas reaccionario de la extranjera corona española... Mientras que la lucha de los patriotas vascos actuales es UNA LUCHA REVOLUCIONARIA, la de los combatientes carlistas era contrarrevolucionaria con todas sus consecuencias?. (?Hacia una estrategia revolucionaria vasca?, K. De Zunbeltz, Iraultza, nº1, Bruselas, pp 60 y 65).
Por eso precisamente la lucha actual se inspira en las verdades universales formuladas por Marx y Engels y por eso Engels no veía con buenos ojos la orientación de aquella.
B) Lenin
El combatiente más incansable por los derechos nacionales de los Pueblos (y, además, por la unidad indestructible de todo el proletariado mundial) de todas las épocas ha sido Vladimir Ilich Lenin. Es cierto que Marx y Engels no profundizaron en una visión abstracta y acabada sobre la cuestión nacional (tampoco hicieron una definición científica de las clases sociales y nadie duda de su compromiso con la emancipación de la clase obrera y de todos los explotados). Sin embargo, Lenin otorga una gran preocupación teórica y política a este tema y se impone en duros debates a otros compañeros revolucionarios de grandes méritos, pero que se equivocaron en no dar a la cuestión la importancia que tiene. En 1912 Lenin observa en su exilio en la ciudad polaca de Cracovia, cuando Polonia era un estado vasallo del imperio ruso, la dominación nacional que sufren los polacos y le hace este comentario a su compañero Stalin: ?Los polacos detestan a Rusia y no sin razón. No podemos ignorar la fuerza de su sentimiento nacional. Nuestra revolución deberá tratarlos con mucho cuidado e incluso autorizarles a romper con Rusia si es necesario?. (Citado por el autor troskista Isaac Deutscher en su obra Staline, Gallimard, París, 1953, p.156).
Lenin le sugirió a Stalin en ese momento la redacción de su obra El marxismo y la cuestión nacional de la que hablaremos después. Lenin depura sus posiciones en polémica con otros revolucionarios de su época. En 1912 escribe Notas críticas sobre el problema nacional en el que defiende que el programa marxista sobre este tema incluye dos puntos principales: ?Primero, defiende la igualdad de derechos de las naciones y de los idiomas (y también el derecho de autodeterminación...) y considera inadmisible la existencia de cualesquiera privilegios en este aspecto; segundo, propugna el principio del internacionalismo?. (Notas críticas sobre el problema nacional, Progreso, Moscú, 1979).
Lenin establece una posición dialéctica y justa que une ambos principios y que aborda la cuestión nacional desde el punto de vista de la lucha de clase. Dice también: ?Si el marxista ucraniano se deja llevar por su odio, muy legítimo y natural, a los opresores rusos, hasta el extremo de hacer extensiva aunque sólo sea una particula de ese odio, aunque sólo sea cierto distanciamiento, a la cultura proletaria y a la causa proletaria de los obreros rusos, ese marxista irá a parar a la charca del nacionalismo burgués. Del mismo modo se deslizará el marxista ruso a la charca del nacionalismo no sólo burgués, sino también ultrarreaccionario, si olvida, aunque sea por un instante, la reivindicación de la plena igualdad de derechos para los ucranianos o el derecho de éstos a constituirse en Estado independiente? Idem pp. 19 y 20.
Este análisis es fácilmente extrapolable a la Euskal Herria del 2000, en la que existen algunos patriotas vascos que chapotean en la charca citada, mientras que toda Izquierda Unida-PCE navega con velas desplegadas en las asquerosas ciénagas del españolismo reaccionario.
En 1914 Lenin escribe el folleto Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación en lucha dialéctica con la revolucionaria Rosa Luxemburgo (cuya memoria de mártir de la clase obrera alemana europea asesinada por la socialdemocracia traidora saludamos) que no considera conveniente luchar por el citado derecho. Lenin establece con claridad la posición al respecto: ?Por autodeterminación de las naciones se entiende su separación estatal de las colectividades de nacionalidad extraña, se entiende la formación de un Estado nacional independiente?. (Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación, Progreso, Moscú, 1975, p. 7).
En ese trabajo, Lenin ajusta cuentas con Trotski que desde 1903 llevaba atacando sus posiciones y acusándole de ?burócrata?: ?Trotski presta verdaderamente un mal servicio a ciertos admiradores de Rosa Luxemburgo cuando...?... Los marxistas polacos consideran que el derecho a la autodeterminación nacional carece en absoluto de contenido político y debe ser suprimido del programa?. ¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! En ninguna parte, si no es ?en conversaciones particulares? (es decir, sencillamente en chismes, de los que siempre vive Trotski) ha podido encontrar pruebas para incluir a los ?marxistas polacos? en general, entre los partidarios de cada artículo de Rosa Luxemburgo. Trotski ha presentado a los ?marxistas polacos? como gentes sin honor y sin conciencia, que no saben siquiera respetar sus convicciones y el programa de su partido ¡El servicial Trotski!... Jamás, ni en un solo problema serio del marxismo, ha tenido Trotski opinión firme, siempre ?se ha metido por la rendija? de tales o cuáles divergencias, pasándose de un campo a otro? Idem, pp.53 y 54.
En 1916 le replica al trotskista ucraniano Piatakov que rechaza el derecho de autodeterminación en el artículo ?Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista? en el que escribe: ?La autodeterminación de las naciones es lo mismo que la lucha por la liberación nacional completa, por la independencia completa?. (Recopilado en Contra la guerra imperialista, Progreso, Moscú, 1978, p. 216).
Cuando triunfa la Revolución, la dominación brutal del imperialismo zarista ruso es sustituida por la liberación nacional y social y por la aplicación total del derecho a la autodeterminación. Una muestra: El gobierno revolucionario en 1918 hace esta declaración ?A todos los trabajadores musulmanes de Rusia y de Oriente? que lleva la firma de Lenin y Stalin: ?Musulmanes de Rusia, Tártaros del Volga y de Crimea, Kirgizos y Kazajos, Turcos y Tártaros de Transcaucasia, Chechenos y Montañeses de Ingushetia y todos cuyas mezquitas y centros de oración han sido destruidos, cuyas creencias y costumbres han sido pisoteadas por los zares y los opresores de Rusia: vuestras creencias y vuestras costumbres, vuestras instituciones nacionales y culturales son desde ahora libres e inviolables. Organizad vuestra vida nacional en la más completa libertad. ¡Es vuestro derecho! Sabed que vuestros derechos y los de todos los pueblos de Rusia están bajo la protección poderosa de la revolución y de sus órganos, los Soviets de obreros, de soldados y de campesinos?.
