Mensaje
por Charles_Gallo » 22 May 2007, 16:12
Sin embargo el caso de pensadores y a la vez defensores del “ilegalismo” no se queda solo ahí (curiosamente muchos de los que defendían la propaganda por los hechos o el ilegalismo de forma teórica también estaban dispuestos a llevarlo a la práctica, eso no pasa en todas las corrientes).
Un caso paradigmático es el de Alexander Berkman y Johann Most. El primero era un Anarquista de fuerte corte social, escritor del popular libro de divulgación “El ABC del Comunismo Libertario”, fue llevado al terreno de la “propaganda por el hecho” contrariamente a sus ideas. El no creía que el “acto individual” pudiera cambiar nada, sin embargo la pasión fue apoderándose de él…
En 1892 Henry Clay Frick ordenó disparar contra los trabajadores en huelga que rodeaban la fábrica metalúrgica, Carnegie Steel Company, después llamada H.C. Frick and Company. No solo dispararon policías convencionales sino que los Pinkerton, armados con letales armas largas, produjeron una verdadera carnecería, la policía hablaba de 9 manifestantes muertos, pero la realidad es que se podían contar por decenas.
Las fotos son espeluznantes, Berkman se acaba de enterar, tarda unos segundos en comentarlo con su compañera de por aquel entonces, Emma Goldman... él echa a correr, se decide a subir al primer tren que vaya a Pittsburg, sin embargo Emma no llega… justo cuando sube la escalerilla se ve a Emma corriendo entre la multitud, hace un último esfuerzo y consigue entregarle un grueso paño, dentro hay un revolver.
Berkman llega a las oficinas de Frick, allí se hace pasar por periodista con intención de entrevistar al “atribulado empresario”, se le concede una cita, Berkman espera. Al fin se le hace pasar al despacho… le abre el propio Frick, Berkman pasa pero no espera a sentarse, le descerraja tres tiros, el primero le da en la oreja izquierda, el segundo en el cuello cerca del cráneo, esto hizo a Frick desplomarse, el tercero era el “tiro de gracia”, Berkman pudo dedicarse a apuntar bien, pero un “leal” trabajador que pasaba por el despacho se arrojó sobre el brazo de Berkman, desviando el disparo que acabó dándole en el glúteo. Aun así Berkman se echo sobre Frick y empozó a golpearlo haciéndole sangrar aún más abundantemente, pero más obreros, la policía y la seguridad privada terminaron por inmovilizarlo… Frick estaba frenético, gritaba: “¡No lo maten aún, aún no! ¡Quiero verle la cara!”, este acceso de morbo salvo la vida de Berkman, aunque como hemos visto quien verdaderamente tenía buena suerte era Frick.
Berkman sufrió 14 años de cárcel (aunque su condena era de 20)… una anécdota curiosa es que una vez había salido de prisión y fue deportado a Rusia un periodista le comunico a Berkman, justo cuando estaba en la escalerilla del barco que lo conducía al destierro, que ese mismo día de acababa de morir Frick, al pedirle una valoración Berkman dijo: “Ha sido deportado por Dios”.
Después de una intensa vida militante Berkman acabó sufriendo una acuciante pobreza, terminó suicidándose en París el 28 de Junio de 1936.
Todo esto adquiere caracteres verdaderamente paradójicos si lo comparamos con el camino a la inversa que recorrió Johann Most. Most también era de vertiente social (había sido marxista y es obra suya una simplificación de “El Capital”… por cierto que a algunos marxistas no les hizo gracia, y como respuesta solo pudieron dedicarse a ridiculizar una mal formación que Most tenía en la mandíbula, a parecer casi carecía de ella, cosa que ocultaba tras una larga barba), pero a diferencia de Berkman, Most creía que “el acto violento individual” podía suponer una verdadera panacea.
Most era el denominado padre de la “violencia revolucionaria”, personajes como Sorel se inspiraban en un impotente e inflamado culto a la fuerza… Most no hablaba de fuerza, hablaba de sangre.
Most abandonó el marxismo por su tibieza, y se vio obligado a exiliarse en América por la persecución que recibían él y sus teorías en Alemania. Protector de todo “acto de violencia” destacado defensor de los “propagandistas”, fundador de la Asociación Internacional del Pueblo Trabajador, autor del folleto “La ciencia de la estrategia revolucionaria. Manual introductorio para el uso y preparación de la nitroglicerina, dinamita, algodón pólvora, fulminato de mercurio, bombas, espoletas, venenos, etc...”, y postulador de la “línea violenta” en oposición con la sindicalista defendida por Parsons… acabó paulatinamente por hacerse pacifista.
Muchos han querido ver en esto el resultado de “conflictos personales” pero esto despierta algunas dudas… la teoría en cuestión nos habla de que Goldman tuvo una relación sentimental con Most antes que con Berkman (lo cual es cierto) y que al ser abandonado y “sustituido” por Berkman, empezó a atacar la “violencia” porque en Berkman se encontraba su “nuevo apóstol”. Esto a pesar del “morbo” que despiertan las “pasiones mezquinas”, no esta comprobado… lo que es innegable es que Most se dedicó a dar algunas conferencias en las que públicamente criticaba a Berkman, en una de ellas (esto parece novelesco pero es contrastadamente cierto) Goldman apareció con un látigo y golpeó el rostro de Most, ensangrentándolo con varías agudas laceraciones.
Dos hombres que son muestra del flujo y el reflujo de las sensibilidades.
Última edición por
Charles_Gallo el 24 May 2007, 17:32, editado 2 veces en total.