Nuestra identidad como personas
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Roi Ferreiro
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lucha de clases y liberación nacional
Mi punto de vista es que la lucha de clases y la liberación nacional se articulan dependiendo del sujeto que las desarrolla.
Para un trabajador de una nación oprimida, sean cuales sean las características de esa opresión, su lucha como trabajador no es separable de su lucha como individuo incluido en esa nación oprimida. Sobre esa base, su lucha como trabajador asume formas nacionales específicas para incluir el conflicto nacional, y a su ver la lucha nacional asume, desde el punto de vista proletario, un contenido específico de clase. Todo lo demás es interclasismo y formas de nacionalismo burgués o pequeñoburgués -por tanto, con un carácter ideológico y patriótico, mientras que el proletariado, como clase desposeida, no tiene patria, tiene que luchar en todo caso por apropiarse de su país al luchar por apropiarse de los medios de producción-.
Y los aspectos culturales hay que abordarlos también desde esta perspectiva de clase, y por tanto internacionalista. Y el internacionalismo proletario es el internacionalismo de toda la clase proletaria, no el internacionalismo de los "pueblos oprimidos".
La identidad nacional es claro un producto de la clase dominante, o de las interrelaciones entre distintas burguesías nacionales para articular su dominación sobre el proletariado de una nación o naciones dadas. En función de esto, la identidad y la cultura nacionales corresponden a la forma burguesa de la comunidad nacional -que no es una verdadera comunidad, al menos para el proletariado-. La liberación nacional de la clase obrera es, por tanto, una parte inseparable de la revolución social, porque sólo asi puede crearse para l@s trabajadore/as una verdadera libertad cultural-nacional, destruyendo la nación burguesa y constituyendose ell@s mism@s en nación -lo que será un paso hacia una comunidad mundial plural-.
Para un trabajador de una nación oprimida, sean cuales sean las características de esa opresión, su lucha como trabajador no es separable de su lucha como individuo incluido en esa nación oprimida. Sobre esa base, su lucha como trabajador asume formas nacionales específicas para incluir el conflicto nacional, y a su ver la lucha nacional asume, desde el punto de vista proletario, un contenido específico de clase. Todo lo demás es interclasismo y formas de nacionalismo burgués o pequeñoburgués -por tanto, con un carácter ideológico y patriótico, mientras que el proletariado, como clase desposeida, no tiene patria, tiene que luchar en todo caso por apropiarse de su país al luchar por apropiarse de los medios de producción-.
Y los aspectos culturales hay que abordarlos también desde esta perspectiva de clase, y por tanto internacionalista. Y el internacionalismo proletario es el internacionalismo de toda la clase proletaria, no el internacionalismo de los "pueblos oprimidos".
La identidad nacional es claro un producto de la clase dominante, o de las interrelaciones entre distintas burguesías nacionales para articular su dominación sobre el proletariado de una nación o naciones dadas. En función de esto, la identidad y la cultura nacionales corresponden a la forma burguesa de la comunidad nacional -que no es una verdadera comunidad, al menos para el proletariado-. La liberación nacional de la clase obrera es, por tanto, una parte inseparable de la revolución social, porque sólo asi puede crearse para l@s trabajadore/as una verdadera libertad cultural-nacional, destruyendo la nación burguesa y constituyendose ell@s mism@s en nación -lo que será un paso hacia una comunidad mundial plural-.
A mí estas cosas me dejan un poco escéptico Roi Ferreiro. La Clase Social es una construcción tan ideática como puede serlo la nación o dios. Sólo empieza a funcionar cuando la gente cree en ella. En la actualidad la identidad de clase está bastante devaluada.
No hay más que pensar en las mil fracturas que tienen "los trabajadores", actualmente divididos por montones de cuestiones: género, edad, antiguedad, categoría profesional, nivel retributivo, turno, productividad, etnia, ciudadanía, tipo de contrato, tamaño de la empresa... No solo "la Nación" condiciona.
No hay más que pensar en las mil fracturas que tienen "los trabajadores", actualmente divididos por montones de cuestiones: género, edad, antiguedad, categoría profesional, nivel retributivo, turno, productividad, etnia, ciudadanía, tipo de contrato, tamaño de la empresa... No solo "la Nación" condiciona.
ya de mano lo de "trabajador de una nación oprimida" suena a discurso mitinero, pero un tanto trasnochado. Te faltó tachar de pequeñoburgueses a todos los que emigran en vez de quedarse dándole al nacionalismo liberador.
Edito pa añadir: internacionalismo, que tontería!
Edito pa añadir: internacionalismo, que tontería!
Última edición por KoLoKaDa el 25 Jul 2006, 17:28, editado 1 vez en total.
kuando los ke mandan pierden la vergüenza, los ke obedecen pierden el respeto
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Eugene Pottier
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¿Pero de qué sirve a los trabajadores esa libertad "nacional-cultural"? Es más, si ya la tienen.
No hay nada que interese más a los burgueses que otorgar a sus súbditos un sueño de personalidad. Lo mismo que hay coches para todos, hay culturas para cada uno. Es más, hasta está de moda eso del multiculturalismo, y respetar hasta las costumbres más bárbaras.
Yo sigo sin entender por qué la revolución proletaria ha de pasar por el aro nacionalista. Aro que en verdad no es sino un callejón sin salida. La tela de araña de la viuda negra de la burguesía.
Nuestra única identidad es la de "fuerza de trabajo". Es más, matizo, "vendedores de fuerza de trabajo". Lo demás son artificios. Y en el mundo capitalista sólo seremos eso. Luego puedes hacerte ilusiones con que eres catalán, gallego revolucionario, gay, gitano, punk, skater o lo que quieras. Pero eso no cambia la realidad. Y la realidad es que el mundo no está dividido en naciones, sino en clases, y no es la disolución de las naciones, la via nacional, la que liberará a la humanidad de la explotación, sino que la revolución proletaria por la via de clase, acabará con las clases y con todo el sistema de explotacion, del cual el nacionalismo es parte fundamenteal.
Las naciones existen, y hay que tenerlas en cuenta. De la misma manera que existe el capitalismo, y hay que tenerlo en cuenta. Todo lo que existe hay que tenerlo en cuenta. Y más, cuando se trata de conocer al enemigo, entonces hay que tener muy en cuenta a la nación, que es el marco en el cual pretenden encerrar todas las contradicciones sociales, esto es, la arcaica lucha de clases. Para los revolucionarios, y para los obreros internacionalistas, las naciones sólo tienen un interés estratégico. Eso no quiere decir que hayas de ser nacionalista, más bien al contrario, que has de combatir todas las naciones, y por supuesto, todo nacionalismo, y defender los intereses de clase, por encima, y si hace falta, en contra de esta cuestión.
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No hay nada que interese más a los burgueses que otorgar a sus súbditos un sueño de personalidad. Lo mismo que hay coches para todos, hay culturas para cada uno. Es más, hasta está de moda eso del multiculturalismo, y respetar hasta las costumbres más bárbaras.
Yo sigo sin entender por qué la revolución proletaria ha de pasar por el aro nacionalista. Aro que en verdad no es sino un callejón sin salida. La tela de araña de la viuda negra de la burguesía.
Nuestra única identidad es la de "fuerza de trabajo". Es más, matizo, "vendedores de fuerza de trabajo". Lo demás son artificios. Y en el mundo capitalista sólo seremos eso. Luego puedes hacerte ilusiones con que eres catalán, gallego revolucionario, gay, gitano, punk, skater o lo que quieras. Pero eso no cambia la realidad. Y la realidad es que el mundo no está dividido en naciones, sino en clases, y no es la disolución de las naciones, la via nacional, la que liberará a la humanidad de la explotación, sino que la revolución proletaria por la via de clase, acabará con las clases y con todo el sistema de explotacion, del cual el nacionalismo es parte fundamenteal.
Las naciones existen, y hay que tenerlas en cuenta. De la misma manera que existe el capitalismo, y hay que tenerlo en cuenta. Todo lo que existe hay que tenerlo en cuenta. Y más, cuando se trata de conocer al enemigo, entonces hay que tener muy en cuenta a la nación, que es el marco en el cual pretenden encerrar todas las contradicciones sociales, esto es, la arcaica lucha de clases. Para los revolucionarios, y para los obreros internacionalistas, las naciones sólo tienen un interés estratégico. Eso no quiere decir que hayas de ser nacionalista, más bien al contrario, que has de combatir todas las naciones, y por supuesto, todo nacionalismo, y defender los intereses de clase, por encima, y si hace falta, en contra de esta cuestión.
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En esto de las identidades tendríamos que preguntarnos... ¿Para qué nos sirve? ¿Qué podemos construir con ella? ¿Qué diablos soy yo?
Volviendo al tema de cómo se construye la nación, hoy salía uno del Bloque Nacionalista Gallego que es vicepresidente de la Xunta o algo así (me parece que así lo dijeron en la tele pero me pareció raro). La cuestión es que el tipo sale dando un discurso en galego, y dice algo así:
(A grito pelado y con cara de mala leche) «¡Ya no nos vamos a poner a discutir si somos o no una nación! ¡Somos una nación por Historia, por Cultura y por Voluntad!» (grandes aplausos).
