El sindicalismo oficial se queda sin juventud

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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Sindelar
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El sindicalismo oficial se queda sin juventud

Mensaje por Sindelar » 14 Ago 2018, 10:30

El sindicalismo se queda sin jóvenes (y no es solo porque afiliarse haya pasado de moda).

Ha costado una decena de llamadas, el paso por varias secciones de dos centrales y algo de insistencia, pero al final hubo suerte: al otro lado del teléfono respondía un sindicalista joven. Se trata de Eduardo Magaldi, portavoz de RUGE, la organización juvenil de UGT.

En general, mientras avanzaba en la búsqueda el comentario era el mismo: «¿Un sindicalista de menos de 30 años? Buf, eso va a ser complicado».

La búsqueda partía de un dato y de una duda. El dato era que el paro consecuencia de la crisis se ha cebado especialmente con los más jóvenes. La duda era que si los jóvenes apenas tienen presencia en los sindicatos, ¿cómo van las organizaciones de este tipo a trabajar para solventar el que es ya uno de los mayores problemas de la actualidad?

Magaldi, de 29 años de edad y formado en Relaciones Laborales, lo achaca a varias causas, algunas culpa de los sindicatos, algunas culpa de los jóvenes y otras culpa de cómo ha ido cambiando la sociedad.

Pero ya de entrada, aunque admite el problema de representación de los jóvenes, llama la atención sobre un dato: como él hay otros cien mil, y solo en su sindicato. Y cuando lo explica subraya que únciamente contabilizan como afiliados a aquellos que están al corriente del pago de la cuota.

Es difícil homologar los datos numéricos de las dos grandes centrales sindicales porque trazan franjas de edad irregulares. Por ejemplo, en CCOO la franja de los jóvenes abarca 12 años (hasta los 30), mientras que la de UGT llega a los 17 años (hasta los 35).

La franja de mediana edad abarca 14 años en CCOO (de 30 a 44), frente a los 19 años de UGT (entre 36 y 55). La franja de mayores sube hasta los 19 años en CCOO (entre los 45 y los 64), frente a los 9 años que abarca la de UGT (de los 56 a los 65).

La única franja en la que coinciden, y tiene longitud indefinida, es la de los jubilados. Para mayor dificultad, el último dato disponible de CCOO se quedó en 2015, y el anterior databa de 2011.

Pese a todo ello la conclusión es clara: los sindicatos se nutren de gente entre 45 y 65 años. El resto es casi residual.

Afiliación a CCOO y UGT por franjas de edad > https://infogram.com/afiliacion-juvenil ... glvv89z4nl

Ni trabajo, ni estabilidad.

Para Magaldi no hay un motivo único para ese alejamiento. «Ves la necesidad de estar afiliado una vez te has incorporado al mercado laboral, cuando experimentas tus primeros problemas y ves que tus delegados y delegadas responden», cita en primer lugar, vinculando precisamente el aumento del paro juvenil a la caída de afiliaciones. Eso hace que exista lo que denomina una «brecha de afiliación».

El diputado Joan Coscubiela, que fue secretario general de CCOO en Cataluña durante más de una década, centra el tiro también en la estabilidad de la relación laboral.

«Los trabajadores se han afiliado después de pasar 15 años de media desde su primera actividad laboral. Al ser el vínculo sindical un vínculo asociativo intenso y permanente, tiene muchas dificultades para desarrollarse en un entorno de mercado laboral muy inestable y precario», explica.

Las razones del alejamiento de los jóvenes respecto a los sindicatos, según su análisis, son de dos tipos: «la precariedad del mercado de trabajo en los jóvenes y las crisis de las formas de mediación social, que afectan a toda la sociedad, pero especialmente a los jóvenes», relata refiriéndose a un espectro amplio de estructuras, que abarcan desde la política a las organizaciones sociales y mediáticas.

Habla también de otros cambios que no solo se refieren a lo meramente laboral, sino también a la forma de entender la ciudadanía.

