El Castelló que viene

@Poloi

En las últimas semana hemos vivido en la ciudad de Castelló una serie de reuniones donde el ayuntamiento ha informado del plan general de ordenación urbana que se está gestando en nuestra ciudad, estas han tenido el objetivo de presentar a las vecinas de los diferentes barrios de la ciudad el mismo, además de recoger algunas propuestas de las mismas para tener en consideración e intentar incluirlas. Esto se ha intentado vender como un proceso participativo, nada más lejos de la realidad, como muchas de las que nos hemos acercado a estas reuniones hemos podido apreciar en las mismas.

Para coger un poco de perspectiva, un plan general de ordenación urbana o PGOU, como lo llamaremos a continuación, es un instrumento de planeamiento general definido en la normativa urbanística de España como un instrumento básico de ordenación integral del territorio de uno o varios municipios, a través del cual se clasifica el suelo, se determina el régimen aplicable a cada clase de suelo, y se definen los elementos fundamentales del sistema de equipamientos del municipio en cuestión1. El anterior PGOU que había sido aprobado en nuestra ciudad data del año 2000, el cual el Tribunal Supremo ha declarado nulo varias veces por algunas irregularidades2, una de ellas la falta de exposición pública del mismo. 

Hasta aquí la única novedad ha sido que se están haciendo las cosas como marca la ley, cosa que debería de ser la norma y no la excepción como parece en esta ocasión. Aunque este tipo de exposiciones públicas tienen unos cuantos defectos de contenido cosa que trataremos más adelante, antes de ello me gustaría incidir un poco en el papel histórico y social de la ciudad el cual me servirá para este propósito, siempre apoyándome en algunas lecturas que me han ayudado a tener una precaria noción de la ciudad.

Antes que la ciudades se generaron las sociedades, estas eran de cazadores y recolectores, no sería hasta los años 10.000 y 7.000 a.C. que en Oriente Medio nacieran los primeros asentamientos estables de personas, estos estuvieron influenciados por uno de los grandes cambios sociales que ha conocido el ser humano, empezaron a cultivar cereales y domesticar animales, este cambio permitió que tuvieran fuentes de alimentos más estables. También podemos encontrar teorías que sostienen que las primeras ciudades se generaron por el impulso de congregarse, de estar juntas, y posteriormente sería que cuando aparecería la agricultura y la cría de animales para sostener los asentamientos surgidos. De cualquier modo, la ciudad lleva ya miles de años como la encargada de agrupar nuestra realidad social, ya que las sociedades en las que vivimos son las que viven y se reproducen en estas.

Las antiguas murallas que contenían las ciudades, eran un símbolo militar, de contención del poder que había dentro de ellas, desde que este tipo de construcción desapareció permitir que el poder de las mismas se extendiera, “su apertura era una señal de dominio y poder, que pretendía extender su influencia ilimitadamente3. La ciudad nos es algo neutro, es una construcción la cual actúa como dispositivo que organiza la sociedad, tiene implicaciones tanto en el territorio que se extiende como en aquel que le rodea, sobre todo en la actualidad, ya que vivimos en us sistema mundo el cual está interconectado a todos los niveles, también repercute en las personas que los habitan.

Andrea Cavalleti nos dice que “la ciudad no es un espacio infinito, sino el dominio propio e ilimitado de lo social. Parece imposible, donde quiera que uno se encuentre, sustraerse de Paris4. No es casual tampoco que cite la ciudad de la luz, ya que esta se forja como centro del dispositivo del poder durante el siglo XIX y su remodelación urbana ayuda a este menester. Entre 1850 y 1870 se llevó a cabo la reforma urbanística más importante que había tenido lugar en la ciudad hasta la fecha. Bajo la dirección del Barón Haussmann se construyeron una serie de avenidas anchas que permitían la intervención rápida de fuerzas del orden e impedían la construcción de barricadas en caso de producirse un levantamiento popular. Este proceso de ordenamiento urbano  tenía el propósito de higienizar la sociedad, elimina las callejuelas que crecían de forma orgánica, e imponer un nuevo orden regido por la vigilancia y el control, sus habitantes fueron privadas de parte del espacio público, su objetivo era “la creación de cuerpos dóciles que respondan a las nuevas necesidades del poder5. La organización urbana tiene un marcado carácter de clase, donde los que tienen el poder construyen el tablero de juego donde después de darán los diferentes conflictos sociales.

