Ursula K. Le Guin todavía es la feminista radical que necesitamos hoy

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Ciencia ficción
Ursula K. Le Guin todavía es la feminista radical que necesitamos hoy

La activista Adrienne Maree Brown comparte su flagrante amor por la escritora visionaria, aquí y en el documental Mundos de Ursula K. Le Guin.

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Ursula K. Le Guin es una de las grandes creadoras de mundos jamás puestos en papel. Se adentró en lo divino que le da forma al mundo para diseñar universos en nuestros imaginarios, y después compartió sus imaginarios hasta que estos comenzaron a cambiar el mundo, este mundo.

“Oponerse a algo es mantenerlo… debes ir a algún otro lugar; debes tener otro objetivo; entonces empiezas a andar otro camino” escribió en La mano izquierda de la oscuridad.

Espero que mi devoción y adoración en el documental Mundos de Ursula K. Le Guin no resulten demasiado fervientes. Y espero que quede claro como el agua: esta escritora nos dio años donde escribió tres novelas, cuentos y ensayos que ganaron premios prestigiosos mientras criaba tres hijos. La aprecio mucho. Para mí, ella es Beyoncé.

Le Guin fue rechazada muchas veces antes de que nadie la publicara. Comparte esto con Octavia Butler, y más recientemente con el ganador del premio Man Booker, Marlon James. Quizás después de tanto rechazo se haga más fácil renunciar al mundo normal o, en el caso de Le Guin, al literario. Mientras recibía todos esos rechazos, Le Guin se lanzó hacia lo extraño y subversivo y revolucionario. Quien sea que acepte finalmente tu trabajo, está aceptando lo que insististe en crear. Las personas que aceptaron finalmente el trabajo visionario de Le Guin estaban en el ámbito de la ciencia ficción —la primera persona que le editó acababa de estar trabajando con Samuel R. Delany, el encantador dios de la fantasía compleja y la escritura sexual.

Hablando de linaje, el taoísmo de Le Guin está entretejido en todas las facetas de su cosmología. Es apasionante haberme cruzado con su traducción del Tao Te Ching, justo en el momento en el que luchaba por alcanzar la profundidad del texto —e incluso más apasionante ver cómo da vida a esas ideas una y otra vez en Los desposeídos, en Tehanu, en El eterno regreso a casa. Cada uno de esos mundos es tan diferente, y a pesar de ello el taoísmo está presente de manera transversal en todos esos imaginarios: sus personajes siempre están aprendiendo la paciencia, el descentramiento del ser, renunciando a la idea de un camino conocido, una vocación de destino.

La obra de Le Guin cambia el camino disponible a quien la lee. Su clásico de utopía/distopía anarquista, Los desposeídos, es un texto indispensable para los movimientos —también es una puerta fundacional de entrada a sus mundos. Ella no toma el camino fácil, y no nos permite, al leerla, situarnos lejos de la pregunta central del texto. Hacia el final es necesario que hayas respondido dentro de ti lo que para ti significa la libertad. Es necesario saber lo que harías para ser libre, a lo que renunciarías y lo que reclamarías. Es un texto valiente, un texto de quien lucha. Es una artística crítica tanto al capitalismo como a sus críticos sin sacrificar ninguno de sus beneficios. Nos está señalando y riendo. También está señalando hacia la libertad e invitando.

Aprecio la paulatina apropiación de Le Guin del feminismo como un movimiento: no solo como pensamiento filosófico, sino como una manera de leer y vivir y escribir. Ella ejemplifica el feminismo al que creo que tantas mujeres heterosexuales como ella aspiran —ser iguales, mientras comparten el trabajo doméstico y el de la vida con hombres (en vez de sostener más trabajo con menos apoyo y menos reconocimiento).

Es hermoso ver a su marido Charles como un hombre feminista en práctica. Le Guin encontró un amor que creció con ella, y, en el rol de escritora/esposa/madre, Le Guin se convirtió en una radical en la manera que creo que la mayoría de personas se convertirían si se les permitiera suficiente tiempo y espacio de reflexión consigo mismas. Lo político de Le Guin aún nos empuja hacia delante. Con un guiño y una sonrisa, ella aún nos enseña.

Encuentro muy apropiado que sus últimos actos públicos fueran anticapitalistas y manifiestos. Cerremos esta nota de amor con algunas de sus brillantes palabras pronunciadas en la ceremonia de entrega de los premios de 2014 del National Book Awards: “Vivimos en el capitalismo. Su poder parece invencible. Aun así, el divino derecho de reyes también lo parecía”.

