La Sección Francesa de la CNT en Puigcerdá (cap. actualizado de "Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña")

La Sección francesa de la CNT en Puigcerdá

 

El mismo día del triunfo de la insurrección obrera[1], Maurice Jacquier[2], de viaje informativo hacia Barcelona, se presentó ante el Comité revolucionario de Puigcerdá para descubrir, muy sorprendido, que uno de los anarquistas que se habían hecho con el poder en Puigcerdá era su viejo amigo, el zapatero remendón que había conocido y tratado de niño en París: Antonio Martín Escudero, más conocido por el infamante apodo de El Cojo de Málaga[3], era más bien el Durruti de la Cerdaña.

A finales de julio, sólo dos semanas después de la victoria de la insurrección obrera del 19 de julio, puede leerse en Le Libertaire[4] este relato de Pierre Albert[5]:

“Llegamos a Puigcerdá, ayer por la mañana, y hallamos tal entusiasmo que cualquier esperanza nos parece posible. El pueblo está armado, ese es el buen augurio. No se dejará arrebatar el instrumento de su liberación. Eso, seguro. La organización es perfecta, los elementos sindicalistas y faistas, con mucho tacto, no han anulado y aplastado a las organizaciones próximas de la Alianza Obrera[6]. Dada su incontestable influencia, han obrado correctamente, a mi parecer. Pero lo que cuenta, es que todas las decisiones tomadas por el Comité revolucionario están marcadas por la impronta anarcosindicalista”.

El 7 de agosto Ridel y Carpentier[7] publicaron en Le Libertaire[8] una crónica que se iniciaba en Puigcerdá el 29 de julio de 1936:

“Nuestra llegada en España

Puigcerdá, 29 de julio.

En un recodo del camino, delante de una caseta surgen tres hombres, dos de ellos con una carabina de caza en la mano. Un vistazo sobre las cartas de presentación con un sello de las organizaciones obreras francesas y pasamos al cercano pueblo fronterizo de Puigcerdá, acompañados por un miliciano. Por el camino nos cruzamos con campesinos que van hacia sus campos.

El antiguo Casino, transformado en cuartel general de las Milicias [Populares] bulle de gente, carabineros, guardias civiles y de asalto que, en mono azul o descuidado uniforme, bien armados, se mezclan con milicianos armados con máuseres del 7,65, o con carabinas o con fusiles de caza.

Obreros y campesinos llevan el brazalete rojo y negro con las iniciales CNT y FAI. Un grupo de obreros e intelectuales, bien armados y completamente equipados, salvo el uniforme, gracias al esfuerzo de la Generalidad, lleva el brazalete rojo, hoz y martillo, y las letras POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista: agrupación de comunistas opositores no trotskistas, cuyos líderes son Nin y Maurín).

Parten inmediatamente para hacer una gira de inspección en la montaña, pues algunos lugares de los alrededores recelan aún de la presencia de elementos fascistas ocultos, pero que pueden reunirse, concertarse y actuar.

Regularmente salen rondines en camiones para vigilar la frontera.

Los autos y autobuses requisados, marcados con las letras UGT, CNT y FAI aseguran el aprovisionamiento, el transporte y las expropiaciones.

Las comidas son gratuitas para los milicianos y combatientes. Todos los no combatientes deben trabajar. Se aplica la semana [laboral] de 36 horas y un aumento del quince por ciento en los salarios. Por ese lado todo marcha bien.

Numerosos grupos de españoles y franceses han llegado para ingresar en la Milicia. Hemos encontrado compañeros de Toulouse, Narbonne, Tarbes, etcétera. Participan ya de las tareas cotidianas, antes de reunirse con las columnas. Las iglesias han sido desacralizadas y transformadas en locales al servicio de los trabajadores, o bien han sido puestas a disposición de la Generalidad.

El análisis de los militantes locales es que la situación está despejada, pero que hace falta mucho trabajo para triunfar sobre los fascistas y las dudas del gobierno legal, tímido y timorato en todo”.

Lashortes[9], colaborador habitual y frecuente de Le Libertaire visitaba Puigcerdá a menudo, citándola en sus artículos como “la ciudad futura”[10], y llamando a sus compatriotas a colaborar activamente con los revolucionarios.

También Le Combat Syndicaliste[11] señalaba la presencia de anarquistas franceses en Puigcerdá, y a mediados de agosto[12] se hacía eco de la correspondencia de “M”, que daba noticias de otros cuatro militantes franceses de la Confederación General del Trabajo Sindcalista Revolucionaria (CGT-SR), presentes en Puigcerdá.

