Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

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adonis
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Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por adonis » 04 Abr 2019, 19:09

Dejo esta entrevista porque uno de los grupos (La Bancada Municipalista) parece ser que bebe del Municipalismo Libertario, al menda al que entrevistan es (o era) parte del proyecto de Traficantes de Sueños:

https://www.elsaltodiario.com/eleccione ... rid-en-pie
Puede sonar a cachondeo, pero el proceso de trabajo de Madrid En Pie Municipalista ha sido un aterrizaje suave para una parte importante del tejido social y político de la ciudad. La reunión de tres espacios políticos —IU Madrid, Anticapitalistas y la Bancada Municipalista— ha fluido con naturalidad en varios encuentros y jornadas de trabajo. Encuentros en los que se ha podido echar en falta militancia por debajo de los 40 años, pero que han servido para llegar a un proceso de primarias consensuado en sus métodos y que no se ve como un punto de ruptura entre los espacios políticos que componen Madrid En Pie Municipalista.

Las resignadas bromas sobre el “frente judaíco popular” para caricaturizar a la izquierda madrileña no se ajustan a la realidad de lo que está pasando a un mes y medio de las elecciones. Después de los derrapes que los espacios de la izquierda sociológica madrileña han protagonizado en los últimos años —especialmente desde enero—, el proceso de En Pie está funcionando en concordia, ajeno en gran medida al proceso tormentoso que está teniendo lugar alrededor de las candidaturas autonómicas.

Sin embargo, el camino de Madrid En Pie Municipalista no será sencillo. Aunque las tres candidaturas dan por hecho que se superará el 5% de votos en las elecciones locales —porcentaje que garantiza la presencia en el Ayuntamiento—, la competencia con Más Madrid será dura. La figura de Manuela Carmena, principal activo de Más Madrid, se ha desligado del proyecto original de Ahora Madrid y vuela en solitario o acompañada de su equipo de confianza, en términos mediáticos y comunicativos. Carmena es un activo electoral, qué duda cabe, y las encuestas —y la división de la derecha— la sitúan como principal candidata a ganar las elecciones. El primer paso de Madrid en Pie Municipalista, por el contrario, será explicar que existe como alternativa y que su proyecto para la ciudad diverge del que ha encabezado la actual alcaldesa en lo fundamental: las políticas a desarrollar. La candidatura se plantea huir del marco habitual de “división de la izquierda” para presentar un plan de trabajo que transforme la ciudad, que con un 20,6% de tasa de pobreza, sigue siendo una de las más desiguales de Europa.

Curtidos en la pelea para reclamar otro modelo de gobierno municipal, tres concejales en el Ayuntamiento concurren como cabezas de lista en las tres candidaturas que se presentan a primarias en este proceso para la elección de las listas que concurrirán a los comicios del 26 de mayo. El exresponsable de Hacienda —y presidente de los distritos de Vicálvaro y Latina— Carlos Sánchez Mato (Madrid, 1970) se presenta como cabeza de lista de IU Madrid. Pablo Carmona (Madrid, 1974), que ha ejercido de presidente de los distritos de Salamanca y Moratalaz, encabeza la lista de La Bancada Municipalista. Por último, Rommy Arce (Lima, 1977), presidenta de los distritos de Arganzuela y Usera, es la número uno de la candidatura de Anticapitalistas. Las tres candidaturas han accedido a responder el mismo cuestionario para El Salto de cara al proceso de primarias, que comienza hoy, jueves 4 de abril y termina el próximo domingo.

CARLOS SÁNCHEZ MATO
El 18 de diciembre de 2017, la Cadena Ser informaba de que Carmena cesaba a Sánchez Mato, hasta entonces concejal de Hacienda. El pulso con el entonces ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, terminaban con la destitución de este economista, que había defendido la capacidad de la ciudad para emplear su superávit en gasto social, en contra de la normativa que impone que el excedente salga de las partidas destinadas a amortización de deuda. Un año y medio después, Sánchez Mato se ha incorporado a la candidatura que confrontará con Carmena en las próximas elecciones municipales.

Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
Me he incorporado a la candidatura hace muy poco, pero llevo meses participando en asambleas y procesos de debate para la elaboración del programa de Madrid en Pie. Me siento plenamente identificado con un proyecto transformador como el que se presenta.

Defendemos lo público, la inversión centrada en las necesidades colectivas, un urbanismo al servicio de los barrios y no de la especulación; queremos garantías de vivienda pública, que se reduzca el desequilibrio territorial entre distritos y que se afronte la crisis ecosocial. Priorizamos además el trabajo para superar brechas de género y hacer frente a las violencias machistas.

Creo que puedo aportar experiencia en esos campos en el Ayuntamiento de Madrid. Participé activamente en la remunicipalización de la Empresa Funeraria y di todos los pasos a mi alcance para avanzar en la de Madrid Calle 30. He sido muy claro en contra de pelotazos urbanísticos como la Operación Chamartín y Berrocales, impulsé la comisión de investigación y las acciones legales contra la venta de vivienda social a fondos buitre. Impulsé la inversión social para los distritos menos favorecidos. Con las cláusulas sociales en la contratación pública introdujimos criterios ecológicos y de género a la hora de adjudicar contratos, peleamos contra las grandes eléctricas para poder dar el contrato de la luz a quienes garantizaran energía limpia.

Nuestro objetivo en el Área de Economía y Hacienda fue poner las políticas públicas al servicio de la mayoría a la vez que se promovían auditorías de las políticas públicas y se saneaban las cuentas municipales. Creo que aportamos solvencia y hemos podido demostrar que la gente corriente también sabe gestionar bien. No traemos másters en Harvard, pero sí mucho compromiso con las vecinas y vecinos de Madrid.

Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que, en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
No creo que haya que gobernar para todos, sí que defiendo que hay que hacerlo para la mayoría social, que es algo bien distinto. Para eso es imprescindible mantener los pies en el suelo y no tener miedo a los de arriba.

Vivimos en una ciudad donde la esperanza de vida depende del distrito en el que vivas, hay un desequilibrio territorial, social y ambiental tremendo entre el sur y el norte, pero también en el interior de muchos distritos. Es cierto que ese desequilibrio no es superable en una legislatura, pero lo cierto es que la única manera de hacerle frente es colocarlo como prioridad absoluta, gastar cada céntimo a nuestro alcance en inversiones para los barrios, sin que nos tiemblen las piernas ante ministros Montoros ni Monteros y conseguir así reducir las diferencias entre barrios.

Creo que hay un importante sector de votantes que necesita percibir valentía e ideas firmes para no volver al abstencionismo. Muchas y muchos de ellos viven en distritos del sur.

Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
Hay tres pilares básicos de respeto: el primero es el respeto al programa electoral con el que se concurre a las elecciones, el segundo es respeto a los procesos de debate internos, que pasa por los órganos de coordinación y decisión. Y el tercero es el respeto a las personas más allá de la institución, para hacerlas partícipes del trabajo en el Ayuntamiento y no solo pedir su voto cada cuatro años. Diría que esa es la fórmula más sensata para garantizar un proyecto y evitar que la gente esté descorazonada, para asegurar la diversidad y dar espacio a todas las opciones.

Las tres organizaciones que confluimos en Madrid en Pie hemos colaborado en los últimos años en la defensa de un urbanismo social y sostenible, de la protección del patrimonio público, de la defensa de la vivienda como derecho básico, hemos luchado juntas frente a desahucios y hemos trabajado posturas políticas que defienden, en esencia, el proyecto de Ahora Madrid. Hemos preservado la esencia del debate y las decisiones colectivas y, sobre todo, la defensa de los principios que nos llevaron a la alcaldía en 2015.

Cuando haya decisiones conflictivas, deberán someterse al debate de los órganos designados. Para eso nos hemos dotado de herramientas de decisión. En Ahora Madrid también existían esas herramientas, el problema es que no se utilizaron con tal fin.

En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Este proceso electoral que se avecina es clave. El auge de la extrema derecha, más o menos hinchado por encuestas y medios, ha provocado que PP y Ciudadanos giren aún más hacia la derecha. Si llegan al gobierno en Madrid no van a dudar en entregar la ciudad a las élites económicas que provocarán un recorte masivo de servicios públicos y derechos sociales.