Cómo señala David Harvey, la ciudad como mercancía tienen unas características únicas que la diferencias de otro tipo de mercancías. “El suelo y sus mejoras tienen una localización fija. Esta localización absoluta confiere privilegios monopolistas a la personas que posee el derecho a determinar el uso de dicha localización. […] El suelo y sus mejoras son una mercancía de las que ninguna persona puede prescindir. Yo no puedo existir sin ocupar un espacio, no puedo trabajar sin ocupar un lugar y sin hacer uso de los objetos materiales localizados en ese lugar y no puedo vivir sin una vivienda del tipo que se. […] El suelo y sus mejoras, y los derechos relacionados con él, proporcionan la posibilidad de almacenar riquezas (tanto por los individuos como por la sociedad). [Y] han sido históricamente el depósito más importante de valores almacenados.6 La ciudad también tiene un papel dentro del desarrollo capitalista como mercancía, el mercado inmobiliario funciona como un sector estratégico que permite remitir los beneficios de otros sectores e inmovilizar capital, generando así un deposito de capital fijo aculado por una producción previa. La creación de este valor a través del uso y la urbanización del suelo urbano, han marcado históricamente el acceso a la ciudad, siempre estando marcado por la carencia, la segregación y la especulación. Aquellas que pueden permitírselo se separan del resto de la ciudad buscando enclaves donde puedan encontrar seguridad y mejores condiciones de vida que las demás.

El entorno urbano es el que organiza las diferencias de clase en el territorio, ya no sólo dentro de la propia urbe, sino fuera de ella, allí donde alcanza su poder. Muestra de esto es como gran parte de los residuos que se generan en estas aglomeraciones o sus necesidades energéticas son distribuidas por el territorio próximo (aunque en la actualidad ya no sea tan próximo) donde su valor como mercancía es mucho más bajo. Creando así un compleja red de nodos que son necesarios para la supervivencia de las cada vez más grandes metrópolis que encontramos en el planeta. Zonas rurales que son destruidas por las necesidades de almacenar desechos, grandes infraestructuras que se abren por el territorio como una herida que son encargadas del suministro de energías o bienes, selvas en la otra punta del planeta que son arrasadas para poder refinar combustibles para los vehículos que pueblan las grandes ciudades. Ya no hay puntos en los mapas que sean independientes de los demás, ahora son las comunicaciones que conectan estos los que dibujan el mapa.

En los párrafos anteriores he querido mostrar a grandes rasgos como la ordenación urbana influye directamente en nuestra reproducción social, soy consciente que me he dejado muchas cosas en el tintero, pero por el formato del texto no me quiero alargar mucho más, sobre todo no he entrado a tocar como se construyen lo lugares que habitamos, asunto bastante importante. Lo que si que me gustaría que quedara claro es que quizá la ciudad es algo lo demasiado importante como para dejarlo en manos de unos técnicos, sobre todo cuando intentan hacer ver que el urbanismo es una cosa de ancho de aceras y donde van las zonas verdes.

Volviendo al asunto principal, un PGOU como el que ha presentado el actual consistorio, parece más un mal chiste de mal gusto que algo que mantenga una mínima conexión con la realidad. Plantear la participación pública sobre algo de estas características y no exponer a debate cuestiones tan trascendentales como el modelo productivo, las condiciones sociales, el uso del espacio público o el papel de las vecinas en la ciudad por poner algunos ejemplos, demuestra de nuevo que no se quiere construir el espacio urbano, aquel que habitamos, desde abajo y de forma horizontal, sino que este sigue siendo una que forma que tiene el poder de ordenar el territorio a su antojo.

Mirando la documentación que ha presentado el consistorio en estas reuniones7 podemos apreciar e intuir el modelo de ciudad que viene. Se continua con la idea de una ciudad para una sujeto en decadencia como es la clase media, un entorno urbano ordenado a base de vivienda residencial, centro comercial, el coche como forma de transporte y la oferta turística como modelo productivo. No puede oler más a goma quemada, mientras cada día nuestras vidas son más precarias y nos cuesta más poder sobrevivir, el urbanismo que se desarrolla hace caso omiso a todo esto.