Tras la revolución, Piatakov sigue dándole la vara a Lenin con que la autodeterminación es un ?lema burgués?. Lenin le responde con otra frase genial: ?Nos dicen que Rusia será dividida, que se deshará en repúblicas separadas, pero no hay razón para que ello nos asuste. Por muchas repúblicas independientes que haya, no nos asustaremos; lo que es importante para nosotros no es por donde pase la frontera del Estado, sino que la unión de los trabajadores de todas las naciones se conserve para la lucha contra la burguesía de cualquier nación?. Es lo que hoy repetimos a los españoles progresistas que tiemblan porque se deshaga la vieja España monarco-reaccionaria. La independencia de Euskal-Herria dará paso a una mayor estrecha unidad de la clase obrera combativa de ambos pueblos (libre de la desconfianza, la división y hasta el odio que generan las relaciones de dominación) y a mayores derrotas de la burguesía imperialista y rapaz.
C) Stalin
La oleada contrarrevolucionaria mundial, bien apoyada por izquierdistas arrepentidos, ha hecho de Stalin un ?autor maldito? a pesar de que su obra, antes citada, no sólo es una referencia mundial indudable sino que en los 80 JARRAI compró decenas de ejemplares de la misma a la casa editorial correspondiente para que todos sus futuros militantes la estudiasen (si alguien piensa que contamos un cuento que le escriban una carta al preso político vasco Jose Antonio Enbeita ?GORRI? preguntándoselo).
Abordamos este tema con la brillante ayuda de un gran historiador francés amigo de la causa vasca, Pierre Vilar, presente en el gran cincuentenario del bombardeo de Gernika en 1987, organizado por el MLNV junto a otras fuerzas sociales y políticas:
«Un subterráneo terrorismo intelectual impulsa a pedir perdón por citar a Stalin. Esto quizá pueda explicarse, pero lo que no tiene explicación posible es que haya que encararse cualquier texto de Stalin con el ceño fruncido. El peor método a seguir si se quiere juzgar a un hombre es tomarle por tonto y no es lícito, en cualquier caso, transgredir las reglas elementales de la crítica por propia conveniencia, como hace el historiador americano Richard Pipe... Según él, cuando Lenin, en diciembre de 1912, encargó a Stalin un artículo sobre la nación fue por azar y en ausencia de Shumian, el verdadero experto, ya que Stalin no había escrito nada sobre el tema por entonces. ¡Y la mayoría de los historiadores... dan la razón a Pipes pregonando su talla de erudito! Basta abrir las Obras Completas de Stalin ?que no son inencontrables (están en la Biblioteca central de la UPV en el campus de Leioa; nota nuestra)- para encararse... con un largo artículo fechado en 1904 y titulado: ¿Cómo entiende la socialdemocracia la cuestión nacional? Y preguntarse en consecuencia cuál es el método de trabajo de los historiadores. Artículo fundamental que explica por qué Lenin, en carta a Gorki (febrero de 1913) le hable de un ?maravilloso georgiano? que trabaja en el problema nacional...»
«Sus apreciaciones coinciden con las de Lenin: hay que luchar contra la opresión del Estado y no a favor de la ideología nacionalista. Hay que proclamar el derecho al ?divorcio? y no la obligación de divorciarse. Corresponde a las nacionalidades demostrar su madurez. No hay nación en sí sino conciencias en formación según diversos grados de exigencia política».
«Ante tales constataciones, ¿cómo sorprenderse de que en 1913 Lenin encargue a Stalin un artículo ?teórico? sobre la ?nación?, rebatiendo a los ?austro-marxistas?? Siempre, según Pipes, es un tópico afirmar que Lenin no quedó muy satisfecho del artículo y hay varios indicios al respecto. Pero se olvida uno: en 1917, Lenin confió a Stalin la ?Comisaría de las nacionalidades?» (?Sobre los fundamentos de las estructuras nacionales?, Realitat, num 3 i 4, Barcelona, 1987, pp. 38, 39 y 40).
Y, ejerciendo de comisario del Pueblo de las nacionalidades, Stalin dijo a los socialdemócratas finlandeses en 1917: ?Se da plena libertad de determinar su propia vida a los finlandeses al igual que a los otros pueblos de Rusia?. En 1921 Stalin reconoció una amplia autonomía, la restitución de las tierras incautadas por los zares a los campesinos y la ?chariah? musulmana a los Pueblos musulmanes del norte del Caúcaso y éstos reciprocamente crearon la República Soviética de los Montañeses que incluía la actual Chechenia (masacrada por el neozarismo capitalista de Eltsin-Putin), Ingushetia, Osetia y otros territorios.
Nos interesa subrayar que los intelectuales progresistas más serios y menos sumisos al totalitarismo burgués consideran que la obra de Stalin El Marxismo y la cuestión nacional es una aportación clásica y, por tanto, de permanente actualidad. Además de los citados Henri Lefebre y Pierre Vilar, dos sociólogos vascos inscritos en la izquierda abertzale han reconocido que ?nadie pone en duda la personalidad de Stalin en los asuntos concernientes al problema nacional? y su ?reputación como autoridad respetable en dicha materia? Paulo Iztueta, Jokin Apalategi, (El marxismo y la cuestión nacional vasca, Itxaropena, Zarauz, 1977, pp. 41,43,44).
El historiador inglés Eric Hobsbawn (hoy el más prestigioso) reconoce que la obra citada de Stalin ?ejerció mucha influencia internacional, no sólo entre los comunistas, sino sobre todo en el mundo dependiente? y estima que la definición que en ella Stalin da de la nación ?es problablemente la más conocida? (Naciones y nacionalismo desde 1780, Crítica, Barcelona, 1997, pp. 10 y 13).