Me comprometo a actuar con la máxima responsabilidad para evitar un gobierno de derechas. Creo en todo caso que la trayectoria de esta legislatura demuestra que no tenemos apego a los sillones y así va seguir siendo.

PABLO CARMONA
Conocido por su trabajo en el proyecto Traficantes de Sueños y por su larga militancia en espacios autónomos de los distritos de Retiro o Vallecas, el historiador Pablo Carmona se distanció pronto de la línea mayoritaria de Ahora Madrid. Su llegada a las listas en 2015 se produjo desde una candidatura “outsider”, Madrid en Movimiento, acompañado de Montserrat Galcerán y Rommy Arce. Sus votos en contra de proyectos como el derribo del taller de artillería (TPA) de Chamberí o de las operaciones de Chamartín y Berrocales, así como sus artículos críticos con Carmena y su equipo, lo han situado como una voz crítica en el Palacio de Cibeles. En paralelo a la desintegración de Ahora Madrid, el nacimiento de la Bancada Municipalista ha agregado a personas desenganchadas del casi desaparecido Ganemos Madrid.

Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
La candidatura de La Bancada expresa cierta tradición del municipalismo libertario. Con esto hablamos de una organización horizontal desde donde articular una herramienta de contraponer real y efectiva donde los movimientos de lucha y la política hecha desde los barrios son los protagonistas. En La Bancada se agrupan aquellos actores independientes del municipalismo madrileño que tradicionalmente no han participado de los procesos electorales y que desde 2015 aparecen como un nuevo actor en la política madrileña. Gente llegada de posiciones autónomas desde centros sociales, el movimiento ecologista, feminista o colectivos antirracistas y de barrio ahora aportan una nueva perspectiva y su programa a los procesos electorales a nivel local. Todo ello se ha condensado en los nueve ejes políticos de La Bancada. Trabajamos por una ciudad que no privatice sus espacios públicos, por un Madrid antirracista, sin pelotazos urbanísticos, con servicios públicos remunicipalizados, feminista, ecologista, centrada en los barrios y donde la participación ciudadana condicione de verdad la labor de gobierno, sin que nadie la limite a votar entre el proyecto A o el proyecto B.

Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
Es curioso que una candidatura que nació en el sur, en las periferias de la sociedad y que fue votada y apoyada mayoritariamente por vecinos y vecinas de los barrios más desfavorecidos, acaba su legislatura volcada con la aprobación de Madrid Nuevo Norte, la Operación Chamartín. De nuevo los grandes desarrollos y las grandes inversiones han sido para el centro de la ciudad y para el norte de la misma. Los 62 millones para la remodelación de Plaza España, la Operación Chamartín, el TPA o Las Cocheras de Cuatro Caminos son todas operaciones que han tenido como denominador común dañar el patrimonio histórico o territorial de madrileños y madrileñas, pero también beneficiar a las clases más privilegiadas de la ciudad. Casi como una constante, Ahora Madrid ha tenido en contra a Ecologistas en Acción, la Federación de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) o Madrid Ciudadanía y Patrimonio.

Por muchas razones el sur y las periferias se han visto agraviadas y lo han hecho saber, aquellas zonas donde la abstención y el voto desencantado volvió a la urnas con ilusión hoy cuentan con mayores cotas de desencanto. Aun con esto, no debemos caer en la generalización ni olvidar que la principal oposición a la Operación Chamartín se da en colectivos vecinales del norte de nuestra ciudad, desde barrios como Begoña o Prosperidad a Tetuán, Hortaleza o el Barrio del Pilar, que serán los principales afectados si se da luz verde a este pelotazo urbanístico. En campaña y en su programa político Madrid en Pie debe saber mirar a los ojos a los habitantes y decirles: somos de los vuestros, venimos a pararles los pies a las élites financieras que gestionan y planifican nuestra ciudad.

Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus posibles errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
De la experiencia de 2015 hemos aprendido que el mayor de los peligros es la concentración de todo el poder en unas pocas personas, por no decir una. Es cierto que la Ley otorga plenos poderes a la alcaldesa y esta tiene la oportunidad de independizarse de los acuerdos colectivos, como ha sucedido en Ahora Madrid. El reto en 2019 está en la construcción de espacios sólidos y bien organizados que eviten las situaciones en que una parte se desvincula de los principios que motivan el proyecto. Hemos trabajado en nuevos mecanismos de control para evitar esto y desde el inicio hemos priorizado la constitución de ese espacio horizontal.

La Bancada se presenta a las elecciones con muy buenos aliados como son Izquierda Unida y Anticapitalistas, pero sabemos que la solidez del espacio va a pasar por seguir construyendo procesos organizativos y de lucha dentro y fuera de las instituciones más allá del 26 de mayo. Sólo así podremos construir los contrapoderes y contrapesos necesarios para no repetir los errores de los últimos cuatro años.

Sobre el trabajo en la coalición, solo después de las primarias sabremos si hay mayorías y minorías en la lista. En todo caso, entendemos que el espacio de trabajo que se abre funcionará con escrupuloso respeto a las minorías y de manera democrática. Somos tres organizaciones que venimos cooperando desde Ganemos Madrid, donde no ha habido ninguna opinión que se haya quedado aislada y donde siempre hemos intentado funcionar de manera democrática.

En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Planteamos que esta decisión la tomen, a través de una consulta, las personas que participen en las primarias. Nos parece que es la mejor forma de plantearlo. Pero nadie va a olvidar que nuestro principal objetivo es evitar que Vox ponga a nuestras instituciones a perseguir inmigrantes o acabar con los derechos conquistados por el feminismo, tampoco que nuestros enemigos centrales son las privatizaciones y la corrupción del Partido Popular o que Ciudadanos no es capaz de hacer políticas que no sean las de la alarma securitaria y el señalamiento de los barrios con menor renta, por poner algunos ejemplos. Pero tampoco se lo vamos a poner fácil a la izquierda del pelotazo y de la sonrisa fácil con las élites financieras.

Madrid en Pie tiene como objetivo redistribuir la riqueza y el poder, remunicipalizando los servicios urbanos estratégicos y de cuidados, planificando la ciudad contra los pelotazos, acabando con el racismo institucional y las violencias machistas, donde haya orgullo LGTBI y orgullo de barrio. A esta ciudad hay que darle un giro de 180 grados.

ROMMY ARCE
La concejal Rommy Arce, nacida en Perú, ha sido objeto de ataques teñidos de racismo por parte de la oposición municipal, especialmente a raíz del caso de Mame Mbaye y de la denuncia del despacho vinculado a la candidata de Ciudadanos, Begoña Villacís. Arce, de profesión bibliotecaria, llegó a la lista de Ahora Madrid desde la lista de Madrid en Movimiento. Desde su puesto de concejal se ha opuesto a las operaciones urbanísticas que han marcado la legislatura —TPA, cocheras de Cuatro Caminos, Chamartín— y, como los otros dos candidatos, defendió que la alcaldesa mantuviese el pulso con Montoro que se resolvió a finales de 2017. En 2019 encabeza la lista de Anticapitalistas, organización que se mantiene dentro de Podemos pero que está enfrentada en el nivel organizativo con la dirección, una disputa que es más evidente en la Comunidad de Madrid, ya que el sector mayoritario de Podemos ha optado por no presentarse a las elecciones municipales en la capital.

Bajo tu punto de vista, ¿qué aporta la candidatura que encabezas en este proceso de primarias? ¿Cuáles son sus principales líneas programáticas?
Tenemos un acuerdo de programa y de proyecto político muy sólido entre los tres espacios. Un acuerdo fruto del trabajo compartido y las posiciones que hemos sostenido durante toda la legislatura. Así que entiendo estas primarias más bien como un momento no tanto de competencia sino de cooperación y de refuerzo del proyecto común. De hecho, desde su propia especificidad, creo que la suma de los tres proyectos va a multiplicar las posibilidades de esta candidatura.

En el caso de Anticapitalistas, nuestros ejes de programa se centran en tres ámbitos. Por un lado, la incorporación de la impugnación al modelo de ciudad y, en concreto, del modelo urbanístico que se ha impulsado desde el gobierno del ayuntamiento. Necesitamos revertir las operaciones urbanísticas y plantear un modelo contrario al de la especulación y el ladrillazo. Creo que necesitamos incorporar un enfoque alternativo que nos permita a todas ejercitar el derecho a la ciudad.

