Fenómenos y reflexiones en torno al Anarquismo y la sociedad: paranoias, humor, surrealismo, sucesos inexplicables... Gustos y aficiones: cine, música, literatura, etc. Textos personales. Mensajes fuera de contexto e insultos y exabruptos contra el Anarquismo.
Super8 escribió:
Digo, un poco en el sentido de aquello que decía Roger Corman cuando le llegaba lo que había hecho un director novato: "Aquí hay una buena película si sabemos escarbarla", y se ponía a escarbarla en la moviola.
Ah, vale entonces es que te dejaste llevar por el entusiasmo en tu primera intervención. Si escarbamos, claro que hay una buena película.
Lo que no acabo de ver lo ideológico y en que mejora el cine quinqui. Yo por ejemplo tuve un problema con Chavs, el libro de Owen Jones se me atraganto y no lo he acabado, me resulta difícil empatizar con el cani actual. Yo me he criado en barrios obreros en los que a finales de los 70 había calles sin asfaltar, no había ambulatorios, escuelas, ni bibliotecas, era la época de los perros callejeros y esa marginalidad venía de la falta de todo, la actual nace más del equistamiento de ciertas situaciones, el fracaso de un sistema, pero no de una carencia determinada, mejor dicho, sufren la misma carencia que cualquier habitante de un barrio obrero, que ni es cani ni le roba la moto o los palomos a alguien de su barrio
¿Por que te parece nefasta la serie del vaquilla? a mi de esa época las que menos me gustaron fueron las de Eloy de la Iglesia, ninguna me gusto mucho en general.
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
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Super8 escribió:
Digo, un poco en el sentido de aquello que decía Roger Corman cuando le llegaba lo que había hecho un director novato: "Aquí hay una buena película si sabemos escarbarla", y se ponía a escarbarla en la moviola.
Ah, vale entonces es que te dejaste llevar por el entusiasmo en tu primera intervención. Si escarbamos, claro que hay una buena película.
No sé si me he explicado en lo de 'escarbar': no me refiero a que a base de interpretar esta película la podamos volver buena; Roger Corman era el productor, y con lo de escarbar se refería a que cogiendo el material que había rodado el novato y cortando aqui y cambiando el ritmo allí, en la mesa de montaje, podía sacar algo bueno del material en bruto. Aquí Carlos Salado hace de Roger Corman consigo mismo, y habría escarbado en la mesa de montaje con el material que ha rodado con su gente.
Las películas de José Antonio de la Loma me parecen prefabricadas, y en el fondo películas para gente de orden. La exaltación del Torete como chulillo ligón es un elemento de gancho comercial bastante pernicioso. Eso no tiene cabida por cierto en ésta de la que discutimos.
Hay un eslabón perdido entre este que ahora llaman "cine quinqui" -en las facultades de imagen, nunca oi llamar así en su momento a las películas de navajeros- y el cine quinqui que se está rehaciendo ahora con intención más artística que comercial o con no tanta cobertura industrial. Me refiero a la película "Chevrolet" de Javier Maqua (1997), donde unos personajes vagamente inspirados en el director Eloy de la Iglesia y su callejero actor José Luis Manzano intentan sobrevivir como vagabundos en un barrio de Madrid después de que pasase su éxito comercial. Cine dentro del cine.
Y en este libro que se escribió para internet Gonzalo Goicoechea, el guionista de las películas de navajeros de Eloy de la Iglesia, cuenta bastantes cosas sobre los entresijos de aquel cine: http://e-archivo.uc3m.es/bitstream/hand ... sequence=1
Me queda la curiosidad de saber porque ve mas ideológica esta película
Não sou nada.