La definición en cuestión es esta: ?La nación es una comunidad humana, estable, históricamente constituida, de idioma, territorio, vida económica y formación psíquica que se traduce en una comunidad de cultura?.
Existe otra posición de Stalin que nos parece útil en la actualidad. La que se refiere a la necesidad que tiene ?el proletariado de las naciones dominantes de prestar un apoyo resuelto y activo al movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos?. Stalin se pregunta si es necesario apoyar indiscriminadamente a todos. Su respuesta es que sólo a ?los que tienden a debilitar y derrocar el imperialismo y no a mantenerlo y consolidarlo? (Principios del leninismo, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1969, p. 75).
Es claro que los movimientos mafiosos y fascistas que han tomado el poder en ex repúblicas socialistas, como por ejemplo los llamados ?frentes populares? bálticos de hace 10 años, los integristas procapitalistas en Chechenia y Bosnia, el dictador proOTAN de Georgia Shevarnadze (antiguo dirigente del PCUS en la época de Gorbachov), los neonazis en Croacia, los terroristas a sueldo de la OTAN del antiguo ?Ejército de Liberación de Kosovo?, etc. y otros movimientos de extrema derecha como el Vlaams Block flamenco y la Liga del Norte italiana y el archifeudal y oscurantista movimiento del Dalai Lama tibetano, empleado como ariete contra China Popular, no sólo no merecen apoyo sino el rechazo más activo de todos los antiimperialistas y antifascistas. En cambio auténticos movimientos de liberación como el Frente Polisario, el Frente Popular de Liberación de Palestina, el Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista, los patriotas libaneses antisionistas, el movimiento republicano irlandés en sus diversas vertientes, los patriotas comunistas gallegos y catalanes, el movimiento corso, el movimiento revolucionario de liberación de los negros norteamericanos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la Revolución Cubana, las masas yugoslavas e irakíes antiimperialistas, los movimientos indígenas y campesinos del Ecuador, los lumumbistas congoleños, el Nuevo Ejército del Pueblo de Filipinas y otros muchos más, merecen un activo apoyo solidario. También hemos observado cómo antiguos movimientos de liberación optan por diversas razones por la vía de la claudicación y el paso a las filas enemigas. Es el caso de alguna antigua guerrilla colombiana (M-19), de la burguesía palestina en torno a Arafat y recientemente el triste caso del PKK y su líder Ocalan. Véase al respecto el clarificador artículo ?El doble drama del pueblo kurdo? publicado en Resumen Latinoamericano nº 45, enero-febrero del 2000.
Cuando esto se produce, de manera automática dejan de ser sujetos de solidaridad internacionalista. Lamentamos que, a pesar de la experiencia de estos últimos años, aún no se haya instalado en toda la izquierda abertzale esta simple y clara reflexión, lo que le ha llevado a dar tumbos, a aislarse y a meter la pata a menudo.
D) James Connoly y otros
Las luchas de liberación nacional más importantes del siglo XX han sido dirigidas por luchadores inspirados en el marxismo. En Palestina George Habache y Nayef Hawatme, en Sahara Occidental Mohamed Lamine, en Guinea Amilcar Cabral, en Ghana N´Krumah, en Surinam Anton de Kom, Charles Balagne en Guadalupe, Camille Sylvestre en Martinica, en Argelia Houari Boumediene, en Angola Agostinho Neto, en Vietnam Ho Chi Minh y Phan Van Dong, en Mozambique Samora Machel, en Birmania Aun Sang, en Corea Kim Il Sung, en la India Manabendra Roy y tantos y tantos más, conocidos y anónimos. Los Partidos Comunistas luchan activa y militarmente contra la dominación nacional y colonial de los pueblos de Chipre (años 20 y 30), Irak (30), Siria (20 y 30), Sudán (40), Indonesia (20 y 30), Vietnam (de los 30 a los 70), Laos y Kampuchea (años 60 y 70), China (40), India (30 y 40), Malasia (50), Líbano (70) y otros, sin contar las luchas armadas contra la dominación nazi-fascista en la II Guerra Mundial en Europa.
Pero queremos detenernos particularmente en el pensamiento y la lucha de los revolucionarios más cercanos. En Irlanda está la gran figura de James Connoly, el primer marxista que unió la lucha de liberación nacional irlandesa con la lucha por el socialismo. En todos los países donde viven oriundos de Irlanda hay asociaciones fundadas en honor de James Connoly. Luchó contra el desmembramiento de Irlanda. En su trabajo La Reconquista de Irlanda (1914) expuso los métodos usados por la burguesía anglo-irlandesa para evitar la alianza entre los trabajadores protestantes y la población católica castigada y empobrecida. Era partidario de unir al movimiento obrero. Otros trabajos suyos son La clase obrera en la historia de Irlanda (1910) y la biografía del jefe de la insurrección de 1798 Wolfe Tone. El Movimiento Republicano Socialista Irlandés, formado por la organización armada INLA, el Partido Socialista Republicano Irlandés (IRSP) y los prisioneros de guerra socialistas republicanos, se considera heredero de James Connoly. Fue ejecutado por los imperialistas británicos en 1916 tras la insurrección independentista de Pascua en Dublín.
En Córcega destacan dos figuras: Simon Jean Vinciguerra, gran intelectual en lengua corsa y resistente antifascista, miembro del Partido Comunista. Escribió: ?Hay que recordar que la lengua francesa nos ha sido impuesta, que es la lengua de los que nos gobiernan... En una lengua está todo el alma y el espíritu de un pueblo. ¡Y nosotros, corsos, somos un Pueblo!?. Y Jean Nicoli. Resistente comunista a la invasión fascista de Córcega. Salvajemente asesinado por los fascistas en agosto de 1943. En la última carta a sus hijos dice ?Muero por Córcega y por el Partido?. En la Galiza de nuestros días destaca Mariano Abalo, ex secretario general de la Union do Pobo Galego que rompe con esta organización y con el BNG cuando se impone la línea socialdemócrata y crea el Partido Comunista de Liberación Nacional y la Frente Popular Galega. Ha sido alcalde de Cangas del Morrazo, fiel siempre a la solidaridad internacionalista con la lucha del Pueblo Vasco.