«Se está evolucionando cada vez más hacia una relación de usuario y consumidor, todo ello apoyado por las regulaciones legales y sentencias, en el que la protección del consumidor ha adquirido un rango de mayor protección real que la del trabajador», explica.

«El sindicalismo aparece a ojos de muchos trabajadores no como un vinculo asociativo, sino como una relación de servicios, siempre más débil y esporádica».

El problema, al final, actúa como profecía autocumplida: «Existen dificultades para que el sindicalismo entienda y represente bien las realidades diversas del mundo del trabajo. Si no se tiene afiliación o representatividad en esa diversidad de situaciones de las personas trabajadoras, es difícil representar a esos colectivos. Y eso sucede en ocasiones con los jóvenes», reconoce.

Nueva economía e individualismo.

En ese sentido, los cambios sociales y en el modelo productivo son también parte de la causa. Según explica, «cada vez hay más nuevas formas de trabajo que huyen de la relación laboral y del derecho del trabajo».

Magaldi, por su parte, habla directamente de casos como los de Deliveroo o Glovo, y llama la atención sobre ese problema. «Hay que tener mucho cuidado con esas nuevas fórmulas de trabajo porque estamos viendo que todas esas plataformas digitales y esos nuevos tipos de empleo lo único que utilizan son vacíos legales», denuncia.

«Ellos se lavan las manos y dicen que simplemente son intermediarios entre usuarios y productos y obligan a la gente a hacerse autónoma. Es un modelo de negocio que lo que está haciendo es perpetuar la precariedad entre la gente joven», sentencia.

«Como sindicato, tenemos que ocuparnos de ese problema: qué pasa con esa cantidad de personas jóvenes paradas o que encuentran un empleo que es muy temporal o muy precario», reconoce.

De hecho, el problema para él no solo es que quien no tiene trabajo no se afilie, sino también que quien tiene un trabajo precario directamente no puede hacerlo: «No puedes realizar acciones legales para defender tu puesto porque se lo han puesto en bandeja a las empresas con contratos ad hoc, que despiden legalmente. No puedes hacer más que recibir la carta de despido e ir a otra empresa».

«Cuando se crea un sistema así nosotros, como sindicato, tenemos que ver qué hacemos para acabar con ese tipo de contratación, con ese tipo de abusos y con toda la precariedad que se ha generado. Eso por un lado; y después ver cómo nos acercamos a esa gente joven y hacemos ver esa necesidad de organización y de actuación colectiva», concluye.

En paralelo a esa precariedad, y volviendo a la idea de las relaciones laborales estables y prolongadas, Coscubiela incide en que eso ya no existe de la misma forma que existía: «Los trabajadores jóvenes que entran en empresas con poca estabilidad laboral tienen un índice de rotación mayor que los trabajadores mayores con una estabilidad laboral mayor», reflexiona.

Y ahí donde el sindicato no ha llegado han aparecido nuevas formas de organización, pero no siempre con éxito. «Se caracterizan por tener ese vínculo débil de movimiento, por tener mucha presencia mediática, incluso por haber conseguido situar en la agenda política un conflicto, pero no existen evidencias –más bien al contrario– de que hayan conseguido mejorar las condiciones de trabajo, salvo en ocasiones muy concretas. Eso es también un síntoma de los tiempos», lamenta.

«Otro factor que afecta a esa débil relación sindicato-jóvenes es que en ocasiones los ajustes que se producen en las negociaciones se hacen externalizando los costes hacia las generaciones futuras con la abrumadora mayoría de los trabajadores senios«», explica Coscubiela.

Esos ajustes, continúa, «se manifiestan en contra de negociar nada en el presente, forzando a pactar ajustes dirigidos a los futuros trabajadores. La doble escala salarial es un ejemplo». Así, la masa laboral más veterana logra condiciones ventajosas a costa de precarizar aún más la situación de los más jóvenes. Y la distancia, en consecuencia, aumenta.

Magaldi no solo mira hacia fuera, sino también hacia dentro: «Por hacer una crítica a la gente joven, y yo también estoy incluido, estamos en una sociedad en la que el individualismo y la competitividad son cada vez mayores. Te dicen que desarrolles tu proyecto, que tienes que ser el mejor, que tienes que destacar…».