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À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
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salvoechea escribió:Me queda la curiosidad de saber porque ve mas ideológica esta película
Bueno, virtudes que le veo: no están los estereótipos y latiguillos de las películas industriales de navajeros, y los apuntes o esbozos sobre relaciones de género, aunque breves y rápidos, son pertinentes. En la página del director se refiere a esto como cine de guerrilla, que es más pertinente que lo de neoquinqui, aunque se haya quedado también con ello. "La película tiene un modelo de distribución alternativa, porque el fin del proyecto es social ya que queremos que llegue al mayor número de gente, que esta realidad sea vista en colegios, en casas particulares o por chavales en la calle con su móvil... el cine de los 80 era más moralista, nosotros mostramos la realidad tal y como es, no juzgamos ni damos lecciones de moral" (1)
Estas cosas no sólo se le han ocurrido a Carlos Salado. Lo de cine de guerrilla permitido por las cámaras ligeras creo que se lo escuche así literalmente al productor de la película ugandesa Ladrones de Boda Boda (colectivo Yes! That's us, 2015), un proyecto muy parecido a éste:
Llevamos unos cuantos mensajes con méritos y contraméritos del cine navajero y barriobajero. Ineludible traer a colación en este debate El apando, película dirigida en 1976 por el más que excelente director mexicano Felipe Cazals: llamada de atención, sin coartadas ni moralismos, sobre la vida delictiva y sus servidumbres. La película tiene su punto de sensacionalismo taquillero, pero es un retrato de vidas violentas de gran calidad estilística y provocativa.
Se puede encontrar completa en youtube, como otras películas de Cazals, pero me abstengo de poner enlaces porque me da pena que la única forma sencilla de conocer la película sea en un formato tan precario. A cambio, os adjunto enlaces a una entrevista con Felipe Cazals sobre la película que la presenta estupendamente:
Aviso a los habitantes de Spain que la quieran ver que la película está hablada en mexicano de la calle, es decir que exige escucharla con cierta atención para entender los diálogos.
Pues mira, por esas casulidades de la vida, ayer me llama un amigo y me dice que le eche un vistazo a una peli argentina que trata ese tema, el me la recomendaba por como reflejaba el mundo motero. La película es muy mala, pero no deja de retratar lo maldito, esta vez el el extrarradio marginal del gran Buenos Aires.
[youtube]qQQIV2kg1zc&t=4553s[/youtube]
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salvoechea escribió:La película es muy mala, pero no deja de retratar lo maldito, esta vez el el extrarradio marginal del gran Buenos Aires.
[youtube]qQQIV2kg1zc&t=4553s[/youtube]
Desconocía al director de 'Vikingo', y eso que los del festival de cine espeso Márgenes le dedicaron en Madrí un ciclo entero. En esta entrevista va de malote, pero no deja de decir cosas interesantes:
Mi cine es básicamente es un cine que deja hablar a la gente, porque la gente es la que sabe, ¿qué mejor que ellos para contar sus vidas? Pero hay que hacerlo de una forma que sea seductora, una forma que sea cadenciosa, que despierte interés verla, pero básicamente lo definiría como un cine muy fiel a su entorno... La gente que estudia cine es de clase media y clase media alta, y no digo que todos tengan una vida perezosa, lúdica, cómoda y además después nos quieran hablar del horror y no tienen con qué. No digo eso, sino que creo que hay una falencia en el conocimiento de vida con humildad, hay algo ahí que no encaja. Creo que en algunos casos hay algo muy pretencioso...
En Madrid han tenido la buena idea de realizar este mes de febrero un ciclo sobre Lizzie Borden, interesante cineasta radical del cine independiente USA. La propia Lizzie asistirá a alguna de las proyecciones y compartirá con el público su experiencia de hacer aquellas películas en los años combativos y de sus problemas con la industria:
Cineasta autodidacta, feminista, pionera del cine queer militante, Lizzie Borden realiza un cine repleto de historias de oposición, que desafían las lógicas del orden de lo establecido y ponen en juego una práctica cinematográfica entendida como un medio de acción política, con un gran margen para la experimentación formal.
El cine de Lizzie Borden se mueve entre lo marginal, underground e independiente y funciona como un mecanismo capaz de contrarrestar los relatos imperantes en las pantallas comerciales. En su filmografía destacan tres películas en las que ella es también guionista: la raramente exhibida Re-grouping (1976), filme feminista en el que la consigna de “lo personal es político” se torna imagen; Born in flames (1983), denominado como un híbrido de género radical-afrofuturista-feminista-ciencia ficción-vérité; y el documental Working Girls (1987).