La voluntad se me había olvidado. Es decir: podemos ser aquello que nos propongamos. Mi opinión es que puestos a gastar energía, hay que emplearla en un proyecto que merezca la pena. En una identidad que nos haga ser lo que somos.
Volviendo al tema de cómo se construye la nación, hoy salía uno del Bloque Nacionalista Gallego que es vicepresidente de la Xunta o algo así (me parece que así lo dijeron en la tele pero me pareció raro). La cuestión es que el tipo sale dando un discurso en galego, y dice algo así:
(A grito pelado y con cara de mala leche) «¡Ya no nos vamos a poner a discutir si somos o no una nación! ¡Somos una nación por Historia, por Cultura y por Voluntad!» (grandes aplausos).
La voluntad se me había olvidado. Es decir: podemos ser aquello que nos propongamos. Mi opinión es que puestos a gastar energía, hay que emplearla en un proyecto que merezca la pena. En una identidad que nos haga ser lo que somos.
Última edición por Siroco el 26 Jul 2006, 17:28, editado 3 veces en total.
Lo que hay que hacer es luchar por la revolución ( no por pseudo-revoluciones como procesos de independencia tradicionales o dictaduras del proletariado estatalistas) y destruir la sociedad de clases. Con esa premisa asumida cada individuo,aldea, pueblo, ciudad, comarca, o nación puede elegir el marco de lucha en el que trabajar y con quien cooperar para hacerlo posible.
La nación debe ser usada estratégicamente, de acuerdo. Pero eso podría significar cosas como que a los obreros catalanes les interesa más vivir en una catalunya independiente que en una españa con ejército y tradición militar y con muchos más efectivos de policía que los cuatro mossos que tenemos aquí, además de una extrema derecha realmente activa y presente y, por tanto, una clase media mucho más desprotegida. No es mi estrategia, en serio, pero ¿porqué no puede ser una estrategia válida para un movimiento obrero? Dos fases de la revolución, aliarse con la burguesía para tomar el poder y después liquidarla. ¿no se ha hecho así en otras partes? ¿Que podría desear más el movimiento obrero español revolucionario que haya un foco revolucionario al este y otro en el norte?
Evidentemente el espíritu paranoide nacional español no puede aceptar algo así , el movimiento peninsular debe de estar centralizado, todo lo que se haga autónomamente es nacionalismo al servicio de la burguesía. Menuda desconfianza, menudo paternalismo. Es el mismo que hay en la ideología marxista, sin los dogmas sectarios de las santas escrituras los obreros no son más que lumpen. claro, claro....
TAN SOLS EL POBLE SALVA EL POBLE
FORA SALVAPÀTRIES
FORA SALVACLASSES
La nación debe ser usada estratégicamente, de acuerdo. Pero eso podría significar cosas como que a los obreros catalanes les interesa más vivir en una catalunya independiente que en una españa con ejército y tradición militar y con muchos más efectivos de policía que los cuatro mossos que tenemos aquí, además de una extrema derecha realmente activa y presente y, por tanto, una clase media mucho más desprotegida. No es mi estrategia, en serio, pero ¿porqué no puede ser una estrategia válida para un movimiento obrero? Dos fases de la revolución, aliarse con la burguesía para tomar el poder y después liquidarla. ¿no se ha hecho así en otras partes? ¿Que podría desear más el movimiento obrero español revolucionario que haya un foco revolucionario al este y otro en el norte?
Evidentemente el espíritu paranoide nacional español no puede aceptar algo así , el movimiento peninsular debe de estar centralizado, todo lo que se haga autónomamente es nacionalismo al servicio de la burguesía. Menuda desconfianza, menudo paternalismo. Es el mismo que hay en la ideología marxista, sin los dogmas sectarios de las santas escrituras los obreros no son más que lumpen. claro, claro....
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"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
- Ricardo Fuego
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I
Caricaturizar la opinión del otro y responder a esa caricaturización no es diálogo, es un monólogo. E incluso como monólogo, las protestas de internacionalismo abstracto son bastante aburridas y su única utilidad es aparentar una "ortodoxia de principios". El internacionalismo abstracto no tiene ninguna utilidad práctica si de lo que se trata es de acabar con todo tipo de opresión y explotación. Ser internacionalista no es decir "me cago en todas las naciones"*, sino luchar contra toda opresión de una nación por otra y por la autodeterminación nacional de todxs lxs proletarixs.
Yo soy argentino y quiero la revolución para, entre otras cosas, seguir jugando al fútbol y al truco, tomando mate, contando chistes, y puteando en argentino. Esa es una parte de la vida nacional de lxs proletarixs argentinxs que es independiente de la bandera, el himno nacional, el gobierno, el patrioterismo, los milicos y la reconcha de su madre. Yo no voy a apoyar ningún "proyecto revolucionario" donde las primeras cosas que nombré sean identificadas con el nacionalismo burgués.
II
El internacionalismo abstracto no es más que la negación ideológica del nacionalismo burgués, y por lo tanto no es una negación verdadera, y le hace de quintacolumna.
El internacionalismo abstracto es característico del discursismo profesoril de quienes viven en países imperialistas y, por lo tanto, no tienen que afrontar el "molesto escollo" de la opresión de su nación por otra. O de quienes viven en países dependientes pero han tomado intacta esta ideología "revolucionaria" de países imperialistas (las ideologías también se importan y se exportan, como toda mercancía).
El internacionalismo abstracto no reconoce que el mundo está dividido en naciones opresoras y naciones oprimidas, o por lo menos actúa como si no lo supiera. De esta manera, apelando a la lucha del proletariado por su liberación social como si fuera algo que excluyera a la lucha por su liberación nacional, son funcionales al nacionalismo imperialista y al nacionalismo burgués en los pueblos oprimidos. Paradógicamente, dicen que están contra todo nacionalismo y no hacen más que alimentarlo...
III
El/La internacionalista abstractx escucha "liberación nacional" y automáticamente en su mente se prende una alarma: ¡ALERTA, ALERTA: alianza de clases, frentepopulismo, nacionalismo burgués, subordinación del proletariado a intereses de clase ajenos! Para él/ella, la liberación nacional es una molesta competidora de la liberación social, ya que su limitado esquema no le dice que la lucha del proletariado por su liberación nacional es parte integral e indivisible de la lucha por su liberación social.
En suma, el/la internacionalista abstractx no conoce más que superficialmente lo que significa la opresión nacional, ni sabe que él/ella mismx la sufre aunque sea de un país imperialista. (Esto no es producto de la mala intención, sino de nuestra existencia como clase dominada.)
Todxs lxs proletarixs sufrimos una doble opresión: la opresión social y la opresión nacional. Opresión social porque la burguesía posee los medios de producción y el Estado. Opresión nacional porque la identidad cultural nacional no es una creación de las mayorías, sino principalmente de la burguesía, y de esta manera es un arma utilizada por ella para mantener subyugado al proletariado en lo cultural, lo ideológico, etc. La burguesía no sólo nos quiere engañar diciendo que su nación y su cultura son las nuestras: nos niega el derecho a nuestra propia autodeterminación nacional y cultural. Todx proletarix que no sienta la opresión de la burguesía en su vida nacional/cultural es porque implícitamente comparte la identidad nacional/cultural que su burguesía le ha impuesto. El/La proletarix que no lucha por su autodeterminación nacional/cultural es igual que un/a proletarix que identifica sus intereses sociales con los de su patrón. Es contradictorio querer luchar por la revolución desde una mente colonizada.
IV
Cuando Marx dijo que lxs proletarixs no tenemos patria no sólo se refería a que la patria que existe es la de la burguesía y que por esa patria no valía ni vale la pena ningún sacrificio de nuestra parte. Sino que la destrucción de la nación burguesa es la única manera en que lxs proletarixs podemos autodeterminarnos cultural y nacionalmente. La nación burguesa debe ser destruida para que la cultura nacional sea una creación verdaderamente libre y colectiva** y no un producto de la opresión de una parte de la sociedad por otra.
Sólo cuando cada sección del proletariado se autodetermine nacionalmente se cumplirán las condiciones para una verdadera comunidad mundial. ¿O acaso es posible una comunidad mundial libre mediante la uniformización cultural? Pues no puede haber comunidad verdadera cuando una parte de la sociedad oprime a la otra, ya sea dentro de la propia nación o la opresión de una nación por otra. El proyecto del internacionalismo abstracto se acerca peligrosamente al cosmopolitismo y al colonialismo, porque no quiere reconocer ni la diversidad cultural y nacional que existe entre lxs proletarixs más allá del discurso de la burguesía ni el derecho a la autodeterminación proletaria en la vida nacional y cultural. Lxs internacionalistas abstractxs se ponen, de esta manera, en contra de la autodeterminación nacional de lxs proletarixs, en contra de que sean ellxs quienes elijan qué idiomas hablan, cómo se visten, qué tradiciones tengan, etc..