¿QUÉ DICEN LOS AUTORES MARXISTAS SOBRE LA CUESTION NACIONAL?
A) Marx y Engels
Marx y Engels son los primeros en unir la liberación de las clases y sectores oprimidos por la explotación económica y la liberación de las naciones sojuzgadas. Muchos anticomunistas interpretan torcidamente la frase del Manifiesto Comunista ?los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen? (El Manifiesto del Partido Comunista. Hay muchas ediciones disponibles. Nosotros hemos empleado la de las Obras Escogidas de Progreso, Moscú, 1973, p. 127).
Bajo el capitalismo l@s obrer@s no tienen ni patria ni poder ni medios de producción ni nada; son la clase oprimida y para liberarse deben ?en primer lugar conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase nacional, constituirse en nación, elevarse a la condición de clase nacional?. Marx y Engels aspiran a sociedades donde la Nación no se identifique con las castas gobernantes o con oligarquías poderosas, sino con la clase trabajadora. Vuelve a repetir esta idea central en otra de sus obras: ?El desarrollo del proletariado industrial está condicionado, en general, por el desarrollo de la burguesía industrial. Bajo la dominación de ésta, adquiere aquél una existencia a escala nacional QUE PUEDE ELEVAR SU REVOLUCION A REVOLUCION NACIONAL? (Las luchas de clases en Francia de 1840 a 1850, Progreso, Moscú, 1979, p. 38).
Aboliendo el capitalismo explotador se abole la opresión nacional: ?En la misma medida en que sea abolida la explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación por otra. Al mismo tiempo que el antagonismo de las clases en el interior de las naciones, desaparecerá la hostilidad de las naciones entre sí?. Estas frases geniales sitúan a sus autores entre los pensadores más destacados de la libertad nacional. Pero no se limitaron a escribirlas. Lucharon activamente durante toda su vida en contra de la opresión de las naciones sojuzgadas de su época a manos de los grandes imperios. En un congreso de la Iª Internacional Obrera en 1866 Marx defiende una Polonia independiente de Rusia. Engels en 1882 escribe que Polonia debe dejar de estar sometida y dividida para que su clase obrera pueda desarrollarse.
El escritor comunista inglés Ralph Fox, que murió combatiendo heroicamente contra los franquistas españoles en las Brigadas Internacionales, escribió que ?ningún historiador burgués ha ofrecido jamás una visión tan real y terrible de este proceso de despoblamiento de todo un país (Irlanda), la tentativa de exterminio completo de una gran nacionalidad, como lo ha hecho Marx... ¿Qué ocurría en Irlanda? Marx lo explica muy claramente. Un nuevo y gigantesco proceso de saqueo. En el siglo XVII, el pueblo irlandés estaba sufriendo el saqueo por los colonialistas ingleses de sus propiedades en su propia tierra. A mediados del siglo XIX continuaban siendo saqueados, y además, a fines de siglo, más de la mitad obligados a abandonar para siempre su país...
En los años 50, Marx hizo que se conociera ampliamente la postura de Irlanda a través de sus artículos en la prensa alemana y norteamericana. Especial atención prestó a la atención en pro de los derechos de los arrendatarios, denunciando todo el sistema terrateniente inglés?. (Marx, Engels y Lenin sobre Irlanda, VOSA, Madrid, 1985, pp 22, 25, 29).
Marx y Engels distinguen en sus planteamientos dos nacionalismos diferentes: el de la burguesía explotadora que busca perpetuar su dominación sobre otra nación o que busca impedir la lucha revolucionaria de la clase obrera; y el del pueblo trabajador oprimido y explotado. El sociólogo marxista francés Henri Lefebre (que visitó Bilbo hace años invitado por IPES) estudia en una obra suya la distinción irreconciliable entre el nacionalismo burgués y/o fascista y el patriotismo revolucionario (Le nationalisme contre les nations, primera edición en 1939, la última conocida en 1988).
El sentimiento nacional es ambivalente: tiene una interpretación revolucionaria y otra reaccionaria. Lefebre, siguiendo a Marx, interpreta la reaccionaria: ?la deificación de la nación permite evitar el análisis preciso, objetivo de la realidad nacional y de los intereses nacionales en el marco europeo y mundial, y confundir el interés de la reacción política con el del país?. Estudiando el caso francés, constata que la propaganda fascista sobre la nación se ha impuesto en ocasiones a la solidaridad de clase porque la conciencia de clase ha sido a menudo presentada por los marxistas de manera idealista, como una conciencia espontánea cuando en realidad debe ser construida mediante una lucha incesante contra el individualismo y el nacionalismo.
Los comunistas de EHK tomamos nota y, como dicen nuestros camaradas de Iruña, reforzaremos el ?Orgullo Proletario?, el orgullo de pertenecer a la clase que todo lo produce y que todo lo tiene que cambiar porque ?sólo tiene que perder sus cadenas?.
La necesidad de comunidad es más amplia y más difusa que la solidaridad de clase por el hecho de supervivencias biológicas, místicas y patriarcales. Su tesis central es que la lucha de clases se identifica con la construcción de la comunidad nacional popular. Pero que es el destino de las clases medias, que han sido empobrecidas sin por ello llegar a proletarizarse, el que confiere a la nación una indudable realidad sustancial. Reflexión útil para el caso vasco.
Henri Lefebre simpatizaba con la solución dada por la Revolución Bolchevique a la cuestión nacional. Pero insistiendo en Marx, éste ya denunció el uso demagogógico que en su época (también en ésta) hacen las grandes potencias imperialistas del derecho de autodeterminación, de los derechos nacionales o de lo que en su época se conocía como ?principio de las nacionalidades? para asegurar su dominio.
El jesuita vasco Gotzon Garate escribe en un tratado al respecto: ?Con ironía hace notar Marx que el principio de las nacionalidades sirve de excusa a Rusia para que ninguna otra nación se inmiscuya en los asuntos de las nacionalidades eslavas, y finalmente éstas hagan valer su condición de hermanos de raza para formar un gran imperio paneslavo a las órdenes de Moscú?. (Marx y los nacionalismos separatistas, San Miguel, Bilbao, 1974, p. 126).