Por otro lado, la remunicipalización de los servicios públicos debe ser prioritaria en nuestra agenda y acabar con la externalización de servicios esenciales como la limpieza, atención a la dependencia, educación infantil, etc. Debemos ser ambiciosos en esto y plantear que hay que poner orden y recuperar los servicios y convertirlos en servicios de gestión directa, 100% públicos y que permitan formas de gestión que incorporen realmente a los y las trabajadoras, no sólo sus derechos y su fuerza de trabajo, si no también sus saberes y capacidades.

Por último, y por señalar sólo tres aspectos, creo que necesitamos un impulso ambicioso y valiente contra la desigualdad en nuestra ciudad y en nuestros barrios. Una desigualdad que nos remite a diferencias entre barrios y entre clases sociales pero que afecta particularmente a las mujeres y las personas migrantes. La cuestión de la vivienda en esto es central, pero también los servicios sociales que necesitan de una profunda reforma. Para que la prestación de ayudas económicas deje de estigmatizar a la población más golpeada, la herramienta de la renta social municipal es una herramienta necesaria para devolver autonomía e independencia a ese 30% de vecinas que se encuentra al borde de la exclusión en distritos como Usera, Vallecas, etc.

Creo que en la interrelación de estos tres ejes se conjuga una propuesta para Madrid con un claro carácter feminista y ecologista que trata de devolver el poder a la gente de abajo frente a los grandes poderes económicos y financieros.

Los resultados de 2015 mostraron claramente una ciudad partida en dos, los distritos del sur apoyaron a Ahora Madrid, mientras que, en los del norte, la victoria del PP fue clara. Cuatro años después, ¿qué crees que significa ese hecho? Y, en consecuencia, ¿cómo crees que se tiene que reflejar en el proceso electoral y en la legislatura que se abre en mayo?
Es evidente que en esos barrios populares es donde se concentra el espíritu de cambio y de transformación social en Madrid. El problema es que la ilusión (en sentido positivo) que se pudo crear en 2015 es posible que se haya marchitado, en gran medida por la decepción que han supuesto algunas de las políticas insuficientes de Carmena. El reto en este ciclo electoral para la izquierda transformadora es si somos capaces de reconectar y removilizar a ese sector de gente que se ha ido alejando de la política electoral. Un alejamiento que, en realidad, ha significado el final de todo un ciclo político que abrió muchas ventanas pero que ha terminado cerrando otras muchas.

Yo creo que esos sectores populares, trabajadores y excluidos por el sistema, son imprescindibles para recomponer un campo político propio que sea el dique central para frenar a una derecha desatada. Por eso creo que debemos tratar de removilizar a ese sector abstencionista que ha podido caer en el desánimo, en el cinismo o en considerar, no sin falta de razones, que “todos son iguales”. Creo que solo desde unas posiciones que polaricen fuertemente con la derecha y los poderosos, que aparezcan como honestas, recuperando una cierta posición también moral, será posible esa necesaria reconexión.

Después de la experiencia de Ahora Madrid, ¿cómo crees que tiene que funcionar el proyecto En Pie para no repetir sus posibles errores? En ese sentido, después de este proceso de primarias, ¿qué mecanismos pueden funcionar para que el proyecto funcione de manera homogénea y las posibles mayorías no aíslen a las opciones menos apoyadas?
Yo creo que se trata, no sólo a nivel municipal si no a todos los niveles, de aprender de las experiencias de estos últimos años. Las lógicas de las construcciones colectivas han mutado, mayoritariamente, en proyectos personalistas vaciados de democracia y espacios comunes de encuentro, deliberación y decisión. Los programas políticos han derivado en una suerte de pastiches sujetos al vaivén de las encuestas y el marketing. Creo que toca recomenzar desde otras lógicas: cooperación, recuperar formas de trabajo colectivas, mecanismos claros de rendición de cuentas, apertura, espacios reales de encuentro entre diferentes, recomponer confianzas. Y también ofrecer “confianza política”. Esto es: hacer lo que se dice y vivir como se piensa.

El proyecto que hemos puesto en marcha a nivel municipal retoma muchos de esos aprendizajes y tiene el aval tanto del camino recorrido estos años (el compromiso firme con el programa, por ejemplo) como del propio proceso puesto en marcha estas semanas que recoge los mecanismos y compromisos para que eso se garantice. Creo que las fórmulas de cooperación entre iguales que hemos puesto en marcha en la confluencia son el mejor indicador de que hay una voluntad real por construir desde el respeto a la diversidad y la pluralidad.

En una hipotética victoria de Más Madrid en las elecciones locales, y si la suma de los partidos de derecha no obtienen mayoría, ¿Sobre qué bases plantear una colaboración de En Pie con el proyecto de Manuela Carmena?
Nuestra idea es la de mantener una posición propia en la próxima legislatura. Esto es, frente a las derechas ninguna concesión, ni un respiro frente al peligro de la reacción. Pero máxima exigencia también frente a las opciones que se sitúan en lo que ellos llaman el campo progresista. En este sentido, nuestra posición no debe estar supeditada al eterno chantaje del voto útil y la llegada del “coco”.

De hecho, no nos engañemos, el proyecto de Carmena ha transigido con la imposición de políticas austeritarias aceptando un Plan Económico Financiero al dictado de Montoro que ha causado enormes perjuicios a todos los madrileños porque nos ha impedido cumplir con una parte de nuestro Plan de Gobierno o ha vendido como buenos proyectos urbanísticos especuladores que ha acabado votando con el PP y Ciudadanos, el urbanismo de consenso del que hablaba el concejal José Manuel Calvo era esto, aceptar el chantaje del BBVA.

Así que el dilema va a ser más bien para el proyecto de Más Madrid: ¿con quién van a tener voluntad de poner en marcha un diseño estratégico de la ciudad: con los partidos que representan los intereses de la banca y el Ibex 35 o con las reivindicaciones de los movimientos sociales y los sectores populares? Si las políticas se dirigen con valentía a enfrentar a los poderes financieros podremos ponernos de acuerdo en muchos asuntos, como por otra parte también ha ocurrido durante la experiencia de Ahora Madrid. Pero ahora con una diferencia sustancial: desde la autonomía de proyectos políticos diferentes. Es decir, si quiere nuestro apoyo tendrá que negociarlo como ha hecho esta legislatura con el PSOE, ya no valen las imposiciones ni los “trágala”.

Si, por el contrario, la posición de Más Madrid va a querer contentar a “los de arriba” y “gobernar para todos”, nos tememos que ahí no nos vamos a encontrar muy a menudo. En todo caso, no queremos ser un simple proyecto de presión por la “izquierda” a Más Madrid, nosotras tenemos vocación de gobernar. Aquí se está configurando una opción política para construir un polo con proyecto propio, autónomo y con la idea de que los avances en Madrid van a ser fruto de una dinámica real de conflicto desde fuera de las instituciones, para ello tener un pie en las instituciones también es clave, somos altavoz de las demandas de la mayoría social.

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Contumacia
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por Contumacia » 05 Abr 2019, 09:42

Por agregarle malafolla al asunto, de la pluma de Emmanuel Rodríguez
Municipalismo: última llamada

Una valoración rápida del municipalismo realmente existente debiera ser, sin duda, crítica, pero en sociedades mediáticas y profundamente estatizadas, no sobra tener pequeños comandos infiltrados en las instituciones.

Se cierran en estos días las candidaturas a las municipales en muchas ciudades del país. Dejado a un lado la reapropiación del término “municipalista” —hoy reivindicado desde Carmena hasta el PP—, lo cierto es que del primer asalto de 2015 han quedado un buen número de experiencias, que más allá de Podemos e IU intentan revalidar la hipótesis. Muchas están organizadas en la llamada Confederación Municipalista, algunas en coalición con los sujetos del cambio, y algunas otras en fractura con los mismos. Parcialmente, es lo que ocurre en Madrid, donde parece habrá una candidatura enfrentada a Carmena, con el nombre no muy afortunado de Madrid en Pie Municipalista, y en la que participan IU, Anticapitalistas y los municipalistas de La Bancada.