«Es una cultura que llevan metiéndonos en la cabeza desde que somos niños, y por ella cuesta muchísimo más organizar a la gente en una lucha común. Es la mentalidad del individualismo, la del “si tus condiciones no son tan malas, que se apañe el resto”», critica.

Evolución de la afiliación a CCOO y UGT > https://infogram.com/evolucion-de-la-af ... 8nl95dq4vg

La vigencia del modelo.

Todo ese cúmulo de factores es parte del diagnóstico, pero en general parece cundir la idea de que los sindicatos tuvieron un papel necesario que ahora es menos relevante.

«Como ya hemos alcanzado ciertos derechos, ya parece que no existen las clases sociales, que ahora con el esfuerzo propio puedes colocarte en cualquier escala social y ya está», ironiza Magaldi.

«Con ese mensaje se ha devaluado la idea del sindicalismo: para qué voy a estar afiliado o afiliada al sindicato si yo ahora mismo con mis manos, mi conocimiento y mi formación puedo desarrollarme plenamente», cuestiona.

«No tengo claro que cualquier tiempo pasado fuera mejor», considera Coscubiela. «La idea de que la juventud antes se afiliaba y ahora no no creo que tenga evidencia empírica. Aunque es cierto que en la transición los grandes movimientos sindicales fueron protagonizados por personas jóvenes, eso creo que responde al vacío generacional generado por la dictadura».

«Esa es una peculiaridad española que no se da en otros países», concluye, no cuestionando que la afiliación juvenil ahora sea baja, sino que fuera mayor en tiempos pasados.

A la hora de buscar solución, curiosamente, el joven mira al pasado y el mayor hacia el futuro. Magaldi critica el papel del sindicato olvidando recuperar su papel: «Hemos abandonado un poquitín esa transmisión del conocimiento de la necesidad de organizarse, la necesidad de solidaridad obrera. Son términos que ahora suenan muy arcaicos, muy del siglo pasado, pero que deberíamos traer de vuelta para mejorar muchas condiciones», explica.

Por su parte Coscubiela apuesta por «innovar en las formas de organizar la acción sindical y arriesgar en ello», explica. «Pero sin olvidar que el mundo del trabajo esta sometido a unos cambios espaciales y temporales con una intensidad, profundidad y rapidez que dificultan la respuesta social, la de los sindicatos y la del conjunto de la sociedad».

https://www.yorokobu.es/sindicalismo-pasado-de-moda/
«Non plus ultra»

Mallorca Anarchist
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Re: El sindicalismo oficial se queda sin juventud

Mensaje por Mallorca Anarchist » 15 Ago 2018, 19:36

El problema es que los jovenes ya no trabajan en grandes empresas donde el sindicalismo es mucho mas facil que en la mediana y pequeña empresa. Ademas de los contratos temporales que son la norma general y encima de duracion muy limitada. Ahi te quejas, te sindicatas y ya no digamos que denuncias y cuando se te acabe el contrato de la semana a la puta calle y no te tienen que pagar nada y encima no les puedes denunciar por echarte. Y si a todo eso le sumamos las ETTs y las empresas de falsos autonomos como Uber, Glovo, Cabify... el panorama pinta bien jodido.

Lo que habria que hacer es intentar joder estas empresas, porque sigue asi el sindicalismo sera totalmente imposible, porque aunque haya leyes y el despido no este liberalizado las empresas haran lo que les de la gana, con la ley en la mano y sin necesidad de cambiarla

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Aitor Mena
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Re: El sindicalismo oficial se queda sin juventud

Mensaje por Aitor Mena » 16 Ago 2018, 15:25

Mallorca Anarchist escribió:
15 Ago 2018, 19:36
El problema es que los jovenes ya no trabajan en grandes empresas donde el sindicalismo es mucho mas facil que en la mediana y pequeña empresa
Hay de todo, en la gran empresa hay más cultura sindical pero las pequeñas (de 10 a 50) y medianas (de 50 a 250) también estan sindicalizadas y se pueden sindicalizar más y mejor. Jovenes trabajan en ambas el tema es cómo, o bien los sindicatos deben integrar a estos perfiles o bien dar herramientas suficientes a personas jovenes para dinamizar la acción sindical y negociación colectiva en ellas.