Hoy el ?principio de las nacionalidades? es utilizado arbitrariamente por el imperialismo yanki y alemán para doblegar las independencias de los Pueblos e imponer estados satélites.
El secretario de la Internacional Comunista y primer presidente de la Bulgaria socialista, Jorge Dimitrov, ya recordaba en 1935 el verdadero sentido que daba Marx a la cuestión nacional: ?Los intereses de la lucha de clases del proletariado contra los explotadores y opresores patrios no están en pugna con los intereses de un porvenir libre y feliz de la nación. Al contrario: la revolución socialista será la salvación de la nación. Y le abrirá el camino para un auge más esplendoroso... los comunistas de la nación opresora tampoco podrán hacer lo que es necesario para educar a las masas trabajadoras de su nación en el espíritu del internacionalismo si no libran su lucha decidida contra la política de opresión de su 'propia' burguesía, por el derecho de la completa autodeterminación de las naciones esclavizadas por ellas... pues como enseñaba Marx, el pueblo que oprime a otros pueblos jamás puede ser libre?. (?Informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista?, Realitat, num. 3 i 4, Barcelona, 1987, pp 97 y 98).
Es cierto que la única referencia que hace Engels a los vascos no es muy elogiosa. Al citar a lo que él considera ?restos de nación pisoteados despiadadamente por la marcha de la historia? nos incluye a ?los vascos en España, seguidores de Don Carlos? (Citado por Gotzon Garate, p. 167).
Pensamos que es necesario un análisis materialista correcto de las insurrecciones populares vascas dirigidas por los carlistas del siglo pasado. Análisis que ya fue correctamente realizado por ETA hace muchos años: ?Las masas campesinas, pequeño burguesas y preproletarias veían los Fueros de la clase dominante como cosa suya y podían sentir el liberalismo español como una efectiva invasión extranjera y a los liberales bilbainos y donostiarras como traidores, como beltzak... El contenido real de aquella lucha, lejos de ser la conservación de la independencia nacional vasca, estaba condenada a ser el de un fuerismo pro-feudal, inseparablemente unido al destino del representante mas reaccionario de la extranjera corona española... Mientras que la lucha de los patriotas vascos actuales es UNA LUCHA REVOLUCIONARIA, la de los combatientes carlistas era contrarrevolucionaria con todas sus consecuencias?. (?Hacia una estrategia revolucionaria vasca?, K. De Zunbeltz, Iraultza, nº1, Bruselas, pp 60 y 65).
Por eso precisamente la lucha actual se inspira en las verdades universales formuladas por Marx y Engels y por eso Engels no veía con buenos ojos la orientación de aquella.
B) Lenin
El combatiente más incansable por los derechos nacionales de los Pueblos (y, además, por la unidad indestructible de todo el proletariado mundial) de todas las épocas ha sido Vladimir Ilich Lenin. Es cierto que Marx y Engels no profundizaron en una visión abstracta y acabada sobre la cuestión nacional (tampoco hicieron una definición científica de las clases sociales y nadie duda de su compromiso con la emancipación de la clase obrera y de todos los explotados). Sin embargo, Lenin otorga una gran preocupación teórica y política a este tema y se impone en duros debates a otros compañeros revolucionarios de grandes méritos, pero que se equivocaron en no dar a la cuestión la importancia que tiene. En 1912 Lenin observa en su exilio en la ciudad polaca de Cracovia, cuando Polonia era un estado vasallo del imperio ruso, la dominación nacional que sufren los polacos y le hace este comentario a su compañero Stalin: ?Los polacos detestan a Rusia y no sin razón. No podemos ignorar la fuerza de su sentimiento nacional. Nuestra revolución deberá tratarlos con mucho cuidado e incluso autorizarles a romper con Rusia si es necesario?. (Citado por el autor troskista Isaac Deutscher en su obra Staline, Gallimard, París, 1953, p.156).
Lenin le sugirió a Stalin en ese momento la redacción de su obra El marxismo y la cuestión nacional de la que hablaremos después. Lenin depura sus posiciones en polémica con otros revolucionarios de su época. En 1912 escribe Notas críticas sobre el problema nacional en el que defiende que el programa marxista sobre este tema incluye dos puntos principales: ?Primero, defiende la igualdad de derechos de las naciones y de los idiomas (y también el derecho de autodeterminación...) y considera inadmisible la existencia de cualesquiera privilegios en este aspecto; segundo, propugna el principio del internacionalismo?. (Notas críticas sobre el problema nacional, Progreso, Moscú, 1979).
Lenin establece una posición dialéctica y justa que une ambos principios y que aborda la cuestión nacional desde el punto de vista de la lucha de clase. Dice también: ?Si el marxista ucraniano se deja llevar por su odio, muy legítimo y natural, a los opresores rusos, hasta el extremo de hacer extensiva aunque sólo sea una particula de ese odio, aunque sólo sea cierto distanciamiento, a la cultura proletaria y a la causa proletaria de los obreros rusos, ese marxista irá a parar a la charca del nacionalismo burgués. Del mismo modo se deslizará el marxista ruso a la charca del nacionalismo no sólo burgués, sino también ultrarreaccionario, si olvida, aunque sea por un instante, la reivindicación de la plena igualdad de derechos para los ucranianos o el derecho de éstos a constituirse en Estado independiente? Idem pp. 19 y 20.
Este análisis es fácilmente extrapolable a la Euskal Herria del 2000, en la que existen algunos patriotas vascos que chapotean en la charca citada, mientras que toda Izquierda Unida-PCE navega con velas desplegadas en las asquerosas ciénagas del españolismo reaccionario.
En 1914 Lenin escribe el folleto Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación en lucha dialéctica con la revolucionaria Rosa Luxemburgo (cuya memoria de mártir de la clase obrera alemana europea asesinada por la socialdemocracia traidora saludamos) que no considera conveniente luchar por el citado derecho. Lenin establece con claridad la posición al respecto: ?Por autodeterminación de las naciones se entiende su separación estatal de las colectividades de nacionalidad extraña, se entiende la formación de un Estado nacional independiente?. (Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación, Progreso, Moscú, 1975, p. 7).