Contaremos con la presencia de Lizzie Borden los días 14 y 15 de febrero.
Hace siglos vi Working girls -por aquel entonces se estrenaban esas películas en Spain- y hace menos Nacida en llamas
Situada diez años después de una revolución pacífica en Estados Unidos, en la que el gobierno socialista gana el poder pero preservando la estructura patriarcal represiva, un grupo de mujeres, lideradas por una pareja lesbiana, deciden organizarse y movilizarse para llevar la revolución donde ningún hombre o mujer hubieran imaginado.
Pues sí, en esta película de ciencia-política ficción las negras lesbianas y en general las mal peinadas se ven abocadas a formar el Ejército de Mujeres para combatir a un gobierno que, por primera vez en Estados Unidos de América, dice gobernar en nombre del socialismo y de las mayorías. Hay que decir que una de las cosas que rechazan y las hace rebelarse es una especie de renta básica para amas de casa, y que el sistema las combate con tertulias de TV en las que se las critica por no tener cultura de triunfo. Los portavoces del gobierno revolucionario también las critican por luchar contra su marginación, lo cual presentan como una lucha "sectaria" que no puede representar al conjunto de la sociedad.
Es una película yanqui, pero rodada fuera de los estudios de Hollywood; a fuerza de no querer parecer una película comercial resulta un poco sosa y a ratos confusa, pero tiene su interés. La banda sonora está muy bien elaborada.
Como veis en el enlace, está en youtube con subtítulos en castellano, aunque a ratos los subtítulos aparecen truncados.
Una curiosidad está en que una de las actrices de este convincente manifiesto contra el conformismo, contra el miedo a la sexualidad libre y contra los rodillos sociales es Kathryn Bigelow, treinta años después directora nominada a Oscar por querer presentar un lado humano de los marines y los agentes de la CIA: En tierra hostil, La noche más oscura.
La excelente tragicomedia esperpéntica de Francisco Regueiro Duerme, duerme, mi amor (1975) se emitió en el ciclo de historia del cine made in spain de la televisión pública, y puede verse en abierto por la web de ese canal hasta el 1 de febrero: http://www.rtve.es/alacarta/videos/hist ... r/3884562/
... se hizo con muy poco dinero, en una época de censura muy grande -todavía estaba vivo el monstruo- , y es una de mis películas más locas, más frescas, más brillantes...
Esmeralda Adam me pidió que leyera este guión, y resultó que tenía unas bases muy ricas, en las que me identificaba plenamente: estaba esa afición compartida a "El Caso", esa fraseología de hombre de la calle, bombardeado por la televisión y la radio... sólo que desde una óptica compartida: éramos ya seis ojos (escribiendo el guión) y no dos. Y se nota mucho la labor de Esmeralda. Se nota el trabajo de una mujer: hay un oído finísimo a los diálogos...
La puesta en escena que yo desarrollo en esta película es muy torera. Los dos personajes principales, este hombre y esta mujer, están ahí, solos, abandonados delante de la cámara. La película es fundamentalmente ellos: sus diálogos, su situación. Esto, realmente, es lo que a mí más me gusta de los llamados profesionales, ¿no?: que todos sepamos lo que nos traemos entre manos y que, luego, una cámara registre, de la forma más pudorosa, los sentimientos de esos mensajeros que son los actores.
Hay por otro lado una elaboración tan ajustada en el decorado que me maravilla comprobar cómo, siendo una película que se rodó con tan poco dinero -nunca tuve tan poco dinero-, el entendimiento, la simpatía que se estableció entre todos y cada uno de los miembros del equipo de rodaje produjo que con poquísimos elementos pudiéramos conseguir una obra de verdad notable... La labor diaria de rodaje era algo absolutamente incomprensible para quien no hubiera escrito toda esa serie de gags tremendos... Todo, pese a esa aparente incongruencia, estaba controlado. El absurdo tomaba un sentido verdaderamente extraordinario.