Hay que tener en cuenta que hay una parte importante de volumen de empleo (mayoritaria) en empresa mediana y grande (Datos 2017, INE):

A nivel estatal:

Empresas por tamaño / Trabajadores
Microempresas (1-9 asalariados) 2.916.332
Pequeñas (10-49 asalariados) 2.758.605
Medianas (50-249 asalariados) 2.210.112
Grandes (250 o más asalariados) 4.876.860
Autónomos 2.829.891
Total trabajadores 15.591.800

El grueso del empleo está tanto en la micro empresa y pequeña, cómo en la mediana y grande, con la particularidad que es más facilmente sindicalizable empresas de 10 y más hasta gran empresa que es el 63'2% del empleo.
Mallorca Anarchist escribió:
15 Ago 2018, 19:36
Ademas de los contratos temporales que son la norma general y encima de duracion muy limitada. Ahi te quejas, te sindicatas y ya no digamos que denuncias y cuando se te acabe el contrato de la semana a la puta calle y no te tienen que pagar nada y encima no les puedes denunciar por echarte. Y si a todo eso le sumamos las ETTs y las empresas de falsos autonomos como Uber, Glovo, Cabify... el panorama pinta bien jodido.
Son situaciones diversas las que comentas, pero la mayoría de contratos temporales són en fraude de ley, en el caso de ETTs a veces posible cesión ilegal y en el caso de falsos autónomos también se puede pelear, cómo se está viendo con las resoluciones de inspección de trabajo en estas empresas y las falsas cooperativas carnicas. Lo necesario es tener una buena estrategia y cobertura jurídica y de acción sindical para conseguir la fijeza en el empleo y de ahi desarrollar la acción sindical.

Desde luego que los sindicatos tienen que crear planes de acción sindical para incrementar la tasa de afiliación en los empleos ocupados por jovenes, y también integrar en sus comités gestores a jovenes para potenciar esa mirada.

En euskal herria hay algún ejemplo reciente de cómo es posible por medio de organización sindical con capacidad de huelga indefinida con caja de resistencia, conseguir mejoras en empleos que són típicamente de personas jóvenes (socorristas en las playas de Gipuzkoa). En resumen lo que han conseguido es todo lo fundamental para seguridad en el empleo y mejora de la calidad del mismo:
- Contratación como fijo-discontinuo.
- Subrogación en caso de cambio de contrata.
- Subida salarial de 200 y 400 euros mensuales.
- Plus de antiguedad.
- Plus de domingos y festivos.
El colectivo de Socorristas de Gipuzkoa abandona la huelga tras alcanzar un acuerdo

(...)

El colectivo de trabajadores del servicio de socorrismo y salvamento de las playas guipuzcoanos es un claro ejemplo de la precariedad laboral que sufren las personas jóvenes cuando acceden al mercado laboral.Un ejemplo más, de un servicio público que se subcontrata por parte de la administración pública precarizando las condiciones laborales.Este colectivo tiene un salario hora de 8,5 euros y se ven obligados a realizar largas jornadas de trabajo sin posibilidad de descanso. Hay que tener en cuenta que realizan un trabajo de gran responsabilidad y mucha tensión.

Dese ELA hacemos una valoración positiva de esta lucha realizada por personas muy jóvenes, con condiciones laborales precarias. Tiene un gran mérito la capacidad de organizarse que han demostrado, teniendo en cuenta que es un trabajo temporal de unos meses y nos parece importante resaltar la lucha solidaria que todo el colectivo de Gipuzkoa ha realizado.

https://www.ela.eus/es/noticias/los-y-l ... un-acuerdo
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

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Aitor Mena
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Re: El sindicalismo oficial se queda sin juventud

Mensaje por Aitor Mena » 07 Nov 2018, 01:26

Bandera roja a la precariedad #Landeia230

La lucha de las y los socorristas de Gipuzkoa ha sido uno de los conflictos más destacados del verano. Éste es el reportaje que se puede leer en Landeia sobre el tema.