En ese trabajo, Lenin ajusta cuentas con Trotski que desde 1903 llevaba atacando sus posiciones y acusándole de ?burócrata?: ?Trotski presta verdaderamente un mal servicio a ciertos admiradores de Rosa Luxemburgo cuando...?... Los marxistas polacos consideran que el derecho a la autodeterminación nacional carece en absoluto de contenido político y debe ser suprimido del programa?. ¡El servicial Trotski es más peligroso que un enemigo! En ninguna parte, si no es ?en conversaciones particulares? (es decir, sencillamente en chismes, de los que siempre vive Trotski) ha podido encontrar pruebas para incluir a los ?marxistas polacos? en general, entre los partidarios de cada artículo de Rosa Luxemburgo. Trotski ha presentado a los ?marxistas polacos? como gentes sin honor y sin conciencia, que no saben siquiera respetar sus convicciones y el programa de su partido ¡El servicial Trotski!... Jamás, ni en un solo problema serio del marxismo, ha tenido Trotski opinión firme, siempre ?se ha metido por la rendija? de tales o cuáles divergencias, pasándose de un campo a otro? Idem, pp.53 y 54.
En 1916 le replica al trotskista ucraniano Piatakov que rechaza el derecho de autodeterminación en el artículo ?Sobre la caricatura del marxismo y el economismo imperialista? en el que escribe: ?La autodeterminación de las naciones es lo mismo que la lucha por la liberación nacional completa, por la independencia completa?. (Recopilado en Contra la guerra imperialista, Progreso, Moscú, 1978, p. 216).
Cuando triunfa la Revolución, la dominación brutal del imperialismo zarista ruso es sustituida por la liberación nacional y social y por la aplicación total del derecho a la autodeterminación. Una muestra: El gobierno revolucionario en 1918 hace esta declaración ?A todos los trabajadores musulmanes de Rusia y de Oriente? que lleva la firma de Lenin y Stalin: ?Musulmanes de Rusia, Tártaros del Volga y de Crimea, Kirgizos y Kazajos, Turcos y Tártaros de Transcaucasia, Chechenos y Montañeses de Ingushetia y todos cuyas mezquitas y centros de oración han sido destruidos, cuyas creencias y costumbres han sido pisoteadas por los zares y los opresores de Rusia: vuestras creencias y vuestras costumbres, vuestras instituciones nacionales y culturales son desde ahora libres e inviolables. Organizad vuestra vida nacional en la más completa libertad. ¡Es vuestro derecho! Sabed que vuestros derechos y los de todos los pueblos de Rusia están bajo la protección poderosa de la revolución y de sus órganos, los Soviets de obreros, de soldados y de campesinos?.
Tras la revolución, Piatakov sigue dándole la vara a Lenin con que la autodeterminación es un ?lema burgués?. Lenin le responde con otra frase genial: ?Nos dicen que Rusia será dividida, que se deshará en repúblicas separadas, pero no hay razón para que ello nos asuste. Por muchas repúblicas independientes que haya, no nos asustaremos; lo que es importante para nosotros no es por donde pase la frontera del Estado, sino que la unión de los trabajadores de todas las naciones se conserve para la lucha contra la burguesía de cualquier nación?. Es lo que hoy repetimos a los españoles progresistas que tiemblan porque se deshaga la vieja España monarco-reaccionaria. La independencia de Euskal-Herria dará paso a una mayor estrecha unidad de la clase obrera combativa de ambos pueblos (libre de la desconfianza, la división y hasta el odio que generan las relaciones de dominación) y a mayores derrotas de la burguesía imperialista y rapaz.
C) Stalin
La oleada contrarrevolucionaria mundial, bien apoyada por izquierdistas arrepentidos, ha hecho de Stalin un ?autor maldito? a pesar de que su obra, antes citada, no sólo es una referencia mundial indudable sino que en los 80 JARRAI compró decenas de ejemplares de la misma a la casa editorial correspondiente para que todos sus futuros militantes la estudiasen (si alguien piensa que contamos un cuento que le escriban una carta al preso político vasco Jose Antonio Enbeita ?GORRI? preguntándoselo).
Abordamos este tema con la brillante ayuda de un gran historiador francés amigo de la causa vasca, Pierre Vilar, presente en el gran cincuentenario del bombardeo de Gernika en 1987, organizado por el MLNV junto a otras fuerzas sociales y políticas:
«Un subterráneo terrorismo intelectual impulsa a pedir perdón por citar a Stalin. Esto quizá pueda explicarse, pero lo que no tiene explicación posible es que haya que encararse cualquier texto de Stalin con el ceño fruncido. El peor método a seguir si se quiere juzgar a un hombre es tomarle por tonto y no es lícito, en cualquier caso, transgredir las reglas elementales de la crítica por propia conveniencia, como hace el historiador americano Richard Pipe... Según él, cuando Lenin, en diciembre de 1912, encargó a Stalin un artículo sobre la nación fue por azar y en ausencia de Shumian, el verdadero experto, ya que Stalin no había escrito nada sobre el tema por entonces. ¡Y la mayoría de los historiadores... dan la razón a Pipes pregonando su talla de erudito! Basta abrir las Obras Completas de Stalin ?que no son inencontrables (están en la Biblioteca central de la UPV en el campus de Leioa; nota nuestra)- para encararse... con un largo artículo fechado en 1904 y titulado: ¿Cómo entiende la socialdemocracia la cuestión nacional? Y preguntarse en consecuencia cuál es el método de trabajo de los historiadores. Artículo fundamental que explica por qué Lenin, en carta a Gorki (febrero de 1913) le hable de un ?maravilloso georgiano? que trabaja en el problema nacional...»
«Sus apreciaciones coinciden con las de Lenin: hay que luchar contra la opresión del Estado y no a favor de la ideología nacionalista. Hay que proclamar el derecho al ?divorcio? y no la obligación de divorciarse. Corresponde a las nacionalidades demostrar su madurez. No hay nación en sí sino conciencias en formación según diversos grados de exigencia política».
«Ante tales constataciones, ¿cómo sorprenderse de que en 1913 Lenin encargue a Stalin un artículo ?teórico? sobre la ?nación?, rebatiendo a los ?austro-marxistas?? Siempre, según Pipes, es un tópico afirmar que Lenin no quedó muy satisfecho del artículo y hay varios indicios al respecto. Pero se olvida uno: en 1917, Lenin confió a Stalin la ?Comisaría de las nacionalidades?» (?Sobre los fundamentos de las estructuras nacionales?, Realitat, num 3 i 4, Barcelona, 1987, pp. 38, 39 y 40).