Los voluntarios franceses y de otras nacionalidades que llegaban a Puigcerdá, lo hacían como primera escala para llegar a Barcelona, donde eran encuadrados, entrenados, armados y enviados a las distintas columnas confederales del frente de Aragón. El lugar de referencia era el cuartel Spartacus de la avenida de Icaria, en Pueblo Nuevo. En ocasiones, el cuartel Bakunin, en Pedralbes.

Puigcerdá, en diciembre de 1936, había formado la quinta centuria de la Columna Hilario-Zamora. Los anarquistas de habla francesa habían constituido el Grupo Internacional de la Columna Durruti, fundado por Ridel y Carpentier. Por fin, otros anarquistas franceses se quedaban en Puigcerdá, integrándose en las milicias fronterizas[13], como Alphonse Tricheux.

El honesto historiador Jean-Louis Blanchon afirma que la prensa francesa de derechas señalaba la existencia de 50 milicianos de origen francés en la milicia de Puigcerdá, y razona que puesto que sólo menos de una decena de apellidos tenían sonoridad francesa[14], el resto debía responder a franceses de origen español y a exiliados permanentes o esporádicos[15]. El único nombre identificable es el de Alphonse Tricheux (CGT-SR), que permaneció en Puigcerdá desde agosto de 1936 hasta marzo de 1937. Le acompañaban su mujer Pauline y su hermana Noëla. Su mujer, Pauline Tricheux estuvo permanentemente en Puigcerdá desde principios de 1937, aunque con intermitentes estancias desde meses antes.

Pauline era muy activa en Mujeres Libres y en el Grupo de acción cultural y educativa de las mujeres libertarias en Puigcerdá, en la que era responsable de Propaganda, y más tarde, ante la continua llegada de refugiados de toda España, jugó un destacado papel en el Comité Pro Refugiados de Puigcerdá.

Otro asiduo colaborador, que consiguió en Francia notables aportaciones materiales para los revolucionarios de Puigcerdá, fue el militante de la CGT-SR Hoche Meurant, víctima de un grave accidente de automóvil en Francia[16] del que se restableció rápidamente, puesto que el viernes 19 ya daba una conferencia sobre sexualidad en el local de las JJLL de Puigcerdá[17].

Aristide Lapeyre también frecuentó el grupo, incluso antes de la celebración del Gran Mitin Internacional del 18 de diciembre de 1936, organizado en Puigcerdá, al que Albert Mirande fue invitado en representación de la AIT, Pierre Besnard por la CGT-SR y el propio Lapeyre por Le Combat Syndicaliste. También hablaron Berruezo por el CR y Josep Peirats, muy crítico con el colaboracionismo gubernamental cenetista[18].

En Sembrador aparecieron frecuentemente artículos que descalificaban a Le Libertarie y a otros diarios o personalidades colaboracionistas, así como numerosos comunicados de la CGT-SR o de personalidades antigubernamentalistas. Puede afirmarse que Sembrador era una publicación anticolaboracionista de las JJLL, ya que en sus páginas encontramos artículos de Peirats, Gilabert, Mingo, Floreal Ocaña, Manuel Pérez, y otros conocidos militantes críticos con la política ministerialista de los comités superiores cenetistas.

En noviembre de 1936[19] se había fundado la Sección Francesa de la CNT en Puigcerdá, de acuerdo con la FAI y con el objetivo de crear una organización que sirviera de lazo entre Cataluña y las organizaciones libertarias francesas. La Sección de Puigcerdá jugaba un papel de intermediación entre los voluntarios franceses y la Sección francesa de la CNT en Barcelona, donde eran alojados en los cuarteles Espartaco o Bakunin en espera de su salida a las unidades confederales del frente de Aragón.

El hotel Salvat de Bourg-Madame era utilizado como buzón de correos[20]. Ya hemos visto que en Barcelona existía también una Sección Francesa cenetista.

Se creó una red de comités anarcosindicalistas (CAS) en toda Francia que canalizaran la ayuda a España, centralizando en París la recogida de dinero, alimentos, medicamentos, material y ropas. Organizaban frecuentes expediciones de camiones, repletos con material de ayuda, que recorrían el trayecto París-Puigcerdá, confiando a la Sección Francesa de Puigcerdá la distribución de lo enviado. Del mismo modo, organizaron giras de mítines y conferencias por toda Francia, con el objetivo de recaudar fondos para la Revolución española.