El colectivo de socorristas de las playas de Gipuzkoa, contratados por la Cruz Roja, necesitó tres días de paro, la convocatoria de huelga indefinida a partir del 15 de agosto y muchas dosis de unión y solidaridad para conseguir un convenio que dignifica de manera considerable sus precarias condiciones laborales. Maddi Aspiazu y la gente de ELA Zerbitzuak en Gipuzkoa, que han estado meses organizando a este colectivo de jóvenes y negociando con la subcontrata, realizan la lectura de un conflicto complicado por las fechas y por los agentes implicados: “Una única empresa subcontratada, la Cruz Roja, titular de la contrata de salvamento en las playas de toda Gipuzkoa, pero 8 ayuntamientos contratistas y 8 pliegos de condiciones. Un rompecabezas que ha habido que ir encajando a contra-reloj con un resultado muy positivo y alguna sombra”.

- ¿Qué valoración haces del acuerdo?

- Después de la convocatoria de huelga indefinida con inicio el 15 de agosto, la Cruz Roja presentó una propuesta avalada por los Ayuntamientos implicados en el conflicto –Zarautz, Donostia, Deba, Orio, Zumaia, Hondarribia, Mutriku, Getaria– que recogía una subida salarial de 200 euros mensuales el primer año y de 400 euros mensuales a partir del segundo, lo que supone un incremento del 16% y 33%, respectivamente. Además, lo Ayuntamientos se comprometen a recoger en pliegos la subrogación de las plantillas; la Cruz Roja convertirá todos los contratos actuales en fijos discontinuos a partir de junio de 2018. Además, se reconoce la antigüedad a partir de la cuarta temporada, con un plus de 118 euros mensuales, y se abonará un incremento del 15% del salario por trabajar en domingos y festivos. El sector ha ganador en estabilidad y en condiciones; es un acuerdo positivo. Antes vivían en la incertidumbre de si les llamarían de una temporada para otra, y de hacerlo, en qué playa estarían.

- Estamos ante un colectivo que es un claro ejemplo de la precariedad que sufren las personas jóvenes.

- Sin duda. Ha sido una lucha emblemática: un servicio público que se subcontrata por parte de la Administración Pública precarizando las condiciones laborales, en este caso, a gente muy joven. Jóvenes que tenían un salario bruto de 8,5 euros la hora y realizaban largas jornadas sin descanso. Hacemos una valoración positiva de esta lucha realizada por personas muy jóvenes, la mayoría sin ningún tipo de experiencia sindical. Es muy meritoria la capacidad de organizarse que han demostrado, teniendo en cuenta, además, que es un trabajo temporal de unos pocos meses. Una lucha que, independientemente de los contenidos del acuerdo, nos hace ser optimistas cara al futuro.

- Convocar una huelga indefinida en agosto no es muy habitual. ¿Cómo se llegó a esa situación?

-Este proceso comenzó en agosto de 2017. Un grupo de socorristas se acercó al sindicato, nos contaron cuál era su realidad laboral y nos pidieron ayuda. En invierno nos reunimos en varias ocasiones con la Cruz Roja para intentar regularizar la situación del colectivo, pero se cerraron en banda. Con el inicio de la temporada de playas y ante la falta de avances en las negociaciones, en julio les comunicamos que si no había acuerdo iríamos a la huelga. Para nuestra sorpresa, cuando presentamos los preavisos de huelga en los 8 ayuntamientos afectados, nos encontramos con que la Cruz Roja no les había trasladado que el sector se estaba moviendo.

