Soledad y ansiedad

Sin noticias de Julián, me decido, tomo el autobús, y tras caminar los dieciocho kilómetros que hay desde la salida del pueblo hasta su choza, allí está, disfrutando del sol del atardecer, cociendo unas acelgas. El campo es su hogar, el agua es su bebida, el crepúsculo es su inspiración, las acelgas la cena. Nos saludamos.

En la candela asamos unas setas, y las comemos lentamente  junto con las acelgas. Sin prisa. Cae la noche y nos refugiamos en el exiguo techado de la choza centenaria. No hablamos. Dormimos del tirón, solo nos levantamos a mear siete veces. Por la mañana desayunamos: pan que he llevado, agua, borrajas suculentas (por lo grueso de la hoja). Y tras los diversos prolegómenos de la vida tranquila, vamos poniendo tejas árabes, que tendrán unos quinientos años de antiguedad, restos de otras chozas más viejas, sobre el tejado de la actual infravivienda. Y se lo pregunto: ¿Qué tal? Me responde: mal. Que esto, que lo otro, que tiene ansiedad. ¿Ansiedad? ¿Aquí? Pues el tío está nervioso. Por lo visto lo que más le joroba es padecer una rutina en la que un día es exactamente igual al anterior, y eso le pone histérico. Sabe que no tiene ningún motivo. Está distraído todo el día, dedicado a eslomarse trabajando, o a tumbarse ocioso, o a quitarse alguna garrapata. Problema: siempre es lo mismo.

Comenzamos a hablar de las posibilidades que traería una mujer. No es nada sencillo. Julián, no desea compromisos. Si le visitan, las señoras no persisten, ya que la dama estará más distraída viviendo con algún lobo. Pasamos revista a todas las solteras y casadas de la comarca, de entre quince y setenta años: ninguna le cuadra. Y él dale que te pego con el tema de la soledad, si es bueno, si es malo... Estamos sentados en la era, sobre un par de piedras. Y va el tío, toma aire, y me dice ¡que echa de menos las reuniones del sindicato!, ¡las asambleas!, ¡hablar de anarquismo con la gente!... Pienso: se está volviendo majara. Y eso que intenta expandirse. Dice que montó un concierto punk con las tres punkis del pueblo y que sólo fueron diez picoletos, que aquí nadie aguanta más de una semana y él lleva treinta años de cincuenta, no, las punkis tampoco le cuadran... Estamos enfrascadísimos en la conversación, con las narices pegadas, hablando bajo.

En esto que escuchamos un helicóptero. Nos callamos. Se acerca. Lo miramos. Aterriza en la era montando la de dios. Se bajan unos tíos raros, gafas negras, cazadoras... Nos hablan en un idioma incomprensible. El piloto nos explica que los señoritos son productores cinematográficos palestinos, que buscan localizaciones para una película. Estamos silenciosos mientras filman la choza, los campos, olisquean la sartén y lo tocan todo... Uno coge el botijo, bebe agua y por poco se ahoga. Grandes exclamaciones sobre lo curioso del búcaro. Todo parece que les parece pintoresco. Como a la media hora ruidos atronadores, se dejan caer tres picoletos en moto de trial. Que esto, que lo otro, que lo de más allá, que nosotros no sabemos nada, que el Gran Pájaro Molino ha aterrizado con el Hombre Blanco a cuestas y que no nos concierne el tema. El jefe de los del cine, que habla con los civiles (por lo visto en inglés); los otros que no se enteran y que dicen no sé qué de los permisos; el productor que se viene hasta nosotros contrariado, nos da la mano, nos saca unas fotos, y nos da a cada uno, un billete amarillo de cincuenta euros. Luego despega el helicóptero, se van los jundos sin despedirse, y nosotros nos miramos.

Le digo: ¿No ves joder? ¿No ves que no estás solo?

La mies es mucha, los obreros pocos. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.

 

-----------------------------------

 

NOTA: Julián me ha rogado encarecidamente que no diga a nadie donde vive. Que después de la experiencia quiere estar solo.

Acrato en Face

Comentarios

Imagen de Daniel Tordable

Yo vivo solo y actuo solo.
Debido a mis enfermedades me he quedado doblemente solo.
Debido a que quizás sea anarquista me he quedado solo.

Acabo de declarar a mi corresponsal por carta, Jorge, mejor amigo por ausencia de amigos y demás.

Llevo una vida solitaria y eso va conmigo...

De parte de un cachondo mental (quizás trastornado esquizotípico), todo es de todos y nada es de nadie.

Aviso Legal  |  Política de Privacidad  |  Contacto  |  Licencias de Programas  |  Ayuda  |  Soporte Económico  |  Nodo50.org