La necesidad de organizarse de los anarquistas.

Tras el debate que en nuestros medios se está dando sobre la necesidad o no de una organización anarquista, José María Olaizola ha escrito para Alasbarricadas.org y Red Libertaria Apoyo Mutuo esta interesante aportación.Esperamos que sea de vuestro agrado y sirva para el desarrollo de un debate respetuoso y, sobre todo, constructivo, dentro del Movimiento Libertario.

LA NECESIDAD DE ORGANIZARSE LOS ANARQUISTAS.
 
Una aclaración.
Antes de empezar quiero dejar claro que escribo desde el anarquismo y para el mismo. Lo cual, considero no es óbice para hacerlo de forma crítica y, no de forma aduladora o mitificadora o dogmática. Esto no quiere decir que esté en lo cierto, simplemente, es lo que creo. 
 
No pretendo vender nada, por lo que hablo de la realidad que veo. No pretendo catequizar, ni hablo desde el pesimismo, al margen de que la situación social esté muy complicada, sino de la necesidad de construir desde bases reales, sin autoengañarnos, y la realidad no da para mucha juerga ni optimismos gratuitos. 
 
Hablo desde el anarquismo, porque creo que es desde donde podemos ir hacia una sociedad mejor, más igualitaria, justa, solidaria, fraternal,... Para ello, no pretendo hacer propaganda, creo que estamos en otra fase, analizar como estamos y tomar los acuerdos necesarios para salir de la misma.
 
Por último, es un texto largo, un “tocho”, porque creo que hablar de la necesidad de crear una organización anarquista, en la actual situación, lo necesita, para evitar partir de posiciones no suficientemente desarrolladas que nos lleven a desengaños. Estoy seguro que hasta se puede hacer más largo y mejor, no por hacerlo  sino porque es necesario.
 
Un comienzo.
He seguido, más o menos, los debates que se están dando sobre la necesidad de una organización, como instrumento del anarquismo ibérico, español, catalán, gallego, vasco,... para su intervención política.
 
En el debate se plantean cosas interesantes, y otras menos.  Lo principal, es la inquietud de militantes y grupos anarquistas que manifiestan dicha necesidad, yo le llamaría, además, responsabilidad.
 
De donde debemos partir.
Es necesario clarificar la realidad anarquista y libertaria; no podemos considerar que todo es igual, que no existen diferencias, que todo cabe en un mismo cesto. Así mismo, ante la diversidad existente en el anarquismo, no debemos considerar que una propuesta es mejor que la otra, sino que cada cual libremente optará por la que se sienta identificado. El tiempo y los hechos determinarán quien es reconocido por el pueblo, quien se identifica con el mismo. Por tanto: respeto, concepto a tener muy en cuenta, sobre todo, poniéndolo en práctica, no solamente como retórica. Dentro de este respeto, y al margen de la actuación cotidiana  de cada cual, que darán o quitarán reconocimiento, será necesario aclarar a la sociedad, con objetividad y no de forma partidista,  las diferencias entre los distintos anarquismos.
 
Nuestra presencia, nuestra fuerza y capacidad de intervención (Una primera fase).
Deberíamos comenzar por reconocer, o ser capaces de evaluar con objetividad, donde estamos, cual es nuestra realidad y nuestra intervención, así como nuestra capacidad de cambiar la actual situación de dominación, casi total, del capitalismo globalizado, más específicamente, el capitalismo financiero. El poder más fuerte de la historia, que ha integrado,  engatusado,.. a la mayor parte de la población para la consecución de sus objetivos.
 
Fragmentación, sectarismos,......
Desde mi visión del anarquismo ibérico, español, catalán.............., donde incluyo, los diferentes anarcosindicalismos, así como los diversos grupos libertarios, es un anarquismo muy fragmentado y dividido. Actualmente, hay algunos avances para superar esta división (en el anarcosindicalismo), avances tímidos y con muchas reservas, por determinados motivos en los que no voy a entrar. Si es de reconocer que existe una actitud diferente, más positiva, la cual no es de despreciar  (Véase llamamiento conjunto para la convocatoria de la Huelga General del pasado 29 de Marzo).
 
Los motivos de la división y los recelos son conocidos por todos quienes estamos en el campo libertario, y son diferentes según quien los plantee. Unos y otros tienen sus razones, tan válidas las unas como las otras. Pero no debemos olvidar que se hacen desde una perspectiva partidista y, si analizamos todo en su conjunto,  existen aspectos negativos en ambos sectores. 
 
El problema es con que intención se utilizan esas razones, y si las mismas sirven para justificar (lo que es injustificable) nuestra pequeña o insuficiente capacidad de intervención, y  nos quedamos encerrados en la “verdad” de cada uno. O, por el contrario, si el análisis objetivo de esas razones, y nuestra realidad, nos deberían empujar a tener actitudes diferentes, que no es el caso, como: ser menos sectarios, menos dogmáticos, más respetuosos con el otro, saber escuchar, ser menos patrimonialistas (lo digo desde la perspectiva de ese discurso habitual de lo mío es lo válido y lo otro es cualquier cosa, somos los únicos y verdaderos  herederos,...., con mayor o menor altanería y desprecio hacia el otro); ser mucho más fraternal con compañeros que aspiran a un mismo objetivo final,... Por tanto, estos defectos hay que añadirlos a la fragmentación del anarquismo ibérico,... lo cual aún dificulta más los objetivos a conseguir.  
 
Este cambio de actitud (de acercamiento) que se da en la actualidad, es un paso necesario, pero no suficiente para resolver los problemas que tiene el anarquismo español. Los problemas son más profundos, no solo una mayor “unidad y coordinación” servirían para resolverlo todo. Si se diese el caso de la “unidad”, bienvenida sea, y además sería deseable que se convierta en un paso importante en nuestro quehacer diario (que no solo sea puntual)y en nuestra forma de actuar, y fuese capaz de marcar diferencias visibles y con apoyo real de los ciudadanos, respecto al resto de alternativas ideológicas. 
 
Para mi, es evidente que el anarquismo ibérico,...  tiene un nivel de intervención limitado; su capacidad de incidencia, de reconocimiento por el pueblo, es mínima; su fragmentación va en dirección contraria al de la acumulación de fuerzas necesarias, para que dicha intervención tenga un peso que sea determinante durante el proceso revolucionario al que aspiramos. 
 
Con esto no quiero decir que los anarquistas no estemos en la lucha o cuestiones similares; muchos lo harán con un entusiasmo y convencimiento extraordinario. Pienso que cada cual hace lo que puede con mayor o menor acierto; también habrá intervenciones negativas. Solo quiero decir que los anarquistas, en su conjunto, contamos muy poco en la lucha política y en los cambios que deseamos se den en el mundo. Esta evidencia, desde mi visión, es común, con sus particularidades y diferencias, en los niveles europeos y mundiales.
 
La lucha y su contenido.
También sería conveniente discernir que es estar en la lucha; en una lucha que tenga incidencia, que determine. De forma generalizada, con todos los respetos, a cualquier grupo, no estoy señalando a nadie. Un grupo (o varios) de cinco, diez o quince anarquistas, con una incidencia que como mucho puede llegar a diez, treinta, sesenta o cien personas, puede enviar mañana un comunicado en solidaridad con todas las luchas que se estén dando en el mundo. Lo cual no me parece mal, pero no deja de ser un acto mecánico y testimonial, donde un militante redacta un folio como mucho, y el resto lo aceptan sin problemas (como es normal), es un declaración solidaria, y el texto navega por la red. 
 
O,  en  la actual situación de crisis, de pérdida de derechos, conseguidos con muchos sacrificios en una lucha muy dura con un coste humano importante, estos grupos lanzan la consigna de la “Huelga General Salvaje Indefinida” u otros enunciados similares o, como veía en Madrid, una pintada que decía “Huelga general salvaje indefinida, Autogestión Integral”. 
 
Lo que quiero decir es que es “fácil” hacer todo este tipo de declaraciones y manifestaciones, suponen un esfuerzo mínimo, no dejan de  ser nada más que buenas intenciones, deseos,.... en las que el discurso y nuestras posibilidades reales, objetivas de intervención, para conseguir lo que planteamos en esas consignas, pancartas, escritos, no tienen ninguna relación con nuestra fuerza, ni con lo que el pueblo está dispuesto a asumir en este momento. 
 
Insisto con lo del  mayor respeto a quienes están en la lucha y llevan a cabo estas actividades, pero me preocupa que alguien crea que con hacer esto ya ha cumplido, ya está haciendo todo lo que puede (no olvido que la actividad de cada grupo abarca más acciones que las señaladas); sin embargo no deja de ser una actividad marginal, al margen de que la voluntad no sea esa. En definitiva para llegar a esos objetivos previamente hay que acumular fuerzas, hay que crear alternatividad al sistema,... por tanto, debemos saber cuales deben ser los pasos previos para llegar a esos planteamientos que hacemos.
 