Contactamos con los ayuntamientos y comprobamos cómo algunos pliegos tenían margen para recoger nuestras reivindicaciones –caso de Zumaia, por ejemplo– pero otros estaban muy ajustados –Donostia–, prueba de la política de subcontratación a la baja de las administraciones. Planteamos el conflicto a nivel de Gipuzkoa porque entendíamos que todos deben tener las mismas condiciones, independientemente de la playa, y porque la empresa adjudicataria es una, la Cruz Roja.

Al mismo tiempo, ya a finales de la temporada pasada, los socorristas empezaron a conocerse y ponerse en contacto entre las playas con la idea de ir a la pelea este año. Se llega a la huelga los días 29, 30 y 31 de julio y al no haber respuesta positiva convocamos la huelga indefinida. Con la huelga indefinida sobre la mesa y el apoyo social, los ayuntamientos empiezan a moverse y modificar los pliegos, hasta que finalmente la Cruz Roja hace una propuesta que los socorristas aceptan.

- Has dicho que ha sido un buen convenio, pero no el ideal para ELA.

- Al margen de los contenidos logrados, nuestro objetivo era que el convenio de aplicación fuera el provincial de Polideportivos de Gipuzkoa, no el de la Cruz Roja. Y no ha podido ser. Habrá que seguir trabajando para conseguirlo en el futuro. A raíz de que el Gobierno Vasco decretara unos servicios mínimos para la huelga indefinida del 80%, los socorristas de Zarautz decidieron no secundar la huelga e iniciar su propio camino. Eso trastocó nuestra estrategia y nos debilitó, al tratase de la segunda playa más importante. La reacción del ayuntamiento de Zarauz fue aceptar la mayoría de nuestras reivindicaciones, y con él, el resto de los ayuntamientos, por lo que Cruz Roja nos presentó una oferta de convenio en la línea de nuestras reivindicaciones que los socorristas aceptaron en asamblea.

- ¿Lo más positivo de esta lucha sindical?

- Que hemos movilizado un sector que era invisible y se ha visibilizado su precariedad. Destacamos también la solidaridad entre las playas, que ha sido muy alta.

- ¿Lo negativo?

- Más que negativo, cosas a mejorar... Al ser un sector no organizado sindicalmente hasta ahora ha faltado experiencia a la hora de gestionar situaciones; nos ha faltado, también, organización. Las fechas tampoco han ayudado. En agosto los ayuntamientos están a medio gas y encontrar interlocución ha sido complicado. Asimismo, es un conflicto que ha ido a contra-reloj; la temporada dura cuatro meses y el tiempo de incidir es corto. Teníamos cuatro meses para llegar a un acuerdo, con 8 ayuntamientos de por medio. Cuando analizamos todas estas dificultades valoramos más lo conseguido.

- El colectivo de socorristas es gente joven. También habéis sembrado sindicalmente el futuro.

- Sin duda. Es una gente que ha visto que si se organizan y luchan se consiguen cosas; que colectivamente somos más fuertes. Han visto de primer mano que el sindicato es una herramienta útil para luchar contra la precariedad, y que ELA es un sindicalismo de calle –en este caso, playa– que consigue incidir y mejorar la condiciones de la gente. Estoy segura que sus experiencias laborales futuras serán diferentes tras este conflicto.

- ¿Qué valoración haces del papel jugado por el resto de actores: Cruz Roja, ayuntamientos y Gobierno Vasco?

- La Cruz Roja se supone que es una empresa de economía social, que se mueve en base a principios diferentes del máximo beneficio económico, pero la realidad con la que nos hemos encontrado es que durante meses se ha cerrado a ningún tipo de negociación y que, incluso, no trasladó a los ayuntamientos responsables del servicio que se podían encontrar con un conflicto en plena temporada de playas. Los ayuntamientos licitando este servicio público muy a la baja condenan a la precariedad a quienes trabajan en el mismo. Y hasta que tienen un conflicto o presión social no se mueven. Y el Gobierno Vasco, para no variar, intenta invisibilizar las huelgas con servicios mínimos abusivos.

https://www.ela.eus/es/noticias/bandera ... landeia230
Autobusean ez duk ohiturazko aurpegia, aurrera egiteko hoa inoiz ez bezala

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