¡Vivan los novios! (Luis García Berlanga, 1968) me pareció siempre una comedia ejemplar, un testimonio más que valiente de aquella presunta España del turismo y del supuesto desarrollo. Es una de las bofetadas más fuertes, una de las películas más higiénicas que nunca se han hecho en este país... Totalmente cierta esa vinculación con Berlanga y Azcona... Aquí se representa la tragedia de ese pequeño burgués que no consigue una mínima parcela de felicidad por más que tenga en sus manos todos los billetes del Banco de España, fruto de esa enloquecida lotería, sueño de tantos y tantos seres humanos de este país... Y esa tragicomedia se desarrolla en las afueras de Madrid, en un barrio anónimo y anodino que podía pertenecer a cualquier barrio de cualquier capital del mundo.
En un principio había planteado el rodaje en el barrio de La Concepción, a manera de descenso terrible a los infiernos, en medio de aquel hormiguero humano; fue demasiado fuerte y preferí una zona más neutra, más universal, por así decirlo. Era una manera de sobrevolar mejor la realidad, el hormiguero humano excesivo me aturdía, me distraía demasiado.
La acogida comercial de la película no existió. Fue una víctima más del juego de las multinacionales. El cine norteamericano era el que copaba absolutamente el mercado, era el que producía colas en todo el mundo, ¿no? La película fue comprada por una multinacional, fue indirectamente producida por ella, porque, como bien sabes, tenían que cubrir con una película española los productos que ellos vendían [el 3X1, obligación de las multinacionales de distribuir una película española por cada tres extranjeras para las que conseguían permiso de importación]. Entonces, ya te puedes imaginar, había un calendario de fechas establecido; y esta película, por ejemplo, se puso una sola semana en diez cines, y a otra cosa, mariposa. Estas películas no optaban a ganar ni una sola peseta. Cubrían legalmente los permisos de importación de las multinacionales, podían exhibir con ellas sus grandes producciones, pero no creo que tuvieran el menor interés en promocionar un cine nacional que, aunque como te digo, era indirectamente producido por ellos, no podía, no debía, permanecer en pantalla, aunque la gente respondiera bien. Iba contra sus intereses... Los directivos de la multinacional correspondiente tenían órdenes bien concretas de abortar cualquier intento de resurrección de algo que se pudiese parecer a un cine nacional.
Las palabras de Regueiro están recogidas del libró que le dedicó Filmoteca Española en 1989.
En el mensaje que está justo encima de éste se lee que Francisco Regueiro evitó un barrio tumultuoso a la hora de rodar las metáforas que tenía en la cabeza para una de sus películas: el hormiguero humano excesivo me aturdía, me distraía demasiado. Agnes Varda, sin embargo, supo moverse por hormigueros humanos con su cámara en la película Cleo de 5 a 7 (1961), e incluso hizo de la presencia de ese hormigueo de gente ante el encuadre de la cámara -y de su capacidad para romper la concentración- un aspecto esencial de lo que cuenta en la película.
Agnès Varda es conocida en ambientes decrecentistas y de "lo pequeño es hermoso" por Los espigadores y la espigadora, película muy buena que tuvo mucho recorrido por cinefórum realizados en esos entornos. También han tenido mucho recorrido por redes algunos documentales suyos de los años setenta, sobre los Pantera Negra -(1)- o de invitación al feminismo -(2)-. A finales de los ochenta tuvo mucho predicamento con Sin techo ni ley, que a mí me pareció entonces más artificiosa de lo que pretendía. Ésta de Cleo, en cambio, una de sus primeras películas, le salió muy bien.
La película juega a interesarnos con su historia central -una cantante que da vueltas por París durante dos horas, " de cinco a siete", esperando preocupada los resultados de un análisis médico- y a la vez a desbordar esa historia con los retazos de vida y de hechos que se cruzan con la protagonista: rodada siguiendo a la actriz por escenarios naturales casi en tiempo real -"de cinco a siete"-, aprovecha los eventos y tipos que espontáneamente se cruzan con la cámara para hacer sentir que esa historia es importante y a la vez nada más que otra historia más de las muchas que ocurren en una ciudad. Que esa historia, como todas, no es el centro del mundo porque el centro del mundo está en todas partes. Con mucha habilidad Agnes Varda abandona en algunos momentos el estilo de documental cámara en mano sólo para volver a destacar que ese mundo que desborda a la cámara en mano es más importante que lo que puede recoger el lenguaje halagador del cine publicitario o del cine comercial, con sus héroes y sus victorias.