O el caso de organizaciones más grandes que, con una representación mínima en el campo sindical, plantean la Huelga General Europea; no deja de ser un brindis al sol. Si fuese por deseos ¿porque no, una Huelga General Mundial, por lo del capitalismo global o planetario, cada vez más evidente? (sin entrar en el debate de que a las huelgas hay que darles contenido, y el contenido no solo es el discurso o el convocarlas, ni tan siquiera una importante participación en la misma -imprescindible- la convicción y hasta donde se esta dispuesto a llegar), lo cual no quiere decir que no haya que hacerlas, pero creo que el caso griego con más de una decena de huelgas se debe analizar en profundidad, nos debe servir de estudio y reflexión (por ejemplo, plantearse si el actual sistema de dominación es capaz de absorber sin la necesidad de hacer grandes  cambios -o ninguno- el nivel de desarrollo y confrontación de las actuales huelgas). Este análisis y estudio nos podría dar elementos que nos puedan indicar otros  métodos de lucha, sin por ello dejar las huelgas al margen.
 
En fin, viene a ser lo mismo que declarar mañana el comunismo libertario, si,solo una minoría muy pequeña está dispuesto a secundarlo.
 
También se puede plantear que se hace esto porque no hay otras posibilidades de hacer más. Este punto de vista, lo respeto, pero  no lo comparto,  por los motivos señalados anteriormente; hay otro trabajo previo a hacer, aunque soy consciente que la actual situación social es muy complicada para llevar a cabo un trabajo en el campo revolucionario.
 
El número, calidad, representatividad.
Además, cuantitativamente no somos numerosos, por lo que la fragmentación  en la que estamos, hace que nuestra intervención sea menos fuerte. Es impensable que podamos cambiar el mundo, un mundo de miles de millones de seres humanos, cuando somos unos pocos miles (no más de cuatro cifras), y nuestra inserción o intervención en organizaciones sociales, de trabajadores,... puede alcanzar a unos miles (en este caso podemos estar en las seis cifras, algún ciento de miles, quizás exagero, estoy hablando de niveles mundiales), o trasladarlo a un país concreto (con las cifras andaríamos a un nivel parecido, solo que más reducidas). 
 
El único lugar con cierta entidad sería el estado español, debido al anarcosindicalismo, esencialmente la CGT; pero insisto, estamos hablando de cantidades pequeñas en relación con la población (la propia CGT que ha optado por la representatividad en su intervención sindical, la misma, no es superior al 3%, lo cual es muy escaso).  No debemos obviar en este caso, que aunque la representatividad no es importante, la CGT tiene una mayor importancia por los sectores donde está más representada, sectores estratégicos, dependiendo por zonas, como puede ser el transporte, la administración, grandes empresas,.....
 
Concretando. En nuestro territorio solo podemos considerar como organización con una cantidad considerable de afiliados a la CGT que se declara anarcosindicalista. También es normal, al ser un sindicato y, por tanto, organización de masas. Pero la cantidad, siendo importante y necesaria, no tiene un peso real si no viene acompañada de la calidad, la cual es fundamental, para el avance revolucionario. La calidad se concreta en la militancia y el compromiso, en la cotidianidad en todos los aspectos de la vida, en la participación a todos los niveles en el entramado organizativo, en la ética de dicha actuación, en una actuación cuyos valores sean radicalmente opuestos a los del actual sistema de dominación, en la formación integral, en definitiva, ser ejemplo para los demás. Creo  que tampoco en este aspecto, el de la calidad, estemos en primera línea, ni nosotros ni nadie, ya que la crisis de valores es generalizada. Y seguro que todos los grupos organizados no están en un  mismo nivel, lo planteo en general, sin particularizar.
 
Alternatividad.
Otro aspecto, es lo mucho, muchísimo, que debemos avanzar, casi iniciar, en la construcción de una sociedad paralela alternativa a la dominante. Un proyecto como el nuestro, que pretende construir un mundo diferente con valores diferentes, no puede esperar a que se produzca el hecho revolucionario. Desde ya, la construcción de ese mundo debe ser una constante en nuestra actividad. No es suficiente con estar organizado, comprometido, estar en la calle, luchar. Esta actividad  debe ir acompañada de una construcción de vida alternativa colectiva, que no puede reducirse a proyectos muy minoritarios y, por tanto, marginales o casi marginales. Además debe ser una construcción que tiene que ser parte de un conjunto, no pueden ser actividades al margen de un proyecto político global.
 
Dos alternativas.
Dejando soberbias aparte, si partimos desde este reconocimiento, y somos capaces de valorar cual es nuestra realidad, con los matices que sean precisos, podremos iniciar el proceso de creación de esa organización anarquista necesaria. 
 
Si por el contrario partimos desde la soberbia: “somos la punta de lanza”, “estamos en todas las luchas y estamos obligando a los otros a que se muevan”, “nos tienen miedo”, ... 
 
Aquí, en este país, quien está moviendo las aguas es el gobierno con sus políticas de recortes, y si hablásemos de la Reforma Laboral brutal, cuyo objetivo es terminar con todos los derechos de los trabajadores y el poder de las organizaciones sindicales;es lo que está obligando a aquellos que no querían moverse a hacerlo. Arrogarse las “facultades” de otros no deja de ser, como mínimo, pretencioso. 
 
Muy a menudo, por no decir habitualmente, se escriben textos, análisis, valoraciones con un triunfalismo incomprensible, alejado de la realidad. Discursos basados en consignas ilusorias; textos muy retóricos y demagógicos, en una dinámica propagandística de similares características a la del sistema, donde la realidad y lo falso se confunden, pero con la salvedad que nuestra propaganda solo se la creen unos poquitos, la del sistema la mayoría de la población. Todo ello se puede sustentar leyendo y analizando los diversos y numerosos escritos y textos de las diversas organizaciones, pero sería muy extenso hacerlo aquí.
 
Si partimos desde esta actitud de considerarnos que somos quienes “empujamos”, podremos seguir hablando, escribiendo, convocando, actuando,... desde nuestras respectivas organizaciones; pero seguiremos donde estamos, siendo uno más del variopinto panorama político y con un  futuro cada vez más débil. 
 
Para entendernos: Si cogemos un documento, como el que leía recientemente,  al que quito todo tipo de identificación, en el que pone literalmente “Llevamos años ya en un proceso continuado de movilización y ocupación de la calle contra la crisis...”, si lo lee alguien de fuera de España (los “milagros” de Internet, más bien lo negativo de internet), pensará: “esta gente, quien sea, está en la calle ¡qué bien!”; si lo lee uno de aquí diría: “¿quienes son estos?, no los puedo identificar”, ya que lo que veo es que los respectivos gobiernos, socialista y del partido popular (éste, ahora, en mayor profundidad), están acabando con todos los derechos conseguidos en años de lucha, con muchos sacrificios, represaliados, asesinados,... y hay una insuficiente respuesta para lo que está ocurriendo, aunque en los últimos días (meses) se esta recrudeciendo; pero no somos los anarquistas la parte visible principal de la respuesta, ni somos los motores principales de la movilización. No quiero decir que no se nos vea en absoluto.
 
Ya no digamos nada cuando vamos a una manifestación y se oye el slogan “obrero despedido patrón colgado”, cuando la realidad es que los despidos se suceden de forma cada vez más intensa y el patrón lo hace con total impunidad sin ningún temor a nada y a nadie, o cuando cantamos “A las barricadas” ¿dónde están?, o cuando se habla de la gimnasia revolucionaria,... No voy a seguir, también este apartado sería muy largo.
 
El rigor como valor  necesario de la izquierda.
Creo que es necesario el rigor y no autoengañarnos. 
 
En este momento, me siento obligado a decir algo sobre la Huelga General del pasado 29 de Marzo. De forma muy sucinta.
 
Esta Huelga se puede considerar un éxito por el nivel de paro alcanzado, y más aún por la muy numerosa participación en las manifestaciones celebradas. Una vez dicho esto, hay otras cuestiones que debemos analizar: convicciones, propuestas, decisión de hasta donde se está dispuesto a llegar,... tanto de las organizaciones convocantes como de quienes participaron, de los ciudadanos, del pueblo, sin la participación de los cuales no será posible cambiar nada. De momento, el resultado es que el Gobierno anuncia y aplica nuevos recortes sin descanso. Así ha sido con los presupuestos generales del estado presentados después de la huelga general; al día siguiente los posteriores recortes en la Educación y Sanidad; más los recortes que se siguen dando en las Comunidades,..... Recortes cuyo efecto es la cada vez mayor pérdida de renta de los ciudadanos, se siguen subiendo los precios en todo, el paro sigue aumentando,...
 
