Critica a la cosmovisión consejista de un Marx "Liberta

¿Qué tienen en común el Anarquismo y el Comunismo? ¿Qué separa y une a estas dos formas de organizar la sociedad? ¿Nuestro fin es el mismo? Stalinistas, leninistas, marxistas y marxistas libertarios. ¿En qué se diferencian entre sí? ¿Y en qué se parecen?
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Gabriel M
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Critica a la cosmovisión consejista de un Marx "Liberta

Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 06:38

Critica a la cosmovisión consejista de un Marx "Libertario"

EL MARX QUE NUNCA EXISTIÓ

Introducción.

Estos últimos días he estado siguiendo en mis tiempos libres los debates que se producen en el foro. He leído y participado en el foro desde hace algunos años y he visto como el foro a pasado de ser un lugar para el debate entre las líneas del anarquismo y entre marxismo y anarquismo hacia ser un lugar de debate mayoritariamente Consejismo vs. Anarquismo. (No trato de decir que el cambio sea para bien o para mal, solo expongo la poca historia que conozco del foro.)

El consejismo ha encontrado tierra fértil en este foro entre: anarquistas de fin de semana, anarquistas principiantes, simpatizantes anarquistas y entre marxistas desconcertados y bastante decepcionados. Aclaro desde ahora, que no es esto una crítica, sino una realidad perceptible de los personajes que han absorbido a medias las tesis consejistas. Si el consejismo quiere dejar de ser una ideología marginal, sin duda, es a este tipo de personas a quien debe dirigirse. Es por este objetivo que el CICA en particular (por no hablar del consejismo en general) dice no hacer “diferencias de filiación ideológica” en ella “Pueden participar tod@s aquell@s que concuerden con la necesidad de sus líneas de orientación” aunque aclara y sienta precedente de que “las líneas de orientación de los círculos de debate y acción son de inspiración marxista-consejista”. Siendo pues, el discurso de sus líneas de orientación bastante cercano, a primera vista, al discurso anarquista, todo anarquista puede encontrar en el CICA un lugar para el libre debate pragmático, aunque para lograr esto tenga antes que aceptar las líneas ideológicas “marxista-consejista” de la organización “carente de ideología” y por ende renunciar a las líneas ideológicas anarquistas primeras.

“El objetivo –según dice el CICA en su “propuesta practica” – de los círculos es el desarrollo de una nueva concepción revolucionaria en la que se incluyan y superen todos los desarrollos teóricos anteriores”. Unas cuantas palabras mas adelante dejan precedente de que sus líneas de orientación son de inspiración marxista-consejista. Los compañeros parecen olvidar, o quieren olvidar, que Pannekoek y compañía están muertos y son cosa del pasado, por ende sus desarrollos teóricos son “anteriores” y habría, pues, que superarlos y no utilizarlo como líneas de orientación.

El CICA invita a los “proletari@s de otras tendencias y sinceramente revolucionari@s” a participar en su proyecto pro una nueva concepción revolucionaria, pero detrás de la mascara de la unión de los revolucionarios “sinceros y consecuentes” en un circulo “sin filiación ideológica” por una “nueva concepción revolucionaria” esta el intento del consejismo, es decir, de la ideología del comunismo de consejos, de posicionarse como una alternativa real por entre el proletariado. Especificando y recalcando que sus líneas de orientación son “marxista-consejista” e identificando a priori a “revolucionarios y pseudo revolucionarios” logran así anteponer a sus supuestos objetivos de reconciliación revolucionaria y de una “nueva” concepción revolucionaria, el triunfo de su ideología en el círculo.

Esto es solo una advertencia que francamente hago a todos quienes sinceramente han creído en el gatuperio de los consejistas. No es el tema de mi intervención y no busco la confrontación con el grupúsculo ni con los individuos del CICA, en especial con “paul_mattick” quien a todos tilda de dogmáticos y cerrados y de preferir la concepción previa a la verdad (que por cierto cree tenerla solo él) y no he conocido jamás, un tipo mas dogmático y cerrado que él. No pienso perder mi tiempo debatiendo con personas como él. Pero de ante mano aclaro, como debe ser más que obvio en todo foro político de izquierda que; toda crítica seria y constructiva será, por supuesto, bienvenida.

Quiero aclarar también que al no tener tiempo de participar en el diario de los debates, pues la velocidad con los que estos se dan, hace que mi tiempo disponible no sea suficiente para afrontar el debate y continuarlo como se debe, a sido el motivo que me a llevado a la decisión de aportar al debate por este medio; por este pequeño texto que busca fundamentar de tajo una posición distinta a la que el día de hoy parece tomar fuerza entre los foristas.

El consejismo a pintado a un Marx y a un Engels, mas libertarios y antiestatistas, que los mismos que en su propia época se decían a si mismos libertarios y antiestatistas y criticaban a los primeros precisamente por autoritarios y estatistas. Si realizamos una lectura tendenciosa de Marx y Engels, encontraremos sin duda algunas cuantas expresiones aisladas y poco recurrentes que en una cita pueden hacer parecer que Marx y Engels buscaban la conformación de asociaciones libres de los productores. ¿Es verdaderamente Marx tan antiestatista y antiautoritario como nos lo pintan los consejistas? ¿Todo es culpa de la “tergiversación” leninista? Esto es lo que intentare responder en las próximas líneas, analizando los escritos teóricos de Marx (y ocasionalmente de Engels), así como sus cartas, y sus relaciones en la vida del partido y con las masas proletarias, sin más preámbulo, vayamos al grano.

I.- El manifiesto comunista

Iniciare analizando a fondo una de las obras fundamentales del marxismo y que desde mi punto de vista, resulta indispensable para lograr comprender el pensamiento político del sr. Marx.

En platicas/debates con el compañero con el que crecí políticamente, llegamos a la conclusión de que Marx abandono ligeramente algunos principios autoritarios y se acerco a las posiciones de Bakunin, pero no fue capas de superarlas, como si lo hizo Bakunin. En pocas palabras nuestra hipótesis es que Marx con el tiempo se acerco ligera pero notablemente a las posiciones bakuninistas; mientras que las posiciones bakuninistas son producto de la superación dialéctica del marxismo y del proudhonismo, para nosotros Bakunin supero totalmente las posiciones jacobinas/blanquistas de Marx, así como los dilaciones idealistas y pequeño burguesas de Proudhon. Es tiempo de probarlo por escrito…

Escriben Marx y Engels en el manifiesto comunista:

“el objetivo inmediato de los comunistas, es el mismo que el de todos los demás partidos proletarios: constitución del proletariado en clase, derrocamiento de la dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado (…)

Como ya hemos visto arriba, el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia. El proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado organizado como clase dominante…” Capitulo II “proletarios y comunistas”

Resulta evidente el objetivo inmediato del sr. Marx: que el “proletariado” conquiste el poder político, es decir, el Estado. Es precisamente este “objetivo inmediato el que tanto le reclama Bakunin a Marx.

"Ya he expresado en varias oportunidades mi profunda aversión hacia la teoría de Lasalle y de Marx que recomienda a los trabajadores - sino como su ideal definitivo, por lo menos como el objeto más inmediato - la fundación de un Estado popular, el cual, tal como lo explican ellos, no será otra cosa que "el proletariado ascendido a categoría de clase dominante.” " M. Bakunin, Dios y el Estado.

Pero “¿Qué significa el proletariado elevado a condición de clase dominante? ¿Acaso todo el proletariado estaría a la cabeza del gobierno? Hay cerca de 40 millones de alemanes, ¿Acaso todos ellos serán miembros del gobierno? Pero entonces, todo el pueblo será director y no habrá gobierno, no habrá Estado. Pero toda vez que haya Estado, habrá dirigidos, existirán esclavos. …

Este dilema se resuelve en la teoría marxista de un modo muy simple. Por gobierno del pueblo entienden ellos el gobierno sobre este mismo pueblo, de un pequeño número de representantes elegidos por el pueblo... " M. Bakunin, el Estado y la Anarquía.

¿Es la afirmación de Bakunin una falacia? ¡No!. Tres son los factores que nos llevan a dicha afirmación.

1) Marx propone que “el primer paso de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia.” Como veremos más adelante, Marx y Engels al referirse a democracia hablaban de la democracia burguesa, tal cual la conocemos hoy en día. Democracia que permitiría colocar al “proletariado” o para ser mas preciso, a los “representantes” del proletariado a la cabeza del Estado, que es en si, según la teoría marxiana, “el primer paso de la revolución obrera”

2) Por que no fue sino hasta después de la Comuna de Paris, como veremos mas adelante, que Marx habla de un Estado en “otro sentido” de la palabra.

3) Y por ultimo, por que Marx y Engels exponen en el manifiesto comunista una serie de medidas, que aunque, según ellos, serán diferentes en los diversos países, en los más avanzados podían ser implementados 10 puntos que ellos enuncian en el manifiesto. Es este punto, el que nos ocupa ahora.

Las medidas que enuncia el manifiesto, son las siguientes:

“1.a Expropiación de la propiedad inmueble y aplicación de la renta del suelo a los gastos públicos.
2.a Fuerte impuesto progresivo.
3.a Abolición del derecho de herencia.
4.a Confiscación de la fortuna de los emigrados y rebeldes.
5.a Centralización del crédito en el Estado por medio de un Banco nacional con capital del Estado y régimen de monopolio.
6.a Nacionalización de los transportes.
7.a Multiplicación de las fábricas nacionales y de los medios de producción, roturación y mejora de terrenos con arreglo a un plan colectivo.
8.a Proclamación del deber general de trabajar; creación de ejércitos industriales, principalmente en el campo.
9.a Articulación de las explotaciones agrícolas e industriales; tendencia a ir borrando gradualmente las diferencias entre el campo y la ciudad.
10.a Educación pública y gratuita de todos los niños. Prohibición del trabajo infantil en las fábricas bajo su forma actual. Régimen combinado de la educación con la producción material, etc”

De nuevo, resulta evidente, que estas medidas son propias de un Estado moderno, decretos presidenciales o del congreso que garanticen “una violación despótica del derecho de propiedad y de las relaciones burguesas de producción” en palabras del mismo Marx para “gradualmente arrancarle todo a la burguesía.”

Esta es una vieja historia, pero más que una vieja historia, es una vieja realidad y una triste actualidad. Las medidas tomadas por el régimen bolchevique, cubano, etc. no tienen nada que envidiarle a las diez medidas enunciadas por Marx y Engels. Mas aun, en la actualidad las medidas tomadas por Hugo Chavez, no tienen nada que envidiarle a las 10 enunciadas en el manifiesto y menos aun tomando en cuenta que Venezuela es un país “tercermundista”.

En fin, en pocas palabras el manifiesto comunista, es para mí, la obra maestra e himno vital de la socialdemocracia. De la que tanto renegó Bakunin y que los años, nos permiten decir, que tenia toda la razón.
Es por esta evidente razón que “Atercracia”, con justa razón, cita a R. Rocker en el foro, cuando este dice: “El marxismo fue quien impuso la acción parlamentaria a la clase obrera y marco la ruina de la evolución operada en el partido Socialdemocrata aleman. Solo cuando esto se comprenda, se entenderá QUE LA RUTA DE LIBERACIÓN SOCIAL NOS LLEVA A LA TIERRA FELIZ DEL ANARQUISMO PASANDO POR ENCIMA DEL MARXISMO"

Pero el Manifiesto no termina ahí, además de que una y mil veces, nos dice que el deber de el proletariado es conquistar el poder político, también en igual número de veces, nos explica el proceso de transición por medio de la toma del Estado en si, es decir, del Estado tal cual.

“si mediante la revolución se convierte en clase dominante y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza la viejas relaciones de producción, suprime al mismo tiempo que estas relaciones de producción las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y las clases en general, y por tanto su propia dominación como clase”.

Hay varios aspectos a analizar que nos deja esta cita del manifiesto. Primero y antes que nada, en esta como en otras citas que he expuesto del manifiesto, es ostensible que Marx confundía estatización con colectivización. Esto se debe a que Marx consideraba de facto, que el Estado era “obrero” por el simple hecho de que estuvieran a la cabeza de este, los “representantes” del proletariado. A esta visión Bakunin le reprochaba.

“Pero esta minoría, dicen los marxistas, se compondrá de trabajadores. Sí, quizás de los que fueron trabajadores, pero que tan pronto se conviertan en jefes o representantes del pueblo, dejarán de ser obreros y contemplarán al pueblo laborioso desde la altura gubernamental; no representarán ya más al pueblo, sino que a sí mismos y sus pretensiones al gobierno del pueblo.” Bakunin, Ibíd.