V
Lxs internacionalistas abstractxs piensan que la xenofobia, el chauvinismo, el rascismo, etc. son producto del engaño ideológico de la burguesía y no de nuestra existencia alienada como clase dominada. Piensan que, como esas cosas son producto de la ideología burguesa, entonces con una ideología contraria basta para combatirlo, y como la ideología burguesa es nacionalista, la ideología revolucionaria debe ser anti-nacionalista, ya que para terminar con las actitudes contrarias al internacionalismo proletario hay que negar de plano la nación, o asignar todo lo que es nacional a la burguesía.
(Además, el proletariado nunca es xenofóbico, chauvinista, homofóbico, patriarcal, machista y rascista por sí mismo, es simplemente estúpido y nosotrxs, "lxs revolucionarixs", tenemos que desengañarle y guiarle por el buen camino. Pero esa actitud paternalista es otro tema.)
VI
Quien identifica la lucha por la destrucción de la nación burguesa con la desaparición de toda identidad nacional en realidad está luchando por la imposición de una identidad nacional burguesa sobre otra. Por eso el internacionalismo abstracto en el Estado español es quintacolumna del españolismo, ya que niega toda lucha de lxs proletarixs de los países oprimidos por su autodeterminación nacional, sin importar el contenido de clase que tenga.
Pues en el caso de las naciones oprimidas, la opresión nacional del proletariado de esos países se encuentra intensificada: la que impone la identidad nacional ni siquiera es la "propia" burguesía, sino una burguesía extranjera, y esto choca doblemente contra la autodeterminación nacional y cultural.
Ante esta realidad el internacionalismo abstracto de quienes viven en países imperialistas no sirve para una mierda y, de hecho, es funcional al nacionalismo burgués. El internacionalismo abstracto es funcional al nacionalismo burgués no sólo porque acepta, en los hechos, la identidad nacional de su propia burguesía; sino también porque contribuye a que lxs explotadxs de las naciones oprimidas, cuando ven que lxs explotadxs del país imperialista no hacen un carajo por ayudarles y que lxs "revolucionarixs" de esos países, en nombre de postulados ideológicos, les dicen que su lucha es reaccionaria, vean la posibilidad de la liberación nacional en la alianza con "su" burguesía. O sea, en vez de contribuir a que la liberación nacional tenga un contenido de clase proletario, lxs internacionalistxs abstractxs contribuyen a que la liberación nacional tenga un contenido de clase burgués.
¿Cómo en el país vazco no va a seguir teniendo arrastre el nacionalismo burgués si lxs proletarixs españolxs no se solidarizan con la lucha por la autodeterminación nacional del proletariado vazco y, por el contrario, quienes se consideran "revolucionarixs", les dicen que esas son todas tonterías y que únicamente deben luchar por los medios de producción?
VII
En mi país (Argentina) pasa algo similar. La lucha de los pueblos originarios (mal llamados aborígenes) por su autodeterminación nacional y cultural es vista como una lucha nacionalista por sectores de la izquierda y del anarquismo.
Los indios mapuche están siendo perseguidos por los terratenientes y el Estado argentino y el chileno (porque la nación mapuche está dividida entre dos Estados, al igual que sucede con otras naciones como los vazcos y los kurdos) porque reclama activamente mediante la "ocupación" el derecho a sus tierras ancestrales.
Sin embargo hay "revolucionarixs" que, en vez de solidarizarse con el derecho de estos seres humanos a vivir donde vivieron sus ancestrxs y a conservar su cultura milenaria avasallada por una de las peores campañas genocidas de la historia, dan la voz de alarma por la cercanía de su lucha al nacionalismo. Su pensamiento es "si lxs indixs se dejaran de joder con su cultura anacrónica y se volvieran obrerxs argentinxs o chilenxs la revolución estaría más cerca". Mierda de revolucionarixs que son estxs. En vez de ver en la solidaridad con una lucha justa a la misma revolución, únicamente conciben lo que entra en su esquema y todo lo exterior a él les parece una amenaza o un obstáculo para "la revolución". Me dan lástima. De esta manera ellxs, internacionalistas de palabra, se cagan en la nación mapuche al igual que los Estados argentinos y chilenos, y quieren que los mapuches acepten la identidad cultural/nacional burguesa en vez de luchar por su autodeterminación nacional/cultural.
VIII
El internacionalismo abstracto es muy cómodo, ya que como decreta que todo lo que es nacional es burgués, se lava las manos ante la opresión nacional. ¡La ideología revolucionaria les ha eximido de ello! ¿Qué clase de compañerismo es ese? (compañerismo, que tontería!
) Decirle a un proletario vazco que no tiene que luchar por el derecho a hablar su lengua, que tiene que luchar únicamente por la socialización de los medios de producción... Eso es pensamiento de profesores que, como ya han leído tanto, no creen necesario ponerse en el lugar del otro, ya que han decretado que todo lo que queda fuera de su esquema de la revolución es un engaño burgués.
Todo esto es una muestra más de cómo una praxis política que se basa en postulados ideológicos y esquemas se revela contraria a una verdadera praxis revolucionaria de autoliberación individual y colectiva con un criterio histórico-materialista, donde la solidaridad y la cooperación sean fines en sí mismos y no medios para objetivos políticos abstractos.
* Hay quienes piensan que las naciones son inventos de la burguesía. Esa es la ilusión creada porque en algunos países la nación ha surgido al mismo tiempo o se ha consolidado con el Estado burgués. Pero hay naciones milenarias que existen desde muchísimo antes que la burguesía. China, por ejemplo. ¿La nación china es un invento de la burguesía china? Parece que en el pensamiento de estos negacionistas de toda nación, lxs proletarixs fuéramos extraterrestres que fuimos "transplantadxs" en cierta parte del planeta y que todas las diferencias culturales fueran producto de una temible conspiración de los burgueses. Lo gracioso es que esas posiciones internacionalistas abstractas se expresan en idiomas y usos particulares de esos idioma que tiene un origen nacional.
** La "autoconstitución del proletariado en nación" no significa más que ésto; y figura en el Manifiesto Comunista, por más que algunxs marxistas quieran negarlo. Muchxs marxistas y "marxistas" no han comprendido la posición histórico-materialista sobre la nación, y tuvieron/tienen una posición ideológica. El mismo Pannekoek fue criticable en ese aspecto, y en nuestro sitio hay una crítica a su texto "Lucha de clase y nación".
Caricaturizar la opinión del otro y responder a esa caricaturización no es diálogo, es un monólogo. E incluso como monólogo, las protestas de internacionalismo abstracto son bastante aburridas y su única utilidad es aparentar una "ortodoxia de principios". El internacionalismo abstracto no tiene ninguna utilidad práctica si de lo que se trata es de acabar con todo tipo de opresión y explotación. Ser internacionalista no es decir "me cago en todas las naciones"*, sino luchar contra toda opresión de una nación por otra y por la autodeterminación nacional de todxs lxs proletarixs.
Yo soy argentino y quiero la revolución para, entre otras cosas, seguir jugando al fútbol y al truco, tomando mate, contando chistes, y puteando en argentino. Esa es una parte de la vida nacional de lxs proletarixs argentinxs que es independiente de la bandera, el himno nacional, el gobierno, el patrioterismo, los milicos y la reconcha de su madre. Yo no voy a apoyar ningún "proyecto revolucionario" donde las primeras cosas que nombré sean identificadas con el nacionalismo burgués.
II
El internacionalismo abstracto no es más que la negación ideológica del nacionalismo burgués, y por lo tanto no es una negación verdadera, y le hace de quintacolumna.
El internacionalismo abstracto es característico del discursismo profesoril de quienes viven en países imperialistas y, por lo tanto, no tienen que afrontar el "molesto escollo" de la opresión de su nación por otra. O de quienes viven en países dependientes pero han tomado intacta esta ideología "revolucionaria" de países imperialistas (las ideologías también se importan y se exportan, como toda mercancía).
El internacionalismo abstracto no reconoce que el mundo está dividido en naciones opresoras y naciones oprimidas, o por lo menos actúa como si no lo supiera. De esta manera, apelando a la lucha del proletariado por su liberación social como si fuera algo que excluyera a la lucha por su liberación nacional, son funcionales al nacionalismo imperialista y al nacionalismo burgués en los pueblos oprimidos. Paradógicamente, dicen que están contra todo nacionalismo y no hacen más que alimentarlo...
III
El/La internacionalista abstractx escucha "liberación nacional" y automáticamente en su mente se prende una alarma: ¡ALERTA, ALERTA: alianza de clases, frentepopulismo, nacionalismo burgués, subordinación del proletariado a intereses de clase ajenos! Para él/ella, la liberación nacional es una molesta competidora de la liberación social, ya que su limitado esquema no le dice que la lucha del proletariado por su liberación nacional es parte integral e indivisible de la lucha por su liberación social.
En suma, el/la internacionalista abstractx no conoce más que superficialmente lo que significa la opresión nacional, ni sabe que él/ella mismx la sufre aunque sea de un país imperialista. (Esto no es producto de la mala intención, sino de nuestra existencia como clase dominada.)