En dicho éxito, ha sido fundamental el llamamiento de todas las organizaciones. Aunque no haya sido un único llamamiento, ha habido una coincidencia para el llamamiento a la lucha en el mismo día. Si no, esta huelga general hubiese sido un casi fracaso como ya lo fue la anterior huelga convocada el 29 de Setiembre de 2010 (la huelga a Zapatero), no hablo de otras posteriores porque todavía tuvieron menos incidencia.
 
Ha habido en muchas ciudades una visibilidad importante de los bloques anarcosindicalistas, libertarios y antagónicos. Lo cual está siendo una constante, siempre que estos bloques se manifiestan en un contexto de llamamientos “unitarios” (en definitiva cuando convocan las grandes organizaciones sindicales) y llevan a una parte importante de la población a manifestarse (a estar en la calle), y no cuando las convocatorias se hacen al margen, de forma individual o los grupos anarcosindicalistas y libertarios solos,....., salvo excepciones, como fue en su momento el 15M, no ahora.
 
Por tanto, en todo esto, lo mismo que decía más arriba, el autoengaño, la euforia de un solo día,... no nos lleva a ningún lado y, es imprescindible, el rigor a la hora de analizar. Para entendernos, llevados por esta euforia, ante la masiva participación ciudadana en la Huelga y en las manifestaciones, cualquier organización puede hacer una declaración inmediata, exigiendo al gobierno la retirada de la reforma. Si esta exigencia la haces desde el 3% de representatividad, no creo que el Gobierno la tenga en consideración y, por otra parte, si se hace una exigencia que no se consigue, como es el caso, lo inmediato es poner al país patas arriba, para decirle a tu enemigo que eso es lo que hay si no la retira. Y cuando no pasa nada de todo esto, la credibilidad del exigente queda malparada, queda como anecdótica, queda como poco creíble lo que diga. 
 
Todos sabemos, quienes hemos estado en la lucha, que cuando se despide a alguien y el sindicato va a negociar su admisión, el diálogo es: admites o tú verás; y el “tú veras” es  la huelga hasta la admisión o la utilización de otros métodos de lucha que hagan reflexionar al patrón, el resto es... Y cuando se consigue el objetivo, es cuando los trabajadores creen en ti, ya que dicen y piensan: éstos, no hablan por hablar, hacen y consiguen (no creo que esté descubriendo nada, esto es elemental).
 
Así mismo, se ha iniciado una etapa represiva. Algunos la pueden considerar que es miedo por parte del poder. Otros podemos considerar que es propio de la derecha, y de cualquier estructura de poder con cuerpos policiales, etc,...., que están para reprimir entre otras tareas, pero insisto, es propio y natural de la derecha, porque el orden que ella establece o la ley que defiende prioritariamente al poder y los poderosos se debe mantener a cualquier precio. 
Señalar que las detenciones no solo van en una dirección sino que tocan a lo más diverso del arco político o simplemente a ciudadanos hartos y desesperados de las injusticias y desigualdades que reaccionan con lo que pueden. Parecía evidente que la criminalización de la CGT, especialmente la de Catalunya, terminaría con  detenciones, como así ha sido en el caso de la compañera Laura con acusaciones absurdas (el poder no necesita la verdad para acusar). 
 
Solo añadir que con la aceptación o integración en el sistema actual dominante, de la mayoría de la población, ésta había creído que lo de la represión era algo que solo concernía al terrorismo, y ahora se tendrá que volver a despertar y saber actuar en una nueva situación de represión. Como prueba, tenemos como en alguna organización  (no se si varias o la mayoría), desde hace muchos años, del reparto de su cuota había desaparecido la cantidad para pro-presos, es posible que en estos momentos, y futuros, se lo tenga que volver a plantear seriamente. 
 
 
 
Un segundo aspecto que debemos tener claro. La organización. (Una segunda fase).
Cuando digo organización, es eso, una organización, no una coordinadora de grupos diferentes. Debemos diferenciar entre organización y movimiento, a no ser que lo que llamemos coordinaciones, federaciones, tengan, una carta orgánica, unos estatutos, un programa como cualquier organización. Quiero decir, la CGT y CNT son Confederaciones, pero de sindicatos de CGT o CNT, que tienen unos estatutos, acuerdos, programa, proyecto alternativo, por los que se rigen  y aceptan todos por igual, al margen de que en cuestiones muy concretas, locales, de empresa,..... mantengan una autonomía que debe respetar el acuerdo general. O sea, al margen  de que se llamen Confederaciones son organizaciones.
 
Sin embargo, el movimiento libertario sería el conjunto de todos los grupos e individualidades anarquistas que aspiran a una sociedad sin estado, sin clases, autogestionada, igualitaria,... el cual puede tener unas normas mínimas de relacionamiento con la finalidad de actuar conjuntamente  en momentos  determinados. Teniendo claro la posibilidad de que, en este contexto, tampoco estaríamos todos juntos, aunque si la mayoría, ya que siempre existirán aquellos que están contra todo .
 
Es más, cuando hablamos de organización, tenemos que tener como mínimo: una idea en común de lo que queremos; qué instrumento y como va funcionar orgánicamente;  derechos y deberes; como vamos intervenir en la lucha, un programa, ....... 
 
Somos seres humanos en este mundo.
No podemos caer en el “buenismo” de todos juntos, todos somos anarquistas, somos una misma familia. Esto no es cierto. No podemos mezclar todo, si lo hiciésemos nos autoengañaríamos y volveríamos a fracasar. Existen proyectos diferentes, algunos, son como el aceite y el agua, nunca podrán estar juntos a pesar de pertenecer a una misma ideología política: la anarquista. 
 
Tenemos que ser conscientes que somos seres humanos con nuestros deseos, ilusiones, necesidades, amores, odios, anhelos, contradicciones,... sentimientos que la actual cultura de masas que nos invade, impuesta por el neoliberalismo, está modificando. En fin, el conjunto de pasiones que conforman nuestra particular forma de ser y actuar. El hecho de ser anarquistas no supone que seamos los mejores, diferentes, superiores,... serán nuestros hechos, nuestra actuación cotidiana individual y colectiva, la que determinará que somos,  y marque la diferencia, y lo que servirá de ejemplo para los demás. No serán las definiciones, ni será lo que digan aquellos que se creen pueden dar o quitar carnet de anarquista, serán los hechos los que determinen en un sentido u otro.
 
Por poner un ejemplo (relacionado con el buenismo y los deseos) que todos conocemos. Sabemos que el anarcosindicalismo español está dividido entre la CGT y CNT, esencialmente (sin menospreciar a nadie, por ejemplo Solidaridad Obrera). Para los anarquistas mayores (en su mayoría, no todos), su aspiración, ilusión y deseo es que el anarcosindicalismo esté unido (aunque nos peguemos); otros se sienten incómodos con la división al tener amigos en un lado y otro por lo que el deseo e ilusión es el mismo, llevarnos bien, ser una gran familia, etc,... también hay quienes se sienten incómodos con la sigla CGT, ya que la sigla histórica es CNT y sienten añoranza; otros, con un análisis más político piensan que estar juntos supondría multiplicar el potencial de lucha, lo cual puede tener parte de verdad. Todo ello, son buenas y legítimas intenciones y deseos, pero no podemos obviar la realidad. 
 
Sin entrar en un análisis en profundidad que podría ser interesante, siempre que se hiciese desde la buena voluntad y la necesidad de analizar y valorar para mejorar, rectificar errores y reconocer aciertos, pero no me parece el momento y el lugar. Haciendo un análisis simple, sencillo, Diciembre de 1979, durante el V Congreso de la CNT, hay un sector que entiende que es ineludible presentarse a las elecciones sindicales para no llevar al anarcosindicalismo a la marginalidad, y el otro sector considera que presentarse a las elecciones sindicales es traicionar las ideas anarcosindicalistas. Fue un planteamiento táctico en un primer momento que se ha convertido en estratégico. Había muchas más cosas, pero la escisión se produce por presentarse o no a las elecciones sindicales, en que ha derivado puede haber muchas matizaciones, algunas importantes, como la anteriormente aludida (lo de estratégico). 
 