Para Bakunin el resultado de dicha formula era evidente, “de cualquier punto de vista que se encare ese problema, se llega siempre al mismo triste resultado, a la dirección de la inmensa mayoría de las masas populares por una minoría privilegiada.”. Esto Marx, nunca lo pudo entender.

Otro aspecto importante de la cita, es la visión democrático/burguesa de Marx. La cita deja en claro el proceso metódico que buscaba Marx. Paso numero uno “si mediante la revolución se convierte en clase dominante” ¿Cómo llegar a clase dominante? Eso Marx no lo explica aquí, pero como veremos mas adelante, es lograr ser clase dominante de cualquier forma, por la vía democrática o por la insurrección, el método es lo de menos lo importante es establecerse como clase dominante.
Así que hasta aquí todos los partidos socialdemócratas, cumplen cabal el manifiesto comunista, todos buscan ostentar el poder político como primer paso.

Paso numero dos “y, en cuanto clase dominante, suprime por la fuerza la viejas relaciones de producción” ¿Qué significa suprimir por la fuerza las viejas relaciones de producción? Nada más que la utilización del Estado, es decir, de sus decretos presidenciales o parlamentarios para obligar a las medidas que “serán una violación despótica de las relaciones burguesas de producción”.

Una vez ostentado el poder y una vez realizadas las medidas “despóticas” contra la burguesía, el paso numero tres debe caer por su propio peso y según Marx debe suprimir “al mismo tiempo que estas relaciones de producción las condiciones para la existencia del antagonismo de clase y las clases en general, y por tanto su propia dominación como clase”. Una vez suprimidas las relaciones burguesas de producción, se acaba la propiedad privada, con ello el antagonismo de clase y entonces sin antagonismo de clase, quienes dominan dejan de dominar pues, según Marx, ya no hay a quien dominar. Por esta visión idealista, Bakunin le reclamaba a Marx, no conocer nada sobre la naturaleza humana y de olvidarse de las condiciones materiales que dan origen a esta.
Existe un último aspecto importante que debemos de tomar de esta cita, es la división marxista de la revolución política previa a la revolución económica. Dicha visión de la revolución política previa a la revolución económica, es claramente expuesta arriba, cuando se ve el proceso metódico de la revolución marxista en los pasos uno y dos. De nuevo Bakunin le reclama a Marx esta división y reivindica la Revolución Social, es decir, la revolución política y económica a la vez.

Es necesario ahondar un poco más en este tema y aclarar que esta división hecha por Marx es, además de todo, relativa. La “revolución” política previa a la económica que plantea Marx, no es una revolución en si, por lo menos no hasta el manifiesto comunista, pues No revoluciona nada de la superestructura/política, sino que solo se apropia de ella.
Por ultimo, en lo que respecta al manifiesto comunista, intentare adelantarme a una idea generalizada entre quienes profesan el marxismo. Por el contrario a lo que he afirmado yo de que el manifiesto comunista es la obra maestra de la socialdemocracia, los militantes marxistas consideran a este documento como la Biblia de la revolución social violenta. Nada más lejos de la realidad.

Esta falsa creencia es producto del impresionismo y mala lectura del documento, pues por ejemplo, al final podemos encontrar en el manifiesto lo siguiente:

“Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Proclaman abiertamente que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo orden social existente”
Dicha cita nos puede llevar a la conclusión de que Marx, sin duda, hablaba de la revolución social violenta, tan proclamada por los marxistas de hoy, pero esto no es más que sacar la cita de su contexto y saltarnos todo lo demás que el mismo manifiesto expone paginas atrás.

¿A que se refiere Marx, entonces, cuando dice que sus objetivos solo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo orden social existente? La respuesta se encuentra páginas atrás en el mismo manifiesto.

“El poder político, hablando propiamente, es la violencia organizada de una clase para la opresión de la otra”

Cuando Marx habla de la conquista del poder político, habla de la conquista del Estado, es decir, de todos sus agrupamientos organizados de represión, que según Marx someterán por la fuerza a la clase antagónica. Pero la historia nos dice, que Marx estaba equivocado.
Libertad sin Socialismo, es privilegio e injusticia; Socialismo sin Libertad, es esclavitud y brutalidad.

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Gabriel M
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Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 06:39

II.- La Comuna de Paris y La guerra Franco-Alemana: Encuentros y Desencuentros.

Dos hechos marcan, primero, una postura radicalmente diferente (la guerra franco-alemana), entre Marx y Bakunin y después, sin duda, el momento donde uno y otro se encuentran más cercanos que nunca. (La comuna de Paris). Estudiar los análisis de ambos sobre dichas cuestiones practicas se vuelve fundamental para conocer en realidad las posturas que defendían en su andar y responder así la pregunta que nos hemos planteado al iniciar esta intervención.

Muchas veces se ha dicho en este foro, que los hechos superan toda palabrería, nada más cierto. Por esto mismo, considero indispensable no solo basarnos en los escritos teóricos de Marx y Engels, sino también en sus cartas y en sus actividades en la vida interna de la internacional y su partido. Vayamos, pues, al grano.

En 1870 estalla la pugna entre Francia y Alemania, Marx y Bakunin elaboraran planes para afrontar dicha situación que nos muestran posturas radicalmente diferentes.

El 2 de septiembre Napoleón III capitula en Sedán y dos días mas tarde, se instaura un gobierno provisional, que se ocupa de mantener el “orden republicano” frente a los intentos comunalistas. Al respecto Marx llama a los obreros franceses por medio de la “segunda carta del consejo general a los miembros de la AIT” (el 9 de septiembre) a sostener y apoyar al nuevo gobierno.

“La clase obrera francesa se halla, pues, en circunstancias extraordinariamente difíciles. Cualquier tentativa de derribar al nuevo gobierno, en un momento en que el enemigo esta a las puertas de Paris, será una locura desesperada. Los obreros franceses deben cumplir con su deber de ciudadanos; pero al propio tiempo no deben dejarse arrastrar por los recuerdos de 1792 como los campesinos franceses se han dejado engañar por los recuerdos nacionales del Primer Imperio. No tienen que recomenzar el pasado, sino edificar el futuro. Que aprovechen tranquila y resueltamente la libertad republicana para proceder metódicamente a su propia organización de clase. Ello les dotara de un nuevo vigor, de fuerzas hercúleas para la regeneración de Francia y para nuestra tarea común: la emancipación del trabajo. De su energía y prudencia depende la suerte de la Republica.”

¿Pero que hay detrás de este patético llamado de Marx a sostener y apoyar al nuevo gobierno, contra los intentos comunalistas?

Marx dice: “Cualquier tentativa de derribar al nuevo gobierno, en un momento en que el enemigo esta a las puertas de Paris, será una locura desesperada.” Pero el bien sabe que el nuevo gobierno NO hace nada por la defensa nacional, sino que se ocupa en el orden republicano sobre las tentativas comunalistas, como nos lo demuestra en su carta a Engels del 6 de septiembre donde dice:

“Hoy, toda la French Branch levantan el campo hacia Paris para cometer alli toda clase de tonterias en nombre de la Internacional. “Ellos” quieren derribar al gobierno provisional, establecer la Comuna de Paris, nombrar a Pyat embajador de Francia en Londres, etc”

Detrás de este patético llamado de Marx a la tranquilidad y prudencia esta la mente fría, la táctica y estrategia para hacerse del control, de la dirigencia, del movimiento obrero mundial, como revelo a su fiel amigo Engels al inicio de la pugna, en una carta el 20 de julio donde le confiesa que:

“Los franceses han de ser vapuleados. Si los prusianos resultan victoriosos, la centralización del poder de Estado será útil a la centralización de la clase obrera alemana. La preponderancia alemana transferirá, por otra parte, el centro de gravedad del movimiento obrero europeo desde Francia a Alemania, y basta comparar el movimiento de 1866 con el actual en los dos países para darse cuenta de que la clase obrera alemana es superior a la francesa tanto en el plano de la teoría como en el de la organización. La preponderancia, en el teatro del mundo, de la clase obrera alemana sobre la francesa, significaría al mismo tiempo, la preponderancia de nuestra teoría sobre la de Proudhon.”

Dias después Serraillier es enviado a Francia con la orden de divulgar la consigna: “abstención de la internacional en Francia hasta que llegue la paz”. En una nueva carta a Engels el 16 de septiembre Marx escribe:

“Dile a Dupont que conteste a los marselleses en nombre del Consejo General y que les eche una reprimenda”

Estas cartas a Engels, el despliegue de Serraillier y la “carta del consejo general a los miembros de la AIT” son una pequeña prueba, de la basta que existe, de lo que Bakunin se refería cuando afirmo que:

“Para los comunistas o para los demócratas sociales de Alemania los campesinos, toda clase campesina, es la reacción; y el Estado, todo Estado, incluso bismarckiano, es la revolución. Que no se crea que murmuramos de ellos. Como prueba de que piensan verdaderamente así no hay más que indicar sus discursos, folletos, artículos de periódicos y, en fin, sus cartas. Los marxitas, en suma, no pueden pensar de otro modo; estatistas a todo precio, tienen que maldecir toda revolución del pueblo, y sobre todo de los campesinos, porque tal revolución es anarquista por su naturaleza misma y tiende directamente a la abolición del Estado.” M. Bakunin, El Estado y la Anarquía.

Al contrario de Marx, Bakunin llamaba a la sublevación del pueblo francés, como única medida de salvación. Así lo expreso, en sus conocidas “Cartas a un Frances” y así lo hizo también en la carta del 23 de agosto que envió a A. Richard que se encontraba en Lyon, en la cual escribía:

“Los prusianos avanzaran hacia Paris, y si el pueblo francés no se subleva, tomaran Paris.
Esta es la autentica verdad, querido amigo, te lo juro por lo más sagrado, por mi honor. Te lo digo con el corazón sumido en profunda desesperación, lleno de vergüenza y de furor. Pero es la pura verdad y quien os diga lo contrario, quien trate de consolaros, quien os prometa que con las ultimas medidas tomadas será posible salvar a Paris y a Francia, os esta mintiendo, os esta engañando de la forma mas indigna. Paris y Francia solo se salvaran con una inmensa sublevación popular. Es preciso que el pueblo tome las armas y se organice así mismo (…) El movimiento patriótico de 1793 no es nada en comparación con lo que debéis iniciar ahora si queréis salvar a Francia de una esclavitud de 50 años, de la miseria, de la ruina, del envilecimiento y de la aniquilación. Asi, pues, arriba, todos, amigos, al canto de la Marsellesa (…) La causa de Francia es hoy indistinguible de la causa de la humanidad.”

Unos cuantos días después, un nuevo acontecimiento marcara una diferencia importante entre Marx y Bakunin, me refiero a la insurrección Lionesa.

Bakunin se traslada a Lyon y participa activamente en las actividades revolucionarias, firma junto a otros, un “cartel rojo” que se cuelga en las paredes de Lyon donde se proclama la “Republica Francesa. Federación Revolucionaria de las Comunas” Donde se declaraba abolido el Estado, los tribunales y los impuestos, se declaraba al Estado en quiebra y por ende no podría pagar las deudas privadas, entre otras cosas. Después de la derrota sufrida en Lyon, Bakunin se marcha.

Después de la derrota del pueblo en Lyon, Marx escribe una carta el 19 de octubre sobre el tema a Beesly donde dice:

“Al principio todo iba bien. Bajo el impulso de la sección de la internacional, en Lyon se había proclamado la Republica antes que en Paris; se había establecido inmediatamente un gobierno revolucionario, una Comuna, compuesta en parte de obreros de la Internacional y en parte de republicanos burgueses. Los impuestos fueron abolidos inmediatamente y con razón. Los integrantes bonapartistas y clericales se vieron intimidados. Se tomaron enérgicas medidas para armar al pueblo. La burguesía empezaba si no a simpatizar con el nuevo orden de cosas, si a tolerarlas tranquilamente. Pero llegaron a Lyon los burros de Bakunin y Cluseret y lo estropearon todo. Como los dos pertenecen a la Internacional, lograron, desgraciadamente, despistar a nuestros amigos. Se ocupo del ayuntamiento, aunque solo por un momento y se emitieron una serie de decretos sobre la ABOLICION DEL ESTADO Y OTRAS PAMPLINAS PARECIDAS.”

Después de estas contundentes pruebas del autoritarismo, dirigismo y estatismo de Marx, todo intento por hacerlo ver como un enemigo del Estado es una necedad.