Una valoración rápida del municipalismo realmente existente debiera ser, sin duda, crítica. Lo conseguido no brilla sin ambigüedad. La adaptación de muchas candidaturas al realismo político más ramplón (lo que en otras ocasiones hemos llamado gobernismo), así como el general hartazgo entre los más honestos, parecen dominar la experiencia. No es el propósito, sin embargo, de este artículo volver a valorar los desencantos con Carmena y otros “municipalistas”, así como los límites y victorias de lo logrado en muchos lugares.

Se trata, por el momento, de considerar si existe alguna utilidad en la actualización de la experiencia municipalista, y de hacerlo respecto de Madrid. En las primarias abiertas a la nueva candidatura de este municipio se presentan tres listas: la bien conocida y seguramente protagónica de Izquierda Unida, a cuyo frente está Sánchez Mato; la de los anticapitalistas con Rommy Arce a la cabeza; y la de los municipalistas de La Bancada, con Pablo Carmona de primero. Si las dos primeras componen algo muy parecido a una renovación legítima de la izquierda institucional madrileña, la última parece apostar por una renovación de lo que fue la expectativa del municipalismo en 2015, y que hace ya cinco años tratamos de articular en un librito de batalla, La apuesta municipalista.

En esta revisión conviene considerar tres cuestiones, que estaban más o menos planteadas en la hipótesis inicial, y que desde luego no han quedado indemnes con el paso del tiempo.

La primera responde a lo que constituyó el centro del programa municipalista, primer punto de la hipótesis y que a la postre se ha mostrado algo ingenuo. Se trataba de apostar por una suerte de reinvención de la democracia municipal. En el programa de máximos pretendía ser el pistoletazo de salida a un proceso constituyente desde abajo: reivindicación y práctica de la democracia local que diera pie a amplias reformas en dirección a la descentralización local, la autonomía municipal y la extensión del principio de subsidiariedad.

Obviamente, nada de esto ha ocurrido: la mayoría de los “Ayuntamientos del cambio” se deslizaron muy rápido hacia el horizonte de la “buena gestión” como el único posible. A este programa de máximos acompañaba otro, que podríamos llamar “de mínimos”, consistente en su versión más reducida en agitar la vida local y fomentar la discusión ciudadana sobre los asuntos locales. En este sentido, los sucedáneos de “participación”, tanto presencial como digital, han impedido entender también la democracia local como un juego conflictivo y complejo, antes que como una suerte de parlamento soft o un plebiscito recurrente, enfocado a cuestiones marginales o a validar las líneas de gobierno. Sea como sea, la experiencia municipalista anda lejos de poder anotarse ningún tanto en la democratización de la vida local.

El segundo elemento de esta valoración rápida respondía también a la hipótesis inicial de la apuesta municipalista. Este pretendía convertir el impulso político articulado en el acceso a las instituciones en una prueba de organización. Se suponía que la propia debilidad y dispersión de los movimientos (o por ser más precisos de los activistas, léase, los especialistas en la movilización) podía ser en parte compensada por una agenda municipalista, que a su vez sirviera como espacio organizativo. Esto no ha ocurrido, y no sólo en Madrid, sino también en la mayor parte de las ciudades. En su mayoría, las asambleas municipalistas han quedado reducidas a los convencidos y a los cargos institucionales. En el mejor de los casos, y salvando aquellas candidaturas que han terminado por asumir el modo y el lenguaje de la institucionalización, los grupos municipalistas han acabado por ser “comandos”, al modo de grupos especializados de activistas (como los hay en vivienda, el ecologismo o en cualquier otro tema), pero en este caso enfocados a la agitación dentro de la institución.

Desde luego, cabe pensar la coyuntura en términos abstencionistas o de indiferencia respecto de cualquier posición institucional. Es lo que se condensa en el eslogan práctico de “la vuelta a los movimientos

Siempre en el mejor de los casos, el riesgo de esta posición, en última instancia reducida al propio equipo institucional y a su asamblea de apoyo, estaba en acabar girando sobre sí mismos. Abusar de una retórica radicalizada demasiadas veces sin una batalla política concreta a la que agenciarse o asociarse. El riesgo (probado en algunas ciudades) era, pues, el de caer en el radicalismo retórico, forma convencional del ideologicismo izquierdistas. Sea como sea, apenas tenemos ejemplos en los que la posición institucional haya operado como un agregador orgánico efectivo. La especialización de los equipos más comprometidos y la disgregación de las asamblea iniciales parecen ser la norma.

El tercer elemento, positivo, puede ofrecer algunas orientaciones para la posibilidad de una reactualización de la hipótesis, si bien en una clave modesta. El caso de Madrid, y especialmente del bloque municipalista (vinculado a Ganemos), puede servir de ejemplo. La posición de este grupo situado dentro y las más de las veces contra el gobierno de Carmena ha permitido algo interesante. En el contexto de un juego de fuerzas inestable, dentro de un gobierno débil, a la vez atacado por la derecha mediática, ha permitido convertir en asuntos centrales de la agenda pública local una serie de conflictos, que en otras circunstancias habrían tenido una relevancia seguramente menor. Así ha sucedido con una larga serie de pequeñas batallas (Cocheras de Metro, Taller de Precisión de Artillería, Reglamento de la EMVS, la propia permanencia de la excepción del centro social La Ingobernable), y con otras no tan pequeñas (Operación Chamartín, manteros, desahucios, etc.). Y lo ha sido por medio de instrumentos como la crítica pública, la ruptura del voto de Ahora Madrid y la subordinación de los concejales críticos a las necesidades de los agentes reales del conflicto, más allá de cualquier responsabilidad institucional.

Según esta tercera posibilidad, la posición institucional parece articularse con las dinámicas de conflicto y lucha, siendo en éstas un operador más. En parte, se observa aquí una disolución de la autonomía de lo político: una articulación a veces virtuosa con lo que podría ser una función institucional-mediática subordinada a las luchas-conflictos. A partir de aquí se ofrece una línea de reactualización de la hipótesis municipalista, no como figura de gobierno o figura de representación, sino como figura del contrapoder.

Desde luego, cabe pensar la coyuntura en términos abstencionistas o de indiferencia respecto de cualquier posición institucional. Es lo que se condensa en el eslogan práctico de “la vuelta a los movimientos”. Se trata de un planteamiento corriente en una parte no pequeña del activismo. En esta línea, se repiten viejos argumentos respecto de la autonomía de los movimientos, la crítica a la institucionalización y la insolvencia de cualquier posición institucional, en tanto acabará engullida por el Estado, incluso cuando hablamos de los Ayuntamientos. No cabe hacer ninguna apreciación genérica a estas críticas. En líneas generales, tienen razón. La cuestión es que esta crítica solo tiene base en una situación de autonomía real de los procesos de autoorganización y sobre las potencias de una realidad organizada fuerte y autosuficiente, que desgraciadamente hoy no existe. En el momento actual no se atisba una CNT extensa y potente que oponer a una débil posición municipalista. Al igual que tampoco hay (y nunca habrá) una realidad municipalista fuerte y consistente que oponer a una débil autoorganización política. La autonomía debe ser conquistada y construida, no simplemente proclamada.

En términos más concretos, lo que se llama relación institución/movimiento, y que de una forma mucho más precisa deberíamos llamar como la relación entre la izquierda (en forma de partidos-sindicatos-gobiernos-cargos públicos) y los profesionales o especialistas del activismo, se observa demasiadas veces formas viciadas (oportunismo, dependencia de recursos, clientelismo, autorreferencialidad, etc.) que impiden presentar a los “movimientos” del lado de la autonomía y de la “pureza”.

En cierto modo, tratar de articular candidaturas vinculadas a los movimientos, cuando estas son legítimas y gozan de un amplio apoyo (aunque sea delegado y no activo), pretende asumir para los movimientos una posición impaciente y no subordinada, una posición de sujeto político. Dicho de otro modo, una posición en la que los movimiento no sean “representados” o “interpretados” por la izquierda; lo que implica, a su vez, que la posición institucional municipalista es solo un apéndice subordinado a los propios movimientos, y no parte de lo que comúnmente llamamos “izquierda”.