Como todos sabemos, esta división que se inició en el mismo Congreso con el abandono de un número de delegaciones de cierta importancia, estuvo jalonada de cantidad de problemas (algunos muy graves, brutales, parte de la historia negra que tienen todos los movimientos, nosotros también) que ha creado muchos agravios, recelos, … y que hoy día está en un momento aparentemente más dulce, entre otras cosas porque muchos de los protagonistas de aquel momento no están, y otros ya se han hecho mayores  y más  “comprensivos”. Este proceso de acercamiento, de hablar, de acordar acciones comunes, unos lo ven con entusiasmo y otros son más escépticos. La CGT no va a dar marcha atrás, la CGT se va seguir presentado a las elecciones sindicales, con todo lo que ello comporta (habría mucho para analizar, positivo y negativo) y, no creo que la CNT decida presentarse a ellas. Mientras esta situación exista, jamás se dará la unidad. Es un ejemplo para ver que una cosa son los deseos, las buenas intenciones y otra es la realidad. 
 
Sin embargo, si se puede aspirar, pero hay mucho trabajo por delante, tanto colectivo como individual, superando sectarismos, dogmatismos,... y, sobre todo, respetándose escrupulosamente, tratándose de igual a igual, conseguir una coordinación en la lucha contra la patronal, el estado, el capitalismo, coordinando la acción en los lugares de trabajo y en la calle, consiguiendo visibilidad mostrando que existe una alternativa anarquista y libertaria al actual modelo de dominación. Esto sería parte de ese movimiento libertario amplio del que hablaba. Esta coordinación que ya se está dando, ha pasado por momentos buenos y menos buenos, parece que está de nuevo en un buen momento.
 
Hablemos algo de como fue, aquí, en España (sigo con la organización).
Es evidente que en España la CNT fue el eje central sobre el que el movimiento anarquista y libertario actuó. En torno a la CNT giraba todo, los más destacados (por conocidos) miembros de la FAI eran miembros de la CNT, así como, en general, los miembros de las otras organizaciones afines, salvo algunas excepciones. La CNT fue el caldo de cultivo, el marco, para el resto del movimiento libertario.
 
También es evidente que hoy día ninguna de las dos organizaciones anarcosindicalistas juega ese papel. Solo la CGT, por medios y número de afiliados podría ser el eje vertebrador, pero ni existe voluntad, ni perspectiva, ni acuerdo,.... y existen otros muchos problemas que van a más allá de los medios y el número, como es la calidad, la práctica, la militancia, la participación, la formación,... La CGT en este momento es incapaz de jugar ese papel, creo sinceramente que se le ha pasado el tiempo.
 
Hay más problemas, no solo los propios de cada organización. Actualmente el sindicalismo está en una situación muy difícil, está muy integrado en el sistema, se ha quedado mucho en un sindicalismo reivindicativo, está muy fragmentado y desestructurado al igual que la clase obrera como tal clase,... quizás después de esta crisis, de pérdida de derechos laborales, de pérdida de poder adquisitivo, adquiera otra importancia o una renovación y un nuevo impulso; no soy capaz de vaticinar nada más lejos, ya que tampoco es evidente que ocurra lo que planteo, debido al papel que juega la actual cultura de masas claramente integradora. Lo cual no quiere decir, en ningún momento, que no haya que trabajar en ese campo, está ahí y es un escenario de trabajo de gran importancia. Es cierto que el anarcosindicalismo no es meramente sindical, sino que actúa socialmente, pero también es cierto que por encima de la intervención social, muy por encima, predomina la intervención meramente sindical.
 
Por ello, creo que en la realidad de hoy es necesaria una organización anarquista que pueda ser el eje sobre el que se reconstruya el movimiento anarquista y libertario y su alternativa. Esto me parece la prioridad en estos momentos, sin dejar por ello, como es evidente, la lucha, ni la mayor coordinación posible del conjunto del movimiento libertario, todo debe ir al mismo tiempo de la mano. Tampoco esta opinión que tengo ahora es reciente, ya viene de lejos (casi desde el inicio en el que estoy en el movimiento), y en su momento intentamos lanzar un proyecto hace más de doce años que no dio resultado.
 
Que características debería tener la Organización.
Para dejar claro lo del agua y el aceite, desde mi punto de vista, tiene que ser un anarquismo organizado. Que crea en la organización, que crea que la misma es imprescindible para que las cosas funcionen, para que funcione la sociedad, ahora y en el futuro, basada en el libre acuerdo, en el federalismo, la autogestión,... con responsables, con coordinadores, todo lo contrario de la antiorganización, del espontaneísmo, del pequeño grupo que actúa en una realidad muy pequeña, del individualismo, de las células de fuego, ...
 
Que esté insertada socialmente, trabajando incrustada en la sociedad, con el pueblo, avanzando al mismo tiempo, construyendo con el mismo alternatividad y sociedad paralela, lo que llamaría poder popular (si alguien le chirría la palabra, acumulación de fuerzas frente al poder establecido o, utilizando terminología más moderna, empoderamiento del pueblo para conseguir su liberación)...
 
El poder y el asambleísmo.
No hay que hacer demagogia con el tema del poder. El poder atraviesa y está presente en todas las relaciones sociales. Se nos abre la boca en exceso hablando de la asamblea, de que todos somos iguales, nadie “manda”. No es cierto y podría poner miles de ejemplos de las más diversas organizaciones libertarias, y no libertarias, que incluso dicen han  superado la forma organizativa del anarquismo diciendo que son más horizontales. 
 
Organizaciones libertarias que se reclaman asamblearias (sin embargo, en sus asambleas, participa una parte muy reducida de sus miembros), a cuyos Congresos no es necesario asistir ya que está determinado lo que se va a aprobar.  Cualquiera que objetiva y serenamente quiera hacer un análisis, en el grupo más pequeño (en los grandes existen grupos de poder y lucha por el poder) y más asambleario, se dará cuenta que existe alguien que sobresale, que tiene más iniciativa, encanto, que, en definitiva, tiene la voz cantante y, la mayoría de veces, por no decir todas, se hace lo que dice y propone, que “domina”... Siendo conscientes de que esto pasa, que es la condición humana, tendremos que hacer un esfuerzo permanente, basados en la organización horizontal y, sobre todo, participando, para corregir en lo posible esta tendencia que es parte de la cotidianidad social.
 
Volvamos a la organización.
Una organización horizontal, asamblearia, federalista, con derechos y deberes, con rendimientos de cuentas de la responsabilidad asumida, rotatividad, renovación,.......que actúe en diferentes frentes, sindical, en los diferentes problemas sociales, en el político, teniendo muy claro que se actúa en conjunto, que no se parcializa, que se actúa en cada frente para intervenir conjuntamente con el resto de frentes. No se fragmenta el trabajo, ningún sector, frente de lucha, tiene mayor importancia que el otro, teniendo en cuenta que ante la globalización planetaria en la que el neoliberalismo domina el mundo, la acumulación de fuerzas es una necesidad. La fragmentación favorece a la globalización, al poder, al capitalismo financiero, por tanto, nuestra estrategia debe ser lo contrario. 
 
Sujeto revolucionario.
Teniendo en cuenta que el sujeto revolucionario está en el trabajador, en los pobres, en el ciudadano,... Estamos en una situación en la que el neoliberalismo (capital financiero planetario que ha convertido al mundo en una gran y única empresa donde hoy día los empresarios hablan de la empresa global). Por tanto, no perdamos excesivo tiempo en buscar sujetos revolucionarios que nos resuelvan el problema; el sujeto revolucionario se encuentra en todos los lados, salvo en quien explota, domina, somete a otro semejante.
 
Internacionalismo.
Una organización internacionalista, y me atrevería a plantear una organización global. Estamos en un mundo donde el cambio climático y la destrucción de la biodiversidad es uno de los principales peligros que amenazan a la humanidad, por lo que el cambio de producción impuesto por la globalización económica es imprescindible, debido a su carácter arrasador de la naturaleza y de creación de necesidades artificiales para su consumo; el crecimiento demográfico sigue  multiplicándose hasta cifras más que preocupantes, la mayoría de la población se acumula en las grandes ciudades, la tierra se abandona; el consumismo irracional, sin sentido, se extiende por todo el mundo, incluso en las capas pobres (se puede ser pobre y, teniendo una disponibilidad dineraria pequeña, ser consumista); la ideología consumista tiene un poder de integración en el sistema dominante tremendo, de tal manera que los ciudadanos están dispuestos a ceder derechos por capacidad de consumo, como ya pasa en determinados países, lo cual se plantea  como alternativa a la crisis; una humanidad en la que hay más de mil millones que pasan hambre y mueren por dicho motivo; tres mil millones de habitantes que viven en la pobreza; las desigualdades sociales son enormes y las diferencias entre ricos y pobres aumenta sin cesar, la acumulación de poder en menos manos se acelera; la deslocalización de empresas; la desregulación del mercado de trabajo; la desestructuración de la clase obrera; la dislocación social; desindustrialización del mundo occidental trasvasando una gran parte de dichas actividades a otros países donde los trabajadores sufren una explotación que roza el esclavismo, y muchas de las veces es esclavismo puro;  un mundo donde la violencia, las guerras, la fabricación de armas sigue sin cesar y forman parte del espectáculo que todos miramos sin mayor problema, donde el control del ciudadano cada vez más sutil, cada vez es mayor, donde los datos acumulados de nuestras costumbres en enormes ordenadores es espectacular, además en muchos casos con la colaboración de la propia ciudadanía; el tráfico de mujeres, de seres humanos, el tráfico de armas, el mundo de la droga, el tráfico de órganos para los ricos, extraídos de pobres que son secuestrados, asesinados,...  el turismo sexual con niños, niñas, ….  en fin, todo lo que realmente es el negocio delictivo que aporta grandes sumas de dinero  a los estados y al capital financiero que se alimenta de este dinero, lo lava, lo utiliza; en definitiva, un capital financiero criminal, consentido por los estados respectivos,... y consentido por la población, y más, y más,... 
 