Hay algo que debemos tomar en cuenta y es que Marx modifico su teoría a lo largo de los años, aunque ligeramente, pero la modifico. Con esto quiero decir que quienes pretenden vendernos un Marx Libertario desde el “manifiesto comunista” es un charlatán o un inepto.

Pero quienes son honestos y por alguna situación han comprado la idea de que Marx era libertario, suelen justificar todo de una manera muy simple y es modificando la definición de estado, es decir, considerando de facto, que cuando Marx habla de estado entiende a este como la autoorganización del proletariado. Nada más fuera de la realidad.

Es cierto que Marx en su análisis sobre la Comuna de Paris suena bastante libertario, eso nadie lo puede negar, pero también es cierto que no logro desprenderse incluso en ese mismo análisis de la noción del Estado, lo mas que logro fue dar “otro sentido” al Estado y hablar de una coexistencia entre las comunas y el gobierno central. Marx nunca pudo superar el estatismo, en su análisis de la Comuna de Paris es su punto de inflexión antiestatista, pero fue para decirlo popularmente una simple “llamarada de petate”.

Al ser el análisis de la Comuna de Paris el punto de inflexión antiestatista de Marx, es donde el se encuentra mas cerca de Bakunin que nunca, pero aun en este análisis, Marx NO logro superar su estatismo, como veremos a continuación.

Si bien Marx golpea con la realidad después de la Comuna de Paris y acepta que:

“La comuna tenia que ser la forma política incluso de los mas pequeños caseríos y que en las regiones rurales el ejercito permanente tenia que ser remplazado por una milicia popular cuyo tiempo de servicio seria extraordinariamente corto. Las comunas rurales de cada departamento tenian que administrar sus asuntos comunes por medio de una asamblea de delegados en las cabezas de distrito y estas asambleas de departamento, a su vez, tenían que enviar diputados a la delegación nacional de Paris; los delegados tenían que ser en todo momento revocables y estar vinculados al mandato imperativo de sus electores” Marx, La guerra civil en Francia.

También es cierto que no pudo desechar por completo la noción de un gobierno centralizado.

“Las funciones poco numerosas, pero importantes, que le quedaban a un gobierno central, NO TENIAN QUE SER SUPRIMIDAS, COMO SE HA DICHO EQUIVOCADAMENTE Y DELIBERADAMENTE, SINO QUE TENIAN QUE SER CUMPLIDAS POR FUNCIONARIOS COMUNALES, DICHO DE OTRO MODO, ESTRICTAMENTE RESPONSABLES”

De nuevo Marx deja entrever, que nunca comprendió lo que Bakunin afirmaba “No hay que darles ni a ellos ni a nadie el poder, porque al que está investido de un poder se volverá, inevitablemente, por la ley social inmutable, un opresor y un explotador de la sociedad. (…) Dadle la administración en sus manos y se convertirá en el tirano más insoportable, porque el orgullo del sabio es repugnante, ultrajante y es más opresivo que cualquier otro.” M. Bakunin, El Estado y la Anarquía.

Marx adjudica la derrota de la comuna de Paris a que en toda revolución se “presentaran junto a los verdaderos representantes hombres de un temple muy distinto; algunos de ellos son supervivientes de revoluciones anteriores, cuyo culto conservan(…) poseen aun una gran influencia sobre el pueblo gracias a su reconocida honradez y coraje; otros son simples charlatanes que a fuerza de repetir durante años el mismo sonsonete de declaraciones contra el gobierno se han hecho pasar por revolucionarios de los mas puros (…) son un mal inevitable; con el tiempo es posible liberarse de ellos; pero precisamente, eso fue lo que le falto a la Comuna: tiempo.” Marx, Ibid.

Mas claro resulta imposible, mientras para Marx la derrota se debe a la falta de autoridad del gobierno, para Bakunin en su “la comuna de Paris y la noción del estado” la base no pudo superar a las instituciones. Esto nos demuestra que aunque más cerca que nunca, las posturas seguían siendo divergentes.

Ahora podemos demostrar lo que afirmábamos en el punto dos, del capitulo uno “el manifiesto comunista”. Decíamos arriba en el punto dos que: “Por que no fue sino hasta después de la Comuna de Paris, como veremos mas adelante, que Marx habla de un Estado en “otro sentido” de la palabra.”

Esta verdad queda manifiesta en el “prefacio a la edición alemana de 1872” donde Marx y Engels escriben:

“dadas las experiencias, primero, de la revolución de febrero, y después, y en mayor grado aun, de la Comuna de Paris, que eleva por primera vez al proletariado, durante dos meses, al poder político, este programa a envejecido en algunos puntos. La Comuna ha demostrado, sobre todo, que la clase obrera no puede simplemente tomar posesión de la maquina estatal existente y ponerla en marcha para sus fines propios”

Una vez hecha esta aclaración por Marx y Engels, toda nuestra argumentación, realizada en el primer capitulo de este folleto adquiere razón absoluta. La toma del poder político, la toma del Estado, era para Marx, hasta antes de la Comuna de Paris, la toma del Estado en si, tal cual.

Lamentablemente Marx olvidara la lección de la Comuna de Paris, tanto en la práctica como en la teoría, como veremos mas adelante.
Libertad sin Socialismo, es privilegio e injusticia; Socialismo sin Libertad, es esclavitud y brutalidad.

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Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 06:42

III.- Marx y la I Internacional.

1.- La Conferencia de Londres.

En 1864 el sr. Carlos Marx redacto con su puño y letra los “Estatutos Generales de la Asociación Internacional de los Trabajadores”. Todos reconocemos a Carlos Marx como el fundador de tan trascendental y maravillosa organización que unió a los trabajadores del mundo bajo una sola bandera. Pero ¿Cómo logro la AIT aglutinar a todos los trabajadores en una sola organización? La respuesta se encuentra, sin duda, en los mismos estatutos generales. Estatutos que necesariamente debían tener un objetivo lo bastante general capaz de incluir toda forma de actividad proletaria y que fuera, además, capaz darle entera libertad a toda sociedad obrera que se uniera y a su respectiva sección, es decir, debía de ser estrictamente Federalista. Sin duda, los estatutos generales cumplieron cabalmente con dichas condiciones necesarias para la unificación del proletariado mundial.

Pero pocos años después el mismo hombre que redacto dichos estatutos y que comprendía absolutamente la esencia y necesidad de los mismos, inicio una ruin campaña en contra de ellos, rompiendo así con el espíritu mismo de la Internacional.

El primer pasó contra la internacional se da en la llamada Conferencia de Londres.

En 1871, el Consejo General al mando de Marx, reemplazo el Congreso anual de la AIT por una “Conferencia”. Dicha conferencia se efectuó del 17 al 23 de septiembre de 1871 en Londres. La modificación por parte del Consejo General del Congreso en Conferencia NO se encontraba contemplada en los estatutos generales de la AIT, por lo cual dicho acto era, sin duda, una violación total de los derechos del Consejo, un abuso nefasto del mismo y por ende dotaba a la Conferencia de una ilegitimidad total.

Este abuso del Consejo General contra la AIT fue total y premeditado. La Conferencia dejo en total desventaja a las secciones de la AIT que estaban representadas por solo 9 miembros, mientras el Consejo General poseía 13 miembros.
En el orden del día aparecían entre otras cosas el proyecto de una redacción DEFINITIVA (1) de los estatutos de la AIT. Marx y Engels intentan convencer a los asistentes de la “obvia” implicación de la toma del poder político por parte de la clase obrera en los estatutos originales de 1864. Mientras los delegados de las secciones al ver tal atrocidad que se estaba cometiendo discuten el derecho de la Conferencia a decidir sobre tales cuestiones trascendentales. Estos sucumben ante la mayoría del Consejo y el apoyo de Outine y de Perret ¡que representaban a la totalidad de Suiza!

El resultado de dicha Conferencia es la designación de Marx, Jung y Serraillier para redactar las resoluciones de la Conferencia, así como los estatutos.

Este acto es sin duda un acto lleno de despotismo y autoritarismo. Primero se viola ¡por segunda vez! El punto tres de los estatutos generales de la AIT que dice que “Todos los años tendrá lugar un Congreso obrero general, integrado por los delegados de las secciones de la Asociación. Este Congreso proclamará las aspiraciones comunes de la clase obrera, tomará las medidas necesarias para el éxito de las actividades de la Asociación Internacional y elegirá su Consejo General.” Recordemos que en 1870 el Congreso fue suspendido a causa de la guerra Franco-Alemana.

Después dicha Conferencia es totalmente maniatada por el Consejo General, al tener mayoría ante los representantes de las secciones y por si todo esto fuera poco, se dispone a modificar sustancialmente TODO EL ESPIRITU de la Internacional. Este hecho, solo es digno de un dictador, que busca a toda costa imponer, cueste lo que cueste, su idea sobre la mayoría.

Las resoluciones de la Conferencia de Londres, son a todas luces una ofensiva en contra de la tendencia Bakuninista de la internacional. Esto resulta obvio en las resoluciones concernientes a la Alianza de la Democracia Socialista, a la acción política de la clase obrera y el litigio entre las federaciones Suizas. Pero hoy podemos decir con toda razón y verdad, que no era una ofensiva contra los bakuninistas, sino una ofensiva contra la misma Internacional.

Rápidamente la Federación jurasiana contraataca la ofensiva dictatorial del consejo general. En el Congreso de Sonvilier del 12 de noviembre de 1871 la Federación jurasiana redacta (por medio de Guillaume) la “Circular del congreso de Sonvilier” circular dirigida a todas las federaciones de la AIT
Donde decían que:

“La conferencia de Londres, que se ha mantenido en secreto por lo que a nosotros respecta y que ha sido convocada por el Consejo General, ha adoptado actitudes dictatoriales al lanzar decretos, lo que es contrario a los principios fundamentales de la Internacional.”

Y argumentaban contundentemente:

“En los siguientes congresos celebrados en Lausana (1867) y en Bruselas (1868) el CG fue confirmado en su sede en Londres. En cuanto a su composición, todos los asistentes a los congresos generales saben de que modo se elaboraba: se daba un voto de confianza a las listas presentadas al Congreso y que estaban compuestas en su mayoría de nombres absolutamente desconocidos para los delegados. La confianza iba tan lejos que incluso se le dejaba al CG la posibilidad de integrar a cuantos miembros le pareciese bien; por lo que, debido a esta disposición de los estatutos (2), el nombramiento del CG por el Congreso era algo puramente ilusorio. En efecto el CG podía, en cualquier momento, integrar un personal con el cual modificar completamente la mayoría y las tendencias.
En el Congreso de Basilea, la confianza ciega se convirtió en una especie de abdicación voluntaria en manos del CG. Entre otras resoluciones administrativas, se atento, sin realmente apercibirse de ello, contra el espiritu y la letra de los estatutos generales, en lo que se proclamaba netamente la autonomía de cada sección, de cada grupo de secciones. Que se juzgue si no:

Resoluciones administrativas de Basilea
Resolución VI – El CG tiene derecho a suspender, hasta el congreso siguiente a una sección de la internacional.

Resolución VII – Cuando se produzcan complicaciones entre dos sociedades o ramas de un grupo nacional, o entre grupos de diferentes nacionalidades, el CG tendrá derecho a decidir en el litigio, salvo que se apele a la decisión definitiva del congreso.

Ello equivalía a dejar en manos del CG un poder peligroso y fue un error no prever el resultado.

Si hay un hecho indiscutible, mil veces confirmado por la experiencia, es el efecto corruptor que produce la autoridad sobre quienes la ejercen. Es absolutamente imposible que un hombre que tiene poder sobre sus semejantes siga siendo un hombre con moral.