Y, ejerciendo de comisario del Pueblo de las nacionalidades, Stalin dijo a los socialdemócratas finlandeses en 1917: ?Se da plena libertad de determinar su propia vida a los finlandeses al igual que a los otros pueblos de Rusia?. En 1921 Stalin reconoció una amplia autonomía, la restitución de las tierras incautadas por los zares a los campesinos y la ?chariah? musulmana a los Pueblos musulmanes del norte del Caúcaso y éstos reciprocamente crearon la República Soviética de los Montañeses que incluía la actual Chechenia (masacrada por el neozarismo capitalista de Eltsin-Putin), Ingushetia, Osetia y otros territorios.
Nos interesa subrayar que los intelectuales progresistas más serios y menos sumisos al totalitarismo burgués consideran que la obra de Stalin El Marxismo y la cuestión nacional es una aportación clásica y, por tanto, de permanente actualidad. Además de los citados Henri Lefebre y Pierre Vilar, dos sociólogos vascos inscritos en la izquierda abertzale han reconocido que ?nadie pone en duda la personalidad de Stalin en los asuntos concernientes al problema nacional? y su ?reputación como autoridad respetable en dicha materia? Paulo Iztueta, Jokin Apalategi, (El marxismo y la cuestión nacional vasca, Itxaropena, Zarauz, 1977, pp. 41,43,44).
El historiador inglés Eric Hobsbawn (hoy el más prestigioso) reconoce que la obra citada de Stalin ?ejerció mucha influencia internacional, no sólo entre los comunistas, sino sobre todo en el mundo dependiente? y estima que la definición que en ella Stalin da de la nación ?es problablemente la más conocida? (Naciones y nacionalismo desde 1780, Crítica, Barcelona, 1997, pp. 10 y 13).
La definición en cuestión es esta: ?La nación es una comunidad humana, estable, históricamente constituida, de idioma, territorio, vida económica y formación psíquica que se traduce en una comunidad de cultura?.
Existe otra posición de Stalin que nos parece útil en la actualidad. La que se refiere a la necesidad que tiene ?el proletariado de las naciones dominantes de prestar un apoyo resuelto y activo al movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos?. Stalin se pregunta si es necesario apoyar indiscriminadamente a todos. Su respuesta es que sólo a ?los que tienden a debilitar y derrocar el imperialismo y no a mantenerlo y consolidarlo? (Principios del leninismo, Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín, 1969, p. 75).
Es claro que los movimientos mafiosos y fascistas que han tomado el poder en ex repúblicas socialistas, como por ejemplo los llamados ?frentes populares? bálticos de hace 10 años, los integristas procapitalistas en Chechenia y Bosnia, el dictador proOTAN de Georgia Shevarnadze (antiguo dirigente del PCUS en la época de Gorbachov), los neonazis en Croacia, los terroristas a sueldo de la OTAN del antiguo ?Ejército de Liberación de Kosovo?, etc. y otros movimientos de extrema derecha como el Vlaams Block flamenco y la Liga del Norte italiana y el archifeudal y oscurantista movimiento del Dalai Lama tibetano, empleado como ariete contra China Popular, no sólo no merecen apoyo sino el rechazo más activo de todos los antiimperialistas y antifascistas. En cambio auténticos movimientos de liberación como el Frente Polisario, el Frente Popular de Liberación de Palestina, el Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista, los patriotas libaneses antisionistas, el movimiento republicano irlandés en sus diversas vertientes, los patriotas comunistas gallegos y catalanes, el movimiento corso, el movimiento revolucionario de liberación de los negros norteamericanos, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la Revolución Cubana, las masas yugoslavas e irakíes antiimperialistas, los movimientos indígenas y campesinos del Ecuador, los lumumbistas congoleños, el Nuevo Ejército del Pueblo de Filipinas y otros muchos más, merecen un activo apoyo solidario. También hemos observado cómo antiguos movimientos de liberación optan por diversas razones por la vía de la claudicación y el paso a las filas enemigas. Es el caso de alguna antigua guerrilla colombiana (M-19), de la burguesía palestina en torno a Arafat y recientemente el triste caso del PKK y su líder Ocalan. Véase al respecto el clarificador artículo ?El doble drama del pueblo kurdo? publicado en Resumen Latinoamericano nº 45, enero-febrero del 2000.
Cuando esto se produce, de manera automática dejan de ser sujetos de solidaridad internacionalista. Lamentamos que, a pesar de la experiencia de estos últimos años, aún no se haya instalado en toda la izquierda abertzale esta simple y clara reflexión, lo que le ha llevado a dar tumbos, a aislarse y a meter la pata a menudo.
D) James Connoly y otros
Las luchas de liberación nacional más importantes del siglo XX han sido dirigidas por luchadores inspirados en el marxismo. En Palestina George Habache y Nayef Hawatme, en Sahara Occidental Mohamed Lamine, en Guinea Amilcar Cabral, en Ghana N´Krumah, en Surinam Anton de Kom, Charles Balagne en Guadalupe, Camille Sylvestre en Martinica, en Argelia Houari Boumediene, en Angola Agostinho Neto, en Vietnam Ho Chi Minh y Phan Van Dong, en Mozambique Samora Machel, en Birmania Aun Sang, en Corea Kim Il Sung, en la India Manabendra Roy y tantos y tantos más, conocidos y anónimos. Los Partidos Comunistas luchan activa y militarmente contra la dominación nacional y colonial de los pueblos de Chipre (años 20 y 30), Irak (30), Siria (20 y 30), Sudán (40), Indonesia (20 y 30), Vietnam (de los 30 a los 70), Laos y Kampuchea (años 60 y 70), China (40), India (30 y 40), Malasia (50), Líbano (70) y otros, sin contar las luchas armadas contra la dominación nazi-fascista en la II Guerra Mundial en Europa.