Creer que contra esta globalización se puede actuar desde un sólo país, cambiarlo,... es  bastante, por no decir totalmente, ilusorio. 
 
La globalización, el neoliberalismo, actúa globalmente, utilizando tácticas diferentes para cada país, pero que conducen a lo mismo, donde su único objetivo es el beneficio por encima de todo, todo se mide en dinero sin ningún escrúpulo, acompañada de una cultura de masas impulsada por los medios de comunicación ubicuos, donde la moral, la ética, la decencia mínima no existe, todo se concreta en dinero y valores basados en estatus social, vacuidad, puerilidad, individualismo, antisolidaridad, egoísmo, diversión y fiesta programada y organizada, ... vergüenza y más vergüenza (que desgraciadamente se ha perdido en la actual sociedad, al menos en Occidente). En definitiva, un espectáculo totalmente macabro en pleno siglo XXI, en el que las universidades crecen, donde los descubrimientos científicos son espectaculares, ...
 
Programa.
Organización con un programa que sirva para actuar en lo cotidiano, ahora y aquí, teniendo presente lo planteado más arriba, siendo consciente que hay que sumar muchas voluntades que hoy día están (como todos lo estamos, unos en mayor medida que otros) integradas o son permisivas con el sistema dominante, con valores que potencia el sistema (individualismos, falta de solidaridad, consumismo,.....), una mayoría apolítica (especialmente en la juventud), preocupada por su bienestar, estatus social,... y pasárselo bien, pero debemos ser  conscientes de que es con ellos con quien tenemos que trabajar, con el pueblo.
 
Un programa que sirva de camino hacia el comunismo libertario o la anarquía,... como objetivo final, para lo cual habrá que ir consiguiendo los objetivos planteados para las diferentes etapas. Un programa que no solo puede plantear, de forma  simple, que cuando lleguemos al objetivo propuesto todo será la felicidad total, funcionaremos por comunas; donde la fraternidad, la alegría, la solidaridad serán “divinas”; no existirá el delito, ni el autoritarismo, ni el egoísmo,... (en definitiva un cuento que no tiene ninguna base real) . En ese momento (el de la sociedad anárquica, antes  y durante el proceso de lucha para llegar a la misma), habrá quienes estén en contra, habrá que hacer frente a la cantidad enorme de problemas sociales, los problemas de la educación, de la justicia, de la administración,... Dichos problemas, no se resolverán diciendo “abajo los muros de la cárceles”, o planteando que a los violadores, a los psicópatas,...... ya los educaremos, y ese tipo de problemas desaparecerá, y así sucesivamente, diciendo que en la sociedad futura todos seremos normales, iguales, felices, fraternales... Ello supone olvidar la condición humana, y ese deseo de hombre nuevo habrá que verlo; con lo que sabemos hasta ahora no veo ninguna base para garantizarlo, no deja de ser un sueño y un deseo. Es evidente que tendremos que tomar decisiones, y las tendremos que prever, perfilar, tal y como debatía recientemente con mi amigo Juan Carlos Mechoso. 
 
Como decía anteriormente, para llegar a la revolución, deberemos ir construyendo alternatividad, pero no será fácil, y más de una vez habrá que tomar decisiones que, quizás, no sean consecuentes  con el ideario teórico anarquista, ese ideario que, quizás, haya que ir modificando en su aplicación práctica.  Por tanto, lo que pretendo decir es que no resolvamos el problema de forma tan sencilla, con cuatro consignas o nuestros deseos, sueños,...  el trabajo, la tarea en perspectiva es mucho más complicada, además para llegar a ese estadio nos falta un largo, pero muy largo, camino por recorrer.
 
Acción directa y fin del apartado
Una organización que tenga en cuenta la acción directa. En este caso, lo mismo que en otros enunciados realizados con anterioridad, me produce sonrojo, leer textos, comunicados donde se habla de la acción directa, cuando la intermediación es constante, y en otros casos lo que se llama acción directa requiere un debate en profundidad, sobre todo lo relacionado con la violencia, la cual está presente en la sociedad, por tanto, que nadie se escandalice ni sea hipócrita.  
 
Éste sería el marco muy general, en el que deberíamos construir esta organización, sin olvidar que además debemos construir la coordinación del resto del movimiento libertario, e incluso movimientos más amplios, anticapitalistas, al menos, en la primera fase.
 
Tratar de concretar más en este escrito, no me parece adecuado, lo consideraría pretencioso, la concreción debe de ser producto del proceso de creación de dicha organización anarquista.
 
Algo sobre la historia y nuestros referentes.
Uno de los problemas del anarquismo ibérico,...  y no ibérico, ante nuestra incapacidad de intervención mayor, de ser una fuerza que determina, que decide en el devenir de la sociedad, nos resguardamos detrás de la histórica CNT, haciendo una lectura interesada, excesivamente mitificada, sólo teniendo en cuenta sus glorias, dejando al margen sus disputas que también las hubo como es natural en todo colectivo humano, olvidando períodos muy largos como fue todo el exilio español (así como la reconstrucción después de la muerte del dictador), muy poco edificantes. En el que, a pesar de la oficialidad de dicho exilio, hubo hombres y mujeres que siguieron su lucha contra el nazismo de forma ejemplar, y otros continuaron la lucha contra el franquismo.
 
No podemos estar anclados en nuestra historia, y remarco nuestra, ya que tiene esa cualidad que, al ser tan nuestra, somos incapaces de hacer una lectura crítica. 
 
Una sociedad diferente, la era de la comunicación y el desarrollo tecnológico.
Estamos aquí y ahora, estamos en una sociedad diferente en la que el neoliberalismo ha podido poner su plan en marcha y convertirse en quien domina el mundo de forma brutal  y amable al mismo tiempo. Por tanto, no olvidemos la historia, ni la nuestra, ni lo pasado durante el siglo XX, siempre que seamos capaces de hacerlo de forma crítica, ya que nos servirá de enseñanza, y no solo eso, nos servirá para tener en cuenta que lo está pasando ahora se generó en el pasado siglo XX. 
 
Las bases del neoliberalismo están asentadas ahí, la llegada del nazismo y la segunda guerra mundial tiene su base ahí, y estamos asistiendo a una subida de organizaciones de extrema derecha o nueva derecha (habría que entrar en matizaciones) cada vez con mayor fuerza que están siendo recibidas por los ciudadanos con total normalidad. 
 
Cuando digo una sociedad diferente, me refiero a que los tiempos pasados no son iguales a los actuales. La sociedad está cambiando de forma rápida, en la duda de hacia donde va. Ha cambiado y cambia la forma de relacionarse, de pensar, de leer, de producir, de sentir, de percibir nuestro futuro...... Nuestros padres no lo conocieron, ni lo podían imaginar. Tenemos internet, la red global, “autopistas de la información” que nos conectan al instante, “en tiempo real” a nivel planetario, sirviéndonos de prácticos teléfonos móviles de bolsillo o los iPods,... a nuestro alcance día y noche en cualquier parte del mundo en que nos encontremos.
 
La menor información que sufrieron nuestros padres, nos ha trasladado a una riada de información que amenaza con ahogarnos, donde es verdaderamente complicado separar la verdad, la realidad, de mentiras, apariencias, basura y escoria.
 
Una avalancha de información y medios técnicos que nos tienen en todo momento conectados y nos impiden estar solos, con uno mismo, con nuestros pensamientos, sueños, preocupaciones y esperanzas. Si estamos “siempre conectados” puede ser que nunca estemos verdaderamente solos, pero es posible que seamos incapaces de imaginar mundos diferentes al de los propios, es poco probable que nos comuniquemos con la gente del entorno inmediato, si con un clic podemos tener cien, doscientos, quinientos,... amigos en Facebook.
 