El CG compuesto durante cinco años seguidos por los mismos hombres, siempre reelegidos e investidos por las resoluciones de Basiela de un enorme poder sobre las secciones, acabo por considerarse como el jefe legitimo de la Internacional. El cargo de miembro del CG se ha convertido, en manos de ciertos individuos, en una especie de propiedad personal y Londres se ha convertido en la capital inamovible de nuestra Asociación. Poco a poco estos hombres, que no son mas que nuestros mandatarios y la mayoría de los cuales ni siquiera son mandatarios regulares por no haber sido elegidos en ningún Congreso, estos hombres decimos, acostumbrados a marchar a nuestro frente y a hablar en nuestro nombre, se han visto arrastrados, por la corriente misma de las cosas, a las pretensión de hacer predominar en la Internacional su programa especial, su doctrina personal. Habiéndose convertido, a sus propios ojos, en una especie de gobierno, era normal que sus ideas particulares les pareciesen como la única teoría oficial con derecho de ciudadanía en la Asociación, mientras que las ideas divergentes emitidas por otros grupos les parecían no la legitima manifestación de una opinión igual en derecho a la suya, sino una verdadera herejía. (…)

La guerra franco-alemana fue el motivo para no celebrar el Congreso en 1870; en 18171, este Congreso fue sustituido por una conferencia secreta convocada por el CG sin que los estatutos le autorizasen en modo alguno a actuar de esta manera. Esta conferencia secreta, que ciertamente no ofrecía una representatividad completa de la Internacional, pues varias secciones, en particular la nuestra, no habían sido convocadas; esta conferencia cuya mayoría había sido falseada de entrada por el hecho de que el CG se había arrogado el derecho de incluir seis delegados nombrados por él con voz y voto; esta conferencia, que no podía en absoluto considerarse investida de los derechos de un congreso, tomo, sin embargo, una serie de resoluciones que afectan gravemente a los estatutos generales y que tienden a convertir a la Internacional, libre federación de secciones autónomas, en una organización jerárquica y autoritaria de secciones disciplinadas, enteramente sometidas al CG, que puede, a voluntad, rechazar su admisión o suspender su actividad. Y para coronar el edificio, una de las decisiones de esta conferencia afirma que el CG fijara la fecha y el lugar del próximo Congreso o de la conferencia que lo sustituirá; de modo que ahora nos vemos amenazados con la supresión de los congresos generales (…)

Ante esta situación, ¿Qué debemos hacer? (…)

En nombre de esta revolución social que perseguimos, y cuyo programa es: la emancipación de los trabajadores por los trabajadores mismos, al margen de toda autoridad directa, aunque esta autoridad fuese elegida y aceptada por los trabajadores.
Exigimos el mantenimiento en la Internacional, de este principio de la autonomía de las secciones, que ha sido hasta ahora la base de nuestra Asociación; exigimos que el CG cuyas atribuciones han sido desnaturalizadas, vuelva a su antiguo cometido que no es otro que el de ser una oficina de correspondencia y de estadística; y que esta unidad que pretenden establecer mediante la centralización y la dictadura, se realice mediante la federación libre de los grupos autónomos.

La futura sociedad no debe de ser otra cosa que la universalización de la organización que se de la Internacional. Debemos procurar, por consiguiente, que esta organización se aproxime todo lo posible al ideal. ¿Cómo iba a salir una sociedad igualitaria y libre de una organización autoritaria? Es imposible. La internacional, embrión de la futura sociedad humana, esta obligada desde ahora a ser la imagen fiel de nuestros principios de libertad y de federación, y a expulsar de su seno todo principio tendente a la autoridad, a la dictadura.

Concluimos con la convocatoria, en breve plazo, de un Congreso General de la Asociación.

¡Viva la Asociación Internacional de los Trabajadores!”

Es evidente como el CG rompe totalmente con sus deberes declarados en los estatutos generales, específicamente en el punto 4, 5 y 6, que no era otra cosa que una oficina central de correspondencia entre las secciones SIN PODER, NI AUTORIDAD ALGUNA.

La federación jurasiana apela a los estatutos generales quienes los dotan de inobjetable razón y a la necesidad de ser coherentes en los medios con los fines.

Bakunin, por su parte, responde también a la ofensiva dictatorial del Consejo General, desde Locarno, enviando varias cartas a españoles e italianos. Una de ellas y la que presento ahora es la “Carta a las Internacionales de Bolonia” donde Bakunin expresa acertadamente:

“En el Consejo General se acaba de declarar la guerra. Pero ello no debe preocuparos, queridos amigos, pues la existencia, la fuerza y la unidad real de la internacional no se verán afectadas, por que su unidad no viene de arriba, de un dogma teórico uniforme impuesto a la masa del proletariado, ni de un gobierno mas o menos dictatorial (…) la fuerza de la internacional no reside en absoluto en Londres; reside en la libre federación de las secciones obreras autónomas de todos los países y en la organización de abajo arriba de la solidaridad practica entre ellas. Estos son los principios que defendemos hoy contra las usurpaciones y contra las veleidades dictatoriales de Londres, que si pudiesen triunfar, matarían con toda certeza, a la internacional.

Un CG de la internacional, solo es soportable, solo es posible, si se limita a estar investido de los modestos atributos de una oficina central de correspondencia. Esta es también, aproximadamente, la única función que le asignan nuestros estatutos generales. (…)

Imaginad una especie de monarca universal, colectivo, que imponga su ley, su pensamiento, su movimiento, su vida, a los proletarios de todos los países, reducidos a un estado de miseria. Seria una parodia ridícula del ambicioso sueño de Cesar, de Carlos V, de Napoleón, bajo la forma de una dictadura universal, socialista y republicana. Seria el tiro de gracia contra la vida espontánea de las demás secciones, la muerte de la internacional.

Estos doctrinarios y estos autoritarios, desde Manzini hasta Marx, confunden siempre la uniformidad con la unidad, la unidad formal, dogmática y gubernamental con la unidad viva y real, que solo puede resultar del mas libre desarrollo de todas las individualidades y de todas las colectividades y de la alianza federativa y absolutamente libre, sobre la base de sus intereses propios y de sus propias necesidades (…) Este es el programa, el autentico programa de la internacional, que oponemos al nuevo programa dictatorial de Londres. (…)

(El CG) En su inmensa mayoría, esta compuesto por alemanes y por ingleses. Las demás naciones están pobremente representadas, a veces por algunos nacionales que están en Londres y que tienen la suerte de no disgustar a Marx y cia. y en su defecto, por individuos de una sección diferente, pero en la mayoría de los casos, por alemanes. De este modo, actualmente, Italia y España estan representadas por Engels, un alemán, América por Eccarius, alemán; Rusia por Marx, judio aleman, lo cual es simplemente ridículo. Para representar a Francia y desdeñando, por ejemplo, a un Bergeret, que redacta en Londres el Qui vive! Y otros tantos representantes enérgicos, decididos e inteligentes de la Comuna o antiguos miembros de la internacional francesa, han optado por Serraillier, una nulidad que ni siquiera formaba parte de la Internacional. (…) Todo lo que se hacia en el CG lo hacían exclusivamente los alemanes bajo la dirección única de Marx. (…)


Como estaba, y en gran parte sigue estando (el CG) formado por hombres que habían desempeñado un papel activo en la fundación de la internacional, gozaba de una autoridad moral tanto mayor cuanto que raramente la usaba y cuanto que jamás había abusado de ella. Ante cualquier dificultad que surgiese, en una sección, en una federación regional o nacional, todo el mundo se dirigía gustosamente al Consejo, no como a un tutor o un director, sino como a un amigo fiel. Y la única queja que contra el se levantaba era la de su pereza y negligencia, pues casi nunca contestaba y cuando lo hacia, era ya tarde (…)

Estos son los efectos de la intervención central: su inaccion nos unia, su intervención nos divide. (…)

Queremos la unidad, pero la unidad real, viva, resultante de la libre unión de las necesidades, de los intereses, de las aspiraciones, de las ideas de los individuos y de las asociaciones locales, que, por consiguiente, constituya la expresión y el resultado, siempre real y sincero, del mayor desarrollo de su libertad y de su existencia y acción espontánea y no de una unidad impuesta por la violencia o por algún artificio parlamentario. En pocas palabras: somos francamente comunalistas y federalistas, es decir, que acatamos estrictamente tanto el espíritu como la letra de nuestros estatutos generales, la ley constitutiva de la internacional. (…)

Quienes quieren la libertad, quienes quieren la acción espontánea y colectiva del proletariado y no la intriga y el gobierno de los individuos ambiciosos, estarán con nosotros.”

Ante la circular que envió la Federación del Jura, Engels respondió con un articulo en el Volksstaat el 10 de enero de 1872, titulado “El congreso de Sonvilier y la Internacional” donde Engels decía:

“los ataques contra la conferencia solo eran un pretexto. La circular no habla mucho de ella. Al contrario, afirma que el mal es mucho mas profundo. Sostiene que, según los estatutos generales y las primeras resoluciones de los congresos, la internacional no es otra cosa que una “libre federación de secciones autónomas”, cuyo fin es la emancipación de los trabajadores por los propios trabajadores, “al margen de toda autoridad dirigente, aunque emane del libre consentimiento de todos”. Por lo tanto, el Consejo general tenía que ser una “simple oficina de estadística y de correspondencia”. Esta base inicial se habría visto falseada, en primer lugar por el derecho concedido al CG para decidir por si mismo la admisión de nuevos miembros, y todavía mas, por las resoluciones del Congreso de Basilea que le conferían al CG el derecho de suspender a las secciones hasta el siguiente congreso y de arbitrar provisionalmente en los contenciosos hasta que se pronunciase el congreso. De este modo, el CG se vería investido de una peligrosa fuerza. La libre asociación de las secciones autónomas se transformaría en una organización jerárquica y autoritaria de “secciones disciplinadas”, de modo que las secciones estarían enteramente “en manos del CG”, que puede, a su antojo, rechazar su admisión o suspender sus actividades.

Nuestros lectores alemanes conocen muy bien lo necesaria que es la organización para poderse defender, por lo que todo esto no dejara de sorprenderles. Es lógico, ya que las teorías de Bakunin, que vemos aquí moverse a sus anchas, todavía no han penetrado en Alemania. Una sociedad obrera que ha inscrito en sus banderas la divisa de la lucha por la emancipación de la clase trabajadora, tendría que tender a su cabeza ¡no un comité ejecutivo, sino una simple oficina de estadística y correspondencia! De hecho, la lucha por la emancipación de la clase obrera es solo un pretexto para Bakunin y sus compañeros; el verdadero objetivo es otro.

“La futura sociedad no debe de ser otra cosa que la universalización de la organización que se de la Internacional. Debemos procurar, por consiguiente, que esta organización se aproxime todo lo posible al ideal… La internacional, embrión de la futura sociedad humana, esta obligada desde ahora a ser la imagen fiel de nuestros principios de libertad y de federación, y a expulsar de su seno todo principio tendente a la autoridad, a la dictadura.”

A nosotros, los alemanes, se nos acusa de misticismo; pero ni de lejos somos tanto como estos señores. La internacional, embrión de una sociedad futura de la que estarían excluidos los fusilamientos de Versalles, las cortes marciales, los ejércitos permanentes, la censura en la correspondencia, el proceso criminal de Brunswick. Estamos defendiendo nuestra piel por todos los medios. ¡Y resulta que el proletariado debería organizarse no según las necesidades de la lucha que le viene impuestas cada día, cada hora, sino de acuerdo con la vaga representación que ciertos espíritus quiméricos se hacen de la sociedad futura! Que seria de nuestra propia organización alemana si estuviese cortada con este patrón. (…) ¡Si Stieber y todos los suyos, si todo el Gabinete negro, si la totalidad de los oficiales prusianos entrasen, cumpliendo órdenes, en la organización socialdemócrata para arruinarla, el comité – o mejor dicho, la oficina de estadística y correspondencia- no debería defender su existencia, pues de esta manera instituirá un tipo de organización jerárquica y autoritaria! ¡Y sobre todo nada de secciones disciplinadas! ¡Nada de disciplina de partido, nada de concentrar las fuerzas en un solo objetivo, nada de armas de combate!”

Hemos leído hasta aquí, a la Federación del Jura, a Bakunin y a Engels. Podemos saltarnos a Bakunin y hablar simplemente, por ahora, de la Federación del Jura y de Engels. ¿Para qué hacer esto? Para demostrar que no se trata aquí de una “pelea personal Marx vs Bakunin” sino mas bien de posiciones políticas comunismo alemán vs colectivismo revolucionario o marxismo vs bakuninismo o como gusten llamarle. Lo importante es resaltar que lo que divide a la internacional son ¡posiciones políticas! Y NO disputas personales.

La federación del Jura en resumen declara:

1.Anulación de toda resolución de la Conferencia de Londres, por ser ilegitima, al ser convocada de manera secreta por el CG, que a su vez no tenia autoridad alguna para modificar el Congreso en una simple Conferencia.

2.Anulación de las resoluciones administrativas del congreso de Basilea(1869), que dotan de cierto poder al CG y que ahora (1871) mas que nunca es claro que esto solo perjudica a la asociación.

