Dudas razonables, y una certeza


Imagen de El Salto

Quería manifestar dudas que tengo desde hace décadas, y que me surgen una y otra vez cuando leo artículos referidos a la crisis energética. Quiero dejar bien claro que solo digo lo que se me ocurre, tal vez por orgullosa ignorancia y pereza.

Resulta que en el siglo XX me embarqué en el tema antinuclear. La energía nuclear, en medio de la Guerra Fría, se me antojaba un disparate como la copa de un pino, y así vi cómo en España democrática se declaraba la moratoria, se paralizaba la construcción de centrales, se mantenían en funcionamiento las existentes, y se apostaba por la energía fósil (sobre todo) y las renovables.

El problema que me planteaba, es el siguiente. Por centrarme en un solo lugar: Extremadura. Se trata de una Comunidad Autónoma cuya riqueza es agrícola y ganadera. Su mayor industria, aparte de la Junta de Extremadura y su pléyade de burócratas locales, autonómicos y estatales, es la Central Nuclear. Es decir, que: por un lado Extremadura fabrica alimentos… Empleando para ello sus reservas de agua embalsada. Ese agua no deja de disminuir año tras año; Y por otro produce energía con la Central Nuclear de Almaraz, cuya demanda no deja de subir. 

Esos alimentos y esa energía se mandan a otra parte (el Norte) que disfruta de nivel de vida (económico, social, sanitario) superior a los del Sur (Andalucía, Extremadura, Murcia y Canarias principalmente). Esto es así. Conclusión: se trata de una situación colonial. La colonia proporciona materias primas a fuerza de esquilmar sus recursos (el agua que otros se ahorran) y mantener una industria nociva en su territorio… Y otros se benefician de esa situación consumiendo a todo pasto. En resumen: la Central Nuclear de Almaraz produce anualmente un 7% de la producción eléctrica española. Esa energía se exporta principalmente a Madrid, a la industria del Norte, y si sobra algo, a donde la compren. Por supuesto los operadores de la Central Nuclear, son grandes compañías Iberdrola, Endesa, Naturgy, y sabe dios, cuyas sedes no están precisamente en Cáceres. Me reafirmo: una Colonia con todas las de la ley.

En fin, imaginemos que por un milagro, llega a España la Revolución Social que propugnamos a todas horas, se proclama el Comunismo Libertario, y nos encontramos con el problema de… ¿Acabar con el colonialismo? ¿Cerrar Almaraz? ¿Cómo? ¿Dejar sin luz a Madrid, y al diablo la industria y los servicios de por ahí? ¿Quién es el guapo/a que aprieta el interruptor de «apagado»? ¿Cómo se solucionaría democráticamente ese dilema? Porque vaya, se liaría la de San Quintín. Habría larguísimos y dramáticos debates hasta las tantas durante meses o años… Asambleas interminables como en el 15-M para eliminar el Comité Nacional… Detractores por doquier. O incluso podría solventarse el tema con la guerra, que es una forma rápida de alcanzar objetivos políticos cuando se dispone de potencia de fuego disuasoria.

En fin, que leo los informes que manifiestan que con la crisis energética el capitalismo tal como es hoy es inviable (lo mismo es viable de otro modo), y que hay que contarlo al mundo para alcanzar una solución razonable. Lo que pasa es que cuando cuento estas cosas, me miran como si estuviese loco. Unos porque quieren vivir mejor, y otros porque no quieren vivir peor. Los temas de conversación del público, en general, son banales o de salir del paso. No sé qué decirles, y me veo un tanto confuso. Pero, en fin, sigo convencido de que vamos a ganar. Y no, no estoy loco, porque la única solución para que el mundo mejore y los avariciosos, trepas, sicópatas y arribistas dejen de mandar, es el anarquismo.

Comentarios

Bueno vale, si dejamos de lado los maximalismos, hablar de "colonialismo" refiriéndose a Extremadura, se me antoja un trago complicado de digerir, pues de Extremadura surgieron, igual que ahora lo hace la energía, numerosos "conquistadores" de ese llamado "Nuevo Mundo", para el Reino de Castilla. Pero en fin, corramos un tupido velo y veamos otros aspectos, sin cuestionar una sola coma sobre las principales afirmaciones que haces acerca de las grandes compañías eléctricas.

Extremadura no solo produce electricidad con la nuclear de Almaraz, sino también riesgo de accidente radioactivo que, aunque la central esté en una localidad, sus consecuencias pueden extenderse hasta todos esos lugares que se benefician de su producción eléctrica.

En esta cuestión me parece que se te ha hinchado un poco la vena "nacionalista/independentista" de todo a cien, y me recuerda en parte a aquella idea del catalanismo que afirma que "España les roba". Sinceramente, todavía no entiendo muy bien qué es eso de España. De hecho entiendo un poco mejor qué es eso de Catalunya, Extremadura, Galiza, Andalucía, etc..., aunque comprendo sin tantas dudas lo que es el barrio y lxs vecinxs que vivimos en él.

