La historia y los anarquistas

El caso de Seguí (1), me viene de perlas para reflexionar sobre el empleo de la Historia, como arma ideológica tendente a modificar el comportamiento en el presente, y el tratamiento que se nos da mediante la Historia a los acratillas, para deprimirnos. Hoy nos toca, ser victimistas. Que a ver si ya no va a poder uno ni quejarse.

 

Por ejemplo, cuando los anarquistas hacen homenajes a sus muertos, lo que llevan a cabo –nos dicen de cuando en cuando– es una glorificación del pasado, dogmática, arcaica. Como no tienen presente al que agarrarse –nos aclaran–, tienen que dedicarse a rebuscar en el baúl de los recuerdos, para elevar un poco la autoestima. Para estar en lo moderno, toda esa cantidad de héroes, ya muertos, Joan Pey, Francisco Miranda, Evelio Boal, Joaquín Penina, Teresa Claramunt, Amparo Poch… Cuando se les recuerda, que sea para señalar de manera clara, que ellos, y los pensamientos que transportaban, están enterrados.

 

La Historia, además –por si no nos enteramos–, tienen que hacerla los historiadores. Gente preparada, con herramientas de análisis científico e imparcial, que a la hora de hacer encajar el anarquismo en sus tesis, reflejen con exactitud, que o bien el anarquismo fue minoritario y se le da más importancia de la que realmente tuvo, o que no aparece por ninguna parte, o que cuando aparece, renuncia enseguida a sus principios o es sanguinario y muy cruel. Si los anarquistas se ponen a hacer historia y contradicen estas tesis, es porque no hacen historia, sino meros reportajes ideológicos, llevados a cabo sin profesionalidad.

 

También hay que aclarar, que si grupos políticos ajenos al anarquismo, estudian, rescatan o reivindican a personajes del anarquismo, la cosa cambia. Entonces lo que se lleva a cabo es un acto digno de reconocimiento a una figura que trasciende a una ideología, y que es patrimonio universal y humano. Como el Cabo de Gata (2).

 

En definitiva, cuando los anarquistas recuerdan a quienes les precedieron, viven en el pasado y son dogmáticos; si no los recuerdan, olvidan a su pasado y eso obliga a otros grupos que no son dogmáticos ni sectarios, a recuperar esas figuras tan interesantes, que están por ahí dejadas de la mano de Pestaña. Entran los hurgadores de recuerdos, como los ingleses en la tumba del Faraón, a llevarse lo que merezca la pena. Si los anarquistas hacen historia, no es buena historia, ya que los buenos historiadores saben dejar bien claro que el anarquismo no tuvo la importancia que dicen que tuvo, y no tiene la importancia que tiene actualmente, y por eso han escrito miles de libros demostrándolo, ya que no hay cosa que entusiasme más a un científico, que estudiar cosas insignificantes. Sea como sea, que quede claro que los anarquistas, hagan lo que hagan o lo que no hagan, son un desastre. 

 

Anarquista: si no quieres ser dogmático y sectario, no lo llames historia. Llámalo memoria histórica, y quedas guay del Paraguay. Lo que es de uno es de todos lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

 

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NOTAS

 

  1. http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/32649
  2. Como hay quien no recibe de buen grado mis sarcasmos, aclaro: conste que no me parece mal que quien quiera reivindique a figuras anarquistas, siempre que añadan…, que fueron amantes de un mundo sin mando ni obediencia. No me parece mal que nuestra gente se mezcle con otra, manteniendo sus peculiaridades. Porque en las luchas sociales, los anarquistas han coincidido con muchos no anarquistas, e incluso han compartido destino, como el poeta Federico García Lorca, que murió junto al maestro Dióscoro Galindo y los anarquistas Francisco Galadí y Joaquín Arcollas…, y de otras personas seguramente. En esta vida, las diferencias de carácter, de ideología y de actitud, finalmente, las borra tranquilamente un paredón.

 

Comentarios

Imagen de Octavio Alberola

Es un discurso que se adapta a su tiempo y a las corrientes de pensamiento obrero de su época.

Imagen de Octavio Alberola

 

De acuerdo, acrato, en que no sólo los historiadores profesionales deberían -cuando escriben la Historia- ser mas modestos al dar su visión de la historia. También los anarquistas deberíamos serlo; pues la Historia (la que se cuenta o se escribe) es siempre una visión subjetiva de la historia vivida o que ha sido vivida por otros... 

De ahí que haces bien en presentar el discurso de Seguí (gracias por reproducirlo) como lo has hecho. Como "un discurso que se adapta a su tiempo y a las corrientes de pensamiento obrero de su época". Pues ni el contexto histórico (tanto en el plano nacional como en el internacional) es el mismo ni tampoco lo es el sindicalismo. Y ello pese a que el anarquismo comprendió que el protagonista de la historia social era entonces el anarcosindicalismo.

Sigamos pues el consejo de Segui y, "cuando los hechos nos enseñan dolorosamente los fracasos seguidos hasta el presente, es también evidente, digo, que hay necesidad de una rectificación" del camino que hemos seguido hacia la emancipación... 

A mi modo de ver, esa "rectificación" debemos tratar de encontrarla reflexionando sobre la función actual del sindicalismo ("mayoritario" o"minoritario") y las condiciones que determinan que él sea lo que es y no lo que Seguí queria que el sindicalismo fuese...  

 

Como entonces, el interés de los explotados y dominados sigue siendo reflexionar sobre el por qué de los "fracasos seguidos hasta el presente" y esforzarnos en saber lo que realmente somos capaces de hacer por lo que deseamos o aspiramos.

 

En cuanto a los Historiadores (los "buenos"), creo, acrato, que no vale la pena tomar en cuenta sus esfuerzos por quitarle importancia a la historia del anarquismo; pues, pese a esos esfuerzos, el anarquismo ha marcado la historia y sigue marcando la que se está haciendo...Y ello pese a que aún haya "anarquistas" que tratan de convertir la anarquía en un dogma.

Imagen de Acratosaurio rex

La cura de humildad la necesita mucha gente. Dentro del anarquismo..., y también fuera del anarquismo.

Sí, antes de que alguien me lo suelte: Yo ya me humildifiqué hace tiempo. Reconozco que en ocasiones excepcionales, puedo equivocarme un poquito. Algo insignificante.

Lo del dogmatismo, también más de uno ha de hacérselo mirar. 

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