Todxs lxs proletarixs sufrimos una doble opresión: la opresión social y la opresión nacional. Opresión social porque la burguesía posee los medios de producción y el Estado. Opresión nacional porque la identidad cultural nacional no es una creación de las mayorías, sino principalmente de la burguesía, y de esta manera es un arma utilizada por ella para mantener subyugado al proletariado en lo cultural, lo ideológico, etc. La burguesía no sólo nos quiere engañar diciendo que su nación y su cultura son las nuestras: nos niega el derecho a nuestra propia autodeterminación nacional y cultural. Todx proletarix que no sienta la opresión de la burguesía en su vida nacional/cultural es porque implícitamente comparte la identidad nacional/cultural que su burguesía le ha impuesto. El/La proletarix que no lucha por su autodeterminación nacional/cultural es igual que un/a proletarix que identifica sus intereses sociales con los de su patrón. Es contradictorio querer luchar por la revolución desde una mente colonizada.
IV
Cuando Marx dijo que lxs proletarixs no tenemos patria no sólo se refería a que la patria que existe es la de la burguesía y que por esa patria no valía ni vale la pena ningún sacrificio de nuestra parte. Sino que la destrucción de la nación burguesa es la única manera en que lxs proletarixs podemos autodeterminarnos cultural y nacionalmente. La nación burguesa debe ser destruida para que la cultura nacional sea una creación verdaderamente libre y colectiva** y no un producto de la opresión de una parte de la sociedad por otra.
Sólo cuando cada sección del proletariado se autodetermine nacionalmente se cumplirán las condiciones para una verdadera comunidad mundial. ¿O acaso es posible una comunidad mundial libre mediante la uniformización cultural? Pues no puede haber comunidad verdadera cuando una parte de la sociedad oprime a la otra, ya sea dentro de la propia nación o la opresión de una nación por otra. El proyecto del internacionalismo abstracto se acerca peligrosamente al cosmopolitismo y al colonialismo, porque no quiere reconocer ni la diversidad cultural y nacional que existe entre lxs proletarixs más allá del discurso de la burguesía ni el derecho a la autodeterminación proletaria en la vida nacional y cultural. Lxs internacionalistas abstractxs se ponen, de esta manera, en contra de la autodeterminación nacional de lxs proletarixs, en contra de que sean ellxs quienes elijan qué idiomas hablan, cómo se visten, qué tradiciones tengan, etc..
V
Lxs internacionalistas abstractxs piensan que la xenofobia, el chauvinismo, el rascismo, etc. son producto del engaño ideológico de la burguesía y no de nuestra existencia alienada como clase dominada. Piensan que, como esas cosas son producto de la ideología burguesa, entonces con una ideología contraria basta para combatirlo, y como la ideología burguesa es nacionalista, la ideología revolucionaria debe ser anti-nacionalista, ya que para terminar con las actitudes contrarias al internacionalismo proletario hay que negar de plano la nación, o asignar todo lo que es nacional a la burguesía.
(Además, el proletariado nunca es xenofóbico, chauvinista, homofóbico, patriarcal, machista y rascista por sí mismo, es simplemente estúpido y nosotrxs, "lxs revolucionarixs", tenemos que desengañarle y guiarle por el buen camino. Pero esa actitud paternalista es otro tema.)
VI
Quien identifica la lucha por la destrucción de la nación burguesa con la desaparición de toda identidad nacional en realidad está luchando por la imposición de una identidad nacional burguesa sobre otra. Por eso el internacionalismo abstracto en el Estado español es quintacolumna del españolismo, ya que niega toda lucha de lxs proletarixs de los países oprimidos por su autodeterminación nacional, sin importar el contenido de clase que tenga.
Pues en el caso de las naciones oprimidas, la opresión nacional del proletariado de esos países se encuentra intensificada: la que impone la identidad nacional ni siquiera es la "propia" burguesía, sino una burguesía extranjera, y esto choca doblemente contra la autodeterminación nacional y cultural.
Ante esta realidad el internacionalismo abstracto de quienes viven en países imperialistas no sirve para una mierda y, de hecho, es funcional al nacionalismo burgués. El internacionalismo abstracto es funcional al nacionalismo burgués no sólo porque acepta, en los hechos, la identidad nacional de su propia burguesía; sino también porque contribuye a que lxs explotadxs de las naciones oprimidas, cuando ven que lxs explotadxs del país imperialista no hacen un carajo por ayudarles y que lxs "revolucionarixs" de esos países, en nombre de postulados ideológicos, les dicen que su lucha es reaccionaria, vean la posibilidad de la liberación nacional en la alianza con "su" burguesía. O sea, en vez de contribuir a que la liberación nacional tenga un contenido de clase proletario, lxs internacionalistxs abstractxs contribuyen a que la liberación nacional tenga un contenido de clase burgués.
¿Cómo en el país vazco no va a seguir teniendo arrastre el nacionalismo burgués si lxs proletarixs españolxs no se solidarizan con la lucha por la autodeterminación nacional del proletariado vazco y, por el contrario, quienes se consideran "revolucionarixs", les dicen que esas son todas tonterías y que únicamente deben luchar por los medios de producción?
VII
En mi país (Argentina) pasa algo similar. La lucha de los pueblos originarios (mal llamados aborígenes) por su autodeterminación nacional y cultural es vista como una lucha nacionalista por sectores de la izquierda y del anarquismo.
Los indios mapuche están siendo perseguidos por los terratenientes y el Estado argentino y el chileno (porque la nación mapuche está dividida entre dos Estados, al igual que sucede con otras naciones como los vazcos y los kurdos) porque reclama activamente mediante la "ocupación" el derecho a sus tierras ancestrales.
Sin embargo hay "revolucionarixs" que, en vez de solidarizarse con el derecho de estos seres humanos a vivir donde vivieron sus ancestrxs y a conservar su cultura milenaria avasallada por una de las peores campañas genocidas de la historia, dan la voz de alarma por la cercanía de su lucha al nacionalismo. Su pensamiento es "si lxs indixs se dejaran de joder con su cultura anacrónica y se volvieran obrerxs argentinxs o chilenxs la revolución estaría más cerca". Mierda de revolucionarixs que son estxs. En vez de ver en la solidaridad con una lucha justa a la misma revolución, únicamente conciben lo que entra en su esquema y todo lo exterior a él les parece una amenaza o un obstáculo para "la revolución". Me dan lástima. De esta manera ellxs, internacionalistas de palabra, se cagan en la nación mapuche al igual que los Estados argentinos y chilenos, y quieren que los mapuches acepten la identidad cultural/nacional burguesa en vez de luchar por su autodeterminación nacional/cultural.
VIII
El internacionalismo abstracto es muy cómodo, ya que como decreta que todo lo que es nacional es burgués, se lava las manos ante la opresión nacional. ¡La ideología revolucionaria les ha eximido de ello! ¿Qué clase de compañerismo es ese? (compañerismo, que tontería!
Todo esto es una muestra más de cómo una praxis política que se basa en postulados ideológicos y esquemas se revela contraria a una verdadera praxis revolucionaria de autoliberación individual y colectiva con un criterio histórico-materialista, donde la solidaridad y la cooperación sean fines en sí mismos y no medios para objetivos políticos abstractos.
* Hay quienes piensan que las naciones son inventos de la burguesía. Esa es la ilusión creada porque en algunos países la nación ha surgido al mismo tiempo o se ha consolidado con el Estado burgués. Pero hay naciones milenarias que existen desde muchísimo antes que la burguesía. China, por ejemplo. ¿La nación china es un invento de la burguesía china? Parece que en el pensamiento de estos negacionistas de toda nación, lxs proletarixs fuéramos extraterrestres que fuimos "transplantadxs" en cierta parte del planeta y que todas las diferencias culturales fueran producto de una temible conspiración de los burgueses. Lo gracioso es que esas posiciones internacionalistas abstractas se expresan en idiomas y usos particulares de esos idioma que tiene un origen nacional.
** La "autoconstitución del proletariado en nación" no significa más que ésto; y figura en el Manifiesto Comunista, por más que algunxs marxistas quieran negarlo. Muchxs marxistas y "marxistas" no han comprendido la posición histórico-materialista sobre la nación, y tuvieron/tienen una posición ideológica. El mismo Pannekoek fue criticable en ese aspecto, y en nuestro sitio hay una crítica a su texto "Lucha de clase y nación".
Última edición por Ricardo Fuego el 26 Jul 2006, 18:33, editado 1 vez en total.
Ni partidos ni sindicatos, ni siglas ni dirigentes: ¡autonomía proletaria!
Círculo Internacional de Comunistas Antibolcheviques
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A mí me gustaría tener una horita cada vez que Mattick o su colego escriben algo, para realizarle un análisis en profundidad. Como comprenderás, Mattick, en mi intervención no he hecho una firme apuesta por el internacionalismo, sino un guiño y rapidito. Para mí lo que supone (entre otras muchas cosas) es que, lo mismo también me gusta el mate, y no necesito haber nacido allí para disfrutarlo.
