Yo siempre he sentido afecto hacia los diversos nacionalismos peninsulares excepto al de mi tierra, a la que le dicen Andalucía. Los propios expertos no se ponen de acuerdo sobre su dialecto, parece que Andalucía tiene muchos dialectos y no solo uno, por más que le pese a los que quieren unificar el territorio bajo un mismo habla, himno y bandera.
Andalucía es tan heterogénea que cuando aquellos Ateneos de Sevilla se reunían para intentar establecer lo que la identidad andaluza era, a principios del siglo XX, casi se la tuvieron que inventar. Se dejaron inspirar cual artistas por la catalana y la alemana.
A Blas Infante, quien escribiera "El ideal andaluz" se lo llama 'padre de la patria andaluza", y siendo así, la patria andaluza es más bien jovencita. Pero aún peor, me parecía que el 'ser andaluz' era un concepto que se definía más por lo político y económico (es decir, por ser pobres y estar jodidos y subyugados por la nobleza local) que por aquellos elementos que normalmente constituyen un sentimiento nacional, como el idioma y la tradición, la bandera, etc, y es que todas estas cosas no la teníamos. Teníamos señoritos mamones, campesinos puteados y, en la ciudad, obreros industriales desarraigados.
Y no fue hasta aquellas manifas de los años 70 y 80 cuando parece que aquello de ser andaluz cobró una cierta importancia en la sociedad andaluza.
Hace algunos años salió la noticia de cierta clase de pirados encantadores norteamericanos que, afligidos por la corta historia de su país, se habían puesto a construir reproducciones exactas de castillos medievales a tamaño real.
Y bueno, al menos los yankis tenían a los indios, que aún habiéndoselos cargado, con un poco de arrepentimiento y teniendo en cuenta que la tierra es la misma y van sobrados de imaginería, se pueden identificar con ellos. Pero los 'andaluces' no tenemos nada de esto.
Para mí, ser andaluz, ha sido siempre como en
aquella chirigota de los Yesterdays gaditanos escrita por Juan Carlos Aragón:
Aunque diga Blas Infante
andaluces levantaos
perdón que no me levante
pero estoy mejor sentao.
Bueno vi a poner de pie
vi a dejar de tonterÍas
venga una dos y tres
que bonita Andalucía.
Vamos a ponernos serio
que vamos a cantar el himno
los andaluces queremos
volver a ser lo que fuimos.
Lo que fuimos antiguamente
pobrecitos y vasallos
siervos de terratenientes
y de chulos a caballo.
Si este pueblo se disparata
con la boda de un matavaca
y la niña de una duquesa,
si este pueblo se le arrodilla
a una espada y a una mantilla
este pueblo me da vergüenza,
menos rollos de verdes mares
de campiñas y de olivares
que asi luego nos luce el pelo.
Casta,
después te ponen la serie
de Emilio Aragón con sus castas
y aparece en el más ínfimo escalón
de su estrecha jerarquía
el servilismo mamón
de las marmotas de Andalucía.