3.Restablecer los estatutos generales primeros de la AIT, es decir, que el CG no sea más que una simple oficina de correspondencia y estadística. Y que la asociación sea la libre federación de las sociedades obreras autónomas con un objetivo general: la emancipación de los trabajadores por los trabajadores mismos.

4.La realización a la brevedad de un Congreso General para poder analizar la situación y tomar resoluciones.

Por su parte Engels, en resumen, declara:

1.Los ataques contra la Conferencia, son solo un pretexto.

2.La necesidad e importancia de un Consejo General, que defienda a la asociación de los intrusos, es decir, que funcione de policía por dentro de la AIT.

3.La necesidad de disciplina absoluta de las secciones.

4.Reafirma la legitimidad de la Conferencia de Londres y apoya por completo las resoluciones de Basilea.

He aquí dos posiciones realmente antagónicas: la libre asociación de las sociedades obreras autónomas vs la centralización de la organización. La necesidad de una oficina central de correspondencia vs la necesidad de un comité representante y “defensor” de la internacional. Unos creían que la asociación tenía que ser el reflejo de la sociedad futura, los otros consideraban esto un misticismo bastante ridículo. Y esto era, apenas, un preambulo de lo que se venia.

2.- El Congreso de La Haya.

Después de este primer gran enfrentamiento generado tras la Conferencia de Londres, iniciaron los preparativos para el próximo Congreso de la Asociación, cuando digo preparativos, si, me refiero a la fecha y lugar del Congreso, pero también, y sobre todo, al movimiento de las piezas para salir triunfantes de este. Fue en la sesión del Conejo General del 11 de junio, cuando Marx propone La Haya como sede del próximo congreso. La designación de este lugar provoco protestas de algunas secciones, sobre todo de la federación jurasiana, que consideraba demasiado excéntrico el lugar y alegaba que muchas federaciones no podrían enviar a sus delegados por lo costoso que resultaría el viaje.

Conociendo ahora la forma en que se preparo este Congreso, y considerando también que el CG sabia a la perfección que “el Congreso se ve siempre influido, poco o mucho, por el lugar en que celebra sus reuniones” no dudo que la designación de La Haya, había contemplado precisamente este alegato de la Federación del Jura antes de que esta protestara e incluso debió ser una de las razones por las cuales, se escogió a La Haya.

Como la federación del Jura había propuesto a Suiza como lugar ideal para el congreso, el CG respondió que “el congreso no podía realizarse en Suiza, por ser este el origen y la sede de las discusiones; el Congreso se ve siempre influido, poco o mucho, por el lugar en que celebra sus reuniones; para dar mas peso a sus decisiones y mas moderación a sus discusiones, era preciso evitar esta influencia, para lo cual había que elegir un lugar alejado del lugar principal de las discusiones”.

El 4 de agosto, las secciones italianas agrupadas en una Federación presidida por Cafiero, votan la ruptura con Londres y proponen “a todas las secciones que no comparten los principios autoritarios del CG, que el día 2 de septiembre envíen sus delegados no a La Haya, sino a Neufchatel, para participar en el congreso general antiautoritario.”

La Federación jurasiana reunida en congreso el 18 de agosto, decide enviara a la Haya dos delegados, Guillaume y Schwitzguebel. Los jurasianos consideran incorrecta la posición de los italianos de Boicotear a La Haya, que a su vez es la propuesta de Bakunin; ellos buscan “tratar de salvar la unidad de la AIT” pero los delegados de la federación jurasiana partirían con un mandato categórico: si el congreso no reconoce el principio de la autonomía de las secciones y la abolición del CG que de ella se deriva, los delegados, de acuerdo con los delegados de las federaciones antiautoritarias, deberán retirarse.

Así se preparaban para el congreso los antiautoritarios. Es importante resaltar como la Federación del Jura donde Bakunin y su teoría “andaban a sus anchas” se niega a la propuesta de boicot que Bakunin propuso y que los italianos si adoptaron; esto demuestra que no había un culto a Bakunin, sino que las posturas bakuninistas habían sido adoptadas por la mayoría de la raza latina por creerlas correctas, es decir, no había una relación dirigente/dirigidos, donde el dirigente siempre tiene la razón y la masa se subordina, sino una adopción conciente y libre de una posición política.

Por su parte los marxistas del CG se preparaban, aunque no de igual modo. Lo primero que prepararon, después de la elección del lugar, fue el orden del día que como primer punto tenía la revisión de los estatutos del CG para aumentar sus prerrogativas: la posibilidad de suspender no solo secciones, sino también federaciones completas. Y como segundo punto la expulsión de los aliancistas.

Rápidamente Marx y Engels se ponen a trabajar en la tarea de recolectar información en contra de Bakunin y sus amigos. Marx envía cartas a su corresponsal en ruso (que es el mismo Danielson) y a Baranov buscando información del “affaire” Netchaev-Lioubavin-Danielson. Buscando incriminar a Bakunin por esto.

No recibió nada importante acerca de lo que busca, sin embargo, Baranov le cuenta a Marx sobre un incumplimiento de Bakunin en la traducción al ruso del Capital y de una amenaza que Netchaev, en nombre de cierto “Bureau” habría hecho al agente editor, para que no molestara mas a Bakunin por el anticipo recibido.

Al conocer Marx tal información, le escribe de nuevo a Danielson para decirle:

“B ha estado trabajando secretamente desde hace años para socavar a la internacional, y ahora se ha visto tan acosado que ha tenido que quitarse la careta y separarse abiertamente de nosotros, junto con los imbéciles que le siguen. Se trata del mismo hombre que manejo el “affaire” Netchaev. Pues bien, el tal B se había encargado hace tiempo de la traducción de mi libro; recibió una cantidad como anticipo, pero en vez de enviar el trabajo (…) (envió) una carta infame y comprometedora. Me seria sumamente util recibir inmediatamente esta carta.”

Danielson escribe a Liubavin (el agente editor) sobre la petición de Marx; Liubavin contesta directamente a Marx el 20 de agosto y le adjunta la carta que le pide, aunque le aclara “De todos modos, tengo que advertirle que las pruebas que tengo contra el No son tan evidentes como usted parece creer”

Liubavin en la carta que le envía a Marx le escribe una “exposición de los hechos” para que Marx cuente con “un conocimiento exacto de esta historia”. Pero a Marx poco le importa la debilidad de la prueba que le envía y mucho menos conocer el contexto de la historia. Lo único que le importa es probar, aunque sea con mentiras, la “falta de honradez” de Bakunin.

En la “exposición de los hechos” Liubavin relata como da el trabajo a Bakunin (que vivía en la miseria) y después la relación entre ellos después de conseguido el trabajo, que dice, fue de incomunicación desde el 2 de noviembre hasta el 16 de diciembre. “Su carta empieza diciéndome que si no me ha escrito en mucho tiempo (la ultima carta que recibí data del 2 de noviembre) se debe en parte a que yo había sido grosero con el (no con respecto a la traducción, sino por otro asunto) Y continua: ¿Cómo puede usted pensar que, después de haber aceptado, e incluso recibido un anticipo de 300 rublos, iba a echarme atrás? Afirma tambien haber preparado su presupuesto anual sobre la base de este trabajo. Circunstancias ajenas a su voluntad le han impedido iniciar en srio la traducción antes de diciembre; por otra parte el trabajo es mucho mas difícil de lo que pensaba. A continuación se refiere a diversos problemas de traducción. Le citare un solo ejemplo, pues dudo mucho que B haya mentido al respecto. Cita la frase de su libro: “Der Werth ist Arbeitsgallerte” (el valor es trabajo congelado) y dice: Marx se limita a bromear, el mismo me lo ha confesado. Espera terminar la traducción a finales de abril de 1870 y me pide que interceda con el editor para que no le retire la traducción. (…)
El 19 de diciembre me envía las primeras paginas del manuscrito “a partir de ahora, le ire enviando, cada dos o tres días, las paginas traducida y transcritas” El 31 de diciembre recibí algunas paginas manuscritas, que fueron las ultimas. En total recibí, a lo sumo, dos paginas impresas.

Finalmente el 3 de marzo de 1870 recibí la carta del “Buraeu”. Aunque esta carta no esta escrita por B – todo parece indicar que fue directamente N(etchaev) quien la redacto – me pareció que B era responsable por su participación, que entonces me pareció evidente y le envié una carta insultante.(…)
Mas tarde B escribió a un amigo común. Lopatin, diciéndole que me había enviado una breve respuesta renunciando a la traducción por mi grosería (…)

Para concluir, me gustaría decir lo que pienso de la carta del Bureau que recibí en 1870. En aquella época, la participación de B en la redacción de dicha carta, me parecía evidente. Ahora debo decirlo que, pensando las cosas con calma, la participación de B no me parece fuera de toda duda; la letra habría podido ser escrita por N sin que B estuviese al corriente. Lo único seguro es que B dio muestras de una mala voluntad total para continuar el trabajo iniciado a pesar del dinero recibido.”

Marx utilizaría, a pesar de todo esto, la carta para incriminar a Bakunin, que a falta de alguna verdadera prueba, se convertía la prueba del “delito” de Bakunin: haber incumplido en un trabajo y de esta forma se suplía el debate programático a cuestiones meramente personales.

Engels prepara la ofensiva por otro frente, redacta un “informe sobre la Alianza de la democracia socialista” que fue presentado en el Congreso de La Haya a nombre del Consejo general. Concluyendo:

1.Que la Alianza (cuyo órgano principal es el Comité Central de la Federación del Jura) fundada y dirigida por M. Bakunin, constituye una sociedad enemiga de la internacional, dado que pretende dominarla o desorganizarla.

2.Que, en consecuencia, la internacional y la alianza son incompatibles; el congreso decide:

a) M. Bakunin y los actuales miembros de la Alianza son expulsados de la AIT. Solo podrán volver a ella si repudian toda relación con esta organización secreta;

b) La Federación del Jura, como tal, es excluida de la internacional.

Una pregunta que el día de hoy nos podemos hacer es ¿Cómo si el órgano principal de la Alianza es el Comité Central de la Federación del Jura, esta no adopto la posición de Bakunin de boicotear a La Haya?

Como vemos, el CG funge como policía, o mas aun, como gobierno de la internacional, que considera quienes son “amigos” y quienes “enemigos” de la internacional. Pero al fungir el CG como gobierno, este piensa y actúa como tal, y la lógica de todo gobierno es simple: quien no esta conmigo esta contra mi. Por ende estar contra la conquista del poder político, es estar contra las posturas personales de los miembros del CG y estar contra los miembros del CG es estar contra el CG mismo y estar contra el CG mismo, es estar contra la internacional, he ahí la lógica de todo gobierno, he ahí el preámbulo de lo que veríamos corregido y aumentado en la URSS.

Pero había que estar seguros, de que las posiciones del CG ganarían en el congreso de la Haya, para esto Marx movió las piezas de su tablero de ajedrez y unas cuantas cartas bastaron para lograr una mayoría ficticia en el Congreso. El modo de votación en los congresos era el siguiente: cada delegado, tanto si representa a una federación o a una sección, tanto si tiene una o más delegaciones, solo tiene derecho a un voto único.

La estrategia para lograr una mayoría ficticia no se hizo esperar, la creación de secciones fantasmas, reducidas, en todo caso al mínimo estricto, ya que los delegados pueden no pertenecer a ellas, sino simplemente haber recibido su delegación.

He aquí prueba de esto:

Marx escribe el 12 de junio a Sorge, que se encuentra en NY.

“(…) es absolutamente indispensable que nos soluciones una papeleta. En este congreso la internacional se juega su existencia. Es preciso que vengáis, al menos tú y uno mas. Las secciones que no piensan enviar delegados, podrían ceder su delegación:

Los alemanes a Fr. Engels, Lochner, Kart Pfander, Lessner y yo mismo.

Los franceses a Ranver, Serraillier, Moussu, Vaillant, Cournet, Arnaud.

Los irlandeses a MacDonnell, que se porta muy bien, o si lo prefieren a uno de los alemanes o franceses arriba citados (…)”

El 29 de julio, Marx escribe a Kugelmann que se encuentra en Hannover.

“Querido Kugelmann,
En el congreso internacional, la internacional se juega la existencia y antes de retirarme quiero protegerla de elementos disolventes. Alemania debe tener tantos representantes como sea posible. Ya que tú vas a venir, escribe a Hepner y dile que procure conseguir una delegación.

Tuyo, K. Marx”

Lafargue, el yerno de Marx, enviado a España para “luchar contra la influencia bakuninista” se encuentra en busca de delegaciones, como se lo comunica a Engels el 8 de agosto.

