Evidentemente, no existe esa voz del pueblo, sino la de una serie de representantes, en el mejor de los casos minorías dentro del pueblo, que responden a intereses políticos, económicos, culturales, personales... Parece como si "la voz del pueblo" cambiase de opinión cada vez que un mandatario toma el micro. Resulta curiosa la facilidad con la que tal o cual representante afirma ser "la voz del Pueblo", confundiendo sus deseos con una especie de conciencia colectiva.
Porque, vaya, algo hay, ¿no? Algo de difícil definición. Algo que no es —desde luego— ni el grupo tal, ni el partido cual. Como de la única identidad que he leído algo es de la andaluza, me voy a referir a ella por la boca de uno de sus intérpretes. En el caso andaluz, el profesor Isidoro Moreno, que se ha dedicado a estudiar concienzudamente la identidad andaluza, habla de que uno de los rasgos característicos de esa identidad es el antropocentrismo. Según este rasgo, a los andaluces no les gustan las relaciones anónimas, sino las que se establecen cara a cara, creando un vínculo de estrecha confianza. Las relaciones son personalizadas, y en ellas se establecen "tratos" no necesariamente económicos: amistad, redes de ayuda... que precisan muchas veces un contexto festivo para que se produzcan. Las ferias, las romerías, la semana santa, los carnavales..., son ocasiones en las que los andaluces y andaluzas redefinen y apuntalan su identidad colectiva. Por ejemplo, hablando de la romería del Rocío, Isidoro Moreno afirma que:
“La nostalgia por la recuperación de unos valores basados en la reciprocidad generalizada, la hospitalidad, la ayuda y la colaboración mutua ponen entre paréntesis las diferencias sociales. El camino se convierte en uno de los momentos más atractivos del Rocío, la pequeña “comunidad” que forma la hermandad en el camino acompañando a la carreta y al simpecado vive una misma experiencia fuera del universo social cotidiano donde se ponen en juego unos valores ideales que no son los que rigen la vida social real. Hacer el camino, es recuperar, aunque sólo sea simbólicamente en la fugacidad del rito ese mundo de valores que ya no existe, pero que siguen vivos en el imaginario colectivo”
La fortaleza de estas fiestas rituales en la identidad andaluza, en las que el pueblo (al menos para aquellos que la fiesta es significativa) se define a sí mismo, se prueba en que ha tenido su reproducción en Cataluña. El millón de andaluces desplazados allí ha ido estableciendo su Feria de Abril, su Semana Santa y su Rocío. Se viven con intensidad y participan millones de personas en esos eventos de orígenes étnicos diversos.
Desde este punto de vista tiene que quedar claro que se ha tendido a considerar "lo andaluz" como expresión genuina de "lo español" en más de una ocasión, instrumentalizando los signos de identidad del pueblo para hacer política, sea en el franquismo, en la Transición o en el apogeo de la democracia. Con lo cual, mientras unos y otros intentan descatalanizar o catalanizar Cataluña, todos lo que hacen es negar la identidad de los andaluces. Y como toda acción tiene su reacción...
A mí todas estas cosas me dejan muy perplejo. Porque, claro, uno piensa que esos políticos de todo signo haciéndose fotos en las apoteosis del xarneguismo (buscando votos), son realmente divertidos.
Una cosa que se me ocurre es que todas estas manifestaciones de identidad (romería, feria, procesión), no pueden entenderse sin la Guerra Civil Española y sin los esfuerzos realizados por las clases pudientes y religiosas para contrarestar las "otras expresiones" de identidad andaluza peligrosas para el orden social establecido: el asociacionismo obrero. La idea que saco de este discurso es que un rasgo característico de identidad (el antropocentrismo), puede manifestarse de muy diversas formas (en una romería o en un primero de mayo)...
Bueno, he expuesto estas teorías (muy resumidamente) sobre la identidad para que haya más para pensar. No sé qué opinaréis. Yo no tengo este asunto nada claro.