Si llegase la revolución social, sobrarían ministerios y habría tantos edificios vacíos en Madrid, que se podrían llenar sus tejados de placas solares. En una revolución social intuyo que no hay soluciones democráticas, sino revolucionarias, y no las impone ningún general o ministro de la guerra, sino la voluntad de lxs revolucionarixs. En lo que se llamó la revolución anarquista española, si a alguien le preocupó que el Hotel Ritz se convirtiera en un comedor popular, no fue a las clases trabajadoras y a lxs revolucionarixs.

En mi opinión, nada experimentada en esas lides, no se llega a una revolución con una hoja en blanco. ¿Me pregunto a cuenta de qué ese horror vacui?. Sin embargo, al 15 M o al referéndum del 1 de Octubre en Catalunya, sí que se llegó con apenas una hoja de ruta y nada más, simplemente porque no anhelaban revolución alguna.

Estoy convencido que de producirse esa revolución social, "los detractores por doquier", no tardarían en aparecer. Esos aparecen siempre y hagamos lo que hagamos, y no porque sean más radicales o tengan una visión más crítica, sino por el efecto devastador de su reaccionario conservadurismo. 

Ciertamente, aunque no es de locos, pensar que en la revolución social hay que alcanzar "una solución razonable", es un tremendo disparate. Cualquier solución que se pretenda con el capitalismo, no es solución de nada y sí un nuevo desastre de todo. Eso es lo que pienso y eso es lo que les diría al "público", si lo tuviera, pero sin esperanza alguna de que sirva de algo a la turba invasora que se desplaza a cualquier parte, no porque tenga intención de vivir en ese entorno, sino para pisotearlo como caballo de Atila y mear en cada esquina.

Con la erupción del volcán de La Palma lo hemos visto. Miles de personas acudieron como si fuera un lugar de peregrinaje de alguna secta del capitalismo, para hacerse un selfie y/o publicarlo en redes sociales. Con la sequía, multitud de adictos a las "emociones fuertes", se han desplazado a visitar las ruinas que han quedado al descubierto por el bajo nivel de las aguas, muchos de ellos, aprovechaban para practicar paddle surf y bañarse entre lodo "terapéutico", sin importarles la tragedia que se estaba produciendo en las poblaciones cercanas, porque todo el agua se destina a las grandes ciudades en las que viven, y que son las que mantienen al capitalismo. 

Lo vemos todos los años de nuestras vidas, cuando llegan las vacaciones de primavera, verano o invierno. Este país, tiene fiestas populares que han dejado de serlo y se han convertido en negocios multitudinarios. Si cualquier espacio natural no recibe multitudes, hay que hacer lo posible para que sea rentable llenándolo de molinos, placas solares, resorts turísticos, centrales nucleares, parques acuáticos, safaris, parques temáticos o cualquier otro negocio de aventuras o deportes de riesgo.

Eso sí es colonizar, mirar al cielo y verlo cubierto de todo tipo de vehículos de vuelos sin o con motor. Mirar hacia el mar, y en vez de ver romper las olas en la orilla, encontrarte con infinidad de parasoles, tumbonas, toallas, sillas plegables, todas llenas de gente apelotonada. Si nos decidimos a echar una mirada a los parques naturales de montaña, veremos interminables colas de vehículos y multitud de personas moviéndose en todas direcciones y sentidos como si fueran hormigas. Los nativos americanos llamaban wasichus a los hombres blancos, pues era tal su codicia, que se movían inquietos por todas partes ocupando y apropiándose de lo que era de nadie y de todxs.

Vivo en una montaña, a más de cuatro kilómetros de la población urbana más cercana, pero cada veranos o días festivos, es lo mismo. No importa que intentes alejarte, porque si no colonizan la tierra por la que pasan con sus basuras, colonizarán el aire y te llegarán sus gritos o los verás apropiándose del río. Es increíble cómo se dejan de oír los cantos de los pájaros cuando llega la invasión de esta turba. Con la pandemia los animales salvajes se acercaban a las casas habitadas o vacías, porque apenas se oía más que los sonidos de la naturaleza. En los días de vacaciones y festivos, imposible ver a algún animal salvaje o escuchar a los pájaros y lo que más se oyen son motores de vehículos o los perros ladrar, salvo a la hora de la siesta en que los depredadores de espacios naturales recuperan fuerzas.

Sigo sintiendo que las diversas formas de vida en anarquía son muy necesarias, en lo que ya no tengo la menor confianza, es en que la alcancemos con toda esta enorme caterva multitudinaria de saqueadores y, con las restricciones energéticas que vamos a vivir, tampoco estoy convencido que se vayan a "iluminar" de golpe. Es más, cada vez percibo con mayor claridad que gran parte de los niños y niñas que están creciendo ahora, parece que aprenden y adoptan muy rápidamente esas actitudes despóticas y apropiadoras de sus mayores y que lo único que aceptan compartir, es la invasión colonizadora de sus gritos.

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