Estamos en la era de la comunicación, debemos tener en cuenta y analizar el poder transformador de las nuevas tecnologías de la comunicación, sin olvidar, que los avances tecnológicos a menudo marcan puntos de inflexión en la historia.
 
Son las nuevas tecnologías las que rigen la producción y el consumo, las que guían el comportamiento de la gente y conforman las percepciones. Nuestra experiencia directa del mundo real se empieza a ver mediatizada por los ordenadores electrónicos. Estamos evolucionando  de ser cultivadores de conocimiento general a cazadores recolectores en un bosque de datos electrónicos.
 
Esto no son nada más que unas pinceladas, y en ningún caso digo que hay  que cerrar internet o destrozar todas las nuevas tecnologías, si pretendo decir que tenemos que analizar donde nos están llevando, como nos condicionan, como nos modelan.
 
Volvemos a la historia.
Por ello, dejemos de una vez de utilizar la gloria de la CNT de los años 30 para justificar nuestras deficiencias y para responder ante cualquier problema que se nos plantea. En los años 30 no existía nada de esto. Construyamos, nosotros ahora y aquí, en la sociedad actual, con el ciudadano actual, sin olvidar la historia en su conjunto, analizándola con objetividad, construyamos nuestro propio discurso en la práctica social y cotidiana.
 
La mitificación.
Otra actitud en la que tenemos que mejorar es en la desmitificación de nuestra propia historia, en la desmitificación de algunos de sus hombres y mujeres (esencialmente hombres); dependiendo de los gustos, para unos será Durruti, para otros será Quico Sabaté, para otros Peiró, para otros Federica Montseny,... hay donde elegir. En definitiva, caemos en lo que criticamos, y terminamos haciendo como los demás. Y, dentro del movimiento libertario, hemos tenido mitificaciones (incluso recientes) que dan vergüenza, que han sido una oda de culto al líder, y a nadie o casi nadie ha molestado, lo cual es muy preocupante y significativo. 
 
La gran obra del movimiento libertario español ha sido posible por el esfuerzo, el compromiso, el sacrificio del conjunto de sus miembros, de sus seguidores, de quienes se sentían identificados con el movimiento y se comprometieron con el mismo o estaban allí, y fueron capaces de luchar en muchos casos hasta dar su vida. Nosotros no podemos dar mayor valor a la muerte de Durruti,... que a la de cualquier militante, amigo, simpatizante o víctima “colateral” que dio la vida por la causa anarquista y por la libertad. Es indudable que en todo el movimiento ha habido hombres y mujeres con una actitud, entrega admirable;, hombres y mujeres que han tenido un mayor protagonismo por mucho que insistamos que todos somos iguales, pero esto no nos debe llevar a la mitificación, a tener nuestros “santos” que tenemos que emular o sólo con pronunciar su nombre, se solucionan todas las dudas y problemas.
 
Seguimos con mitificaciones, referentes ideológicos y actual sociedad.
Nos pasa lo mismo con nuestros referentes ideológicos, a unos les parece que Bakunin tiene la solución a todo y su aportación lo explica todo, otros piensan que Malatesta, la mayoría olvidan a Berneri (en los próximos meses se publicará un libro sobre el mismo, que revisa su extensa producción teórica y práctica y, tendremos ocasión de conocerla, estudiarla, analizarla), posiblemente el más actual. Unos son sintetistas (IFA), otros especifístas (anarquismo latinoamericano, incluso dentro del mismo, los hay que se consideran especifístas-plataformistas), y otros son plataformistas, aunque a ellos no les guste que los llamen así,... (sin olvidar a los individualistas contrarios a cualquier tipo de organización, insurrecionalistas partidarios de una organización informal, por lo que no entrarían en esta propuesta), y todos, o casi todos, somos capaces de enredarnos en debates teóricos interminables, para consumo interno, ya que a nadie o casi nadie del exterior le interesa, ni entiende. Además, están los recelos, desconfianzas, descalificaciones; convencidos, los unos y los otros, que cada cual tiene la única y verdadera razón, y ésta es la fundamental para hacer la revolución.
 
Estamos en un mundo, ya señalado más arriba, donde se están dando transformaciones importantes, estamos en pleno desarrollo de la comunicación, tenemos encima una crisis demográfica y ecológica, un desarrollo científico inimaginable, la revolución de materiales, con la nanotecnología,... la revolución informática y la inteligencia artificial,... En los próximos 20 años va a haber una evolución mucho mayor que en los últimos 100 años pasados. Todo esto interviene en la sociedad, en la relaciones sociales, en las relaciones de producción, en la relación personal, conforman un ser humano y ciudadano diferente, con otros hábitos,... Nada de esto vivieron nuestros precursores, nada de esto puede estar en sus análisis, porque no lo han conocido, no lo han vivido. Hablar hoy día de futuro es algo muy incierto.
 
La formación.
En este momento engarzo con la formación, indudablemente fundamental. El conocimiento, un amplio bagaje cultural, debe ser una de las aspiraciones y tareas principales de un militante anarquista. Este conocimiento nos va dar herramientas para entender la realidad actual, la sociedad de este momento y actuar. Pero el conocimiento no puede ser parcial, debe ser general. No podemos centrar nuestras lecturas y estudio en una sola dirección o en unos autores concretos considerados como anarquistas o próximos al mismo; hay intelectuales, gentes dedicadas al estudio y a la investigación, sociólogos, filósofos, lingüistas,... que no se definen como anarquistas, que analizan y  hacen aportaciones sobre los diferentes problemas sociales, sobre el ser humano, sobre la sociedad actual y sus instrumentos de dominación, ofreciéndonos elementos y herramientas para que nuestro criterio sea lo más amplio posible y no solo en una dirección.
 
Pero, es más, debemos tener en cuenta que la formación no solo está en los libros y en el estudio, también está en la observación, en el trato con los demás, en la convivencia, en la construcción de proyectos colectivos. Si la formación la basamos en tener una cantidad de conocimientos para deslumbrar, para tener razón, para ser el más listo, para epatarse uno mismo, sólo nos puede llevar a una eterna discusión y debate totalmente estéril. De la misma forma, aquellos que en el conocimiento buscan las recetas para resolverlo todo, se equivocan, y les llevará a quedarse atascados en su verdad y en sus libros.
 
Por ello, si ese conocimiento no se contrasta con la realidad, con el trabajo político con los demás, si no sirve para ir avanzando, para ir comprometiendo a cada vez mayor número de militantes políticos, si no sirve para construir alternatividad... en fin, si ese conocimiento no va acompañado con el trabajo cotidiano con los demás, tiene un valor relativo, y se convierte en marginal, exquisito, puede quedar muy brillante pero es todo. 
 
¿Cuántos proyectos bien pensados, argumentados, organizados después del estudio somero y el debate,... han fracasado cuando todo estaba preparado para que caminase correctamente?, porque, al final, quien decide es el componente colectivo y el individual, los hombres y mujeres que conforman el grupo que está llevando a cabo el plan, con sus pasiones incluidas, y en un momento determinado, en el más inesperado, se va todo abajo; por ello, hay que estar corrigiendo en la práctica todo el proceso, en todo momento. ¡¡No hay recetas!!
 
Por ello, la necesidad de ir junto al y con el pueblo  es inevitable,  en ese andar juntos habrá que hacer muchos ajustes que no estaban previstos en la teoría, ni en los libros.
 
La responsabilidad de cada anarquista.
Para terminar con este apartado, cuando leo que si Bakunin dijo tal cosa y de ello se hace dogma de fe; cuando digo Bakunin, digo cualquier otro u otra; que unos son sintetistas, especifístas y otros plataformistas o comunistas libertarios o anarco-comunistas,... y este hecho provoca debates interminables y produce desconfianza entre semejantes y por tanto se cortan posibilidades de acumular fuerzas y construir proyectos colectivos, por todo lo dicho más arriba, en la descripción del mundo donde vivimos, de las tremendas injusticias, me parece como poco, una actitud egoísta e irresponsable. Por ello, al principio del texto, en el segundo párrafo, digo que “no solo es necesario, es responsabilidad”, nuestra de los anarquistas construir esa organización dejando de lado sectarismos, etcétera. Subrayo lo de egoísta e irresponsable. 
 
Lo lógico, lo inteligente es tener una mente abierta y tomar de cada uno de ellos lo que nos parezca adecuado, tanto de Bakunin, Malatesta, Berneri, Castoriadis, Foucault o cualquier otro, sin hacer de cada uno de ellos, el “libro rojo de Mao” (por decir uno), en definitiva el catecismo. En la situación que estamos, y como diría mi amigo Lucio “tenemos todo y todo está por hacer”, no tiene ninguna justificación que todas estas diferencias nos impidan acumular fuerzas antagonistas, construir,... cuando hay un largo, muy largo camino para recorrer antes de entrar en los detalles, en las matizaciones de los unos y los otros, si es que alguna vez, tenemos la ocasión de entrar en los mismos (en esos detalles), porque nuestra nueva sociedad a la que aspiramos se ha convertido en una realidad  que lo requiera.
 