En sociedades mediáticas y profundamente estatizadas, no sobra tener pequeños comandos infiltrados en las instituciones. Con dos condiciones: siempre que no participen del espectáculo y ficción de la representación (reconocible en las fórmulas de trabajar “para la gente”, o defender “a la ciudadanía”); siempre que asuman la función crítica subordinada a los conflictos que aquí se comenta. Hoy por hoy nadie debería conceder a estas posiciones ningún privilegio de vanguardia, pero tampoco debería despreciarlas como inútiles. Ayer se han abierto las primarias a la coalición de horrible nombre Madrid en Pie Municipalista. Por lo dicho y sin renunciar a ninguna tensión crítica con lo que resulte de estas elecciones internas, votaré a La Bancada.

adonis
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por adonis » 05 Abr 2019, 17:54

Despues de leer el articulo ultimo, me quedo con la idea de que el municipialismo es una estrategia mas, de las multiples que hay, ni mejor ni peor que otras, simplemente una herramienta mas en la caja de herramientas.

A raiz de lo que puse en este post (https://www.alasbarricadas.org/forums/v ... 41&t=63313), y leyendo un poco lo que proponen, el concepto de municipalismo como ejemplo de "poder dual" (contrapoder?) se ve bastante en los documentos y articulos que esta gente de Symbiosis escriben o referencian. Uno de estos documentos, de hecho, fue escrito por la gente de Barcelona en Comu (COMO GANAR LA CIUDAD EN COMÚ
GUIA PARA CONSTRUIR UNA PLATAFORMA CIUDADANA MUNICIPALISTA: https://drive.google.com/file/d/0Bwd4uB ... pajBv/view), a los que se cita bastante, y desde fuera se les da una muy buena imagen con lo que estan haciendo en Barcelona (que si lo de AirBnB, que si no se que).

La verdad que del tema este del municipalismo no tengo mucha idea, tengo pendiente leer a Bookchin que entiendo que es el que desarrollo todo esto (municipalismo libertario), pero por lo poco que se tambien asumo que del municipalismo libertario propuesto por Bookchin a lo que gente como Colau y Barcelona en Comu estan haciendo va un trecho. Seria interesante si alguien tiene una opinion con mas conocimiento de causa de estas diferencias, o conoceis de criticas desde el punto de vista libertario (y libertario municipalista) que podais referenciar para indagar un poco mas.

Saludos

anenecuilco
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por anenecuilco » 05 Abr 2019, 19:49

Primero, eso no es EL municipalismo, que es simplemente la actuación a ese nivel. Cualquier organización que proponga algo en su ciudad es municipalista, resumiendo. Y así lo han dicho de toda la vida, el PP sin ir más lejos. Lo que pasa que esta gente le han dado bombo al término porque les gusta el término vaya usted a saber por qué.

Segundo, Bookchin en resumidas cuentas proponía que los revolucionarios actuaran a nivel local, democratizando el municipio y contraponiéndolo al Estado para posteriormente unirlo en confederaciones que destruyeran el mismo. El municipalismo libertario se parece a estos partidos lo que un obispo a una estrella porno, hablando claro.

Tercero, en cuanto a la valoración de este partido, sinceramente, se trata de gente que después de vendernos la moto hace cuatro años ha perdido absolutamente todas las batallas internas en su coalición hasta el punto de quedarse fuera totalmente marginados. Así que sinceramente un poco de autocrítica no vendría mal, porque si no parecería que están desesperados por chupar del bote o que les han cogido un vicio que no veas a esto de buscar cargos públicos. Nunca lo sabremos porque tienen las mismas opciones de ganar las elecciones que mi hámster y yo unidos en coalición, pero si se diera el milagro nada indica que fueran a hacer algo muy diferente de lo que han criticado.

En cuanto a lo de Emmanuel Rodríguez, le tengo aprecio porque es bastante honesto en la autocrítica del espacio del que forma parte y es de los analistas políticos más interesantes que hay por este país, pero precisamente por eso que se agarre al clavo ardiendo del "comando infiltrado" indica bastante bien dónde ha acabado la izquierda española -la decente- en su totalidad, en un desastre absoluto y sin rumbo.

Les dices a cualquiera de estos "municipalistas" hace 8 años que iban a estar presentándose a las elecciones con IU, con la expectativa de conseguir algún concejalillo, y se descojonan.
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por Contumacia » 06 Abr 2019, 12:59

Sin que quede como precedente, 100% de acuerdo con Anecuilco :grin: El poder dual no es meter partiduchos al juego, sino crear auténticas estructuras paralelas, yo lo vería más en casos como Grecia, con clínicas atendiendo pacientes excluidos auto-organizadas, o casas para refugiados autónomas, sin depender de gobiernuchos y ONG's de turno. La gente auto-organizada tras desastres naturales... Hacer lo que el Estado no hace pero sigue siendo importante para el sostenimiento de la vida, eso es un doble poder y no otra candidatura.

Como Anecuilco alucino con la escasa autocrítica que se da en estos procesos, algunos más que otros (al menos Emmanuel sí menta alguno de esos límites observados que se han quedado en la "buena gestión" y es sincero con el meter vanguardia ignorando a los movimientos sociales a los que se supone sirve o clientelizándolas). Es aluflipante que sigan sin hacer autocrítica en los temas por ejemplo de "participación" en ayuntamientos del cambio, cada vez que entro a la página de mi propio ayunta flipo de cómo lo venden por un lado y las cifras reales y obstáculos continuos a la participación real o siquiera directa. Falsas consultas que valen un pastizal, organizadas parece que por el enemigo para que nadie pueda expresarse, transparencia que no es tal aumentando las adjudicaciones de contratos menores sin vigilancia o haciendo de la subrogación "fundamental" sólo cuando les apetece, tómbolas para financiar movimientos sociales con el superior a 3 SMI que obligan a pasar por sus aros para desarrollar actividad y clientelismo... hay taaaaaaaaaaanto que cortar y pinchar

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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por _nobody_ » 07 Abr 2019, 17:19

El municipalismo libertario en realidad pasa por construir diferentes relaciones en la ciudad. Es decir, quitarle el poder a los partidos (a la partitocracia que gobierna las instituciones) para montar asambleas ciudadanas de todo lo posible: en los barrios, en los servicios públicos, en el agua y la energía, en el transporte, en el segmento de personas mayores, de vivienda, entre los parados, entre la mujer, la juventud, etc. Cuantos más mejor. Y todas estas diferentes asambleas se coordinan en el municipio o en la Comuna, como decian los antiguos. Está claro que se requiere un pueblo organizado para tener opciones de montar una sociedad alternativa.

Algunos llevamos años repitiendo la matraca de que hay q montar encuentros de movimientos sociales y de asambleas de barrio y que de ahi tienen que salir iniciativas nuevas desde abajo. Eso es el municipalismo.
...vive como piensas o acabarás pensando lo que vives...

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blia blia blia.
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por blia blia blia. » 20 Abr 2019, 20:39

No soy experto en las propuestas municipalistas de Bookchin. Cuando empezó a sonar hace unos años andaba en otra onda. Parece que no descartaba las elecciones a nivel municipal. O eso se le criticaba entonces y dijo Nemo recientemente:
Nemo20000 escribió:
25 May 2011, 15:28
Aclarar que Bookchin consideraba el electoralismo como una opción, no como una obligación. El muncipalismo libertario no es electoralista per se, aunque algunos municipalistas libertarios si que consideren la opción electoralista.
Un saludo.
Democracia inclusiva... No deja de ser una modernización del comunismo libertario clásico.
Desde luego que las lecturas actuales pasan por ahí. Janeth Biehl, colaboradora de las últimas décadas de Murray Bookchin lo dice en el libro editado por Virus Las políticas de la ecología social. Municipalismo Libertario [pdf].

Me ha pasado ya dos veces que he cogido el libro para ojearlo y al revisar el índice irme al capítulo Elecciones (página 81) y tras ojear un poco los primeros párrafos dejarlo en la mesa como si quemara. Más que nada porque siempre se señala que la aventura electoral hay que hacerla con unos movimientos sociales fuertes y autónomos (Emmanuel Rodríguez insiste bastante en ello para señalar las limitaciones de los proyectos actuales -que él apoya. Como curiosidad pone ), y hoy en día ni lo uno ni lo otro. Como curiosidad, Emmanuel pone como ejemplo de relación movimientos-candidaturas a las CUP.

Por cierto, @adonis , también tiene un capítulo titulado Poder Dual.

