Nuestra solución: la guerra de clases !. Anarcom-UK

UK, AnarCom: Putin triunfa sobre Zelenski.

4 oct.2025.

Desde los "Dos Grandes" de Roosevelt y Stalin hasta la "Pareja Dispareja" de Putin y Trump, la historia quizá no se repita, pero sí da la sensación de que se ríe a costa nuestra. ---- Lo ocurrido en Alaska se sintió menos como las deliberaciones de un encuentro entre dos figuras en pugna, y más como la entrega coreografiada de una declaración de posición conjunta, largamente sostenida y elaborada. ---- Una gran revelación de los puntos en común entre los belicistas del capitalismo, generalmente ocultos tras la fachada de narrativas rivales. Por lo tanto, un vistazo real tras el velo.

¿Es concebible que Trump esté imaginando un eje con Putin, en última instancia, contra China? Ignorar a Europa, ya considerada un lugar remoto por un lado, y alinear sus propios objetivos estratégicos por el otro, bien podría ser la mejor jugada desesperada de una superpotencia para Rusia y el contrapeso necesario que Estados Unidos necesita para pivotar completamente hacia Oriente.

Juntos, se reúnen estratégicamente para hablar de sus relaciones con Europa, y Putin no puede recuperar los apoyos de Asia Central contra la oposición china sin el apoyo de Estados Unidos.

De igual manera, separar a Rusia de su acompañante chino deja a este último rodeado y solo para enfrentarse a Estados Unidos en el Pacífico. En esta región y en un posible escenario de conflicto futuro, Estados Unidos acaba de concluir su mayor maniobra bélica desde la Guerra Fría, involucrando cientos de aeronaves y 50 emplazamientos a miles de kilómetros de distancia.

La antigua "alianza" europea ha visto la señal de alarma. No ha permanecido inactiva, aunque posiblemente inútil, en sus esfuerzos por responder.

Ha estado ganando tiempo diciéndole a Trump lo que necesita oír. Si bien hablar de un mayor gasto en defensa y rearme puede parecer bailar al son de Estados Unidos, es más probable que avance hacia un intento de autonomía en defensa, anticipando el abandono que probablemente les espera. Están a punto de afrontar solos las realidades de la competencia por el poder global.

¿De vuelta al futuro? "¡Gracias a Dios por el ejército francés!", dijo Churchill en 1933. La historia nos dice que estamos en serios problemas cuando la entente anglo-francesa es la respuesta a una crisis.

Y aquí estamos de nuevo. El primer ministro Starmer y el presidente Macron celebraron a principios de julio lo que se anunció como una cumbre nuclear. Declararon una combinación mutua de sus capacidades nucleares contra "amenazas extremas" no especificadas, pero inminentes.

El presidente francés Macron declaró esto como "...un mensaje tanto para nuestros socios como para nuestros adversarios". Esto plantea la pregunta: ¿es una disuasión nuclear anglo-francesa una salvación o nos acerca a la guerra?

Si una alianza pragmática contra el populismo y el multipolarismo pudiera encontrar su propio eslogan de militancia provocadora, este podría ser:

¿Qué queremos? ¡Pragmatismo! ¿Cuándo lo queremos? ¡En un plazo adecuado, cuando las circunstancias sean óptimas!

Ahora bien, tal vez las circunstancias se estén alineando urgentemente para Starmer y Macron. Un brindis patriótico en la última oportunidad de Europa, dejando su huella como entidad global definitoria.

Cada conflicto sucesivo parece eclipsar al anterior en horror. De Ucrania a Gaza, de Gaza a Sudán; por nombrar solo algunos. Mientras tanto, todos corren el riesgo de convertirse en notas a pie de página en la marcha hacia un ajuste de cuentas entre las superpotencias. El horizonte podría estar acercándose rápidamente.

No habrá historia ni análisis después de eso. Trágicamente, dado todo el potencial que tenemos como especie, lo que aquí existirá serán las cenizas de la arrogancia tiránica.

Sea cual sea nuestro análisis o especulación, somos revolucionarios, no periodistas. No es nuestro papel conjeturar ociosamente ni fomentar el debate. Nuestro propósito aquí es enfatizar que, independientemente de los giros y vueltas que parezcan, por improbables que sean, la trayectoria sigue siendo la misma.

El capitalismo y la guerra son dos ruedas de la misma bicicleta que conducen inexorablemente hacia la destrucción global en una competencia compulsiva por el poder y los recursos. Sus detalles pasan a un segundo plano ante la primacía de nuestra solución: ¡la guerra de clases!

El foco de sus atenciones rivales puede variar. Sin embargo, el nuestro sigue siendo el mismo: ¡ellos y esta pesadilla actual de sistema socioeconómico! Ellos, la clase capitalista explotadora que dirige las economías y las naciones en su propio interés y a costa nuestra. El sistema que no tiene más intereses que el lucro, y que nos explota y oprime para ello.

Somos los productores del mundo, la clase trabajadora global. Sin fronteras y más allá de ellas, somos utilizados como carne de cañón en sus guerras de explotación y dominación. Sin nosotros, no existiría la riqueza ni nuestro mundo. Sin ellos como clase dominante, la guerra, el hambre, la degradación ambiental, la explotación y la opresión dejarán de existir.

Nuestra elección y nuestra tarea son una conclusión inevitable. En realidad, no es ninguna elección. Lucha por la supervivencia, pero también por la creación de una comunidad verdaderamente humana, más allá de la explotación y la destrucción.