“Portugal (los internacionalistas portugueses) no podrán enviar un delegado; pero les he aconsejado que envíen su aprobación del plan de organización publicado en La emancipación, así como una petición de disolución de la Alianza, exigiendo la expulsión de todos sus miembros pero con la facultad de readmitirlos en la internacional si rechazan públicamente a la alianza (…) Estoy pensando en meterles otra idea en la cabeza, la de que le envíen a usted los poderes para que les represente en el congreso. Creo que seria mas preferible que figurase usted como delegado de Portugal que como miembro del Consejo.”

Los marxistas lograron el objetivo y fueron “mayoría” en el Congreso, pero como redacta, contundentemente, Guillaume, esta mayoría fue creada premeditadamente, es decir, era una mayoría ficticia y podía ser reducida a nada:

“La mayoría marxista estaba compuesta del siguiente modo:

Dieciséis miembros del CG: uno de ellos, Dupont, no tenia otra delegación que su calidad de miembro de dicho Consejo; cuatro, Le Moussu, Lessner, MacDonnell y Wroblewski, representaban las secciones francesas, alemana, irlandesa y polaca constituidas en Londres (MacDonnell tenia también una delegación de Dublín); dos, Arnaud y Cournet, tenían delegaciones imaginarias de Carouge y Copenhague; tres, Engels, Barry y Marx, ostentaban el titulo de tres delegaciones americanas conseguidas por Sorge, y Marx y Engels, además, detentaban la delegación de secciones alemanas inexistentes; finalmente, seis de ellos, Frankel, Johannard, Longuet, Ranvier, Serraillier y Vaillant, tenían en su poder delegaciones francesas invisibles (Vaillant tenia además una delegación americana y la de La Chaux de Fonds, a la que había renunciado);

Seis delegados – cinco de los cuales se ocultaban bajo seudónimos- que al igual que los seis miembros del Consejo general nombrados en ultimo lugar, eran portadores de delegaciones supuestamente procedentes de secciones francesas, sin que fuese posible comprobar su veracidad (…)

Nueve delegados procedentes de Alemania y que, según los términos de la decisión del Congreso de Basilea, no tenían derecho a voto: Bernhard, Becker, Cuno, Dietzgen, Hepner, Kugelmann, Milke, Rittinghausen, Scheu y Schumacher.

Tres delegados con delegaciones suizas: J.P Becker, Duval y Friedlander (este ultimo residente en Berlin)

Dos delegados procedentes de Estados Unidos: Dereure y Sorge. Un bohemio, Heim; un danés, Phil; un húngaro, Farkas; y el señor Paul Lafargue:

Total, cuarenta hombres.

Este resultado era bastante pobre teniendo en cuenta los inauditos esfuerzos hechos por Marx y Engels para conseguir votantes. ¡Cuarenta hombres, dieciséis de los cuales eran miembros del CG! Si restamos a estos dieciséis, que eran a la vez jueces y parte interesada; a los seis franceses, cuya delegación era discutible; y a los nueve alemanes, que no deberían haber votado, ¿Qué queda? Tres suizos (dos de los cuales eran alemanes y el tercero, Duval, francés); dos americanos (uno de los cuales era alemán y el otro parisiense) el bohemio, el danés, el húngaro y el señor Lafargue, Pablo Farga, “el español postizo” (que decía representar a Madrid y a Lisboa): ¡en total nueve!

Veamos ahora, cual era, en cambio, la composición de la “minoría”:

Cuatro delegados nombrados en escrutinio por todas las secciones de la federación española y portadores de un mandato imperativo: Alerini, Farga-Pellices, Marselau y Morago.

Dos jurasianos, nombrados por el Congreso de la Federación jurasiana y portadores, igualmente, de un mandato imperativo: James Guillaume y Schwitzguebel;

Siete belgas, representando a diversas secciones y federaciones: Brismée, Coemen (flamenco), Eberhard, Fluse, Herman, Splingard, Van den Abeele (flamenco).

Cuatro holandeses, representando al Consejo federal holandés y diversas secciones: Dave, Gerhard, Gikens, Van der Hout.

Cinco delegados de las secciones inglesas: Eccarius, Hales, Harcourt (Australia), Mottershead, Roach.

Un francés, en representación de la sección francesa de Bruselas: Cyrille.

Un americano, Sauva, en representación de las secciones 29 y 42 de los estados unidos.

Además de estos veinticuatro delegados, habría que incluir también a Sexton, miembro del CG, que voto con la minoría, pero que, como Dupont, no tenia otra delegación que su calidad de miembro de este Consejo. (la minoría contaba con cinco miembros en el CG: Eccarius, Hales, Mottershead, Roach y Sexton …)

Esto sin contar a West y a Joukovski, ya que uno fue rechazado y el otro suspendido a perpetuidad.

Si hubiésemos querido ser los mas fuertes numéricamente, hubiera sido fácil hacer que Bélgica y Holanda enviasen unos cuantos delegados mas; y también habríamos podido conseguir delegaciones de determinadas secciones francesas y distribuirlas entre algunos franceses que simpatizan con nuestras ideas y que podrían haber asistido al Congreso de La Haya. (…) Si Italia hubiese renunciado a abstenerse (hubiera mandado siete delegados, los que envió a Suiza) abstención que nos parece un error y hubiese enviado sus delegados a la Haya, la minoría reforzada con los delegados belgas, holandeses y franceses que hubiésemos podido conseguir, se habría transformado en mayoría. Pero no nos gusta emplear ciertos métodos: la minoría no tenía por que tratar de engrosar numéricamente sus delegaciones para demostrar la legitimidad de sus reivindicaciones. Aunque los votos con que contaba la “minoría” fuesen mas o menos, lo cierto es que solo ella representaba a las federaciones regularmente constituidas, las Federaciones vivas, la verdadera Internacional; y el Congreso de La Haya, preparado para aplastar la opinión de dichas federaciones, no podía ser, y no fue efectivamente, mas que un atentado contra la Internacional.”

Con el Congreso constituido tan mañosa y perversamente, como hemos demostrado arriba, ir a las resoluciones se vuelve prácticamente innecesario, pues sean cuales sean, sabemos que son producto de una conspiración para imponer, cuesto lo que cuesta, una sola idea a toda la internacional. Pero aunque los hechos sean mil veces mas importantes que las palabras, aun debemos analizar las resoluciones que nos demuestran ahora en la “teoría” (y ya no mas en la practica) las diferentes tendencias de la Internacional.

Es importante resaltar, antes de ir a las resoluciones, que los españoles propusieron al Congreso que los votos fueran evaluados proporcionalmente al numero de internacionales representados por cada delegado, mientras que los belgas y los jurasianos proponen la atribución de un voto por cada federación representada. Los españoles impiden votar hasta que se decida dicha propuesta. Las dos propuestas, tanto la de los españoles, como la de los belgas y jurasianos son rechazadas por la mayoría. Debido a este rechazo belgas, españoles y jurasianos deciden abstenerse de votar durante el resto del Congreso.

Decíamos que es importante resaltar este punto, y lo es por que demuestra, una vez mas, que la “minoría” antiautoritaria, no había “conspirado internamente” para imponerse en el congreso de La Haya. Entre ellos había diferencias prácticas mínimas como la forma de votación o más grandes como el boicot al Congreso de La Haya. ¿Si la Alianza de la Democracia Socialista se dedicaba a conspirar por dentro de la Internacional, como es posible que no haya levantado una táctica común que apuntara a lograr una mayoría en el Congreso para salir victoriosos, que además de todo, era una tarea bastante fácil como lo demostró Guillaume? Dejando esta pregunta, que si es respondida con honestidad por cualquier marxista, echa abajo toda la mentira que por años han mantenido acerca de los Alianza. Pasemos ahora a las resoluciones del Congreso.

Las resoluciones del Congreso de La Haya, pueden ser resumidas en tres principales:

1.En palabras de Marx: “El congreso de La Haya ha dotado al Consejo general de nuevos y mas eficaces poderes (…) el Congreso de La Haya ha creído necesario aumentar los poderes de su Consejo general y centralizar, ante la lucha que se prepara, una acción a la que el aislamiento encerraría en la impotencia.” Marx, discurso público en Ámsterdam; 8 de septiembre de 1872.

2.Se aprueba la resolución IX de la Conferencia de Londres, relativa a incluir en los estatutos la necesidad del proletariado de constituirse en partido político y conquistar el poder político. He aquí el punto que se agrego a los estatutos:

”En su lucha contra el poder unido de las clases poseedoras, el proletariado no puede actuar como clase mas que constituyéndose él mismo en partido político distinto y opuesto a todos los antiguos partidos políticos creados por las clases poseedoras.
Esta constitución del proletariado en partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la Revolución social y de su fin supremo: la abolición de clases.
La coalición de las fuerzas de la clase obrera, lograda ya por la lucha económica debe servirle asimismo de palanca en su lucha contra el Poder político de sus explotadores.
Puesto que los señores de la tierra y del capital se sirven siempre de sus privilegios políticos para defender y perpetuar sus monopolios económicos y para sojuzgar al trabajo, la conquista del Poder político se ha convertido en el gran deber del proletariado.”

3.En lo relativo a la Alianza, se decide:

a) Expulsar a Bakunin por ser el principal instigador de la Alianza y por “estafador”. Marx dijo tener en su bolsillo la prueba (es decir, la carta) de que Bakunin era un estafador, si embrago, esta No fue leída ni presentada en el congreso.

b) Expulsar a Guillaume por pertenecer a la Alianza.

c) Se rechaza la petición de expulsión en contra de Schwitzguebel.

d) A petición de Engels, que afirmaba que “el ejemplo dado es ya suficiente”, el Congreso decide suspender, el tercer punto de la Comisión, relativo a las demás expulsiones.

Ante estas resoluciones del Congreso de La Haya, que son a todas luces, la imposición y oficialización de la tendencia marxista sobre la bakuninista en la Internacional, los “minoritarios” se dirigen al “Congreso antiautoritario internacional” celebrado en Saint-Imier. A este congreso asistieron delegados de las federaciones española, italiana y jurasiana, así como delegados de varias secciones francesas y un delegado de las secciones 3 y 22 de América. De este congreso salieron cuatro resoluciones que fueron aprobadas por unanimidad y que se contraponen radicalmente a las resoluciones de La Haya. Estas son las resoluciones:

1.rechaza absolutamente todas las resoluciones del Congreso de La Haya, no reconoce en modo alguno los poderes del nuevo CG, nombrado en dicho congreso; y para salvaguardar a sus federaciones respectivas de las pretensiones hegemónicas de este Consejo general, así como para salvaguardar y fortificar la unidad de la Internacional, los delegados han sentado las bases de un proyecto de pacto solidario entre estas Federaciones”.

2.Queda pendiente la aceptación y confirmación del “pacto de amistad, de solidaridad y de defensa mutua” que dice:

a) las federaciones y secciones mantendrán una comunicación y una correspondencia regular y directa absolutamente independiente de cualquier forma de control gubernamental.

b) cuando una federación o sección se vea atacada en su libertad, ya sea por la mayoría en un congreso general, o por el gobierno o consejo general creado por esta mayoría, todas las demás federaciones y secciones se proclamaran en absoluta solidaridad con ella.

c) proclaman que la conclusión de este pacto tiene por objetivo salvar la gran unidad de la Internacional, que ha sido puesta en peligro por la ambición de un parido autoritario.

3.Consideran que toda organización política no puede ser más que la organización de la dominación en provecho de una clase y en detrimento de las masas, y que si el proletariado se apoderase del poder político se convertiría a su vez en una clase dominante y explotadora.

4. Se propone el envió de todas las resoluciones a todas las federaciones y secciones y se propone, además, la realización de un congreso internacional con todas las que acepten el pacto de amistad, de solidaridad y de defensa mutua.

Como vemos las resoluciones del Congreso de Saint-Imier son radicalmente antagónicas a las del Congreso de La Haya. Engels había desestimado la contraofensiva de los antiautoritarios de la Internacional y pensaba que: con una “acción pronta y enérgica contra esos pendencieros” el problema estaría resuelto. Pero de nuevo Engels y los marxistas se equivocaron. El Congreso se Saint-Imier produjo una serie de escisiones que afecto a la mayoría de la internacional. En octubre, veintitrés delegados de sección franceses, reunidos en Congreso, se unen al llamado de los antiautoritarios, así mismo en los siguientes meses algunas federaciones reafirman su incorporación al pacto de Saint-Imier, como la italiana y la española y se sumarian otras mas como el consejo federal ingles (se divide la federación inglesa) el consejo federal americano y la federación holandesa.