A su modo esta es una película sobre la guerra que se estaba librando en aquellos años por la independencia de Argelia, y lo es precisamente a base de no hacer los típicos llamamientos de mal rollo de una película de protesta. La guerra de Argelia aparece varias veces como un ruído de fondo -como noticia de la radio, en conversaciones-; era una escabechina que el Estado francés llevaba a cabo en nombre de ciudadanos franceses como los que aparecen en la película, pero nada en las vidas que vemos y en su ritmo visible parece exigir esa guerra. Cuando en la última media hora aparece un recluta que al día siguiente parte a combatir, no se hace ningún melodrama sobre ello y eso cuestiona la guerra y lleva a preguntar por sus por qués con más fuerza que discursos explícitos.
Con esta película Agnès Varda intentó lograr en cine, pienso, una estética parecida a la de los reportajes fotográficos basados en instantáneas, y también pienso que lo consiguió. Al principio no queda muy claro a dónde se va a llegar con estas casi dos horas de espera, pero cuando al final de la película queda montado el "encuadre" completo y a la vez abierto, el resultado es excelente.
Comanchería - Hell or high water (David McKenzie, 2016), una buena película que está siendo bastante maltratada comercialmente -no he podido verla en cine en mi ciudad porque la ponen en muy pocas sesiones-.
Nos cuenta lo que viene a ser la vida en Texas, que se parece bastante a la de la meseta de Spain en lo de desolación, envejecimiento y falta de horizontes -trabajar duro no sirve de nada-, pero se diferencia en que hay petróleo y cosas semejantes -y con ello casinos para que lo gasten los afortunados del pelotazo correspondiente-.
Es una información que, más que en lo visual, nos llega a través de los diálogos de los personajes, que se pasan la película soltando frases lapidarias sobre lo mal que están las cosas en su entorno. Tenemos a unos atracadores de bancos a los que se los presenta como a pobres tipos de la calle vapuleados por la vida con los que se puede identificar un trabajador medio -lo que es bastante verosímil- y a los rangers de Texas que les persiguen, a los que se los presenta como a pobres tipos de la calle vapuleados por la vida con los que se puede identificar un trabajador medio -lo que es totalmente inverosímil tratándose de un cuerpo de vapuleadores-.
Esta gente se da cuenta de que están fastidiados porque los bancos les están dejando sin sus tierras como antes sus antepasados se las quitaron a los comanches -lo malo es que les traten como a los comanches, no cómo trataron a los comanches-. Los bancos son los antipáticos burócratas de ciudad -y se les presenta con una caracterización calcada de la que en las películas de Clint Eastwood o Charles Bronson presenta a los abogados que desde sus despachos ponen pegas a los justicieros fascistas-. A lo largo de la película se va descubriendo que los personajes hacen lo que hacen por sus familias (perdón, sus esposas e hijos); en el cine yanqui esto viene a servir para inspirar benevolencia, dado que según ese cine la familia es lo más importante y lo disculpa todo, hasta la bomba de Hiroshima. Eso suelen decir los que hacen ese cine, no es que yo me lo crea.
La película está bien por darte a conocer cosas sobre esa parte del país que es capital del imperio USA, aunque como escribo no profundiza mucho y en el fondo tiene un componente de halago machista. El estilo es mortecino y de bajonazo, como para que no nos dejen de dar pena estos descendientes de los conquistadores de esas tierras - cosa que se refleja en una banda sonora reiterativamente tristona. Pero dicho esto, mantiene un buen pulso narrativo de película de acción seca y directa, y los actores colaboran. Se pasa un buen rato y aprendes cosas sobre cómo está una parte del mundo y -sobre todo- sobre cómo ven el mundo los habitantes de esa parte.