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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por adonis » 21 Abr 2019, 17:54

Tengo pendiende la lectura de este libro, pero antes tengo que leerme el trabajo de Bookchin del que sale todo eso "The Ecology of Freedom", que lo tengo aqui delante mia desde hace un anio, pero aun no me he animado, ya que se ve bastante denso y demas. No se, yo como decia antes, sin saber demasiado del tema esto del municipalismo libertario lo veo como una estrategia mas, igual que el sindicalismo y demas vainas, que cada uno elija su forma de intentar hacer las cosas, y ayudemonos y apoyemonos entre todos que falta nos hace, en vez de ir echando pestes de unos y de otros para al final no hacer nada.

adonis
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por adonis » 03 May 2019, 18:34

Un poco al hilo del municipalismo: https://www.elsaltodiario.com/municipal ... traderecha
La primera medida que tomó el equipo de Muitxs, cidade que queremos, de Belo Horizonte (Brasil), fue derribar la pared que separaba los gabinetes de sus dos concejalas electas, Áurea Carolina y Cida Falabella. Desde que tomaron posesión, en octubre de 2016, las concejalas intentaron llevar al Pleno de la Cámara Municipal las formas colectivas de una campaña sorprendente. Al tirar el muro, transformaron dos gabinetes en la gabinetona y empezaron a aplicar su método de ‘mandato colectivo’.

La gabinetona es un espacio abierto, lleno de post its, pancartas y colores. Las decisiones políticas de las concejalas surgen de un equipo grande. Las concejalas destinan el 30% de sus salarios a un fondo que apoya iniciativas ciudadanas. “Crearon laboratorios populares para trabajar leyes y enmiendas parlamentarias junto con las comunidades”, explica Roberto Andrés, involucrado en la la candidatura de Muitxs desde el inicio.

La evolución del movimiento político Muitxs encarna los potenciales, los límites y las contradicciones del movimiento municipalista global. Muitxs se fraguó en asambleas y encuentros en los parques y plazas de Belo Horizonte. Adaptó el código fuente del software libre que Zaragoza en Común usó en 2015 para construir su programa colaborativo. “No creemos en la representación formal tradicional. Estamos en las instituciones con el objetivo de destruirlas desde dentro”, sostiene Áurea Carolina en el libro Ciudades sin miedo, editado por Icaria. Sin embargo, Carolina es actualmente diputada federal. Paradójicamente, la concejala más votada de la historia de Belo Horizonte dio el salto a la política nacional en muy poco tiempo.

El encuentro Ocupa Política, celebrado en Belo Horizonte a finales de 2017, desbordó el municipalismo y configuró candidaturas regionales y para el Parlamento. “Significa la ocupación de la política por aquellos que siempre fueron vetados: mujeres, personas negras, de las periferias, indígenas”, apunta Andrés. El Ocupa Política brasileño no ha abandonado el municipalismo. De hecho, trabaja en un aluvión de candidaturas locales para las elecciones de 2020. Pero han apostado por todas las escalas para potenciar su alcance.

Sin embargo, la mayoría de candidaturas del mapa municipalista global elaborado por Barcelona en Comú tras el encuentro “ciudades sin miedo” opera a escala ciudad. Además de algunas ciudades españolas, ese mapa incluye gobiernos de ciudades como Montreal (Canadá), Lisboa, Nápoles (Italia), Grenoble (Francia), Split (Croacia), Valparaíso (Chile), Rosario (Argentina), Richmond (Estados Unidos) o Froome (Reino Unido), entre muchas otras. El dibujo se completa con cientos de iniciativas que, o están en la oposición, o preparan su candidatura. El derecho a la ciudad y el mantra de recuperar la ciudad pueden ser los rasgos más reconocibles del movimiento. Pero, ¿qué otras características comparten estas iniciativas? ¿Sirve el marco ‘municipalismo’ para candidaturas tan heterogéneas? ¿Es el municipalismo un nuevo campo político diferente de la izquierda clásica?

RED DE FORMAS DE HACER
Kate Shea Baird, de la dirección ejecutiva de Barcelona en Común, destaca que la red municipalista global es informal: “No tiene nombre ni miembros. Entendemos ‘red’ como una forma de trabajar de manera abierta, horizontal y flexible, por objetivos concretos”. El encuentro Ciudades sin miedo de Barcelona —Fearless Cities en inglés— sirvió como un espacio de encuentro de iniciativas que comparten ese código. Se transformó en una plataforma de reconocimiento mutuo, y en un catalizador de candidaturas que van brotando de los cuatro eventos Fearless Cities que tuvieron lugar durante 2018: en Nueva York, Varsovia, Bruselas y Valparaíso. “Desde el espacio local se puede enfrentar mejor la emoción que impulsa la política nacional y estatal en muchos países, el miedo, y construir alternativas. Su valor radica en la proximidad, no en lo urbano”, matiza Kate Shea.

Inicialmente, en el ADN municipalista estaba el formato de las candidaturas: de abajo arriba, mecanismos de primarias y de escucha barrial, financiación ética, gente común en las listas, programas cocinados en red… Tal vez por ello las formas de hacer colectivas, la gobernanza abierta y los dispositivos para la participación ciudadana están en el corazón de los gobiernos municipalistas. Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso, subraya que la participación “es la puesta en práctica de una voluntad igualitaria, un compromiso democrático, una política de semejantes”. Saibe Girard, concejala de Gobernanza de Autrement pour Saillans (Francia), destaca esta
multiplicidad de métodos participativos: “Encuentros cara a cara o en la distancia —cuestionarios—, diferentes formatos —talleres en vídeo, paseos—... la alcaldía también escucha iniciativas espontáneas y peticiones”.

La participación ciudadana ha tenido bastante peso en los gobiernos de Madrid y Barcelona. El lanzamiento de la plataforma Decide Madrid, basada en software libre, propició el surgimiento de Decidim Barcelona —que aprovechó el código informático de Madrid— y de una red de ciudades federadas líquidamente a un código y unas formas de hacer.

La feminización de la política es otro de los ejes municipalistas que trastoca las formas de hacer. La transversalización de las políticas de género provoca mecanismos de colaboración y coloca la vida en el centro. En palabras de Laura Pérez, concejala de Barcelona en Comú, esta feminización de la política implica una mirada realista sobre las necesidades relacionales y comunitarias que tenemos: “El ideal del individuo fuerte e independiente solo es posible si negamos la existencia del trabajo de cuidados, que está siendo llevado a cabo mayoritariamente por mujeres”.

Desplegando un nuevo catálogo de formas, un lenguaje propio y un exuberante universo de narrativas, el municipalismo desborda a la izquierda clásica, sin renegar de sus valores. “Leer los asuntos de la izquierda tradicional a través de las lentes de lo local hace al municipalismo diferente y más cercano a las necesidades de la gente. Es un radical cambio de perspectiva”, afirma Federico Alagna, exteniente alcalde de Messina (Italia) por la formación Messina al Passo.

Por su parte, Rodrigo Ruiz, que trabaja para el gobierno de Alcaldía Ciudadana de Valparaíso, afirma que el municipalismo puede ser un nuevo campo político: “Es una articulación de esfuerzos con mucho en común, pero en el que las experiencias concretas y las trayectorias específicas adquieren un valor insustituible. No hay recetas. No hay manuales. No hay hegemonías establecidas desde pensamientos de superioridad”. El mini manifiesto del capítulo “Comunicación para el cambio municipalista” del libro Ciudades sin miedo reconoce que se pretende huir del lenguaje y referentes de tipo identitario: “El objetivo es interpelar a gente diversa, gente aún no politizada, sumar y llegar a ser mayoría”.
La política de lo concreto. El 2 de abril de 2015 un pato amarillo gigante apareció enfrente del Parlamento de Belgrado. Mientras los diputados votaban una ley para aprobar el proyecto Belgrade Waterfront —que privatizaba parte de la orilla del río Sava— los manifestantes zarandeaban al pato, palabra que en serbio también significa “estafa”. El pato se convirtió en un símbolo contra el proyecto. Y fue transformando una cuestión aislada —la especulación inmobiliaria— en un horizonte político y en una visión de ciudad. Provocó, a su vez, el nacimiento de la candidatura municipalista Ne Da(vi)mo Beograd. A pesar de que todavía no tienen representantes, Ne Da(vi)mo Beograd ha agitado radicalmente el sentido común de la gente. El neoliberalismo tiene una inesperada piedra en el zapato en Belgrado, que ilumina a otras ciudades del este europeo. “El símbolo del pato nos ayudó a catalizar el movimiento. Sintetiza y denuncia el proyecto Waterfront y ayuda a articular a la gente”, asegura Dobrica Veselinovic, uno de los fundadores de Ne Da(vi)mo Beograd.
LO CONCRETO
El municipalismo, a diferencia de la izquierda tradicional, abraza la política de lo concreto. Hablando de problemas tangibles de la gente, da esquinazo al paquete símbolico de la ideología izquierda, aunque se apoye en él. Kate Shea Baird define el municipalismo como “la política de las pequeñas victorias cotidianas que muestran que hay alternativa”. Victorias que suelen tener, a diferencia del campo progresista clásico, una aproximación comunitaria. Muchas de las medidas de los gobiernos municipalistas que gobiernan exploran nuevas fórmulas de relación de lo público con el común y la autoorganización de la sociedad.