La sección francesa de la CNT en Puigcerdá se aprovechaba de la proximidad con el límite fronterizo con Bourg-Madame y el control de la frontera por los anarquistas. El delegado de la Sección francesa era Albert Perrier[21], de 39 años de edad, secretario del sindicato de la construcción del Perigueux y militante de la Unión Anarquista (UA).

En febrero de 1937 la Sección francesa, que hasta entonces había desempeñado esencialmente un papel de propaganda, de información a los voluntarios extranjeros y de ayuda de traducción en los puestos fronterizos, fue reorganizada de modo que se integró en la estructura del control fronterizo anarquista[22], con especial responsabilidad en el control, guía y encuadramiento de los voluntarios de lengua francesa. Debía impedirse, además, el paso a los voluntarios extranjeros que pretendían ingresar en las Brigadas Internacionales.

Un apartado especial merecería la organización del tráfico de armas en la frontera de Puigcerdá, estrechamente relacionada con el espionaje. Ese contrabando de armas y del paso de personas por la frontera estaba a cargo de Constancio Durban[23], delegado de fronteras de Puigcerdá. El cargo de delegado de fronteras tenía una importancia similar a la de un delegado de columna de milicias. La estructura organizativa de Durban, enraizada de forma muy natural a ambos lados de la frontera de la Cerdaña, se había originado ya durante la Dictadura de Primo de Rivera en los años veinte y continuó en los años cuarenta, convertida en cadena de paso de pilotos británicos, exiliados españoles y judíos en peligro de muerte. Durante la guerra jugó un papel esencial en el abastecimiento de las milicias confederales de Aragón.

En febrero y marzo de 1937 la principal actividad de las Mujeres Libres de Puigcerdá se volcó en la organización de la acogida de las mujeres y niños procedentes de la desbandada producida por la caída de Málaga. En pocos días, llegaron unos 400 refugiados.

En el número 34 de Sembrador del 14 de marzo de 1937 apareció, por primera vez, una página redactada totalmente en francés. En ese número aparecían notas de las distintas organizaciones (francesas) existentes en Puigcerdá: El Grupo de Lengua Francesa, el Grupo femenino anarquista (estrechamente relacionado con Mujeres Libres y Comité Pro Refugiados y por lo tanto no exclusivamente francés) y la Sección francesa de la CNT. Podían pertenecer al Grupo de Lengua quienes dominasen el francés; los militantes anarquistas en el extranjero tenían la obligación (según los estatutos de la AIT) de militar en el sindicato anarcosindicalista del país o ciudad de residencia y, si el número era suficiente, crear una sección sindical propia: ése era el origen de la Sección francesa de la CNT en Barcelona y en Puigcerdá.

Manuel Pérez[24] hizo en Francia una campaña de propaganda y recaudación de fondos de dos meses de duración, acompañado de “Armand Guerra”, David Antona, Alexandre Mirande y Fontaine, regresando a Barcelona a mediados de abril. Cruzó la frontera por Puigcerdá, donde paseó y habló con Antonio Martín, que una semana más tarde fue asesinado, según palabras del propio Pérez, “por un grupo de sicarios”, para destruir la obra revolucionaria realizada por los anarquistas en la Cerdaña, y que él consideraba como el prólogo de la maniobra contrarrevolucionaria que culminó con el asalto a la Telefónica de Barcelona del 3 de mayo de 1937.

Desde el 16 de abril de 1937, todas esas organizaciones anarquistas francesas en Puigcerdá se vieron sorprendidas por la ofensiva republicana de carácter antilibertario, que tenía por objetivo el control de la frontera. Las detenciones y/o expulsiones de anarquistas franceses fueron muy numerosas hasta alcanzar un carácter exhaustivo.

De junio a julio de 1937 tres miembros de la familia Tricheux fueron arrestados y pasaron algunas semanas en prisión. En Solidaridad Obrera del 3 de julio[25] se publicó una nota, firmada por el Sindicato de Oficios Varios de Puigcerdá y por la redacción de Sembrador que denunciaba el bulo propagado por la prensa derechista francesa, porque afirmaba que “en un registro efectuado en la casa del viejo y conocido militante Alfonso Tricheux se había encontrado 200.000 pesetas”. Tricheux, que estaba en Francia, decidió presentarse ante la policía española para desmentir tales rumores.

La Sección Francesa de la CNT en Puigcerdá desapareció como organización entre junio y julio de 1937, cuando la represión del Comité Ejecutivo de la Cerdaña, en la que participaban estalinistas y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), desató una brutal represión contra los libertarios.

