Como prepararse ante un ERE

Presente y futuro de la Lucha Obrera, así como la validez, aciertos y contradicciones de las formas de organización de la Clase Trabajadora. Seguimiento de conflictos laborales, huelgas, etc.
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Jove Obrer
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Re: Como prepararse ante un ERE

Mensaje por Jove Obrer » 18 Sep 2008, 17:46

Bueno yo creo que todos estamos de acuerdo en que hay muchos tipos de situaciones que requieren tomar una estrategia y una actitud muy diferente en cada empresa o sector. Si nos dejaramos llevar siempre por nuestros impulsos más primarios estaráimos bien jodidos. No es lo mismo una empresa donde la plantilla se renueva continuamente que otras donde la sección va a tener que verse las caras durante muchooos años (y quizá no en la empresa, pero si en el mismo sector) con el resto de trabajadores. Tenemos que ser muy listos porque si no nos joden vivos. Si hay que tragar pues se traga, y cuando podamos golpear y vengarnos, pues lo hacemos pues, gustosamente además.
“Si lo real es móvil, que nuestro pensamiento sea también móvil y que sea el pensamiento de ese movimiento. Si lo real es contradictorio, que nuestro pensamiento sea pensamiento consciente de la contradicción.”

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Manu García
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Mensaje por Manu García » 19 Sep 2008, 08:19

Por fortuna, los casos que describís de "yo a lo mío", de insolidaridad extrema o de asunción por parte de los compañeros de trabajo del papel de "guardias de la porra" hacia los elementos más combativos dentro de la empresa, tampoco se puede decir que sean la norma en el mundo del trabajo actual, no creo que haya motivos para caer en el derrotismo.

Quisiera poner una nota de optimismo, también como vosotros comentando alguna que otra experiencia que he conocido de primera mano.

Como aquella huelga durante la cual la empresa, una subcontrata de un Ayuntamiento gobernado por el PSOE, metió a un grupo de trabajadores para que la reventara y les obligó a afiliarse a la UGT para hacer la competencia a la sección de CNT, que agrupaba a toda la plantilla y había convocado la huelga (por cierto, no por cuestiones económicas, sino fundamentalmente de dignidad, que son las que suelen motivar las protestas más duras). ¿Sabéis que pasó? Los "nuevos" se enteraron de los motivos de la lucha de sus compañeros y se unieron a ellos, se integraron a la huelga. Cuando la federación del ramo de la UGT les "llamó a capítulo" a su sede central, intentó comprarles con varios millones y un puesto de trabajo fijo en la administración. Habría quien lo haría por la "coacción moral" de sus compañeros allí presentes, habría quien lo haría temiendo la reacción de sus compañeros de trabajo si traicionaban, pero lo cierto es que los compañeros RECHAZARON indignados la propuesta que les hacían aquellos sinvergüenzas que decían ser sindicalistas. Y estoy convencido de que la mayoría de ellos (si no todos) lo hicieron por un motivo ético, por una elemental conciencia solidaria, porque la han demostrado posteriormente en multitud de ocasiones a otros compañeros en conflicto y se han revelado como sólidos militantes anarcosindicalistas allí donde hay que hacerlo, en la brega diaria. Volvieron a la huelga con sus compañeros, y por supuesto la ganaron. No hubo quien pudiera con su unidad.

También se podría hablar de una huelga por la readmisión de varios compañeros despedidos que no terminó hasta que fueron readmitidos, o de aquel compañero que habiendo recibido varios millones de una sentencia favorable, los donó casi íntegramente a su sindicato, para sostener las luchas venideras.

Lo voy a dejar aquí, pero se podría continuar, y seguro que tod@s conocemos ejemplos parecidos. Cuando uno dedica sus mejores afanes a la causa del trabajo ve lo mejor y lo peor del ser humano. Gestos que emocionan por su grandeza y miserias que enfurecen por su vileza. Afortunadamente, el avance en nuestra organización, el ejemplo de otros compañeros, hacen que los buenos hábitos (el compañerismo, la dignidad, el saber superar esas rencillas que nos dividen) vayan arraigando en cada vez mayor número de trabajador@s hasta convertirse en seña de identidad de una clase como lo fue en los años 30.

Para dar lugar a una clase trabajadora con las características de aquella que en el 36 tocó el cielo con la punta de los dedos hacen falta muchos años de organización y lucha: los grandes cambios, cuando son profundos y duraderos y no flor de un día, no surgen de manera espontánea. No eran superhombres ni supermujeres aquellos que llevaron a cabo la revolución social. Durante generaciones los trabajadores de este país se fueron formando en las escuelas del mundo del trabajo, los sindicatos. Si leeis el "Proletariado militante" veréis cómo aquellos pioneros de las ideas manumisoras se quejaban a veces amargamente de que les parecía estar dándose cabezazos contra un muro, chocando sus labores de organización y de propaganda con la indiferencia y la sumisión de la mayoría de compañeros de trabajo, con un servilismo y un desprecio por la instrucción generales...

En fin compañeros, que tenemos mucho por construir, que el camino es largo y está lleno de obstáculos, pero tenemos el compromiso de recorrerlo hasta llegar a nuestra meta, que es la sociedad sin clases y sin Estado, libre y solidaria: el comunismo libertario. ¡Vamos hacia ello, que no pueda con nosotr@s el desánimo!
"No más derechos sin deberes, no más deberes sin derechos"

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