Por cierto, se puede luchar por la autodeterminación del lugar en que naciste (lo mismo no es una nación), y dudo mucho que un "revolucionarix" tache de reaccionarix a quien lo haga. El problema es cuando toda autodeterminación se circunscribe a la "nación" a la que uno pertenece, más que nada porque, además de "no tener patria" (construcción burguesa), la única que reconocemos es aquella donde nuestros pies pisan a cada instante.
Pero bueno, agradezco que deduzcas de mi falta de tiempo que lo que soy es una quintacolumnista del Imperialismo
Del paternalismo... hablaremos mañana

Por cierto, se puede luchar por la autodeterminación del lugar en que naciste (lo mismo no es una nación), y dudo mucho que un "revolucionarix" tache de reaccionarix a quien lo haga. El problema es cuando toda autodeterminación se circunscribe a la "nación" a la que uno pertenece, más que nada porque, además de "no tener patria" (construcción burguesa), la única que reconocemos es aquella donde nuestros pies pisan a cada instante.
Pero bueno, agradezco que deduzcas de mi falta de tiempo que lo que soy es una quintacolumnista del Imperialismo
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kuando los ke mandan pierden la vergüenza, los ke obedecen pierden el respeto
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Eugene Pottier
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No estaría mal hacer un esfuerzo por determinar conceptos.
Primeramente, decir de manera breve, que el internacionalismo, por supuesto, concibe las naciones, pero las concibe como un terreno más de todos los terrenos que conforman el enemigo de clase. Y concibe que TODAS las naciones oprimen. No hay un nacionalismo “bueno”. Porque, aunque algunos pretendan ser materialistas, luego realizan una aplicación ahistórica de este materialismo, con lo cual, de materialismo nada, puro idealismo. Porque es un idealismo absoluto querer comparar las luchas de liberación nacional decimonónicas, que iban acompañadas de las revoluciones burguesas democrático-liberales, con supuestas luchas de liberación nacional actuales, que no son sino peleas bien de una gran burguesía en necesidad de expansión, bien de una pequeña burguesía asfixiada en busca de mayor mercado, para lo cual intenta reclutar, mediante la ideología nacionalista, por “el bien de la nación” (y no dejaré de repetirlo, la nación, el pueblo, también son los capitalistas, los curas y los policías), el mayor número posible de obreros. A veces estos caen, a veces incluso en considerable número, pero por norma general los obreros son conscientes de que esa no es su pelea, y no se dejan arrastras por esos derroteros, nunca mejor dicho.
Por otra parte, pero siguiendo con las aplicaciones ahistórica de los conceptos. Hablar hoy de “nación”, simple a secas, es emborronar el mundo actual en que vivimos, que no es el de las naciones, sino el de los estados-nación. Esto, sencillamente, es así. Así pues, no hay que mezclar cosas. Por supuesto, puede haber pueblos oprimidos, y si es verdaderamente oprimido, es totalmente justificado una lucha de liberación nacional, incluso, digo, si esta liberación incluiría la formación de un nuevo Estado. Otra cosa es, que los obreros no deban aliarse con la burguesía en esta lucha. Ahora bien, esa nación en cuestión, ha de ser realmente oprimida. Digo REALMENTE, porque causa verdadera risa, cuando no otra cosa, oír afirmaciones tales como que la nación que llaman Cataluña, es una nación oprimida. Estamos hablando de la región más industrializada de ese Estado llamado España, estamos hablando de una región cuyo montante productivo supera a la de muchos países de Europa, y estamos hablando de una “nación” cuya burguesía es, incluso, imperialista. Estamos hablando de una nación que posee uno de los principales bancos de España, una nación cuyo capital domina una de las principales fuentes de energía de España, estamos hablando de una nación que durante muchos años ha impuesto al Estado español el proteccionismo de los productos catalanes, impidiendo que entren en España una determinada cantidad de productos, para que todos los españoles hayan de comprarlo al precio que ellos marquen. Esto sólo por poner ejemplos. Que haya victimistas proclamando que esta nación está oprimida, porque un día su lengua estuvo oficialmente prohibida, es realmente de chiste. Un chiste lo suficientemente sin gracia como para decir que con cuentos a otra parte. Lo mismo ocurre con el País Vasco, una nación tan oprimida, que desde hace décadas posee unos llamados “conciertos económicos” que les privilegia fiscalmente, y una industria que, desde luego, nada tiene que ver con la que posee Badajoz. Así, podríamos poner cantidad de ejemplos con nacionalismos de lo que llaman “naciones sin Estado”.
Después, podríamos entrar, en el nacionalismo de países que se consideran oprimidos, como es muy común en Latinoamérica. Así, incluso desde aquí, podemos oír gritar y perjurar a los argentinos, contra los españoles, que les hemos robado a través de Repsol y Telefónica. Pero al igual que antes, hablamos de un país que, en los años 50 y 60, era uno de los países más ricos del mundo, y cuando llegaron las empresas españolas ese país ya era una calamidad, por lo que dudo mucho, que la culpa la tengan, los españoles, pero tampoco los americanos. Tal vez harían mejor en mirar en su propia casa. Por poner otro ejemplo.
Esto no es más que ideología tercermundista.
Y es que no hay que confundir la opresión “nacional”, con la dependencia de los estados-nación dentro del juego del capitalismo mundial. Cosa absolutamente distintas. Salvo dos o tres países en el mundo, absolutamente todos los demás son dependientes de algún otro. España no es un país independiente, ¿quiere decir que sufre una opresión nacional por parte de Francia y Estados Unidos, países cuyo capital domina buena parte de la economía española? El mundo actual no se divide entre naciones opresoras y oprimidas. Aquí es necesario alertar sobre el uso de este concepto, que tiene mucho peligro. También Mussolini hablaba de ello, y es más, llegó a acuñar el término de “naciones proletarias”, los países más pobres, en una supuesta contraposición a las “naciones capitalistas”, los países más ricos. Pero esas supuestas naciones oprimidas no son más que países que han llegado tarde al reparto del mercado mundial, y su pelea no es contra este reparto, sino por una mayor parte de tarta. Esto es, hablando sencillamente, peleas inter-imperialistas. Peleas por cotas de mercado, y no por ninguna liberación, ni siquiera nacional. Imperialismo puro y duro, y simple. Ese es el mundo capitalista en que vivimos, y no la imaginaria “tierra media” de las naciones.
Por último, querer justificar el nacionalismo acudiendo a Marx y en concreto al Manifiesto del Partido Comunista, es de un nacional-bolchevismo atroz, del más tradicional. Lo cual, casi no hace más que provocar que se piense, que no sea casualidad que algunos de los primero teóricos del nacional-bolchevismo fueran dos consejiales. Y digo esto, aún a sabiendas de que recibiré la pertinente ráfaga de insultos del habitual insultador, y seré acusado de jartovino. Pero obviamente, uno no va a callar y ceder a las coacciones.
“Por lo que respecta a la clase obrera, las diferencias de edad y sexo pierden toda significación social.
Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen”.
-MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA, de LA LIGA DE LOS COMUNISTAS. Marx y Engels.
“Para los obreros todo lo que centralice a la burguesía es por supuesto favorable”.
-Carlos Marx, carta a Engels, 27 de Julio de 1.866.
“En el concepto del partido clasista del proletariado la obligación de protestar y luchar contra la opresión nacional no emerge de ningún “derecho de los pueblos”, de mismo modo que, por ejemplo, la lucha por la igualdad de derechos sociales y políticos para ambos sexos no emana de ningún innato “derecho de la mujer” invocado por el movimiento de las feministas burguesas, sino que surge como reacción natural contra el régimen de clases basado en la desigualdad social, en una palabra, de la misma y básica posición del sociallismo. La citada indicación para la política práctica es de carácter puramente negativo.
El “derecho de las naciones” –que abarque todos los países y todos los tiempos con idéntica justicia- no es otra cosa que un cliché, una frase metafísica, como sus análogos “derechos del hombre” y “derechos del ciudadano”. El materialismo dialéctico, fundamento del socialiismo científico- ha desterrado definitivamente de su vocabulario estos axiomas “eternos”.
“Democracia”, “libertad ciudadana”, “igualdad”, y demás hermosas frases del mismo estilo hace tiempo que han dejado de constituir para la socialdemocracia actual verdades o derechos supremos.
Tal tendencia a endilgar el derecho a la libertad, igualdad y otros beneficios por el estilo a todos los pueblos, países, grupos, naciones, en fin, a cualquier ser humano, caracteriza precisamente a la bravuconería de la fraseología del anarquismo.
El sociialismo marxista difiere, entre otras cosas, de todos los demás “sociallismos” porque no pretende guardar en su bolsillo un montón de remiendos para tapar todos los agujeros hechos por el desarrollo de los tiempos.
El “derecho” de un pueblo a la libertad, como el “derecho” del obrero a la independencia económica, valen tanto como aquel famoso “derecho” de todo ser humano a comer en platos de oro. En la década de los cuarenta, la proclamación del “derecho al trabajo” era el postulado tiernamente amado de los sociallistas utópicos franceses y cumplía el papel de solucionar de modo inmediato y radical todas las cuestiones sociales.