Así, la remunicipalización de servicios ha sido uno de los ejes fuertes de los gobiernos municipalistas, a distintas escalas y con distinto alcance. La municipalización de Eléctrica de Cádiz o la recuperación de la gestión de la empresa funeraria y BiciMad en Madrid son solo algunos ejemplos. Por su parte, Valparaíso lanzó una red de farmacias populares que cooperativiza labores que antes se subcontrataban de forma precaria. Rosario apostó por los Proyectos Estratégicos de la Gestión del Común. También han nacido marcos jurídicos como la Ordenanza de Cooperación Público-Social de Madrid o el Programa Patrimonio Ciudadano de Uso y Gestión Comunitaria de Barcelona, que priman las formas de organización colectivas, orientadas al común. Capítulo aparte merecería la ordenanza Comunes Incipientes de Nápoles, a partir del caso de L’Asilo, un espacio ocupado que el Ayuntamiento ha reconocido como “bien común” de la ciudad.
Contra la ultraderecha. La red de encuentros Ciudades sin miedo es un punto de mutación para el municipalismo de principios de esta década. A parte de compartir un ADN organizativo, el derecho a la ciudad y el feminismo, tras el encuentro Ciudades sin miedo de Barcelona el municipalismo está proyectando un imaginario para plantar cara a la ultraderecha. Por ejemplo, el nuevo gobierno municipal de Ámsterdam, una coalición verdirroja tradicional, se declaró “ciudad sin miedo”. En Budapest, el candidato independiente Gergely Karacsony concurrirá a las elecciones de octubre con el partido Párbeszéd Magyarországért (Diálogo para Hungria), de inspiración municipalista. Con el apoyo de los movimientos sociales, Gergely aspira a convertir Budapest en un lugar de resistencia contra el presidente ultraderechista húngaro Viktor Orbán.

Por su parte, tras el encuentro Fearless Cities North América de julio de 2018, varios colectivos de Nueva York están cocinando una candidatura municipalista para las elecciones de 2021 que plante cara a Donald Trump. “Es un programa político desarrollado de manera municipalista con candidatos independientes que se suscriben a la plataforma”, asegura Pablo Benson, vinculado a Occupy Wall Street y a Fearless Cities.
La red de ciudades que orbitan alrededor de Ciudades sin miedo continúa creciendo. Tienen potencial en países como Estados Unidos, Francia, Brasil, Polonia e Italia. Países donde “hay una crisis o bloqueo político a nivel estatal”, en palabras de Kate Shea Baird. Además, está radicalizando la agenda de United Cities and Local Goverments (UCLG), la mayor organización de ciudades del mundo, que consiguió introducir el “derecho a la ciudad” en la Nueva Agenda Urbana de la ONU. Pero, ¿será suficiente una red de ciudades? ¿Es necesario apostar por otras escalas políticas, como hizo Áurea Carolina en Brasil al dar el salto a la política federal? Kate Shea Baird apuesta por la extensión del municipalismo desde abajo y “a colaborar con nuestros aliados en otras escalas”. Rodrigo Ruiz prefiere “pensar en lo territorial como una realidad a escala y situada”.
¿Conseguirá la red global de Ciudades sin miedo plantar cara a la ultraderecha? Fátima Taleb, que fue concejala de Participación, Convivencia y Mediación del Ayuntamiento de Badalona por Badalona en Comú, cree que el municipalismo es el espacio idóneo para ello: “En la proximidad es donde se viven las experiencias de discriminación en las que se respira ese miedo al cambio. Pero también son los municipios los espacios desde donde nacen las alternativas, la verdadera convivencia, en diversidad”.

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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por anenecuilco » 04 May 2019, 10:22

Tengo pendiende la lectura de este libro, pero antes tengo que leerme el trabajo de Bookchin del que sale todo eso "The Ecology of Freedom", que lo tengo aqui delante mia desde hace un anio, pero aun no me he animado, ya que se ve bastante denso y demas
No sólo se ve bastante denso sino que es un auténtico peñazo. Aparte de que no habla de municipalismo, creo, porque no me lo acabé. El de biehl está bien.
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Joreg
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por Joreg » 04 May 2019, 14:14

anenecuilco escribió:
04 May 2019, 10:22
Tengo pendiende la lectura de este libro, pero antes tengo que leerme el trabajo de Bookchin del que sale todo eso "The Ecology of Freedom", que lo tengo aqui delante mia desde hace un anio, pero aun no me he animado, ya que se ve bastante denso y demas
No sólo se ve bastante denso sino que es un auténtico peñazo. Aparte de que no habla de municipalismo, creo, porque no me lo acabé. El de biehl está bien.
Creía que era yo el único incapaz de leerlo.
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por adonis » 06 May 2019, 17:45

Del periodico anarquista Todo por Hacer: https://www.todoporhacer.org/asaltados-y-asaltantes/
Asaltados y asaltantes: historia inmediata de cuatro años de municipalismo electoral

Hace cuatro años, poco antes del inicio del ciclo de elecciones de 2015, me propusieron escribir un artículo de análisis sobre las candidaturas populares que, reclamándose municipalistas y herederas del 15M, pretendían concurrir a las mismas con el afán de asaltar las instituciones y revitalizar el proyecto democrático. De allí nació Asaltados o asaltantes. Municipalismo y movimientos sociales en la coyuntura electoral, un pequeño texto, publicado originalmente en el número 17 de la revista Youkali, que luego editamos en formato fanzine (Piedra Papel Libros. Jaén: 2015).

A día de hoy, mediados de abril de 2019, y a pocos días de retomar el ciclo electoral que dará cuenta de la nueva composición del mapa político del Estado español (al menos en el plano institucional), podemos revisitar el texto al que aludíamos anteriormente desarrollando buena parte de sus líneas de análisis pero teniendo en cuenta, eso sí, que muchas cosas han cambiado por el camino, incluyendo la aparición de nuevos actores —y otros no tan nuevos— que han entrado con fuerza en la partida.

No obstante, el relato sobre la experiencia política de dichas candidaturas varía en función de la mirada y los intereses de quien lo ponga sobre la mesa, por lo que hemos pensado que, para ofrecer una visión de conjunto, quizás sería interesante plantearlo de la siguiente forma:

Asaltantes
Sin duda alguna, uno de los puntos fuertes del argumentario que en su día justificó la puesta en marcha de las candidaturas municipalistas es que estas recogían lo mejor de la experiencia del 15M, llevando a la arena de la política institucional buena parte de sus reivindicaciones y generando un espacio de participación más asequible a la gente (por lo que —explican— tenía de desgaste la apuesta por la política asamblearia, a pie de calle, propiciada por el movimiento de los indignados). Visto tal que así, la voluntad de conformar partidos, plataformas y candidaturas de corte municipalista fue consecuencia lógica de una fase de madurez del 15M que, bajo su punto de vista, permitió romper con el estancamiento e inoperancia en la que se hallaba sumido dicho movimiento ya en 2014.

A partir de ahí, la lectura en clave de éxito de la praxis política de estas candidaturas se cifra, ya no solo por el triunfo electoral que ha posibilitado el control de grandes ayuntamientos como Madrid, Barcelona, Cádiz, Zaragoza o La Coruña, sino por el apoyo que dichas candidaturas han prestado a Podemos y sus confluencias para conseguir que los sectores políticos a la izquierda del PSOE tuvieran una representación sin precedentes en la democracia española.

