Yuval escribía ayer, 27 de febrero de 2024, tres días después, en instagram:Quiero decir que, estamos aquí ante vosotros, ambos tenemos la misma edad. Yo soy israelí, Basel es palestino. En 2 días volveremos a una tierra donde no somos iguales. Yo vivo en un régimen civil, Basel vive en un régimen militar. Vivimos a 30 minutos el uno del otro pero yo tengo derecho al voto mientras que Basel no lo tiene. Yo tengo libertad de movimiento en este territorio; Basel está, como millones de palestinos, confinado en Cisjordania. Esta situación de apartheid entre nosotros es desigualdad y tiene que terminar.
Este mismo día se le pedía a la política Claudia Roth de Los Verdes y ministra de gobierno que renuncie, en medio de la disputa por la ceremonia de clausura de la Berlinale, porque se la ve aplaudiendo tras el discurso de Yuval Abraham. La ministra alemana se defiende diciendo que "aplaudió al cineasta israelí, no a su colega palestino". La cuestión es quién lo pide: se trata de un delegado de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la derecha alemana, algo así como el PP en España, mientras que un político del Partido Demócrata Libre (FDP), la centro-derecha, propuso retirar la financiación estatal al festival de cine.Una turba israelí de derechas llegó ayer a la casa de mi familia para buscarme y amenazó a familiares cercanos que huyeron a otra ciudad en mitad de la noche. Sigo recibiendo amenazas de muerte y tuve que cancelar mi vuelo de regreso a casa. Esto ocurrió después de que los medios israelíes y los políticos alemanes etiquetaran absurdamente mi discurso de entrega de premios en la Berlinale -donde pedí la igualdad entre israelíes y palestinos, un alto el fuego y el fin del apartheid- como "antisemita". El terrible uso indebido de esta palabra por parte de los alemanes, no sólo para silenciar a los críticos palestinos de Israel, sino también para silenciar a israelíes como yo que apoyamos un alto el fuego que ponga fin a las matanzas en Gaza y permita la liberación de los rehenes israelíes, vacía la palabra antisemitismo de significado y por lo tanto pone en peligro a los judíos de todo el mundo. Como mi abuela nació en un campo de concentración en Libia y la mayor parte de la familia de mi abuelo fue asesinada por los alemanes en el holocausto, me parece particularmente indignante que los políticos alemanes en 2024 tengan la audacia de utilizar este término como arma contra mí de una manera que puso en peligro la vida de mi familia. Pero, sobre todo, este comportamiento pone en peligro la vida del codirector palestino Basel Adra, que vive bajo una ocupación militar rodeado de asentamientos violentos en Masafer Yatta. Él corre un peligro mucho mayor que yo. Me alegra que nuestra galardonada película, No Other Land, esté generando un importante debate internacional sobre este tema, y espero que millones de personas la vean cuando se estrene este año. Iniciar una conversación al respecto es la razón por la que la hicimos. Puedes criticar duramente lo que Basel y yo dijimos en el escenario sin demonizarnos. Si esto es lo que estás haciendo con tu culpa por el holocausto, no quiero tu culpa.
"Aunque los ganadores del festival de cine de diez días son elegidos por jurados independientes compuestos por profesionales del cine internacionales, los políticos de la oposición también culparon a la comisionada federal de cultura de Alemania, la política del Partido Verde, Claudia Roth, como responsable de los comentarios hechos en el escenario" (The Guardian).
Esta es la realidad social y política alemana en 2024, y eso que el año acaba de empezar. El nivel de populismo y demagogia, a la altura de Donald Trump, no tiene ya nada que envidiarle a los Estados Unidos de América, y sus más recientes víctimas son el sector de apoyo al cese al fuego en Gaza. En Alemania, eslógans como el pro-palestino "Del río al mar" (From the river to the sea) han sido declarados ilegales porque según las instituciones alemanas son antisemitas y "niegan el derecho de existencia de Israel". Los fondos para proyectos culturales y artísticos han sido negados a cualquiera en el sector que se haya proclamado a favor de un alto el fuego, o cualquier apoyo mínimo visible a Palestina. Las acciones militares de Israel en Gaza, y en general, donde les de la gana, deben ser respetadas en Alemania por ciudadanos y ciudadanas, otra cosa sería antisemita. Mientras tanto, las protestas en Israel se suceden por los cambios judiciales iniciados por el gobierno de derechas de Netanyahu, una propuesta que tiene como objetivo cambiar la composición del Comité de Selección Judicial para que el control sobre el nombramiento de jueces recaiga efectivamente en el gobierno.
En Alemania los hechos han perdido toda importancia. El canciller Olaf Scholz (SPD) que recientemente anunció que había que acelerar las deportaciones de inmigrantes ilegales, también dijo públicamente, que si se quería venir a Alemania, que se venía a trabajar, y no a criticar a Israel. Las instituciones alemanas se reservan el derecho a retirar un visado entregado, y a repatriar, a cualquier inmigrante de quien se pueda confirmar se haya posicionado contra o haya criticado públicamente al Estado de Israel (esto incluye cualquier crítica a sus acciones militares).
La constante censura y bloqueo de la disidencia en Alemania, un país donde tienes la constante sensación de que lo único que hay, son muchas derechas, ha alcanzado niveles propios de décadas pasadas, recordando a la Dictadura Española, y a la Guerra Fría.
Yuval Abraham y Basel Adra en la Berlinale
Fuentes:
1. Yuval Abraham en Instagram
2. The Guardian (1)
3. The Guardian (2)