La esperanza de solucionar todas las cuestiones nacionales sobre el terreno capitalista por medio de la devolución o la garantía de la posibilidad de la “autodeterminación” a todas las naciones, pueblos y tribus constituye una perfecta utopía.
La devolución a todos los grupos étnicos u otros grupos “nacionales” determinados de tal o cual manera de la posibilidad efectiva de la “autodeterminación” constituye una utopía con respecto precisamente a la corriente del desarrollo histórico.
En una sociedad de clases, el pueblo, como un todo social y político homogéneo, no existe, mientras que sí existen en cada nación las clases sociales con sus intereses y “derechos” antagónicos.
En las relaciones internacionales, la burguesía representa el sistema de derechos aduaneros, mientras que el proletariado representa la política del libre comercio.
El pueblo quiere lo que quiere su mayoría. Tal axioma sería equivalente a la autoaniquilación de la socialdemocracia como partido revolucionario. La “voluntad del pueblo” o de su mayoría no constituye una divinidad ante la cual la socialdemocracia se pone de rodillas. Por otra parte, las manifestaciones tradicionales de la conciencia social en la sociedad burguesa, que también se observan en las clases obreras, constituyen formas hostiles a los ideales y aspiraciones sociialistas.
El centralismo marcha hombro con hombro con la democracia y el progreso, mientras que el federalismo y el regionalismo corren parejo con la reacción y el atraso.
La idea de la federación, retrógrada por su propia naturaleza y por su contenido histórico, en la actualidad se ha convertido en un anuncio comercial pseudorrevolucionario del nacionalismo pequeño-burgués y la reacción contra la lucha revolucionaria clasista del proletariado que se funda en la unión de todas las naciones.
La moderna cultura espiritual es ante todo una cultura de las clases burguesas y pequeño-burguesas. La ciencia y el arte, la escuela y el teatro, la intelectualidad profesional, la prensa, todas estas manifestaciones culturales están hoy fundamentalmente al servicio de la sociedad burguesa, impregnados de sus principios, su espíritu y sus aspiraciones.
Los intereses de la socialdemocracia siempre coinciden con los intereses del desarrollo de la economía mundial, así como también con los de la masa de los consumidores.
La especulación para obtener mejores condiciones sociales en el proletariado polaco, aislándolo, por medio de una legislación diferenciada, del proletariado ruso, no ha sido una política clasista en el espíritu de la socialdemocracia internacional, sino una política gremial, corporativa. Semejante política es básicamente igual a la de las anticuadas trade unions inglesas, que aislaban a los obreros cualificados de los simples obreros en detrimento de los últimos. Se trata de una política exclusivista cuyo objetivo es dividir al proletariado y que se halla en contraposición directa con los principios básicos de la política clasista.
Los intereses del proletariado en general, y en la esfera de la legislación protectora en particular, exigen liberarse de aquellas categorías proletarias que gozan socialmente de situaciones privilegiadas puesto que la legislación protectora requiere la concentración y no su división.
El juicio superficial y la miopía política de la pequeña-burguesía, su regionalismo, su incomprensión para ubicar los verdaderos resortes de la política clasista del proletariado, llevan a que la legislación protectora de los obreros de nuestro país dependa de la autonomía legislativa. Por el contrario, es necesario que la legislación protectora pertenezca en principio a la competencia del parlamento central, forman así el campo común de acción clasista del proletariado unido en todo el Estado, y fundamenta la necesidad de una legislación central monolítica”.
-LA CUESTION NACIONAL Y LA AUTONOMÍA. Rosa Luxemburgo.
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Primeramente, decir de manera breve, que el internacionalismo, por supuesto, concibe las naciones, pero las concibe como un terreno más de todos los terrenos que conforman el enemigo de clase. Y concibe que TODAS las naciones oprimen. No hay un nacionalismo “bueno”. Porque, aunque algunos pretendan ser materialistas, luego realizan una aplicación ahistórica de este materialismo, con lo cual, de materialismo nada, puro idealismo. Porque es un idealismo absoluto querer comparar las luchas de liberación nacional decimonónicas, que iban acompañadas de las revoluciones burguesas democrático-liberales, con supuestas luchas de liberación nacional actuales, que no son sino peleas bien de una gran burguesía en necesidad de expansión, bien de una pequeña burguesía asfixiada en busca de mayor mercado, para lo cual intenta reclutar, mediante la ideología nacionalista, por “el bien de la nación” (y no dejaré de repetirlo, la nación, el pueblo, también son los capitalistas, los curas y los policías), el mayor número posible de obreros. A veces estos caen, a veces incluso en considerable número, pero por norma general los obreros son conscientes de que esa no es su pelea, y no se dejan arrastras por esos derroteros, nunca mejor dicho.
Por otra parte, pero siguiendo con las aplicaciones ahistórica de los conceptos. Hablar hoy de “nación”, simple a secas, es emborronar el mundo actual en que vivimos, que no es el de las naciones, sino el de los estados-nación. Esto, sencillamente, es así. Así pues, no hay que mezclar cosas. Por supuesto, puede haber pueblos oprimidos, y si es verdaderamente oprimido, es totalmente justificado una lucha de liberación nacional, incluso, digo, si esta liberación incluiría la formación de un nuevo Estado. Otra cosa es, que los obreros no deban aliarse con la burguesía en esta lucha. Ahora bien, esa nación en cuestión, ha de ser realmente oprimida. Digo REALMENTE, porque causa verdadera risa, cuando no otra cosa, oír afirmaciones tales como que la nación que llaman Cataluña, es una nación oprimida. Estamos hablando de la región más industrializada de ese Estado llamado España, estamos hablando de una región cuyo montante productivo supera a la de muchos países de Europa, y estamos hablando de una “nación” cuya burguesía es, incluso, imperialista. Estamos hablando de una nación que posee uno de los principales bancos de España, una nación cuyo capital domina una de las principales fuentes de energía de España, estamos hablando de una nación que durante muchos años ha impuesto al Estado español el proteccionismo de los productos catalanes, impidiendo que entren en España una determinada cantidad de productos, para que todos los españoles hayan de comprarlo al precio que ellos marquen. Esto sólo por poner ejemplos. Que haya victimistas proclamando que esta nación está oprimida, porque un día su lengua estuvo oficialmente prohibida, es realmente de chiste. Un chiste lo suficientemente sin gracia como para decir que con cuentos a otra parte. Lo mismo ocurre con el País Vasco, una nación tan oprimida, que desde hace décadas posee unos llamados “conciertos económicos” que les privilegia fiscalmente, y una industria que, desde luego, nada tiene que ver con la que posee Badajoz. Así, podríamos poner cantidad de ejemplos con nacionalismos de lo que llaman “naciones sin Estado”.
Después, podríamos entrar, en el nacionalismo de países que se consideran oprimidos, como es muy común en Latinoamérica. Así, incluso desde aquí, podemos oír gritar y perjurar a los argentinos, contra los españoles, que les hemos robado a través de Repsol y Telefónica. Pero al igual que antes, hablamos de un país que, en los años 50 y 60, era uno de los países más ricos del mundo, y cuando llegaron las empresas españolas ese país ya era una calamidad, por lo que dudo mucho, que la culpa la tengan, los españoles, pero tampoco los americanos. Tal vez harían mejor en mirar en su propia casa. Por poner otro ejemplo.
Esto no es más que ideología tercermundista.
Y es que no hay que confundir la opresión “nacional”, con la dependencia de los estados-nación dentro del juego del capitalismo mundial. Cosa absolutamente distintas. Salvo dos o tres países en el mundo, absolutamente todos los demás son dependientes de algún otro. España no es un país independiente, ¿quiere decir que sufre una opresión nacional por parte de Francia y Estados Unidos, países cuyo capital domina buena parte de la economía española? El mundo actual no se divide entre naciones opresoras y oprimidas. Aquí es necesario alertar sobre el uso de este concepto, que tiene mucho peligro. También Mussolini hablaba de ello, y es más, llegó a acuñar el término de “naciones proletarias”, los países más pobres, en una supuesta contraposición a las “naciones capitalistas”, los países más ricos. Pero esas supuestas naciones oprimidas no son más que países que han llegado tarde al reparto del mercado mundial, y su pelea no es contra este reparto, sino por una mayor parte de tarta. Esto es, hablando sencillamente, peleas inter-imperialistas. Peleas por cotas de mercado, y no por ninguna liberación, ni siquiera nacional. Imperialismo puro y duro, y simple. Ese es el mundo capitalista en que vivimos, y no la imaginaria “tierra media” de las naciones.
Por último, querer justificar el nacionalismo acudiendo a Marx y en concreto al Manifiesto del Partido Comunista, es de un nacional-bolchevismo atroz, del más tradicional. Lo cual, casi no hace más que provocar que se piense, que no sea casualidad que algunos de los primero teóricos del nacional-bolchevismo fueran dos consejiales. Y digo esto, aún a sabiendas de que recibiré la pertinente ráfaga de insultos del habitual insultador, y seré acusado de jartovino. Pero obviamente, uno no va a callar y ceder a las coacciones.