Dicho esto, otro elemento que la militancia afín a estas candidaturas pone constantemente encima de la mesa es que este nivel de representatividad institucional se ha traducido de manera directa en un poder político real que, por un lado, ha posibilitado desarrollar a nivel legislativo distintas iniciativas nacidas al calor de los movimientos sociales (fundamentalmente en la esfera municipal, pero también en la autonómica y estatal) y, por otro, ha revitalizado la gobernanza democrática de las ciudades, propiciando una gestión más participativa de las instituciones (lo que, dicen, ha propiciado una cierta regeneración del sistema democrático que ha conseguido enganchar y movilizar a una parte de la ciudadanía desencantada con el sistema político).

En otro orden de cosas, para quienes defienden una lectura positiva de la evolución de las candidaturas municipalistas, otra prueba del éxito de este modelo de intervención política ha sido la replicación del mismo a nivel internacional, lo que ha propiciado la irrupción de una alianza, relativamente ecléctica, de ciudades por el derecho a la ciudad que pretenden vertebrar sus políticas de gobierno en torno a los ejes de 1) mayor igualdad social, 2) menor huella ecológica, y 3) radicalización democrática (algo que, además, ha de hacerse compatible con modelos de gestión eficaz que, por ejemplo, sean capaces de reducir la deuda pública).

Dicho esto, sabemos que el relato anterior, explicitado tal que así, solo conforta a una parte de la izquierda política local, en concreto aquella que, más que romper con el sistema de representación actual, desde primera hora solo pretendía remozarlo a través de varias vías como su radicalización, el repliegue del bipartidismo o la reforma de la ley electoral. Un saco en el que, aun a riesgo de simplificar, habrían de caber los militantes más pragmáticos nacidos del 15M junto a aquellos sectores de la denominada vieja política que, al fin, encontraron en estas nuevas plataformas una vía útil para ampliar su techo electoral.

Asaltados
No es un secreto para nadie que la paulatina consolidación de estas candidaturas municipalistas ha corrido paralela al reflujo de buena parte de los movimientos sociales o, para ser más exactos, de la capacidad de movilización de los mismos; algo que, por un lado, ha contribuido a la merma de su capacidad de intervención política (lo que ha favorecido la pérdida de su potencial transformador) y, por otro, les ha restado independencia, perdiendo por ello capacidad de aglutinar a sectores cada vez más amplios y dispares de las capas populares de la sociedad.

Tampoco es un secreto para nadie que las estructuras de partido de Podemos, sus confluencias o las distintas marcas electorales que se reclaman municipalistas en el Estado español se han fortalecido con la captación de militantes provenientes de los movimientos sociales, lo que a nuestro entender ha debilitado a los mismos, no solo por su incapacidad para cubrir los huecos dejados por dicha militancia, sino también porque ha favorecido que sus luchas y, sobre todo, sus reivindicaciones concretas hayan sido vehiculizadas por agentes externos, lo que ha mermado su capacidad de interlocución y su independencia política, favoreciendo además que sus demandas fueran leídas por la sociedad únicamente en clave electoral (y no como parte de un programa propio que, en el mejor de los casos, podría impugnar la legitimidad de las instituciones de gestión del capitalismo).

A nuestro entender, lo peor de este reflujo de los movimientos sociales ha sido el aislamiento de los mismos, su consiguiente hermetismo y la sensación de incapacidad, estancamiento y falta de iniciativa de la que, una vez más, solo pretenden sacar tajada las distintas ortodoxias, cuyas políticas de vanguardia, grupusculares y cainitas se hallan siempre tan desacopladas de las necesidades de quienes padecemos las consecuencias de este régimen criminal y ecocida.

Quizá por lo anterior, quienes podamos identificarnos con este último relato seamos aquellos que, en un primer momento, aspiramos a crear y fortalecer estructuras de participación política que permitan contrabalancear el poder de las instituciones del régimen, en primer lugar porque las consideramos irrecuperables para nuestros intereses, claro, pero también porque la experiencia histórica nos demuestra que a lo máximo a lo que podemos aspirar formando parte de su entramado parlamentario es a cogestionar el desastre.

Y ahora qué…
Teniendo en cuenta todo lo anterior, desde el ámbito libertario quizá resulta perentorio hacer un análisis de nuestras debilidades que, sin dejar de tener en cuenta todas las limitaciones externas que dificultan la socialización de nuestros discursos y propuestas organizativas, ayude a entender por qué hemos sido incapaces de favorecer un fortalecimiento sustancial, ya no solo de nuestras propias organizaciones, sino de los movimientos sociales que podrían ser afines a nuestras praxis
y reivindicaciones.

Tal vez una buena opción sería abrir bien los ojos, ser ambiciosos en el sentido de no conformarnos con la majestad de nuestras ideas y estudiar qué es lo que están haciendo bien aquellos colectivos, movimientos y organizaciones que, lejos de amilanarse ante el estado de las cosas actual, han conseguido ampliar y socializar sus luchas, transmitiendo su mensaje a cada vez más gente y logrando transformar, a fuerza de organización y perseverancia, parcelas de la realidad concretas que hasta hace bien poco parecían intocables. El feminismo es un ejemplo, claro, pero si reducimos la escala todos tendremos en mente federaciones, colectivos, asambleas o sindicatos de carácter libertario que, al menos a nivel local, sectorial o territorial, han conseguido amplificar su radio de acción, ganando mucha gente en el camino y consolidando una posición de cierto peso que, al menos, les da la posibilidad de luchar por la transformación efectiva de la sociedad en pro de los intereses de las clases populares (aunque solo sea en su ámbito).

En un contexto progresivo de desintegración social (azuzada por el deterioro de los vínculos, la hipertrofia del ego y el solipsismo de las pantallas), que a medio plazo tendrá como paisaje la conflictividad social ligada a las consecuencias del cambio climático, se nos antoja urgente replantearse cómo podemos garantizar que en un futuro inmediato nuestra ideas, prácticas y anhelos encuentren eco en capas cada vez más amplias de la sociedad. Y ya no tanto con el ánimo de mantener bien alta y diferenciada la bandera del ideal revolucionario, sino por mera supervivencia. Del mundo en que vivimos, sí, pero también de nuestra especie, del marco de ideas, acuerdos e intereses socialmente construidos que garanticen la dignidad del ser humano y de la vida misma.

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Contumacia
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por Contumacia » 07 May 2019, 09:48

Dicho esto, otro elemento que la militancia afín a estas candidaturas pone constantemente encima de la mesa es que este nivel de representatividad institucional se ha traducido de manera directa en un poder político real que, por un lado, ha posibilitado desarrollar a nivel legislativo distintas iniciativas nacidas al calor de los movimientos sociales (fundamentalmente en la esfera municipal, pero también en la autonómica y estatal) y, por otro, ha revitalizado la gobernanza democrática de las ciudades, propiciando una gestión más participativa de las instituciones (lo que, dicen, ha propiciado una cierta regeneración del sistema democrático que ha conseguido enganchar y movilizar a una parte de la ciudadanía desencantada con el sistema político).
Casi me meo con este párrafo. La apariencia de transparencia (que es apariencia: aumentan los contratos menores y otras argucias para no someter a debate público quien se lleva qué) y de "participación", basada en gastar miles de euros en hacer consultas sobre chorradas para luego ni considerarlo y acabar haciendo el urbanismo participativo de los mismos de siempre... me tiene de los nervios. Y ya lo de que se moviliza más ciudadanía, no tengo más que abrir el portal de participación ciudadana de mi Ayunta, con unas 200.000 personas y ver que las propuestas nunca llegan ni a 400 votos ¡tremebundo éxito de participación popular! /intitulan los periódicos/ y ni siquiera alcanza a todos los militantes y afiliados de la entente "municipalista" de turno xDDD

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Joreg
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Re: Sánchez Mato, Pablo Carmona y Rommy Arce se disputan en armonía las primarias de Madrid en Pie

Mensaje por Joreg » 08 May 2019, 20:08

Son un pelín optimistas, y tiran mucho de rollo macabeo. Me parece.
Lo que se gana en velocidad, se pierde en potencia. Lo que se gana en potencia, se pierde en velocidad.

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