Voy terminando... recopilo. Ultimas apreciaciones.
Teniendo en cuenta lo del aceite y el agua, que no todo vale, ni todo es igual, sin caer en el buenismo, es necesario tener claro que lo que queremos construir tenga una base sólida, buenos cimientos, que no solo sean deseos,... Para ello, tenemos diferentes posibilidades. Una, convocamos un encuentro en el que puedan participar todo el mundo perteneciente al campo libertario, que incluso podemos organizarlo con diferentes actividades, fiestas, algo lúdico y no solo terribles y aburridos debates,... no creo que sirva para gran cosa que no sea relacionarse y pasárselo mejor o peor. No creo que sea este el camino. Ya han existido convocatorias, más o menos abiertas, en las que se ha convocado al movimiento libertario en general, y han terminado en nada, han terminado reprochándose los unos a los otros lo que defienden o hacen, por supuesto desde la subjetividad de cada cual, por no decir más cosas. La otra forma sería la que apunto en los siguientes apartados:
 
- Hay que ir por etapas o por prioridades. No podemos plantearnos declarar el comunismo libertario mañana, si no hay prácticamente nadie dispuesto a llevarlo a la práctica. Lo podemos hacer, pero sin ninguna transcendencia, como quien come y bebe, pero nada más.
 
 
- Hacer un diagnostico de la sociedad y de nuestra capacidad de intervención. Si existen coincidencias en: somos pocos, estamos fragmentados, hay sectarismos, demagogia, dogmatismos,... a superar, necesitamos escucharnos, estamos asistiendo a una transformación social muy profunda que acaba con los ideales, que está modificando nuestra manera de ser y comportarnos, que está cambiando nuestros valores,.. (todo lo explicado más arriba) podríamos pasar a otro paso.
 
 
- En el nuevo paso, nos plantearíamos la necesidad de un instrumento, la organización. Que sus componentes crean en la organización y la inserción social, que los cambios sociales vendrán junto con el pueblo, para lo que habrá que trabajar insertado en el mismo. Organizado por barrios, localidades, provincias, regiones......., actuando en frentes de lucha con la voluntad de unificar las diferentes luchas en una misma.
 
 
- Debemos ser conscientes que esta construcción va suponer mucho trabajo, mucha dedicación. Que son necesarios militantes que sean anarquistas por su actuación cotidiana y no por definición, con capacidad de escuchar, que sepan respetar a los demás y a otras opciones. Anarquistas que actúen consecuentemente  con su discurso, alejados lo más posible de prácticas impuestas (o de moda) por el  actual sistema de dominación (esto también existe en el anarquismo ibérico,.......) Que exigirá sacrificios, renuncias, riesgos, solidaridad y una aportación personal y económica importante, lo contrario de lo que nos ofrece el sistema y nos tiene engatusado.
- Quisiera insistir en lo de los militantes, no por crítica a nadie, ni por plantear estos valen o no valen, pero si, por dejar las cosas claras y saber con lo que tenemos que contar. Posiblemente, todos o casi todos (siempre habrá excepciones) tenemos un nivel de integración en el sistema en mayor o menor grado, aparte de sectarismos, dogmatismos,... colectivos, están los personales, también en  mayor o menor grado a los militantes se les identifican con tal línea o la otra o si estuvo e hizo, entonces las confluencias se dan si hay coincidencias (equivalente a uniformidad), y sino es el rechazo, la desconfianza.  Existen actitudes machistas, no en el discurso pero si en la práctica. El poder siempre está presente, y si no hay una importante participación se cae en el ejecutivismo, y esto existe también entre nosotros. Se defiende y se lucha por lo púbico, pero se tienen planes de pensiones privados,... incluso quienes llevan a sus hijos a la enseñanza privada. Sabemos, y en todos nuestros escritos lo decimos, que el mayor responsable de lo que pasa en el mundo es el capital financiero, lo que no nos impide tener el dinero en los fondos (que no controlamos y que son parte importante de la especulación,...), tenemos dineros a plazo fijo, entrando en la propia dinámica especulativa (en este caso, incluso estructuras organizativas, estoy hablando del campo libertario).  Los que no solo tienen una vivienda, sino la segunda, los que tienen no solo un coche, sino dos o... a pesar de que sean defensores del decrecimiento. Los que del viajar como diversión han hecho un derecho irrenunciable y se van a esos viajes organizados que se anuncian en la empresas de turismo sea Egipto o sea Kenia o sea en un crucero tan de moda. Aquellos que aunque no dispongan de mucho, siempre dentro de sus posibilidades, están  con el último grito en la moda, sea el último ordenador, el último teléfono móvil, los iPods, ipads o cualquier otra cosa. Aquellos que de la fiesta y la diversión para ponerse “hasta el culo” de todo, sea alcohol u otras drogas, han hecho una norma. Los que en su actuación militante utilizan el marketing para “vender” su organización y propuestas, o utilizan los mismos criterios de gestión de los ejecutivos agresivos tan “eficientes”,... que buscan soluciones inmediatas. Otros que “facilitan”, imagino de forma inconsciente, la labor a los cuerpos represivos con sus perfiles Facebook, y otros, en los que incluyen a sus amigos. Un largo etcétera, en definitiva mucha modernidad y postmodernidad, en exceso. Mucha contradicción contra la que debemos luchar. Pero, insisto, esto es lo que hay, y con esto tendremos que construir, sin ocultarlo, y poniéndolo sobre la mesa como algo que se debe  transformar, lo cual será una de las tareas fundamentales en la construcción de dicha organización. Si queremos construir un mundo nuevo tendrá que ser con valores opuestos, en la práctica, a los vigentes.
 
- Si esto está claro, el resto no debe ser complicado, sobre esta base se debería hacer una convocatoria para construir dicha organización, no otra cosa. Esto quiere decir que el debate se debería centrar en hacer un análisis de coyuntura y de nuestra propia realidad, la del anarquismo, un organigrama de funcionamiento, un programa, unos objetivos a corto, medio y largo plazo,... construyendo un discurso propio con la aportaciones diversas de unos y otros. Una organización que no crea en el parlamentarismo como medio para llegar a sus fines, pero que respeta que pueda haber otras opciones que así lo consideren; solo la práctica y la intervención cotidiana determinará las razones de unos y otros.
 
 
- El paso siguiente sería impulsar ese movimiento libertario, coordinado, más amplio. Sin organización anarquista fuerte no habrá movimiento libertario fuerte. Dicha organización (como en su momento lo fue la CNT) debería ser columna vertebral de un movimiento más amplio que lucha por una sociedad diferente con valores totalmente opuestos a los actuales. Sin olvidar otra tarea que debe ir paralela, la de la acumulación de fuerzas antagonistas necesarias con capacidad de transformar la realidad, para avanzar hacia la revolución, organizando un frente de lucha o similar.
 
 
FINAL.
Si hay militantes y grupos identificados en general con este planteamiento, lo lógico sería que se comuniquen y convoquen. Por lo que puedo observar (y algunos que conozco), me parece que existen gentes con sentido común por lo que escriben, por tanto, algo debe de haber. 
 
Algunos podrían pensar que si quien escribe lo tiene tan claro, porque no lanza la iniciativa, la coordina,.......Mi respuesta es: puedo acompañar, pero por coherencia con lo escrito, después de muchos años, decenas de ellos, con responsabilidades diferentes en el movimiento, no creo que sea la persona adecuada. Hace falta nuevas gentes, que no hayan tenido un recorrido tan largo, ni tantas responsabilidades. 
 
Por norma general soy muy respetuoso con nuestros mayores, y dichoso de su aportación, pero hay que dejar a los otros, más jóvenes, que sean quienes den el impulso, quienes construyan teniéndonos en cuenta si así lo consideran. Las organizaciones anarquistas, aquí en Occidente, son organizaciones de mayores o mayorcitos, no tiene ningún sentido.
 
En Hernani, a 26 de Abril de 2012, José María Olaizola. 

Comentarios

Es una propuesta muy trabajada y te felicito (aunque sea un poco ladrillo). Reconozco que no leí todo el texo, sino que hice una primera lectura más superficial y me gustaría decir algunas cosas:

 

Estoy de acuerdo en la necesidad de la organización y de aceptar unas propuestas mínimas de trabajo, objetivos, etc

Veo urgente ponerse manos a la obra. La coyuntura empieza a ser más que preocupante y exige un levantamiento general. Los anarquistas tenemos que implicarnos en esta lucha como lo hicimos antaño.