“Por lo que respecta a la clase obrera, las diferencias de edad y sexo pierden toda significación social.
Los obreros no tienen patria. No se les puede arrebatar lo que no poseen”.
-MANIFIESTO DEL PARTIDO COMUNISTA, de LA LIGA DE LOS COMUNISTAS. Marx y Engels.
“Para los obreros todo lo que centralice a la burguesía es por supuesto favorable”.
-Carlos Marx, carta a Engels, 27 de Julio de 1.866.
“En el concepto del partido clasista del proletariado la obligación de protestar y luchar contra la opresión nacional no emerge de ningún “derecho de los pueblos”, de mismo modo que, por ejemplo, la lucha por la igualdad de derechos sociales y políticos para ambos sexos no emana de ningún innato “derecho de la mujer” invocado por el movimiento de las feministas burguesas, sino que surge como reacción natural contra el régimen de clases basado en la desigualdad social, en una palabra, de la misma y básica posición del sociallismo. La citada indicación para la política práctica es de carácter puramente negativo.
El “derecho de las naciones” –que abarque todos los países y todos los tiempos con idéntica justicia- no es otra cosa que un cliché, una frase metafísica, como sus análogos “derechos del hombre” y “derechos del ciudadano”. El materialismo dialéctico, fundamento del socialiismo científico- ha desterrado definitivamente de su vocabulario estos axiomas “eternos”.
“Democracia”, “libertad ciudadana”, “igualdad”, y demás hermosas frases del mismo estilo hace tiempo que han dejado de constituir para la socialdemocracia actual verdades o derechos supremos.
Tal tendencia a endilgar el derecho a la libertad, igualdad y otros beneficios por el estilo a todos los pueblos, países, grupos, naciones, en fin, a cualquier ser humano, caracteriza precisamente a la bravuconería de la fraseología del anarquismo.
El sociialismo marxista difiere, entre otras cosas, de todos los demás “sociallismos” porque no pretende guardar en su bolsillo un montón de remiendos para tapar todos los agujeros hechos por el desarrollo de los tiempos.
El “derecho” de un pueblo a la libertad, como el “derecho” del obrero a la independencia económica, valen tanto como aquel famoso “derecho” de todo ser humano a comer en platos de oro. En la década de los cuarenta, la proclamación del “derecho al trabajo” era el postulado tiernamente amado de los sociallistas utópicos franceses y cumplía el papel de solucionar de modo inmediato y radical todas las cuestiones sociales.
La esperanza de solucionar todas las cuestiones nacionales sobre el terreno capitalista por medio de la devolución o la garantía de la posibilidad de la “autodeterminación” a todas las naciones, pueblos y tribus constituye una perfecta utopía.
La devolución a todos los grupos étnicos u otros grupos “nacionales” determinados de tal o cual manera de la posibilidad efectiva de la “autodeterminación” constituye una utopía con respecto precisamente a la corriente del desarrollo histórico.
En una sociedad de clases, el pueblo, como un todo social y político homogéneo, no existe, mientras que sí existen en cada nación las clases sociales con sus intereses y “derechos” antagónicos.
En las relaciones internacionales, la burguesía representa el sistema de derechos aduaneros, mientras que el proletariado representa la política del libre comercio.
El pueblo quiere lo que quiere su mayoría. Tal axioma sería equivalente a la autoaniquilación de la socialdemocracia como partido revolucionario. La “voluntad del pueblo” o de su mayoría no constituye una divinidad ante la cual la socialdemocracia se pone de rodillas. Por otra parte, las manifestaciones tradicionales de la conciencia social en la sociedad burguesa, que también se observan en las clases obreras, constituyen formas hostiles a los ideales y aspiraciones sociialistas.
El centralismo marcha hombro con hombro con la democracia y el progreso, mientras que el federalismo y el regionalismo corren parejo con la reacción y el atraso.
La idea de la federación, retrógrada por su propia naturaleza y por su contenido histórico, en la actualidad se ha convertido en un anuncio comercial pseudorrevolucionario del nacionalismo pequeño-burgués y la reacción contra la lucha revolucionaria clasista del proletariado que se funda en la unión de todas las naciones.
La moderna cultura espiritual es ante todo una cultura de las clases burguesas y pequeño-burguesas. La ciencia y el arte, la escuela y el teatro, la intelectualidad profesional, la prensa, todas estas manifestaciones culturales están hoy fundamentalmente al servicio de la sociedad burguesa, impregnados de sus principios, su espíritu y sus aspiraciones.
Los intereses de la socialdemocracia siempre coinciden con los intereses del desarrollo de la economía mundial, así como también con los de la masa de los consumidores.
La especulación para obtener mejores condiciones sociales en el proletariado polaco, aislándolo, por medio de una legislación diferenciada, del proletariado ruso, no ha sido una política clasista en el espíritu de la socialdemocracia internacional, sino una política gremial, corporativa. Semejante política es básicamente igual a la de las anticuadas trade unions inglesas, que aislaban a los obreros cualificados de los simples obreros en detrimento de los últimos. Se trata de una política exclusivista cuyo objetivo es dividir al proletariado y que se halla en contraposición directa con los principios básicos de la política clasista.
Los intereses del proletariado en general, y en la esfera de la legislación protectora en particular, exigen liberarse de aquellas categorías proletarias que gozan socialmente de situaciones privilegiadas puesto que la legislación protectora requiere la concentración y no su división.
El juicio superficial y la miopía política de la pequeña-burguesía, su regionalismo, su incomprensión para ubicar los verdaderos resortes de la política clasista del proletariado, llevan a que la legislación protectora de los obreros de nuestro país dependa de la autonomía legislativa. Por el contrario, es necesario que la legislación protectora pertenezca en principio a la competencia del parlamento central, forman así el campo común de acción clasista del proletariado unido en todo el Estado, y fundamenta la necesidad de una legislación central monolítica”.
-LA CUESTION NACIONAL Y LA AUTONOMÍA. Rosa Luxemburgo.
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Eugene Pottier escribió: y una industria que, desde luego, nada tiene que ver con la que posee Badajoz.
...Tal tendencia a endilgar el derecho a la libertad, igualdad y otros beneficios por el estilo a todos los pueblos, países, grupos, naciones, en fin, a cualquier ser humano, caracteriza precisamente a la bravuconería de la fraseología del anarquismo.
Badajoz posee una industria agroalimentaria, que se va desarrollando respetuosa con nuestra provincia, con sus espacios naturales, sus dehesas, sus encinares cargados de bellotas y sus inmensas piaras de cerdos. Todo ello constituye parte de nuestra identidad bellotera, y por eso resistimos a los intentos de modernizarnos mediante espantosas industrias, como la de la refinería Balboa del Gallardo y del Ibarra. No pasarán.
Libertad individual, identidad colectiva, anarquía. Con pan, jamón y vino, se anda el camino.
estamos hablando, en definitiva, de un caramelo demasiado gordo como para que un estatalista de la ideología que sea lo deje escapar.Eugene pottierPor otra parte, pero siguiendo con las aplicaciones ahistórica de los conceptos. Hablar hoy de “nación”, simple a secas, es emborronar el mundo actual en que vivimos, que no es el de las naciones, sino el de los estados-nación. Esto, sencillamente, es así. Así pues, no hay que mezclar cosas. Por supuesto, puede haber pueblos oprimidos, y si es verdaderamente oprimido, es totalmente justificado una lucha de liberación nacional, incluso, digo, si esta liberación incluiría la formación de un nuevo Estado. Otra cosa es, que los obreros no deban aliarse con la burguesía en esta lucha. Ahora bien, esa nación en cuestión, ha de ser realmente oprimida. Digo REALMENTE, porque causa verdadera risa, cuando no otra cosa, oír afirmaciones tales como que la nación que llaman Cataluña, es una nación oprimida. Estamos hablando de la región más industrializada de ese Estado llamado España, estamos hablando de una región cuyo montante productivo supera a la de muchos países de Europa, y estamos hablando de una “nación” cuya burguesía es, incluso, imperialista. Estamos hablando de una nación que posee uno de los principales bancos de España, una nación cuyo capital domina una de las principales fuentes de energía de España, estamos hablando de una nación que durante muchos años ha impuesto al Estado español el proteccionismo de los productos catalanes, impidiendo que entren en España una determinada cantidad de productos, para que todos los españoles hayan de comprarlo al precio que ellos marquen. Esto sólo por poner ejemplos..
