El último golpe a La Realidad

Alb Noticias

Ahora se habla mucho de la especulación y de la corrupción urbanística que nos inunda. Antes quizás sólo los movimientos sociales minoritarios -como los okupas o los ecologistas- se atrevían a denunciarla. En los medios de comunicación más convencionales primaba una férrea ley del silencio, sólo rota por las luchas de poder entre los grandes partidos. Al fin y al cabo el negocio era el negocio, y el urbanismo desmedido era una fuente de ingresos básica en la economía del país.

Si nos íbamos a las provincias, la cosa era peor. Ni tan siquiera existía esa disidencia que surge en las capitales. En tierra de caciques nadie se atreve a hablar. Sin embargo, en Cantabria, región olvidada donde las haya, surgió un proyecto informativo que desde la independencia total de poderes económicos o de organizaciones políticas comenzó a denunciar caso por caso todo los desmanes que estaban ocurriendo en la región.

Nunca fue un medio grande, dependían de sus propios medios y de las suscripciones de sus lectores. La publicidad era escasa, y aunque se buscaba esta vía de financiación, nunca hubo interés por parte de las agencias de publicidad en anunciarse en un periódico que les podía traer problemas. ¿Problemas? Sí. Denunciar al cacique en esas tierras es buscarse problemas.

La Realidad era ese periódico. Era un semanario de izquierdas, signifique lo que signifique ese término, gestionado por una cooperativa, honrado, que defendía la ética periodística. De hecho era el primer periódico de tintes izquierdistas que surgía en Cantabria desde la transición. Intentaba dar voz a todo movimiento social o vecinal que se moviera por aquellas tierras. Nunca cayó bien entre la clase política y mucho menos en la empresarial. Y es que en los sitios pequeños economía y política se relacionan de una forma mucho más intensa que en otros.

En cada número salían en portada las tropelías cometidas por los políticos locales o regionales, los honorables presidentes de lo que fuera, o empresarios, especuladores y demás fauna corrupta de la que abunda en todos sitios, pero que de la que no suele hablarse. El continuo martilleo les molestaba y les asustaba. Vaya si les asustaba. Por fin un medio que no fuera un fanzine o una revistilla de organización se atrevía a decir lo que mucha gente sabía pero no se atrevía a decir. Ni siquiera IU se atrevió a apoyarlos para no quedar mal con el resto de la clase política.

El miedo provocó la reacción en forma de amenazas primero, y querellas después. Como en el caso de alasbarricadas.org, fue el Honor lo que motivaba muchas de ellas. Para ello se había aprobado aquel mismo año la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC). Hubo 9 querellas, de las que se desestimaron 8. La última salió adelante. El derecho al honor está por encima de la libertad de expresión en este país. Y sin un movimiento social fuerte detrás no se logra frenar estos recortes de libertades. En Cantabria no había nada sólido detrás, o si lo había era muy pequeñito. Tras una campaña que reflejaba la importancia que tiene Cantabria en el Estado, es decir ninguna, todo se acabó. No eran el Egin. Se había hecho todo lo posible, pero sin medios no se puede hacer demasiado.

El semanario duró dos años, y recibió las atenciones, en forma de demandas y querellas de lo más granado de la política cántabra: Federico Santamaría (Consejero de Economía del Gobierno cántabro por aquel entonces), alcaldes como el de Argoños, El Astillero, Comillas... Kiko Rodríquez (portavoz del PP en el parlamento cántabro), Carlos Saiz (secretario general del PP de Cantabria, diputado autonómico y presidente de Caja Cantabria), Miguel Angel Revilla (Vicepresidente del Gobierno Cántabro, entonces y secretario general del Partido Regionalista de Cantabria). Se dice que la grandeza que consigues en tu vida se mide por la talla de tus enemigos. Parece que la importancia de este periódico no fue tan pequeña después de todo.

Una jueza condenó al periódico a pagar 20 millones de las antiguas pesetas a Carlos Sáiz, que como hemos dicho era secretario del PP cántabro y a la vez presidente de Caja Cantabria, reuniendo en su sola persona el poder político y económico de toda una región. Quien quiera ver qué es eso tan grave que dijeron, que vaya a los documentos del periódico y juzgue por sí mismo.

Un pequeño resumen de lo que pasó sería que alguien escribió una opinión sobre el tal Carlos Sáiz, éste lo vio como ofensivo, denunció y llevó el periódico a jucio y ganó. En realidad a por quien iba era a por el "opinador", que lo hizo mediante un pseudónimo. Pero el periódico, haciendo gala de una cada vez menos habitual ética periodística, se negó a revelar en el juicio quién era. Lo que acabó condenando a muerte al semanario por que no tenían forma de juntar 20 millones.

El caso final es que la justicia sigue persiguiendo la memoria de todo lo que significó aquel proyecto. Y se ensaña en la persona de su ex-director, Patxi Ibarrondo. Desde entonces éste hombre no puede tener cuentas, ni propiedades a su nombre por que se las embargarían para pagar sus deudas con la justicia. La jueza incluso ha llegado a bloquear la cuenta en la que Patxi Ibarrondo recibe su pensión de invalidez, pues es afectado de Parkinson. No pudo recurrir esta injusticia por falta de medios y puede ir incluso a prisión por impago de la sentencia. Los médicos concluyeron que su enfermedad vino como consecuencia del “estrés intenso y prolongado” al que estuvo expuesto durante el proceso de La Realidad. Todo en nombre de la justicia.

Que el derecho al honor se coma la libertad de expresión, es una trampa más en el recorte de los derechos civiles. Está claro que los derechos se conquistan y no se mendigan. Igualmente es mediante la fuerza como se recortan. Por que somos muy poca gente quienes resistimos a estos recortes. En aquella época se llevaron por delante a La Realidad, al Egin y al Egunkaria, fueron a por El Triangle y seguramente liquidaron publicaciones menores de las que no tuvimos noticia. Sin contar con las webs que cerraron.

Ahora se cuece otra ofensiva contra los medios disidentes. Esta vez en contra de la libertad de expresión en Internet. Continuamente se van aprobando en el Congreso leyes que restringen el uso de internet. Se le da cancha a la SGAE para que haga y deshaga a su antojo en internet. Y así nos irá, si no le ponemos remedio.

Más información:
- OtraRealidad
- Blog de Patxi Ibarrondo

Comentarios

es increible como destruyen una vida un pensamiento, por solo alguien gritar la verdad. solo por kerer escribir las cosas de manera distinta.

es un pekado en este mundo decirle a alguien en la kara, ke se joda????
al parecer si.

yo no se a ke honor se refiere esa ley, por ke por lo visto, para dejar a un hombre en la miseria, el honor lo deben tener mas abajo de los pies.

si ganar un juicio ke legetimiza, ke te callen la boka.
creo ke es bueno ke de una ves por todas llegue ese cambio social ke tanto anelamos.
pór ke las cosas no pueden seguir asi.

ke no nos callen, y con la frente y en puño en alto gritaremos y avanzaremos.

una pena ke el periodico aya desaparecido.
una pena estos sucesos.

saludos desde latino amerika.

me parece muy bien vuestro pensamiento,idrologia y demas ,pero me parece a mi que estais muy desfasados socialmente y que las futuras generaciones no van a contactar con vosotros,hay que estar con los tiempos que corren y adaptarse o morir.la iglesia y los anarquistas son reductos del pasado condenados a desaparecer,si no cambiais de estrategia.

bien la lucha contra la sgae,panda de ladrones.

Aviso Legal  |  Política de Privacidad  |  Contacto  |  Licencias de Programas  |  Ayuda  |  Soporte Económico  |  Nodo50.org