Veo algunas objeciones insalvables a la propuesta olaizoliana: Realmente la diferencia CGT y CNT es la de la participación en el sistema (al acceder a la representación y renunciar a la acción directa). Dices que eso no es un obstáculo dado que se limita al campo sindical exclusivamente. Sin embargo, defender la participación sindical me lleva a pensar que sus defensores sostendrán(por lógica) esos planteamientos en la esfera de lo político y la lucha social aplicando los mismos argumentos que les llevaron a aceptar las elecciones sindicales. Y eso ya es un impedimento de peso, pues es un fundamento, la esencia del anarquismo: su antipoliticismo y su antiparlamentarismo. Ya tenemos como ejemplo la propia historia de la CNT y la FAi que se traicionó a sí misma en 1937 al entrar en el gobierno y aceptar el sistema (fue su autodestrucción) y abandonar el espíritu del 19 de julio y de las jornadas de mayo (el camino revolucionario que llevaba defendiendo 70 años). ¿Están dispuestos los cegetistas a renunciar en el campo social y político a participar en el sistema? Porque, vale más seguir como estamos que, en aras de nuestra capacidad de influir socialmente sumemos renuncias a renuncias de nuestros principios para acabar siendo otra Izquierda Abierta, Equo o Partido Libertario. Si hay ese compromiso esencial, lo demás será fácil, porque ganas de luchar haylas y las estrategias a seguir pueden debatirse. Hoy somos más y creo que más razonables y tolerantes.

Por tanto, en ese programa y en esas normas de funcionamiento debería dejarse bien claro que se luchará contra el sistema y no desde el sistema. A partir de ahí ¡vamos hasta donde lleguemos!

 

Salud

 

 Fernando Romero 

Oviedo

 

 

Imagen de zaura

Soy una de esas jovenes (bueno no tanto, acabo de cumplir 30 tacos) delas que usted habla en esta genial reflexión. No he vivido ni la escisión de la CNT a la CGT, ni conozco al dedillo sus diferencias, a pesar de que milito desde no hace mucho en la CNT. No tengo ningún problema con la CGT es más, creo en las iniciativas de unión que están llevando dichas confederaciones como un paso necesario para la acción. No me considero ni anarcoprimivista, ni individualista, ni tengo toda la colección de Malatesta, ni tengo en un pedestal ni a Durruti ni a la Montseny. Sufro sin embargo de otro tipo de contradicciones más de mi edad, supongo, como tener una cuenta de facebook y un maldito blackberry (aunque sea regalao). Tengo dificultades para dormir porque estoy en paro y me devano los sesos, aunque no son horas, a ver cómo coño hago pa salir de tanta precariedad....

Siempre he participado, militado, como quieras llamarlo, en organizaciones o colectivos anarquistas, de pueblos, de barrios, o de ciudades. No hemos cambiado mucho a nuestro alrededor, pero sí hemos llegado a gente con nuestro hacer. Con las charlas, los debates, los cine forum, el autoapoyo, los grupos de afinidad, compartir nuestras miserias, nuestras pasiones, nuestras diferencias....Por eso no entiendo cuándo "achaca" o critica el hecho de que algunos colectivos actuén de manera local o aislada. Acaso no es en la transformación de nuestra realidad más directa, como podemos contribur a un cambio más global??

Esa ha sido una duda que me ha surgido con su lectura, También el hecho de que puede parecer (y no digo que sea su intención) que plantea como una alternativa más eficaz el trabajo de la CGT por tener más afiliados ...Repito, no digo que usted diga eso en su texto, pero puede parecerlo sobre todo en parte de los primeros párrafos.

Por último, y después de esta tabarra me piro a dormir, yo creo que ha faltado algo esencial en todo loq eu usted ha dicho. El hecho de que para aceptar la condición humana, esa que usted describe tan bien cuando habla de cómo los egos (en el sentido de "personalidad") actúan en el hacer de una asamblea o de la misma organización, para concocer, comprender y cambiar esa condición humana, nos falta a lxs anarquistas concernos un poco más, mirarnos hacía dentro, un autoconocimiento que nos permita y nos faciltite la AUTOCRITICA. Ahora que lo pienso, sí que ha tratado usted este tema. Asi que chapeau!!

salud!!

 

He leído el texto de Olaizola, y con todos mis respetos, creo que en parte cae en los errores que el propio texto dice querer evitar.

Empezando por el final. El autor, que ha sido un destacado militante de la CGT, dice no querer ser el iniciador de este camino hacia la unidad de los anarquistas, precisamente por el papel por él jugado durnte muchos años. Para mí ese no es incoveniente ninguno, ya que si aspiramos a la confluencia y al debate, cada uno ha de hacerlo desde su realidad presente y desde su pasado. No se trata por tanto ni de arrepentimientos ni de ocultismos. Somos lo que somos e hicimos lo que hicimos. Busquemos pues, aquellas cosas que nos unen. Miremos para las generaciones venideras.

Digo esto, de entrada, porque hubiese sido mejor, haber lanzado este debate o bien de forma más anónima, o bien como un grupo, colectivo o lo que se quiera, para evitar ya de entrada recelos o rechazos de personas o sectores del anarquismo organizado.

Por otro lado, digo desde ya, que soy partidario de todos aquellos pasos y propuestas que vayan en la dirección del entendimiento entre los libertarios. El comentario que aquí dejo, pecará de graves errores de redacción ya que lo hago escribiendo directamente las ideas que me vienen a la cabeza, y por tanto no será ni tan detallado ni minucioso como el del compañero autor del escrito.

Considero un error por otra parte, confundir la necesidad de unidad de los anarquistas con los procesos de confluencia puntual de las organizaciones anarcosindicalistas, confluencia de la que también soy un firme defensor. El problema está que al entrar en esta cuestión, al autor le pierde su natural y subjetivo "cariño" hacia la Organización de la que forma parte. Esto hace que el texto de por sentado cosas, que no contribuyen en nada por otro lado, al encuentro de estas Organizaciones  Sindicales. Lo digo porque afirmar que la CGT es hoy por hoy la más númerosa y bien implantada organización libertaria en el estado español, es además de dudoso, poco elegante a la hora del entendimiento. Que la CGT es la organización con mayor número de adherentes nadie lo discute. En cuanto a militancia, implantación geográfica y otras cosas, permiteme que lo ponga en cuestión. 

Para no entrar en estériles disputas, habrá que clarificar que si hablamos de unión futura de los libertarios, es o tiene que ser de los libertarios, y por tanto nada tiene que ver esto con la afiliación a un sindicato, en donde por otra parte, un no pequeño porcentaje de la misma no es ni se reclama de esta tradición. Y no crítico esto para nada, simplemente, y honor a la verdad, debe reconocerse.

Dejemos por tanto, el debate CGT- CNT, CNT-CGT, porque en esto te doy toda la razón, no parece que ni una ni otra vayan a cambiar su estrategia sindical de Comités, Elecciones y Subvenciones. Esto como lo hemos visto en las ultimas convocatorias conjuntas, no debe ni puede ser óbice para que estemos juntos donde hay que estar, en la calle, en la lucha, y con los trabajadores.

Ya puestos a tirar para casa, y en esto soy totalmente subjetivo, veo más un movimiento de las bases de la CGT hacia los postulados de la CNT que viceversa, pero dejemos que el tiempo nos dé o nos quite la razón.

Los anarquistas, los libetarios, seamos o no militantes de los anarcosindicatos, precisamos de una Organización común. La necesitamos de forma urgente además. Si esta Organización ha de ser formal, una red, una coordinadora o que se yo que inventos somos capaces de montar, tendrá que decirlo la propia dinámica, el propio movimiento.

Decidirse a discutir sobre ello, ya es en sí mismo un gran avance. No se trata ni de voluntarismo ni de buenrollismo, pero sin voluntad ni fraternidad, estaremos avíados. Así que ambas tendrán que estar presentes amén do otras muchas cosas que seguro que tanto tu como todos los compañeros y compañeras que participen, nos aportarán. Necesitamos gente nueva, y necesitamos gente con nuestras experiencias. En realidad nos necesitamos todos a todos, y es por eso que lanzamos estos llamamientos al entendimiento.

Gracias por tu aportación, Olaizola. Un saludo Libertario.

Hoy, lunes 28 de mayo de 2012, por la mañana, Manolo Gallego, Rafael Cid y Jose Mari Olaizola, debatirán sobre "anarquismo y organización" en Ràdio Klara Lliure i Llibertària de València. Con el artículo comentado de Jose Mari Olaizola como fondo de la cuestión.

Para escuchar Ràdio Klara en directo: http://www.radioklara.org/emision.m3u

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