Conclusiones

A. La CNT-FAI durante la Guerra civil influyó notablemente en la evolución ideológica del anarquismo francés[26]. Podemos diferenciar tres fases:

1. De julio a octubre de 1936 se produjo el agrupamiento de todos los anarquistas franceses en un Comité anarcosindicalista para la liberación del proletariado español (CASDLPE). Fue un serio y meritorio intento de unificación del movimiento anarquista francés, dividido en tres organizaciones: Federación Anarquista (FA), Unión Anarquista (UA) y el sindicato Confederación General del Trabajo-Sindicalista revolucionaria (CGT-SR).

2. De octubre de 1936 a noviembre de 1937: La UA provocó una escisión para constituir un Comité por la España Libre (CEL). Gozaba de las simpatías de los comités superiores de la CNT-FAI, dadas sus posiciones favorables al colaboracionismo

3. Desde noviembre de 1937 se efectuó la transformación del CEL en Solidaridad Internacional Antifascista (SIA). La CNT-FAI prohibió a la FA y la CGT-SR que recaudasen fondos en apoyo al movimiento libertario español, dando la exclusiva a la SIA. Era una evidente y manifiesta medida represiva y económica contra las críticas al colaboracionismo. El objetivo de los españoles era el de impedir, a toda costa, el surgimiento de una oposición revolucionaria internacional en el Congreso Extraordinario de la AIT, que debía celebrarse en París en diciembre de 1937. Para la CNT-FAI era necesario acallar toda crítica internacional[27] a las posiciones colaboracionistas de los comités superiores, que temían pudiera enlazar con los grupos anticolaboracionistas españoles, como la Agrupación de Los Amigos de Durruti, el Sindicato del Transporte de Barcelona o los Comités de Defensa de los barrios barceloneses.

B. La derrota y el desastre final del anarcosindicalismo no sólo fueron obra y gracia del enemigo de clase. También se sufrieron insuperables contradicciones internas, como reflexionaba Alphonse Tricheux en un hermoso y amargo artículo: “Creíamos que [los responsables anarquistas] seguirían siendo hermanos, que nos ayudarían con su sabiduría, que todos juntos haríamos realidad nuestras aspiraciones, y ahora son órdenes lo que nos imponen. Se ha creado una nueva sicosis y debemos obedecerles en silencio, someternos. Bajo excusa de las necesidades del momento, se han hecho policías, se han convertido en militaristas, han devenido autoritarios, han olvidado poco a poco que un día fueron anarquistas”[28]. Los responsables de los comités superiores de Barcelona se convertían en jefes de ordeno y mando; los anarquistas revolucionarios eran ahora incontrolados a perseguir y liquidar. ¿Qué había pasado?

C. La mayor parte de las cabeceras de prensa, incluida Solidaridad Obrera, apenas se hicieron eco del asesinato de Antonio Martin y de la matanza del 10 de junio en La Serradora. Los comités superiores anarquistas querían regresar a las tareas y responsabilidades gubernamentales, junto a republicanos y estalinistas: no era cuestión de molestarles o incordiarlos por el asesinato de media docena de anarquistas. Temían, además, el surgimiento de una oposición revolucionaria cenetista. En el verano de 1937, la despiadada represión del anarquismo revolucionario en la Cerdaña, efectuada por estalinistas y republicanos, y acallada por la prensa oficial anarquista, sólo fue denunciada por la prensa anarquista clandestina[29]: Anarquía-FAI y El Amigo del Pueblo. Algo más tarde se sumó Alerta…! creado por un grupo surgido de los comités de defensa.

 

Agustín Guillamón y Antonio Gascón

Barcelona, agosto de 2021

 

Capítulo actualizado del libro:

Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937). Antonio Martín, la experiencia libertaria de Puigcerdá y el sagrado mito de Bellver.

Descontrol, Barcelona, 2018, 691 páginas, 18 euros.

 

[1] 19 de julio de 1936.

[2] JACQUIER, Maurice: Simple militant. Denoël, Paris, 1974, p. 16

[3] GASCÓN, Antonio; GUILLAMÓN, Agustín: Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937). Descontrol, 2018.

[4] «Ce que veulent les révolutionnaires espagnols», en Le Libertaire núm. 507 (31-7-1936)

[5] Albert Perrier, conocido como Germinal, secretario de la FA en Nord et Pas de Calais. Instalado más tarde en Périgueux, militante de la UA, sindicado en la CGT-SR. Permaneció en Puigcerdá hasta 1939, jugando un destacado papel en el tráfico de armas en el seno del Grupo de Lengua francesa.