[Contumacia]

Ciertamente, el título del artículo me sorprendió cuando lo leí esta mañana: no, es la anarquista que seguimos necesitando, con capacidad para imaginar otros mundos y crearlos.Desprenderse y no poseer nada no es sólo taoísta que digamos, aunque muchos ácratas hayan/hayamos pasado por el Tao Te King. Luego ya me fijé en quien firma (una doula activista en el feminismo negro) y bueno, en EEUU les va a costar bastante más hablar de ella como ácrata en vez de "fase anarquista en su obra". De hecho calcar algo así "ser iguales, mientras comparten el trabajo doméstico y el de la vida con hombres (en vez de sostener más trabajo con menos apoyo y menos reconocimiento)" y no atribuirlo a una ideología antisexista, antiautoritaria... sino al feminismo... ay xD Mira como no dice "feminista anticapitalista" porque ni siquiera existe tal categoría taxonómica como tal xD

Vamos, que tal parece un "barro pa mi molino pa hacerla decir lo que a mí me interesa" en vez de lo que dijo xD Claro que el público de El Salto disfrutará más con esta versión xD

[Super8]

En el documental ese de Arwen Curry sale (mi admirado) Neil Gaiman diciendo que qué maja, que Ursula soltó todo un discurso contra las multinacionales y el capitalismo cuando la dieron un premio, ante un público todo de ejecutivos... Ahora Gaiman es uno de esos ejecutivos -"creativo"- en la sección de ficción de Amazon TV: https://www.abc.es/play/series/noticias ... ticia.html

[AXIONDIREKTA]

Esto está bastante recomendable (en inglés): "Communism Might Last a Million Years" https://communemag.com/the-shield-of-utopia/

Se centra en la obra de Le Guin y Postone, muertxs el 2018, para discurrir sobre varias temáticas.

"Two giants of revolutionary thought passed from this world in 2018. Through them, we can glimpse the distant shores of a classless society."

[Contumacia]

Esto está bastante recomendable (en inglés): "Communism Might Last a Million Years" https://communemag.com/the-shield-of-utopia/

Se centra en la obra de Le Guin y Postone, muertxs el 2018, para discurrir sobre varias temáticas.

"Two giants of revolutionary thought passed from this world in 2018. Through them, we can glimpse the distant shores of a classless society."

Ya tengo tocho pa disfrutar ¡gracias!

Que, por cierto, a LeGuin la han reeditado los compas de Bauma, que Los Desposeídos era jodidísima ya de encontrar, una de las últimas adquisiciones que más funciona en la biblio de la radio libre

[AXIONDIREKTA]

Ya tengo tocho pa disfrutar ¡gracias!

Está bueno el texto. Da varios elementos para el debate.

Saludos!

[Joreg]

Me leí toda la obra de esta señora en su día, y tenía libros apasionantes, y otros que aburrirían a las ovejas y que creo no fui capaz de terminar. En general su obra me parece muy buena, sobre todo Los desposeídos, cómo no, y La mano izquierda en la oscuridad... Que hasta el final no conseguí asimilar de que los habitantes del planeta podían ser hombres o mujeres según el ciclo. Me resultó muy divertido porque claro, describe a unos personajes con una cultura que parece que van todos con el palo de una escoba metido en el culo, así que me los imaginaba como funcionarios varones de alto nivel. Luego intenté imaginarlos como andróginos bellisimos, pero ya no hubo modo. Seguía viendo a un tipo calvo con cara de mala leche. No sé si el feminismo radical se encuadraría ahí. Úrsula a lo largo de su obra, muestra siempre un rechazo al imperialismo, el colonialismo, el machismo, el autoritarismo, los clientelistas y caciques de todo tipo... Sus protagonistas son siempre muy positivos. En los Desposeídos describe a la mujer de Shevek, que se llama... Takver, como "una mujer muy fea", pero leal, compañera de vida, independiente, dura, amorosa y concienzuda. No sé si me dejo algo.