Pero queremos detenernos particularmente en el pensamiento y la lucha de los revolucionarios más cercanos. En Irlanda está la gran figura de James Connoly, el primer marxista que unió la lucha de liberación nacional irlandesa con la lucha por el socialismo. En todos los países donde viven oriundos de Irlanda hay asociaciones fundadas en honor de James Connoly. Luchó contra el desmembramiento de Irlanda. En su trabajo La Reconquista de Irlanda (1914) expuso los métodos usados por la burguesía anglo-irlandesa para evitar la alianza entre los trabajadores protestantes y la población católica castigada y empobrecida. Era partidario de unir al movimiento obrero. Otros trabajos suyos son La clase obrera en la historia de Irlanda (1910) y la biografía del jefe de la insurrección de 1798 Wolfe Tone. El Movimiento Republicano Socialista Irlandés, formado por la organización armada INLA, el Partido Socialista Republicano Irlandés (IRSP) y los prisioneros de guerra socialistas republicanos, se considera heredero de James Connoly. Fue ejecutado por los imperialistas británicos en 1916 tras la insurrección independentista de Pascua en Dublín.
En Córcega destacan dos figuras: Simon Jean Vinciguerra, gran intelectual en lengua corsa y resistente antifascista, miembro del Partido Comunista. Escribió: ?Hay que recordar que la lengua francesa nos ha sido impuesta, que es la lengua de los que nos gobiernan... En una lengua está todo el alma y el espíritu de un pueblo. ¡Y nosotros, corsos, somos un Pueblo!?. Y Jean Nicoli. Resistente comunista a la invasión fascista de Córcega. Salvajemente asesinado por los fascistas en agosto de 1943. En la última carta a sus hijos dice ?Muero por Córcega y por el Partido?. En la Galiza de nuestros días destaca Mariano Abalo, ex secretario general de la Union do Pobo Galego que rompe con esta organización y con el BNG cuando se impone la línea socialdemócrata y crea el Partido Comunista de Liberación Nacional y la Frente Popular Galega. Ha sido alcalde de Cangas del Morrazo, fiel siempre a la solidaridad internacionalista con la lucha del Pueblo Vasco.
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Anarcoastur
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Piti
Bien, me tomado la molestia de leer toda la "parafernalia marxistoide" de este militante de EHK, y creo realmente que lo escribe como si estos autores marxistas (excluyo a Marx, debido a proposito de las mentiras que se escriben sobre el) tuvieran la verdad sobre la cuestión nacional, cuando el marxismo (es decir la ideologización de la metodología marxiana) jamas ha liberado nada, ni ha solucionado la cuestión nacional.
Sus planteamientos "revolucionarios" han degenerado en un burocratismo nacionalista totalitario. Pongamos un breve ejemplo, ya que no quiero extenderme demasiado,el de los países subdesarrollados, de como los movimientos de liberación nacional clásicos llamados "comunistas" han utilizado a las masa campesinas para tomar el poder el Estado, y una vez allí se independizan de ellas y se convierten en una nueva clase dominante y explotadora; el caso más claro es Vietnam y la clase explotadora del Vietcong, y la resistencia campesina revolucionaria que combatio al Vietcong del Vietnam Norte y las clases poseedoras del Sur.
El movimiento bolchevique -una vez fracasado su mecanicismo historico de la teoría de las etapas culminando en el stalinismo tardío y la política de Frentes Populares, inicio a su vez de la política nacionalista burguesa de izquierdas- abraza el ciudadanismo político y el nacionalismo burgues, teniendo por ejemplo aquí en Euskadi Norte la política casi seguidista y del no cuestionamiento de la Izquierda Abertzale del proyecto desarrollista y económico del PNV.
Liberación nacional y social autonoma ahora!Un Estado vasco no es independencia!!
Sus planteamientos "revolucionarios" han degenerado en un burocratismo nacionalista totalitario. Pongamos un breve ejemplo, ya que no quiero extenderme demasiado,el de los países subdesarrollados, de como los movimientos de liberación nacional clásicos llamados "comunistas" han utilizado a las masa campesinas para tomar el poder el Estado, y una vez allí se independizan de ellas y se convierten en una nueva clase dominante y explotadora; el caso más claro es Vietnam y la clase explotadora del Vietcong, y la resistencia campesina revolucionaria que combatio al Vietcong del Vietnam Norte y las clases poseedoras del Sur.
El movimiento bolchevique -una vez fracasado su mecanicismo historico de la teoría de las etapas culminando en el stalinismo tardío y la política de Frentes Populares, inicio a su vez de la política nacionalista burguesa de izquierdas- abraza el ciudadanismo político y el nacionalismo burgues, teniendo por ejemplo aquí en Euskadi Norte la política casi seguidista y del no cuestionamiento de la Izquierda Abertzale del proyecto desarrollista y económico del PNV.
Liberación nacional y social autonoma ahora!Un Estado vasco no es independencia!!
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Invitado
Lo del comienzo.... más o menos, es más complejoAnonymous escribió:segun tengo entendido, el objetivo prioritario de E.T.A fue en sus comienzos terminar con el regimen franquiista, por lo ke me parece bastante ridiculo tildarlos de "terroristas". Todo cambió cuando el aparato militar de ETA comenzo a mandar sobre el militar y se empezó a matar indiscriminadamente
Y en cuanto a lo de "matar indiscriminadamente" me parece un tanto exagerado. Cualquiera de nosotros y nosotras podemos citar acciones armadas en las que han muerto personas que nada tenían que ver con "el objetivo", pero de ahí a "matar indiscriminadamente" va una gran diferencia. No digo que ni me guste ni lo apoye, sino que las cosas como son.
Ayuda del Foro
¿Fe? Pues no; Ninguna fe: lo que hace falta para esta lucha es una gran falta de fe. Lo que ahora existe sólo existe gracias a la fe.
Con una cierta falta de fe, ya basta para empezar a entender cómo es esto que nos pasa, para seguir luchando por lo que no existe.
¿Fe? Pues no; Ninguna fe: lo que hace falta para esta lucha es una gran falta de fe. Lo que ahora existe sólo existe gracias a la fe.
Con una cierta falta de fe, ya basta para empezar a entender cómo es esto que nos pasa, para seguir luchando por lo que no existe.