[6] La Alianza Obrera jugó un papel destacado en octubre de 1934, pero en julio de 1936 era ya inexistente. Debería leerse “Frente Popular” en lugar de “Alianza Obrera”.

[7] Fundadores del Grupo Internacional de la Columna Durruti. Corresponsales de Le Libertaire en el frente de Aragón. Véase las biografías de ambos en Présence de Louis Mercier. ACL, Lyon, 1999.

[8] “En marche sur Saragosse avec la Colonne Durruti”, en Le Libertaire núm. 508 (7-8-1936)

[9] Seudónimo del militante pacifista Maurice Catalogne.

[10] «Aux camarades du Sembrador» en Le Libertaire n°515 (25-9-1936)

[11] Le Combat Syndicaliste n°167 (31-7-1936)

[12] Le Combat Syndicaliste n°169 (14-8-1936). La correspondencia está fechada el 5 de agosto.

[13] Véase el anexo número 10 de Nacionalistas contra anarquistas en la Cerdaña (1936-1937), op. cit.

[14] Blanchon señala estos ocho nombres: Pierre Grave, Jean Barde, Iván Deguot, Georges Vieu, Paul Galtier, Alphonse Trucheux, Paul Louble et Paul Dermuy. En la lista entregada por Benet a Antonio Gascón [véase anexo número 10] aparecen estos nueve nombres franceses: Pierre Grave, Jean Barde, Ivan Deguot, Georges Vieu, Paul Gautier, Alphonse Tricheux, Paul Loubic, Luis Valange y Paul Dermy.

[15] BLANCHON, Jean-Louis: “La Cerdange française face á l´expérience anarchiste de Puigcerdá (1936-1937)” en Les Français et la Guerre d´Espagne. Actes du Colloque de Perpignan. Université de Perpignan, 1990, pp.123-176

[16] Sembrador núm. 29 (7-2-1937) p. 9

[17] Sembrador núm. 32 (21-2-1937), p. 10

[18] “Gran mitin internacional celebrado en Puigcerdá el día 18 [de diciembre de 1937] organizado por la Federación Local de GGAA y la CNT”, en Sembrador núm. 23 (27- 12-1936), pp. 6-7

[19] BERRY, David: A History of French Anarchist Movement, 1917 to 1945. AK Press, Edinburgh, 2009, pp. 271-272

[20] La dirección era: Albert Perrier, Hotel Salvat de Bourg-Madame, Pyrennées Orientales.

[21] Véase la interesante y emotiva “Conferencia dada por el camarada Perrier desde el micrófono RADIO PUIGCERDÁ y dirigida al proletariado francés”, en Sembrador núm.31 (21-2-1937).

[22] BERRY, A History… p. 271.

[23] El carácter clandestino del tráfico de armas, contrabando, pase de personas y actividades de espionaje hace muy difícil el estudio documental e histórico del delegado de fronteras Constancio Durban y de su organización. Nuestra información, de carácter oral, procede de las conversaciones mantenidas con Ángel Carballeira. También puede consultarse CARBALLEIRA, Ángel: Les espagnols du l´exode et du vent. CTDEE, Toulouse, 2016, p. 33 y p. 123. Nos consta, por la documentación consultada en Ámsterdam, Ávila y Salamanca, que Constancio Durban mantuvo estrechos contactos con el Servicio de Información y Espionaje de Manuel Escorza. La frontera francesa proporcionaba armas, hombres, todo tipo de contrabando y también valiosísima información.

[24] PÉREZ, Manuel: 30 años de lucha. Asociación Isaac Puente, Vitoria, 2012, p. 193. Publicó un artículo en la portada de Sembrador núm. 40 (25-4-1937), titulado “Nuestra revolución ante la historia”.

[25] Solidaridad Obrera (3-7-1937) p. 9

[26] BERRY, David: “Solidarité Internationale Antifasciste: les anarchistes français et la Guerre Civile d´Espagne” en Les Français et la Guerre d´Espagne. Actes du Colloque de Perpignan. Université de Perpignan, 1990, pp.77-78

[27] Crítica compartida por Pierre Besnard, la CGT-SR y la FA.

[28] Tricheux, A.: “Mon point de vue”, Sembrador num. 36 (18-3-1937) p. 11. [Traducido del francés].

[29] Véase GUILLAMÓN, A.: La represión contra la CNT… p. 160.

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