Una cosa es la visibilización, necesaria y vital, levantar la voz y revindicar, dotarse de entidad propia, y otra bien distinta es el discurso sobre la “voluntariedad”. Casi nada en esta sociedad se hace de forma voluntaria (el pincho en el culo del salario está para algo), la mayoría de nuestras actividades para ganarnos la vida son una jodida mierda. El discurso revolucionario y anticapitalista viene de: “no nos gusta nuestra vida, vamos a organizarnos para cambiarla”. Pues bien, la prostitución no puede ser excluida de ese discurso porque sería completamente paradójico.anenecuilco escribió: ↑22 Nov 2018, 12:58
No conozco esos casos. Sí he visto ejemplos que tratan de elevar la prostitución por encima de la visión general actual y que dicen "bueno, pues también estamos mujeres que preferimos este trabajo a otro cualquiera y no somos ni esclavas ni víctimas". Eso no es romantizarlo, de hecho se insiste en la necesidad de sindicación por la flagrante explotación existente, es desestigmatizarlo. Pero no sé si te refieres a eso.
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Un inquilino o un preso son identidades legales que se pueden defender y mejorar como tales. Una prostituta no existe. Se podrán hacer cosas, como de hecho hacen asociaciones desde hace siglos, pero no es lo mismo.
Si una camarera de hotel nos viene a decir que se sindica para visibilizarse, pero que su trabajo no es opresivo, que lo escogió entre miles de opciones ofrecidas por la rica gama capitalista, que es libre de vivir sin ser kelly y no morirse de hambre, y que detrás de su trabajo hay libre albedrío y no necesidad, ni tampoco ese instinto de supervivencia amenazado que nos empuja a hacer lo que sea para poner un plato en la mesa cada día, pues lo de la necesidad de sindicarse queda bastante descafeinado y se acaba comprando el discurso liberal del “emprendimiento” y el “mundo libre” capitalista.
Trabajar en un marco capitalista es una mierda, el 90% de la población lo hace para huir del hambre y insolvencia, y ya conseguido ésto por razones menos apremiantes. Pero no podemos sacar la mendicidad, el trabajo en B, la prostitución y las actividades precarias de la ecuación, porque esa es la narrativa de “eres pobre y no prosperas porque no quieres”. A eso me refiero.
Una cosa es aclarar que no te prostituyes porque seas víctima de trata, ni haya una mafia detrás, ni tengas una pipa en la cabeza, y otra cosa es decir que en occidente todo ciudadano trabaja en lo que quiere, puede hacer de su capa un sayo, es libres de usar su cuerpo e inteligencia a su antojo y todas somos de mayores justo lo que queríamos ser de niñas. Yo eso sí lo he visto. Puede ser una reacción a la criminalización e invisibilización, pero no es la reacción adecuada ni ayuda a la causa emancipatoria.
Es como en el tema de la vivienda. Tú puedes ganar apoyos estableciendo que okupas por necesidad, por resistir al sistema que te excluye, y que tus derechos habitacionales deben ser reconocidos. Si defiendes que lo haces por comodidad, porque prefieres poner tu casa en alquiler y mientras vivir de okupa, porque el sistema te ofrece mil opciones y tú te quedas con esa, pues bien por tu apoyo al régimen, pero lo más seguro es que te enfrentarás solito a las consecuencias.
Sobre lo segundo. Las personas presas tienen conculcados muchos de sus derechos (expresión, reunión, sindicación, participación política [aunque debe explicitarse en la sentencia]), y los que no lo son legalmente lo son de facto (de la dignidad a la intimidad), como persona jurídica no pueden hacer nada colectivamente. Las inquilinas, por su parte, son en muchos casos inquilinas en B, sin contrato legal (aunque paguen la renta religiosamente). En muchos Sindicatos de Inquilinas verás como esta figura se mezcla rápidamente con otras muchas casuísticas: inquilinas subarrendatarias de otras inquilinas, inquilinas de colchones, alquileres de aparcería, precaristas que viven en calidad de préstamo, okupas que llegan a X acuerdo con los propietarios y pasan a ser precarista o inquilinas ilegales, y viceversa... Todo eso por no hablar de la economía en B y las distintas actividades ilegales o alegales para ganarse la vida. Como la propia prostitución (no ilegal, pero sí completamente estigmatizada).
Yo defiendo la sindicación de las compañeras, pero digo que, para trabajar sindicalmente, que te reconozcan legalmente no es condición sine qua non. Si no a las compañeras que ejercen no se las podría estar asesorando en Gran Canaria (y seguro que en más sitios) y se tendrían que quedar cruzadas de brazos a expensas de lo que diga un tribunal. La labor sindical (muy distinta a una ONG, o así debería serlo al menos) puede ser más fácil con reconocimiento legal, pero no empieza ni acaba en el marco de la legalidad burguesa.