Ante el agrupamiento de los antiautoritarios para condenar las resoluciones de La Haya y el “golpe de Estado del CG” Marx y Engels escriben al CG, que desde La Haya, se encuentra ahora en NY, para reprocharles el no haber expulsado la Federación jurasiana (que solo había sido suspendida) y a todas las federaciones en estado de rebelión.

Después de las cartas enviadas al CG por parte de Marx y Engels, el CG vota el 26 de enero una resolución en la cual afirman: “todas las sociedades y personas que rehúsen reconocer las resoluciones del congreso, o que descuiden expresamente el cumplimiento de los deberes impuestos por los estatutos y reglamentos generales, se sitúan ellas mismas fuera de la Asociación Internacional de Trabajadora y cesan de formar parte de la misma” De esta forma se cumplían las ordenes giradas desde Londres por Marx y Engels al Consejo General, sin embargo los resultados no les fueron favorables.

En Ginebra del 1 al 6 de septiembre de 1873 se llevo acabo el Congreso antiautoritario, el cual alcanzo cierto éxito tomando en cuenta el volumen de la participación así como por la confirmación de las resoluciones tomadas. Días después, del 8 al 13 de septiembre en la misma Ginebra se llevo a cabo el Congreso “oficial” el cual fue, un rotundo fracaso.

Marx cuenta a Sorge sobre la inevitabilidad del fracaso en Ginebra, en su carta del 27 de septiembre:

“el fracaso del Congreso de Ginebra era inevitable. Desde el momento en que aquí se supo que no vendría ningún delegado de América, las cosas comenzaron a ir mal. Se vio así la prueba de que vuestra federación americana solo existía sobre el papel. La federación inglesa no estaba en condiciones de encontrar el dinero necesario para enviar a un solo delegado. Los portugueses, los españoles, los italianos, habían anunciado que no podrían hacerse representar; las noticias de Alemania, Austria y Hungría eran igualmente malas. En cuanto a Francia, no podía esperarse su participación. Era seguro, entonces, que en su gran mayoría el congreso estaría compuestos por suizos, o hasta únicamente por ginebrinos. De Ginebra mismo no teníamos noticias. (…)

En fin, en el último momento llego una carta del Comité de la Suiza francesa de Ginebra al Consejo federal ingles, por medio de la cual los ginebrinos rehusaban, en principio, aceptar por si mismos mandatos ingleses, predicaban la conciliación y enviaban un folleto (firmado por Perret, Duval, etc.) directamente dirigido contra el congreso de La Haya y el antiguo Consejo general de Londres. Estos ocurrentes van, en algunos puntos, todavía mas lejos que los jurasianos; por ejemplo, piden la exclusión de lo que llaman los trabajadores del pensamiento. Lo mas bonito del asunto, es que ese memorial ha sido redactado por el miserable aventurero de Cluseret: este señor querría tener el CG en Ginebra, para ejercer desde ahí su dictadura secreta. (…)

A mi entender, sera muy util, en las actuales condiciones de Europa, hacer pasar a segundo plano, por el momento, la organización formal de la Internacional; solamente es necesario conservar, en lo posible, el punto central de Nueva York en nuestras manos, a fin de impedir que idiotas como Perret o aventureros como Cluseret se apoderen de la dirección y lo comprometan todo.”

Dos cosas son importantes resaltar de esta carta, primero el pesimismo y el sentimiento de derrota que Marx adquiere tras el congreso de Ginebra y por el cual llama a “pasar a segundo plano la organización formal de la Internacional” y segundo, que no cabe duda que el ladrón cree que todos son de su condición: Ya no solo es Bakunin el que quiere dominar y ejercer su “dictadura secreta” en el CG, ahora también es Cluseret quien quiere y ha querido siempre “ejercer su dictadura secreta por medio del CG” y Marx concluye: “solamente es necesario conservar, en lo posible, el punto central de Nueva York en nuestras manos, a fin de impedir que idiotas como Perret o aventureros como Cluseret se apoderen de la dirección”

Después del rotundo fracaso del congreso de Ginebra, Marx y Engels toman distancia y abandonan la Internacional a su suerte, por lo que Becker escribe el 2 de noviembre de 1873 a Sorge:

“¿En que ha quedado esta solidaridad tan encomiada y tan calurosamente recomendada si uno permanece en su casa cuando ve el carro social atascado, dejando a algunos camaradas el cuidado de sacarlo del atolladero, a fin de poder decir, si las cosas salen mal, que uno no estaba, y de sustraerse así de toda responsabilidad, en tanto que, al contrario, toda la culpa de un fracaso debería de recaer a justo titulo sobre tales abstenciones? ¡Que el diablo se lleve a estos…, que tiemblan ante la posibilidad de perder su prestigio de grandes hombres! Si pensaban que allí había peligro, estaban doblemente obligados a acudir.”

La tentativa de golpe de estado del CG a la internacional, terminaría con la disolución formal de la ultima en 1876.
-----------------------------

(1)El punto 12 de los estatutos generales postula que: “La revisión de los presentes Estatutos puede ser hecha en cada Congreso, a condición de que los dos tercios de los delegados presentes estén de acuerdo con dicha revisión.”

(2)El punto 4 de los estatutos generales postula: “Cada año, el congreso reunido fijará la residencia del Consejo General y nombrará sus miembros. El Consejo General elegido de este modo tendrá el derecho de adjuntarse nuevos miembros.” (Nota de Gabriel M)
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Mensaje por Ricardo Fuego » 28 Ago 2006, 16:54

El título mismo es una loa a la ignorancia.

El consejismo nunca reivindicó a un "Marx libertario". En todo caso ese reproche inquisicional debería hacérsele a Daniel Guerin o Maximilian Rubel.

El consejismo jamás intentó hacer encajar a Marx dentro de las tradiciones anarquistas.

Lo que pasa es que GabrielM padece de "rascismo anarquista". Esto es, del ansia de segregar a los que tienen concepciones y prácticas autónomas y antiautoritarias y no encajan en las tradiciones anarquistas.

Pero el problema de las tácticas inquisitoriales como estas es que tienen un límite intrínseco: se basan en -y apuestan a- la mediocridad, la ignorancia, el pensamiento único, el tradicionalismo, el conservadurismo, la idolatría, la hostilidad hacia todo lo que sea nuevo y/o contradiga a las Escrituras.
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Mensaje por Braulio » 28 Ago 2006, 17:33

Ricardo Fuego escribió:El título mismo es una loa a la ignorancia.

El consejismo nunca reivindicó a un "Marx libertario". En todo caso ese reproche inquisicional debería hacérsele a Daniel Guerin o Maximilian Rubel.

El consejismo jamás intentó hacer encajar a Marx dentro de las tradiciones anarquistas.

Lo que pasa es que GabrielM padece de "rascismo anarquista". Esto es, del ansia de segregar a los que tienen concepciones y prácticas autónomas y antiautoritarias y no encajan en las tradiciones anarquistas.

Pero el problema de las tácticas inquisitoriales como estas es que tienen un límite intrínseco: se basan en -y apuestan a- la mediocridad, la ignorancia, el pensamiento único, el tradicionalismo, el conservadurismo, la idolatría, la hostilidad hacia todo lo que sea nuevo y/o contradiga a las Escrituras.
Marxistas pues, en teoría, que no imitan prácticamente a Marx en teoría (sólo ellso sabrán si lo hacen en la práctica) que hablan mucho del consejismo en teoría, pero les cuesta ver al otro en la práctica (pues sólo lo ven en teoría).

Tal vez Gabriel M se equivoca al forzar vuestro pensamiento en ver a un Marx libertario, y sin embargo, vosotros os decís autonomistas y antiautoritarios sacando conclusiones adjetivas descriptibas de los seres con que debaten. Saben, eso era el método de Marx, y esa es mi hipótesis teórica de su autoritarismo real práctico. Y de allí amigos, no podemos hacer mucho si seguís embarrando todo con materialismo histórico. Yo no soy quien pueda quitarons vuestras cadenas teóricas en la práctica. Si soís autonomistas no queda más que el sujeto que se hace consciente de su práctica teórica y sus consecuecias en relaciones con los demás. Ni modo, con una viña diverda tenéis que tratar. Os deseo suerte, aunque la palabra no nos guste a ambos.

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Mensaje por Ricardo Fuego » 28 Ago 2006, 18:18

Vamos Braulio. Mi caracterización de GabrielM no se basa en sus últimos textos, él viene esforzándose desde hace meses para crearse esa imagen.

Busca el tópico donde GabrielM se dirige por primera vez a nosotros, el de "crítica a la ACL", y verás quien es el autoritario.
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Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 19:26

Ricardo acabo de elogiar tu respuesta en “Actualidad” (en mi post de Oaxaca) que daba pie a un debate constructivo… ¿Por qué no haces eso acá? ¿Por qué no mejor debates lo que va de mi intervención sobre “el marx que nunca existió”, en vez de darle la vuelta diciendo que soy un autoritario? La verdad es que nos hemos insultado mucho, pero esta es la tercera vez que me esfuerzo por llevar adelante un debate programático contigo sin caer en el insulto, que la verdad, me cuesta mucho por que eres el campeón de la arrogancia, pero aun así me esfuerzo… ¿Qué dices, te animas? No me queda mucho tiempo en el foro, pronto saldré de la ciudad, así que tu dime… ¿te animas?
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Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 19:29

Por cierto, no considero el titulo equivocado. Si un Marx que quiere la “libre asociación de los pueblos de abajo a arriba” no es un Marx Libertario, entonces ¿Qué demonios es?

Pero no te claves mucho en el titulo, mejor debatamos el contenido.
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Mensaje por Ricardo Fuego » 28 Ago 2006, 20:15

El título es "Crítica a la cosmovisión consejista". Es más que inadecuado. Lo principal de la cosmovisión consejista no es la idea que los consejistas tengamos de Marx o del materialismo histórico. Lo principal de la cosmovisión consejista es la autonomía proletaria como forma de autoemancipación del proletariado.

El materialismo histórico y la teoría marxiana cumplen la función de elementos de trabajo teóricos, y no de nuestros fundamentos prácticos. No es que adaptamos nuestra praxis a lo que dijo Marx, sino que usamos el método de Marx y nos basamos en algunas de sus conclusiones (que nos siguen pareciendo acertadas hoy) para nuestra praxis actual.

Somos proletarixs que queremos nuestra autoliberación individual y de clase, la abolición del Estado/Capital, el establecimiento del comunismo, de la anarquía, de la verdadera fraternidad humana. Esto quiere decir que antes que marxistas y/o consejistas, somos comunistas. Nos reivindicamos marxistas porque pensamos que el materialismo histórico de Marx es realmente útil como método de analizar la realidad en vistas a su transformación revolucionaria-comunista. Nos reivindicamos consejistas porque pensamos que las principales conclusiones de los comunistas de consejos sobre la autonomía proletaria, el desarrollo de la conciencia revolucionaria en la clase obrera, y el papel antirrevolucionario de los partidos y de los sindicatos, son correctas.

Roi y yo hemos llegado al consejismo por caminos distintos, y lo hemos encontrado coherente con nuestra propia experiencia y visión práctica. Pensamos que el materialismo histórico y la teoría consejista son puntos de partida válidos para el desarrollo de una teoría revolucionaria actual y, como tales, válidos para desarrollar una praxis revolucionaria actual. De ahí nuestra defensa del marxismo y del consejismo.

Obvio que el desarrollo de esta teoría revolucionaria va a ser el resultado del cruce polémico de ideas distintas y hasta antagónicas en algunos puntos. Pero siempre y cuando la intención sea llegar a una visión superadora y no la destrucción ideológica de "la competencia".

Este texto tuyo se inscribe dentro de esta última conducta, que has mantenido desde que por primera vez publicamos nuestra crítica a la concepción programática de la ACL. Si ahora verdaderamente tienes como intención abandonar esa conducta y extender una mano fraternal (lo cual no significa abandonar la crítica), te la acepto. Sino, esto es una pérdida de tiempo para ambos.

En cuanto a los intentos de encarar un debate programático, pues esa fue nuestra intención desde el principio. Y puede atestiguarse aquí como el debate programático con ustedes fue:
1) iniciado por el CICA
2) recibido con hostilidad, sobre todo por parte tuya
3) abandonado por ustedes luego de que Roi respondiera a todas sus críticas

Exactamente lo mismo pasó en el caso de la discusión sobre la democracia directa. Yo te pediría que autoevalúes la forma en que das los debates programáticos.