En catalunya, además de clase obrera, hay un 17% de la población en el umbral de la pobreza y en los últimos diez años han llegado más o menos un millón de inmigrantes. Que catalunya no debe de convertirse en un estado burgués independiente, de acuerdo. Pero tampoco debe ser el motor de un estado redistribucionista. Hay que avanzar hacia un modelo de sociedad en que lo que sea producido en catalunya sea para los catalanes, para quienes lo han producido (independientemente de su origen) no para enriquecer más nuestra burguesía. El modelo económico que proponen tanto los indepes revolucionarios como los anarquistas es el que conviene al trabajador, un sistema de producción regido por la necesidad y no por el productivismo. Yo no me fío de un estado comunista, te dicen que trabajas para ti pero estás trabajando para los intereses del estado, necios y crueles como los de cualquier estado. Que en el discurso por la autosuficiencia se saque el nombre de "nación" a relucir es indiferente. La burguesía catalana y el estado español son complices de la explotación del trabajador catalán, del manolo de hospitalet como del jaume de ripoll, como del hammudi del masnou. Un proceso de emancipación respecto a nuestra burguesía es un proyecto de emancipación respecto al estado. Porqué nuestra burguesía no es nada sin el ejército español y su policía. Tu no te fías de los obreros catalanes, no confías en que sean capaces de deshacerse de su burguesía si predican la autonomía. Por eso sí es relevante que tu niegues que catalunya es una nación con tanta vehemencia, porqué eso es pura ideología, es paternalismo marxista, es querer dividir la humanidad en perfectos estados-nación soviéticos sin fisuras ni disidencias. Tu no te fías de nosotros, ni nosotros de tí. Que le vamos a hacer, aprieta el culo y espera. A ver quien eztá al final más cerca de la revolución, si los libertarios y autónomos, los antiautoritarios y los indepes multilaterales, o vosotros los bolcheviques.
"La mejor forma de cultivar el internacionalismo es avanzar el proceso revolucionario social allá donde haya condiciones para ello."
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Eugene Pottier no ha entendido nada, pero NADA, de lo que he dicho. O por lo menos, responde de esa manera.
Sólo un imbécil puede decir que la autoconstitución del proletariado en nación tiene algo que ver con la liberación nacional al estilo burgués.
Pero bueno, no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Sólo un imbécil puede decir que la autoconstitución del proletariado en nación tiene algo que ver con la liberación nacional al estilo burgués.
Pero bueno, no hay peor sordo que el que no quiere oír.
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Desde luego, los nacionalistas no estaréis nunca cerca de la revolución. Más bien al contrario. La fraseología no es suficiente. Rellenar el pastel con obrerismo no otorga ningún carácter proletario a quien se llena la boca con tal concepto.
"En catalunya, además de clase obrera, hay un 17% de la población en el umbral de la pobreza y en los últimos diez años han llegado más o menos un millón de inmigrantes." ¿y a los tenderos, o a los profesores universitarios, o a los funcionarios, no los cuentas?
Me importa muy poco si consideras a tu patria una nación o no, si así te sientes mejor, es cosa tuya. Venga, Cataluña es una nación. Bien, ¿y qué? No cambia nada. Lo único que cambia es que, dentro de un mundo burgués que promueve la diversidad identitaria como forma de afirmarse de cualquier forma menos como proletario, tú has elegido entre una de esas identidades, la de catalán.
Yo no dudo de tus buenas intenciones respecto a la libertad del ser humano, pero has ido a elegir justo el camino que garantiza lo contrario, la conservación del sistema existente. La vía nacional. La vía nacional al sociialismo.
Es bastante ilusionista tu concepto de revolución. Basta con deshacerse del Estado español, después se da una patadita en el culo a la burguesía catalana, y a vivir... Siento darte la mala noticia, que eso no es eliminar el capitalismo y sus relaciones. Es sólo eliminar a la gran burguesía, la que realmente consideras enemiga. No así a la pequeña, esa que está inserta en el pueblo, como el tendero. Pero he de darte otra mala noticia, el capitalismo pequeño, también es capitalismo. Adoleces de un mal demasiado común, y es el de considerar que "lo pequeño es hermoso", y el único reproche que echas en cara al capitalismo, es su monstruosidad. Así, el enemigo es España, no el tendero catalán, un compañero de la comunidad popular. Finalmente, una vez más como no puede ser de otra manera, el nacionalismo se muestra como es, un movimiento interclasista, en bebeficio de una sola clase, y no de la proletaria. No hay que dejarse engañar. Los pequeños burgueses también luchan "contra la burguesía", y los pequeños capitalistas también luchan "contra el capitalismo". Se puede luchar contra la gran burguesía, sin eliminar la burguesía. He ahí la trampa del nacionalismo, un movimiento que, siempre, ha sido impulsado por la pequeña burguesía. Independientemente de que en él participen los obreros que incautos hayan caido en sus redes. El que participen obreros, no determina el carácter proletario de nada. Los fascismo tuvieron una fuerte implantación entre los obreros, y no por ello el fascismo es un movimiento obrero, ni el movimiento obrero fascista. Lo mismo ocurre con el nacionalismo, aunque participen obreros en él, eso no esconde su carácter pequeño-burgués.
Consideras a los obreros, y en concreto a los que trabajan en Cataluña, como imbeciles. Pero te puedes llevar muchas sorpresas. Yo no desconfío de los obreros que son explotados en Cataluña. De quien desconfío, no me canso de repetirlo, es de los nacionalistas. La culpa de ello la tiene la historia, que es el gran enemigo del nacionalismo, pues muestra una y otra vez, como este termina en el único sitio que puede terminar el nacionalismo, incluido el sutil, el de la traición.
"Tu no te fías de nosotros, ni nosotros de tí" ¿Quienes sois vosotros? ¿En nombre de quien hablas? En nombre de los anarquistas no será. Aquí te han dado buenas muestras de como estos te han tirado a la cabeza la moto que les has intentado vender. No es casualidad, que todo aquel que tenga unos mínimos principios de clase, no pase por el aro tramposo del "independentismo revolucionario", esto es, del nacionalismo emperifollado de vestuario y maquillaje revolucionario, en busca de ligarse jóvenes confusos para sus filas.
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"En catalunya, además de clase obrera, hay un 17% de la población en el umbral de la pobreza y en los últimos diez años han llegado más o menos un millón de inmigrantes." ¿y a los tenderos, o a los profesores universitarios, o a los funcionarios, no los cuentas?
Me importa muy poco si consideras a tu patria una nación o no, si así te sientes mejor, es cosa tuya. Venga, Cataluña es una nación. Bien, ¿y qué? No cambia nada. Lo único que cambia es que, dentro de un mundo burgués que promueve la diversidad identitaria como forma de afirmarse de cualquier forma menos como proletario, tú has elegido entre una de esas identidades, la de catalán.
Yo no dudo de tus buenas intenciones respecto a la libertad del ser humano, pero has ido a elegir justo el camino que garantiza lo contrario, la conservación del sistema existente. La vía nacional. La vía nacional al sociialismo.
Es bastante ilusionista tu concepto de revolución. Basta con deshacerse del Estado español, después se da una patadita en el culo a la burguesía catalana, y a vivir... Siento darte la mala noticia, que eso no es eliminar el capitalismo y sus relaciones. Es sólo eliminar a la gran burguesía, la que realmente consideras enemiga. No así a la pequeña, esa que está inserta en el pueblo, como el tendero. Pero he de darte otra mala noticia, el capitalismo pequeño, también es capitalismo. Adoleces de un mal demasiado común, y es el de considerar que "lo pequeño es hermoso", y el único reproche que echas en cara al capitalismo, es su monstruosidad. Así, el enemigo es España, no el tendero catalán, un compañero de la comunidad popular. Finalmente, una vez más como no puede ser de otra manera, el nacionalismo se muestra como es, un movimiento interclasista, en bebeficio de una sola clase, y no de la proletaria. No hay que dejarse engañar. Los pequeños burgueses también luchan "contra la burguesía", y los pequeños capitalistas también luchan "contra el capitalismo". Se puede luchar contra la gran burguesía, sin eliminar la burguesía. He ahí la trampa del nacionalismo, un movimiento que, siempre, ha sido impulsado por la pequeña burguesía. Independientemente de que en él participen los obreros que incautos hayan caido en sus redes. El que participen obreros, no determina el carácter proletario de nada. Los fascismo tuvieron una fuerte implantación entre los obreros, y no por ello el fascismo es un movimiento obrero, ni el movimiento obrero fascista. Lo mismo ocurre con el nacionalismo, aunque participen obreros en él, eso no esconde su carácter pequeño-burgués.
Consideras a los obreros, y en concreto a los que trabajan en Cataluña, como imbeciles. Pero te puedes llevar muchas sorpresas. Yo no desconfío de los obreros que son explotados en Cataluña. De quien desconfío, no me canso de repetirlo, es de los nacionalistas. La culpa de ello la tiene la historia, que es el gran enemigo del nacionalismo, pues muestra una y otra vez, como este termina en el único sitio que puede terminar el nacionalismo, incluido el sutil, el de la traición.
"Tu no te fías de nosotros, ni nosotros de tí" ¿Quienes sois vosotros? ¿En nombre de quien hablas? En nombre de los anarquistas no será. Aquí te han dado buenas muestras de como estos te han tirado a la cabeza la moto que les has intentado vender. No es casualidad, que todo aquel que tenga unos mínimos principios de clase, no pase por el aro tramposo del "independentismo revolucionario", esto es, del nacionalismo emperifollado de vestuario y maquillaje revolucionario, en busca de ligarse jóvenes confusos para sus filas.
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