La urbanización de nuevas zonas de la ciudad donde hoy en día no hay construcciones es un gran ejemplo, mientras informes como el de Tinsa sobre stock inmobiliario en 20168 apunta que la provincia de Castelló tiene suficiente vivienda construida para los próximos 12,5 años. El truco casi mágico de la burbuja inmobiliaria que ha permitido en las anteriores décadas a las familias el acceso al crédito y la obtención de plusvalías por medio de la venta de vivienda ha estallado ya hace tiempo. “El principal axioma de la formación social española: la propiedad de vivienda como talismán y principal medio de reconocimiento de las clases medias. Desde el franquismo, la vivienda en propiedad ha sido el mecanismo más eficaz de «desproletarización» de la mayoría social: vehículo de ahorro y acumulación del patrimonio familiar, recurso para épocas de escasez (como la jubilación) y forma de transmisión de patrimonio y estatus a las siguientes generaciones9 ya es cosa del pasado, actualmente este modelo se ha revertido y el problema con la vivienda como comprobamos día a día es muy grave y parece que no tenga una solución. Actualmente se producen desahucios en nuestra ciudad de vecinas que no pueden asumir el coste de la hipoteca o el alquiler, además de todos los problemas derivados de esto. Además está surgiendo un nuevo fenómeno del chabolismo en el entorno de la periferia asociado a esto. Una ciudad sostenible tendría que tener en cuenta el derecho a la vivienda como uno de sus puntos fuertes, fomentar la nueva vivienda parece que no sea la solución.

La ampliación de los viales rápidos o lo que aquí conocemos como rondas, ponen de nuevo en el centro de la utilización del espacio público al vehículo individual, sobre todo el del coche, si que es verdad como apunta Colin Ward que “la propiedad de un coche ofrece demasiadas ventajas a demasiada gente como para que alguien lance una campaña puramente política para abandonarlo.”10 Pero si que se podría desincentivar su uso, en esta década que estamos viviendo ya tenemos suficientes muestras de cómo el uso a gran escala tiene repercusiones nocivas para las personas que tenemos que convivir con ellos en las ciudad, esto junto a la creación de una red de transportes públicos que cubran las necesidades de desplazamiento a las vecinas de la ciudad, al mismo tiempo también se debería de potenciar el uso de la bicicleta más allá de carriles bici o las horrorosas ciclocalles. Ya no es sólo la salud, el uso de métodos menos contaminantes de transporte y a su vez comunitarios es cada día más una necesidad viendo como el calentamiento global cada día se acelera más y los combustibles fósiles empiezan a indicar un descenso en su producción.

Por otra parte, los viales rápidos que se han construido, en otras ciudades, pero también en Castellón, orientan la circulación según intereses. El hecho de dar la vuelta a la ciudad ha aislado lo poco que queda de centro histórico en la ciudad condenándolo a desaparecer. Los pocos comercios que quedan se están viendo en la coyuntura de emigrar a centros comerciales, el construido, el que está por construir o a cerrar sus puertas. Los pequeños comerciantes no tienen lugar si no es en una gran superficie. Casualmente, estos viales transitan alrededor de estas grandes superficies ya sea en dirección al Grau, dirección Salera o dirección universidad-estación, donde parece que se está creando el nuevo núcleo social, el nuevo centro.

Otro de los factores clave para la supervivencia en las ciudades es la alimentación, como podemos descubrir por medio de Carolyn Steel, la comida da forma a nuestras ciudades11, la desaparición o abandono del terreno cultivable que rodea la ciudad nos ha hecho más dependientes de alimentos que provienen de zonas cada vez más lejos de donde habitamos, también ha hecho que se apostara por monocultivos como la naranja el cual actualmente está en declive por la idea de que sería más rentable la utilización del suelo para viviendas. Que haya personas comprando naranjas provenientes de la otra punta del planeta en supermercados, a tan solo unos metros de huertos de naranjos abandonados haría que el propio Adam Smith tuviera sueños húmedos. Una gran apuesta por la sostenibilidad de la vida sería reconvertir el suelo que nos rodea para su utilización agrícola y su promoción por parte de las instituciones locales, siempre procurando que está fuera ecológica, ya es de sobra conocido las consecuencias de depender de las grandes multinacionales de las semillas y pesticidas como Bayern. Además de poder proveer a la ciudad de un producto local, la cual cosa aumentaría su autonomía sobre el sistema, además de mejorar la calidad de vida de las personas12 y haría que se generarán puestos de trabajo más estables que aquellos que dependen del turismo.  