Ahora que estáis o estamos con el centenario de Violeta Parra, es buen momento para recordar la excelente película chilena basada en su vida Violeta se fue a los cielos (Andrés Wood, 2011).
A mí me gustó mucho cuando lo vi quizás por contraste con lo que esperaba: iba asustado por las frases publicitarias, pensando que caería lo típico de Violeta Parra como santa Violeta gozando de una vida plena y de comunión con su pueblo gracias a su arte, blablabla. La película es todo lo contrario, y deja claro cómo una vida bastante sórdida en todos los sentidos puede coincidir con un gran arte - algo tan lleno de enseñanzas como emocionante.
La última película dirigida por el ya más que veterano Paul Schrader se llama Como perros salvajes - Dog eat dog (2016) y va, como Comanchería, de pequeños atracadores. Pero el tono es muy distinto al de Comanchería: si en ésta los atracadores son unos tipos con los que puede identificarse cualquier persona vapuleada por la sociedad, y la película juega a esa identificación, en ésta los atracadores son todos profesionales y la película juega a presentarles como unos pasados de rosca con los que la gente en general sólo se identificaría en sus sueños febriles.
Aunque los críticos profesionales están hablando de esta película como una obra rompedora de Schrader, en mi opinión es una película que hace seguidismo de las películas con hiperviolencia sanguinaria de dibujo animado de Quentin Tarantino -el mismo título evoca a Reservoir dogs-. Lo medio peculiar de la película son dos puntos:
1. Entre asalto truculento y asesinato, los personajes se ponen a hacer reflexiones sobre el sentido de la vida y la soledad del alma humana que son muy de otras películas del director, pero que al decirse en este contexto de violencia exagerada hasta el disparate, resultan más cómicas -o quizás más trágicas- que cuando se presentan en serio -podría llamar la atención que a los espectadores estos interrogantes de los personajes les parezcan inverosímiles, si a la vez les parece normal lo sueltos que son de gatillo-. Entran en juego preguntas parecidas cuando se muestra una masacre con un espiritual negro de fondo, o cuando los personajes se gastan su recaudación en una orgia que parece tan violenta como el asalto.
2. Después de ver durante hora y media a estos matones de la película haciendo todo tipo de salvajadas, aparece la policía y se la muestra haciendo contra ellos salvajadas tan gordas como las de ellos. La película hace así un comentario social sobre lo ilusorio de la diferencia entre ley y crimen que me resulta, quizás, más simpático y veraz que el de 'Comanchería', aunque no pasa del nivel de un chiste.
Como he dicho, los críticos están celebrando esta película como una especie de desparrame creativo de un director que, al cabo de los años, se permite hacer películas sin ataduras ni contrapartidas comerciales. A mí más que una película de final de carrera me parece de principio: como esas prácticas de escuela de cine donde los alumnos intentaban demostrar que eran capaces de inventarse cosas raras poniendo la cámara en sitios insólitos o retorciendo, al filmar los diálogos, la continuidad del plano / contraplano.
Y en cuanto a la ausencia de contrapartidas comerciales, no creo que nunca hubiera sido producida ni distribuida si no estuviera hecha dentro de los moldes del género de violencia exagerada que puso de moda Quentin Tarantino y si no se apuntase a ese filón comercial. Por lo demás tiene el gancho comercial de unos actores excelentes, pero que aquí se limitan a competir por ver quien hace el numerito más exagerado o dice la burrada más gorda.
Desde que escribió el guión de 'Taxi Driver' se ha dicho muchas veces de Paul Schrader que nunca se sabe si sus películas son las de un obseso sexual disfrazado de puritano, o las de un puritano disfrazado de obseso sexual. Al menos, sus personajes se movían a menudo en esa ambivalencia. Estas neuras de las que Schrader hace espectáculo a mí nunca me han interesado, pero llevaban a que sus películas tuviesen un atractivo para al menos el espectador heterosexual, y es que nunca faltaba algo de tetas o incluso de pelos de coño. Al leer un reparto sin actrices pensé que aquí no habría de esto, pero como entre asesinato y asesinato los personajes se pasan el rato en burdeles a la larga sí que hay algo.
Não sou nada.
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Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
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