[Contumacia]

A Úrsula le veo mucho el ramalazo antropológico (si no recuerdo mal su padre lo era) a la hora de describir sociedades y costumbres, por eso me cuesta encuadrarla en el "feminismo radical", adscripción por otra parte que no realizó explícitamente jamás: cuestionar los roles de género o la división sexual del trabajo no es algo que haya inventado Kate MIllet precisamente. En cambio hay otras escritoras de sci-fi, se me ocurre desde la etnolingüística "Lengua Materna", de Suzette Haden, que precisamente habla de cómo mujeres oprimidas crean un lenguaje propio en una sociedad de lingüistas, que sí realizaron declaraciones explícitas y están insertas en tal corriente.. de las que no se acuerdan tanto porque no han tenido tanta tirada (o sí, pero para copiarlas: llevamos un par de años desde que volvió a resurgir la Margaret Atkins con el cuento de la criada que no paran de salir pseudoemulaciones sobre sociedades autoritarias que le prohíben a las mujeres el uso de la palabra) y que sí que están en el corpus de sci-fi feminista muy claramente.

Vamos, que hay suficientes autoras (y algún que otro autor) que se enmarcan en tal corriente como para necesitar atribuírselo por la cara a quienes de su praxis y sus declaraciones se coligen muchas más cosillas

[Joreg]

A Úrsula le veo mucho el ramalazo antropológico (si no recuerdo mal su padre lo era) a la hora de describir sociedades y costumbres, por eso me cuesta encuadrarla en el "feminismo radical", adscripción por otra parte que no realizó explícitamente jamás.

Úrsula K. Le Guin. La "K" es de Alfred Kroeber, su padre. No recuerdo en qué escuela encuadran a Kroeber, sí he leído un artículo suyo que me pareció muy interesante "Lo superorgánico", en el que habla de la evolución cultural como parte de la evolución humana más allá de lo biológico. A su hija úrsula se le notan mucho las teorías de su padre, y algunas cosillas como el etnolingüismo o como se llame... La idea de que el lenguaje moldea el pensamiento, y por eso en Los Desposeídos los anarquistas hablan en un idioma inventado, el právico, en el que no existe "lo mío". Y aunque el tema feminista lo desarrolla la autora en su obra propugnando un igualitarismo entre hombres y mujeres, la mayoría de sus héroes, yo diría que son hombres, varones no machistas. En tanto que los villanos, suelen ser pero que bien machistas. Aunque la heroína anarquista, Odo, es una mujer, no aparece en la obra más que de pasada en algún cuento como "el día antes de la revolución", en el que se muestra a una Odo anciana, cansada, agotada y moribunda, justo el día antes de que estalle la revolución, cuando ya no va a beneficiarse de ella, y son los jóvenes que viven en grandes comunas y los sindicatos los que van a liarla parda. Por cierto, premio Nébula en los años setenta. La edad de oro de la ciencia ficción.

Ah, y una post-data. Hay que tener en cuenta que la Mano Izquierda, por ejemplo, se escribe en 1969 (¡gracias wikipedia!). Unos años en los que hablar de personas sin género, era sencillamente alucinante. Ahora están de moda un montón de teorías y se ha hablado hasta la saciedad del género, pero en esa época, imaginar un mundo en el que esas personas cambiaban según el ciclo, y podían quedar embarazadas dependiendo de la tendencia momentánea del acompañante, era algo sencillamente... Rarísimo. Y en España ni os cuento cuando llego la traducción. Ya digo que a mí me costó lo mío entender la película, y conste que ya llevaba leído en ciencia ficción y en antropología un montón de cosas, que por cierto, me llevaron al anarquismo.

Yo creo, lo digo con mucha prudencia, que Úrsula tenía un feminismo muy setentero (que es el que se me quedó a mí, del actual no tengo ni idea), y que además le daba duro al racismo, la homofobia, la xenofobia...

[Contumacia]

Entrevistan hoy a todo esto a la Margaret Atwood en El País, ya sólo por el titular me ganó

“De forma natural me sale ser una vieja zorra malvada”

Y sí, por supuesto, que bebió de esas reivindicaciones en las que no sólo la ley garantizaba ni muchos menos la "igualdad" mientras que la vida social seguía relegándolas a un segundo plano, queda clarísimo. Pero beber de una fuente entre muchas otras y dejar de lado todas esas otras que bien reseñas como la estupidez del imperialismo, el colonialismo... es una pena, es ver bajo un prisma muy reduccionista a una persona compleja.

[Joreg]

...la estupidez del imperialismo, el colonialismo...

El capitalismo... Todo eso también. Su obra es... Compleja.

Voy a aprovechar la diatriba para descargarme Lavinia, su última novela con heroína femenina, a ver si es de las que me gustan o de las que me duermen.