Cabe recordar que en este PGOU tampoco se menciona el acceso al agua y la energía, actualmente el agua es un monopolio de FACSA, la cual no sólo controla la distribución de la misma sino la mayoría de los pozos que hay en nuestra ciudad. La municipalización del agua tendría que ser una de las claves de la ordenación urbana, el derecho básico del acceso a la misma y su inclusión como bien común de las vecinas que habitamos este territorio. En cuanto a la energía se pasa bastante por encima de la ampliación del Polígono del Serrallo, este es uno de los enclaves estratégicos de la línea de Muy Alta Tensión que cruza nuestro territorio, la cual ha despertado una incipiente lucha por el territorio en los pueblos del interior de nuestra provincia, la cual se ha visibilizado con la Plataforma NO a la MAT, el decrecimiento junto a la búsqueda de fuentes de energía que no nos hagan dependientes de combustibles fósiles para la obtención de energía tienen implicaciones directas en la ordenación del territorio.

No me quiero alargar más en este texto, para que no resulte excesivamente pesado para aquellas personas que se han tomado la molestia de leerlo, para poder concluirlo, me gustaría que estas reflexiones a grandes rasgos que he hecho sobre la ordenación urbana y su repercusión en la reproducción social, hicieran reflexionar en que un plan que intente aproximarse a la problemática de la ciudad, tendría que ser mucho más amplio de lo que nos han presentado desde el Ayuntamiento de Castelló. No podemos hablar de la forma que vivimos y de como lo queremos hacer sin abrir el foco y centrarlo en aspectos que son muy importantes para la vida. No hay soluciones rápidas ni mágicas, tampoco tenemos que caer en soluciones que obvian el problema como aquellas que apuestan por abandonar la ciudad y poblar el entorno rural, la repercusión de estas también tendría un gran impacto negativo sobre el entorno. La ciudad como tal es la mayor máquina que ha construido el ser humano durante la historia, se ha generado en contra de la idea de la sostenibilidad, hacerla sostenible es un proceso de incertezas que deberíamos de caminar juntas, que tendría que abrir grandes procesos de debate y participación, tanto por parte  de las vecinas y técnicos, donde se aborde la problemática en toda su dimensión y sobre todo teniendo encuesta a las vecinas que habitan la ciudad y no a los intereses económicos y del mercado.

Bibliografía y notas:

  1. Plan General de Ordenación Urbana – https://es.wikipedia.org/wiki/Plan_General_de_Ordenaci%C3%B3n_Urbana
  2. El Tribunal Supremo insiste en que el PGOU de Castellón está anulado – http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/02/01/valencia/1328126083_915697.html
  3. J. Agulles: La destrucción de la ciudad, Los libros de la catarata, 2017.
  4. Andrea Cavalleti: Clase, Adrian Hidalgo editora, 2013.
  5. V.A: Apaches, La Felguera, 2014.
  6. D. Harvey: Urbanismo y desigualdad social, Siglo XXI, 1977.
  7. Podemos encontrar esta documentación en el siguiente enlace http://plageneralcastello.es/participacio
  8. Radiografía del stock suelo y vivienda nueva, Tinsa https://www.tinsa.es/wp-content/uploads/informes/2017/Informe-radiografia-stock-2016-tinsa.pdf
  9. E. Rodriguez: El ocaso de las clases medias, Traficantes de Sueños, 2016.
  10. C. Ward: La libertad de circular después de la era del motor, Edición digital: La Congregación
  11. Carolyn Steel, La comida da forma a nuestras ciudades https://www.youtube.com/watch?v=CLWRclarri0
  12. Cities Hire Food Systems Experts To Address Obesity, Food Access http://civileats.com/2016/08/22/cities-hire-food-systems-experts-to-address-obesity-rates-access/?utm_content=buffer88d6b&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer
Enlaces relacionados / Fuente: 
http://piul.es/el-castello-que-viene
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