Además, el texto de arriba, que desmiente una afirmación de un Marx libertario que jamás fue hecha por el consejismo, ni siquiera entra en un debate programático, porque el objeto de la discusión no se relaciona con la transformación actual de nuestras condiciones de vida, sino sobre la conducta política de Marx y sobre el "estatismo" de su teoría.

Particularmente, no me interesa discutir sobre la vida y obra de Marx ni en este contexto ni en esta forma.


Por último, si lxs anarquistas están de acuerdo con "la libre asociación de los pueblos de abajo a arriba" no quiere decir que todxs lxs que estemos de acuerdo con "la libre asociación de los pueblos de abajo a arriba" seamos anarquistas o nos consideremos parte del anarquismo. Mal puede practicarse la libre asociación de abajo hacia arriba si se pone como condición de ello la uniformidad ideológica. La unidad es la unidad de lo distinto, no de lo igual.
Última edición por Ricardo Fuego el 28 Ago 2006, 21:15, editado 1 vez en total.
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Mensaje por Gabriel M » 28 Ago 2006, 20:35

El título es "Crítica a la cosmovisión consejista". Es más que inadecuado. Lo principal de la cosmovisión consejista no es la idea que los consejistas tengamos de Marx o del materialismo histórico. Lo principal de la cosmovisión consejista es la autonomía proletaria como forma de autoemancipación del proletariado.
¡Ricardo! Mutilaste (conciente o inconcientemente) el titulo. El titulo dice “critica a la cosmovisión consejista de un Marx Libertario”. El titulo NO es “la principal característica de la cosmovisión consejista: un Marx libertario” Yo nunca dije que fuera lo esencial, solo digo que el consejismo pinta un Marx libertario, es decir, un Marx antiestatista, federalista, autonomista, que busca la libre asociación de los pueblos de abajo arriba; Lo cual para mi ES UNA FALACIA e intento demostrarlo en mi trabajo. Que a su vez demuestra que quien queria eso era Bakunin, ¿tan dificil de aceptar es eso?

Por último, si lxs anarquistas están de acuerdo con "la libre asociación de los pueblos de abajo a arriba" no quiere decir que todxs lxs que estemos de acuerdo con "la libre asociación de los pueblos de abajo a arriba" seamos anarquistas o nos consideremos parte del anarquismo. Mal puede practicarse la libre asociación de abajo hacia arriba si se pone como condición de ello la uniformidad ideológica. La unidad es la unidad de lo distinto, no de lo igual.
Eso es cierto. Que tu busques esto y decidas no decirte anarquista por x circunstancia es problema y derecho tuyo. Pero de ahí a decir que Marx quería eso, discúlpame pero NO y de nuevo mi trabajo intenta demostrar eso. Eso que dices querer no lo quería Marx, lo quería Bakunin. Aun así puedes decir que eres marxista por usar “el método de marx” de nuevo, ese es tu problema y tu derecho.
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Mensaje por algarcia » 22 Nov 2006, 20:30

Pues esta serie de textos de Gabriel M son interesantes porque los marxistas dicen cosas como:
8. Las batallas contra el sectarismo y el oportunismo dentro de la I Internacional.

La historia de la Primera Internacional, escribió Marx en una carta a Bolte el 23 de noviembre de 1871, fue “una lucha continua del Consejo General contra las sectas y los experimentos de aficionados, que intentaban mantenerse dentro de la Internacional contra el movimiento real de la clase obrera.”

Marx tuvo que pelear contra las ideas proudhonianas. A diferencia de los socialistas científicos, los proudhonianos querían conservar la propiedad privada. Sus planes prácticos para reformar la sociedad burguesa consistían en formar sociedades cooperativas. Ellos eran enemigos de las principales formas y métodos de lucha de la clase obrera. Proudhon se oponía a los sindicatos, estaba en contra de las huelgas y no aceptaba la participación política de los trabajadores. Sostenían que las naciones debían disolverse en pequeñas comunidades que luego formarían algún tipo de asociación voluntaria en sustitución del estado.

La lucha política y organizativa más importante fue la que se dio contra las ideas anarquistas y su principal dirigente, el revolucionario ruso Mijail Bakunin.

Las principales diferencias entre Marx y sus seguidores y los anarquistas estaban en:

- Los marxistas defendían la lucha contra el estado burgués y por la imposición del poder estatal de la clase obrera, a través de la Dictadura del Proletariado, como transición necesaria para abolir toda autoridad del estado y formas de coerción. Los anarquistas estaban contra de toda autoridad y todo tipo de estado, independientemente de su carácter de clase.

- Los marxistas impulsan la participación política de los trabajadores. Los anarquistas se oponían a ella. Bakunin formó dentro de la Internacional una organización secreta que buscó ganar la dirección por medió de tácticas conspirativas.

Las luchas internas entre las dos tendencias irreconciliables dividieron y debilitaron considerablemente a la Internacional.
Los marxistas también tuvieron que luchar contra Lasalle, y sus seguidores en el movimiento obrero alemán, acerca de los problemas fundamentales. Uno, era su táctica oportunista sobre con qué fuerzas aliarse en la lucha. Lasalle apoyó, por ejemplo, la política de Bismarck a favor de los terratenientes y en contra de los burgueses, en vez de defender una política independiente del proletariado. Pero al mismo tiempo tenían una actitud sectaria hacia los sindicatos y se negaban a entrar a un sindicato si éste no tenía todo su programa y su dirección

Así, los fundadores de la Primera Internacional no sólo tuvieron que enfrentar a poderosos enemigos externos, sino también a opositores internos que defendían ideologías pequeño burguesas y/o actuaciones sectarias y oportunistas. Después de la derrota de la Comuna de Paris, esas fuerzas destructivas se desarrollaron en condiciones históricas adversas. Eso llevó a la decadencia, desintegración y finalmente a la disolución de la Primera Internacional en 1878.
http://www.fundanin.org/martinez.htm

Lo cual, visto lo que se ha dicho aquí es un reduccionismo propagandístico apologético de Marx y sus seguidores de tomo y lomo.

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Mensaje por Ricardo Fuego » 23 Nov 2006, 00:35

Algunxs "libertarixs" reaccionan ante críticas radicales a la CNT (o a la Plataforma) con un sectarismo furibundo sólo comparable al de los leninistas ante críticas radicales al bolchevismo.

Lxs marxistas más anti-anarquistas y lxs anarquistas más anti-marxistas son igual de fanáticxs, sólo que de distintas iglesias.

Por suerte cada vez somos más lxs proletarixs que renunciamos a la concepción partidista de la revolución y asumimos una concepción de clase, y por lo tanto superadora del marxismo y el anarquismo. Somos odiadxs por lxs fundamentalistas de ambas iglesias. Unxs nos tratan de anti-marxistas y otrxs de anti-anarquistas. Unxs nos tratan de marxistas y otrxs de anarquistas. Somos lxs parias del mundillo "revolucionario".

Una lección que he aprendido es que un fanático odia muchísimo más a un ateo que a un fanático de un culto competidor. Porque por lo menos con el fanático de un culto competidor le une un acuerdo: la subordinación a la Idea/Programa/Dirección/Etiqueta/Bandera/Orga. En cambio el ateo es un peligro para todas las religiones, porque promueve el libre pensamiento y la autonomía, la herética autonomía del individuo ante la Organización-Patria.

Y otra lección que he aprendido es que cuando la teoría revolucionaria es tenida en cuenta como la palabra sagrada que nos guiará hacia la Tierra Prometida, en vez de ser utilizada en conexión con nuestra acción para revolucionar nuestra propia praxis (y por lo tanto, -¡sacrilegio!- susceptible de ser criticada, revisada, descartada, modificada, y superada), resulta tan esclavizante como la ideología burguesa ordinaria.
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Mensaje por Gabriel M » 23 Nov 2006, 06:58

Ricardo Fuego escribió:Algunxs "libertarixs" reaccionan ante críticas radicales a la CNT (o a la Plataforma) con un sectarismo furibundo sólo comparable al de los leninistas ante críticas radicales al bolchevismo.

Lxs marxistas más anti-anarquistas y lxs anarquistas más anti-marxistas son igual de fanáticxs, sólo que de distintas iglesias.

Por suerte cada vez somos más lxs proletarixs que renunciamos a la concepción partidista de la revolución y asumimos una concepción de clase, y por lo tanto superadora del marxismo y el anarquismo. Somos odiadxs por lxs fundamentalistas de ambas iglesias. Unxs nos tratan de anti-marxistas y otrxs de anti-anarquistas. Unxs nos tratan de marxistas y otrxs de anarquistas. Somos lxs parias del mundillo "revolucionario".

Una lección que he aprendido es que un fanático odia muchísimo más a un ateo que a un fanático de un culto competidor. Porque por lo menos con el fanático de un culto competidor le une un acuerdo: la subordinación a la Idea/Programa/Dirección/Etiqueta/Bandera/Orga. En cambio el ateo es un peligro para todas las religiones, porque promueve el libre pensamiento y la autonomía, la herética autonomía del individuo ante la Organización-Patria.

Y otra lección que he aprendido es que cuando la teoría revolucionaria es tenida en cuenta como la palabra sagrada que nos guiará hacia la Tierra Prometida, en vez de ser utilizada en conexión con nuestra acción para revolucionar nuestra propia praxis (y por lo tanto, -¡sacrilegio!- susceptible de ser criticada, revisada, descartada, modificada, y superada), resulta tan esclavizante como la ideología burguesa ordinaria.
Ricardo, se te olvido decir que ... Algunxs "antiideologia" (ja!) reaccionan ante críticas radicales a su vision IDEALISTA (y falsificada a conveniencia) con un sectarismo furibundo sólo comparable al de los... Cristianos ante críticas radicales al Cristianismo.

Lxs antiideologia mas anti-todo ... Lxs marxistas más anti-anarquistas y lxs anarquistas más anti-marxistas son igual de fanáticxs, sólo que de distintas iglesias.

LO MAS GRACIOSO ES QUE EL MAS FANATICO DEL FORO ERES TU, EL MAS INTOLERANTE, ERES TU, EL MAS DOGMATICO Y TAMBIEN ERES TU EL QUE TACHAS A TODOS DE DOGMATICOS, INTOLERANTES Y FANATICOS.

Ya no sigas con el cuento de "NADIE ME QUIERE, TODOS ME ODIAN..." (y para colmo, piensas que eso es producto de tu posicion mas avanzada (ja!)).

A TODO ESTO, ¿TU RESPUESTA QUE TIENE QUE VER CON EL TEMA? ... ¿O QUE TIENE QUE VER CON LA INTERVENCION DE ALGARCIA QUE REANIMO EL TEMA?

Cuando no hay argumentos, hay que salir con tonterias como "todos son unos dogmaticos, yo no, yo soy el unico que tiene la verdad absoluta y el que no mi quiera creer es un bolchevique de mierda"
Libertad sin Socialismo, es privilegio e injusticia; Socialismo sin Libertad, es esclavitud y brutalidad.

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Luis Nuevo
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Mensaje por Luis Nuevo » 23 Nov 2006, 09:52

Reconozco que en muchas ocasiones la actitud de Ricardo parece que es como tú la describes.

Pero también debo añadir que probablemente sea la persona de este foro que más me haya hecho cambiar la manera de ver las cosas, y eso que conocía de hace más de una década el rollo consejista/autónomo/situacionista.

Para que no se desanime, y se explique. Pero que sepa encajar, que todos estamos alguna vez equivocados.

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Ricardo Fuego
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Mensaje por Ricardo Fuego » 23 Nov 2006, 18:34

Creo que con la respuesta de GabrielM mi mensaje anterior ha quedado comprobado. Yo hablo de algo general y sale GabrielM con los tapones de punta contra mi persona, ni siquiera contra mis ideas. Ese tipo de agresividad habla bastante de su sectarismo y del policía que tiene adentro, "reprimiendo" todo lo que salga de la línea.

Aunque con GabrielM el tema es personal, y él lo hizo personal desde que en el CICA criticamos las concepciones políticas de su organización y -últimamente- desde que yo critiqué el reformismo de la APPO en Oaxaca. Y después este tipo de personas se preguntan por qué no hay una revolución.


Te agradezco Luis por tus palabras.
Ni partidos ni sindicatos, ni siglas ni dirigentes: ¡autonomía proletaria!

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